Estudios muestran que en el mundo hay alrededor de 6,000 lenguas en el mundo, y por desgracia, esta cifra disminuye cada año. Lo que quiero tocar aquí es, ¿deberíamos preocuparnos acerca de esto? Mi respuesta en definitiva es sí, debería ser igual de preocupante cuando una especia animal o vegetal está en peligro de extinción. Cuando alguien muere, uno puede investigar que es lo que dejó, pero cuando una lengua lo hace, ya no hay vuelta atrás. También está el tema del inglés, que es considerado el idioma mundial. Y tal vez esto afecte de sobremanera, ¿en un siglo (por así decirlo) al nace se nos enseñará el inglés a todos? Puede que sea bueno, ya que todos podríamos comunicarnos entre todos, a la hora de conseguir trabajo, o de comprar y vender; pero está la cuestión de querer conservar nuestra cultura, perder nuestra lengua, aunque no sea para todos, para mucho podría significar una gran perdida.
Las lenguas desaparecen es su destino como todo lo que hay en el mundo, el latín desapareció el griego antiguo y muchas otras (más incluso de las que existen ahora). Sí bien es cierto que una lengua contiene toda la cultura y avances del pueblo que la uso, muchas de ellas dejan registros escritos que nos permiten estudiarlas. Con lo del inglés, es difícil imponer una lengua a todo el mundo (no quiero decir que sea imposible aunque casi), muchas culturas han intentado imponer sus lenguas a los territorios que conquistan tal es el caso del español y el latín. Pero es imposible mantener estable una lengua con tantos hablantes. Se dividiria y formaría nuevas volviendo al principio de tener muchos idiomas. En el hipotetico caso de que sucediera, en lo personal no me gustaría, tendría un impacto en todos los niveles la gente perdería el sentido de pertenencia, la diversidad cultural se perdería.
Más que morir diría que evolucionan y cambian poco a poco, aunque hay casos en los que se extingue un idioma, lengua o dialecto bien por exterminio de los hablantes, por decisión nacional o por imposición política. En cuanto a la evolución se puede decir que el griego antiguo y el latín -entre otros muchos- siguen vivos ya que estamos hablando un idioma derivado de ellos, además que siempre queda constancia de su existencia por los préstamos lingüísticos en otras lenguas. Por otra parte, cualquier idioma sirve como vehículo de expresión, sabemos como pensaban y su cultura gracias a que podemos traducirlos. El egipcio antiguo, el mesopotámico o las paleografías chinas -por poner ejemplos- aún siguen siendo estudiadas en sus disciplinas a pesar de que nadie lo hable. Sólo consideraría muerto un idioma cuando no queda ninguna constancia ni lingüística ni cultural que impida su estudio y su reconstrucción.
Todo termina: civilizaciones, vidas, lenguas. Pero el legado vive en sus lenguas descendientes y en los estudiosos que dedican su vida a investigar las obras que nos dejaron. Por otro lado, también es posible la resurrección de lenguas: el Hebreo nunca murió realmente dada que siempre se estudió en la liturgía judía, pero como lengua de uso común desapareció hasta la fundación del Estado de Israel, donde se le declaró la lengua oficial. Ahora las generaciones siguientes de judios de todos los orígenes, alemanes, polacos, españoles, etíopes, rusos o turcos, hablan hebreo como lengua materna.
Para mi, en realidad es como dijeron poco más arriba, las lenguas son dinámicas y van evolucionando, cambiando. Es triste si, que algunas mueran sin dejar registro alguno. Creo que hay que alegrarse por las que si lo dejan. Tarde o temprano pasa, pero tampoco es un hecho absoluto del que no habrá vuelta atrás. Por suerte todas las lenguas poseen la misma estructura.
