La ciudad de Mito es la capital de la Prefectura de Ibaraki. Es una ciudad de vientos fuertes y verdes paisajes, dentro de la prefectura dónde más eruditos y diplomáticos obtienen sus conocimientos del archivo histórico de la ciudad. Siendo la ciudad que ocuparon los Yamato; aquellos con la sangre imperial dada por Amaterasu, es un lugar de opulencia pero la extravagancia no es algo que ostenta. Este es el pueblo natal del ahora líder Imperial: Akishino. Gobierno: A pesar de ser el pueblo natal de la familia Imperial por generaciones; se mantiene al margen del debacle político, consideran que el desorden va fuera de sus estándares. Están bajo el mandato de los Miura. Locales: Shukusha Casa de Armamento Comercio: Alimentos variados Clínica Herbolaria Oyaji: Casa para huéspedes con mayores posibilidades económicas Cuarteles militares: Es un sitio al cual ciudadanos o visitantes no tienen acceso, sólo está destinado para la guardia de Ibaraki y ciertos guerreros especiales. Dojo: A diferencia de otros dojos en Japón, este es dirigido por un maestro en el arte de las kodachis Santuario: sintoísta Castillo: La edificación más grande de Mito, un sitio destinado a la nobleza únicamente. El señor Feudal de Ibaraki vive en sus interiores junto a su familia, y nobleza de Ibaraki. Es el sitio dónde se conserva el archivo histórico, así que gran parte de sus estancias son destinadas a jóvenes nobles con interés histórico y político, es de Ibaraki dónde salen las mentes más letradas de todo Japón.
El rol de Hideyshi proviene de Shizuoka Hideyoshi cabalgó con sus seis jinetes: Yuta; Masaharu; Keitaro; Genichi; Reijiro y Shinkai. El trote fue constante y nadie sobre exigió a su monta; llegaron a Mito sin contratiempos; y al ser inspeccionados por los guardias del cuartel general, recibieron reverencias —Las noticias se esparcen como fuego en hierba seca mi señor —mencionó Yuta al ver que eran tratados con el rango de samurái, no como simples visitantes de un pueblo. —Nuestra madre estaría tan orgullosa — Afirmó Genichi, el mas joven del grupo mientras acariciaba a su caballo. —Nuestra fortuna se debe a nuestro señor Hideyoshi —Aclaró Shinkai ante su hermano menor. Reijiro observaba todo con su silencio usual mientras Masaharu y Keitaro bajaban de sus montas para entregarlas en el establo todavía en las afueras de la ciudad. Los demás no tardaron en hacer lo mismo, al igual que Hideyoshi. —Seguimos sus órdenes, mi señor —Habló hacia Hideyoshi quien decidiría su accionar en ese día. Contenido oculto John Whitelocke aun no he actualizado tus estadísticas (por tu manutención de días transcurridos) lo haré cuando actualice la de todos.
Soga no Hideyoshi 曽我秀吉 Mito El viaje fue calmo, los siete cabalgaron varias prefecturas con descansos breves, los caballos llegaron cansados pero en buen estado. Cuando pudieron ver la ciudad, Hideyoshi aceleró su marcha, entusiasmado por la perspectiva de lo que le esperaba. Sus seis hombres hicieron lo mismo. Era una imagen que se repetía, Hideyoshi cargando con sus inmortales seis jinetes, solo que ahora no lo hacían en medio de la tensión y la adrenalina de una batalla. "Las seis montañas de Hideyoshi", se decía, recordando que así los habían llamado en Shizuoka cuando se difundieron las anécdotas de la hazaña lograda. Seis jinetes se habían cargado a varias divisiones enemigas de varios escuadrones distintos, con movimientos coordinados, mucha fuerza de voluntad y el toque de suerte que siempre se precisa. Cuando llegaron, los