de Inuyasha - Nightmares

Tema en 'Inuyasha, Ranma y Rinne' iniciado por ElisaAckles, 20 Noviembre 2011.

  1.  
    ElisaAckles

    ElisaAckles Iniciado

    Virgo
    Miembro desde:
    11 Enero 2011
    Mensajes:
    30
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Nightmares
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    981
    Los personajes que aparecen en esta historia son propiedad de Rumiko Takahashi y los utilizo sin ninguna intención de lucro.
    Nightmares
    O-O-O-O
    Ranma no pudo continuar ni un minuto más con la lectura.

    Una historia escrita en el mismísimo infierno, que a cualquier simple mortal le calaría los huesos, hundiéndolos sin misericordia en un abismo de pesadillas sin fin.

    Esa noche, el pelinegro no se atrevió a bajar cuando su garganta reseca le rogó por un poco de agua, y tampoco tomó su acostumbrada ducha nocturna, antes de ir a dormir. No. Se quedó ahí, estático en un rincón de su habitación, habiendo arrojado el libro a la otra esquina del cuarto… Ah, y ni hablar de apagar la luz.

    Él, que por años enteros se había enfrentado a todo, desde cosas inexplicables con un final por demás lógico… "y humano", hasta fantasmas de verdad, tenía miedo.

    Los espasmos nerviosos y el aspirar su mismo aliento tibio, encerrado en las cobijas que usaba para cubrirse del crudo invierno, le fueron sumergiendo en un letargo que lentamente le llevó a quedarse dormido, maldiciendo a la gente lunática que escribía ese tipo de relatos. "¿Es que no tenían otra cosa qué inventar con su maldita imaginación?"

    O-O-O-O
    A mitad de la madrugada, un grito desgarrador despertó a Akane, la única que se encontraba en el Dojo Tendo en esa noche oscura y solitaria, debido a los diversos compromisos del resto de la familia.

    Ella tenía experiencia con las frecuentes pesadillas del chico, así que salió disparada, de su cuarto al de él, para ver cómo se encontraba.

    Lo observó aún en su rincón, arropado hasta el cuello con sus cobijas, sudando copiosamente con un rictus de terror incrustado en su pálido rostro. Sus manos temblaban sin parar, pero con la suficiente fortaleza para no soltar su "escudo"

    —Ranma, ¿qué te pasa?—. Le inquirió la chica, acercándose a su lado y sintiendo el miedo indescriptible transpirando por cada poro del ojiazul.

    —T-t-tuve una horrible ps-pesadilla—. Murmuró entrecortado

    —¿Otra vez estuviste soñando con lo ocurrido en Jusenkyo?—. Su mano se posó sobre una de las suyas, mitigando por un momento el agitado bailoteo de la extremidad masculina.

    Bajó su tela protectora, aunque seguía encorvado.

    —Es… es peor que eso—. Respondió ensimismado.

    —Entonces cuéntame qué te puso así—. Ella trato de transpirarle la tranquilidad que él no tenía, no obstante, que el estado del artemarcialista la estaba alterando también. Se posicionó a un lado de su prometido, otorgándose algo de mutua protección.

    —Iba caminando por un sendero que se perdía en medio del bosque. Y era muy noche —Describió con su voz asustada—, Los árboles no dejaban de silbar de forma tétrica… y luego… pasaron… unos seres muy extraños —Sus palabras se cortaban a cada tanto, ante el martirio de volver a recordar tan macabro sueño—. Estaban gritando que una vieja bruja les quería cortar la cabeza. Eran un conejo, una oruga y un extraño loco de sombrero.

    La chica prestó toda su atención al vívido relato de Ranma, aunque había ciertos rasgos de su testimonio que le resultaban familiares en todo aquello.

    Él suspiró, tomando fuerzas para decir la parte más impactante.

    —Corrí tras el conejo blanco, creyendo que me llevaría a una salida… y entonces lo vi, Akane… un-unos ojos enormes inyectados de sangre… y esa sonrisa macabra. ¡Ese monstruo tenía una risa muy escalofriante! —Ranma se cobijó en los brazos de ella, mientras volteaba a la esquina en donde arrojó el libro y abría los ojos desmesuradamente, pareciendo enfrentarse nuevamente a la visión del susodicho ser— Er-era gordo, morado… ¡y muy peludo! Además, ¡hablaba!, ¡se esfumó del árbol y luego apareció en mis brazos! ¡Y me estaba sonriendo, Akane, me estaba sonriendo!

    —Espabilando con las manos al narrar lo último.

    Por otro lado, a la muchacha de ojos castaños le salía una gota de agua en la cabeza.

    —¿Me estás diciendo que lo que te tiene así es la historia que el maestro Namare nos dejó leer de tarea, cierto?—. Le habló despacio y suavemente, sin embargo, lo que deseaba era zarandearlo por bobo.

    Su asustado prometido asintió débilmente.

    —¡Ranma! —Se exaltó la peliazul, al entender todo—. Comprendo que tengas miedo a los gatos reales, pero, ¡¿Cómo demonios puede asustarte el inocente felino de un libro?

    —¡Cállate! —Vociferó molesto, sacando una pizca de valentía momentánea—.¡T-tú no sabes lo terrorífico que es ver a un estúpido gato con ojos y sonrisa de linterna, hablándote!... n-o lo sabes —Balbuceó, acurrucándose de nueva cuenta en ella—. No lo sabes… no lo sabes…

    Akane se quedó acariciándole la cabellera azabache con una mirada compasiva. Él seguiría en su trance un buen rato más.
    O-O-O-O
    A la mañana siguiente, ya toda la familia se encontraba en el comedor, sirviéndose de la comida que Kasumi amablemente les había preparado.

    En la televisión, pasaban un reportaje sobre una exitosa actriz extranjera, para ser más precisos, de Norteamérica. Piel de color, cabello en rastas, un carácter jocoso y una enorme sonrisa que contagiaría a cualquiera. Casi a cualquiera.

    En la mesa, cierto artemarcialista se iba haciendo más y más pequeño, mientras observaba a la mujer hablando en la pantalla, hasta que ya no pudo soportar, tomó el control del televisor y lo apagó, para sorpresa de todos.

    —P-por alguna razón —Susurró apenado—. Hay… hay algo en ella que no me agrada.

    FIN
    Notas

    XD Estaba escuchando unchained melody y esto salió de repente. ¡Qué cosas!

    Y hemm… el libro es el de Alicia en el país de las maravillas y la actriz es Whoopi Goldberg n_n… ella prestó su rostro y su voz en una versión llevada al cine del libro.
    Se cuidan. Nos vemos pronto.
     

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