Navidad en familia, desgracia familiar

Tema en 'Literatura experimental' iniciado por Andria, 3 Enero 2016.

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¿Qué ocurrirá?

Poll closed 10 Enero 2016.
  1. Sigo a Emily hacia el bosque temiendo que acabe perdiéndose.

    1 voto(s)
    100.0%
  2. Disparo mi rabia contra mis primos que ríen del dolor de mi hermana.

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  3. Dejo que Emily salga, se relaje y, una vez haya vuelto, hablaré con ella.

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  1.  
    Andria

    Andria Iniciado

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    Navidad en familia, desgracia familiar
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    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    6
     
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    1001
    Navidad en familia, desgracia familiar
    Primera parte

    Como cada año por estas fechas, toda la familia está reunida en el gran salón, degustando marisco fresco y varios canapés que son muy bonitos pero saben fatal. La familia Ford, mi familia por desgracia, siempre está pendiente de las apariencias. Este año, para superar todos los anteriores, mis padres ordenaron al servicio que instalara unas luces festivas alrededor de toda nuestra mansión, además de un espantoso reno en el techo. Nunca he sentido pertenecer a esta familia, tan solo hay que echar un vistazo a la mesa para darse cuenta de que no es mi sitio; presidiendo la mesa se encuentra mi padre Robert, un magnate empresario con tanta riqueza que no podría ni gastar la mitad en ocho vidas. Gordo y con bigote, observa su reloj de bolsillo deseando que esta estúpida comida termine cuanto antes. A su lado, mi hermosa y juvenil madre Esme, remilgada y fina como ella sola, siempre a la sombra de su marido, una mujer que no vale por si misma. No es muy diferente a su hermana, mi tía Carol. Se ríe de los chistes malos de su marido, Alfred, sentado a su lado. Sus dos hijos, Jonh y Col de 15 y 17 años respectivamente, son dos niños malcriados que se dedican a tirar pan por debajo de la mesa, burlándose de la pobre sirvienta que lo recoge sin rechistar. En frente nos encontramos mi hermana pequeña, Emily, y yo. Emily parecía comprenderme, aunque solo tiene seis años, ella era diferente, pero después de tantos regalos caros, tablets, móviles… está empezando a comportarse como una Ford más. Y qué decir de mí, soy Candice, Can para los amigos… pero ¿qué digo? Si no tengo amigos. Esta asquerosa familia es tan importante en la ciudad que apenas puedo salir de casa sin vigilancia. 20 años aquí cautiva, y las únicas personas que veo son mi insoportable familia y, algún día con suerte, los hijos de algunos sirvientes, pues trabajan tantas horas que hay veces que traen a sus hijos y lo que para mis padres es un horror, para mí son los mejores días en esta espantosa casa.

    Como indica la tradición, esperamos a que todos terminen de comer antes de abrir los regalos de navidad. La espera se hace eterna para los niños de la casa, pero a Emily no parece preocuparle demasiado, total ya tiene todo lo que desea, ¿qué esperar? ¿un pony?

    La larga y desesperada espera termina y la tía Carol es la primera en ofrecer su regalo a mi padre. Es una cajita pequeña que mira con recelo, seguramente esperando otro reloj barato como años atrás. Lo abre algo emocionado, dando los pequeños trozos de papel de regalo que rasca a la sirvienta que se encuentra a su lado. Vaya, otro reloj, que sorpresa.

    —Muchísimas gracias, Carol, querida —comenta fingiendo una sonrisa.
    —Sabía que te gustaría —contesta mi tía ilusa.

    Tras mi padre, como siempre, es el turno de mi madre, que recibe un collar de diamantes y unos pendientes de esmeralda.

    —La joya tan bella como la dueña —dice mi tío Alfred. Creo que siempre se ha sentido atraído por mi madre, espero que solo sean ilusiones mías.

    Jonh y Col no paran de molestar y gritar hasta recibir sus regalos. Se tiran al suelo y los abren con enorme ilusión, pero...

    —¿¡Qué mierda es esta!? —grita Jonh desilusionado.
    —¡Ese lenguaje, hijo! —le contesta su madre.
    —¡Tiene razón! —le apoya su hermano Col —¡este móvil es de la pasada temporada! ¡Que vergüenza! —grita enfurecido tirando su regalo a la chimenea que nos calienta.

    Acto seguido los dos hermano salen corriendo al jardín, nevado por estas fechas tan frías.

    —¿Cómo te atreves? —empieza a enfurecerse mi tío Alfred —los pequeños llevan toda la razón, no pueden ir por la calle, al instituto, con un móvil de segunda categoría, por Diós, Carol...
    —¡Es culpa de tu sirvienta! —grita ahora mi tía a mi padre —le pedí a esa descarada que comprara los móviles que acaban de salir al mercado, seguro que ha comprado unos más baratos y se ha quedado con el dinero de sobra.

    Oh no... Pobre Carmen. Carmen trabaja para nosotros desde que tengo memoria y nunca, repito, nunca ha robado nada a mi familia, y no será por falta de motivos ya que cobra una miseria y trabaja las veinticuatro horas al día.

