Sepa la historia de un chico sobre como llegó a este lugar, envolviéndose cada día en los recuerdos de su vida en busca de la respuesta, de lo que puede ser su única salvación, antes de que el juez tome la decisión y lo condene a muerte por un crimen que él no cometió. Sin embargo, recordar será difícil para el chico, porque no sabe lo que descubrirá.Para los que me conocen por primera vez he estado primeramente en el foro de animes, pero ahora voy a tratarlo aquí,y sin quitarles más tiempo, voy a empezar. CAPÍTULO 1: Desde una silla Mi historia no puede ser entendida por cualquier humano que me conoció alguna vez en aquella ciudad donde nací. Sentado y atado en aquella silla, separado del mundo, sin importarme que me encerraban cuatro paredes la mente vuelve a recordarme mi pasado. Desde pequeño tuve la suerte de ser criado por el amor de aquellas personas que muchos llaman padres, pero claro, ese fue solo el inicio de mi vida. Jamás debes subestimar un regalo que te dan, porque un día tienes que pagar. - Felicidades señor y señora García, es un varón. ¿Qué nombre le pondrán? - Mi esposa y yo decidimos ponerle Baiker, el único -lo decían mientras lloraban de alegría por los primeros segundos de mi vida en este mundo. Aunque mis padres no eran divorciados, tuvieron la mala costumbre de discutir en mi presencia cuando era pequeño, y en serio, la vida de un niño puede quebrarse en un minuto. - Te dije que sacaras la basura tonta. - Pero no grites en frente de Baiker, muchos psicólogos dicen que los gritos pueden afectarlo. - Al diablo a esos idiotas, oye sabes, ellos solo te dicen tontería y media cuando en verdad todo está en la mente. Deje que él se cambie solo mientras que tú sacas la basura. - Pero tú no estás haciendo nada. ¿Por qué eres tan flojo? - ¡Tonta! -y veo con mis propios ojos el contacto agresivo de mi padre contra mi madre-. Yo me saco la mugre para poder mantener esta casa, y tú que haces en la vida. ¡Nada! Con esto mi sonrisa que figuraba mi rostro inocente de 5 años murió frágilmente al ver tal horror. No podía entender porque no podían conservarlo tranquilamente, pero más tarde cuando mi mamá me llevó a la cama me contó la vida de mi padre. - No debes odiarlo, él vivió en un familia pobre en la sierra, su padre era un borracho dueño de una tienda y su madre se encargaba de llevarlo entre sus hombres cada noche de fiesta -me hablaba mientras se tapaba las marcas en sus mejillas-. Tu papá odiaba su familia junto con sus 6 hermanos, pero un día llegó un maestro de Japón, era la época en que entró el Karate por primera vez a nuestro país, y tu padre lo conoció y fue en ese instante en que él vio su destino en aquel deporte... Era cierto as palabras de mi madre, por si olvidaba contar, mi padre tenía un dojo de karate, tal vez era producto de aquel sueño que tuvo cuando era joven. -...Entró en la selección y participo en muchos campeonatos, logrando muchos méritos en su carrera deportiva, claro que eso lo llevó a cansarlo y exigir su cuerpo, es por eso que tiene esos arranques de ira. - Mamá, ¿te duele mucho la cara? -inocente, incapaz de entender sus palabras a la perfección. - No debes preocuparte por eso ahora, porque mañana tienes que ir al colegio, ahora duerme, porque si no viene el cucu. La primera historia real que me cuenta mi mamá fue sellada con ese beso que nunca olvidaré a pesar de mi largos años que viví en la ciudad de Lurigancho. - Hijo, ¿te gustaría comenzar a practicar karate? - ¿Yo papá? - Sí, no muchos niños tiene a un papá que sabe enseñar karate. Al inicio no podía pensarlo muy bien, pues mi papá nunca me pidió permiso para hacer algo que él querría, y es por ello que me involucro en el camino del karate a los cinco años y medio. - ¡Haz saltos de rana! -me exigía mi papá con la soga en la mano. A mi temprana edad sudaba más que los niños que entrenaban en el dojo de mi padre, me obligaba a hacer diferentes ejercicios bajo amenazas y en frente de los alumnos. Cuando los kohais (alumnos de karate) no podían un ejercicio bien mi padre me obligaba a dar el ejemplo. - Muéstrales como se debe hacer -yo muy miedoso querría sentarme y descansar-. ¡He dicho que hagas el ejercicio! -me eleva la voz pero eso no cambio mi decisión-. ¡¡Ahora!! Coge fuerte mi mano, me agita fuertemente haciendome perder el equilibrio, y después una mano me golpea en la cintura, arráncandome las lágrimas y los llantos. - ¡Ya deja de llorar! -el siguiente grito callo mis labios-. ¡Ya, está bien, descansa! -luego baja la voz hasta un tono suave-. Bueno chicos, es todo por hoy, mañana vengan temprano a las cinco. Obviamente un padre tiene sus razones para actuar tal vez de esa manera, pero nunca, nuca a un pequeño. Yo que después de haber presenciado el primer acto de agresión a mis cinco años, no se me permitía quejarme de las enseñanzas de mi padre-sensei. Les mentiría si digo que difícilmente una sonrisa nacía de mi rostro, pero gracias a las compañías que tuve en el colegio, podía escapar de los horribles recuerdos de mi niñez. - Pásame el balón Baiker. Estoy solo. - Ahí va Anthony -corriendo sin control por el patio-. ¡Gol! En mi salón mis compañeros no eran totalmente buenos conmigo, a veces eran muy burlones, y yo, a pesar de practicar karate, era el menor de todos los varones. - A ver Baiker, enséñanos esas técnicas de karate. Wua, wua -imitando a una estrella del kung fu-. Vamos intenta pegarnos. Yo había sido criado por mis padres, mientras que ellos no tenían la más mínima atención de parte de los suyos, o incluso por uno de ellos y aún así los veía más felices que yo ¿por qué? Pasaron algunos meses y mi papá tomó la alocada decisión de inscribirme en mi primer campeonato de karate. - ¿No es una excelente noticia hijo? - Sí papá, como digas. ¡¿Qué me estás diciendo?! ¡¿No estás emocionado?! Me levanta el puño muy alto y mis piernas tambalearon muy nerviosos, me disculpo con tal de evitar que aquella fuerza me golpeara, mi padre lo baja, pero aun así no me quita esa cara amenazante... Bien, hasta aquí llega la primera parte de mi fanfic, sé que podría haber resultado un poco más largo, pero lo estoy escribiendo a esta hora de la noche y mañana me toca un campeonato. Me despido y solo digo que con tal de saber que lo han leído me basta para seguir con esta trama, nos vemos pronto. Por si acaso, la encuesta es para preguntarles como quieren que acabe la historia, el que tenga más votos decidirá el final.
Aquí les traigo el segundo capítulo de este misterioso ser, déjenme decirles que toda la historia serán puros recuerdos que tiene este chico hasta el momento en que se sienta en esa silla y nos cuenta, es como ese falso final de super campeones, pero totalmente diferente. CAPÍTULO 2: Campeonatos y lágrimas Recuerdo que estaba hablando sobre mi primer campeonato, lo que recuerdo es realmente vago, pero veo las cicatrices que aun decoran mi piel y el recuerdo se me presenta ante mis ojos, como si hubiera sido ayer. - Recuerda, gira cadera y no tengas des balances -me toma suave del hombre-. Solo sal a divertirte. No entendía lo que pasaba, en un rato mi padre estaba echando humos, más que un tren casero, y en otro momento me estaba dando ánimos para salir a competir. Realmente era raro, para los que no conocen de este deporte, el karate fue dividido en dos categorías: el kumite, llamado también pelea contra un oponente, donde existen reglas para la seguridad de ambos; y también esta el kata, una pelea imaginaria donde es uno lo representa mediante una "danza" marcial. Y mi padre, al igual que otros senseis inscriben a sus hijos en ambas categorías al inicio de sus vidas competitivas. - Y ahora, el siguiente es... Baiker García -se escucha mi nombre por los parlantes del coliseo. - Ya, te toca -me sonreía mi padre junto con otros senseis quienes lo acompañaban-. Otra característica que tenía mi padre es que era bastante orgulloso, tanto que lo que él decía tenía que ser así, no sabía lo que hablaban pero ahora con esta ilusión frente a mí puedo escuchar cada palabra que pronunciaron aquel momento. - ¿Ese es tu hijo Gerardo? - Sí, así es, será el futuro campeón que tendrá este país. - Bueno, se ve que tiene potencial, pero ¿estás seguro que pueda ganarle a mi hijo. - Por supuesto que sí, el entrenamiento que le doy es muy exigente. De seguro yo pude escuchar lo que hablaban cuando era niño, eso explicaría porque estuve nervioso al entrar al tatami (terreno de combate) - Kata -me pregunta el árbitro central desde su silla. - Fukyu kata da ichi (primer kata de un estilo de karate) - Hachime (¡Comience!) -me da la orden el árbitro. Cuando termine mi danza de puños y bloqueos escuche varias risas de parte del público, pues sin darme cuenta por el nerviosismo me había mojado mi karategui, esto hizo que el árbitro votará en mi contra perdiendo así la categoría. Yo no sentía vergüenza porque era niño, pero la mirada de decepción de papá me daba malas noticias. Termina mi categoría en kata e inmediatamente entro a kumite, donde me esperaba enfrentarme contra niños de 5, 6 y 7 años. - Bien, escucha -no parecía molesto, pero eso es porque no voltea a mirarme, y cuando lo hace-. ¡¿Por qué estás llorando?! - Lo siento papá, perdí -y mis lágrimas no paraban de salir. - ¡¡¡Deja de llorar!!! -me agita una vez más para que recobrara la razón- Puede que hayas perdido, pero no debes sentirte mal, no si has dado todo tu esfuerzo. Ahora sal y prepárate a pelear. - Pero no... - ¿Qué dijiste? - No quiero papá. - ¡¿Qué estupidez estás diciendo?! Acaso te da miedo. - Un poco. - Baiker García, por favor presentarse en el tatami para la categoría de kumite de 5 a 7 años -llamaban de nuevo desde los parlantes. Mi padre agarra con fuerza mis manos, me coloca los guantes de pelea, y me coloca al frente de mi oponente que era media cabeza más alto que yo. - Solo mantén la guardia, y no permites que te marque punto. - Listos... ¡Hachime! -y comienza la pelea. Parecía que el tiempo pasaba lento como si quisiera devorarme cada segundo de mi vida para que sufriera las consecuencias de mis actos, parece como si esa maldición me hubiera seguido toda vida como lo estoy haciendo ahora sentado en esta silla, pues bien, gane cada pelea influenciado por la ira que sentía pero que difícilmente comprendía para ganar a mis oponentes llegando a la final, pero cada golpea que recibía me quitaba el aire, pero claro, los mayores no saben que entre nosotros también podemos hacernos daño con esos frágiles ataques. - Muy bien hijo, muy bien, has llegado a la final -me sonreía mostrándome a los senseis que lo acompañaban muy sorprendidos-. Ahora, lo que debes hacer es... -Pero papá estoy cansado. - ¡Cálmate quieres! Solo te falta una pelea y ya te quieres rendir. Sentía una vez más el cansancio que invadía mi cuerpo, los guantes me pesaban ahora más que la primera vez que me los puso mi padre. Salgo todo sudoroso, veo al contrincante, exijo mi cuerpo para levantar mis manos, como si la ira con mi poder se me hubiese ido totalmente y ahora estaba en paz, lamentablemente en el momento equivocado. La ilusión me muestra como era vencido por el hijo del sensei Rayko, uno de los senseis más reconocidos del país. Claramente sus enseñanzas eran mostradas en las habilidades de su descendencia, haciéndome perder la pelea. Traigo a mi casa la medalla de plata y me siento a comer mi estofado, el cual mi mamá me prepara siempre. Llega mi padre todo asado y se sienta como si no pudiera controlar su peso y cayera fuerte sobre su silla. - ¿Y cómo te fue Baiker? - Muy bien mamá, no gane en kata, pero conseguí mi primera medalla en kumite. - ¿A sí? Que bueno, me siento muy orgulloso. - ¡¿Estás feliz por qué perdió?! Mi padre calla la alegría falsa de mi mamá, mete un cucharón de estofado a su boca, y de pronto lo escupe al suelo. - ¡¿Acaso quieres envenenarme?! - ¿Por qué estás tan molesto papá? Sí hice todo mi esfuerzo por ganar. - Acaso eres estúpido. Claro, perdiste por estúpido, te dije antes de la pelea que mantuvieras la guardia en alto, pero claro, tenía que acobardarte y dejar que te marcaran mucho puntos. - Pero papá, fue mi primer campeonato, me ira mejor la róxima vez. - Sí, pero este recuerdo quedará permanente como el primer campeonato en tu vida que no ganaste, ¿y por qué', por estúpido. Toda mi felicidad que habría recobrado después del desahogo volvía con más fuerza encerrando los momentos de mi vida en cajas negras los cuales me daban miedo abrir, pero ahora en esta silla esas cajas están abriéndose por sí solas. No sé que otro momento de mi niñez me traerá por estar sentado aquí, pero sé que los veré todos muy pronto. Decidí poner el segundo episodio, si les parece un poco corto comenten, así tomaré más tiempo para continuar con este fanfic. Hasta pronto.
