One-shot de Naruto - No soy como tú (SasuSaku)

No soy como tú (SasuSaku)

Capítulo 1


Cruzando miradas





Estaba en calma...silencio, soledad, oscuridad...estaba en mi mundo, feliz, tranquila, a salvo...hasta que escuché el horroroso sonido de mi despertador, que hizo su labor, obligándome a abandonar aquel idílico mundo donde me sentía protegida de todo y de todos, y obligándome a enfrentarme de nuevo al mundo real...a aquel asqueroso mundo al que pertenecía a la vida que llevaba que tan injusta me parecía.



Me levanté con lentitud. Aquel era el primer día de clases de ese maldito instituto de la ciudad de Konoha, cerca de Tokio.



Me vestí sin demasiada prisa con el uniforme del instituto, que consistía en una falda o pantalón negro para los chicos, camisa blanca y una chaqueta negra que hacía resaltar mi pálida piel, blanca como la nieve. Me peiné mi larga cabellera pelirrosa, bien cuidada y ligeramente capeada, para después mirar mi reflejo en el espejo del cuarto de baño de mi habitación. Aquella chica de quina años que veía frente a mí era yo…nada había cambiado…los mismos ojos jade, la misma melena, el mismo rostro de serenidad, la misma vida a la que debía acostumbrarme…



Suspiré, para lavarme la cara, intentando despejar mis ideas, y, sin más, me fui hacia la cocina, donde mi madre comía su desayuno, y mi hermano ya devoraba el suyo.



Sin demasiadas ganas, me serví yo misma mi seco vaso de leche con colacao, para bebérmelo con rapidez y después sentarme en el sillón durante los veinte minutos que me quedaban para irme hacia el instituto, escuchando música. Sí, si siempre me sobraban entre veinte y media hora, podría despertarme después y dormir un poco más. ¿Por qué no lo hacía?. Supongo que ni yo misma me comprendo del todo…soy rara, es así de simple.



Siempre he sido la misma persona…rara de por sí, y con dos distintas personalidades. Con casi todo el mundo, era la Sakura fría, seria, serena y solitaria de siempre. Sólo existía una persona con la cual podía ser yo misma sin miedo a nada, mi mejor amiga, Tenten.



Ambas éramos completamente diferentes…ella era enérgica, vivaz, llena de alegría y era el apoyo de muchas personas, incluso tenía una sonrisa en la cara en sus días negros, para no preocuparme, para seguir siendo mi apoyo. Aunque, en eso, yo no me quedaba atrás.



Ni Tenten ni yo éramos lo que denominaban ``populares´´. No nos gustaba llamar la atención, nos gustaba pasar desapercibidas, simplemente dedicándonos a vivir nuestra vida como queríamos o podíamos, sin importarnos demasiado la opinión que los demás tuvieran de nosotros. Aunque, eso no quitara que nos lleváramos bien con bastante gente.



Mi vida…supongo que algún día tendría que hablar de ella…no voy a decir que es la peor vida de todas, porque sé que no es verdad. No me falta comida, ropa o dinero. Vivo bien, no soy pobre, es más, era todo lo contrario técnicamente, y, además, tampoco soy demasiado materialista. Lo que no me gusta de mi vida es sobretodo mi familia…



Mi padre, Sayuki Haruno. Trabaja como empresario. De pequeña, él fue uno de mis mayores apoyos, pero, a medida que fui creciendo, también dejé eso atrás. Hace mucho tiempo que se acabó aquella época de mirarle con mis ojos y verle caer rendido ante su pequeña hija, hace tiempo que acabó la época donde me sentaba en sus rodillas a pedirle favores, y ya acabó el tiempo en el que sentía que podía contar con él para lo que fuera. Todo cambió…toda mi vida cambió hacía ya unos años…y no sólo con él. Mi madre, Megumi Harukaze, había sido una buena madre en lo que mi memoria me ayudaba…pero, a decir verdad, ella no fue la que cambió, fui yo, maduré, y me di cuenta de cosas de las que no fui capaz de percibir cuando era pequeña. Los favoritismos con mi hermano, las continuas comparaciones con él, sus muestras de cariño, lo orgullosa que estaba al hablar de él…y también las continuas discusiones conmigo, sus gritos, sus insultos, sus palabras que me dolían aunque no lo demostrara…y todo empeoró cuando mi ``rareza´´ se hizo evidente.



