Long-fic Mi perro, mi amante(InuxKag)

Mi perro, mi amante(InuxKag)

Para los que hayáis leído antes algunos de mis fics, puede que os resulte extraña la manera de comenzar este, pero es que quise darle una nueva perspectiva, espero que os guste.
Capitulo 1: El cachorro.
En un pequeño pueblo donde apenas sale en algunos mapas, todos sus habitantes viven felices y en armonía, donde se respira paz y tranquilidad y todo es normal… ¿Normal?
Seguro que os gustaría este comenzar para una bonita historia de amor donde por un pequeño accidente una chica y un chico se conocen y se enamoran, pero mi historia no se parece ni por asomo a una de estas, y que la palabra normal no entra en el vocabulario de mi historia, sino magia.
Me llamo Kagome Higurashi tengo 20 años, mi pelo es negro azulado como la oscuridad de la noche, y mis ojos del color de un chocolate caliente. Vivo en una ciudad llena de gente, ruido, tráfico y lo normal en una ciudad, pero con un peculiar nombre “Serendipity” que por cierto no aparece en muchos mapas. Para los que no sepáis que significa el peculiar nombre de esta ciudad os lo diré “accidente afortunado” y por un casual accidente comienza mi historia, hace tres años atrás cuando aun apenas tenía 17 años y acababa de llegar a esta ciudad y cuando obtuve a mi compañero.
Hace tres años.
-Kagome- Me desperté de un salto al escuchar la voz de mi amiga llamarme.
-¿Qué… sucede Sango?-Mientras bostezaba.
-Ya estamos llegando-Miré por la ventanilla del taxi, reconocía esta calle, era la nueva calle donde yo viviría. -Por aquí puede parar, cuando pueda- Dije dirigiéndome al conductor del taxi, aparco junto a la acera tras un camión de mudanza, el que yo había alquilado.
Bajemos del taxi y saqué del maletero algunas de mis maletas que no metí en el camión, pague al conductor y se marcho a toda velocidad como alma que lleva el diablo, la verdad es que me sorprendió bastante su acto, pero decidí pasar, miré a mi acompañante que miraba una y otra vez a su alrededor.
Sango es una chica de mi misma edad, pelo castaño y ojos del mismo color, suele vestir de negro, rojo y colores así ya que es Gótica, siempre a sido como mi gualda espaldas, ya que siempre me defendía cuando se metían con migo.
Busque en mi bolso las llaves, cuando las encontré fui hasta la entrada seguida de Sango, abrí la puerta y halle todos los muebles allí. Nos llevó gran parte del día en ordenar y decorar, acompañe a Sango hasta la parada del autobús con mi bicicleta, estuvimos hablando hasta que llegó el bus, me despedí de ella, monte mi bici y me encaminé a casa, cuando iba a girar en una esquina vi que la calle estaba cortada.
-No recuerdo que esta calle estuviese cortada antes- Fui por otra calle, según iba avanzando me iba encontrado calles cortadas por obras, atascos, coches averiados o calles sin salida. Ya estaba algo cansada por lo que me acerque a una cafetería, dejé la bicicleta en la puerta y entré para tomarme un refresco. Cuando salí iba a montar de nuevo en la bici, pero esta empezó a chirriar y una de las ruedas se salió de su sitio.
-Genial- Farfulle.- Justamente ahora.
Busque un contenedor a mis alrededor para tirar la bici, solo encontré uno en la otra parte de la calle, con cuidado, crucé la carretera, con la rueda y el resto de la bici. Llegué, he iba a tirar la bici hasta que me percaté de una tienda de animales, la cual no había visto, seguramente por el contenedor.
En el escaparate no se veía ningún perro ni gato, ningún animal, por lo que pensé que estaría cerrado, pero vi el cartel de abierto por lo que decidí entrar. La tienda estaba poco iluminada, y apenas había algún animal, un loro que estaba suelto y que supuse que sería del dueño de esta tienda, un poco más adelante divise una especie de mostrador donde se colocan a los cachorros para que la gente lo vea, cuando me acerqué solo vi a un cachorro encogido en una esquina, parecía estar asustado, ya que no dejaba de temblar, tenia el cuerpo magullado y estaba bastante delgado.
-Pobrecillo -Susurré para mí misma.
- Da pena, ¿verdad?
-¡Kya!-Grité al escuchar como me hablaban de repente detrás mía.
-Lo siento mucho, no quise asustarte.
-No, lo siento yo por haber gritado, disculpe pero ¿Qué le a pasado al cachorro?-El hombre cerró los ojos y suspiro, para volver a abrirlos y mirarme.
-Lo encontré hace unos días en un callejón, lo habían abandonado y apaleado.
-Pobrecillo- Dije con horror en mi voz al imaginarme lo sucedido, voltee mi vista hacía el cachorro que seguía temblando mientras me miraba fijamente.
-He intentado curarlo, pero no se deja, tiene bastante miedo, y tampoco come… por lo que si sigue así no tendré más remedio que sacrificarlo.
-¡No!-Grité horrorizada, no podía tener un final tan trágico siento tan solo un cachorro.
-No puedo hacer otra cosa, no quiere comer y nadie se lo quiere llevar.- Yo apenas escuchaba al dueño, estaba mirando los ojos al cachorro, unos ojos en absoluto comunes pero a la vez hermosos, de un color dorado como la miel o el oro fundido, los cuales reflejaban miedo, y esperanzas. Como si hubiese escuchado lo que pensaba el cachorro, que mi primer impulso a decir fue.
- Me lo llevo.
-¿Perdón?
-Me lo llevo- Alargue mis brazos hasta el cachorro el cual dudaba en acercarse a mi.- Vamos pequeño, no te haré daño.- Me miro y por alguna extraña razón se levantó y se acerco hasta a mi sin temblar, ni si quiera cuando lo cogí en mis brazos.
Acaricie al cachorro y este se acurruco en mi regazo tranquilamente, me volví para ver al dueño, el cual parecía algo sorprendido, pero aun así sonreía.
-Cuanto me alegra que te haya encontrado- Susurro.
-¿Perdón?
-No es nada pequeña, ¿Sabes qué? Te lo regalo.
-Eso quiere decir…
-Quiere decir que puedes llevártelo, y no tienes que pagar nada por él.
No podía expresar lo feliz que me sentía en ese momento, que solo me limite a sonreír y darle las gracias, me disponía a salir hasta que me acordé de que ni sabía donde estaba ni tenia como llegar hasta casa.
-Perdone, ¿Me podría decir en que calle estoy?
-En la calle destino, ¿Te has perdido?
-Si… creo que estoy bastante lejos de casa, ¿Me dejaría usar el teléfono?
-Claro, pero ¿Cómo has llegado hasta aquí tan lejos de tu casa?
- He venido en bicicleta, pero se me ha roto…
- Tráela, puedo arreglártela.
-Muchas gracias.
Deje al cachorro donde estaba en un principio y salí a recoger mi bici que deje en medio de la calle, cuando entré aquel señor, ya bastante mayor tenía una caja de herramientas en el mostrador. Durante casi una hora, estuvo arreglando la bici, mientras que yo rellenaba unos papeles, para llevarme al cachorro y miraba algunos objetos y cosas de perro, como un collar, correa, juguetes, una cama de perros, comida, hasta ropa para perros. Cuando elegí una cama el dueño me llamo.
-Señorita, será mejor que coja una cama más grande, este perro será “grande” cuando crezca- Por alguna razón la palabra grande me pareció como si lo hubiese dicho con doble significado, pero es que no llegue a imaginar cual seria aquel otro significado, le entregué los papeles que ya había rellenado y busqué otra cama más grande que me gustase.-A sí que te llamas Kagome, bonito nombre.
-Gracias ¿Y usted?
-Me llamo Mioga.
Estuve hablando con Mioga y preguntándole sobre las cosas que debía de comprar para el cachorro, las vacunas… Cuando miré la hora vi que ya era bastante tarde y ya había oscurecido, me había entretenido demasiado hablando y discutiendo ya que quería regalarme todas las cosas que cogí y el cachorro.
-De verdad que no puedo aceptarlos.
-Por favor, me haría muy feliz que te los llevases.
Ya cansada y resignada acepté llevármelas, me despedí de Mioga con un abrazo y mil y un gracias por todo, coloqué a Inuyasha en la cesta de mi bicicleta y me encamine siguiendo las indicaciones que me había dicho Myoga. Como aun no había comprado comida y el frigorífico estaba vació decidí pasarme por una pizzería de camino a casa, cuando llegué deje las cosas en la mesa del comedor y me senté en el suelo frente al televisor para comer, el cachorro estuvo dando vueltas por la sala hasta que miró donde estaba yo y la pizza, corté un trozo y lo deje delante de él, para que se acercase y se lo comiera, parecía dudar hasta que se acercó y la olisqueo.
-Vamos come- Me miraba mientras que comía y eso me hacia ponerme nerviosa, volvió a mirar su trozo y le dio un mordisco, me sentí muy feliz de que comiese, parecía tener un apetito veros ya que al acabar la pizza tuve que echarle dos cacharros algo grandes del pienso para cachorros que compre.
-Tengo que ponerte un nombre…- Estuve pensando durante un rato mientras que veía Tsubasa crónicas de Sakura, hasta que escuche como decían Yasha, como si fuese que una bombilla se encendió en mi celebro, me vino el nombra que le pondría al cachorro.-Inuyasha.
El cachorro me miro mientras tragaba la comida que tenía en la boca, estaba muy gracioso, en cuanto terminó de comer le di un baño con agua caliente y le cure las heridas. Cuando me marche a dormir le deje en su cama, en el salón y me marche a mi habitación, pero no dejaba de llorar por lo que lo tuve que llevar a mi habitación, dejé la cama en una esquina y lo coloqué en ella, apague la luz y me acosté para dormir, pero a los dos minutos sentí como tiraba de la corcha, encendí la luz de una de las lámparas y vi como me ponía ojitos.
-Tan pequeño y ya pone esa carita… esta bien dormirás esta noche aquí con migo, pero no te acostumbres- Lo puse en el otro lado de la cama y le tapé con la corcha.
Los días y los meses pasaron, Inuyasha ya tenia un año y había crecido un montón tal y como me dijo Mioga el cual murió, cuando fui al funeral un abogado me dio una carta que había escrito para mí, donde decía que me dejaba su tienda y una pequeña fortuna para reponerla. A los dos meses de aquello, la tienda ya estaba arreglada y pintada, no la cambie mucho ya que parecía que Mioga le tenía mucho cariño a aquella tienda y yo también.
En la facultad conocí a un chico, Sesshomaru, alto, de pelo largo y plateado y ojos color dorados tirando más para amarillo que los de Inuyasha, era mi compañero de clase y un buen amigo, por lo que le pedí que trabajase con migo en la tienda, ya que no podría ocuparme de ella yo sola, las ventas en la tienda iban muy bien, siempre había niños llenos de energía que entraban para ver a los animales y algunos para comprarlos, Inuyasha siempre recibía a cada cliente. Uno de esos días conocí a Hoyo un chico no algo más bajo que Sesshomaru, pelo castaño y ojos azules grisáceos oscuros, a Sesshomaru no le caía muy bien, ni tampoco a Inuyasha ya que cada ves que venia le gruñía y se enfurruñaba.
Sango se vino a vivir a esta ciudad con su gata Kirara, estuvo saliendo con varios chicos pero no duraba más de dos semanas con ninguno, siempre había una causa diferente…
Y así pasaron los años, y aquí estoy tengo 20 años y me encuentro en mi cama llorando con mi compañero Inuyasha tendido a mi lado y con su pata sobre la mía, siempre lo hacia, el intentar consolarme, siempre ponía su pata sobre la mía como ahora, apoyaba su cabeza en mi hombro como si quisiese abrazarme, por lo que yo siempre lo abrazaba fuertemente y me desahogaba llorando, cuando lo hacía, nunca se apartaba ni se quejaba, solo se quedaba ahí quieto hasta que yo me apartaba.
Seguramente os preguntéis por que lloro, y es por que pille a Hoyo con la prima de Sango, una que no nos caía muy bien ni a mí ni a ella, por su puesto me corté con él, pero aun así me dolió lo que hizo, pero se que tengo a alguien que nunca me dejara… mi compañero Inuyasha.

Espero que os guste como me quedo, a partir de aquí, la historia no lo contara Kagome. Como siempre os dejo mis dibujitos y en el próximo capitulo pondré otros como los de Sango y Sesshomaru, espero vuestras críticas.
Chao!!

 

Re: Mi perro, mi amante(InuxKag)

Ola!!, siento mucho, pero me voy a tener que retrasar en colgar conti.
Entre que me mandan demasiada tarea para casa me he puesto mala, pero intentare colgalo cuanto antes y que la conti sea mas larga.
Chao!!

 

Re: Mi perro, mi amante(InuxKag)

Ola, muchísimas gracias por sus post me alegra muchísimo que os guste, y siento mucho no haberlo colgado antes pero es que he estado ocupada, después de haber hecho unas cuantas veces el capitulo, lo contará Kagome (Es que no me gustaba como quedaba) puede que haya alguna con que otra palabra… espero que no os moleste y que os guste la conti.
Capitulo 2: La razón de mi sufrimiento, ¿y tú quien eres?

Me dolía mucho la cabeza y los parpados me pesaban, los abrí y divise a Inuyasha tendido en su cama, dirigí mi mirada al despertador, el cual indicaba las doce.

-Me quedé dormida- Susurre, me senté en la cama y al hacerlo algo cayó sobre mis piernas.- ¿La corcha? Yo no recuerdo haberme tapado- Miré a Inuyasha el cual ya estaba de pie mirando a la ventana cerrada, me levanté para abrirla, la luz del día me cegó, hasta que mi celebro reacciono.

-¡Las doce de la mañana, llego tarde!- Fui corriendo hasta el baño me lavé la cara y me miré al espejo, mis ojos estaban rojos por haber llorado durante tanto tiempo, froté mis manos contra mis ojos, salí del baño y me dirigí a mi habitación para coger una revista para abanicarme.

A los minutos me volví a mirar al espejo, ya no los tenía tan rojos, fui hasta la cajonera y saqué algo de ropa, cuando iba a levantarme la parte de arriba de mi pijama, sentí como alguien me miraba. Miré detrás de mí y en la otra esquina vi a Inuyasha tendido en su cama, por alguna extraña razón me daba mucha vergüenza de que él me mirase.

-Pero si es solo un perro, esto es estúpido- Susurré para mi misma, aunque fuese así me daba vergüenza, le señalé con mi mano la puerta mientras decía alto- Fuera.

Salió de la habitación y por fin pude vestirme tranquilamente, escuche llamar a la puerta y a Inuyasha ladrando de repente, lo que hiso que diese un salto, acabé de vestirme y fui a ver de quien se trataba. Abrí la puerta y vi a mi amiga Sango, llevaba unos pantalones algo anchos en negro por supuesto, con un cinturón color rojo, y una chaqueta también negra, con unos cuantos adornos sobre ella, en su mano vi una caja que usan en algunas pastelerías para llevarte los pasteles que compras, y esa marca la conocía muy bien, mientras que en la otra mano vi una bolsa, que supuse que serian latas de Coca-cola… Sango sabe como desahogo mis penas.

-Sango…
-Después de lo que te hizo sabía que te llevarías toda la noche llorando por no tener algo como esto –Mientras que levantaba la caja y la bolsa.
-Muchas gracias Sango-Me acerqué a ella y la abrace fuertemente, definitivamente ella si que era una gran amiga.
-Lo siento mucho Kagome, no sabía que tendría el descaro de aparecer por allí, lo siento de veras.
-No importa Sango, tu no tienes la culpa…- Cerré los ojos y recordé lo sucedido.

Flash back

- Felicidades Kojaku- Sango se acercó a su hermano pequeño para darle un fuerte abrazo.
-Gracias hermana- Sango seguía abrazándolo y Kojaku empezó a poner cara de asfixia.
-Sango creo que ya vale, si no, lo vas a ahogar- Se separo de su hermano y le dio un regalo, este lo cogió y lo dejo sobre la mesa más cercana con una gran sonrisa y un “gracias”.- Felicidades Kojaku-

Le abrace y le di su regalo, hizo lo mismo que con el de Sango, Hoyo que estaba detrás de mí, le dijo un felicidades al igual que todos y fue a por una bebida, yo y Sango mirábamos a una chica bastante mona de la edad de Kojaku, la que cada dos por tres le miraba mientras hablaba con sus amigas.

