No fracases la misión (Gaamatsu) todo por la niña.

Tema en 'Fanfics Abandonados de Naruto' iniciado por Alex Jordison, 25 Junio 2011.

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Que les parece que Gaamatsu tenga una hija?

  1. Genial, sigue el fanfic.

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  2. Muy malo, pero sigue el fanfic, prometisteis mas parejas.

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  3. Bueno, ni muy malo ni muy bueno, me da igual. siguelo.

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  4. No lo sigas no sirves para esto, pero me gusta la pareja.

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  5. Me encanto todo, me encanta la pareja, me encanta la hija todo :$

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  1.  
    Alex Jordison

    Alex Jordison Entusiasta

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    No fracases la misión (Gaamatsu) todo por la niña.
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    Aventura
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    Buenos días chicos y chicas, acabo de pensar un buen fanfic y un buen comienzo, como nunca leí un Gaamatsu, con hija o hijo se me ocurrió este, hay ShikaTema y de más parejas a las cuales saldrán más delante. Pero sin embargo están los famosos: “Akatsukis”. Disfruten.

    Capitulo 1: Volviendo de vacaciones.​
    Largo río, hermosa brisa de verano, a la cual despeinaba mi cabello, cierro mis ojos y contemplo en mis pensamientos el hermoso lugar visitado. Logro escuchar los pájaros cantar, a lo largo y final del río se logra divisar el sol bajar, esconderse tras las nubes y desaparecer lentamente.

    El frío lento, da comienzo a la noche, las brisas agitan el río, mientras el agua salpica de forma leve asía mi cuerpo. Sonrío de forma cálida a mis padres, aun sin abrir mis ojos.

    Siento como un brazo de seguridad, pasa por mi cintura y me abraza contra si, abro mis ojos, mis ojos verdes, lo miro a mi padre, al cual solo miraba el hermoso atardecer irse.

    —Volvamos, Ya es tarde. —Hablo con su voz, gruesa pero a la vez en un intento de protegernos.

    Mi madre asintió, nos paramos y nos fuimos caminando hasta él auto, entramos y mi padre condujo, yo como de costumbre miraba por el vidrio de la ventana, mire a mi madre y sonreí.

    Ella era castaña, castaña oscura a la cual solo llevaba su cabello suelto, de unos ojos achocolatados, siempre con la banda de la arena en su cuello, su mirada siempre estaba en mi padre o en mí. Nos miraba con una dulzura y ternura incontrolables.

    Mi padre por su parte, era pelirrojo, como el color de la sangre o como cuando miras el solo irse, dejando detrás solo un sendero rojo, unos ojos jades y una vestimenta peculiar a la del kasekage. Siempre tenía la marca en su frente a la cual significaba “amor”.

    Yo tengo seis años, soy pelirroja, como mi padre, ojos jades, como él mismo y siempre ando en una coleta alta y la banda en el cuello como mi madre. Siempre con mi mirada fría y con mi mente en otra parte.

    Llegamos a nuestra aldea de nuevo, yo salí corriendo del auto, llegue a hasta dentro de mi casa y vi hay a mi tía Temari, ella siempre iba en cuatro coletas rubias, cargando un kimono violeta y con sus ojos del mismo color de mi padre.

    Ella me sonrío y estiro sus brazos en forma de que la abrazase, lo que no dudo ni minuto a corresponder, me acaricio el cabello y me susurro.

    —Imoto-chan, ¿Dónde están tus padres? —Esa voz que tenía ella era tan dulce a lo cual solo era conmigo.

    —En el auto. —Respondí sonriendo, bajando de sus brazos y corriendo a la oficina.

    Una vez delante de la puerta grande y de madera, golpeo tres veces. No recibo respuesta, pero insisto en el golpe, escucho las hojas siendo movidas.

    —Adelante. —Escucho desde adentro.

    Abro con cuidado la puerta, entrando rápido y acercándome a él escritorio, de mi tío, me subo a la silla y me siento mirándolo como mi padre solía hacer.

    —Mi bella sobrina, ¿Cómo has estado, hermosa? —Pregunto mi tío experto en marionetas, revisando unos papeles y dejándolos sobre el escritorio, solo para prestarme atención a mí.

    —Muy bien, tío. Me divertí mucho en mis vacaciones, pero dime, ¿han avanzado en el proyecto de atrapar a los akatsukis? —Digo como si yo misma fuera Gaara.

    Mi tío deja escapar una risa, asintiendo, mostrándome los papeles para que yo los viera.

    —Interesante. —Digo mirando los papeles, curiosa, mientras lo sostenía en mis manitos.

    —Como vera, avanzamos mucho. —Dice siguiéndome el juego, a lo que río y dejo los papeles sobre la mesa.