    — Carmen ¿es eso cierto? —no creo... ¿es pena lo que noto en los ojos de mi padre? —Claramente estás despedida, llamaré a mi abogado para que firmes tu despido y el acuerdo confidencial. —Claro, no podía faltar el dichoso acuerdo. Cuando un sirviente es despedido, le obligan a firmar un acuerdo de confidencialidad, donde jura por pena de cárcel, no comentar absolutamente nada del hogar fuera de estas paredes.

    La pobre Carmen sale del salón sin dirigir palabra alguna, con lágrimas en los ojos, directa a su habitación.

    —Solucionaremos esto en su momento, disfrutemos de la Navidad —intenta calmarnos mi madre —Emily, cariño, tu regalo te espera fuera.

    Mi padre y mi tío comentan el problema algo más relajados mientras Emily, mi madre, mi tía y yo nos dirigimos a la puerta. Allí fuera estaban Jonh y Col dando patadas a un potro inocente.

    —¡Jonh, Col! ¡Ya basta! —grita mi madre.
    —¡No es justo que a la niña le regaléis un pony y a nosotros unos móviles desfasados!

    Mi hermana, que siempre ha tenido una sensibilidad especial hacia los animales, se vuelve histérica, lanza una piedra a Jonh, que por desgracia no le alcanza, y sale corriendo fuera de nuestro jardín, hacia el bosque.

    —¡Emily! — grito sin obtener respuesta.​







    Vosotros decidís como continúa la historia. Responded a la pregunta final para fijar el futuro de esta. Dependiendo de vuestras respuesta el fic será más o menos corto. En una semana, teniendo en cuenta los votos obtenidos publicaré la segunda parte. ¡Espero que os guste y no dudéis en comentar!
     
    Última edición: 3 Enero 2016
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  2.  
    Keilani

    Keilani Usuario popular Comentarista empedernido

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    Yo añadiría que aunque sale corriendo los adultos intervienen y debe planear la manera de seguirla.

    Tenía curiosidad del motivo por el que tu historia estaba en este foro xD.
     
  3.  
    Andria

    Andria Iniciado

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    Es un fic para la actividad navideña de literatura experimental, se me olvidó decirlo jaja
    Gracias por leer :)
     
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  4.  
    Andria

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    Navidad en familia, desgracia familiar
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    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    6
     
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    Segunda parte

    Casi por acto reflejo, salgo corriendo detrás de mi hermana. A medida que me alejo de mi familia, escucho menos sus gritos y quejas. Esta pequeña es muy rápida, consigo seguirla unos metros, pero entre los grandes árboles del bosque, acabo perdiendo su pista.

    — ¡Emily!

    Por mucho que grito no obtengo respuesta alguna. Ya ni siquiera oigo sus pisadas. Me niego a darme por vencida, y sigo el rastro que deja en el suelo nevado. Al llegar a un cruce el camino se divide y los dos contienen pisadas. Al ser un camino bastante transitado, es imposible saber cuáles son de mi hermana y cuáles de otros habitantes o animales. Desesperada y temblando de frío, sigo el camino de la derecha.

    La luz del sol se pierde entre la arboleda, el frío cada vez es más intenso y mis dientes chocan entre sí en respuesta a este. Solo puedo pensar en cómo se encontrará mi pequeña hermana, sola en el bosque, con el frío invernal y la noche amenazando.

    Al final del camino encuentro una pequeña caseta. Decido entrar a preguntar por un teléfono para poder ponerme en contacto con mi casa, tal vez Emily haya vuelto, han pasado ya dos horas. Toco insistentemente la puerta, con golpes cada vez más fuertes, pero no hay respuesta. No se escucha nada al otro lado, miro por la ventana y todo está oscuro. Claramente no hay nadie allí, asique doy la vuelta y sigo mi camino. Cuando ya estoy lo bastante alejada, escucho un pequeño gemido. Miro a todos los lados, no se oye un alma. Juraría que era un grito ahogado de mi hermana… Ya estoy perdiendo la cabeza, lo mejor será volver a casa.

    El camino de vuelta se hace más largo que el de ida, pero al fin consigo llegar. Entre en el salón y todos están reunidos en la mesa, alrededor del teléfono.

    —¿qué ocurre? —pregunto asombrada.

    —Cariño… han llamado unos hombres asegurando tener a Emily —explica mi padre con la voz quebrada.

    Mi corazón deja de latir por un momento ¿mi hermana ha sido secuestrada?

    —Pero, pero… -soy incapaz de articular palabra.

    —No te preocupes, todo se arreglará —me dice mi madre —Nos han pedido una recompensa, la pagaremos y Emily volverá con nosotros.

    Mis tíos están también sentados, algo inquietos y nerviosos. Jonh y Col, en cambio, no están. Les importará tan poco la vida de mi hermana que estarán jugando a la consola su habitación de invitados.

    Apenas me da tiempo a coger asiento cuando el teléfono suena de nuevo.

    —Sí, de acuerdo, entendido —dice mi padre palabra por palabra contestando a lo que sea que le dicen por la otra línea.

    Cuando cuelga el teléfono todos nos quedamos expectantes.

    —Debemos entregar un millón de dólares a medianoche. Tenemos que dejar el dinero en efectivo en la cabaña del bosque.