-¿Crees que a esa chica le gusta tu hermano?
-Puede ser… ¡Pero primero tengo que darle el visto bueno y pasar por mi prueba!
-Venga ya Sango, si a el le gusta no tiene que pasar ninguna prueba estúpida, y tu siempre te pasas con esas pruebas.
-Oye, con ese método le libre de algunas…
-Ya Sango, no hace falta que me digas más- La música empezó a sonar, por lo que todos estuvimos bailando y riendo hasta que llamaron a la puerta, Sango fue a abrirla y yo la seguí después de tomar un refresco, al llegar vi a Sango con una muy mala cara entre enfado y sorpresa. Era una chica, a primera vista muy parecida a ella salvo que llevaba el pelo rubio y más largo, y sus ojos eran de un azul cielo.

-¿Se puede saber a que has venido?
-Pues a que va a ser, he venido al cumpleaños de mi primo.
-¡Venga ya! No te has molestado siquiera a venir a las reuniones familiares en navidades, ni a otros cumpleaños. ¿Y ahora de repente te da por aparecer?

Su rostro no paraba de darme vueltas por la cabeza una y otra vez, hasta que reaccione. ¡Es Rain! La prima de Sango, que siempre nos rompía las muñecas, nos culpaba de sus trastadas y la que se llevaba siempre a todos los chicos, cuando intentábamos confesarnos a alguno. Era ella, salvo que ahora llevaba el pelo rubio y lentillas, llevaba un chaleco de cuello alto negro y una minifalda roja con unas botas altas con tacón de aguja.

Pasó a dentro para dirigirse a Kojaku el cual al verla parecía quedarse al menos igual de sorprendido que su hermana. Sango cerró la puerta de mala gana y se acercó hasta mí pisando fuerte, si no fuese por que la música que sonaba fuerte, abría retumbado toda la casa.

-No entiendo que le a echo venir.
-Yo tampoco Sango, pero seguro que no es nada bueno- Miremos entre la multitud, pero la perdimos de vista por lo que empecemos a hablar hasta que llegó Hoyo.
-Debo de marcharme unos minutos, intentaré no tardar mucho.
-Está bien, ten cuidado.
-Lo tendré- Me dio un corto beso y fue hasta el pasillo de la entrada, escuche como la puerta se abría y cerraba, a la media hora más o menos, decidieron cortar la tarta, Sango y yo fuimos a por los platos, cubiertos y demás.
-Kagome, olvide la cámara de fotos, ¿podrías traerla?
-Claro, ¿dónde esta?
-En el segundo cajón de mi mesita, la digital, no la de carrete.
-De acuerdo.

Subí a su habitación y en el segundo cajón encontré las dos cámaras, no entiendo por que Sango insistía en guardar esa antigualla, cogí la digital y volví a cerrar el cajón, me disponía a marcharme pero me detuve al ver lo que me pareció un poster de ese cantante, que nunca recordaba su nombre, su música era de esas góticas que tanto le gustaba a Sango, ella insistía en que solo le gustaba por su música y ahora al abrir la puerta de su gran armario negro, me encuentro con un poster bien grande de él.

Salí de la habitación, escuché unos ruidos y unas voces procedentes de una de las habitaciones, según me iba acercando conseguí reconocer las voces, eran Hoyo y Rain “¿No se supone que Hoyo se había marchado, y que hace aquí con Rain?” no escuche nada salvo risitas procedentes de Rain y el sonido de ropas, cegada por los celos e imaginando lo que podrían estar haciendo abrí de golpe la puerta.

No podía creer no que estaba viendo, Rain tendida en la cama de los padres de Sango sin su chaleco y a Hoyo encima suyo besándola y tocándola hasta que me miro. No dijo nada y yo salí corriendo con lágrimas en los ojos, en el piso de abajo, al final de las escaleras vi a Sango la cual me preguntaba “¿Qué ha sucedido Kagome?” de di la cámara y salí de la casa, Sango no tardó en venir tras de mi.
-¡Kagome ¿Qué a sucedido?!-Dijo alarmada, la miré y la abrace, es lo que más necesitaba, a alguien a mi lado.

