Nara Nara

Kenzaburô

Apenas Tenshin terminó de hablar el espadachín, de un movimiento fluido, rebanó la garganta del hijo del señor feudal. El corte era tan profundo que lo mataría al instante no lo dejaría sufrir.

Kenzaburô sacudió con fuerza la katana y la sangre brotó de la hoja de su espada como una lluvia roja que cayó en el camastro. Enfundó de un movimiento certero, guiando el acero con su dedo pulgar.

—Murai Sugita. —repitió en voz baja, recordando. —El hombre de los mil disfraces y de los mil rostros, silencioso y enigmatico. Nunca lo vi en mis servicios al señor imperial pero mi maestro me habló de él. O quizá sí lo vi, no puedo estar seguro. Reside en Kioto. —silencio de nuevo. —Si lo buscamos directamente nunca lo encontraremos, es un fantasma. Suji dió con él en el pasado; tendremos que usar la misma técnica.

Y se giró, dándole la espalda al cadáver de su retaguardia.

 

Natsu Gotho

Se miró la mano incrédulo, fastidiado. No era un hombre que se acongojara con facilidad, pero el fallar dos veces consecutivas le irritó más de lo esperado pese a sus facciones desinteresadas. Miró de soslayo a Takano, con aquellas pupilas filosas que comunicaban en el silencio que no dijera ni una sola palabra de sus ridículos fallos, relajando los músculos de su muñeca izquierda al posarla sobre el mango de su espada, inhalando con calma para recurar aquella aura de tranquilidad y poca importancia que mantenía su carácter.

 

Primer piso ( Matsuda; Ukita; Fuji; )


Primera Parte: Duelo a muerte





Matsuda debía apresurar el paso; algo se sentía extraño en él; su cuerpo parecía asimilar el veneno "Seguro no fue suficiente la dosis, creo que lo estoy contrarestando" pensaba mientras apresuraba el paso.
—Se acabaron los juegos Yoshitame— dijo corriendo hacia él con su katana bien sujeta, era la primera vez que tomaba la iniciativa en combate; golpeando con su katan la cabeza de Yoshitame logrando que el casco cayera al suelo, la espada había perforado la armadura y llegado al cráneo, pero Yoshitame seguía en pie, confundido ante el cambio de fuerza de Matsuda.
—¡Ahora!— gritó Yoshitame; sin que nada pasara, miró al segundo piso confundido.
—Tus ojos en tu rival ¿o quieres morir aún más rápido?—
Yoshitame atacó molesto; pero su ataque no hizo daño en Matsuda, por lo que el miedo se apoderó de aquel guardia.

• Matsuda
• Yoshitame

• 
  PV= 76 [Envenenado]
  
• 
  PV=19
  

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Segundo piso (Yamagata; Eizo; Takano; Kohaku; Kuroki; Mao; Misato; Natsu)

Mao había ofrecido su ayuda a Misato mientras Kohaku y Kuroki se reunían para cerciorarse que todos estaban bien; fue entonces que escucharon un ruido cerca del palco, dónde se encontraba Yamagata y Eizo Hidetoshi. Así que Mao tuvo que detenerse antes de empezar la curación, todos avanzaron y pudieron ver a Takano y Natsu; al parecer uno de ellos había fallado al noquear a uno de los dos guardias, y ahora Natsu estaba levemente herido.

• Misato
• Natsu
• Kuroki
• Kohaku
• Mao
• Kenzaburô

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  PV= 53
  
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  PV= 55
  
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  PV= 60
  
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  PV= 60
  
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  PV= 60
  
• 
  PV= 60
  

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Tercer Piso; Habitación de Tenshin (Takeda; Kenzaburô)

La muerte de Tenshin había sido una muy benévola a pesar de sus actos; el samurai cumplió su palabra, la cuál es honorable siempre; no importaba la situación. Tenshin estaba muerto, y de sus ojos aún escurrían lágrimas.
Takeda escuchaba a Kenzaburô; pero sus pensamientos estaban en todas partes; el ronin logró ver una mirada de completo odio en el rostro de Takeda y sentía como aquel espíritu siempre en calma parecía desear la muerte —Murai....—
Takeda llevó su mano a su rostro, sacudió un poco su cabello tratando de tranquilizarse; respiró profundamente. Miró a Kenzaburô, parecía mas tranquilo pero sus ojos seguían mostrando agresividad —Bien hecho Kenzaburô— dijo mientras se apresuraba a la salida de la habitación revisando que no hubiera guardias —Apresurémonos, necesito que Matsuda acabe esa pelea; maldita sea...—