siete dejaron sus monturas en el establo de las afueras, donde podrían hidratarse, pastar un poco y descansar mejor. Fueron bien recibidos, con respeto. Miró a Yuta sin decir nada cuando habló, luego hablaron los hermanos. —No me deben nada, ninguno de los seis. Ustedes tienen bien ganada esta reputación, no lo olviden. En todo caso, los siete estamos en deuda con Kenzaburo, el ronin del sol naciente, que dio su vida para que nosotros pudiéramos dar un golpe más—les dijo. "Supongo que habrá llegado todo tipo de versiones a cada rincón de Japón sobre lo que sucedió en Shizuoka", pensó. —Entremos, hay cosas que hacer. Pero primero, a beber unos tragos. Contenido oculto: Destino Al Shukusha
Shukusha [Hideyoshi; Yuta; Masaharu; Keitaro; Genichi; Reijiro; Shinkai] Los seis avanzaron detrás de Hideyoshi; fue Yuta quien negó —Mi señor,servirle al clan Minamoto es nuestro deber; y estar bajo su mando siendo el último de los Soga representa un honor en nuestro espíritu que usted mi señor, no podrá entender —dijo con una leve reverencia pues no quería sonar imprudente —Le debemos nuestra vida desde el momento que decidió que le sirviéramos En las organizaciones jerárquicas, las relaciones son elementos críticos del orden social y político, y por ello sus modales y formas de interacción estaban muy ritualizadas. Entre los bushi, la clase y el orgullo del clan podían crear problemas y peligros incluso en situaciones sociales; a fin de sellar las emociones en la palabra y la conducta. La rigidez que esto produce se ve en parte amortiguada por esa costumbre que Hideyoshi sabía manejar, el "ir de copas" pero incluso en esas situaciones, tener la lengua demasiado suelta podría causar desastres. Entraron a aquel sitio y fueron recibidos de inmediato por una joven seguida de varios sirvientes los cuales les entregaron calcetas nuevas para pisar la madera del lugar; el sitio tenía un aroma de fresco abedul, algo que relajaba los sentidos. Los llevaron a una habitación privada dónde toda una mesa los aguardaba, las almohadillas estaban completamente esponjadas, como si fueran nuevas; algo que se podía apreciar. —¿Qué he de traerles, nobles guerreros? —preguntó la mujer. Contenido oculto Habitación= 10 monedas Sake= 15 monedas Comida= 5 monedas John Whitelocke
Soga no Hideyoshi 曽我秀吉 Mito: shukusha Yuta le respondió con seguridad, casi severo, pero siempre respetuoso. Hideyoshi sonrió con orgullo, agradado por la respuesta de uno de sus hombres, sin decir nada más, ya que no era necesario. La ciudad a la que llegaron era muy diferente de varias a la que había visitado últimamente. Podía percibir que la gente adhería al sintoísmo, los ritos locales eran diferentes en otras ciudades y pueblos de Japón más inclinados hacia el budismo. También era notable la gente dedicada al arte del conocimiento, aquellos interesados en estudiar la época de los Yamato estaban aquí, y él era un Soga, lo que si no calculaba mal, no debería pasar desapercibido. "Siendo un Soga en una ciudad tan dedicada al estudio y admiración de la época donde mi familia fue grande y poderosa podría abrirme puertas con facilidad. Veremos", razonaba. Se acomodaron en la habitación, las almohadillas donde se ubicaron eran realmente cómodas, lo que contrastaba con la rígida montura de días de cabalgata. La mujer que se acercó se mostró amable y servicial. —Sake y comida, para los siete—respondió Hideyoshi—, vamos a comer y beber, el viaje ha sido largo, y tenemos que relajarnos, así como nutrirnos.