O.O me encanto la historia, en serio me pareció increible, me da mucha pena el chico su padre es insoportable, ojala la continues por que me gusta. No he visto faltas y narras estupendamente :) avisame
Te gusta mucho el drama ¿no? XD XD XD. Bueno, es que se me ocurrió un día cuando estaba muy triste pues la madre de mi mejor amigo había fallecido y espero que su espíritu no me atormente por tomar eso como inspiración. Bueno, la verdad es que soy muy malo en tratar de comunicarme, ya sea en directo o en chat, pero te digo que soy de aquellos que hacen fics largos, no cortos, aunque eso no signifique que me gusten los fics cortos, sino, fíjate en tu fanfic de kakashi niñera.
Bien, no se si ese aviso en donde sale el nombre de mi usuario es para mí,aunque obviamente no conozco otro que tenga ese nombre, pero bueno han pasado más de una semana y lamento si para los que lo leen los hice esperar,pero es que estuve participando en un campeonato sudamericano de karate, y luego de tantas horas de sacrificio por fin me otorgaron la medalla de oro. No estoy alardeando, solo les estoy explicando mi ausencia, y aquí les traigo la siguiente parte. CAPÍTULO 3: El regalo de cumpleaños Tal vez no he me presentado como debía desde un principio, como sabrás me llamó Baiker García, lo que me diferencia de los otros chicos es que poseo unos ojos claramente marrones, que reflejados con la luz del sol cambian su color a un verde que representa a la naturaleza, los había sacado de mi madre, y sé que mi cabello cambió durante el paso del tiempo, pero que su color negro no ha cambiado en absoluto. Bueno, afortunadamente una de las cajas que se presentaban ante mí abría uno de los pocos recuerdos que podría rescatar de mi decaída vida. Como bien se sabía el resto de la familia de mi padre vivía en el Cuzco, por lo que les era difícil venir acá a Lima, pero no imposible. - ¡Tía Yulia! -gritaba emocionado por ver una nueva cara-. ¡Abuelo, abuela! Sabiendo que los padres de los que me criaban aun estaban vivos me sentía muy aliviado y contento. - Bien, ya es hora de irnos -mi padre alza la voz para que lo escuchen. - ¡¡¡Sí!!! -grito tratando de alegrar un poco el momento. Y lo que recuerdo se me vuelve a mostrarse frente a mis ojos, viéndome feliz por el primer cumpleaños que mi conciencia recuerda, y cuando empezó a crear y guardar aquellas cajas de los recuerdos que en mis últimos momentos estoy volviendo a vivir. - Mamá mira, hay una estatua, y parece real. - ¿Te gustaría que se moviera? - ¿En serio? ¿Es posible? -tan inocente y tranquilo pues no había clase de karate. Y abriendo su bolso, mi dulce madre de cabellos castaños me regala una moneda. - Lo único que tienes que hacer es poner esta monedita en aquel plato frente a la estatua. Cuando lo hago juro que desde mi silla pude verme asustado, puesto que justo después de poner la moneda una mano de color gris, la de la estatua, me sostuvo de la manera más tétrica que había conocido durante mi niñez. - ¿Mamá? ¡Ayúdame! -la veo reír, así que le gritó a la estatua-. ¡Oye tú, suéltame! Y con la terquedad de mi lado le doy de un puntapié para que me suelte, luego de eso pude notar que la estatua era muda y cada movimiento que hacía me sacaba una risa del alma, era muy gracioso verlo, que mal que ahora en este tiempo se encuentre enterrado en algún lugar desconocido dejando a una esposa viuda y sus dos hijos que tratan de salir adelante. - Señor estatua ¿puedo llamarlo por su nombre? -pregunto muy emocionado. Y con un papel que saca de su bolsillo, y un lapicero proveniente de su maleta que estaba llena de ellos escribe la primera y última vez que mis ojos pudieron ver. - Jor-jo-rge-orge Par-par-rede-des-de - Mi nombre es Jorge Paredes, querido niño. Nunca lo olvides, ¿vale? Y el lazo eterno de un pequeño niño comenzando su vida, y la de una estatua viviente se había creado, quizá por obra del destino, o porque el ángel de la muerte lo había planificado. - Baiker, Baiker -una voz interrumpe aquella conversación-. ¡Baiker! Mi padre de pronto hace acto de presencia y con una cara endemoniada hace que mi nuevo amigo vuelva a quedarse inmóvil. - No, espera, quiero hablar un poco más con Jorge. - Lo harás al final del paseo, ahora ven que quiero que hagas un kata para impresionar a esta gente. Sorpresivamente mi frase de que no iba a haber karate en mi cumpleaños era totalmente rechazado, y creyendo que poseería algún poder por cumplir un año más de vida, tendría las decisiones de aquel día, pero con un poco de disciplina. - Papá, sé que el karate fortalece el cuerpo y el alma, pero creo que la vida no significa ser puro karate, aveces hay que descansar un momento, a veces.... - Un momento, espera ¿Me estás diciendo que no quieres hacer un poco de publicidad para el dojo? - Bueno, no con esas palabras -de pronto veo a mi padre intentando asustarme con la cara de antes-. No, por favor... Bueno está bien. De pronto la gran multitud que había frente a nuestras narices empezaban a disolverse en el espacio, cosa que frustró mucho a mi papá. Se da media vuelta y vuelve a juntarse con mi tía Yulia y sus padres. Esa escena me dio a conocer que a veces el mejor apoyo puede provenir de tu familia, porque luego mis ojos no me engañaban, y los de mi "yo" pequeño también, nuestro par de ojos enfocaban hacia el dulce abrazo de mi padre frente a sus padres, mis abuelos, tal vez buscaba un poco de comprensión. Intento pararme de mi silla, pero por alguna extraña razón no podía, aunque creo que no era necesario pues la escena empieza acercarse a mí, dándome la oportunidad de escuchar aquella conversación olvidada. - ¿Por qué estás llorando hijo? -pregunta mi abuelo con una voz de campesino- Si aun noestoy muerto. - Sé que te quedan unos años más papá, pero lo que yo quería de este paseo es que me hijo me hiciera sentir orgulloso -y se le acerca para darle ese abrazo del recuerdo. - Debes entender hijo que él es de tu sangre, de tu unión, de tu amor, pero que no puedes elegir su destino a la fuerza. - Mamá - Él debe encontrarse consigo mismo y descubrir su naturaleza, encontrar su talento, y pronto madurará mejor de lo que tú pensabas planificar. Vaya la sorpresa que me llevo cuando no son solo nuestros ojos quienes guardan los recuerdos, sino también los oídos que guardan las dulces palabras de tus nuestros seres queridos. Vuelvo a ver a mi de pequeño, y el resto del recuerdo empieza contarse solo. - Supongo que mi padre no es tan duro como roca -veo que la gente vuelve a juntarse en un solo punto-. Creo que esto se merece una celebración. Salgo caminando muy decisivo en centro de aquella multitud alzo muy alto las manos y grito para llamar totalmente su atención. - ¡Escuchen todos, esto es lo que aprenden cuando van a practicar al dojo Zukio-Kan, así que es recomendable que metan a sus hijos si quieren que sean disciplinados, como yo! Y con un abrir y cerrar de ojos empecé a realizar puños, patadas, mi nuevo kata (Fukiu Kata Da Ni) y un grito de pelea que pudo haber dejado sordo a cualquiera. - Ese niño es muy disciplinado, como quisiera que mi hijo fuera como él. - El futuro de este país debe estar en manos de niños como ese. - ¿Cómo dijo que se llamaba el dojo donde practica? - Definitivamente meteré a mi hijita a practicar ese deporte. Entre el público mi padre se abre él mismo el paso, se me acerca, me abraza, y lentamente susurra por mi oído. - Gracias, hijo mío. Y yo creía que era mi cumpleaños, pero el único que recibió un regalo especial fue mi padre, tal vez en Navidad Santa Claus vaya a mi casa y busqué a mi papá a dejarle mi regalo también. Aunque ese recuerdo tuvo un inicio muy feliz, termino agradeciéndole a otro. Aun sigo en esa silla, sin poder moverme, pero es la primera vez que deseo que estas visiones sigan porque serán la única vez que vuelva a revivirlos, y porque aún no sé que otras cosas habrán pasado. Aquí termina tercer episodio, espero que les haya gustado, por favor comenten al menos, pues me siento muy inspirado y espero que nunca se acabe. Hasta pronto. Ha lo olvidaba, ahora me voy a México por el panamericano, aunque primero tendré que seguir entrenando, y también pedirles si también quieren que avance con mi fanfic de las PPGZ. ¡HASTA LUEGI! (así lo digo yo) P.D.: Para que me crean visiten la página de RPP noticias(Perú) Es que no tengo su página web)