Sí, soy rara, y siempre lo supe, pero, al parecer, hasta mis doce años, no se confirmó…desde que tengo memoria, nada más aprender a escribir, ya hacía pequeños cómics, más tarde pequeños relatos de fantasía, pronto comencé a aprender lo maravilloso que podía ser un libro, y a mis doce años ya tenía muy claro mi mayor sueño: ser escritora.



Pero, con el paso del tiempo, me he dado cuenta de que es eso, sólo un sueño, una quimera, una fantasía que nunca se hará realidad…



Mi amiga me dice que soy pesimista, sin confianza en mí misma y dura conmigo, pero, a decir verdad, yo creo que, simplemente, soy realista y objetiva. Hay que saber distinguir entre los sueños y las metas que puedes alcanzar, y el ser escritora nunca pasó a ser lo segundo, siempre se quedó y se quedará en un sueño que no pude realizar.



Pero mi rareza no acaba ahí…con doce años, aquella extraña etapa de mi vida, cuando comencé el instituto, mi rareza fue a más…me empecé a interesar increíblemente por la cultura griega y japonesa, y no tardé en descubrir el amor que sentía hacia el manga y anime, y, más tarde, el amor hacia lo que los otakus denominamos ``fics´´.



Además, no me gusta demasiado salir…no disfruto fumando o emborrachándome. A mis quince años, no he bebido ni una gota de alcohol, no he fumado ni una triste calada, nunca he tenido novios, y mucho menos me he maquillado.



Sí, lo sé, soy rara, una especie en extinción, y quizá un extraño experimento de la naturaleza que no debería haber nacido. Pero, a pesar de todo, a pesar de lo rara que soy y de todos los problemas que me ha traído eso, simplemente me siento feliz por como soy. Sí, tengo defectos, y me encantaría ser mejor, pero mis ``rarezas´´, mis sueños imposibles de realizar, mis gustos…nunca los cambiaría. Sí, había cosas de mí que me encantaría cambiar, pero mis gustos, aquello por lo que me llamaban ``rara´´, nunca lo cambiaría, porque es lo único de mí que me gusta, y es lo único de lo que me siento orgullosa, porque, en vez de rara, yo me considero diferente a los demás, especial…



Finalmente, hablaré de mi hermano…Sasori Haruno…a decir verdad, a pesar de todos los favoritismos por él, no sólo de mi madre, sino de toda mi familia y amigos de ésta, era lo que más quería en este mundo…era mayor que yo. Estaba repitiendo el último curso del instituto, pero era increíble…siempre estaba alegre, feliz, siempre conseguía divertir a la gente…tenía un gran carisma, y era una de las personas más buenas que nunca haya conocido…es noble…muy noble…quizá por eso le quiero tanto. Nunca discutimos, somos hermanos que somos polos opuestos entre nosotros, la noche y el día completamente, pero, a lo mejor es por eso, nos complementamos, nos llevamos bien, y nos tenemos mucho cariño. Él era casi todo lo que un padre deseaba de un hijo…era buena persona, educado, confiable, deportista…lo único que fallaba era que no estudiaba, y eso era lo único que yo hacía bien, aunque, al parecer, eso no era suficiente para mis padres. Sin embargo, ya lo había asumido desde hacía tiempo. Me limitaba a estudiar, a relacionarme poco con mi familia, y a estudiar. Ya no hablaba de mi vida a mis padres, ya no les contaba mis problemas, ya no les decía nada…



-¿Vendrás con la tía y conmigo de compras?-me preguntó mi madre cuando ya nos llevaban en coche al instituto-nos probaremos ropa, compraremos algo de maquillaje por si acaso…




-No-le respondí con rapidez-paso.



Ella se quedó en silencio, y supe que no tardaría en responder para volver a criticarme, mientras, desde el asiento de adelante, mi hermano me miraba con sus ojos preocupados. Nunca le había dicho lo que sufría por culpa de nuestra madre, pero él lo sabía. No sé por qué, pero lo sabía. Incluso el chofer también lo sabía.



-Deberías cambiar un poco-volvió a repetir las mismas palabras que ya me conocía de memoria-mírate…eres una adolescente de quince años, no te interesas por chicos, apenas sales, ni si quiera te maquillas…



-Si quieres una puta en vez de una hija habla con alguna de esas-le dije, señalando con la cabeza a un grupo de chicas ``cool´´del instituto. Se lo dije con la voz más fría que pude, dejándole en claro que estaba harta de todo aquello.



Ella me miró con desaprobación a mi lado, pero no me dejé intimidar. Por eso sí que no pasaba.



-Deberías cambiar, Saku…no podrás seguir así toda la vida-me dijo, y apretó los puños sobre mis muslos, hasta dejar mis nudillos blancos-y además, tus gustos…no son normales, son muy raros hija…



-Son MIS gustos, no los tuyos-le recordé-si no te parecen adecuados no me importa, porque YO disfruto con ellos, y eso es lo importante.




-Además, ni si quiera estás interesada en la empresa de tu padre que un día tu hermano y tú heredaréis-me volvió a decir-y tú tan sólo piensas en cosas poco creíbles hija.




-Quiero intentar ser escritora-le dije, realmente, sabía que era poco objetivo, pero quería intentarlo al menos.




-¿Te das cuenta de lo que haces?-me preguntó, molesta-estás tirando por tierra tu sueño.




-No mamá-negué, mirando por la ventana-tiro por tierra tu sueño…ahora perseguiré el mío.




-Hija-me llamó otra vez, frente a la puerta del centro de enseñanza-piénsalo…ser así no es normal.



-No pienso cambiar mamá, y tampoco aparentar ser alguien que no soy-le espetó, dejándole en claro que mi opinión sobre ese tema no iba a cambiar, y sonreí con amargura-muchos padres darían lo que fuera por tener un hijo interesado en estudios, con buenas notas, que no salga apenas y que prefiera leer a estar emborrachándose, pero tú que lo tienes dices que es algo demasiado raro como para apreciarlo. En serio que no te entiendo…pero me da igual, por muchas veces que me pidas que cambie, mi respuesta nunca dejará de ser no, tenlo claro-le expliqué antes de bajarme del coche y colgarme mi mochila al hombro, para caminar hacia la puerta del instituto, dejando el vehículo atrás.




-No la hagas caso, ya sabes como es-me susurró mi hermano al pasar al lado mío para luego adelantarse e internarse entre sus amigos.



Yo suspiré sin demasiados ánimos.



-¡SAKURA!-escuché mi nombre, y sonreí para darme la vuelta, viendo a mi mejor amiga, Tenten, correr hacia mí con energía, hasta llegar a mi lado y ambas comenzar a caminar a la par-otra vez empieza el instituto…se me han pasado muy rápido las vacaciones…pero este año será genial…para nuestro curso van a preparar muchos viajes de fin de curso, habrá donde elegir…y el que ambas deseamos…¡GRECIA!



-Tranquila Tenten, todavía no está asegurado-le recordé, sonriendo. Tenten era una chica de piel más bronceada que la mía, de cabello castaño ondulado y unos hermosos ojos chocolate.




-Me encanta lo positiva que eres Saku-me dijo con sarcasmo, y yo sonreí, mientras nos adentrábamos entre los pasillos del instituto.



-Ya me conoces-le sonreí.




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Las clases transcurrieron con normalidad, pues al ser el primer día los profesores apenas se presentaban y nada más, e incluso nos dejaban hablar con nuestros compañeros.