Shukusha [Hideyoshi; Yuta; Masaharu; Keitaro; Genichi; Reijiro; Shinkai] La mujer afirmó para después alejarse, mientras tanto los guerreros dejaban sus armas a un lado de sus piernas, mientras con su miraba repasaban los rostros de aquellos que se podían ver por el pasillo hasta su habitación privada. —Mi señor, temo que su fama lo precede— mencionó Keitaro mientras clavaba la vista en una persona en la entrada a la habitación; llevaba la indumentaria de un noble de corte, pero su tocado indicaba que aun no era tan alto en estrato, aun así era alguien con poder en la política interna. Contenido oculto —Perdone la irrupción Soga no Hideyoshi; mi nombre es Nakamura no Eiji—mencionó haciendo una leve reverencia — Los rumores corren a velocidad desmesurada en nuestra querida Mito; su presencia no sería ignorada —le sonrió — La casa Miura lo invita a una ceremonia de Shodo; el primogénito de la casa demostrará sus habilidades caligráficas frente a los más altos nobles que Ibaraki puede ofrecer, y es por ello que deseamos contar con su presencia en el castillo por la tarde, así podremos darle una bienvenida digna— volvió a reverenciar —Se hubiera planeado con antelación si hubiésemos sabido de su pronta visita, le ruego perdón por no estar preparados aun —le extendió un rollo el cual funcionaría como invitación— Lo estaremos esperando. Eiji se retiró para después la mujer pudiera entrar con el alimento y el sake para los guerreros. Un alimento basto de arroz, pescados y encurtidos variados; acompañados de un sake aromático. —Una ceremonia de caligrafía — mencionó Masaharu para después juntar sus manos y agradecer la comida —Jamás había oído de algo como eso. Shinkai soltó una ligera risa —Mientras a los nobles les importa el Koji en su cabezas... —dijo refiriéndose al tocado en la cabeza que varios nobles utilizaban para definir su estatus —... a nosotros nos importa el koji que llevamos a nuestros cuerpos — sonrió mientras se servía sake en su taza; pues hacía referencia al arroz fermentado que se utilizaba para la creación del sake, también llamado koji. Genichi dió un codazo a Shinkai —Nuestro señor también es un noble. No abuses de su benevolencia; cualquier otro ya te habría condenado a cometer seppuku por tu imprudencia —recriminó a su hermano mayor quien sobó su nuca e hizo una reverencia de disculpa ante Hideyoshi. Contenido oculto: Invitación Estimado señor Soga: Se espera su presencia esta tarde cuando el sol toque las montañas a una presentación de Shodo; siéntase como en casa en Mito, y considere tomar mi invitación a permanecer en el castillo mientras nos honre con su presencia en la ciudad. Contenido oculto A la ceremonia puedes asistir en la tarde si es que deseas hacer algo antes. Cuando estés listo avanzaremos. John Whitelocke
Soga no Hideyoshi 曽我秀吉 Mito: shukusha Cuando recibió aquella invitación, Hideyoshi sin antes verla, se mostró muy cortés. —Gracias por la invitación, mi señor. Es un honor. Por la tarde estaremos allí. Ante los comentarios de sus hombres, surgió la recriminación de Genichi sobre Shinkai, por lo cual Hideyoshi disfrutó de una atenuada carcajada. "Nunca en mi vida le di mucha importancia a mi condición de noble. Al fin y al cabo, un noble pobre es un hombre de apellido y sangre magna que vive como el más humilde campesino de arroz. La tradición es importante, toda cultura se basa en tradiciones, y la nobleza es el nodo de la cultura, pero ser noble es otra cosa, ya que como tal no me he sentido relevante nunca en mi vida, es un camino que estoy recorriendo, el ser alguien importante para la historia de Japón. Ser algo más que parte de la cultura de Japón... hacer la historia de Japón, como hizo Soga no Iname, hace ya más de 600 años", pensó. —Ser noble para mí nunca ha significado más que una exclamación por parte de otros nobles que me han visto sumido en la pobreza, viviendo igual que un aparcero o un simple ashigaru... y la burla de mis enemigos que me recuerdan lo grande que fueron los Soga en el pasado, y lo pequeño que nos hemos vuelto. Hace 600 años que vivió el gran Soga no Iname, a quien debo el que un hombre sin grandes hazañas como yo haya sido recibido en cada palacio y corte por el simple hecho de llevar la sangre de aquel gran estadista de nuestra tierra—bebió un trago profundo de sake—. Los nobles no tenemos nada de especial en tanto no sepamos convalidar las hazañas de nuestros ancestros. Eso es lo que intento, quiero un Japón unificado bajo la bandera de los Minamoto, que respete las tradiciones y códigos de nuestra cultura. Nuestro país es arrasado por luchas intestinas constantemente, mientras que otros países como el imperio chino—lo decía con un notorio gesto de desdén—han