Estaba pensando el otro día, ¿por qué existen los países? ¿Cuál es la necesidad de dividir la Tierra en casi 200 mundos que se importan poco por el otro? Yo estaría encantado si algún país desarrollado se apiadara de mi cabezotas nación y nos adoptara como su retrasado hijo. ¿Me importaría perder mi Bandera, Escudo y Canto oficial? Bueno, a mí no (son feos ._.), pero entendería que a otros sí; sin embargo, carajo, ¡su calidad de vida sería mil veces mejor! ¡A quién le importa que dejemos de ser un país (uno cagón) si nos haremos un país buenón! Las ganancias superan a las pérdidas. Si sólo hay una lengua las ganancias superan a las pérdidas. Así como si sólo fuéramos un planeta y dejaran de gastar dinero en, por ejemplo, la milicia, para matarse duro cuando el momento llegue, todo sería mejor. Si bien la división ha contribuido al desarrollo que hemos alcanzado, se deben de dar cuenta que se llegó a un punto donde es mejor abandonar algo para ganar algo mayor. Si no lo pueden ver están siendo egoístas~
~Leí algo parecido en el periódico local de mi instituto y me comencé a preguntar primero: ¿porque en nuestro idioma español revolvemos palabras de otras lenguas no pertenecientes a la nuestra? Bueno, eso es el caso de mi país, porque me he dado cuenta de que algunos de mis compañeros dicen palabras como "men" del ingles, "parce" del latín, etc, etc; entonces hay te das cuenta que hay como una especie de evolución lenta en este proceso de dejar —para mi, claro esta—, algo importante atrás, porque es así, la lengua es como nuestra marca personal que define de donde vinimos, como nos hicimos, cual es nuestra historia, etc, etc y que se comience a perder de una forma sutil, a mi parecer seria como el comienzo de la hecatombe de algo que va a terminar, entonces por supuesto yo me preocuparía por ello, digo, que mis raíces en el futuro fueran olvidadas o difíciles de descifrar, mmmm... no me sentiría para nada orgullosa de ello, porque seria mostrarme como algo débil que paso en la historia... y ya, ni mas, ni menos. Entonces, que digan de los países que hablan español en un futuro —si llegase a pasar, claro esta—, que su lengua deserto por X o Y motivo, bueno, creo eso me haría levantarme de mi lecho de muerte. Enserio, a mi no me parece para nada un juego que una lengua transmute o seda. De verdad.
Al principio no le iba a parar bola a este tema, especialmente uno tan viejo, pero estoy viendo unas concepciones erradas aquí así que meteré mi cuchara nueva en esta sopa vieja. ///////// ¡Claro que deberíamos preocuparnos por los idiomas que mueren! Abajo hablaré de eso, pero cada idioma da una manera única de ver el mundo, que sería una tragedia si se perdiese. La humanidad pierde algo muy importante de su bien cultural colectivo por cada lengua que dejamos morir. El latín no desapareció, eso es incorrecto; una noción complicada, pero cierta. Ni tampoco murió. Una lengua muere cuando nadie la habla ya, cuando no hay nuevas historias, no se hablan de nuevos temas, no cambia, no produce nuevo vocabulario constantemente. El latín nunca cumplió con ninguno de estos requisitos. Por un lado, el latín vulgar evolucionó en las diversas lenguas romances. Si queremos ser un poco pedantes, la lengua romance que más se parece a como hablaban los habitantes de la Antigua Roma es el sardo, y sería su descendiente más directo. Por el otro lado, el latín culto, la lengua de Virgilio, de los grandes discursos senatoriales y debates en el Capitolio… también… está… Viva. Sí, señoras y señores, está viva. ¿Recuerdan cuando dije que una lengua muere cuando nadie la habla ya, cuando no hay nuevas historias, no cambia y no se produce nuevo vocabulario? Eso nunca fue un problema del latín culto. El latín culto era la lingua franca de la Europa mediterránea que, eventualmente, se esparció por Europa. El hecho de que mi expresión altisonante para «lengua común» sea en latín, lo atesta. El latín durante siglos fue la lengua del discurso, de la oratoria; se publicaban grandes obras y textos y obras teatrales y novelas y romances en latín —sólo que con un público muy limitado, como es de esperar— y para considerarse un académico era esencial hablar en latín. No sólo eso, sino que el latín cambió durante todos esos siglos, esos milenios, de ser usada. El latín no es una lengua estática, incluso hoy día. Lo más notable es que evolucionó, independientemente de sus descendientes, la distinción enter u/v. Verán, resulta que el latín antiguo todo lo escribía con V porque en latín el sonido que hoy día relacionamos con la V no existía, ni tampoco la U; era esencialmente una W. Aquí les dejo un video, para los que saben inglés, que habla a más profundidad del tema. No sólo eso, sino que el latín es la lengua nacional del Estado del Vaticano, así como la lengua litúrgica