No lo olvides, los monstruos existen.

Tema en 'Relatos' iniciado por DanielaWaters, 21 Agosto 2013.

  1.  
    DanielaWaters

    DanielaWaters Iniciado

    Capricornio
    Miembro desde:
    18 Agosto 2013
    Mensajes:
    8
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    No lo olvides, los monstruos existen.
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1115

    Hola! Bueno esta es la primera historia que subo aquí, espero que les guste.


    No lo olvides, los monstruos existen.


    ¿Alguna vez habíais escuchado hablar de los monstruos?


    Me temo que la mayoría de historias que hablan de ellos los pintan como unos seres horribles y malvados que asustan a los niños. No hay nada más falso que eso.



    Los monstruos en realidad son espíritus buenos que protegen a los niños y los acompañan hasta que se vuelven adultos. Pero nunca debes preguntarle a un adulto sobre ellos, y menos a uno que no cree en la magia. Porque los adultos olvidan, olvidan todas las cosas mágicas de su infancia. ¿Quieres saber por qué? Elisa también quería saberlo.



    Ella siempre había sido una niña muy curiosa, sus mejores amigos eran sus monstruos protectores. Pero todas las noches su madre le decía que si no se dormía rápido vendría un monstruo y se la comería. ¡Eso no tenía sentido! Sus monstruos, cuyos nombres eran Leo y Timo, nunca tratarían de comerla. Además cuando ella no podía conciliar el sueño, ellos le contaban historias para que se pudiera dormir, historias con finales felices por supuesto.



    Así qué ella siempre le preguntaba a sus amigos porque su madre los creía malvados, pero ellos siempre evadían la pregunta diciéndole que ella no lo entendería. Una vez Timo le había dicho que los adultos no entendían muchas cosas importantes sobre la vida, porque estaban muy ocupados con cosas que ellos consideraban más importantes, pero consideraban mal.



    Un día, mientras jugaban en el cuarto de la niña, Elisa repitió su pregunta. Pero esta vez los monstruos decidieron tratar de explicárselo.



    -Escucha Elisa, tu puedes ver a los monstruos que acompañan a tus amigos ¿cierto?- pregunto Leo.



    -Si, y puedo hablar con ellos.



    -¿Alguna vez has visto a un monstruo acompañando a tus padres?- susurro Timo.



    -Yo...- ahora que lo pensaba, la niña nunca había visto un monstruo acompañando a su madre o su padre, ni a ningún adulto que ella conociera.- No.



    -¿Has visto a los monstruos de tu hermano?- siguió preguntando Leo.



    Elisa tenía un hermano, Matías, que tenía 15 años. Ella realmente no lo entendía, un día parecía estar feliz y jugaba con ella y al día siguiente parecía estar molesto y se encerraba en su habitación todo el día.



    -Si, les hablo a veces pero ellos nunca me responden. Parecen estar confundidos, como mi hermano.



    -Bien entonces te explicaremos eso. Desde el momento en que un niño o niña nace tiene monstruos que lo acompañes y lo cuiden. Nosotros jugamos y aprendemos a su lado mientras él nos quiera. Pero cuando los niños crecen nos dejan de lado, tienen más amigos y más cosas que hacer, y poco a poco van olvidándose de la magia.- susurraba Timo con tristeza.



    -Eso es lo que le pasa a tu hermano. Parece confundido porque una parte de él es adulta y la otra sigue siendo un niño. La parte adulta le exige que deje de creer en la magia y que piense en "cosas importantes" mientras que la parte infantil le suplica que ría más, juegue más, imagine más.- seguía Leo.



    -¿Pero y sus monstruos? ¿Si los tiene frente a él cómo puede no creer en la magia?- preguntaba horrorizada la niña.



    -Los humanos ven lo que quieren ver. Si creen en algo, no importa que no lo vean jamás, nunca dejarán de creer. Pero si no creen, no importa si ese algo esta frente a sus narices, jamás creerán.- explico con sencillez Timo.



    -Desde el momento alguien deja de creer en nosotros, pierde la capacidad de vernos. Pero nosotros nos quedamos con esa persona hasta que deje de creer por completo en la magia.- dijo Leo.