logrado la unificación política temprana, así como también lo mantuvieron los romanos de Constantinopla, de quien sabemos poco porque nunca nos hemos interesado en conocer mucho más allá de nuestro islote, en parte, porque nunca hemos tenido tiempo para hacer la guerra contra los de "afuera" si nos la pasamos luchando entre los de "adentro". Había hablado bastante en un monólogo que se volvió serio y taciturno de un momento al otro. —Terminemos de comer y beber, y aprovechen la mañana. Los liberaré para que puedan disfrutar de la ciudad durante un rato. Y por la tarde, cuando el sol esté flotando sobre la montaña, nos veremos en la entrada del castillo de los Miura. Yo tengo algo que hacer... la razón por la que he venido hasta aquí... Mientras terminaban de matar el apetito y la sed, Hideyoshi leyó la invitación recibida, para luego guardarla delicadamente en su ropa. Se levantó antes que los otros pudieran reaccionar, y se despidió velozmente. —Cuídense, los veo. Contenido oculto: Movimiento Al dojo
Shukusha [Hideyoshi; Yuta; Masaharu; Keitaro; Genichi; Reijiro; Shinkai] Hideyoshi y sus hombres disfrutaron de una comida bastante amena, estómagos vacíos estaban nuevamente llenos y gargantas secas podían volver a sentirse humedecidas. Hideyoshi se levantó para dirigirse a sus menesteres dejando a sus hombres libres, como había ordenado, así que ninguno lo siguió. Tampoco es que Hideyoshi necesitara una escolta, por lo que no parecían preocuparse demasiado. Dojo [Hideyoshi] Al llegar al dojo escuchó los golpes característicos de la madera golpeando una contra otra, era un sonido bastante relajante a pesar de que indicaba una explosión de energía. Allí logró verlo, con la misma vitalidad de siempre, con el cabello más largo pero en ese mismo blanco ya muy característico de él. Aoshi, su maestro. Contenido oculto Aquel que le enseñó a usar las armas que ahora lo adornaban, era viejo; pero se movía como la velocidad digna de un maestro. Sus miradas se cruzaron, y Aoshi bloqueó el ataque de su alumno para después desarmarlo. —Cuando miro al mundo, veo que la gente convierte las artes marciales en ganancias comerciales y que se consideran a si mismas como mercancía, incluso llevan a cabo mejoras como si fueran un objeto a vender. Armas vistosas, fuera de lo tradicional... —negó —... no necesitas lucir impresionante para serlo; llamar la atención es arrogancia, y la arrogancia es derrota — esto lo decía mientras se acercaba a Hideyoshi — Pensar así es como separar la semilla de la flor y valorar mas la flor que la semilla, lanzándola al suelo sin detenerse a mirarla —se detuvo en seco frente a Hideyoshi, frunció el ceño y después se giró a los insipientes dos alumnos en aquel dojo, quienes veían confundidos aquella escena —Pero en el suelo, la semilla crece con el tiempo; mientras que la flor perece al ser arrancada —volvió a Hideyoshi, colocando su mano en su hombro —Porque la semilla es fuerte; y puede permanecer oculto en suelo infértil por años, para algún día brotar y con sus raíces destruir el suelo que ocultó su pasado. Contenido oculto John Whitelocke
Soga no Hideyoshi 曽我秀吉 Mito: dojo "Atrevido" fue lo primero que se le cruzó por la cabeza cuando uno de los alumnos del dojo se lanzó a por Aoshi. Pero el maestro no tuvo inconvenientes para bloquearlo y desarmarlo. Su antiguo maestro estaba ahí... Luego de la recibida por parte de Aoshi, le echó un vistazo panorámico al lugar. "Está bien cuidado", pensaba que era un buen sitio para entrenar. —Shisho... ha pasado un largo tiempo... mis... mis raíces han brotado pero aun no son lo suficientemente fuertes para destruir el suelo. Se sentía avergonzado, no sabía por qué, pero creía que en el fondo de su corazón tenía la respuesta. El entrenamiento que había empezado hace ya 20 años había quedado inconcluso, por sus caprichos, y su maestro lo dejó. Quizás había faltado al código del alumno aunque no era una falta tan grave, pero aun así sentía verguenza. Miró a los ojos a su maestro, para mostrarse seguro y severo en sus palabras. —He regresado porque quiero completar el entrenamiento que dejé hace casi 15 años. Shisho, quiero implorarte... quiero pedirte... que me ayudes, me enseñes... quiero dominar el principio secreto del estilo Kodachi Nitō Ryū. "El principio secreto, y las técnicas que me faltan aprender... claro", se decía, pero su maestro sabía muy bien qué técnicas había aprendido, y cuáles no había llegado a dominar. Lejos estaba del principio secreto del estilo Kodachi Nitō Ryū, pero quería ser capaz de alcanzarlo, ya que la violencia y la guerra se volverían una constante cada vez más seria, y necesitaba ser más fuerte... más fuerte de lo que creía que podía ser.
