Mi querida Rin...

Éste es mi primer One-shot, a ver como queda... No os prometo nada, pero bueno. La historia está narrada desde el personaje de Len, esto es un RinxLen. Espero que lo disfruten, un abrazo.
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Yo a menudo era una persona que llegaba tarde a casa después del trabajo. Rin, cuando lo hacía, siempre se me quedaba mirando con cara de sospecha. Supongo que no me percataba de aquello en multitud de ocasiones.

Aquella noche llegué tarde también, la única diferencia era que ese día era algo más importante que el resto. Debía contarle algo a Rin. Algo con lo que, conociéndola, seguramente se enfadaría. Entré por la puerta de casa...Pero ella se veía tan contenta...

Ella me abrazó cariñosamente, me quitó el abrigo, y lo colgó en la percha de la entrada. Mientras sus cabellos dorados revoloteaban sobre su cabeza y su gracioso delantal se movía de lado a lado, ella se adentró por el pasillo caminando hacia atrás, tirando de mi brazo mientras preguntaba: "¿Qué tal te fue en el trabajo?".

Cada gesto que realizaba, me hacía sentir más incómodo, y a la vez más molesto conmigo mismo. Ella no lo notaba. Seguía brincando de lado a lado, tan alegre como al principio de nuestra historia...Tan feliz, justo ese día.

Me hizo sentar en una silla, frente a la mesa, que estaba decorada de una forma muy hermosa. Un conjunto de manteles, posavasos, servilletas sobre los platos, cubertería de diseño, copas coloreadas... Me parecía todo cada vez más doloroso y difícil...

Ella miró mis ojos con interés, deseaba una opinión por mi parte. Yo, al ver sus ojos, cerré los míos, y agaché la mirada rápidamente. No tardó en darse cuenta de que algo ocurría. Sus ojos dejaron de brillar, su pelo de ondear, y su delantal de moverse.

— Rin... — Dije, mirando al suelo, seguía sin poder mirarla.

— Len, ¿Con quién ha sido esta vez? — Su tono sonó tan brusco, como si supiese de que estaba hablando. Lo peor es que no había fallado.

— Miku... fue... — Resoplé y me levanté de mi asiento. Ella comenzó a llorar, y me cogió de los hombros para tirarme contra la silla de nuevo.

—No me fastidies...¡¿Tú y la que se suponía que era mi amiga?! ¿Sabes qué te digo? ¡¡QUE TE VAYAS POR AHÍ!! No quiero verte más...— Sus lágrimas no paraban de brotas mientras continuaba la frase, se veía doloroso.

Tiró la silla contra el suelo y pisoteándolo me mandó salir de allí. Fui obediente y me marché, sin expresión. Al salir de allí vi a Miku pasar, y me senté en las escaleras del porche de la casa, que ahora sería solo de Rin. Miku, a quién yo miré en ese momento, me declinó la mirada de respuesta.

Sonreí de forma estúpida. Me di cuenta de que había perdido lo mejor que tenía, por algo que ni siquiera me quería. Rompí a llorar, y un papel de propaganda voló sobre mi cabeza. Tenía propaganda por un lado, pero por otro no. "Rin no me dejará entrar en casa" pensé, y sacando de mi bolsillo de la camisa un bolígrafo carmesí, comencé a escribir sobre el papel, con cuidado de no rajarlo:

Mi querida Rin,
Me odias, lo sé, y no se te pasará jamás, pero aún así yo....​

Lágrimas brotaron de mis ojos de nuevo, mojando el papel, pero no me importó, y continué escribiendo entrecerrando los ojos para evitar las lágrimas.

...te sigo amando. Cometí el peor error de mi vida y
lo lamento. Jamás me acostumbraré a vivir sin ti.
Sé que no es un tema que se pueda arreglar con éste
tipo de frases pero bueno... Viviré con la esperanza de
volverte a tener. No me olvides, yo no te olvidaré a ti.
Adiós, mi querida Rin...
​

Dejé la propaganda en el buzón, y me marché por completo. Una lluvia torrencial se apoderó en ese momento de las calles, y acabé mojado por completo.

Hoy día sigo esperando a que por lo menos mi carta sea respondida... Aunque solo sea para saber si sigue estando bien...

-Fin.​