Como siempre, yo me sentaba junto a Tenten, y comenzamos a hablar del viaje. Lo cierto es que, desde pequeñas, ambas habíamos deseado ir a Grecia. Bueno, para ser más sinceras, yo quería, y supongo que le inculqué el amor por la mitología clásica.



Entonces, alguien llamó a la puerta. Nos giramos todos para ver como Shizune, la secretaria de la directora, entraba en la clase.



-Profesor Hatake, ¿puede venir un momento la señorita Haruno?-preguntó por mí, y él asintió. Me limité a salir de allí tras la mirada divertida de Tenten. Apunté nota: matar a mi amiga más tarde.



Caminé siguiendo a Shizune, hasta que llegué al despacho de Kurenai, la profesora de Griego y Cultura Clásica, la organizadora del viaje a Grecia de fin de curso…entonces…¿era definitivo el viaje?¿se había aprobado?



Llamé a la puerta, y entré con lentitud, encontrándome con mi profesora (la cual me caía genial), tenía el pelo negro, y unos ojos rojos extraordinarios.



Sin embargo, no estaba sola. Con ella había un chico más…un chico que no había visto, que debía de ser nuevo, porque parecía que iba a mi curso…era guapo, de eso no cabía la menor duda…tenía el cabello negro con reflejos azules, y él se dio la vuelta para mirarme, al igual que mi profesora, y entonces, nuestros ojos se cruzaron…



Mis orbes jades se enlazaron con los azabaches de él. Aquella mirada…nunca había visto una igual…parecía capaz de ver en mi interior.



-Kurenai-sensei, ¿me has llamado?- le pregunté, olvidando al chico, que me miró fijamente.



-Sakura, te he llamado para confirmarte que habrá un viaje a Grecia de fin de curso-me aseguró, y yo sonreí, agradecida-pero sin embargo, para hacer unos preparativos necesito la ayuda de dos alumnos jóvenes que vayan a ir…y una de ellos eres tú.



-Es un honor, profesora-le dije, emocionada, y ella sonrió.



-Me alegro, y Sakura, te presento a Sasuke-me presentó al chico que había visto, y le saludé con ligereza-él será junto a ti los ayudantes que necesito para organizar el viaje.




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-¡¿QUÉ?!-gritó alarmada mi amiga Tenten, y yo la fulminé con la mirada, y ella se tranquilizó, y bajó la voz-¿Qué vas a pasar mucho tiempo con ese chico nuevo del que todos hablan que está buenísimo para organizar el viaje?



-Hai-asentí por enésima vez, y ella me sonrió pícaramente-no pienses cosas raras-le atajé al saber por donde iría-sabes que el amor no me interesa, además, no se fijaría en mí.




-Deberías valorarte más-me dijo.




-Mírame, Tenten-la pedí-soy una mezcla de nerd, friki y algo de emo, nadie en su sano juicio querría tener algo que ver conmigo. Y, por supuesto, yo no quiero relaciones.



-Sakura…deberías tener más fé en el amor-me repitió como tantas veces-nunca has dado ninguna oportunidad a nadie.



-Tenten-la llamé, seria-estoy cansada de ver como a diario chicos jóvenes rompen con sus parejas, como las relaciones no se basan en el verdadero amor y como sólo se busca un buen físico para pasar el rato, nada más. Eso no me interesa. El amor a nuestra edad no existe.



-Sakura…-murmuró, algo preocupada, y no la culpo. ¿El amor?. Yo no creo en el amor. Yo pienso que las personas simplemente se juntan para no morir solas, y que no hay amor, sólo morbo en esas acciones. Si hubiera amor de verdad…todo sería más fácil…no nos haríamos daño…



Si no creía en el amor de una madre hacia su hija, ¿cómo podría creer en el amor entre personas del mismo sexo?

 

Re: No soy como tú (SasuSaku)

Gracias por comentar, me alegro que te guste
Claro que lo continuare
Y me alegro que no te resulta mal el comportamiento de Sakura, porque este fic es 50% experiencia personal, y en este primer capi ha sido casi el 100% personal, asi que espero no defraudar con este fic, muchos besos