Ella me abrazo fuertemente mientras me acariciaba el pelo y me susurraba palabras para que me calmase, un poco más calmada nos sentemos en el césped y apoyé mi cabeza en su hombro mientras le contaba lo sucedido, su reacción fue tal y como me lo esperaba, algunos gritos, insultos y amenazas dirigidas a Hoyo y Rain. Al rato escuchemos pasos que se acercaban, yo no me molesté en mirar mientras que Sango sí.

-Tu maldito bastardo como te atreves a acercarte después de…
-Sango me gustaría hablar con Kagome a solas si no te importa.
-Pues claro que me importa, ella es mi mejor amiga y no pienso dejarla sola contigo después de lo que acabas de hacer.
-Déjalo Sango- Me sequé los ojos con la manga y me levanté mirándole fijamente.-Y tu… ¿Cómo has podido?- Miró hacia otro lado mientras que soltaba un suspiro de superioridad para volver a mirarme.
-Kagome llevo más de un año y medio saliendo contigo y aun no hemos hecho nada, siempre me dices que no estas preparada ¿Qué esperabas que hiciese?
-Eres un maldito cabrón le di una bofetada con todas mis fuerzas y me encamine a la casa para seguir con la fiesta.-Y por si no estaba claro ¡Hemos terminado!

Fin Flash back

-Pero la verdad es que me alegro, me alegro de haberme librado de él.
-Tienes razón- Sango empezó a reír.- ¿Recuerdas la cara que puso cuando le di?

Flash back Sango

Kagome volvió a caminar a la casa.

-Espera Kagome- Se paró y me miró, me acerqué a Hoyo y le dije.- Esto por acostarte con Rain- Le pegué con mi puño usando todas mis fuerzas.- Y esta por Kagome- No me importaba si llevaba falda o no, le di una patada bien dada en sus partes, Kagome miró sorprendida y luego empezó a reír.

Fin Flash back Sango

-Como olvidarlo, pero Sango tengo que marcharme llego tarde al trabajo y…
-Tranquila Kagome, ya fui a hablar con Sesshomaru y le dije que hoy no iras a trabajar, además de que le conté lo de Hoyo.
-¡Sango! Fu ahora me dirá una y otra vez, sabia que ese tío no era de fiar y más cosas.
-La verdad es que se le notaba ciertamente feliz.
-¿He?
-Olvídalo, y vamos a comernos ya estos pasteles.

Nos sentemos en el suelo frente al sofá y coloquemos los pasteles en la mesita, Inuyasha llegó cuando estaba cogiendo un pastel y empezó a mirarme con ojitos. –No Inuyasha, sabes que no puedes.

-¿Es que este perro nunca aprende?

Estuvimos bastante tiempo hablando, la verdad es que me sentía mejor y no volví a recordar ni un momento a Hoyo.

-Va Kagome, vallamos a los mercadillos.-Que bien me conocía, creo que demasiado.
-Esta bien Sango, tu ganas-Cogí el bolso y las llaves de casa.

Nos llevemos todo el día dando vueltas, por la noche me llevo a bailar, como siempre aquel local estaba lleno de gente, Sango miraba a un chico y a otro, de vez en cuando iba a bailar con alguno, pero al poco volvía a sentarse a la barra junto a mi, hasta que un chico alto, de ojos azul oscuros y pelo azabache se acercó para sacarla a bailar, llevaba una camisa blanca y unos pantalones negros, estuvieron toda la noche bailando y hablando hasta que yo sentí que no iba a aguantar más de lo tarde que era y las copas que llevaba.

-Sango creo que debemos de marcharnos ya, es muy tarde.
-Esta bien Kagome, nos vemos-Refiriéndose a aquel chico, caminemos hasta su coche donde comenzó a contarme cosas, como que se llamaba Miroku Tanay, su número de móvil y mas cosas, yo ya estaba muy cansada por lo que apenas me enteraba de lo que decía.

Era muy tarde por lo que me quede a dormir en la casa de Sango, al llegar se quitó los zapatos, se tendió en la cama y así mismo se quedó frita, sin cambiarse ni nada.

-Y la que parecía cansada era yo- Deshice la cama como pude y la tapé con la corcha, fui a la habitación de al lado y cogí un pijama que ya tenia preparado para cuando me quedase, es… mi otra casa.
Me cambié de ropa y salí al balcón, verdaderamente hacia una noche muy bonita, vi una estrella fugaz pasar, cerré los ojos con fuerza y pedí un deseo, cuando los abrí ya no estaba.
-Que estupidez, los deseos no se cumplen.- Volví a la habitación y me acosté.