Desgraciadamente pasó lo que pensé que no pasaría, a cada rato sentía un escalofrío después de practicar, sentía como si la frialdad de un espíritu me perseguía, me doy la media vuelta y... me doy cuenta que había llovido demasiado y no tenía mi abrigo, es broma. Bien, aquí el siguiente capítulo. Prepárense para seguir leyendo esta historia, porque aquí acaba la comedia. CAPÍTULO 4: El primer amor Cuando me doy cuenta que desperdicie gran parte de mi vida, no me arrepiento de ello, sino de lo que pude haber hecho con ella. Mientras otros viven sus vidas, la mía pasaba volando por mis ojos a los que decidí abrirles mi mente y mi alma, quienes me llevaron hasta aquel día en que la conocí, juro que era la chica más bella que había conocido en mi vida y que ahora se encuentra lejos de mis ojos. - Haber alumnos, denle la bienvenida a su nueva compañera -nuestra maestra, la Miss Carmen nos la presenta-. Adelante, no seas tímida. - Hola, me llamo Sol, Sol Huamani. Mis ojos no notaron su mágica sonrisa, puesto que mis ojos habían sido tapados por una broma inocente de mis compañeros llamado "el gorro pegado". -Elije con quieres sentarte Sol -le asesora nuestra antigua maestra. - Hmmm -muy dudosa mostrando su timidez. Caminando lentamente hacia donde estaba yo, que por milagro me quito con fuerza aquel gorro ajustado y finalmente verla, y cuando la veo sentarse sentí que nunca me había sentido tan feliz de haberme quitado ese gorro. - Hola, mucho gusto, me llamo Sol. - Y yo Stephanie -la saluda con agrado. Finalmente mi cara de atontado había recobrado su conciencia cuando la veo compartir una carpeta larga de madera con otra de mis compañeras del salón, aunque Stephanie también era linda, no podía de apartar mis ojos de Sol, y cuando llego la hora del recreo, los chicos del quinto grado fueron los primeros en salir, bueno no todos, yo aun seguía hechizado Desde mi silla podía notar lo tontito que era a mis once años, pero no podía culparme, su cabellera naranja y esos ojos verdes, parecía que ni siquiera fuera real, sino que había escapado de un cuento de hadas, bueno eso es lo que pensaba mi "yo" pequeño en ese entonces. - Como desearía hablarle, pero no creo que a alguien como ella quiera estar andando conmigo. A ver, si las películas no mienten la mayoría de ellas caen atraídas por alguien que... -entonces recuerda su vida condenada al karate-. ¡Sí! Tengo la oportunidad. Por primera vez agradezco estar en esa cárcel con cuatro paredes y un piso lleno de tatamis. A este recuerdo quería escucharlo con todo detalle, y misteriosamente se me presenta ante mí la conversación de Sol y Stephanie. - Y Sol ¿De dónde vienes? - Bueno, vengo de las costad del distrito, mis padres, bueno, son divorciados. - Oh dios mío, cuanto lo siento. - No importa, me siento feliz de estar aquí. - Pues tienes suerte, aquí encontrarás todo tipo de personas: grandes amigas, como yo; grandes payasos, como Anthony; buenas maestras, como la Miss Carmen; también grandes... - ¡Escuchen todos! Me veo a mí mismo cometer otro de los momentos más embarazosos de mi vida, seguía viendo como fue que pasó, puesto que la vida que tuve y que me sobra me quita más mis recuerdos y como sé serán la única vez que los veré. - ¡Aquí vengo a mostrarles un nuevo kata! Está en proceso, pero a veces hay que arriesgarse -vi que mis pequeños ojos se fijaban en la dulce niña-. Bien aquí voy ¡Saifa! (kata nivel intermedio) - Stephanie, ¿quién es él? - Iba a decirte que había grandes deportistas, pero creo que ahora son grandes extraños. - No lo sé, creo que no le va tan en... ¿qué deporte practica? - Le dice karate - Karate -mu pensativa lo dice Sol. - ¿Por qué? ¿Te gusta el karate? - Claro que no, la adoro. Mi padre es sensei de karate, aunque no me lo enseña por alguna razón Si hubiese sabido eso, mi vida hubiese cambiado, hubiera estado con ella, la hubiera seguido para protegerla, la hubiera acompañado para amarla, pero lamentablemente otra vida se me va de mis manos, y no bajo la navaja de los cuchillos, o por las huellas de las balas. Realmente ahora me aburría ver a un gran grupo de niños reírse de mí, puesto que ni siquiera me acordaba del kata, y todo sonrojado me regreso a ocultar mi vergüenza bajo la tapa de mi carpeta, pero entonces oigo una voz. - Hola -la voz se me hizo familiar-, soy Sol, ¿cuál es tu nombre? - Yo, bueno, me llamo Baiker García. Tú eres la alumna nueva, ¿cierto? - Pues sí, quería verte. - (En serio, vaya, creo que no fue un desastre después de todo) - Pero... -muestra una cara muy pensativa. - ¿Pero que...? -tratando de seguir con la conversación. - Bueno, si quieres tener buen equilibrio deberías ajustar la cadera y doblar las rodillas. - Esas indicaciones... En ese momento cualquier palabra que salía de su boca me hacía recordar a mi padre, el ser que con sus feroces garras del demonio me llevo a un infierno que me iba transformándome poco a poco en él, arruinando mi niñez y este futuro que tengo ahora, algo que tal vez él no se esperaba que pasase hasta que hubiese sido demasiado tarde. - Y si estás haciendo un kata intermedio, debería practicar aun más, y no hacer el ridículo sin recordarlo. - (Igual que mi padre) -mis puños se cerraban firmemente bajo su terrible tormenta. - Pero -me toma de la mano suavemente-, veo que tienes gran potencial en este deporte. Cuando creí que iba a enloquecer, su mano tomó la mía, haciéndome sentir en paz. Durante mis largos años en el karate había ganado casi todos los torneos en los cuales participaba; sin embargo, siempre recibía la desaprobación de mi padre, quién siempre encontraba un error el cual me hundía con sus palabras y torturas, mis logros nunca eran suficientes para él. Ella fue la única el cual mi verdadero yo no había nacido frente a su inocente crítica, ya que luego de algunos años cometería el mayor error de toda mi vida. - Bien, mucha gracias -recordando a mi padre sostener su látigo favorito-, pero creo que deberías irte. - Pero, ¿por qué? - No preguntes y solo hazlo -sentía que aún su monstruo interior quería salir. - Pero es que quiero ayudarte, mi padre también es sensei y podríamos trabajar juntos. - ¿Tu padre es un maestro de karate? Y otro recuerdo de mi padre amenazándome. - Todos son tus oponentes, ya sean fuera o dentro del tatami, quien sea, no debes serte amigo de ellos, si lo haces te sorprenderán y volverás a ser un fracasado como tu abuelo. En este caso podría ser diferente, no era varón, hasta que descubro el parentesco que tenía ella con el sensei Rayko, con quien tenga una rivalidad fuerte con sus alumnos, y con lo que dijo mi padre, menos podría ser amigo de la hija del rival más fuerte del país. - Agradezco tus hermosas palabras, pero no creo que deberíamos estar juntos -ve que aún no se va-. ¡Así que lárgate! - No me iré hasta que me contestes a algo. ¿Quién te enseña karate? - ¡¿Por qué quieres saberlo?! - ¡Porque me interesas! - Pues si te intereso tanto como dices, escucha bien esto: ¡Me enseña un lunático que jamás reconocerá la tristeza de su hijo, porque quiere que alguien haga todo lo que él nunca pudo ser, un condenado, quien además es rival de tu padre y no me permitirá juntarme con personas como tú, y si va a seguir preguntando sobre mi vida, será mejor que te largues, porque te dormirías de todo el sufrimiento que estoy pasando y de lo pronto que le sucederá a mi hermana. La vida no es tan linda como la describen muchas historias, y no quiero que estés conmigo porque... porque no quiero arrastrarte al mismo infierno! Me veo a mí mismo que vuelvo a ocultar la cabeza, y a Sol marcharse en silencio al recreo. - Sabes, tal vez tu padre sea muy estricto, pero el error no está en él, sino en cómo lo tomes tú. Muchos de los grandes han tenido que sufrir, y agradecen por ello, tú deberías hacer lo mismo -y desaparece su imagen. Jamás tuve otra conversación con ella, y nunca pasará, que error cometí, el más grande de aquel tiempo, y todo porque mi padre me lo prohibió, y mi madre se callaba en el silencio del dolor. Un tiempo el cual nunca recuperaré, porque el tiempo jamás perdona. No sé cuanto tiempo me quede, pero algo me dice que el destino quiere que aun vea más horrores de mi pasado, pero con lo que Sol me enseñó, serán los errores que cometí, los mismos que me llevaron a este lugar. Tal vez sea otra vez algo corto, pero es que aun no recibo algún consejo o idea del cual pueda continuar, esto lo estoy escribiendo ahora porque me siento triste, y parece que es la única inspiración que tengo. Hasta el próximo capítulo, y si he cometido errores ortográficos, háganme saber por favor.
Wooooohhh mw wncanto esta, esta como puedo desirlo buenisimo.. :D y.. Como es eso de corto esta buenisimo y para mi largo pero bueno me encanto tu fics y me encanto el titulo el capitulo 4 : El primer amor me encanto bueno me gusta ria que me abisaras para el capitulo 5 porfisss Dale..!!! att: InuTina taisho
woO tu historia esta muy interesante el padre del niño es totalmente insoportable pero se k eso el puede cambiar no ser como el en serio me dan ganas de llorar en esta historia pero tambie tiene sus momentos felices espero y me avises de la comtii........................