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Primera Parte: Ejecución





Segundo piso (Takeda; Yamagata; Eizo; Takano; Kohaku; Kuroki; Mao; Misato; Natsu; Kenzaburô)

Takeda corrió junto con Kenzaburô hacia el palco; allí se encontraba Eizo y Yamagata quienes voltearon enseguida; viendo como uno de sus guardias estaba en el suelo mientras el otro se colocaba frente a ellos para protegerlos.

Primer piso ( Matsuda; Ukita; Fuji; )

Matsuda escuchó esto desde el primer piso y aceleró su ataque a Yoshitame; clavando su katana nuevamente en su cráneo; la herida parecía fatal, pero el hombre se mantenía de pie, ya sin poder articular nada, con su rostro lleno de sangre. Matsuda pudo bloquea fácilmente su ataque. Para dar un golpe final, cortando su cuello; la herida no fue profunda, el corte no fue limpio. Yoshitame permaneció ahí, desangrándose.
—Mi katana fue favorecida con el toque divino; aparentemente su justicia para ti fue esta; morir lentamente—
Dijo Matsuda sacudiendo su katana de un movimiento; la sangre cayó a un lado y guardó en su funda rápidamente.

Segundo piso (Takeda; Yamagata; Eizo; Takano; Kohaku; Kuroki; Mao; Misato; Natsu; Kenzaburô)

Takeda desenfundó su katana hacia Eizo, esto no parecía sorprenderle al Señor Feudal. Kuroki; Mao; Misato y Kohaku entraban también detrás de ellos; estaban rodeados.
—Hemos logrado asesinar a su hijo; ahora venimos a terminar el trabajo. Yo; Takeda Minamoto....— Takeda comenzaba a hablar; pero la voz de Eizo lo opacó en un instante.
—Evítate el discurso; ¡Has osado traicionarme y utilizar un apellido maldito! Si mi muerte es necesaria para que destruyan tu estirpe, que así sea. Desgraciado...—
Takeda miró a Eizo impactado, aquellas palabras las esperaba; pero el odio de su voz en verdad caló en su corazón, aquel hombre lo había tratado siempre con amabilidad, aceptándolo como líder del dojo en Nara. Su dolor era real.
Yamagata aprovechó aquella duda en su maestro y con determinación utilizó su katana en contra de Takeda; perforandoló. Por un momento Takeda no sintió el dolor, colocó su mano en el hombro de Yamagata quien permanecía inclinado.

—¡Maldita sea! Sálgamos de aquí — gritó Takano para que esto se escuchara por toda la Casa Feudal; alertando a Fuji; Ukita y Matsuda en el primer piso.
Yamagata pateó en el pecho a Takeda para lograr separar su katana del pecho de su líder; Takano lo atrapó antes de que este cayera y lo cargó para huir.


El guardia que estaba presente sólo se colocó frente a Eizo mientras estos veían como todos los integrantes de la familia Minamoto brincaban por el palco para reunirse en el primer piso con Matsuda, Fuji y Ukita.

Las campanas de alerta comenzaron a sonar en todo Nara.

Corrieron lo más rápido posible por la salida; las flechas comenzaban a llover desde el tejado del la casa Feudal mientras los Minamoto corrían para escapar.

• Takeda
• Takano
• Ukita
• Matsuda
• Fuji

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  PV= 50
  
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  PV= 90
  
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  PV= 90
  
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  PV= 76 [Envenenado]
  
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  PV= 60
  

Yamagata se quedó allí parado, con una katana ensangrentada, mirando con lágrimas en todo su rostro a aquella que fue su familia. Eizo se colocó a un lado; el guardia les indicó que se ocultaran; Eizo y Yamagata corrieron, Eizo parecía arrastrar a su hijo mientras sus lágrimas también escapaban levemente —Fue demasiado lo que dijiste padre....— dijo Yamagata mientras Eizo apretaba fuertemente de su brazo mientras corrían —Lo sé...—

Contenido oculto: Todos

Estan escapando de Nara y las flechas de los guardias van sobre sus espaldas; es momento de defenderse mientras huyen. Todos tiren su dado de 10 cara que equivale a sus defensas. Deben obtener al menos 5 o mas de 5 para evitar ser dañados :P

Contenido oculto: Aquellos con habilidad de curación

No pueden curarse aún pues están huyendo

 

Misato Aoyama

Y al final cayó, en un ataque certero atravesé el corazón del guardia e hiriendole de muerte, un golpe seco se dejó escuchar y justo en ese lugar yacia inerte en un sanguinolento círculo que se expandía más y más.