    ¿La cabaña del bosque? ¿No es ahí donde he escuchado el grito ahogado de mi hermana?

    —¡Yo ya he estado allí! ¡Escuché algo! ¡Seguro que Emily está allí escondida! —grito eufórica, sabiendo que mi hermana está a salvo.

    —Haremos la entrega y recuperaremos a nuestra hija —dice mi madre con algo de esperanza en la voz.

    —¡No! ¡Debemos ir a buscarla antes! ¡Llamemos a la policía! —no entiendo la parsimonia de esta asquerosa familia.

    —Si llamamos a la policía solo empeorarán las cosas —inquiere mi tío.

    —Tiene razón, los secuestradores dejaron claro que no quieren policías o todo se pondrá muy feo —le defiende mi tía.

    —¿Todo se pondrá muy feo? ¿Acaso mi hermana no está ya secuestrada?

    —Relájate cariño —trata de calmarme mi madre —todo saldrá bien, en unos pocos minutos entregaremos el dinero y nos devolverán a Emily.

    —Espera un momento… —reacciona mi padre — esa cabaña del bosque… ¿no fue el hogar de Carmen antes de que trabajara para nosotros?

    Todos nos quedamos helados al escuchar estas palabras. No puede ser. Carmen es una buena mujer, la conozco desde que nací, no me lo creo.

    —Es imposible, Carmen no puede tener nada que ver en esto —la defiendo.

    —Cariño… acabamos de despedirla, puede que quiera vengarse —contesta mi tío Alfred.

    Los adultos se quedan alrededor en la mesa discutiendo sobre la culpabilidad de Carmen, pero hay algo que a mí no acaba de convencerme. Subo a mi habitación, miro el reloj y son las once de la noche. Tengo una hora para decidir qué debo hacer, como puedo salvar a mi hermana.

    --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

    ¿Qué debe hacer Can?

    a) Dirigirse a la cabaña en busca de su hermana antes de que se realice la entrega y así coger a los secuestradores de imprevisto.

    b) Llamar a la policía y contarles todo lo ocurrido.

    c) Localizar a Carmen, advertirla de que es sospechosa y con su ayuda encontrar a Emily.


    Es vuestra decisión como continuará la historia. Tenéis una semana para votar, hasta el lunes que viene :)
     
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    Ichiinou

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    Ay, ¡Me encanta esta historia! ¡Está interesantísima! ¡Por favor síguela! Yo creo que deberían: c) Localizar a Carmen, advertirla de que es sospechosa y con su ayuda encontrar a Emily, no sé, así también es una forma de enterarse si es culpable o no y no sé, igual se pone más interesante el tema.

    Me dio pena eso de lo de los móviles, en serio, una hostia que deberían darle a esos niños y no despedir a la pobre sirvienta. Yo no raptaría a la niña, pero que le quemaba la mansión seguro. (????) xD

    En fin, espero la continuación. Elijo la opción "c". A ver si alguien más se anima a elegir opción. Y por favor, sigue la historia, es muy interesante y está muy bien redactada y aedfadsf. <3

    ¡Un saludo! :)
     
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    Andria

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    Navidad en familia, desgracia familiar
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    Misterio/Suspenso
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    6
     
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    1220
    Tercera parte

    Al fin decido ir en busca de Carmen, me niego a pensar que tenga algo que ver en esto, pero si en realidad esa cabaña tan misteriosa fue su hogar, podrá ayudarme a averiguar que ocurre allí dentro. Cojo mi abrigo azul, el más caliente que tengo ya que la noche se está volviendo demasiado fría, y abro la puerta de mi dormitorio tratando de no hacer mucho ruido. El reloj del pasillo marca las once y media. Asomo la cabeza entre las escaleras y observo la escena del gran salón. Los adultos siguen discutiendo, aunque en realidad todos estén de acuerdo en entregar el dinero. No creo que sea una buena opción, nadie nos asegura que después de hacer la entrega vayan a devolvernos a mi hermana, puede que después nos pidan más y más y más… y así les enriquezcamos sin volver a ver a Emily. No puedo bajar las escaleras o todos me verán. Mi cuarto está en el primer piso pero no es la primera vez que salgo por la ventana, tengo que intentarlo. Salgo por la ventana tratando de mantener el equilibrio, quedando encima del tejado. Un salto y listo. La nieve amortigua mi caída y ya puedo ir en busca de Carmen.

    No sé dónde comenzar a buscar y solo queda media hora. Rodeo la casa hasta la puerta de servicios. Me asomo y veo que todos los sirvientes también hablan del tema.

    —Pobre Emily… Con la cantidad de desgraciados que hay en esta familia y se llevan a la pequeña inocente.

    —Es inocente ahora que es joven, cuando crezca será una más de su calaña.

    — ¡Por dios, hablamos de una niña! Nadie, por muy malo que sea, se merece esto.

    Las opiniones son diversas, pero todos concuerdan en que mi familia es una familia de ratas. Espero a que todos se dispersen y entre cuando solo queda Hanna dentro. Es la sirvienta más joven, apenas tendrá unos 20 años. Se incorporó al servicio cuando desahuciaron a sus padres y no tenía donde vivir, vino recomendada por Carmen y, desde entonces, fue su protectora. Si alguien sabe dónde puede estar, será ella. Como cada noche, cuando los sirvientes se van a la cama, Hanna se queda en la cocina frente a su libro de lectura, aprendiendo el alfabeto. Este es mi momento.

