Harry estaba pasando las navidades en casa de los Weasley, estaba feliz porque todo marchaba bien con Ginny, esa noche fue muy larga y todos acabaron durmiendo en el suelo, en el sofá o incluso encima de la mesa con algún trozo de pastel pegado en la cara. Harry por suerte llego a la cama y ni se puso el pijama, se tiro de golpe, estaba algo cansado pero con fuerzas para estar despierto, siente que se cierra la puerta, debía de ser Ron. Le dan la vuelta y ve a la pequeña Weasley quien le sonríe, ella le da un beso. Harry la abraza mientras corresponde el beso, se separan, se miran y se vuelven a besar. Ella empieza a descender por el cuello y luego le muerde la oreja. —Ginny...tu familia puede pillarnos y...—Ella le besa apasionadamente. —Harry...ya no soy esa niña tímida y que vistes en la estación, ya somos mayores—Le vuelve a besar. Harry trata de respirar, aquello debía ser un sueño. —Vaya—Dice Ginny mientras le mira. —¿Qué sucede?—Pregunta el chico mirando sus ojos. —No recuerdo haber usado Winguardium Leviosa aquí—Dice con un tono pícaro mientras le toca la varita. En aquel instante Harry supo que ya no era más una niña, ni él tampoco un niño así que no espero más y la tomo para él solo.
Jajajajajajaja, esto es lo que yo quería ver en los libros! La transición entre niños a adultos que hubo entre ellos, donde surgió ese amor. ME HA ENCANTADO!