Frunci el entrecejo mientras me daba la tarea de remover el cuerpo dejando un sendero de sangre, era una pena...mi kimono esmeralda manchado de sangre de un guerrero inmundo, removí cuanto pude el rastro de sangre en mi mejilla agachada al lado del cadáver.


Solo unos segundos después decidí moverme y observar desde el pequeño agujero del arquero, Matsuda aún peleaba pero... sus movimientos...cubrí mi boca con una mano al ver sus movimientos erráticos.

—Venenos....

Sabía de venenos e inequívocamente vendría del arma impregnada de su oponente, serán miserables, cerré los ojos rogando que nada acabase mal...perder de una forma tan ruin era algo terrible.

El tiempo pasó y ningún guardia más se acercó, lo habíamos logrado en parte vi a Kuroki que estaba algo cerca y agite la mano...sonriente y calmada; no había que temer. Deje salir un quejido involuntario debido al ligero corte provocado por el guardia, acaricie mi hombro tratando de apaciguar la molestia...no habían enemigos cerca pero uno nunca sabia.

Entonces una voz dulce e infantil a mis espaldas captó mi atención, era la chica de la clínica, se estaba ofreciendo a curar mis heridas. Se expresaba con una formalidad digna de su profesión.

Me sorprendió ver a alguien tan joven que destellaba un conocimiento pleno en medicina, yo, quería ver en acción sus cualidades gire y dediqué una sonrisa a la pequeña Mao...está podía ser una suerte de oportunidad de conocerla, claro mientras dure la calma... después de todo la misión continua y la herida empezaba a molestar.

—Esta bien Mao ¿Cierto? Estaré muy agradecida recibir tu ayuda—acepte hablándole en un tono amable y maternal, algo muy habitual desde que se me encargo hace mucho la misión de cuidar niños...un acto reflejo.



Pero todo se había salido de control era el momento de huir. De un momento Yamagata atacaba a quien fue su maestro, Tenshin había muerto y antes de darme cuenta una lluvia de flechas descendía furiosa entre silbidos constantes, salte cuanto pude para evadir los proyectiles. Esperaba que el resto salieran con bien.

 

Ryouma
Mao

Mao frunció el ceño ante la voz maternal de la mujer, algo sorprendida por el contraste; estaba enfrente a alguien que mató a un humano. No comentó nada, pues tampoco era algo del otro mundo, pero la expresión de enfado constante continuaba.

—Ryouma; Ryouma del Clan Minamoto, igual que tú —contestó Mao, ante la mención de su anterior y aún válido nombre—, supongo —susurró desviando la mirada, aún insegura sobre a quien tratar como aliados. Justo antes de proceder a tratar la herida, llegó Takano con el hombre de los tatuajes... Chasqueó la lengua, molesta por la interrupción...


Pero no le duró mucho. En cuanto vio a Takeda dirigirse con Kenzaburo hacía el palco; fue con rapidez tras su maestro, manteniendo cierta distancia, silenciosa. Desde aquel lugar tuvo una mejor visión del primer piso; observó como Matsuda terminaba con su enemigo, con una muerte tortuosa. La niña pensó que se lo tenía bien merecido, por cobarde y tramposo, aparte de que Matsuda seguiría envenenado... Y ella no podía hacer nada al respecto.

Volvió rápidamente su atención al conflicto que se llevaba al frente, presenciando justamente el momento en que Yamagata atacaba a Takeda. El grito de Takano la hizo sobresaltarse, aunque no llegó a gritar; lo maldijo internamente, a pesar de que gracias a él salió de su trance. Rápidamente sus ojos viajaron hacía la figura de Kenzaburo, y apenas lo localizó se aproximó a él.

—Más te vale que no me pierdas de vista, viejo —. Le dijo con rapidez, cruzando miradas con el mayor—. Qué no te pillen —. Y volvió a centrar su vista al frente, agudizando sus sentidos para lograr escapar. Lamentaba no haber podido intercambiar palabras amables con Yamagata.

 

Kenzaburô

Todo había pasado exorbitantemente rápido que la mente de Kenzaburô no pudo asimilar el daño que sufrió Takeda a manos de Yamagata. Pero cuando su cerebro procesó la información; entendió el daño que su líder acababa de recibir y una ira lo invadió por pocos segundos. Estaba todo estudiado, milimétricamente calculado... pero, ¿porqué se sentía tan herido a causa de ese ataque que Takeda recibió sin más? Era todo teatro, una pista en escena para cerciorarse de que los Taira no destrocen la ciudad. Aún y así, ver herido al último de los Minamoto lo dejó con un sentimiento de desasosiego en su pecho.

Escaparon como pudieron, saltando bancos, saltando sobre guardias, mordiendo y corriendo a velocidad vértigo mientras las lluvias de flechas, esas malditas flechas, caían sobre ellos. Kenzaburô miró a Mao en todo momento, sin pestañar casi; quería que nada le hiera; tener el corazón caliente en un momento así no era inteligente y él lo sabía, había mantenido su alma fría a diversas situaciones pero ahí mismo, en ese preciso instante, con el peligro acechando...

Se desconcentró y cuando sintió un dolor punzante y quemante por detrás de su hombro comprendió que había sido culpable de su destino, por haber bajado las defensas. Cayó en el suelo pero a la velocidad con la que se movía pudo rodar y reincorporarse de un salto; ahora la adrenalina movía su cuerpo frenéticamente. Se tocó con los dedos la flecha y sintió las plumas atadas en la parte trasera de la flecha; la punta había penetrado fuerte y el dolor era paralizante.

 

Natsu Gotho

El sonar de los pasos en el piso inferior provocaron que sus manos se contrajeran levemente, comenzando a moverse con rapidez por las sombras que comenzaban a extenderse ante la caída del atardecer. Sus movimientos elegantes y suaves no causaron ruido entre el pronunciamiento ejercido, llegando al césped del exterior sin mayores complicaciones.

El filo de las flechas deslumbraron en sus ojos al pasar al lado de su cuerpo, esquivándolas mientras divisaba a Kohaku a unos pocos metros de él.

Asumía que los mocosos, en esta ocasión, lo hicieron bien.

 

​

 

Escape de Nara (Takeda; Takano; Matsuda; Ukita; Fuji; Kohaku; Kuroki; Mao; Misato; Natsu; Kenzaburô)



Takano sostenía a Takeda mientras ambos corrían, el dolor en Takeda era palpable; aún así su resistencia le permitía correr con ayuda. Las flechas comenzaron a caer en el instante que salieron de la Casa Feudal; Misato tenía una herida en el hombro, aún así era mínima; bastante insignificante como para que afectara a sus movimientos, las flechas sólo parecían esquivarla; no mas sangre en su kimono esmeralda. Matsuda observó como Kohaku se giraba a observarlo, con la máscara no pudo ver sus facciones; pero el chico parecía estar preocupado por los demás mas que por sí mismo, esto provocó que una flecha lo alcanzara en el brazo. El dolor era intenso pero el brazo aún se movía como era debido, siguió corriendo, esta vez sin mirar atrás. Kuroki no se quedó atrás, sus movimientos eran precisos a pesar de que su mente estaba llena de pensamientos, al parecer esquivaba por inercia, las habilidades de los nuevos ntegrantes impresionaron a todos por igual.
Ukita apresuró a Fuji y Matsuda, corrieron uno al lado del otro, Fuji lo observaba preocupada, una distracción que provocó que recibiera una flecha directa en su pierna haciéndola caer; Matsuda se giró al instante, levantándola del suelo cortando las flechas con su katana con una habilidad impresionante. Guardó rápidamente su katana y cargó a Fuji.
—Sujétate fuerte; jamás me sueltes— dijo Matsuda a Fuji quien se aferró a él, preocupada y avergonzada.
Ukita al igual que Takano y Takeda esquivaban perfectamente las flechas; pero se preocuparon al ver caer a Kenzaburô; Takeda lo vió levantarse de nuevo aliviado; pero Ukita bajó su ritmo para incorporarse a un lado de Kenzaburô; quien estaba herido y suceptible a nuevas flechas en su espalda; esto provocó que Ukita recibiera una flecha en su brazo en defensa; una herida moderada que no lo detenía al correr.
Natsu corría junto a Takano, las flechas tampoco parecían ser un problema para él, no parecían ni rozarlo en lo más mínimo. Pero aquella noche Mao fue quien deslumbró a aquellos guardias en el tejado; no sólo esquivaba las flechas; las bloqueaba con su katana si estas estaban cerca; Matsuda la vió impresionado, aquella niña tenía un entrenamiento previo muy delicado.

• Misato
• Natsu
• Kuroki
• Kohaku
• Mao
• Kenzaburô

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  PV= 53
  
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  PV= 55
  
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  PV= 60
  
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  PV= 60
  
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  PV= 51
  

• Takeda
• Takano
• Ukita
• Matsuda
• Fuji

• 
  PV= 50
  
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  PV= 90
  
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  PV= 83
  
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  PV= 76 [Envenenado]
  
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  PV= 52
  

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Bosque (Takeda; Takano; Matsuda; Ukita; Fuji; Kohaku; Kuroki; Mao; Misato; Natsu; Kenzaburô)

Corrieron la mas posible a las afueras de Nara; los guardias no los perseguían; estaban a salvo. Aún así corrieron hasta llegar a un bosque dónde se ocultaron; Takano revisó los alrededores junto a Ukita quien se arrancaba la flecha del brazo sin reparo alguno. Algunos estaban heridos pero no de gravedad, como era el caso de Fuji quien abrazaba fuertemente a Matsuda quien la había salvado.
Takeda estaba recargado de pie en un árbol recuperando energías cubriendo su herida aún expuesta junto a Kenzaburô. Misato; Natsu, Kohaku, Mao y Kuroki observaban sus alrededores.
Al parecer pasarían lo que queda de la noche allí; el bosque estaba lleno de árboles de diversos tipos de sauce.

—Estamos muy cerca del pueblo de Sakurai— dijo Ukita reuníendose con todos; aquel nombre calaba en Takeda, quien seguía con una mirada que pocos reconocían; Matsuda la conocía muy bien, era una mirada que no veía en años —Batracotoxina...— dijo hacia Matsuda, él no era médico pero conocía de algunos ingredientes medicinales, pero aquella palabra no le era conocida, no entendía que decía Takeda —Gracias a Kenzaburô, Tenshin nos dijo que ese era el nombre del veneno que Yoshitame usó en tu contra—decía Takeda mientras Matsuda permanecía confundido; si había sentido algo en el combate pero ahora parecía que se había disipado —Creo que no debes preocuparte de mi Meishu; no siento mas los efectos— Takeda negó con la cabeza y miró a Ukita —¡Murai!—

​

Dijó golpeando el árbol detrás suyo; su mente iba a lugares obscuros —Causó la muerte de nuestro maestro —dijo hacia Ukita; el cual rápidamente comenzó a respirar agitadamente —Causó la muerte de Chikusa....— Fuji se llevó las manos a su boca, tenía miedo de Takeda, tenía miedo de lo que diría a continuación —El mismo veneno que usó en mi maestro, lo ha usado en ti...— Fuji miró a Matsuda, él se veía bien; a pesar de las heridas del combate y en el escape de Nara parecía haber recuperado su vitalidad. Ukita apretaba los puños mientras Takano los observaba muy confundido y bastante preocupado por Takeda.

Contenido oculto: Aquellos con habilidad de curación

Pueden curar a sólo una persona después de este combate. La curación no cura envenenamientos. La habilidad de bótica no hace curación a menos de tener los objetos necesarios para contrarestar venenos

 

Ryouma
Escape de Nara.

Observó como una flecha de clavaba en Kohaku. "Maldición, no te distraigas" pensó, pero no había tiempo para comentarselo a Kohaku. Y a pesar de que reprendió en su cabeza al chico por distraerse, en cuanto escuchó unas flechas clavándose a sus espaldas volteó de inmediato a ver quien había resultado herido. Fuji; quien rápidamente fue socorrida por Matsuda... Esquivó un par de flechas, para poder visualizar al siguiente herido con rapidez; no iba a seguir su camino sin estar asegurada de que nadie quedara atrás... Kenzaburo había caído, levantándose casi al instante; el tipo del Clan Minamoto lo ayudó a defenderse, Mao siguió con la huida al ver que las heridas no eran graves.

