Personajes: Kakashi ; OC Extensión: one shot Género: drama, romance, lemon Pecado: Lujuria Nota de autora: Iré subiendo en esta colección, los pecados capitales protagonizados por Kakashi y Fuyuki, un OC que creé para él. No será largo, así que espero, lo disfruten. Mi pasión entre tus dedos No sabía cómo no se le había ocurrido antes. Kakashi estaba tan lleno de trabajo que le había cancelado tres citas, no le iba a dar el lujo de que subiera su racha a una cuarta. Entendía que la aldea era una amante exigente, pero para exigentes, no había nadie mejor que ella en la materia. Él se merecía un buen descanso junto a su novia y Fuyuki estaba mucho más que decidida y con ideas para dárselo. Fuyuki, era tan hábil como descarada ¡terriblemente osada! Posiblemente, cualquier otra persona no se hubiese lanzado a tal acción como ella lo había hecho, haciendo una técnica de transformación para verse igual que su novio ¡y alá! Ahí empezaba el primer paso de su gran plan: conseguir tiempo libre para Kakashi así lo pasara con ella. Y tenía todo meticulosamente planeado, tanto así que ni en sus más duras batallas había hecho una estrategia como esa, que usualmente, a la joven le valían y se dejaba llevar por el impulso y el calor del momento. Para sus vacaciones, debía tener todo planeado hasta el último detalle. El gran problema de Fuyuki fue que no planeó el único detalle realmente importante en toda la ecuación: su novio. Había hecho absolutamente todo, desde planear y mover sus horarios como delegar el trabajo, hasta ir repartiendo las tareas a sus subordinados, uno por uno. Sin embargo, cuando volvía a su oficina muy campante y orgullosa de lo que había conseguido, se encontró con él quedando blanca de la sorpresa que le había dejado el verlo ahí ¡Y Kakashi también tenía lo suyo! Justo en ese momento, escapar le parecía una de las mejores opciones, que saltar por una ventana parecía ser la mejor opción, pero cuando él pronunció su nombre en aquel tono molesto, arrastrando cada silaba, ella supo que no tenía salvación, encogiéndose de hombros y cerrando los ojos con fuerza. Deshizo la técnica de transformación, volviendo a ser ella misma, ingresando a la oficina con su novio que estaba visiblemente molesto y eso era mucho qué decir de él. Caminar al interior de la oficina le pareció uno de los suplicios más grandes que había pasado en su vida sabiendo que él estaba molesto con ella. —¿Se puede saber qué estabas haciendo transformada en mí? —Bueno… —respondió vacilante jugando con sus dedos sin animarse a mirarlo aún, pero podía sentir su mirada irritada sobre ella aún si no lo veía directamente— yo te conseguí unas vacaciones. Los hombros de Kakashi cayeron perdiendo la postura estoica que tenía hasta ese momento recapitulando cada una de las palabras que ella acababa de pronunciar ¿Vacaciones? Él era el Hokage y el Hokage no se tomaba vacaciones. Aunque con su idea de ser el peor Hokage de la historia de Konoha, eso era justo lo que podía hacer como para seguir sumando puntos así, que no lo había logrado con la boda de Naruto y Hinata ¡Pero quizás ahora sí! Bueno, no. La idea se esfumó de su mente en cuanto pensó todo lo que tenía que hacer y el compromiso que tenía con la aldea. —Fuyuki-chan, tú sabes que eso es difícil con todo el trabajo que tengo. —¡Pero necesitas un descanso! Y yo quiero dejar de estar esperándote sin encontrarte. Él suspiró largamente. —Bien, me tomaré el día contigo —dijo Kakashi a su novia, pero su expresión le dijo que había algo más en ello mientras jugaba con sus dedos índices mirándolo de reojo. —Bueno... —¿Qué hiciste? —preguntó cansado. Cada intento de Fuyuki por hacerlo descansar sólo le traía más trabajo. —Arreglé todo para que fuera un mes —sonrió tan angelical como pudo para disminuir la tensión y el grito en el cielo que iba a pegar él, casi encogiéndose por su reacción— trabajas mucho y es justo que me compenses con un período largo juntos. —F-Fuyuki —pronunció rascándose la nuca manteniendo la compostura— tú sabes que no puedo hacer eso. Hay papeles, reuniones… ¿Qué hiciste con las reuniones? —Pues, verás… Exhaló lentamente el aire en busca de paciencia y le pidió por favor a su novia, que no intentará ayudarlo de nuevo en lo que intentaba pensar en todo lo que ella había hecho ¿por qué no tenía un día tranquilo? Posiblemente, porque tenía novia y estar con ella, podía