Dojo [Hideyoshi] Aoshi lo miró en silencio por unos instantes, veía los movimientos de su alumno, atento a cada detalle —Estás listo para desarrollar la técnica, estoy seguro de ello porque aun respiras; has sobrevivido a la batalla en Shizuoka, un mérito que pocos pueden contar —negó —Pero aun no estás listo para la técnica secreta; aun no te he nombrado maestro— dijo para después darle un golpe en la boca del estómago; no fue para lastimarlo, no fue para humillarlo, ni siquiera lo hizo con la fuerza necesaria para obligarlo a encorvarse o perder el aire; fue un golpe que servía para recordarle algo que le había dicho cuando su entrenamiento inició hace ya varios años. "La respiración es algo que damos por sentado: no nos detenemos a analizar que sobrevivimos por algo que haces sin racionalizar; pero cuando se nos es privado, el pánico a la muerte viene instantáneamente a nosotros. Eso es el combate, Hideyoshi. El combate es el aire, debemos hacerlo sin detenernos a analizarlo, respira Hideyoshi, respira..." —Observa bien la técnica de mi escuela, Seishin o hakai suru—dijo con una sonrisa "destruir el espíritu"—Ese pánico a la muerte somos nosotros, un ataque certero en lugar de un combate largo, somos nosotros quienes obligamos al oponente a recordar respirar, y cuando eso pasé, ya habrá sido demasiado tarde. Aoshi se separó de su alumno, estaba completamente desarmado —Te marcaré las posiciones...—dijo para salir disparado hacia Hideyoshi con la espalda completamente doblada hacia adelante, una posición que indicaba que el ataque entraría por debajo de Hideyoshi; pero no fue así, aun con la edad de su maestro, dio un brinco lo suficientemente alto para erguirse y colocar sus puños sobre el pecho de Hideyoshi; si hubiese estado armado hubiese perforado los pulmones sin ningún esfuerzo. Contenido oculto: Escuela: [I Kodachi Nitō Ryū[/I]] "Seishin o hakai suru" (destruir el espíritu) "La respiración es algo que damos por sentado: no nos detenemos a analizar que sobrevivimos por algo que haces sin racionalizar; pero cuando se nos es privado, el pánico a la muerte viene instantáneamente a nosotros. Ese pánico a la muerte somos nosotros, un ataque certero en lugar de un combate largo, somos nosotros quienes obligamos al oponente a recordar respirar, y cuando eso pasé, ya habrá sido demasiado tarde" Al enfrentarse a más de un enemigo; podrás eliminar a uno con facilidad. (sólo funciona con personajes terciarios, aquellos que no tienen atributos de fuerza ni protección) La técnica sólo es posible para aquellos con kodachis (2) en combate. ⦁ Podrás eliminar a un npc con menor nivel sin necesidad de lanzar dados ⦁ Este ataque sólo se utiliza una vez por combate ⦁ Sólo puede usarse en un combate con 2 o más oponentes. ⦁ No puede enseñarse a otra persona a menos que el jugador o npc sea nivel 5 ⦁ No se puede usar en contra de un solo oponente ⦁ Al usar esta técnica; se elimina el dado de "defensa" sólo en ese turno. ⦁ Si la pelea es contra un npc con atributos y otro sin atributos; podrás usar la técnica contra aquel sin atributos. ⦁ Si el oponente tiene yoroi también podrá perforarlo; destruyendo el yoroi. Contenido oculto John Whitelocke