    —Hola, Hanna.

    —Can… ¿Qué haces aquí? ¿Cómo estás? —de veras esta chica tiene un corazón de oro, siempre preocupada por nosotros.

    —No le digas a nadie que estoy aquí, por favor. Solo quiero que me digas donde puedo encontrar a Carmen.

    —Bueno…. No sé si debería… —comienza a dudar.

    —Es importante, por favor…

    —Antes vivía en una pequeña cabaña del bosque, pero cuando empezó a trabajar aquí vendió su hogar —por lo menos ahora sé que no tiene nada que ver con esto —ahora no tenía a donde ir… supongo que se alojará con su hermana. Tiene una pequeña casita al otro lado del río. Es algo solitaria y extraña, su casa digo, su hermana también.

    Hay algo en los ojos de Hanna que muestran sospecha, duda… no lo sé, pero no me gusta.

    —Muchísimas gracias, me has ayudado más de lo que crees —le doy un fuerte abrazo en forma de agradecimiento —cuando quieras, puedes coger prestado alguno de mis libros —le sonrío.

    —Gracias a ti —este último ofrecimiento le ilumina los ojos.

    Está bien, salgo de la casa y me dirijo al río. Tengo veinte minutos antes de la entrega, esto es un contrarreloj. Por suerte para mí, el río está apenas a cinco minutos de mi casa, aligerando el paso incluso en menos. Hundiendo mis botas en la nieve, llego antes de lo esperado. En la casa que está aislada al otro lado del río se ve una luz, estarán despiertas todavía. Cruzo en pequeño puente de madera, que no parece muy estable, y llego a la puerta principal. Toco con fuerza, esperando que me oigan por encima del sonido del viento. La puerta chirría al abrirse y aparece ante mí una mujer mayor, llena de arrugas, con solo un ojo abierto.

    —¿¡Quién eres!? ¿¡Qué quieres!? —me asusta con sus gritos.

    —Busco a Carmen… —digo tratando de no balbucear.

    —Can, cariño —escucho la voz familiar de Carmen detrás de su hermana.

    Se acerca hasta la puerta y le dice a su hermana que no debe preocuparse, me presenta como una amiga.

    —Odio las visitas, lo sabes. ¿¡Por qué si no iba a vivir en una cabaña aislada de la vida social!? —grita de nuevo la anciana.

    —Solo será un momento —se disculpa.

    Mi invita a entrar frente a la chimenea. La vieja con pintas de bruja se dirige a la cocina, supongo que para dejarnos un poco de intimidad. Voy directa al grano y explico a Carme todo lo ocurrido. A medida que avanzo en la historia, los ojos de Carmen se humedecen. De verdad que nos quiere, a Emily y a mí, siempre hemos sido sus pequeñas. En cuanto le digo que mis padres y tíos sospechan de ella, echa a temblar como un pequeño gato indefenso.

    —Yo no tengo nada que ver con esto —me dice con el aliento entre cortado.

    —Ya lo sé, nunca he dudado de ti. Pero si conoces esa cabaña, ayúdame a averiguar que ocurre allí dentro.

    —Creo que deberíamos llamar a la policía —contesta preocupada.

    —No hay tiempo, quedan diez minutos para la entrega, mis padres deben andar cerca, ¡debemos hacer algo!

    Carmen duda y su hermana, que escuchaba todo desde la cocina, empieza a gritarme tan alto que apenas entiendo lo que me dice. Que no meta a su hermana en líos, que quiere estar sola, que me marche por donde he venido… Cada vez la noto más agresiva, cojo mi abrigo y me dirijo a la salida.

    —Carmen, por favor… —mi último intento ya saliendo de su casa.

    Cierra la puerta con lágrimas en los ojos y se queda adentro con su hermana, tratando de tranquilizarla. Diez minutos, no tengo tiempo de llegar a la cabaña antes que mis padres… pero… Ideo un plan y salgo disparada. Cuando estoy cruzando el puente, vuelvo a oír el chirrido de la puerta.

    —¡Candice, espera! —¡Es Carmen! —Voy contigo, ayudemos a la pequeña Emily.

    Sonrío de oreja a oreja, al fin alguien decide ayudarme. La única forma de llegar a la cabaña antes que mis padres no es andando…. ¡si no galopando! Carmen y yo corremos en dirección a mi casa. Al llegar las luces están apagadas, parece que todo el mundo ya ha salido. Montamos en el pony, por suerte para nosotras, parece lo suficientemente fuerte como para llevarnos a las dos encima y salimos disparadas hacia el bosque.

    El pequeño pony galopa como un rayo, a una velocidad extraordinaria, llegaremos antes de lo previsto. Pero cuando ya estamos cerca escucho la voz de mi familia. Les tenemos justo delante.

    ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

    ¿Qué debemos hacer?

    a) Seguir a mi familia cuidadosamente por detrás y esperar a lo que ocurra.

    b) Adelantarles por otro camino y llegar antes que ellos a la cabaña.

    c) Incorporarme al grupo y dejar a Carmen que nos siga. Si algo no va bien, llamará a la policía.