de la iglesia Católica. Así como nosotros tenemos la ASALE —«Asociación de Academias de la Lengua Española»—, que contribuye a regular el idioma y guiarnos para que no hablemos todos cada uno con su disparate y promocionar el español, el Vaticano posee la Pontificia Academia de la Latinidad, que cumple con esencialmente las mismas funciones para el latín, especialmente la de promoción. Incluso el latín halla su camino al discurso político actual. Lástima que no encontré enlaces, pero una vez en la Unión Europea —por tecnicismos de las reglas del uso de los idiomas— un parlamentario de los estados bálticos hizo un discurso en latín y los otros de los estados bálticos, creo que el de Polonia también, y el finlandés le entendieron. Pero aquí les dejo uno en inglés, sobre Boris Johnon —ahora infame por ser uno de los que incentivaron la campaña pro Bexit— que alude a un incidente donde le dio un discurso a un político de Malaui en latín. Fíjense que, para una lengua ser viva, en ningún dice que tiene que haber un conjunto de hablantes que la tengan como su lengua materna. Es suficiente que viva, se hable y cambie. De hecho, se puede decir que el latín es el sumerio de nuestro tiempos —con la diferencia de que el latín dejó descendencia, mientras que el sumerio no—. El sumerio, después de su extinción como lengua común cuando cayó la hegemonía sumeria y se alzó el imperio acadio, se siguió empleando como lengua litúrgica, literaria y científica por mileniosy era el habla de las cortes y templos. Bueno, casi dos milenios más. ¿No les suena conocido? Es gracias al período asirio, no al sumerio, que conocemos la versión más completa de la epopeya de Gilgamesh, por lo de sus tablillas. Así como es gracias a los escribas medievales y los árabes que conocemos las grandes obras de la Antigua Roma. Respecto al griego, el griego como situación tiene lo que al hebreo le hubiese gustado tener tener —más adelante se hablará del hebreo—. Más que «idioma griego», así como el latín, es más correcto hablar de «las lenguas griegas». No hay «griego antiguo», sino griegos antiguos. El griego antiguo más citado suele ser el derivado de Homero —que, por cierto, no tiene qué ver con el de la Atenas—. Verán, niños, en la época de la Grecia Antigua los griegos hablan varias lenguas diferentes, el jónico-ático, el eólico, el arcado-chipriota y el dorio, que podemos pensar en ellos como portugés, español e italiano, ya que esas tres lenguas romances se parecen bastante. Ah, y el griego panfilio, que sería como nuestro rumano o francés por esas influencias epicóricas así como el rumano está influido por las lenguas eslavas y el francés por las germánicas. Si los griegos hacían un esfuerzo, podían entenderse justo como nosotros nos podemos entender con un italiano o un portugués, sin mayor problema pero cuidando las palabras y la enunciación. La diferencia radica en que había una mayor permeabilidad cultural entre las lenguas ya que estaban en contacto continuo a través de las guerras y el comercio entre las ciudades-estado griegas, así que habían muchas expresiones de una u otra lengua en el habla vernacular, de esta forma lográndose comprender con mayor facilidad a la de nuestras tres lenguas romances. Muy bien, pues eventualmente, gracias a las conquistas de Alejandro Magno, la variedad ática del griego se expandió hasta desplazar a las otras variedades habladas. El griego hablado hoy día como lingua franca en el mundo helénico moderno desciende del ático y, a pesar de que se habla principalmente en Grecia, tuvo su origen en Bizancio y desplazó a las variedades coloquiales nativas de Grecia. Se llama griego demótico. Los otros descendientes de las lenguas griegas son el griego póntico —también descendiente del ático y que proviene del área del Ponto, hoy día en Turquía—, el tsaconio —que desciende del dórico—, y el grecoitaliota —que se habla en el sur de Calabria y Salento, antiguas áreas de la Magna Grecia, dórico también—. Sin embargo, una lengua culta y arcaizante existe, que es lo suficientemente distinta del demótico como para ser, funcionalmente, una lengua propia y que, sin embargo, se considera simplemente algo como demótico formal. Estamos hablando del cazarévusa, «lengua pura», que surgió en el s. XIX ideada por revolucionarios griegos como una modernización del griego bizantino o koiné, que es considerado como el período que más influencia tuvo Grecia y depurar así al griego de la época de los barbarismos que había adquirido a lo largo de los siglos. De hecho, en Grecia todo discurso culto como hasta los años setenta se conducía mediante el cazarévusa; no había Biblia demótica sino que la Biblia estaba escrita en cazarévusa, los libros en cazarévusa y así sucesivamente. Ahora el demótico moderno es como una suerte de matrimonio extraño entre