Aventura [Christmas Dead] Milagro Navideño

Mi primer fic en este foro, yey :3 /\

Well, escrito para la actividad de Christmas Dead~ Espero que sea de vuestro agrado y demás~

Fue escrito en dos horas o así porque me acabo de acordar de las actividades así que, en fin, puede haber muchas atrocidades x'D

~Milagro navideño [Christmas Dead]~​

— ¿Naomi? — un hombre cercano ya a los 50 años asomó la cabeza por una puerta destruida.

El señor, de nombre Alfred, llevaba varios días refugiándose junto a su joven hija en una casa abandonada. Tenían que haber huido de su escondite en el centro comercial porque los zombies consiguieron entrar. La verdad es que tuvieron mucha suerte de escapar de sus garras y llegar a ese lugar, que se hallaba bastante alejado del centro de la ciudad.

— ¡Papá! — la dulce voz de la niña se alzó por la casa, haciendo que el hombre suspirara aliviado.

Sentía mucha lástima por su hija. La pequeña tenía que haber pasado los últimos meses de su más tierna infancia huyendo de aquellos seres asquerosos, rodeada de muerte y sin saber el paradero de su madre, porque habían perdido a Lara hace tiempo y no habían tenido noticias de ella desde ese fatídico día.

— ¿Sí, cariño? — Alfred se acercó a las escaleras que bajaban hacia el sótano pues la chica se encontraba subiendo éstas, sujetando una enorme caja — ¿Qué llevas ahí?

— ¡He encontrado decoraciones de Navidad! ¡Y un árbol! — sentenció la joven con una sonrisa deslumbrante, dejando la caja a los pies de su padre — ¡Ya sé! Estamos en peligro pero… ¡es Navidad, papá! ¡Debemos hacer algo! Además, ¿no estás aburrido? Estar en el sofá leyendo los mismos libros de siempre es aburrido, ¡hagamos algo especial!

El hombre no podía creerse que la niña, con apenas 10 años cumplidos ya estuviera tan adaptada a la situación. Él, con su edad tan avanzada aún tenía miedo pero ella, ella era fuerte y lo demostraba cada día que abría los ojos y sonreía. Sonreía a pesar de conocer la situación, sonreía para su pobre padre que a los ojos de la chica en cualquier momento podía pasarle algo. Así que ella debía ser fuerte por los dos.

— Está bien, cariño. Montemos esto — aceptó el hombre con una sonrisa cansada pero alegre. Haría lo que fuese por cumplir el deseo de su querida hija, y al fin y al cabo, no le costaba tanto hacer aquello. Además de que tenía razón: resultaba aburrido hacer siempre lo mismo, esperando noticias frescas o algo por el estilo.

Empezaron a sacar todos los detalles navideños de la caja para repartirlo por el hogar, dándole a todo el lugar un toque más colorido que era lo que realmente necesitaban.

…….

— ¡No se ha quedado nada mal! — exclamó Naomi orgullosa, admirando el fruto de su arduo trabajo con ojos brillantes.

— Pequeña… — el hombre de pelo encanado miró a la puerta principal con ojos cristalinos mientras llamaba a su hija — Creo que los milagros navideños se cumplen…

La muchacha giró la cabeza extrañada, encontrándose con aquello que le había creado lágrimas a su padre.

— ¿Mamá…? — murmuró sin poder creérselo.

Pero allí estaba ella. Su querida madre desaparecida estaba en la puerta, con las ropas destrozadas, herida y magullada, despeinada y cansada. Pero sonriendo. Porque finalmente había encontrado a aquellas personas que llevaba buscando desde tanto tiempo.

— Feliz Navidad, amores — susurró cono ojos llorosos hasta que segundos después se encontraba rodeada de los brazos de sus familiares más cercanos, aquellos que durante tanto tiempo había estado buscando y por los que había estado preocupada. Aquellos por los que había luchado.

Lara no sabía cómo agradecerle al hombre que le había informado del paradero de ambas personas. Pensaba que le debía la vida.

¿Quién hubiera pensado que la familia conseguiría reunirse y hasta celebrar la Navidad en un ambiente como aquel?