Mao
Bosque.

No pararon de correr hasta adentrarse bastante en un bosque. Takeda se quedó reposando en un sauce, junto a otros que descansaban, pero Mao no tenía tiempo para ello. Refunfuñando con rabia, mientras tiraba un par de maldiciones al aire, se adentró un poco más en el bosque; quería algo de privacidad para hacer su rabieta. No muy lejos del resto, pero con la suficiente distancai para que no le vieran; le dio patadas con precisión aun árbol, pues si lo golpeaba con el puño de seguro se heriría la mano. Después se aferró con fuerza a sus cabellos, tironeándolo un poco, mientras pisoteaba el suelo con fuerza; soltó otro par de groserías mientras mascullaba. En un momento quedó en total silencio, observando el suelo... Y volvió su vista al frente, dándose una cachetada bastante sonora. Suspiró con pesadez posando sus manos en la cintura; entre el escándolo se había soltado el pelo, guardando los lazos rojos entre las telas de sus prendas. Las hebras estaban bastante desordenadas... Tenía que encontrar mejores formas de liberar su frustración.

Con su expresión más amargada que nunca, volvió sobre sus pasos, justo escuchando la conversación sobre el veneno. Esperó a que los demás terminaran de hablar, abrumada de ver tantos heridos. Por mera inercia se acercó a Kenzaburo, tal vez buscan con inconsciencia protección en él. De brazos cruzados, primero lo miró con lo que parecía ser una enorme furia, pero su expresión rápidamente cambió a una totalmente preocupada. Triste.

—¿Estás bien? —preguntó mirándolo, con una suavidad y preocupación que nadie en Nara podría haber tenido oportunidad de escuchar. Solo Kenzaburo entendería que no preguntaba solo por daños físicos.

 

Natsu Gotho

Miró de soslayo a Matsuda en medio del bosque, pese a que el veneno pareciese actuar lento no significaba que debían confiarse, en cualquier momento podría contraer efectos secundarios que podrían derivar en otros procesos de salud, pero ciertamente su utilidad recaía fabricar aquellas sustancias, no en curarlas, tampoco lo apetecía decir lo obvio, caminando con parsimonia hasta Takeda.

—Voy a tratar tus heridas —estipuló lo suficientemente bajo para que éste escuchara, observando sus brazos y espalda al desprender la parte superior del kimono ajeno, notando las cortadas y rasguños en distintas partes de su piel. Deslizó sus callosos dedos dentro de su propio kimono sacando un pequeño frasco con agua, esparciéndola sobre la piel para limpiar las magulladuras y proceder a cubrirlas.

De dos a tres días la cicatrización haría su efecto y el dolor comenzaría a desaparecer luego de un corto lapso de tiempo.

—Listo —avisó alejándose hasta un frondoso árbol, recostándose en el roble con la vista perdida en el anochecer del cielo, sintiendo la fresca brisa del viento en sus mejillas.

Ridículo. Sus pensamientos intrusivos lo forzaron a cerrar los ojos. La próxima vez asesinaría en vez de buscar noquear, era más factible y menos estúpido, así reduciría la probabilidad de que los mocosos y el resto terminaran con flechas en el cuerpo como erizos.

 

Kenzaburô

Cuando salieron del bosque Kenzaburô se permitió descansar un poco; se sentó en la posición característica de Loto, con una mano por detrás de su hombro, sujetando la parte trasera de la flecha. Le dolería horrores sacarla, lo sabía.

Oyó las palabras de Takeda, era cierto lo del veneno, aunque quizá no actuara al momento. Miró a Matsuda. La verdad era que el samurai no presentaba indicios de un envenenamiento profundo, pero él poco y nada sabía sobre eso. A veces uno estaba bien y a las horas podría caer muerto con espasmos. Ya lo había visto en otras ocasiones.

—Estoy bien. —le dijo a Mao para tranquilizarla. —Siento un ardor y no puedo mover el brazo izquierdo, la flecha me regula movimiento. —sonrió levemente, mostrando sus dientes. —¿Que tal si llevas esas delicadas manos y me ayudas con este mosquito? Pero no te pases. —advirtió divertido para darle la espalda mientras se quitaba como podía el kimono con el brazo derecho. La punta de la flecha había penetrado mucho en la carne y Mao pudo ver, como en diversas ocasiones, cicatrices y rasguños antiguos que surcaban su retaguardia, como tatuajes de una vida sufrida.

