mi Yo insustancial

mi Yo insustancial

un todo ajeno no basta para mi, busco un ser que existe en mi​

La adolescencia es una de las etapas más difíciles por las que hay que pasar, una complicación de hechos, equívocos pensamientos que pasan por nuestras mentes, el terror a estancarnos y no desarrollarnos y a una agresiva competitividad de nuestro alrededor. Para demostrar después de todo que existimos y que estamos en camino hacia un nuevo rumbo en donde queremos hacernos espacio.

Siempre supe que era por decir extraña, no de esas que no encajaban en ningún estatus social, sino era de las que siempre sentía una inconformidad hacia mi persona, nunca en mi vida llegue a sentirme plena en mi ser, carezco de una satisfacción completa hacia mi y busco alguien que me indique llenarla.

Desde pequeña mi mente maduro con una velocidad impropia de los demás; con mis 4 años cumplidos sabia que el dichoso papa Noel no existía y quien me ponía las monedas por mis dientes era mi madre, que los bebes no venían de las hermosas cigüeñas de las que tanto me hablaban y de las que nunca conocí, y que mi padre por muy cachondo ya tenia tiempo engañando a mi madre, sentí por primera vez mi primer cosquilleo a los 5 años por un chico el cual era mi esposo en el juego que creamos.
Aunque mi mente haya tenido esa facilidad de desarrollarse y adelantarse a las etapas que estaban por venir, mi primer “amor “se dio en la secundaria. Yo era una chica con poca gracia, tenia un cuerpo desproporcionado, pero lo único que me gustaban y hasta ahora me gustan han sido mis piernas; digamos que es lo único atractivo en mi aparte de mi cabello. Poseía una carencia de senos, aunque mis dichosos pezones se hacían notar a cualquier vista y estaba obligada a usar los famosos sostenes que no hacían más que disgustarme e incomodarme con su presencia.
Con una ceguera extrema por mi complejidad llegue a rellenarlos con algodón para no tener pudor de las demás chicas, aun así no bastaba con eso.

Usualmente me han catalogado como una amiga leal, de las que casi no te fallan, muy sociable y dispuesta a defender su punto de vista si es necesario, con una ilimitada reserva de consejos que dar a los que necesitan y con el carisma necesario que tengo para alegrar a la gente; pero eso no basta para mi.

 

Re: mi Yo insustancial

Un año antes de conocer al chico que estimularía mis sentidos, volviéndolos un caos para mi y mi mente sin tener control de ellos; ya me había adaptado al estilo del colegio y tenia ciertas amistades de las cuales hasta ahora conservo.
Nunca olvidare como conocí a Rin, siempre tan dulce y con un carisma único que lo primero que me fije de ella fue su sonrisa.

Flash back
Hoy se cumplía la primera semana de clases desde que me transfirieran de salón, aun me encontraba sin poder entablar conversación alguna, pero por suerte hoy tenia clases con un profesor que en años anteriores me cautivo con su clase.
-Buenos dias alumnos, hoy tendremos una prueba oral antes de dar inicio a las clase –algo muy dentro mió me decía que iba ser una victima- pasen adelante usted, usted y... –mi intento de esconderme en las benditas mesas resulto contraproducente, haciendo que llame mas la atención- usted señorita Higurashi.
Salí con mi cabeza cabizbaja con una sensación de que todas las miradas se posaban en mí y tal vez mi única solución sea mantenerme al lado de la chica que con un nerviosismo en sus ojos, seguía con una sonrisa resplandeciente.
Al final de ese día llegue a conocer su persona, su manera tan radical de influenciar en la persona con su estado de ánimo, esa espontaneidad que yo desarrollaría con el traspaso del tiempo y su manera inocente de ver la vida tratando de pintarlo de rosa.

A los pocos dias conocí a la chica que seria una de mis mejores amigas, que me causaría ciertos dolores de cabeza por su mentalidad; Kagura que pese a su versatilidad de personalidad podía llegar a ser muy inmadura en ciertos casos.


Un año paso, nuevos estudiantes, nuevo local, nuevo salón.

Con un aumento de amigos, una personalidad más definida, y una forma de vestir mas variada llegue a conocer a Sango, la persona con la que llegue a sentirme más confiada y a la única que le mostré la vulnerabilidad escondida. Y con ella lo conocí a él, tan ensimismado en otro mundo, fuera de si completamente, me propuse a conocerlo.
Con kagura ya con koga y con Sango enamorada del mejor amigo de él creí tener una cierta oportunidad y ventaja para conocerlo; mientras loga me investigara que le gustaba, como era y cosas así, yo seguiría fingiendo que química no era mi fuerte y así me podría pasar 2 horas a la semana con una excusa perfecta.

- Kag para encontrar la masa atomica tienes que sumar de todos los elementos –sencillamente yo solo escuchaba su voz, mirada su picardía expresada en esos ojos y la cercanía en la que estábamos- Kag?..oye y así 2+2 = 3 no es así?
- Si claro entendí, eres un excelente profesor –el se reía de una manera sensual y me veía con una cara de cierta burla
- Hay Kag ni sabes lo que he estado hablando –como me gustaba que me dijera así
- Realmente lo siento, me siento muy apenada, no volverá a suceder, prometo prestar mas atención –mis mejillas habían tomado un color rojizo que últimamente me caracterizaba todos los días.

Como últimamente se había vuelto costumbre íbamos sango, kagura y yo a buscar a sus “dosis” como sango y yo poníamos al chico que nos gustaba; y yo que mas deseaba si su dosis para siempre con la mía, mejores amigas enamoradas de los mejores amigos.




- Chicos a ver vamos a sacar a dos compañeros –esa profesora realmente me odiaba, me miraba de arriba abajo y realmente estaba segura que estaba celosa de que yo pasara mas tiempo con su estudiante favorito, con mi dosis- a ver Higurashi al frente, un compañero para que la acompañen
- Que vaya Tashio profesora, si si –nunca pude definir que tan avergonzada me sentía todo mi rostro estaba rojísimo hasta las puntas de las orejas, no iba ni a poder hablar si lo sacaba a él – no no, hikirotma adelante

La profesora me hizo hacer unas mímicas de lo mas extrañas y realmente todo el salón se había esmerado a hacerme sentir demasiado pudor y sabia que la mirada de el estaba en mi, y es lo único que me importaba.

Los dias siguientes fueron indescriptibles para mí

- Hey morenaza no me vas a saludar? –realmente me ponía nerviosa cuando me llamaba así y el lo sabia- vamos ven acércate
- Ya voy shiami –me causaba gracia llamarlo así, sobre todo frente a sus amigos que les causaba gracia el sobrenombre que les puse
- Sabes que ese apodo me causa problemas, pero por ser tu te acepto todo –me lo dijo rozando sus labios en mi cuello, esta sensación, mis mente se quedo paralizada, mi respiración aumentaba su ritmo y el se reía, como adoraba escuharlo; sentir su respiración cerca de la mía, ilusionándome que tal vez algo podía pasar y que mis sueños mas remotos se plasmaran en mi realidad.
- Hey no hagas eso que me das cosquillas –realmente era mala mintiendo

Siempre viví de mis ilusiones sin saber que con el tiempo esto me acarrearía problemas inimaginables, por más que todos me consideraban una persona realista y con la mente bien puesta en el suelo no podía evitar imaginarme lo grandioso que seria estar con él.

Tsubaki una chica linda pero agresiva organizaba su primera fiesta de quince años y yo no podía evitar fantasear bailar con el realmente no dormía pensando en eso.

- Linda ven, toma una invitación mía –me comentaba con mucho entusiasmo, realmente me agradaba- ni se te ocurra faltar a.
- No te preocupes estaré ahí –respondí amenamente- y espero que él cambie- en un susurro inaudible para ella
- Kag, despierta – mi ensoñación inundaba mi ser completo, mi dosis controlaba mi yo, me confundía y me esclarecía todo lo que nunca llegue a interpretar
- Discúlpame koga, estaba distraída –algo que se volvía ya una costumbre para mi- oye koga por favor averíguate si él va a ir, convéncelo
- Esta bien, tu y tu dosis –después de todo es gracias a ti que mi relación va bien, ten mucho cuidado no te enamores kag, realmente no se lo podía decir era muy cruel, no podía matar el sueño de una niña recién descubierta.
- Gracias, realmente te adoro –no se que haría sin ti koga, solo lamento que -kagura no te sepa querer como lo mereces- nos vemos en la fiesta

Mi mente divagaba de un rumbo a otro pero con un centro fijo, con una ensoñación única mi sentimiento hacia el crecía, tenia miedo caer en una adicción hacia él, era como mi fuente de vida que necesitaba todos los días, la luz que después de todo esclareció mi existencia.

- Mamá ya llegue –le dije de lo mas entusiasta- a tengo una fiesta este fin de semana, puedo ir por favor –necesitaba ese permiso, mi corazón bombardeando esa angustia presentada por la respuesta
- Si no tienes tareas para este fin de semana, puedes ir –como me costaba ocultar esa emoción que enardecía dentro de mi, aunque mi madre conociéndome ya sabia mi situación.

Con una increíble rapidez, marcaba el número de Sango, necesitaba contarle mi estado.

- Vamos Sango contesta –escuhe una voz adormilada al otro lado
- Rayos Kag que pasa ahora –realmente no le gustaba que le despertaran
- No sabes, el va a ir, ay Sango no sabes lo genial que me siento –una emoción momentánea, efímera que duraba mientras lo tenia presente en mi mente
- Ok Kag ya entendí –porque no se calma- cuando le beses me llamas
- O rayos si que estaba con sueño –bueno ya le pasara