    -¿Y a dónde van?- pregunto la niña con lágrimas en los ojos.



    -Algunos buscan otros niños, otros se quedan escondidos con la esperanza de que su niño los recuerde, otros solo desaparecen, nadie sabe a dónde van.



    -¿Ustedes se irán?- pregunto la niña después de una pausa, en sus seis años de vida nunca había hecho una pregunta a la que temiera escuchar la respuesta.



    -Sólo si tú dejas de creer en nosotros, princesa.- le sonrió Leo, mostrando sus afilados dientes, que eran como los de un león, al igual que el cabello alrededor de su cabeza. Quizá de allí había salido su nombre.



    -Ahora, respondiendo a tu primera pregunta. Los adultos creen que somos malos porque cuando recuerdan su infancia recuerdan la palabra "monstruo", recuerdan seres peludos o con grandes dientes o muchos ojos. Así qué como nuestra apariencia es rara creen que éramos malos. Lo que no recuerdan en lo mucho que reían cuando jugaban con nosotros, o las historias que les contábamos para dormir.-le explico Timo.



    -Ahora ya viene tu madre para acostarte. Si nos necesitas estaremos bajo tu cama.- le dijo Leo.



    -De acuerdo- susurro la pequeña.




    Esa noche la niña tomo uno de sus libros de cuentos y en la última página escribió con su desordenada letra infantil: "No lo olvides, los monstruos existen". Y antes de que Leo o Timo le preguntaran porque lo hizo, ella les sonrió y dijo:



    -Este es mi libro favorito, siempre que lo lea recordare que ustedes existen. Así siempre estarán conmigo.



    Ambos monstruos solo sonrieron, ambos sabían cómo terminaría esta historia. Pero amaban demasiado a esa niña pelirroja como para preocuparla.



    -Excelente idea princesa.




    -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-



    -Elisa, recuerda llevar todas tus cosas, las que se queden aquí se irán a la basura.- decía una mujer mirando a su hija.



    -Si mamá, ya voy.- dijo la chica. Ese día se iría a la universidad y en lugar de estar hablando con sus amigas o despidiéndose de su familia estaba leyendo un viejo libro de cuentos.



    Recordaba que era su libro favorito de pequeña, pero se le había perdido hace mucho tiempo, y lo encontró mientras empacaba. Llego a la última página y encontró la frase escrita años atrás: "No lo olvides, los monstruos existen". Sin entender del todo el porqué, una sensación cálida invadió su pecho.



    -¡Elisa hora de irnos!- grito su padre.



    -¡Ya voy papá!- grito la chica guardando el libro entre sus cosas, antes de salir un extraño impulso la invadió. Reviso si había algo bajo su cama. Nada. Sin entender porque lo hizo tomo sus cosas y se fue, dejando una parte de sí en aquella habitación.



    -Adiós Elisa.


    -Adiós princesa.
     
  2.  
    chclau

    chclau Iniciado

    Sagitario
    Miembro desde:
    15 Agosto 2013
    Mensajes:
    37
    Pluma de
    Escritor
    Muy lindo. El fin de la infancia y de la magia.
     
  3.  
    Knight

    Knight Usuario VIP Comentarista Top

    Libra
    Miembro desde:
    13 Mayo 2008
    Mensajes:
    2,910
    Pluma de
    Escritor
    Oooooooooooooooooooooooooooowwww :'c ¡Nooooooooooooo!
    ¡Esto me recordó tanto a Toy Story 3, pero con monstruos! ;-;
    Yo quiero a mi monstruo de vuelta, jo....

    Fue un escrito muy bonito, y tierno.
    Parece que la inocencia que perdemos al crecer es más de la que nos damos cuenta. u_u
    Por eso y más yo me comporto como una niña de 5 años x'D.

    Muy linda tu historia, tuviste uno que otro dedazo, pero nada grave.

    Espero que sigas escribiendo por aquí.

    Shana. :)
     
Cargando...
Similar Threads - olvides monstruos existen
  1. Borealis Spiral
    Respuestas:
    3
    Vistas:
    646

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso