Y entonces el monstruo azul escuchó el siseo de la serpiente, y, así seducido y asesorado por tan detestable ser, se aseguró de seguir siempre sus supuestamente sabios consejos. Y así, confundió el bien y el mal, al hombre y a la mujer, al cielo con la tierra. Y golpeó al justo y acarició al débil, y temió a la oveja y amó al lobo, y odió el bien y alabó el mal. Y alejandosé ,gritó que no se le acercasen, por que nadie había como él, pero no supo mirarse al espejo, pues él no era como todos, pero todos eran él.