A la mañana siguiente Sango me llevó al trabajo, por lo que parecía Sesshomaru se las apañaba perfectamente y me insistió en que me tomase el día de hoy y el de mañana libre, por lo que volví a mi casa.

Al llegar me extraño no ver a Inuyasha, empecé a mirar a un lado y a otro mientras lo llamaba, en mi habitación escuché un ruido por lo que fui a ver, al abrir la puerta me encontré a un chico alto de melena blanca platino, bastante larga, aquel chico iba totalmente desnudo por lo que di un fuerte grito.

Pareció molestarle bastante ya que se colocó las manos como reacción para no escuchar, pero lo raro es que no se las colocó a los lados de la cabeza… si no ¡Encima, tenia las orejas arriba de la cabeza!

-¿Quién eres? ¿Qué quieres? ¿Qué haces en mi casa? Y sobre todo ¡¿Por qué estas tan tranquilo?!


Hasta aquí lo dejo, siento muchísimo el retraso de veras, luego si puedo cuelgo otra conti y muchísimas gracias a todos por sus post, os lo agradezco muchísimo.
Chao!!

 

Re: Mi perro, mi amante(InuxKag)

Ola!!! Siento mucho, pero voy aretrasarme un poco en la conti, he tenido unos pequeños problemas con el ordenador ademas de algunos cuantos examenes por lo que no he podido escribir, pero la colgare cuanto antes.
Chao!!

 

Re: Mi perro, mi amante(InuxKag)

Ola!! Siento muchísimo el retraso de veras, pero he tenido muchos contratiempos, pero por fin puedo poner conti, espero que os guste!
Capitulo 3: Enseñanza (Primera parte)


Aquel chico me miró de arriba abajo, me sentía incomoda ante su mirada a demás de que no podía evitar sonrojarme ante su desnudes, agitando la cabeza para evitar mirar salí de la habitación en dirección al baño para coger una toalla. Una vez regrese le lance, cerré los ojos para evitar mirarle, a los segundos los volví a abrir, cuando le miré llevaba la toalla atada por debajo de los hombros y con las manos se sujetaba el borde de la como yo hacía al salir de la bañera.
Me acerqué hasta él, le desate la toalla y sin mirar se la até en la cintura, volví a abrir los ojos y le miré a la cara que mostraba una amplia y deslumbrante sonrisa donde mostraba una pequeña partede los colmillos algo más grandes que los de un humano normal, me aparte de él.

-Ahora responde a mis preguntas, ¿quién eres y qué haces en mi casa?
-Soy Inuyasha y vivo aquí.
-Eso es totalmente imposible, yo vivo sola con mi perro, además, no hay nadie que se llame Inuyasha.
-Claro que es posible, tu misma me lo pusiste.
-Que yo… ¿Qué?- Es imposible que este chico fuese mi perro, aunque desde aquel día… casi nada es imposible.

Flash back

A los dos días desde que Inuyasha había llegado volví a pasar por las mismas calles que pase hasta llegar a la tienda, no había ninguna obra, extrañada me acerqué a una mujer que pasaba por allí para preguntarle.

-Perdona, ¿No había una obra por estas calles?
-¿Obras? Que va, por estas calles no hay obras desde hace un año.
- Gracias- Todo aquello era muy extraño, volví corriendo a casa cuando abrí la puerta, me quede algo sorprendida al ver a Inuyasha con la ropa que había dejado sucia del ayer en la en dirección al baño, estaba bastante gracioso, cuando se dio cuenta de mi presencia soltó la ropa y se vino corriendo hacia mí.

Fin flas back

“Podía ser él, pero no tengo ningún modo de comprobarlo” Le miré fijamente a los ojos, unos ojos que solo había visto en un ser, y ese era mi perro, no cavia la menor duda de que era él.

-Si de verdad eres Inuyasha, tendré que conseguir ropa para ti, mientras voy a comprar no salgas, no le abras a nadie.
-Como he estado haciendo hasta ahora.