Soga no Hideyoshi 曽我秀吉 Mito: dojo Cuando su maestro superó en velocidad su capacidad de reaccionar a tiempo, Hideyoshi comprendió que estaba lejos del nivel de su maestro, y que debería trabajar duro si quería siquiera poder competir contra él. —Por tus movimientos no pareciese que estás en tus cincuenta, sino en tus veinte—le dijo, luego de que su maestro le golpeara el pecho y Hideyoshi se repusiera con alguna dificultad en su respiración—. Está bien, comenzaré por la técnica Seishin o hakai suru del estilo Kodachi Nitō Ryū y lo dominaré, lo dominaré para poder recordarle al contrincante que respirar no es algo que viene dado, que es algo que debemos conservar y defender... nuestra respiración. A pesar de que estaba obsesionado con dominar la primera técnica, necesitaba verla una vez más para comprenderla. —Otra vez, de nuevo, quiero verla... de nuevo—le dijo, sin temor a volver a sufrir ese devastador golpe en su pecho, ya que al fin y al cabo sobreviviría, pues otra sería la historia si el combate fuera efectuado con kodachis.
Dojo [Hideyoshi] Aoshi sonrió ante la respuesta de Hideyoshi —No esperaba menos de mi alumno — mencionó Aoshi para volverse a posicionar —La edad no importa si sabes cuidar de tu cuerpo...—doblo nuevamente su espalda y corrió con gran velocidad hacia Hideyoshi. Cuando hizo el brinco, podías imaginarlo perfectamente en toda su indumentaria de guerra, un recuerdo lejano; pero presente. Contenido oculto No había nada mas aterrador que ver la muerte a los ojos, incapaz de hacer algo al respecto. Esa era la velocidad mortal, eso era asertividad. Y de ese modo, los puños volvieron a colocarse con fuerza en el pecho de Hideyoshi. —Cuidar del cuerpo nos hace fuertes — dio dos golpes leves con el puño cerrado al estómago de Hideyoshi —Espero no te estés dando muchos lujos y bebiendo mucho sake— bromeó con su alumno en un susurro, pues no era educado hablar de eso frente a jóvenes alumnos. Contenido oculto John Whitelocke
Soga no Hideyoshi 曽我秀吉 Mito: dojo Su maestro era tan riguroso en las explicaciones como en los ejemplos. En esta nueva demostración no se privó de darle a Hideyoshi otro golpe brusco en el pecho, que volvió a debilitar su respiración, pero esta vez pudo tolerarlo mejor. Sobre todo, pudo ver el movimiento... Al brincar para tomar velocidad, su pierna derecha se levantó y sus brazos se juntaron coordinadamente, el secreto del golpe debía estar en ese movimiento coordinado entre piernas, brazos y torso. Con kodachis, un ataque así no terminaría con los puños, por lo cual el impacto llegaría antes, debido a la extensión del brazo que implican las kodachis. —Bebo sake, como buen y orgulloso japonés—dijo susurrando, también—, pero siempre voy sobrio al combate y a la diplomacia. "Lo he visto bien, estoy seguro", pensó. —Voy a intentarlo...—le dijo a Aoshi. Hideyoshi soltó su cuerpo y brincó, para elevar su pierna diestra en el salto, mientras juntaba los brazos, para apuntar al pecho de su maestro, imaginando que tenía dos kodachis. "No me ha quedado claro si esta técnica es adaptable para dos kodachis, o solo funciona con una, pero para cada técnica existen variantes de estilo", se decía, mientras volaba.