    De nuevo, volvéis a decidir el rumbo de la historia. Muchas gracias por leer y, sobretodo, comentar =)
     
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    Ichiinou

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    ¡Ay! ¡Si yo ya sabía que Carmen no tenía nada que ver con el asunto del secuestro! Si es una monada. <3 Esto se pone cada vez más interesante. La opción que he elegido yo es:

    b) Adelantarles por otro camino y llegar antes que ellos a la cabaña.

    Soy arriesgada lo sé, pero cuanta más emoción en la historia mejor. Aunque pueda ser peligroso, pero el peligro mola. JEJEJE

    ¡Sigue escribiendo!

    ¡Un saludo! :)
     
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  8.  
    Andria

    Andria Iniciado

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    Navidad en familia, desgracia familiar
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    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    798
    Cuarta parte

    Carmen me susurra al oído, con sumo cuidado de que nadie nos escuche, que debemos adelantarlos y me señala en dirección a los pinos. Ahora recuerdo que tras cruzar los pinos llegaremos directas a la cabaña, el camino que sigue mi familia, en cambio, rodea el pinar. Con un delicado golpe de talón, el pony comienza a adentrarse en el bosque. La maleza nos impide ver bien la dirección, debemos continuar recto, sin desviarnos, o acabaremos perdidas.

    Las ramas del suelo crujen en cada pisada. Un arbusto que no he podido ver le golpea en la cara al pobre animal que suelta un relincho.

    —¿Qué ha sido eso? —oigo la voz temblorosa de mi madre.

    —Estamos en el bosque, cariño —le tranquiliza mi padre —Es normal que haya animales. Continuemos.

    Los arbustos han impedido que nos vean, gracias. Seguimos nuestro camino, esta vez más cuidadosas, me bajo del pony y decido llevar yo las riendas apartando las ramas que puedan asustar al animal. En pocos minutos ya hemos llegado.

    —Somos las primeras, ¿qué hacemos? —busco ayuda en mi amiga.

    —Mira la ventana.

    Giro mi mirada en esa dirección y se puede ver tras la pequeña ventana una tenue luz. Parece que hay alguien dentro. Ato las riendas del pony a un árbol y me acerco lentamente, tratando de hacer el mínimo ruido posible. Mi corazón está acelerado, cualquier paso en falso podría poner en peligro la vida de mi hermana. A medida que me acerco escucho unas voces. Parecen de hombre, aun así siguen siendo muy bajas para poder entender lo que dicen.

    Me quedo agachada debajo de la ventana. Carmen vigila que no se acerque nadie, en tal caso me avisará. Poco a poco me voy levantando intentando asomarme con discreción. Ahí está. Mi hermana pequeña está atada a una silla con una bolsa en la cabeza, rodeada de ¿globos?

    Hay un hombre o, tal vez muchacho ya que es muy pequeño, de espaldas. Oigo un débil silbido. Es Carmen, parece que alguien se acerca. No tengo tiempo de volver junto a ella, por lo que me quedo agachada esperando que nadie me vea. Escucho los latidos de mi corazón como si fueran estruendos.

    Alguien golpea la puerta. El joven se pone una capucha y aspira el aire del globo. Así que para eso eran, ¿por qué tomarse tantas molestias en que no le reconozcamos?

    —Deja el dinero en la puerta —dice con voz aguda.

    —Primero déjame ver a mi hija —contesta mi padre con voz autoritaria.

    Coloca a mi hermana delante de la puerta, la entreabre un momento y seguido cierra de un portazo.

    —El dinero —insiste.

    Mi familia obedece y dejan el dinero en la entrada de la cabaña. Dan unos pasos atrás cuando la puerta vuelve a abrirse lo justo para que saque el brazo, recoja el dinero y vuelva a cerrar. Me asomo un momento por la pequeña ventana y veo como cuentan el dinero. Al comprobar que es la cantidad acordaba, desata a mi hermana y la empuja fuera de la cabaña.

    —No ha sido tan difícil, ¿verdad? —dicho esto cierra tras de sí.

    Mi pequeña hermana abraza con todas sus fuerzas a mis desagradables padres.

    —Te dije que todo saldría bien —vitorea mi padre.

    Abrazados todavía, dan media vuelta dirigida a casa. ¿Esto se va a quedar así? Veo que Carmen me hace gestos para que me acerque.

    —¿Emily está bien? —pregunta preocupada.

    —Sí… pero ¿ya está? ¿Vamos a dejar a este hombre libre?

    No, esto no acaba aquí. No puedo volver a casa y seguir con mi desastrosa vida sabiendo que el secuestrador de mi hermana anda suelto.

    —Tengo que saber quién es.

    Sin dejar que Carmen replique, vuelvo a la ventana. Esta vez no tengo tanto cuidado, la ira crece en mi interior, no puedo entender como mi familia puede irse sin mirar atrás. El pequeño hombre sigue contando el dinero, cuando de pronto se quita la capucha.

    —¡Col! —grito al ver que el secuestrado es nada más y nada menos que mi propio primo.