demótico y cazarévusa, pero supongo que a los griegos de la Hélade les funciona. En fin, en conclusión, ni el griego antiguo ni el latín están muertos; dejémonos de esas concepciones erróneas. Eso no es completamente cierto que sea imposible mantener una lengua con tantos hablantes. De hecho, ésa fue la preocupación del venezolano Andrés Bello; manifestada en su tratado de gramática española, hoy en día conocida como Gramática de Bello —así como un tratado ortográfico conocido como la ortografía chilena—, fue uno de los catalizadores principales del ímpetu por convertir a la Real Academia Española en motor del idioma, porque Bello no sólo hizo la —por ese entonces alarmante— observación de que los dialectos americanos entre sí y entre los españoles se estaban yendo cada uno por su lado, sino que codificó esas observaciones y las exaltó. Es de notar que, excepto por su ortografía, la gramática de Bello sentó un modelo para las gramáticas subsecuentes, y era tan sistemática que hoy día sobreviven términos que él inventó. Sin embargo, gracias al movimiento cultural del panhispanismo* se impulsó las creaciones de otras Academias de la Lengua española y, eventualmente, la de la ASALE en 1951. Así, entre todos, movemos la lengua hacia adelante. Hay que considerar que, en términos de hablantes nativos, el español posee más hablantes que el inglés, y nos las hemos arreglado para preservar el idioma realmente bien. Lo más que puede que pase en un futuro, en mi opinión, es que se desarrolle una situación de diglosia entre el dialecto de cada región y el pan-español que todo el mundo hablaría. *No pude conseguir un enlace dónde eso estuviese en el dominio público. El artículo en cuestión me lo prestó una amiga filóloga hace rato. Finalmente hemos llegado al hebreo, cosa que prometí allá por el griego. Pues bien, el hebreo sí fue una lengua muerta. Recordemos, una lengua muerta es aquella lengua que no es hablada o escrita —sobretodo hablada—, no crea nuevo vocabulario constantemente, no hay nuevas historias ni nuevos temas. Como lengua hablada, el hebreo se extingue en el s. III A.C., tres siglos después de la conquista del reino de Judá por el imperio neobabilónico. Como lengua escrita, se puede decir que, en línea directa con el hebreo antiguo el hebreo murió allá por el 1000 D.C., después de que los masoretas dejasen de prosperar en Tiberíades, Grecia. Ahora bien, hubo varios intentos a lo largo de toda la Edad Media, en Europa y Oriente Medio por igual, de revivir el hebreo como lengua literaria y algunos gozaron de cierto éxito. También fue empleado para los dictámenes rabínicos de cierto peso, pero ciertamente no hubo una «estirpe» ininterrumpida de uso, por así decirse. En otras palabras, prácticamente para lo único que se empleó el hebreo fue para textos jurídicos o religiosos. El que sí no cayó en desuso fue el alfabeto hebreo; de hecho, se usaba para muchos propósitos aparte de copiar la Torá, como escribir citas rituales de la Torá o la Misná, los nombres, y el yidis, el idioma que nació en las comunidades asquenazis de Europa Oriental. (Hay que hacer un paréntesis y destacar que el hebreo litúrgico, si bien una lengua muerta, por las presiones lingüísticas de las comunidades respectivas —sefardíes, asquenazis, mizrajíes, etc.— cambió en pronunciación bastante. Esto no es particularmente sorprendente dado que el hebreo por lo común no escribe vocales a menos que sea para indicar cómo entonar la Torá, e incluso ahí son marcas de cadencia tradicionalmente. Así que cada comunidad de la diáspora judía desarrolló su propio método de vocalización basado en el hebreo tiberiano de los masoretas). A diferencia de otras lenguas, sin embargo, el hebreo logró revivirse después de muchos esfuerzos, como a partir de los 1880, gracias a la creación de nuevo vocabulario que facilitase su uso en un mundo moderno. Sin embargo, esto no hubiese sido posible sin la haskalá o ilustración judía, que fue el primer movimiento promotor del restablecimiento de la lengua hebrea con gran aceptación a nivel mundial entre judíos varios. ¿Ven a lo que me refería con el hebreo, que le hubiese gustado tener la misma situación que el griego? Esto es porque las lenguas griegas engendraron descendencia mientras que el hebreo no, el griego fue usado continuamente durante siglos mientras que el hebreo no, el griego desarrolló su propio dialecto formal a partir de la lengua usada para la liturgia de la más alta cultura —el koiné— mientras que el hebreo no fue capaz de realizar lo mismo con el hebreo de la Torá y tuvo que resucitar su idioma mediante la aplicación de nuevas bolsas de vocabulario de emergencia a lo compendiado en la Torá, Misná y dictámenes varios. Y con este último comentario, llegamos a mi argumento a favor de la preservación de muchas lenguas. Las