Monótona.

Monótona.

¿Has creado una amistad tan fuerte que ni siquiera los cuatro elementos podrían separar?, yo sí… qué lástima que mi vida sea tan… monótona.

—¡Vámonos!, ya está oscureciendo.
—Ya voy, ya voy, ¿por qué tan amargada?, Jajaja.
Constanza y yo estábamos en el parque, pero lamentablemente se oscureció. La plática tan interesante no me dejó calcular el tiempo.
Oh, perdón, no me he presentado. Soy Emily, la chica que habló en segundo lugar; larga, pelo largo y rojizo, piel… ¿clara?, y labios totalmente pálidos. Y después, está Constanza, me gusta llamarla Con’s, aunque se enoje. Ella es un poco más baja que yo, tiene el pelo negro, corto, y de piel blanca, mi mejor amiga…

—¡Ha!—. Se escucharon dos gritos aterrados y a la vez divertidos, éramos yo y Con’s, la lluvia se volvió tan fuerte que dolía cuando golpeaba nuestra cabeza o espalda.

—Ya está—. Mustié justo cuando entramos a la casa, ya no quería sentir la lluvia en mi piel, no sé, siempre me encantaba sentarme con mi padre afuera de la casa, sólo para observar la lluvia, mientras él me contaba maravillosas historias… pero esos tiempos se acabaron, ya no se podrá más…

—Emily, E-¡Emily!—. Trató de despertarme de mis recuerdos… pero, era tan doloroso, y, ¿saben qué es lo peor?, que después de eso, mamá se acabó juntando con el señor Hill… cómo quisiera m-matarlo…
—Y-Ya…—. Contesté sin ánimos…
—¡Vasta!—. Gritó mi madre dirigiéndose a mi pequeño hermanastro Fernando.

Yo miré al pequeño… no lo quería en mi casa. Sé que él no tenía la culpa, pero era producto de su asqueroso amor… no lo iba a tolerar.

—Vámonos—. Ordené jalando a Con´s mientras ella me miraba, como mi mejor amiga, ella sabía qué me sucedía.

—Ya, no tienes por que preocuparte, mañana irá Julián a el campeonato de Soccer, no tienes por qué amargar tu vida de nuevo.

—Sí… supongo que tienes razón—. Contesté igual, sin ánimo.

Después de eso, ¿qué les diré?, la mamá de Con´s habló para que se fuera, yo tuve que soportar al pequeño, y mamá, ¿dónde?, o sí, besuqueándose con el animal que vive con nosotras.

—¡Emily!, ¡despierta!— ¿Otra vez?, esa pregunta recorrió mi cabeza, pero al simpe hecho de acordarme de que el amor de mi vida estaría en el partido, no podía faltar, menos cuando era la capitana.
Me levanté, cepille, cambié, todo lo que hago desde pequeña, con excepción de comer gusanos y lodo.
Vaya, hoy no encontraba mi zapato, después de una media hora lo encontré bajo el buró de medicinas. Ahora sí, lista, sin estorbos… ¡Vamos a la competencia de soccer con el amor de mi vida.

Ya en la competencia;…

—¡Julián!, ¡Julián!—. Se escuchaban las porras de las ¨porristas¨, por algo sólo, explanaban Julián…
Yo sólo arrojé mi mochila con odio en la banca, y me senté a un lado de Constanza.

—Tranquila—. Mustió Con´s al ver mi enfado.
—¿Cómo?... ¿yo?, p-pero si estoy tranquila…—. ¿Se notó mi encantadora frase francamente farsa?... Después, escuché como una de esa porristas gritaba ¨¡Te amo Julián!¨ y cómo él, le sonreía…
—¡Cállate idiota!—. Gritó Con´s al saber que eso hirió mis sentimientos.

Jaja, por eso la quiero, ella siempre ha sido mi mejor amiga, y espero, que siempre lo sea.

—Vamos, ya terminó el partido, anda chica, ve a saludar al galán.
—Jajaja, claro—. Respondí, viendo cómo se formaba una sonrisa en el rostro de Julián.

Y así, me la pasé todo el día con Julián y Con´s, yo quería ir con Con´s para no dejarla sola, pero ella insistió en que no le molestaba en nada, y que ella podía ir soportando nuestras ridiculeces.

Sí, así eran todos los días, nunca cambiaban… la primera y última parte me encantaban, estar en la escuela, después salir con amigos, y la parte donde estoy con Con´s, pero NUNCA me agradará estar en casa, menos con el señor Hill… aunque, pensándolo bien, no siempre será monótono, algún día podré matar al señor Hill y a su hijo…