Hoy fue uno de esos días en los que uno no sabe cual será el siguiente paso que va a dar. Yo, que estuve pensando durante dos horas me di cuenta que tenía un asunto pendiente, por lo que aquí les traigo la continuación, disfrútenlo. CAPÍTULO 6: Recuerdo revivido Encerrado por cuatro paredes, una de ellas reforzada con barras de acero, asfixiaban mis deseos de libertad, el primer deseo frente a esta inexplicable situación, porque aún no he podido encontrar todas las respuestas a causa de los recuerdos que en muchas ocasiones vienen a visitarme, o tal vez sea yo quien los busca. Entonces, sin darme cuenta ya había amanecido, siendo un total de tres días que no dormí esperando otra revelación de mi pasado. - Todos salgan -un guardia nos da la orden- salgan al patio. Yo, sintiéndome desilusionado por no ver una cara familiar frente a mis ojos, solo me quedaba sentarme a observar como los otros sujetos que compartían el mismo hogar cometían los mismos errores, como si nunca hubiesen aprendido. De pronto, pasaron entre los prisioneros la banda de los "Garriyos", un grupo que lo conformaban los más peligrosos del penal, yo había sido invitado una vez para unirme, pero mi rechazo tendría su razón. - Oigan ustedes, están en nuestra banca -el líder con tatuajes, Marvon Matíes es el primero en hablar. - Pero, ¿ustedes no se sentaban en aquel lugar? - Acaso estás cuestionándolo -el segundo miembro con aretes, Scott Santos, le sigue. - Si, tal vez tengas razón, pero el sol está golpeando muy fuerte por ese lado, así que si no se retiran habrá problemas. - ¡¿Pero por qué tendría que hacerles caso?! De pronto noté que el chico que los estaba retando era nuevo, un chico que parecía tener 19 años con una estatura menor frente a todos los miembros de la banda. Marvon, que tenía aquel problema de actuar violentamente sin pensarlo agarra al jovencito y en un acto de horror empieza a quitarle el aliento a puños. - ¡¿Cómo te atreves a retarme?! ¡¿Acaso no sabes quienes somos?! Mis manos quería actuar, pero entonces la escena empieza a volverse borroso, el recuerdo que tanto espere entra en el momento incorrecto, aparece la misma silla donde tengo que sentarme a observar, y como no podía salir de aquella niebla no me quedaba de otra. - Baiker, ¿estás listo? - ¿Para qué papá? - Iremos a un lugar especial a festejar con muchos amigos. - Pero papá, hoy es el cumpleaños de uno de mis compañeros y habrá una fiesta en su casa. E´l mismo me invitó y sería el primer lugar donde... - Pues lo siento, pero toda la familia irá, así que no te lo estoy pidiendo, te lo estoy ordenando. - ¿También obligarás a Gabriela? - ¡¡¡Todos irán y punto!!! Empiezo a recordarlo, ese sería la primera vez que iría a un lugar a convivir con otras personas, aunque el final me sigue pareciendo confuso. - De acuerdo papá, pero aún no sé a donde nos llevaras. Mi padre y mi madre parecían llevarse mejor, o eso era lo que ocultaba los malos recuerdos, mientras que mi hermana menor Gabriela y yo veíamos que todo era nuevo para nosotros. La celebración del que tanto habló mi papá se daba por una de las calles dentro de la ciudad capital, pude reconocerlo a simples vista pues había un gigantesco mantel pintado a mano que decía: "Gran Tongo por el día del San Martín de Porres" - ¿Aquí es mamá? - Sí Gabriela, sé que no tiene buena pinta, pero dentro hay muchas cosas divertidas. Sabía que el sarcasmo de mamá era muy malo. Dentro no había más que cajas de cervezas amontonados en grandes columnas, tipos que se ahogaban en aquella mercancía ilegal, y algunos niños que tuvieron que pasar por el mismo destino que yo. - Baiker, Gabriela, haya hay otros niños, vayan a hacer amigos - De-de acuerdo mamá -y mi hermana es la primera en correr lejos de la música. Teniendo siete años y mi hermana cuatro no demoramos mucho en aburrirnos pues el único lugar no ocupado por esos borrachos eran tomado por sus sucios y oxidados móviles. Aunque no todo fue un desperdicio, mientras que mis compañeros del colegio eran entretenidos por un payaso (moda en aquella época), nosotros eramos impresionados por un "toro loco", una maqueta en forma de toro cubierto envuelto por varios fuegos artificiales que los hacía ver espectacular. - ¡Qué divertido! -Gabriela se emociona tanto como yo- Mira que lindos colores. - Sí hermana, son lindos. Un hombre era quien cargaba esa maqueta, que acompañado con una música criollas daba el acto principal de la fiesta. No obstante, mi hermana había quedado tan maravillada que no se daba cuenta que estaba muy cerca del toro. - Gabriela, sal de allí -mi mamá desesperada ve en el peligro que se encontraba- Baiker, ayúdala. Yo, que también me encontraba hechizado por los colores y con un globo verde en mis manos no podía escuchar las palabras de mi madre. El hombre que cargaba al toro loco no podía ver a la pequeña niña, y los fuegos de colores soltaban esos destellos que eran peligrosos a una vista muy cercana. - Oye idiota, muévete -observo a mi padre afectado por el alcohol correr hacia el hombre- No ves que estás asustando a mi hija. Y sin previo aviso golpea al tipo dejando caer el toro sobre Gabriela, pero afortunadamente los fuegos ya se había enfriado lo suficiente como para hacer alguna clase de daño, y con el papel maché que lo cubría, ya no habría peligro alguno. A la gente no le importaba lo que había pasado y simplemente dieron por finalizado la borrachera. Mientras caminábamos hacia el paradero, mi padre me agarra por sorpresa quitándome el globo. - Oye Baiker -me grita mi padre todo mareado- ¡¿Por qué no ayudaste a tu hermana?! - Lo siento papá. - Nada que disculpas, por tu culpa, tuvo que acabar temprano a fiesta, no pude hablar con mis viejos amigos de la infancia, después de tantos años. Estando por el puente sobre el río Rímac mi padre todo mareado hacía la finta de intentar botar mi globo hacía el río. - No papá, ese globo me lo regaló un niño de la fiesta. - Pues por ese globo casi muere tu hermana. Sería mejor que no hubiese globo. Y entonces pude ver que en una de sus fintas ya no sostenía el globo. - No papá -como niño que era empecé a llorar- No papá, no papá. - Cállate. Y entonces sentí que mi aliento se me iba, no por el exceso de mis gritos, sino por que una mano grande y cerrada había chocado contra mi barriga haciéndome caer al suelo. -Que está sea una nueva lección, aprende a mejorar tu defensa. Y con ello la neblina cubre el panorama regresándome al penal donde la pandilla había acabado con el recién llegado, Marvon se acerca al oído del joven y le dice: - Que esta sea una nueva lección. Bienvenido al infierno. Reflejado el recuerdo vivido con la realidad no pude evitar que pasara de nuevo, mis terrores se habían comido mi alma y mi ignorancia mi coraje. Suena la campana donde todos tenían que volver a su celdas y yo a la espera de un recuerdo más hermoso. Morir, morir sería mi último deseo para cuando esto haya acabado, y seguro que las cosas ya no serán las mismas. Bien, hoy traté con algo un poco fuerte así que disculpen. Leí los comentarios y déjenme decirles que gracias por su palabras. Muchas gracias y hasta la próxima.
Hola, mis mas humildes disculpas por haberme tardado tanto tiempo. En un principio creí que se trataba sobre alguna protesta hippie o algo similar, debido al nombre del plenario. En fin. La idea que llevas es buena, ya que Baiker nos narra desde el plenario los recuerdos de su complicada niñes, todos los complejos y problemas que tuvo bajo el severo carácter de su padre, cosa muy interesante ya que estoy echa un lío intentando adivinar que hizo para llegar ahí -al plenario- y creeme tengo muchas hipótesis. Con respecto a este capitulo; me aclaraste una gran duda, pues yo creía que "la silla de los recuerdos", desde la cual Baiker nos cuenta su historia, en realidad era una silla eléctrica. Siendo asi, pienso que aun hay esperanza para el protagonista. No sé, pero me gustaría que existiese algo que lo impulse a querer escapar de ahi, sin importar que tenga que hacer para lograrlo. Pasemos a las faltas ortográficas. En los primeros capitulos tuviste bastantes pero con forme avanzabas éstos disminuyeron notablemente, te felicito! *"Oigan ustedes, estás en nuestra..." -están- *"Pero, ustedes no se sentaban en aquel lugar." -una de dos; o te faltaron los signos de interrogación, ó, el "no" está de más. *"Si talvez tengas razón..." -Sí,- te faltó la tílde y la "coma", si estas afirmando algo el "sí" lleva tílde y sino no. *"... y en un cato de horror..." -acto- *"E'l" *"haya" -esta palabrita también significa "encontrar" pero por el contexto en el que la usaste debió ser "allá"-. *"globo verde en is manos..." -mis- * espere/esperé -estaba en pasado por tanto lleva tílde-. Para terminar, podrías explicarme qué es "finta"? Listo! espero leerte muy pronto, chao!
Gracias por el comentario. Primeramente sé que en este capítulo cometí los errores que has nombrado, incluso después de publicarlo me di cuenta y espere a que alguien me lo hiciera saber, ¿parece creíble?, creo que no, pero sería la única forma de probar que alguien lo ha leído. También déjame decirte que en tu comentario hay un error ortográfico, pero no es para morirse ja ja ja, es más, me surgieron nuevas ideas para la continuación, y como todos quieren que el personaje muera ya decidí un final satisfactorio. Cuando termine este fanfic, seguiré con otro. Sé que el título de un fanfic es el principal punto para conseguir muchos lectores, y el del mío no fue muy llamativo para muchos, pero va a la par con las obras peruanas. P.S.: En mi país, "finta" se le dice a la manera exagerada de improvisación de manera brusca que, en este capítulo, describe el acto del padre por botar el globo.
