The Hunger Games No mires hacia atrás [THG]

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No mires hacía atrás​

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—Vamos, vamos ¡subamos! Nos espera un reconfortante viaje —. Nos alentó Effie, la misma mujer que había puesto su mano en las dos esferas de cristal y había sacado nuestros nombres. La misma que nos había condenado a pelear hasta la muerte, entreteniendo a los habitantes del Panem como lo hacíamos todos los años. La misma que creía que con unas palabras íbamos a estar agradecidos de haber sido elegidos.



Subí los escalones que me permitían entrar al lujoso tren que esperaba por nosotros, entrando rápidamente al siguiente vagón y sentándome en el primer asiento que encontré ahí mismo. Miré a mí alrededor, captando los montones de comida apiladas de formas extrañas en dos mesas al fondo del lugar. Comida exótica, con formas y colores que nunca imagine que algún alimento pueda tener. Roja con puntos violetas, negra con tirabuzones azules que salían por los costados, verde mohoso con manchas naranjas y… ¿calaveras? Sin duda lo único que parecía ser normal era las jarras de agua, que si uno las miraba bien podía distinguir un pequeño toque rosado en ella.



Nada de lo que ellos comieran, usaran o tocaran era conocido para nosotros. Y eso era lo peor. Todo sería desconocido para nosotros, todo sería nuevo y hasta un tanto terrorífico. Me daba miedo lo que encontraríamos halla, temía por mi vida pero eso a ellos no le interesaba. Yo era una simple pieza más en su juego, un sucio y maltrecho peón que matarían en la Cornucopia. Lo más seguro es que no llegue ni a agarrar cualquier tipo de arma, no tenía ninguna esperanza, sabía que no volvería.



Cerré los ojos y suspiré, al mismo tiempo en que sentía cómo es que mi “compañero” y la misma Effie se sentaban en alguno de los asientos disponibles que quedaban. Cerré mis ojos, recordando los pocos momentos de felicidad que pasé con mis hermanos y mi papá. Cuando hacíamos los pequeños pastelitos que vendíamos en la pastelería o cuando los niños flacos y desnutridos de la Veta se paseaban para mirar nuestras obras de arte. Pequeños momentos que me llenaban de felicidad aún ahora, cuando iba de camino a una muerte segura.



Abrí los ojos al momento en que el ruido de unos tacos llamó mi atención. Por el rabillo del ojo pude distinguir la cabellera violeta con raíces negras de ella, parándose con lo que ella creía era la postura de la elegancia.



—Chicos, ¿por qué no miran por la ventana? ¡Saluden! Todos están mirando hacia aquí —. Ella estaba del lado derecho del vagón mirándonos con esos ojos ocultos entre tanta pintura rosada con brillos purpuras, alentándonos con la mirada y observando reprobatoriamente el como nuestras ropas ensuciaban su limpio y nuevo sillón de cuero blanco



Kloute se levantó y saludó a todos con una sonrisa pintada en su rostro, moviendo energéticamente la mano y soltando algunas lágrimas de dolor. Yo, en cambio, subí mis piernas al asiento y escondí mi rostro entre mis manos. Cerrando los ojos nuevamente y ocultándole a cualquier chismoso las lágrimas que se escapaban de mis ojos, bañando mi rostro y mojando mi vestido blanco que use para la cosecha.



—No mires hacía atrás —susurré quedamente, y así lo hice. No mire a mi familia, ni a mis amigas ni a nada que me recordará lo que perdí por un maldito papel con mi nombre escrito.






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Un pequeño escrito para la actividad de mi linda Pire *---* Tuve que volverlo a subir por un pequeño problema de FFL, me borró el archivo ._.