    El joven se asusta, recoge el dinero y sale corriendo. No puede llegar muy lejos, en algún momento deberá volver a casa y les contaré a todos quien es el culpable de todo esto. O tal vez le siga, puede que tenga cómplices, dudo mucho que un niñato de 17 años pueda organizar un secuestro y estafar a su propia familia sin problemas.

    --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

    ¿Qué debo hacer?

    a) Vuelvo a casa y les cuento a todos que Col es el secuestrador.

    b) Le sigo por el bosque a ver hacia donde se dirige.

    c) Llamo a la policía y les cuento todo lo ocurrido, con nombres y apellidos.


    Ya sabéis como funciona esto, vosotros/as decidís como continúa la historia :)
     
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    Ichiinou

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    ¡Vaya vaya! ¿Tan mal le va económicamente al primo Col para tener que secuestrar a la pobre Emily? Si es que esta familia está podrida eh. Interesante, esto se pone muy interesante.

    Dejo aquí la opción que elijo, es la que más me gustaría ver. *-*

    b) Le sigo por el bosque a ver hacia donde se dirige.

    Espero ansiosa la continuación. :)

    ¡Un saludo! :)
     
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    Andria

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    6
     
    Palabras:
    941
    Quinta parte

    Manda mi instinto y salgo corriendo detrás de mi primo Col. A través del oscuro bosque donde apenas veo un metro por delante de mí, le sigo corriendo dando grandes zancadas. Espero no perderle, esto no acaba aquí pequeñín. Tengo que guiarme por el oído, ya le he perdido de vista pero el ruido que hace al pisar las ramas secas del suelo es estremecedor en el silencio de la noche. Al fin se acaba la arboleda y llegamos a un campo abierto. Se vuelan unos pocos billetes que lleva en las dos manos, pero no se detiene a recogerlos, ni yo tampoco.

    —¿Pero, qué hago huyendo de una niñata? —le oigo decir cuando para en seco.

    De pronto, se da la vuelta y me mira desafiante. Aun jadeando consigo alzar la voz.

    —¿Cómo puedes estafar a tu propia familia? ¡Has herido a mi hermana! —le replico, pero no es la mirada de Col la que me amenaza.

    Tiene una leve sonrisa con el ceño fruncido que me produce escalofríos.

    —Hagamos un trato —me propone —tú no dices nada y yo… bueno, te dejo con vida.

    —¿Perdona? —Digo incrédula —¿Estás dispuesto a matar a tu prima? —Esto me parece ridículo —¿qué va a hacerme un crío como tú?

    Nada más pronunciar mis palabras, Col junta las manos produciendo el escape de un humo verde que alumbra todo el prado.

    —No sabes con quien estás hablando ¿verdad? —me reta cuando al separar las manos un círculo de fuego nos rodea —Como ya te he dicho, tienes dos opciones: cerrar la boca o morir.

    ¿Pero, qué está pasando? ¿Mi primo pequeño tiene poderes? ¿qué locura es esta? Tengo demasiadas cosas que asimilar y el miedo me hace meya.

    —Tranquilízate, por favor —empiezan mis súplicas.

    —Estoy muy tranquilo, primita —me responde con esa sonrisa tan malévola que en la vida le había visto poner —es tu decisión.

    Me encuentro en un callejón sin salida, y nunca mejor dicho pues el círculo de fuego cada vez se hace más pequeño. Ya noto el calor de las llamas por la espalda.

    —Está bien, no diré nada —acabo rindiéndome.

    —Así me gusta —cierra los puños al mismo tiempo que las llamas desaparecen —nos vemos en casa —y con una sonrisa dibujada en el rostro, orgullosos de su hazaña, se marcha y esta vez le dejo ir.

    Me doy media vuelta de camino a mi casa. Algo no me encaja. Si mi primo tuviera esos poderes, podría haber tenido todo lo que deseara en su vida. ¿Cómo es que sus padres no lo han descubierto? ¿Ni siquiera su hermano Jonh? ¿O son todos conocedores de la noticia y con tal de protegerle no han dicho nada? Tengo demasiadas cosas en las que pensar, pero hay algo que se me escapa, tiene que escapárseme…

    Me adentro en el bosque cuando escucho las pisadas del pony. Es Carmen que ha salido en mi búsqueda, aunque llega tarde.

    —Temía que tú también estuvieras secuestrada —me dice preocupada dándome un gran abrazo de alivio.

    —No te preocupes, estoy bien —trato de tranquilizarla aunque el miedo y confusión siguen habitando mi cuerpo cansado.

    —Deberías volver a casa y descansar —parece que puede leerme la mente.

    Asiento con la cabeza y me subo al pony. Carmen hace lo propio tras de mí y trotamos camino a mi hogar. La verdad es que tengo ganas de abrazar a mi hermana, después de todo lo que ha pasado. Cuando llegamos al desvío Carmen baja del pony.

    —Prométeme que tendrás cuidado —me dice con un cariño maternal en la voz.

    —Por supuesto —la sonrío de vuelta y nos despedimos.

