One-shot de Inuyasha - Mi Princesa (Koga)

Hola, recreso con algo nuevo con este personaje que no habia tenido la oportunidad de explorarlo así que aquí me tienen con este intento de poder comprender a este lobito, espero que sea de su agrado y disculpen el posible Occ xD


MI PRINCESA

Un grito desgarrador rompió la tranquilidad de la noche, el olor a sangre inundo sus fosas nasales y se detuvo en seco al identificar el olor de esta, Kagome se encontraba herida, su corazón corrió desbocado en el centro de su pecho y partió a toda velocidad hacia el lugar del cual manaba el olor a sangre. Cuando llegó, encontró una aldea que estaba siendo destruida por youkai, el aliento de perro se encontraba luchando, defendiendo a su mujer, la cual yacía inconsciente sobre el frio suelo.

Esa visión, la sangre le helo, creyendo lo peor, paralizado se quedó unas milésimas de segundos antes de correr hacia la azabache y tomarla en brazos; corrió con ella tomando por primera vez el consejo que el hanyou le dio, la llevaría a la aldea de la anciana Kaede. Necesitaba ponerla a salvo pero antes de que lograra alejarse con ella, Naraku hizo acto de presencia y una de sus marionetas apareció frente a él. Uno de sus tentáculos atrapo una de sus piernas y la otra le arrebato al amor de su vida.

–¡Suéltala! –exclamó destrozando la extremidad que fue usada para tenerlo.

Usando la velocidad que le conferían los fragmentos de la Shikon no Tama, fue por Kagome quien gemía, presa del dolor que seguramente le provocaba la herida en su pecho, furioso contra la estúpida marioneta, la destruyó en poco tiempo volviendo a tomar en brazos a la chica emprendiendo el viaje hacia la aldea de la anciana.

–Kagome resiste –musitó, mirando como los rasgos de su amada se deformaban a causa del dolor.

Por un momento creyó que sus piernas no corrían lo suficientemente rápido, los segundos pasaban volando y el solo era capaz de observar como Kagome perdía cada vez más sangre, ¿Qué era lo que le había pasado?, ¿Cómo fue que el estúpido aliento de perro la descuido para que fuera herida de esta manera?, furioso se prometió que en cuando su mujer estuviera a salvo le haría pagar al hanyou cada segundo que ella sufrió. Por fin llegó a la cabaña, donde la anciana se encontraba en compañía de su hermana, Kikyo observó con su acostumbrada frialdad a la chica que él llevaba en brazos.

–¿Qué es lo que ha pasado? –inquirió la anciana preocupada, acercándose al instante a la azabache –recuéstala

Sin rechistar, coloco a Kagome en el fulton apartándose del camino de la sacerdotisa de cabellos oscuros cuando esta se acerco a la azabache, miró a ambas mujeres sin comprender lo que sucedía, ¿Por qué tan suavizada permanecía la expresión de Kykio?

–Sal de aquí –le ordenó la sacerdotisa, él estaba a punto de negarse cuando ella suavizo su expresión –Es por su bien.

Obedeció, espero afuera, dando vueltas desesperado, estando seguro de que no sería capaz de soportar perder a la única mujer que fue capaz de robarle el corazón, que a pesar de no ser su igual, tenía la valía de una de su especie pues desde que la conoció su corazón le robó, con su valor, con su ternura, con todo lo que ella era y su pecho le dolía cuando imaginaba un mundo sin su pequeña miko del futuro. Kagome era la razón por la cual seguía adelante, por la cual cada día luchaba por sobrevivir, por la cual perseguía al desgraciado de Naraku para exterminarlo, para procúrale un lugar mejor.

Estaba dispuesto a dar su vida por ella, de cargar con los martirios que seguramente ahora la acongojaban y de evitarle cualquier dolor si en su mano estuvieran; por eso lo enfadaba estar ahí afuera, sin poder hacer nada por su amada, escuchando los quejidos de dolor que de vez en cuando profería. Estaba desesperado, no quería perderla…una sonrisa melancólica surcó sus labios antes esta idea, ¿Cómo era posible perder algo que aun no le pertenecía?

No le importaba cuanto tuviera que luchar, cuánto tiempo tuviera que esperar si al final de esta odisea su pequeña miko a él lo escogía, estaba dispuesto a realizar esta apuesta, esperanzado a ganar el corazón de su Kagome, rogando de vez en cuando por un milagro, deseando a diario ser el dueño de esas hermosas miradas, de sus encantadoras sonrisas…

–Ya puedes pasar –dijo Kikyo sacándolo de sus cavilaciones.

Koga la miró por un par de segundos antes de entrar, en el interior de la pequeña cabaña, Kagome se encontraba profundamente dormida, su rostro aun seguía hermoso aunque mostrando claras marcas de cansancio, la examino por un par de segundos antes de convencerse de que definitivamente estaba bien y solo hasta ese momento pudo sentirse en paz, su miko esta noche no lo abandonaría.

–Gracias –exclamó el lobo, mirando a la sacerdotisa.

–Es mi trabajo –le dijo ella, girándose al instante, alejándose de la cabaña, reuniéndose con sus serpientes caza-almas, quienes se la llevaron.

Él se hincó al lado del fulton, mirando a la azabache, anhelando que ella fuera capaz de olvidar al aliento de perro y le diera una oportunidad, Koga la amaba, quería que aceptara ser su compañera y que le permitiera traer alegría a su corazón. Porque él dedicaría su vida a hacerla feliz, suspiró deseoso de que una estrella en lo alto del cielo le cumpliera su deseó antes de darle un beso en lo alto de la cabeza a su pequeña y amada miko.

–Dulces sueños, mi princesa…

Salió de la cabaña, corriendo acompañado de la oscuridad de la noche guardando la imagen de la azabache en lo más profundo de su corazón que, este, prendado de ella la amaría por siempre.

¿Y que les ha parecido?