Next Dimension

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Silver Fair, 12 Julio 2015.

  1.  
    Silver Fair

    Silver Fair Aquel que le sonrie a su triste reflejo.

    Sagitario
    Miembro desde:
    31 Marzo 2015
    Mensajes:
    20
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Next Dimension
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1030
    Reseña:
    Personajes
    El viejo guardián: El único sobreviviente de su mundo y quien a pesar de sus esfuerzos no pudo salvar su mundo solo, ahora es quien cuida la entrada a Lorencia y único capaz de guiar a los jóvenes que nacieron en un mundo equivocado.

    La princesa: La diosa de la vida, quien maneja los contratos entre las mascotas y los guerreros, también es quien otorga vida a las armaduras, debido a su amor por la vida decidió cortar lazos con su hermano ********

    ********: Ser que se alimenta del odio y el rencor, debido a las constantes guerras se volvió cada vez más fuerte, hasta el punto en el que hasta el más férreo guerrero tiembla al escuchar su nombre, pues se rumorea que es inmortal, resiente el hecho de ser abandonado por la princesa.

    Magnus: Dragón dorado de ojos azules cuyo trágico pasado lo llevo a resentir a la humanidad.

    Keith: un joven cuyo estigma es su visión, capaz de ver y tocar seres que nadie más puede, lo que lo lleva a situaciones para nada envidiables.

    Falcon: Perro mascota de Keith, de largo pelaje marrón y lengua morada, El viejo guardián se lo regalo a Keith, él puede ver y tocar a las criaturas al igual que su amo por lo que Keith vio en el a su primer compañero y amigo.

    Minah: (clasificado)

    Aria: una de las hadas que llego a este mundo junto al “joven aprendiz de herrero” hace casi cincuenta años, debido a que no tiene un contrato con nadie debe de dormir casi todo el tiempo.

    Prologo

    Recostándose en su sillón el viejo mira a su nieta, quien lo miraba con ojos llenos de curiosidad.

    “Abuelito, ¿que es eso?”

    Dijo la niña señalando a la pequeña hada que descansaba en su regazo, al darse cuenta del destino de su nieta el viejo entonces la miro con ojos llenos de melancolía.

    “Es un Hada mi pequeña, aunque ahora esta dormida… ¿quieres ser su amiga cuando despierte?”

    “¿Puedo?”- dijo la niña con una enorme sonrisa.

    “Por supuesto que puedes, pero tendrás que hacerme una promesa”

    “Claro abuelito”- Dijo la niña no mayor de cinco años, sin quitar su mirada del hada, que descansaba apaciblemente en el regazo de su abuelo.

    “Ella esta perdida al igual que sus amigos y yo, prométeme que la vas a ayudar a volver a casa aun cuando yo no pueda.”

    La niña miro a su abuelo por un momento.

    “¿Tu también estas perdido?”

    “Si, mi pequeña, el abuelo solía vivir en otro lugar, el mismo donde esta hada vivía, pero ella sus amiguitos y yo nos perdimos hace mucho tiempo y no supimos como volver.”

    “¿Pero esta no es tu casa?”

    “Si, yo conocí a tu abuelita y decidí vivir aquí con ella, pero ella y sus amigos extrañan mucho su hogar, pronto no podre cuidar de ellos así que si prometes cuidarlas entonces prometo que ella querrá ser tu amiga.”

    La niña aun sin entender el verdadero peso de esa promesa, le prometió a su abuelo cumplir con la promesa que el mismo no pudo cumplir hacia ya casi cincuenta años.

    Cuando decidió convertirse en el guardián del portal a su mundo.

    En aquel entonces solo tenia once años, siendo aprendiz de herrero, aun no había forjado su primera armadura, pero desde pequeño había decidido seguir los pasos de su padre, no había más noble tarea que la de darle vida a las armaduras que protegían a Florencia, su pueblo natal de los peligros del mundo exterior.

    Su mundo estaba lleno de magos, caballeros y creaturas mágicas, pero también habían muchos conflictos entre todas las razas que en el habitaban.

    Los humanos siendo los más débiles formaban contratos con creaturas mágicas que no podían defenderse de otras aun más bélicas y fuertes, formando vínculos y dándoles la habilidad de utilizar la magia en pro de defenderse mutuamente.

    A estas criaturas les llamaban mascotas, pues estas le daban todo a sus compañeros, incluyendo sus vidas, a cambio de algo que ellos acordasen de igual valor

    Cada vez que nacía una armadura, esta le juraba lealtad a su princesa, pues si, las armaduras no solo se forjaban, ellas nacían, tenían voluntad propia y decidían quien era apto para ellas, por eso no cualquiera llegaba a ser un caballero.

    Quien iba a pensar que el ultimo día de su mundo comenzaría como cualquier otro, El entonces joven aprendiz de herrero nunca se imagino, que frente a el la princesa seria atravesada por las garras del mismo ********.

    En un ultimo intento por evitar el fin del mundo la princesa libero a las armaduras y a las mascotas de sus contratos, convirtiéndola a ella, a ******** y a toda Lorencia en piedra.

    El joven aun recuerda como su mejor amigo, quien hacia poco tiempo había recibido su armadura lo tomo con todas sus fuerzas y lo lanzo a un foso, mientras su cuerpo se convertía en piedra.

    “Abuelito mira esta despertando”- Dijo la niña sacando a su abuelo del mar de recuerdos, el hada en su regazo abría lentamente sus ojos, para luego dar un largo bostezo.

    Dejando escapar una sonrisa el viejo guardián entonces ve por primera vez la esperanza en su nieta, parte de una nueva generación, que a pesar de haber nacido en un mundo diferente, estaba destinada a salvar su antiguo mundo.

    Pues aunque aun no sabe como es que llego a este, conoce el lugar por donde volver a su mundo, el mismo había construido su casa sobre dicho lugar.

    “Buenos días Aria, te presento a mi nieta y ella quiere ser tu amiga”

    Ambas se miraron a los ojos por un momento, antes de que el hada levantase el vuelo para posarse en las manos de la niña.

    El viejo no pudo más que sonreír al ver la alegría de su nieta al tocarla.

    “Aun eres muy joven mi reina chiquita, pero pronto… nos ayudaras a encontrar nuestro camino.”- Dijo el viejo, acariciando suavemente la cabeza de su nieta.

    “Ah si, que sea un secreto entre tu y yo.”

    “¿Por qué?”

    “Porque a tu mama nunca le gustaron las hadas… pues nunca pudo verlas”
     
    Última edición: 12 Julio 2015

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