    Vuelvo al camino que lleva a mi casa, cuando escucho algo raro. Miro hacia atrás y Carmen ya no está. La cabaña de su hermana tiene una tenue luz que me tranquiliza, habrá entrado dentro. Cuando vuelvo a girar, vuelvo a escuchar un ruido. Esta vez parecen voces humanas, no han sido los animales ni el viento. Qué raro. Demasiada aventura por esta noche, debo volver a casa. Pero cuando estoy a punto de adentrarme en el bosque vuelvo a oír las voces. De nuevo, guiada por mi instinto, decido ir a la cabaña y asegurarme de que Carmen se encuentra bien. Ato al pony en un árbol y hacia allí que me dirijo.

    Cuando llego a la entrada toco la puerta. El chirrido que ya conozco vuelve a sonar y la hermana anciana de Carmen se asoma.

    —¿Qué quieres tú ahora? ¿No has tenido suficiente? —me dice con esa voz escalofriante que tiene.

    —Quería saber cómo está Carmen —la respondo tratando de mirar por encima de su hombro, pero solo alcanzo a ver unos billetes usados encima de la mesa de la sala.

    —Acabas de verla, ¿cómo va a estar? Ya se ha acostado, vete a molestar a tu familia, niñata.

    Y de golpe cierra la puerta en mis narices. Que mujer más desagradable, no parece ni familia lejana de Carmen y tengo que creer que comparten la sangre. Vuelvo hacia el pony y sigo dándole vueltas a todos lo ocurrido. La voz de la anciana se ha quedado grabada en mi mente: “Vete a molestar a tu familia, niñata” De pronto todo cobra sentido, ¡es ella!

    ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

    ¿Qué debería hacer?

    a) Volver a la cabaña.

    b) Volver a casa.

    c) Buscar a Col.


    Como en cada capítulo, vosotros/as decidís como continúa la historia. Estas opciones son algo más generales que las del principio, pero esta historia llega a su fin y no quiero revelar nada de lo que pueda ocurrir dependiendo de las opciones. ¡Espero que os guste!
     
  11.  
    Ichiinou

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    Bueno bueno bueno bueno bueno, así que Col tiene poderes. La verdad es que me parece bastante asombroso. e_e Y no sé para qué querría el dinero, ¿en qué líos se ha metido este chico?

    Me ha gustado el capítulo y bueno, está claro que la hermana de Carmen tiene algo raro... ¿Quién será? ¿De qué se habrá dado cuenta? Uhm. Estoy intrigada.

    He visto algunos fallitos.
    Es "mella" con "ll".

    Es "le".

    Es "todo", se te ha colado una "s".

    A ver, analizando las opciones, ir a casa... no sé, nadie de su familia le va a ayudar y ni siquiera le creerán, seguramente. Después ir a por Col... me da que algo tiene que ver con la hermana de Carmen... así que, no queda más que lo de la cabaña así que elijo:

    a) Volver a la cabaña.

    ¡Veamos qué pasa! :)

    ¡Un saludo! :D
     
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  12.  
    Andria

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    Navidad en familia, desgracia familiar
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    Sexta parte

    Empiezo a atar cabos y todo cobra sentido. ¿Por qué querría mi primo dinero siendo un consentido en el seno de una familia millonaria? ¿Cómo es posible que tenga magia? Siendo menor que yo, ¿por qué me llamaría niñata? El mismo descalificativo usado por la anciana. Esa “hermana” de Carmen, desagradable como ella sola, viviendo apartada de la sociedad, odiando a todas las personas, siendo la mujer más extraña que alguna vez haya conocido. Tiene que ser ella. Tiene que tener algún tipo de poder para convertirse en lo que quiera y algún motivo para odiar a mi familia… ¿tal vez el despido de Carmen?

    Con mis ideas ordenadas, segura de haber encontrado a la culpable de todo, doy media vuelta y me dirijo a la cabaña. Esta vez no espero que me abran, intento abrir la puerta yo misma. En vano, debe estar cerrada con llave. Por más golpes que doy, la puerta de madera parece ser de hierro, acabo haciéndome daño y ni siquiera se ha movido un milímetro.

    —¿Quién anda ahí? —grita la bruja al otro lado de la puerta avisada por los golpes.

    —¿Qué ocurre hermana? —oigo la voz de Carmen recién levantada.

    —No te preocupes, habrá sido el viento y me ha asustado. Vuelve a la cama, mañana nos espera un largo día —Y los pasos de Carmen se oyen cada vez más lejanos, directos al fondo de la casa.

    Ahí debe encontrarse su habitación, al fondo. Tengo que advertirla de que corre peligro, no sé a dónde la querrá arrastrar su hermana mañana, pero suena a plan de huida. La anciana abre la puerta principal, estoy agachada al otro lado de la cabaña, por lo que no me ve. No ha debido quedarse tranquila, pues después de pronunciar casi en un susurro palabras que no logro entender, una luz verde ha bañado todo el campo. Palpo todo mi cuerpo, estoy bien. Cuando cierra la puerta me quedo agazapada esperando oír sus pasos a la cama. La luz se apaga y cinco minutos después el silencio se adueña de todo el hogar. Entonces comienzo a andar, despacio, muy despacio. Consigo llegar a la ventana de Carmen sin apenas hacer ruido ni levantar a la bruja. Y ahí está, dormida, con una fina sonrisa disfrutando del sueño placentero. Lo siento, Carmen, tengo que despertarte. Tratando de hacer el ruido exacto para despertar a Carmen pero no a su hermana, comienzo a golpear suavemente la ventana. No produzco ningún ruido. Golpeo más fuerte. Nada. Golpeo con todas mis fuerzas. Silencio. Cojo una piedra y la estrello contra la ventana ¡y nada! ¿Pero, qué ocurre? El hechizo que lanzó la vieja bruja ha debido insonorizar la casa.