Disculpen que haya tardado un buen rato en escribir la continuación, pero estuve realmente ocupado, cosa que es normal entre todos así que seguro lo entenderán, pero aquí viene la continuación que es una simple reflexión pero que no se trata esta vez de Baiker, sino de otra persona, y en otro lugar. CAPÍTULO 7: Volverte a ver Lejos de aquel abismo donde llegan a caer todos aquellos que no se arrepienten de sus errores y que continuarían haciéndolo si estuviesen libres. Desafortunadamente, el tipo de justicia que se aplican favorece al que puede comprarse a los jueces y sus decisiones. En un fin de semana, desde una casa corriente pero de lujo del distrito de Miraflores, y que con vista al mar era habitada por una simple familia, con un esposo normal y trabajador, con una hija madura que estudiaba mucho para algún día convertirse en escritora, y su hermano pequeño con quien jugaba con su dulce madre frente a la presencia de los rayos del sol. - Ja, ja mamá ya basta, me haces cosquillas. - Pero si tu fuiste quien quiso jugar primero traviesito. De pronto suena el timbre. - Cielo, podrías atender la puerta. Una petición que llegó a oídos sordos porque se encontraba ocupado atendiendo sus asuntos en su oficina. - Entonces, Meylin, ¿podrías atender tú? - Un momento -termina de leer el libro que sostenía- Listo, ya voy. Abre la puerta y descubre a un cartero que venía a cumplir su deber. - Buenos días, ¿la familia Huamani? - No , está es la familia Cervantes. - Seguro, porque está carta es para una tal Sol, pero si me equivoqué disculpen por las molestias. - Un momento -deteniendo el viaje del cartero-. Así se llama mi madre -el cartero regresa y le entrega la carta-, pero ¿de quién? ¿por qué alguien de allí estaría vinculado con mi madre? ¿acaso ella está metida en algún comercio ilícito de drogas? ¿acaso lo llaman para un juicio en el que está involucrado? Y el cartero viendo la curiosidad impulsiva de la niña, solo dice... - Solo habré la carta y descubre la verdad -y se larga de la casa lujosa. Meylin, viendo el aspecto limpio que tenía la carta primero va con su madre para que juntas leyeran la carta. - Mamá, era el cartero, vino ha dejar esta carta para ti, aunque no sé si se equivocó. - ¿A qué te refieres Meylin? - Porque esta carta está dirigida para ti, pero al parecer no parece conocer que ya eres madre. - Haber, déjame ver la carta. Reflejado las palabras grabadas en el destinatario decían: Para: Sol HuamaniDe: Baiker García Con ello los labios de Sol se quedaron congelados, haciéndola sentir un frío profundo en sus manos y un fuerte dolor en su pecho. - Mamá, ¿estás bien? -pregunta muy preocupado su hijo. - No te preocupes GianPaul, solo necesito descansar. - Llamaré a papá. - No Meylin. él no debe enterarse. - ¿De qué mamá? La mamá preocupada por la seguridad de sus hijos no piensa decirles en ese momento, sino para cuando se sienta mejor. Más tarde, cuando el padre de la casa sale a trabajar los hijos van a ver a su madre, quien se sentaba en su silla mirando el cielo estrellado sujetando la carta que aún seguía sin abrirse. - Mamá -pregunta GianPaul- ¿podremos entrar? - Queremos que nos digas quien es Baiker. - Vale, pero júrenme que no se lo dirán a su padre. Con la palabra de los niños, la madre les relataría más sobre la relación que una vez tuvo con este sujeto. Cuando era niña, tuve un compañero que se llamaba Baiker, Baiker García. No tuvimos un buen inicio cuando nos conocimos, es más, nuestros padres eran senseis y rivales, y por lo tanto, no nos permitían estar juntos, y aunque él era muy testarudo, nunca lo odie. - ¿Cómo Romeo y Julieta? - No Meylin, no es totalmente parecido a eso. -De acuerdo mamá, continúa. Yo solamente era una conocedora de lo que se aplicaba en el karate, pero él tenía potencial, pudo haber sido uno de los mejores karatecas que haya tenido el país. Cada año él ganaba 8 de 10 campeonatos que se daban al año, formó parte de la selección de karate, tuvo lo que se puede decir, una vida aceptable para él; sin embargo, el destino le hizo una mala jugada. - ¿Qué pasó mamá? - Déjenme preguntarles algo, ¿conocen al grupo terrorista "Yendero Luminoso"? - Sí -dice Meylin-, era un grupo muy peligroso que atormento el país durante las décadas de los 80y 90, y que ahora se mantienen ocultos en alguna parte de la sierra. Baiker quiso ser fuerte frente a los ataques que se daban a diario en aquellos años, pero muy testarudo y arriesgaba su vida entrenando todos los días al aire libre. Un día, él junto con otros compañeros fueron al cerro San Cristóbal sin pensar que allí se encontraban un grupo de Yenderistas, los capturaron y luego desparecieron. Trataron de buscarlos durante varios día, pero como se es de saber la policía no es bien financiada y se canceló la búsqueda a los pocos días. - Entonces nos estás diciendo que está persona debería estar muerto, pero esta carta demuestra lo contrario. - No -niega su madre muy triste-, yo ya sabía que seguía vivo, lo que me entristece es lo que lo llevó a ese penal el cual está escrito en esta carta. - ¿Por qué? ¿Qué hizo? Bueno, luego de dos años, mientras estudiaba en la universidad, recibía cartas de algún extraño que siempre me preguntaba mi estado de salud, si era feliz, si sacaba buenas notas, si había encontrado el amor. Y en Agosto de 1991, caminaba sola hacia un puesto de desayuno que quedaba frente a un parque, caminaba tranquila, y de pronto sentía que alguien me seguía, era él... El próximo capítulo la segunda parte, espero que les haya gustado, si es así marquen "me gusta", sino un comentario, sino... ¡HASTA LUEGI! P.S.: Discúlpenme una vez más por mi ausencia, y si tengo errores avísenme por favor.
Hola... ufff!! lleva un montón sin leer tu historia, lo siento mucho, es que me han quedado dos y he tenido que pasar el verano estudiando pero ya me he pusto al día, la continuación me ha encantado, la has dejado muy interesante, me ha gustado la evolución de los personajes, tu forma de narra ha mejorado, o al menos me lo parece, no he visto faltas de ortografia, bueno pues eso, me ha gustado mucho, espero que me invites a la continuación.
Es un placer dar una continuación a esta historia, pero antes desearía disculparme por mi ausencia pues viaje a México por asuntos de competencia, por lo que ahora les traigo un especial de total trama, espero que la disfruten. Ah por cierto, a partir de este momento la quien narre será Sol, o hasta que piense en otro que continúe con la historia. CAPÍTULO 8: La Triste Venganza Me volteé para asegurarme de que era él, no podía creer lo que veía, y él cubierto con un gorra me miraba fríamente con una sonrisa débil que figuraba su rostro. - Hola, ¿me recuerdas? -él es el primero en preguntarme. Yo suspiraba porque no sabía que decirle puesto que aun creía que era una simple ilusión. - Solo venía de paso -me da otra sonrisa-. Creo que el tiempo que nos mantuvo ausente te ha puesto en ese estado. - Baiker -lo único que pude decir en ese momento. - Me alegra que aun sepas mi nombre, yo ya ni sé si los demás aún creen en mi existencia. - ¿Qué te parece si vamos a... tomar un café? Hace mucho frío aquí afuera. - ¿Estás segura? ¿No tienes clases en la universidad? - No te preocupes, aun tengo tiempo. Mientras entrabamos en la tienda me preguntaba a mí misma como es que él sabía tanto de mí. Los años que compartimos y que nunca existieron parecían que ahora comenzaban a existir. Ya sentados en una mesa; yo con mi pan con tortilla y una tacita de té, y él solamente con su café servido con una taza media rota. Yo guardaba el silencio, esperando a que aquel encuentro no fuera de lo más incómodo. - Parece que no quieres decir nada, ¿acaso te preocupa algo? Si me preocupaba algo, pero mis labios no querían botar alguna palabra por alguna razón. - Es lamentable -de pronto él me mira seriamente-, creí que esta vez, ya que yo, comenzando una nueva vida, te hubiese gustado verme, después de tanto tiempo. - Baiker. - No creo que entiendas el sufrimiento que vivía bajo el techo de mis padres. El terror llego a mí cuando él remanga su camisa mostrándome numerosos moretones y cicatrices, dejando de ser un brazo por la falta de piel sana. - Un poco más y puede que haya perdido el brazo. Aunque mi mente haya decidido continuar con esa condena que me padre me impuso, mi cuerpo seguía siendo frágil. - Lamento que hayas pasado por eso. - No, no lo lamentes -toma mi mano de pronto-. Aunque no lo creas, eso fue lo que mantuvo vivo durante este tiempo, si es que te lo preguntas. Había tantas preguntas en mi cabeza, pero muy poca voluntad para preguntar. Tal vez no era el miedo por ver a una alma viva que me impedía hablar, sino las respuestas que desde un principio iba a lamentar escuchar. - Baiker -por tercera vez digo su nombre-. ¿Te acuerdas la primera vez que nos conocimos? - ¿Te refieres en el colegio? La verdad es que tengo poca memoria acerca de lo que pasó, pero si recuerdo que te veías muy bonita en esos tiempos. - ¡¿Me estás diciendo que ahora no soy atractiva?! Y con ello pude reconocer la falta de ingenio que describía a Baiker toda su vida. Por primera vez vi que Baiker disfrutaba de mi compañía, por lo que pensé que podía comenzar a descubrir la verdad. Pero entonces hubo un segundo muerto entre nosotros, como si se supiera que lo siguiente iba a ser difícil de explicar. - Todos pensaron que habías muerto, incluso yo. Intentaron buscarte, esa es la verdad -él agacha la cabeza al escuchar mis palabras-. Aún les importas a tus padres, más de lo que crees. - Sol, entiéndelo, no puedo volver. - Claro que puedes, ya que escapaste de esos terroristas, ahora puedes seguir con la vida nueva del que tanto me hablas. - En eso te equivocas, porque yo no escape. - ¿Qué dices? Luego el silencio se hizo total, Baiker se para habiendo terminado su café y débilmente se me acerca a susurrarme al oído. - Ellos me eligieron Sol. - No -me quede paralizada-, no me digas que tú... Él se retira acompañado de una música de piano que estaba siendo reproducido en una tienda de discos al costado del restaurante. Tal vez él pensó que después de lo que sucedió en el colegio hace años no sentía nada por él, pero se equivocó. A pesar de las distancias que hubieron entre nosotros por parte de nuestros padres que siempre se rivalizaban, yo siempre quise saber más sobre él, y el día en que se fue con esos de "Yendero Luminoso", pensé que nunca lo volvería a ver. Al día siguiente, pase por el mismo lugar a ver si me encontraba de nuevo con él, pero no lo encontré. Los días pasaron y no le conté a nadie sobre aquella mañana donde ocurrió aquel encuentro. Un de esas noches me mantenían despierta pensando si realmente era él, cuando de pronto sonó el teléfono, y como era la única despierta en la casa fui a contestar. - ¿Aló? - ¡Sol, tienes que salir de ahí! - ¿Baiker? ¿Eres tú? ¿De qué estás hablando? La llamada se colgó, y sin más preámbulo desperté a mis papás y a mi hermano menor. Ellos me preguntaban el por qué el alboroto, pero ya era tarde para responder ya que después de dos minutos estábamos afuera viendo la calle oscura. - Ahora sí responde, ¿por qué nos despertaste a estas horas de la noche? Mi padre bostezaba mientras esperaba que le hablara sobre Baiker. De pronto, una explosión se escucha no muy lejos de donde estábamos, mi padre agarro a mi hermano y a mi madre y nos fuimos alejando de la explosión, y después de estar lejos de nuestro supuesto peligro se escucho una explosión más grande acompañado de una gran nube roja que acabó destruyendo el vecindario en donde vivíamos. En ese entonces pude notar lo que pasaba, las palabras de Baiker eran ciertas y ahora servía a una masa asesina que acabó en una noche a 75 personas. Mientras mi padre se envolvía en sus pensamientos y mi madre y mi hermano eran atendidos por seguridad, yo miraba desde una pared el emblema de Yendero Luminoso, la hoz de la cosecha infernal y el martillo de un nuevo futuro horrible, pero por alguna razón presentía que Kento no estaba detrás de la explosión, aunque por ese momento mis sentimientos me nublaban de la verdad. Aquí termina este capítulo, pero el viernes tengo preparado publicar la siguiente parte, puesto que quiero recompensar mi ausencia en México, no olviden comentar. ¡HASTA LUEGI! P.D.: Este capítulo fue inspirado mediante la canción de Hatsune Miku: Hirari Hirari, por si quieren saberlo.
