Crepúsculo Mirada [Drabble] (Bells & Edward)

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El vacío lúgubre de mi vida había acabado cuando aquellos ojos brillaron para mí. La eternidad no volvió a ser aquel caótico crimen provinciano que había contemplado mi lamento interno por el simple hecho de existir.​

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¿Era yo merecedor de tanta hermosura? ¿Era merecedor de tanta felicidad?​

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Día y noche trataba de convencerme a mí mismo de que así era, pero irremediablemente no lograba conseguirlo.​

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Por que heme aquí, monstruosidad de la noche vaga, sigiloso ante las sombras del destino, atrocidad carcomida por un instinto que no dejaba atrás su sed de sangre.​

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El hecho de desearla a ella como si fuera un plato más para la cena, hacia que me odie a mí mismo.​

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¿Y ella? Sólo sonreía. Y volvía a mirarme con ternura, con aquel brillo en sus ojos de chocolate derretido.​

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¿Era tanto pecado desearla sólo para mí? Tan hermosa y delicada como una simple flor del campo, y tan tenaz como un águila al sobrevuelo de su canto.​

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Simplemente era más de lo que merecía. Esa era la conclusión de mi día a día.​

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Si alguna vez, por fuerzas mayores del destino ella elije, aunque Dios me ampare, estar lejos de mí. Abandonarme. Solo le dire un “Hasta luego” y le pediré por todo el amor que alguna vez logró darme que sólo me honre con seguir mirándome cada día, con aquella ternura y fijando sus ojos marrones hacia mí. Aunque no lo merezca, sólo eso pediría de ella.​

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Por que era consiente de que sin aquella mirada mi vida no volvería a marchar de nuevo, ya no podría volver a la lúgubre oscuridad de la que ella me había rescatado un día. Sin su mirada llena de luz, el mundo sólo sería un sinsentido descolorido y árido, sin nada que pueda retenerme a intentar llevar una vida.​

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¡Oh! ¡Si solo ella imaginara lo mucho que significa su mirada! La única ventana que me conectaba con su misteriosa mente.​

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Es como el sol asomándose en un nuevo día, inundando la noche de mi ser para un encuentro glorioso que es lo más parecido al paraíso terrenal.​

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Ella es mi manzana y mi pecado, mi presente y mi futuro, y su mirada es la chispa que me empuja hacia el amanecer de un próximo día.​

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—¿Qué tanto me miras? —preguntó ella, ingenua y con una sonrisa, desconociendo los pensamientos de esta criatura de la noche.​

—Tu mirada —le dije sin dudarlo. Esa mirada no podía negársela a nadie.​

—¿Por qué? —volvió a preguntar, al mismo tiempo que en sus ojos marrones se posaba una chispa de curiosidad, única como ella misma.​

—Por que tu mirada es la luz que enciende cada día, la noche de mi vida.​

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Y posé suavemente mis labios contra los suyos, rogando a Dios que no me arrebate aquella mirada de oro.​

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Ojala les haya gustado :) me gustan los comentarios (buenos y malos) por lo que les invito a dejarme uno! Kusses ;3