    Me paro y corro a abrazar a mi tío, fuerte, lo que le corresponde riéndose.

    —Te extrañe mucho, tío. —Sonrío divertida.

    En eso entra un chico, rubio, ojos negros, con una coleta como si fuera una piña. Se acerca en silencio sonriendo con arrogancia.

    —Hola, Volvisteis prima. —Hablo él con cierto odio asía mi.

    —Lo mismo digo. —Conteste, mientras que veía entrar a Shikamaru y Temari detrás de su hijo.

    —Espero poder divertirme, lo que quede de las vacaciones. —Hablo mientras me miraba con esos ojos penetrantes.

    Solo suspire y mira a mi tío quien nos miraba en silencio y sin entender mucho de lo ocurrido.

    Mis padres entraron después y se acercaron lentamente hasta el escritorio.

    —Kankuro, ¿Por qué no llamasteis, cuando ataco Akatsuki? —Hablo mi padre, con voz fría.

    —Es que no se que buscaban. —Hablo Kankuro, mientras miraba sus papeles. —Entraron, se escabulleron hasta aquí pero se fueron sin dejar rastro.

    Mi padre solo se quedo en silencio, mandando a que mi madre me sacara de la oficina al igual que al hijo de Shikamaru y Temari.

    Suspire al notar que me habían echado, comencé a caminar hacía mi cuarto pero, alguien delante de mí me miraba, era alto, morocho y unos ojos rojos a los cuales quede asustada.

    Iba a gritar y salir corriendo, pero su mano me agarro, luego otro pelirrojo, parecido a mi padre, me agarro como si fuera bolsa de papa y me tapo la boca con una mordaza.

    Recuerdo que un rubio, ojos azules estaba delante riéndose, todos llevaban un traje negro con algunas nubes rojas, no había duda eran ellos: “Akatsuki”.
     
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  2.  
    Daniela kuchiki

    Daniela kuchiki La chica del Olvido

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    se ve muy cool a mi me gusta por favor continualo lo que aun no entiendo es esto Recuerdo que un rubio, ojos azules estaba delante riéndose, todos llevaban un traje negro con algunas nubes rojas, no había duda eran ellos: “Akatsuki”. un rubio ojos azules no puedo creer que sea naruto-kun o si bueno tu sabras espero pronto la contii...
     
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    Selene-chan

    Selene-chan Usuario común

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    El rubio de ojos azules era Deidara, no Naruto, recuerda que él también es rubio y de ojos azules ^^

    ¡Hola!

    Me gustó tu fic, a pesar de que es primera vez que leo algo relatado por la hija de Gaara y Matsuri, vaya, bueno pues me pareció interesante ¿Y fue secuestrada? ¡Que mal! Por otro lado, je, yo tengo una idea parecida, pero las cosas suceden en un contexto diferente, en fin, me pareció muy interesante, sigue así que vas por buen camino, sólo trata de cuidar un poquito más la ortografía.

    ¡Estaré esperando la continuación!

    Bye ^^
     
  4.  
    Alex Jordison

    Alex Jordison Entusiasta

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    Capítulo II: El despertar.​

    Al abrir los ojos, veo todo borroso y me encuentro en una habitación toda negra y obscura, toda mareada y sin comprender mi única respuesta era recordar lo que me paso antes.

    Cierro mis ojos y me concentro, me intento calmar porque mis nervios se comienzan a notar. Escucho pasos de afuera de la habitación, voces y hasta gritos. Se escuchan explosiones, golpees, susurros y hasta si el silencio lo declara se escucha el viento de una ventana.

    Abro mis ojos, y veo a alguien delante de mí, solo trague grueso y lo observe, en silencio, era como una planta con un caparazón verde, que se cerro y se hundió en la pared, rápidamente me acerque a la misma e intente tocarla haber si yo podía hacer lo mismo, pero fue en vano.

    La puerta, que estaba en la esquina de la habitación, se abrió dejando ver a una silueta femenina hacerse presente en ello, llevaba un traje negro con nubes rojas, tenía un plato de cereales en la mano, se me acerco un poco y lo dejo sobre una mesita.

    Yo la podía ver, porque el reflejo de la luz, de la puerta abierta, me dejaba ver su perfil, tenía en el cabello una flor de papel, su cabello era algo violeta o azulado de un color muy hermoso, tenía maquillaje en sus ojos y labios, pero no ocultaba sus hermosas pupilas.

    —Tranquila, no te hare daño. —Dijo con una voz muy dulce, me hizo sentir que el miedo se iba. — ¿Cómo te llamas, linda? —Pregunto de nuevo, sentándose en una silla y señalándome que me sentara en la silla de al frente.