Pasó mucho tiempo con los seres a quienes quiero, pero aun así hay un profundo sentimiento con el que uso para escribir estas palabras. Déjenme presentarles la siguiente lágrima de Sol Huamani. CAPÍTULO 9: El Amor Vive Horas después, cuando el sol empezó a brotar sus primeros rayos de luz, la televisión de nuestra otra casa en S.J.L. solo mostraba noticias de lo ocurrió esa noche, - Buenos días nación, hace apenas algunas horas nuestro equipo ha llegado al lugar donde ocurrió otro ataque terrorista... -cambio el canal- Otra amenaza sacudió a un grupo de personas del distrito de Lince quienes fueron tragados por el fuego... -cambio de nuevo de canal- Como podrán ver los bomberos aun tratan de apagar las llamas que cubren todo este territorio. Nunca se vio nada igual... Cansándome de ver la misma noticia cuya historia sobreviví, salí un rato a caminar dejando a mi padre a cargo de la casa. Caminaba muy confiada, como si las calles que recorría me hacían sentir en paz, ¿pero cómo si hace mucho que no visito este lugar? Las dudas se me apagaron cuando vi a un chico con una gorra roja con la etiqueta de Superman, el mismo que usó Baiker aquel día. - Dénme un kilo de cebolla por favor -le hablaba a la anciana que lo atendía. - Ahorita querido. Me acerco para asegurarme que era él, pero Baiker se voltea y nota mi presencia, lo que lo obliga a correr, dejando su pedido por el suelo. - Querido, se le ha caído la bolsa. ¡Oiga! Lo trato de seguir hasta un parque a dos cuadras del mercado, la verdad es que en S.J.L. hay muchos campos verdes entre cada grupo de casas, como sea, luego lo sigo hasta el colegio Santo Domingo cuya calle está en empinada, pero eso no impide bajar la velocidad a Baiker. Después de eso llega hasta un callejón estrecho donde el otro lado estaba en construcción, por lo que no tenía a donde ir. Aferraba algo en sus manos, parecía algo metálico y pequeño. - Ahora sí, se que eres tú -intentando recobrar el respiro- ¿Por qué hiciste a gente inocente. - ¿Inocente? ¡¿Inocente?! Que no te has dado cuenta que ya nadie de aquí lo es -se quita el gorro siendo nosotros dos los testigos-. Incluso a los pequeños, cuyos futuros tampoco están a salvo de caer en el pecado, todo lo que el hombre puro intenta afectar ya tiene el veneno en la sangre. Inocente -hablando de forma burlona-, aquellos que vivían en esas casa fueron los primeros en la clase social durante mucho tiempo, y por ello fueron el blanco perfecto. - ¡¿Pero entonces por qué me dejaste vivir a mí y a mi familia?! - Aún cuando toda una raza es insoportable, nosotros no optamos por la extinción de toda su especie. - ¿Pero qué es lo que te hicieron? -revolcándome en la decepción. - ¿A mí? -viéndome confundido-. Solo me hicieron ver la verdad; ninguna persona que posee poder sobre las masas es generoso, comprensible, mucho menos justo, es a lo que llaman desarrollo nosotros lo llamamos corrupción, y te apuesto que aunque cada uno de nosotros muera, las cosas nunca van a cambiar. Se vuelve a poner la gorra, guarda aquel metal en forma estrella y pasa por mi costado para regresar a donde sea de donde vivía en aquel día, mis sentimiento se vieron destruidos, pero no del todo, las palabras de Baiker nunca fueron totalmente ciertas, por lo que me fui obligada a ir a buscar respuestas sobre su vida, me refería a la casa de sus padres, quienes afortunadamente vivían en el mismo distrito que yo. Como mi padre conocía muy bien donde vivían sus adversarios, pude encontrar en su computadora la dirección del sensei Biaker. Pdro. 7 Av. Las flores Jr. Crucinelas 343 De inmediato me dirigí a tal hacienda que por el peso de los años y las cosas que ocurrían en ese entonces había perdido su color y su sonrisa, me acerco a tocar la puerta. - ¿Aló? La familia García -nadie contesta-. ¿Hay alguien ahí? -ninguna señal- Quisiera hablar su Baiker, su hijo.- ¡¿Quién quiere saber?! -se oye una voz de viejo-. ¡Ah, eres tú!- Sí , disculpe que haya venido como alguien no deseado, pero...- Largo de aquí -saca la cabeza por la ventana el padre de Baiker- No queremos ver a nadie.- Pero es urgente.- No importa tus asuntos, mi vida acabó y nada puedes hacer para que te deje entrar.- Aún si le dijera que vi a su hijo hace dos días El silencio cayó para los labios del Sr. García, y luego se oye el llanto de una señora, supongo que era la madre de Baiker. - Mi hijo -hablaba mientras la señora me abre la puerta-. ¿Has visto a nuestro hijo?- ¡¿Te has vuelto loca mujer?! ¡Él está muerto! -y con un rápido movimiento la golpea en su mejilla.- ¡Sr. García! Usted tiene que escucharme -deteniendo el brusco comportamiento del idiota-. Parece que Baiker ha sido llevado a mal camino, y quisiera saber si hay alguna forma de poder recuperarlo antes de que ocurra otra tragedia. El Sr. García bajo su puño y me deja pasar a la sala de su casa. Dentro, sus paredes mostrabanan cientos de fotos sobre Baiker en sus días de gloria en el deporte que tanto despreciaba, y su madre se me acercaba a servirme unas ricas galletas de kiwicha. - Que curioso -me mira con ternura la Sra. Gracía.- ¿Por qué? ¿Qué pasa?- Ahora ya veo porque le gustabas tanto a mi hijo. Me sonrojo puesto que su expresión se oía sincera. De pronto hace presencia una vez más su padre que usaba un bastón para mantener el equilibrio. - Aschhh, el doctor me dice que este es temporal, pero en estos días cualquier cosa puede ser verdad. Incluso cuando aquellos que ven el futuro piensan que nuestra muerte está cerca, no quiere decir que no puede ser antes.- Me alegra que me haya aceptado en su vivienda Sr. García.- Si, sí, ya lo sé, soy muy generoso -se burla pasivamente de mí-. Pero vamos directo al grano ¿te parece?- Claro que sí señor.- Pues bien, ¿que quieres saber sobre mi hijo?- Pues verá señor, yo... Se oye el timbre del horno, haciéndonos saber que más galletas de kiwicha estaban listas. - Oh, ya están listas, ahora vuelvo -se marcha dejándonos a nosotros dos.- Señor, su hijo al parecer es miembro de Yendero Luminoso.- ¿Entonces me dices que no fue un secuestro lo que ocurrió haceaños?- No del todo, como pude notar él fue convencido por los ideales del grupo terrorista, y participó en el atentado que ocurrió en Lince.- ¿Te refieres al que ocurrió hace un par de semanas? -afirmo con la más cruda verdad-. Pero eso no es posible, si tú aún sigues con vida y vivías en ese sector.- De eso también quería hablar. Al parecer unos minutos antes de la explosión él me llamó diciéndome que escapara de allí, y ya luego me enteré de lo que quería decirme.- ¿Y por qué te salvó?- Según sus palabras quería que hubiera sobrevivientes y por lo tanto testigos de su poder. El Sr. García guarda el silencio en sus pensamientos, mientras que su esposa traía otra bandeja de galletas. - Bueno, es claro que no todo lo que te dijo es cierto. Me quede confusa, pues si al lo recuerdo yo soy la que vivió toda esa pesadilla. Él me mira con una cara graciosa viéndome como me sonrojaba por las fotos de su hijo. - Tu no conoces muy bien a nuestro hijo tanto como nosotros -me dice la Sra. García-, y puede que no tanto a esos bastardos con armas.- ¿A qué se refiere?- Lo que mi esposa quiere decirte es que él aún siente algo por ti, y es por eso te salvó la vida. Yendero Luminoso nunca quiere dejar sobrevivientes, no según las noticias que se daban hace algunos años, puede que seas una de las pocas a las que el grandísimo señor decidió mandarte un ángel guardián.- ¿Y ese es Baiker? El Sr. García afirma con la cabeza, y luego saca debajo de su sofá una caja cubierta de polvo con las iniciales B.G. (Baiker García) - No note hasta que se fue cuando me di cuenta lo mucho que lo exigía y de lo que lo convertía; sin embargo, hubo un sentimiento que al parecer nunca fue afectado por alguna de sus horribles acciones, y eso fue su cariño hacia ti. A punto de llorar sin encontrar la mejor razón para hacerlo decidí acabar mis dudas. - ¿Y qué contiene la caja?- No sé la verdad, pero siempre veía a mi hijo metiendo una infinidad de cartas en ella cada vez que lo veía intentando acercarte a ti, y la cerraba con una llave...- ¡¿Tenía forma de estrella?!- Ah, pues sí. ¿Cómo lo sabes? Teniendo más de lo que pude saber tome la decisión de dar como terminado la conversacion. - Muchas gracias por las galletas Sra. García; y Sr. García -él me mira como si no supiera lo que pasara-, su hijo pronto volverá a casa, es una promesa que yo mismo cumpliré. Los padres de Baiker se miraron con amor y luego se abrazaron, yo mientras tanto tuve que ir a un lugar en especial a buscar información sobre como funcionaba un movimiento idealista como Yendero Luminoso, e igual que Baiker, yo también tendría una razón por la cual luchar formando parte en la guerra entre el gobierno de nuestro país contra las amenazas del terrorismo. Y hasta aquí. Wow, normalmente me tomo tres días en pensar algo para el siguiente capítulo, pero esto se escribió solo, tal vez es porque me recuerda a aquella esperanza de volver a ver a alguien a quien he esperado por tanto tiempo. De cualquier forma, espero que les haya gustado, y si pueden escriban algún comentario. ¡HASTA LUEGI! P.D.: Si tengo errores ortográficos, avísenme por favor.