 

​

Bosque (Takeda; Takano; Matsuda; Ukita; Fuji; Kohaku; Kuroki; Mao; Misato; Natsu; Kenzaburô)

• Misato
• Natsu
• Kuroki
• Kohaku
• Mao
• Kenzaburô

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  PV= 53
  
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• Takeda
• Takano
• Ukita
• Matsuda
• Fuji

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  PV= 90
  
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  PV= 83
  
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  PV= 76 [Envenenado]
  
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  PV= 52
  

Takeda se tranquilizó cuando Natsu se acercó a él; comenzó a curar sus heridas, una habilidad que para él era desconocida. Las manos de Natsu eran bastante hábiles y su dolor físico comenzó a calmarse; era de pocas palabras pero la acción logró que Takeda guardara la calma nuevamente, suspirando —Lo agradezco...—dijo hacia Natsu, el cuál sabía que no quería un discurso en agradecimiento. Takeda volvió a colocarse su indumentaria como era debido mientras Takano se acercaba a él.
—Sabías que era parte del plan que Yamagata te atacara; pero no creí que fuera necesario decirte que te defendieras aunque sea un poco— dijo molesto sin observarlo —Si Yamagata no hubiera controlado su ataque posiblemente tus heridas serían mucho peores— miró a todos —A pesar de ello el plan ha resultado un completo éxito— su personalidad nunca fue de alabar las cualidades de las personas, estaba acostumbrado a que Takeda hiciera eso —Ahora que esto ha pasado; tenemos que salir de la Prefectura de Nara por completo; es momento de que los Minamoto vuelvan a Kamakura—
—Primero buscaremos una cura para Matsuda— dijo Takeda con autoridad mientras Takano lo desafiaba con la mirada.
—Entiendo la situación; pero desviarnos para eso simplemente está frenando el verdadero objetivo y...— esta vez fue Fuji quien calló a Takano con una bofetada.
—Traquilos; entiendo que quieran ayudarme, en verdad que si pero...— decía Matsuda deteniendo a Fuji antes de ser interrumpido por Ukita.
—Iremos a Tsu; es una Ciudad grande por lo que podremos encontrar ingredientes o información necesaria para intentar curar a Matsuda; después nos dirigiremos a Kamakura— Dijo Ukita tajantemente hacia Takano; Fuji afirmó, no quería que abandonaran a Matsuda —Iré a revisar los arededores...— con esto terminó desapareciendo en el bosque. Takeda también había desaparecido.
Takano bufaba mientras trataba de calmarse recostándose junto a un árbol. La noche no era serena.

Contenido oculto

Mañana salimos de Nara; mientras tanto pueden rolear como gusten, si se dirigen a un pnj contestaré; de otra manera quedo lista para emprender el viaje a una nueva Prefectura
Todos han obtenido 150 de EXP! :3 Los datos se actualizaran cuando lleguemos a Tsu.

 

Mao

—¿Quién dijo que te iba atender tus heridas? —comentó Mao, observando la espalda llena de cicatrices... Esa flecha iba a doler. Dio un suspiro, acucliyándose para quedar a la altura de la espalda—. Preferiría ayudar a Fuji o Kohaku, o a la señorita guerrera, que también recibió un tajo —comentó despacio, mientras agarran la flecha con firmeza—, pero tengo la seguridad de que ellos podrán lidiar solos con ello... —. Se le formó una leve sonrisa— Si cometo un error, es mejor que sea contigo, ¿no? Bueno, más te vale relajarte, y te va a doler; quieras o no. Ah; si necesitas gritar, hazlo. Es mejor así, pero no te vayas a mover.

Sacó con cuidado la flecha, con algo de lentitud. Procedió a limpiar la herida, y como era de esperar, tenía su propio frasco con agua. Este era pequeño, así que solo alcanzó para tratar la herida de Kenzaburo. No tenía nada con qué vendarla, usar la tela del kimono no era conveniente, pues podía infectarla.

—Evita mover ese brazo, hasta que coagule la sangre; reposo. No puedo hacer mucho más, lo siento.

Contenido oculto

No me voy a poner a narrar cosas que no se como se hacen, pero supongamos que Mao hizo su labor (?) Básicamente; devuelvanle los ps a Kenzo (?)