    No le respondí ya que tenía miedo con quien estaba, jamás la había visto, pero había escuchado de los “Akatsukis” asesinos rango “S” que buscan eliminar a todos para encontrar la paz, en este mundo de locos.

    —No me temas, soy buena. No muerdo. Me llamo Konan. —Dijo para hacerme entrar en confianza.

    —Me llamo Imoto no Sabaku. —Dije mi nombre con algo de timidez, mientras veo que toma el tazón de cereal y me lo da.

    —Come. —Sonrío de forma cálida, para no quedar mal, tome el tazón y comí una cucharada, estaba muy rico.

    —Gracias, está muy rico. —Ella sonrío y yo solo seguí comiendo.

    Después de haberme comido todo, ella me dio un vestido negro con algunas nubes rojas, una campera con el mismo diseño y unas zapatillas negras.

    Después de vestirme, en lo que ella me ayudo, de la mano me dio un paseo por las instalaciones, me hizo conocer a todos y a cada uno de los hombres que se encontraban en esos lugares.

    Llegamos a una puerta, ella me hizo entrar primera, entro después de mí, me dijo que me sentara en una silla y ella se sento a mi lado. Había una persona en la oscuridad, en final de la mesa larga. Todo daba tanto miedo, todo tan obscuro.

    La puerta se volvió a abrir y todas las personas que había conocido antes, se sentaron en las sillas. Vi como el señor del final de la mesa dio comienzo.

    —Ahora, comenzaremos con nuestro nuevo proyecto de una nueva Akatsuki. Gracias a Itachi, Sasori y Deidara. —Dijo el señor que cuando la luz lo mostro de forma leve, llevaba un cabello anaranjado y unos ojos morados.

    —Así se hace. —Dijo un chico de cabellos grises. Tenía una voz sádica y llevaba una hoz en su parte de atrás.

    —Se llama Imoto. —Musito la señorita Konan, mientras todos me miraban.

    —Bueno, Imoto-chan, serás la hija de todos nosotros. —Hablo un chico que llevaba una máscara en su rostro.

    Yo solo escuchaba la conversación, sin mucha atención, pero al ver al chico hablar me quede con mucha curiosidad, ¿Por qué ocultaba su rostro? ¿Por qué hablo como si fuera un nene chiquito? ¿Por qué a todos le molesto que hable? Todas las preguntas rodeaban mi mente.

    —Jefe, ¿Usted no tendrá un hijo? —Hablo un rubio, no había duda era el rubio que vi cuando me durmieron, el que reía.

    —Eso es otro tema. —Evadió fríamente el jefe, que aun estaba concentrado en unos archivos.

    —Ahora, ¿nos podemos ir cada cual con lo nuestro? —Pregunto un pelinegro. Tenía una mirada fría y era alto, me di cuenta que era Uchiha porque vi el reflejo de el Sharingan en sus ojos.

    —Lárguense, aun que aun me deben la misión de traerme más niños para hacer más poderoso esta organización.

    Todos se pararon y salieron, Konan estaba aun sentada, el jefe la miraba con mucha atención, pareciese que se conectaban con la mirada. Yo había visto la mirada de ella en otro lado, ¿pero dónde? Ah, claro. En la mirada de mi tía Temari, al mirar a mi tío Shikamaru.

    Esperen, ahora que lo pienso, ¿Cuándo volveré a mi casa? ¿Cuándo estaré de nuevo con mi mamá y mi papá? ¿Cómo que soy la hija de todos aquí? ¿Habrá otros niños aquí?

    Konan por fin se levanto y me tomo de la mano dejando escapar un “Vamos…” con su voz angelical, me comenzó a llevar hasta algún lado, pasábamos por muchos cuartos, pero paramos por fin en uno que llevaba una puerta, con un nombre que no llegue a leer.

    Ella abrió la puerta y era un cuarto con muchas camas, juguetes por todos lados, aun que las paredes eran mitad blancas y mitad celestes, con decoraciones de nubes rojas, quedaba muy lindo, entre corriendo y agarre unos juguetes.

    —Este será tu nuevo cuarto. —Dijo ella, mientras sonreía al verme jugar.

    —Konan, ¿Por qué hay tantas camas? —Pregunte curiosa, mirándola.

    —Vendrán más niños aquí a este cuarto, a estar contigo y jugar. —Dijo mientras se sentaba en una silla.

    —oh, ¡qué bien! Pero, ¿Cuándo volveré a con mis padres? —Se reino el silencio, creo que hice una pregunta que no debía.

    —Mi hermosa Imoto, por ahora olvídate de ellos. —Dijo con una tierna sonrisa.
     
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