Hola a quienes estuvieron esperando la continuación, obviamente así no podía acabar un fanfic (incompleto), y por ello publicaré más seguido este mes, comenzando con la publicación de este pequeño episodio, disfrútenlo. CAPÍTULO 10: Ataque Yenderista Recuerdo que cuando vi a los padres de Baiker abrazándose, sentí un calor que abrigaba mi corazón, tal vez porque nunca lo había sentido, pues casi nunca veía a mí papá, incluso en aquellos años de horror donde la unión hacía la fuerza, y tanto así que se me había ocurrido un plan para poder recuperar a Baiker de esos Yenderistas, pero lo primero que tenía que hacer sería encontrarlo. - Disculpe, ¿ha visto a este chico?... ¿Conoce a un tal Baiker García?... ¿Puede decirme como encontrar a este fugitivo? Teniendo que preguntarle a todo el mundo con preguntas tan extrañas que me describían como loca,, y sin ningún resultado. Desde el día en que me encontré con él en el callejón, dejé de sentir esa incomodidad de ser seguida, lo que significaba que querría alejarse de mí. - Disculpa jovencita -me volteó para atender al policía-. ¿Qué está haciendo aquí en esta zona de la universidad? Es muy peligroso a cualquier hora del día. Yo estudiaba en la Universidad Nacional Mayor de San Carlos, donde abarcaba un gran terreno, tanto que si no conocías todo el lugar, algún día te podrías aparecer en un lugar donde no quisieras estar. - Lo siento oficial, creo que la tarea que me dejaron de más me distrajo tanto que no me fije a donde estaba yendo. Aunque claro está que querría encontrar a Baiker, mis estudios imponían un claro obstáculo, puesto que era una de las más listas de mi grupo. No asistir a muchas clases provocaría las sospechas de los oficiales que, por alguna razón fueron enviados por el gobierno para controlar el desorden que había entre los estudiantes. Un día, la ideología yenderista había controlado las mentes de muchos de nosotros, y poco a poco la universidad se volvió un lugar peligroso, con banderas de su movimiento revolucionista por todas partes y varios sujetos encapuchados cargando consigo armas y palos. Al principio pensaba no volver hasta que la situación fuera controlada, pero aquella mañana, cuando me disponía a ir a la universidad vi las noticias... - Aquí estamos afuera en la puerta tres de la Universidad Nacional Mayor de San Carlos, donde vemos a los grupos militares esperando ordenes de su general, pues muchos yenderistas se han apoderado de muchas facultades, y muchos estudiantes han sido tomados por rehenes -hablaba lareportera del canal 2- Aquí estamos con el general Luis Cisneros, el cual nos contará su plan de ataque. General, está usted al aire. - Buenos días. Bueno, el día de ayer se intentó llegar a un acuerdo, pero lamentablemente nos quisieron tomar por los cuernos, y nosotros no permitiremos esa clase de insulto. - ¿Y qué piensan hacer usted y sus hombres? - Hemos estado planificando un ataque desde los alrededores donde se encuentran los rehenes, y con ayuda de algunos de adentro puedo asegurarle que el plan no sacrificará vidas inocentes. - Pero entonces, quiere decir que... - Esto es para lo que ellos fueron entrenados, ellos sabían el peligro que iban a correr y ahora cuentan con nosotros para sacarlos de allí. - Pues bien, esperamos que tengan éxito. - No se preocupe, no dejaremos a ningún yenderista con vida. - Mientras esperamos lo que pronto se convertirá en una posible masacre, aquí les mostramos algunas imágenes que pudimos captar con las cámaras de seguridad de la biblioteca central de la universidad. Luego de ver lo que se disponían a hacer,tenía la sensación de que los padres de Baiker también estaban viendo esto. Las cámaras mostraban el sufrimiento de personas inocentes causado por los yenderistas quienes cubrían sus rostros ya sea por lealtad o por vergüenza. Pero en un momento, entre los rehenes juro que podía ver al hijo de los García. - Tú, ven aquí –uno de los encapuchados señala a Baiker el cual no hacía caso-. ¡Dije de pie! –y realiza unos disparos al aire. No entendía aún del por qué él se encontraba al otro lado de la situación, otros dos enmascarados fueron a forzarlo a pararse, pero él se las arregló para hacerles frente y dejarlos inconscientes, algo que no parecía gustarle al jefe del grupo, quien lo golpeó por la espalda con uno de los fierros que se encontraban esparcidos por el suelo. - Ustedes son tan inútiles -y agarra a Baiker fuerte del cuello- Tú... Él lo mira muy tranquilo, parecía recordar su cara, bueno, era lógico, él fue uno de ellos. - Escuchen desgraciados, que esto les sirva de lección -saca una pistola de su cintura y lo punta a Baiker-. Cuando intentan jugar y olvidan para quienes trabajan. Baiker, muy alejado como para reaccionar y quitarle el arma solo se quedo parado viendo hacia la cámara. La reportera informaba los detalles. - Uno de los rehenes les acaba de hacerles frente, tumbo a dos de ellos, pero no fue suficiente para un ataque sorpresa -el general Cisneros observaba la pantalla-. Ahora se ha quedado congelado por la pistola que lo apunta, los dos que fueron embestidos se levantan y ahora le devuelven la paliza. Señoras y señores, no podemos hacer nada para ayudarlo, lo están pateando en el suelo. Con cada palabra que escuchaba y con imagen que proyectaba la cámara, mis lágrimas no paraban de caer, verlo tan indefenso sin mencionar que llevaba una vida casi muerta. - Sol, dime ¿estás bien? -tocando la puerta de mi cuarto. Solo miraba el televisor esperando a que mi mamá me dejará tranquila, pero esa calma solo habría durado unos segundos, pues inesperadamente se escucha un disparo. - Oh dios mío, han disparado al chico, cae todo desmayado pero parece que aun sigue con vida. Dios mío, está derramando mucha sangre. Brotando aquel líquido rojo por su boca y todo su costado derecho lo vi tirado en medio de la biblioteca, nadie se acercó para auxiliarlo, no hasta que uno de ellos exclamó: - Llévenselo y asegúrense de que no se muera, puede que me he haya pasado un poco -miraba con algo de cólera a Baiker- ¡¿Qué acaso están sordos?! Ustedes cuatro levántenlo. Era incapaz de pararse o de moverse, los cuatro jóvenes estudiantes que se lo llevaban quedaron manchados por la acción de Baiker, y yo, no podía quedarme parado viendo como moría. - Hermana, ¿a dónde vas? Tanto rápida fue mi decisión de ir, que no pude despedirme de mi familia. Al llegar, vi que habían soldados rodeaban las entradas 2, 3 y 4, y también algunos policías que se encargaban de repeler las rocas que caían de parte de los yenderistas. - ¿Cómo haré para entrar? Mi plan no tenía un curso fijado, me refiero a que cambiaba de manera cómo se mostraba la situación, es más, se podría decir que no tenía algún plan; sin embargo, cuando intenté entrar por un agujero debajo de las paredes de alambre de la puerta 5, fui sorprendido por Bryan Torres, uno de mis compañeros de la facultad. - ¡¿Pero qué haces aquí?! –me pregunta él como si se preocupara por mi seguridad. - Lo siento, es que tengo que sacar a alguien de allí. - ¿A quién?... Sol, no me digas que se trata de Baiker. - ¿Cómo lo sabes? - Bueno, es que muchas veces te he visto descansar y hablando sola en alguna de las bancas del parque cerca de Administración. - ¿Acaso me seguías? Viendo sus ojos pardos moviéndose tratando de evitar los míos, y luego de tragar saliva vuelve a reaccionar. - Eso no importa ahora ¿no crees? - Cierto –y me dispuse a entrar por aquel espacio- No te preocupes por mí, voy a estar bien. Bryan se quedó parado ahí un rato más, creo que me estaba deseando suerte, y con el mapa que me entregó me esperaba un largo recorrido hasta llegar a la biblioteca central. Antes no creía que escribiría esta clase de cosas, pero ya está publicado y ahora me espera un nuevo desafío para la continuación. ¡HASTA LUEGI! P.D.: SI cometo errores ortográficos háganmelo saber
Hola queridos lectores que aún siguen acompañando este viaje, no voy a decir mucho por lo que aquí sigue el número 11. Disfrútenlo CAPÍTULO 11: Un sueño por dos Sentado se encontraba, mirando el gigante reloj esperando cuanto más tenía que esperar para poder volver a su cuarto solitario. A pesar de haber estado mucho tiempo allí, no tenía esa fluidez de poder conversar entre los prisioneros, es más, podría considerarse tu última acción si no elegías bien al sujeto indicado para hablar. - ¿A quién estás esperando? –un guardia que lo estaba observando le pregunta-. Haz estado poniendo esa cara durante tres días, algo te pasa, eso se nota. Él no quiso responder a la pregunta, ni siquiera le dirigía la mirada. - Yo sé quién eres, Baiker García –con esas palabras él voltea a mirarlo-, y estoy seguro de que lo que hiciste era la mejor opción. Yo antes era parte del equipo que luchó contra los del MRTH, supongo que tú sabes de quienes hablo. - Por suerte no tuve la oportunidad de poder conocerlos más de cerca –le contesta de manera fría mirando el cerro que bloqueaba el sol-. En realidad no me gusta hablar de eso, es más, tú estuviste tanto tiempo como yo en este lugar y es la primera vez en mucho tiempo que decides hablarme, dime ¿qué está pasando? Un gran campo abarcaba el patio del penal de Lurigancho, y los dos se encontraban conversando cerca de una de las puertas que guiaban a las celdas del sector D, una charla entre un prisionero y un guardia retirado, aquello traería una desgracia eso era obvio. - Escucha, tu abogado te consiguió un trabajo para que pueda existir la posibilidad de que salgas de aquí con libertad condicional, solo tienes que entrarte en la pandilla de los Garriyos y contarnos lo que planean, pues se escucharon rumores de que poseen armas dentro del penal y buscan a alguien