Dojo [Hideyoshi] Aoshi negó —No intentes, hazlo — mencionó preparándose para el ataque de su alumno, el golpe descendió sin esfuerzo, la gravedad hizo lo suyo —Tu mirada estaba en mi; pero tu mente en otra parte; un ataque disperso, sin alma...—dio un ligero golpe con el dorso de su mano al pecho de Hideyoshi —Parece que necesito tomarlo en serio para que tu mente no se aleje del combate. Nunca subestimes un entrenamiento, un mal golpe o una mala pisada y también puedes morir en el tatami. Miró a uno de los alumnos jóvenes y le señaló las kodachis de madera; el joven corrió de inmediato y trajo cuatro consigo; las estiró con sus manos mientras hacía una reverencia mientras eran tomadas. —Ataca primero; demuéstrame lo que has mejorado —sonrió —Y si corrijo una sola de tus posturas; te dejaré en posición de jinete hasta que el sol se empiece a ocultar en el horizonte— tomó dos kodachis de madera — Te recibí con un regalo; pero aun debo castigarte por haberte ido sin terminar mi entrenamiento. Contenido oculto John Whitelocke
Soga no Hideyoshi 曽我秀吉 Mito: dojo Era verdad, la mente de Hideyoshi no estaba enfocada al cien en el entrenamiento. Quizás aún estaba en Shizuoka, quizás aún estaba en el recuerdo de su difunto amigo, Kenzaburo. Pero si quería dominar la técnica, debía olvidarse de todo lo demás, y ser uno con el filo de su sable. Cerró los ojos luego de que tomó las kodachis de madera, y adquirió concentración, controlando su respiración y su postura corporal. "Kodachi Nitō Ryū", era todo lo que pasaba por su mente, una vez que logró enfocarse. Cuando sus pulmones se llenaron de aire por enésima vez, y cuando su cuerpo permanecía leve como una pluma, entonces se lanzó a por su maestro. "Seishin o hakai suru", era todo lo que estaba en su mente ahora. El salto esta vez fue algo más prolijo, y hasta más estético. Faltaba que pudiera ser preciso con sus kodachis de madera.
Dojo [Hideyoshi] Aoshi volvió a negar mientras observaba a su alumno realizar su movimiento; la ejecución era perfecta; pero había algo que Hideyoshi carecía, algo que su maestro sabía y le preocupaba. Aoshi esquivó el ataque sin demasiado esfuerzo para después atacar con toda sus fuerzas. Su ataque especial era el uso de ambas kodachis para crear un corte en forma de cruz en el pecho del oponente; a pesar de la mortalidad de aquel ataque, Aoshi contuvo su fuerza, mostrándole a Hideyoshi que aun tenía mucho que entrenar. —Usar una técnica sin defender es un insulto a tu enemigo — aclaró mientras miraba directamente a los ojos de Hideyoshi, era una mirada severa —Deberías estar entrenando todos los días, veo que no lo has hecho ¡DE NUEVO! —ordenó. Aoshi Hideyoshi Nivel=5 Pv= 100 Fuerza= 15 Protección= 15 Nivel=2 Pv= 22 Fuerza= 13 Protección= 2 (+1 suerte) Contenido oculto John Whitelocke
Soga no Hideyoshi 曽我秀吉 Mito: dojo El rigor al que lo estaba sometiendo cuando apenas se habían reencontrado después de tanto tiempo denotaba que había algo pendiente entre ellos. La relación paternal que en su momento habían forjado no omitía el hecho de que era su maestro y que el entrenamiento comenzado había quedado inconcluso, faltando con ello al respeto que habían construido hace tantos años. Decidió cambiar de técnica, para emplear una que ya había intentado llevar a cabo tiempo atrás durante los combates que los habían tomado por sorpresa mucho antes de la batalla de Shizuoka. El ataque en cruz, el Goho Juuji, era una técnica muy difícil que aun no dominaba, pero no quería quedarse demasiado atrás, y mucho menos sentirse humillado. Su maestro acababa de emplearla, además, por lo cual tenía una visual reciente de esa técnica, aunque dominada con la maestría de Aoshi que sería imposible emular en este punto. Dispuso sus armas de madera en forma de cruz y embistió. La madera no tenía filo, pero lo importante era que cerrara ambas kodachis de entrenamiento sobre las arterias del cuello de su maestro, lo que de significar un combate real concluiría en la muerte de Aoshi. Esta técnica era más burdamente conocida como el ataque de tijeras, pero eso era solo una simplificación. El Goho Juuji podía adaptarse a otros modos de ataque, como recientemente lo hizo Aoshi atacando sobre el pecho. En el momento en que se lanzó, Hideyoshi decidió modificar el ataque. La tijera se abrió, y la kodachi que llevaba en su mano zurda se adelantó, para intentar alcanzar a su maestro antes de lo que este pudiera anticipar conociendo la técnica estándar, mientras que la kodachi diestra permanecía rezagada, esperando un segundo ataque, pero además, con la función primordial de guardar un resto defensivo en caso de sufrir un esquive y contraataque por parte de su maestro.