Salí de la casa y me marché al centro comercial, entré en algunas tiendas a mirar la ropa de hombres, no sabia que talla usaba, solo sabia que estaba delgado y en forma… cogí algunos pantalones y algunas camisetas y sudaderas, “espero tener buen ojo” pagué las ropas y me marché corriendo a casa, en la puerta me encontré con Sango.

-¡Kagome, menos mal que llegas, llevo horas llamando!
-Deberías de haberme llamado al móvil.
-Cierto, ¿que llevas ahí, ropa de hombre? Que pasa Kagome. ¿Metes a un hombre en tu casa y no pensabas decírmelo?
-No Sango, no es lo que tú crees.
-¿Ah no? ¡Pues abre la puerta venga!- “¿Ahora que hago? No puedo dejar que Sango descubra a Inuyasha, ¿que le voy a decir si no? Es Inuyasha mi perro que se ha convertido de la noche a la mañana en humano por arte de magia.

Abrí la puerta y allí estaba él, sentado en el sofá, tranquilamente, Sango se quedo pasmada al verlo y yo también, más bien, me quede de piedra, mi mundo acaba de hundirse como el Titanic.

-Hola Kagome y Sango.
-Tú no serás… ¿Inuyasha?- No me lo podía creer, como sabia Sango que él era Inuyasha ¿Serán poderes de gótica o algo así?
-Pues… si…
-¡Wa! No me lo puedo creer el hechizo funciono- Mi celebro reaccionó.
-¡¿Hechizo?!De que hechizo estas hablando Sango…
-Pues veras Kagome, como te veía tan deprimida por lo de Hoyo, quería ayudarte, y vi en un libro de hechizos uno que podía transformar a un animal en una persona, pero creo que se me fue el tiro por la culata- Rápidamente me di cuenta a que se refería, a sus orejas de perro, me acerqué a Inuyasha y dejé las bolsas junto a él.
-Aquí tienes ropa, coge la que quieras y te cambias en el cuarto- Hurgó entre las bolsas para sacar unos vaqueros y una sudadera roja, sacó unos boxes y se quedó mirando.
-¿Para que es esto Kagome?- Instantáneamente me sonroje y mire a Sango, pareció comprender lo que quería. Ya que se acercó a Inuyasha y se lo explico.

La gran tarea de mi vida, enseñar a un perro humano, por llamarlo de alguna manera a ser como una persona normal, cuando acabó de vestirse en mi habitación, salió y me llamo para que lo viese, hay que admitirlo estaba… no tengo muchas palabras para describirlo, el pantalón le quedaba ajuntado y la sudadera algo pegada. Miré a Sango la cual se lo comía con la mirada, ¿y como no hacerlo? Pero el no apartaba la mirada de mi.

-Te queda muy bien- “Más que bien”- Pero ¿No te queda algo apretado?-“Ni hablar le queda perfecto, para…” agité la cabeza para apartar los pensamientos que se me venían a la mente.
-Kagome creo que deberíamos de enseñarle las cosas más básicas, además hay otra cosa.
- No me gusta nada tu tono Sango, ¿es algo malo?
-Como ya sabes todos los animales tienen un periodo de estar en celo.
-Si.
-He Inuyasha no es una excepción por lo que no podría ser un hombre normal y solo podría estar con una mujer en ese periodo.
-Me estas asustando Sango, no querrás decir.
-Que tu tendrás que cambiar eso, por así decirlo- Mi cara enrojeció lo máximo posible, ¿Cómo pretende Sango que yo enseñe a un hombre cosas sobre las relaciones sexuales y sobre todo a “Estar en celo cuando quiera”? Yo que tengo tan poca experiencia en eso, como una adolescente que acaba de tener su primer novio.
-Kagome yo me marcho he quedado.
-¿Quedado con un chico?
-Pues… si.
-Con que por eso ibas tan arreglada hoy.
-Quería causar buena impresión para nuestra primera cita.
-Esta muy bien Sango, seguro que le impresiona.- La acompañe hasta la puerta como de costumbre para después volver a donde Inuyasha.
-Haber por donde empezamos.

Hasta aquí lo dejo, es un poco corta para mi gusto, antes la tenia más larga pero se me borro T-T
Un poco más a delante os cuelgo el dibujo.
Chao!!!