que nos cuente con profundidad como las consiguen. - ¿Por qué? Acaso tienen miedo de ellos a pesar de que todos los miembros fueron encarcelados y su hogar haya sido incendiado por ustedes –habla mientras ven como el jefe y sus hombres pegaban a un nuevo en el penal-. Además, la evidencia desapareció después del tiroteo, ni yo sé dónde podría estar, y eso que era uno de los más confiables de ese tal Gamael Guzmán. - Yo no estuve en alguna de esos ataques, ahora soy un guardia y por el momento un mensajero. - A lo bajo que has caído. El guardia se retira un poco enfadado por lo último que le dice Baiker, se para y se retira. - Solo tienes hasta el siguiente día cuando salga el sol, tómate tu tiempo. Por favor, piénsalo –y es lo último que dice cuándo se va. Cuando recordó el nombre de Sol y la hora que marcaba el gigante reloj, lo hizo sentir vulnerable ante las palabras de aquella chica de la que una vez se enamoró, y aunque sabía que ya no podía ser suya, quería volverla a ver y asegurarse de que tuviera una vida feliz. Muchos de los delincuentes pasaban frente a él mientras iban a recoger su ración podrida de arroz y su vaso con limonada vencida, en algún momento, ante sus ojos ve pasar a Marvon Matíes y a sus hombres riéndose, como si se trajeran algo entre manos. - Puede que esta sea la última oportunidad que tenga… pero, sería muy sospechoso si me uniera así nada más. Al caer la noche, él pensaba en las consecuencias que traería si todo salía mal, pero nada era peor que no volver a verla a ella en otros 18 años, y en algún momento una rata se le subía por su brazo y él rápidamente lo agarra y lo lanza a la celda frente a él donde otro prisionero estaba ocupado intimidando a su compañero. - Bien chico nuevo, así están las cosas -sosteniéndolo con ambos brazos al escuálido contra la pared-, yo quiero la cama de arriba, no me gusten que me estés molestando mientras duermo, porque es ahí cuando entró en modo peligroso -cae la rata sobre su cabeza haciendo perder su orgullo por medio de sus pantalones-. ¡Ah, quiténmela de encima! El supuesto tipo rudo enloquecía tanto, ya sea por la rata o por haber arruinado los únicos pantalones que tenía que de algún modo hizo que se golpeara contra las rejas de su celda cayendo inconsciente. - Muchas gracias -agradece amablemente sabiendo lo que había hecho Baiker- yo soy Miguel Rigacho, antes yo era miembro de los "Miserables de Yampañac”, me atraparon intentando… - Sí, sí, otro miserable, de un grupo miserable, con nombre miserable, eres como el vigésimo que se hospeda en esa celda y son los más afortunados, ya que pasan menos tiempo que nosotros en un abrir y cerrar de ojos. ¿Por qué crees que nadie intenta escapar? - Bueno, y ¿por qué tú aún no te has ido? -le pregunta el escuálido mientras se subía a la cama de arriba. - Porque... estoy solo -recordando los días oscuros del país-. Ellos me abandonaron de manera tan indiferente al igual que todos en mi vida pasada. Callándole de manera fría, el punto era el hombro por el que había recorrido la rata, por donde lo habría perforado esa bala hace muchos años en la Universidad de San Carlos, aún podía recordar que ese día, donde soplaba aquella vela inexistente número 19 y estaba recostado en el suelo rogando en su mente que parara de sangrar… Las nubes empezaron a nublar su cuarto y sus memorias, volvía a ver el día del ataque a la universidad, pero en este caso se encontraba recostado reviviendo el dolor y el cansancio. - ¿Por qué? ¡¿Por qué debo volver a ver estas ilusiones?! Mi hombro, me duele… empezaba a sentir que una parte de su interior se inundaba-. Estoy… ¿sangrando? - Chicos, vengan, ya despertó –se oye la voz de un joven con rulos. Entre dos estantes de libros, se encontraba Baiker cubierto con toallas sucias y rodeado por jóvenes asustados pero unidos. - ¿Qué pasó? -preguntándose, aún sin creer que lo que pasaba era real. - Eres muy estúpido, estúpido pero valiente –hablaba mientras metía una pinza para quitarle la bala-. Dios mío, por suerte no ha perforado algún órgano vital, sí que tienes suerte. Tapando su boca con un puñado de vendas no fueron suficiente para notar el dolor que pasaba durante la extracción. Finalmente, después de unos minutos tuvo de nuevo las fuerzas para levantarse de nuevo. - Muchas gracias –agradece al joven de rulos-. Tú debes ser de la facultad de medicina ¿no? - En realidad no, soy de la facultad de odontología, pero me tomo el tiempo para abarca otros temas. Baiker se toma el tiempo, y reconoce que estaba viviéndolo personalmente, pero que no quería seguir estando allí. - Gracias una vez más, pero ya es momento de despertar. Se presionaba la herida, creyendo causar el suficiente dolor para despertar, pero nada pasaba, veía las nieblas que cubrían las ilusiones para luego desaparecerlas, pero simplemente se extinguían y todo seguía igual. - Si no despierto, significa que hay alguien más quien comparte este recuerdo, ¿pero quién?... Muy pronto la continuación, el siguiente será publicado más pronto que esta, pues prometo más misterio y emoción. HASTA LUEGI.
Yo mismo me muerdo los labios y enloquezco de rabia, solo porque no recordaba mi contraseña, a veces pasa saben. Bueno, luego de este receso decidí continuar, por lo que aquellos que aun sienten mi presencia y crean que estoy vivo les traigo este pequeño intro para el retorno de esta historia que muchas veces me atormentaba, ya que soy de aquellos que no les gusta dejar algo a medias, demostrándolo tanto en los fanfics como en los videojuegos, pero eso ya es otra historia. Mil disculpas por dejarlos olvidados y entiendo si no me responden o me dejan un comentario crítico, lo aceptaré con humildad. Advertencia: En este capítulo el personaje está sufriendo, así que imagínenlo con una voz destrozada. CAPÍTULO ESPECIAL: EL SACRIFICIO Sin darme cuenta estaba parado en la nada, no tenía miedo, pero la soledad me recordaba a mi vida entera antes de cometer aquel error que ahora marca mi alma con sangre. No me dan ganas de caminar, ya para que, no ayudaría en nada. ¿Gritar? Ja, nadie me oiría desde este abismo, el sol parece haber muerto a causa de mi mala suerte. Aunque no diría que toda mi vida fue una miseria, siempre podría depender de mi mamá cuando consideraba el esfuerzo de todos sobre mí una carga. "Todos creemos en ti, hemos puesto nuestras esperanzas en ti porque sabemos que dejarás en alto el nombre del país"¿Mamá? He escuchado su voz, estoy desesperado, quiero verla una vez más, por favor. ¡Mamá! ¡¡¡Mamaaaaaá!!! "Te quiero mucho hijo mío"Yo también mamá, mis lágrimas no dejan de caer porque nunca te agradecí por esos abrazos, por esos besos, por ese amora el cual rechacé con mi orgullo alejándote de mí. Sigue hablando para que te pueda encontrar, te quiero abrazar de nuevo... ... ... ¿Mamá? ¿Dónde estás mamá? Habla por favor que mi corazón me está golpeando el pecho tan dolorosamente. Caigo al suelo por este dolor tan insufrible, un suelo que graba mi huella cubierto de este líquido rojo, ¿pero qué? ¿sangre? ¿De dónde salió está sangre? Huele a sangre, parece fresca, pero ¿por qué? "Hijo, tu tienes las cualidades de un campeón"Esa voz... ¿papá? ¿Tu también caíste a este oscuro lugar? Estés donde estés no te puedo ver, solo el suelo de rocas que por alguna extraña razón empezó a aparecer cada vez que parpadeaba, ahora se empieza a formar un cielo rojo... Hhmmm... ¡¡¡¡Papaaaaaá!!! Responde papá, ya ha pasado un minuto sin poder escucharte, debes estar aquí porque... porque... te necesito. "Hijo mío, sabes que siempre estaré contigo para que puedas mejorar tu carácter"Te escucho cerca, pero no estás aquí, acaso estás en mi mente. No. No estás ahí, porque te escucho desde abajo. Pero... ¿de dónde salió este charco de sangre? La voz sale de allí, ¿estás allí papá? Puedo ver tu sombra o acaso es mi reflejo, las palabras y mis pensamientos me están comiendo por dentro y han devorado gran parte de mis memorias, lo que explicaría porque ahora casi no te puedo ver. De repente un rayo de oscuro que representa la muerte cae frente a mí y te desapareces, miro al sol y lo único de lo que me puedo acordar es de una joven llevando esa misma palabra, su sonrisa no parece figurar su rostro, más bien, el cabello cubre sus ojos y el resplandor que emana de ella no me deja ver su rostro. ¿Acaso es un espejismo? "Yo siempre pensé que tú ibas a cambiar, pero me equivoqué"Ahora ya me acuerdo, Sol Huamani. Sé que eres tú porque fueron las últimas palabras que escuché de ti, y ese momento fue antes de..... Ah sí, ahora todo está claro, ahora sé que el dolor que tengo y el dolor que que le causé a todos nunca podrá desaparecer y eso claramente se está representando en estas marcas que puedo ver sobre mis brazos, pero también descubrí que si al menos quiero que me recuerden como alguien que lucho para al menos intentar alcanzar el perdón, entonces tomaré, esta vez, la decisión correcta. Aún no sé donde estoy, ya me quedo sin energías. De pronto mi cuerpo solo se cae teniendo control de mis ojos y párpados, siento el impacto de mi cabeza contra el pavimento, sale sangre, mi sangre, de mi cabeza. Mira hacia abajo y veo que sostengo una arma sin balas, respiro un humo extraño con olor a plomo que me parece adictivo pero además depresivo, y también noto varios hoyos sobre mi cuerpo. ¿Acaso habré tomado la decisión incorrecta de nuevo? Parece que.... siento.... frío. No se crean, este no es el final, solo fue un hecho que ocurrió cerca del final el cual aún sigo pensando. Espero que con esto puedan perdonarme, sino, tendré que caerme sobre el piso con varios hoyos en mi corazón. Nah, no se crea, pero si espero que puedan entenderme. HASTA LUEGI.