Dojo [Hideyoshi] Aoshi miró con desesperación como su alumno buscaba mejorar su técnica; pero nuevamente, no colocó defensa, venía el ataque hacia él y ya sabía el desenlace —¡Aprende los básicos, luego vuela mas alto! —Aoshi bloqueó su ataque para después desarmarlo y asestar un golpe a puño limpio en la boca del estómago. Era evidente que había frenado su ataque para no lastimarlo nuevamente. —Tu defensa jamás debe de ser ignorada— mencionó ante su alumno —Aun debes aprender; pero yo te ayudaré a levantarte —dijo sosteniendo a su alumno colocando el brazo de Hideyoshi detrás de su nuca para sostener su peso —Un maestro jamás debe dejar caer a su alumno, no importa cuanto sea el peso, el alumno es responsabilidad del maestro —se dirigió ante sus otros dos alumnos —Mañana seguiremos con el entrenamiento, no lleguen tarde. Los alumnos se despidieron con una reverencia para después dejarlos solos; Aoshi lo recargó en el tatami con cuidado para después regresar a él con los materiales necesarios para curarlo —La guerra... —mencionó Aoshi—... Escuché que fue un engaño para atacar Kamakura Aoshi Hideyoshi Nivel=5 Pv= 100 Fuerza= 15 Protección= 15 Nivel=2 Pv= 5 Fuerza= 13 Protección= 2 (+1 suerte) Contenido oculto John Whitelocke
Soga no Hideyoshi 曽我秀吉 Mito: dojo Tenía todavía mucho que aprender, no podía negárselo a nadie, menos a él mismo. La reciente demostración del maestro del Kodachi Nitō Ryū le había propinado una salpicada de agua gélida para sus pretensiones de dominar el principio secreto cuanto antes. "Es probable que deban esperarme un poco más de lo que pensaba", pensaba. Pero él no era alguien que se rebajaría en autoestima ante el primer tropiezo o contratiempo. Era entendible, lidiar con enemigos que tenían una pobre formación técnica lo había confundido haciéndole pensar que su dominio de las kodachis era aceptable, pero eso estaba lejos de ser verdad. "Aquella mujer que empleaba las kodachis en el campamento Taira, en las afueras de Shizuoka, me pregunto que tan buena será", se preguntaba. Cuando su maestro se dispuso a sanar sus heridas producto del entrenamiento, comenzó una conversación más familiar, una que no tenía hace tiempo. —Así es, lo fue. Pero no veo lo que pasó en Shizuoka como una derrota, en Shizuoka ganamos. Hay un límite para lo que el enemigo puede hacer en una guerra, y ellos ya han jugado esa carta. Si los Taira recurren muy seguido al concepto de sacrificar ejércitos enteros como distracción para poder ir a atacar a otro punto, será más temprano que tarde cuando tengan una feroz interna con una posible rebelión de parte del cuerpo del ejército. A los guerreros, a los soldados, por más que uno quiera endulzarlo con las palabras que hagan falta, no les gusta ser utilizados de ese modo. En la batalla murió gente importante, incluso un antiguo miembro Fujiwara que era de importancia en la jerarquía de los Taira. Por más daño que hayan hecho en Kamakura, la derrota que sufrieron en Shizuoka no es algo menor. Era algo que venía analizando hace rato, no era una respuesta apresurada para un tema que no había sido premeditado. —¿Cómo has estado en definitiva? Ha sido un largo tiempo. Yo ya no soy un chico, tengo 38 años, pero no puedo dejar de sentir que he regresado en el tiempo. Son muchos recuerdos, buenos recuerdos... era apenas un chico cuando empecé y aún más chico cuando te conocí.