    —¡Carmen! ¡Carmen! —intentos fallidos.

    Debe de haber alguna forma. Recuerdo el cuento tradicional de los tres cerditos, parece absurdo, pero a situaciones desesperadas, medidas desesperadas. Subo al tejado sin preocuparme de hacer ruido, no van a oírme de ninguna manera. Ahí está la chimenea de ladrillos, exactamente igual que en la ilustración de mi ejemplar del cuento infantil. Parece lo suficientemente ancha para mi cuerpo, podría funcionar. Meto las piernas primero. Apoyándolas contra la pared y mi columna en la pared contraria, comienzo a bajar lentamente. Todo está oscuro, negro, no veo el final. Un pie me resbala y casi caigo al vacío, pero me doy cuenta de que ya he llegado al suelo. Piso la leña carbonizada, y salgo del agujero. Sigo sin ver absolutamente nada. Comienzo a moverme arrastrando los pies, con las manos extendidas, intentando no tropezarme con nada.

    Encuentro una mesa, dos sillas, algo metálico como una cazuela (o tal vez un caldero de pociones, quién sabe), un perchero… y al fin, una puerta. Con la mano izquierda toco la pared, con la derecha la puerta. Intento situarme mentalmente, esta debe ser la habitación de Carmen. Giro el pomo con cuidado, se oye un pequeño chasquido que me deja paralizada. No escucho ningún indicio de que la bruja haya despertado. Empujo la puerta suavemente y la cierro con sumo cuidado tras de mí. De nuevo con las manos extendidas y arrastrando los pies, consigo dar con la mesilla de noche y encender la pequeña lámpara.

    Gracias a Dios o quien sea no me he equivocado de habitación. Carmen se da media vuelta molesta por la luz pero no acaba de despertarse.

    —Carmen, Carmen… —susurro moviéndola con suaves toques —Soy yo, tenemos que irnos…

    Con un ligero gruñido abre los ojos.

    —¿Qué haces aquí? —me pregunta sorprendida en un tono más alto del que me hubiera gustado.

    —Baja la voz —la imploro —Creo que ya sé quién secuestró a Emily y Carmen… lo siento de veras, pero ha sido tu hermana —decido decirle todo de golpe, no hay tiempo para explicaciones —te explicaré todo lo que quieras, pero primero debemos irnos de esta casa, lo más lejos posible.

    —¿Estás loca? Creo que debes estar cansada, ha sido una noche muy larga y no sabes lo que dices. Vuelve a tu casa, a tu cama y descansa —dicho esto se vuelve a dar la vuelta dándome la espalda.

    —Carmen ¿no me has entendido? ¡Tu hermana es un peligro! ¡Debemos irnos! —trato de salvarla.

    —Conozco a mi hermana desde el mismo día en que nací, créeme si te digo que es una buena persona. Algo distante de la sociedad actual, pero de buen corazón. No tienes de qué preocuparte —me dice con voz maternal —Ahora vete —esta última frase ha sido rotunda, no aceptará contraofertas.

    Si Carmen no me cree. Algo deberé hacer, tengo que ayudarla o su hermana se la llevará lejos de aquí convirtiéndola en cómplice y, por lo tanto, fugitiva.

    ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

    ¿Qué debería hacer?

    a) Enfrentarme a la bruja.

    b) Insistir a Carmen y convencerla para escapar.

    c) Contarles lo descubierto a mi familia.


    De nuevo decidís el rumbo de la historia. Como ya dijo en el capítulo anterior, no queda mucho para el desenlace, pero todo depende de las opciones que elijáis.

    P.D. Muchísimas gracia a @Ichiinou por leer, comentar e, incluso, recomendar la historia. Espero que te siga gustando :)
     
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  13.  
    Ichiinou

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    No hay que agradecer, lo hago con sumo gusto y además, si recomiendo algo, es porque realmente lo considero bueno. Esta historia interactiva tiene mucho trabajo y potencial, la narras bien y vas siguiendo la historia según te vamos indicando, me encanta como lo haces. :)

    Con respecto a la trama, ya me olía a algo raro la hermana de Carmen, pero no me había parado a pensar en eso, en que pudiese tener poderes de transformación o algo así. No sé, ahora me la imagino como la típica bruja que vive en medio de un bosque, huraña y que no le gusta acercarse a nadie... ¡Y que se come niños! :B ¡Igual se ha comido a Col y por eso puede transformarse en él! (?

    Veamos... qué elijo... Si es que me gusta hacer sufrir a nuestra protagonista... ¡Pero cómo no voy a querer hacerlo si es lo que más juego da! :3

    En este caso elijo:

    a) Enfrentarme a la bruja.

    A ver qué rumbo toma este final... Se está poniendo muy interesante. ¡Ay! ¡No puedo esperar al siguiente! :3

    ¡Un saludo! :)
     
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