ganancias no superan a las pérdidas a la hora de perder un idioma. Los que piensan que, cuando una lengua está muerta, siempre quedarán los textos ahí, asumen doss cosas: que es posible la preservación de las obras a perpetuidad —ni siquiera tenemos el ciclo troyano completo y su segundo libro, la Ilíada se considera uno de los textos más influyentes jamás escritos— y que esa lengua está escrita —muchas lenguas actuales ni siquiera poseen un sistema de escritura, ya sea nativo o adaptado a ellos—. Es una lógica fallida. También es ingenuo decir que el material nunca estará perdido realmente, de ser una lengua escrita, porque habrá quien estudie esos textos. Sin embargo, eso sólo limitaría ese preciado conocimiento a unos pocos académicos. Supongamos que hay seis mil lenguas en total, por poner un número. Es imposible que todas las otras 5999 gocen de una amplia aceptación para su estudio y preservación como la que el latín y el griego han disfrutado. Cuando se pierde una lengua, se pierde una perspectiva. Hoy día sabemos que el idioma que hablamos puede afectar hasta cómo percibimos los colores. ¡Ni qué decir de otros aspectos que no comprendamos simplemente porque no hablamos un idioma! A diferencia de las lenguas indoeuropeas, en muchos idiomas el tiempo verbal no es importante, sino la testimonialidad, es decir, modificaciones obligadas a los verbos que indican la procedencia de los hechos; si el emisor los sintió, los presenció, escuchó de ellos o los dedujo. Esas culturas, tales como los abjasos, los pueblos amerindios aymará y emberá, los búlgaros, ponen mucho más peso en la verdad y tienen sistemas de honor muy complejos y desarrollados; podría hasta decirse que ponen tanto peso a la verdad y a la mentira porque de ellas depende su idioma. Hablo cinco idiomas. No los hablo fluido; sólo hay dos que domino completamente, que son el inglés y el español. Por fortuna, el inglés lo domino tal cual fuese mi lengua materna. Al hablar cinco idiomas es realmente una cosa asombrosa ver todo lo que tenemos en común… y todo lo que nos diferencia de otros pueblos. Hay muchas expresiones que demuestran una parte una forma de ver el mundo, una expresión de una cultura… Una historia. Porque cada idioma encierra una historia entre sus palabras. Entre almohada y zabazoque podemos ver la historia del dominio árabe de la península ibérica; en todas las guerras y saqueos están los rastros del período visigodo; con cada chicha que los panameños tomamos y cada choclo que los chilenos comen se evidencia la conquista de América. Si podemos seguir los retazos que los idiomas nos dejan, podemos trazar la historia de un pueblo. Y el ejemplo prototípico es, para mí, los roma. De su lengua, el romaní, sabemos que es una lengua indoaria; lo que nos dice que son un pueblo que proviene del norte de la India o del sur de Irán. En los diferentes dialectos y lenguas criollas del romaní podemos ver su desplazo por diferentes pueblos, las influencias eslavas, germánicas, italianas, británicas y así sucesivamente. Efectivamente mediante la etimología del romaní y la comparación histórica podemos saber por dónde han transitado las gentes roma con el paso de los siglos. Además, hay muchisísimas tradiciones históricas vivas todavía hoy día preservadas con el lenguaje oral, a las cuales no se les presta gran atención porque no están escritas en una lengua hegemónica. ¿De veras vamos a dejar perder una parte de nuestra historia colectiva sólo porque dejamos una lengua morir? Como regalo, ilustración de mi punto y esperanza para su instrucción, si entienden el inglés hablado les dejo estos videos sobre la formación de la confederación iroquesa que fue una de las principales inspiraciones para la creación de los Estados Unidos por parte de los padres fundadores de ese país, cosa no muy conocida porque no es muy estudiada esa parte de la historia, en especial porque el origen de la confederación iroquesa es historia oral. Parte I y Parte II.
Según yo es inevitable y no ahí mucho de preocuparnos es el destinatano incluso el español ha cambiado mucho de hecho. Cada mil años una lengua cambia totalmente todas sus palabras. Pongamos de ejemplo al español si vives en España por ejemplo. Y viajas al futuro mil años nadie aunque para ellos seguirían pensando que hablan el mismo español que antes no te entenderán nada por que al menos el 90% de las palabras habrán cambiado. Y me dirán y eso que tiene que ver con lo que dijiste. Pues simple esto es como la evolución el no dejar que los lenguajes cambien es no querer que progresen puede que así de forma cambiante salga cosas positivas aunque cueste la pérdida del progreso anterior Es como si hubiéramos querido que no pasemos del homo herectus debemos dejar que todo suceda como deve suceder. O al menos esa fue mi opinión