ser una misión de alto riesgo, una de las más complicadas considerando que ella era su novia: una mujer que no tenía límites para nada. —¡Fuyuki! No puedes actuar de esa manera. Lo siento por no poder pasar tanto tiempo contigo como tú quisieras, pero no puedes tomar decisiones por mí así. Mi deber es proteger la aldea y… —Está bien —lo interrumpió con la mirada gacha al verlo enojado hablándole en ese modo tan severo ahora mismo, estaba realmente enojado, mucho más de lo que estaba cuando la había visto transformada— fui egoísta —sonrió pero tras su sonrisa, se podía palpar su tristeza como si fuera una cosa tangible, que ni aun con su mejor actuación había podido disimularlo, aunque lo había intentado. —Fuyuki, no… No le dio tiempo a hacer nada. Ella había sacado una bomba de humo y apenas se disipó, ya no estaba en la oficina, habiendo desaparecido sin dejar rastros, dejando a su novio preocupado pensando que había sido demasiado duro con ella. Se restregó la mano por la frente cerrando los ojos, exhalando el aire de sus pulmones listo para salir a buscarla cuando se topó con Shizune quien tenía consultas sobre su nuevo horario, sin darle tiempo a nada, pues, aún tenía que resolver lo que ella había hecho. Pidiéndole un instante a la mujer, invocó a Pakkun para que se encargase de encontrarla y le avisara tan pronto lo hiciera. —¿Has hecho una modificación en el itinerario? —preguntó a Shizune al dejar el asunto de la búsqueda de su novia en manos del can. —Estaba por empezar. Aunque hay cosas que quería consultarle porque… —No lo hagas. —¿Sucedió algo para que cambie así de opinión? —se notaba confundida y no era para menos. Primero el cambio completo de su agenda y ahora, la cancelación del mismo ¿Qué pensaba? —Fuyuki —pronunciar esa palabra era como para dar por solucionada toda duda, que ya se imaginaba que había hecho una de las suyas para sacar a su novio de la oficina. —Debería tomarse unos días —dijo Shizune tomando por sorpresa a Kakashi— digo, organizó muy bien sus horarios, juntas y la delegación del papeleo, asignación de misiones, informes ¡Hasta los descansos! Podría tomarse uno o dos días. O salir más temprano. La aldea ha estado tranquila y la quinta también ha estado por aquí. Yo me encargaré de cubrirlo —le sonrió la mujer amablemente. Él, aún no creía lo que había organizado su novia, quitándole los papeles de la mano y mirando las planillas, observó al detalle la dedicación entre su horario y la elaboración del mismo, que hasta en colores y con adornitos lo había hecho, algo que era obvio, él no haría y ahora entendía el desconcierto de Shizune. Al verlo, sonrió y pensó en que le hacía falta una secretaria así. Shizune y Shikamaru eran buenos, pero ninguno como ella, quizás, porque Fuyuki tenía planes detrás de cada minuto extra que conseguía hacer en su apretada agenda, no le importaba eso realmente si podía ser tan buena como lo demostraba, de paso, hallaría algo en qué mantenerla ocupada y quizás así, la estadística de desastres de su novia y sus intentos de aprender a cocinar en su ausencia se vieran reducidos. Le dio las gracias a Shizune y volvió a su oficina esperando noticias de Pakkun mientras seguía revisando todo su itinerario. Jamás había tenido a alguien que pusiera tanto esfuerzo en pasar tiempo con él, normalmente, si no se podía por una cosa u otra, quedaba para una próxima vez y estaba acostumbrado a eso, a dejarlo, a que pasara. Con Fuyuki no existían las próximas veces, se las ingeniaba para que fuera en esa ocasión y no hubiera postergaciones, siempre y cuando él se lo permitiera, que a veces, no podía y a regañadientes tenía que hacerla entrar en razón. No sabía qué hacer con ese sentimiento de ser tan especial para su novia, no sabía cómo actuar ante toda esa dedicación y devoción que ella le profesaba: jamás se había sentido tan amado por nadie y ella llegaba a cambiar todo. Y sin saber qué hacer, tampoco sabía qué hacer con lo que había sucedido antes. Era bien sabido por Kakashi, que si se trataba de huir, no había nadie mejor que ella. En su vida de criminal se la había pasado huyendo, había huido de su casa tomando un rumbo diferente su vida por huir y ahora, volvía a hacerlo. Entendía que lo más importante era difícil de enfrentar y eso era lo que solía suceder con ella. —La encontré —Pakkun saltó sobre su escritorio haciendo que Kakashi se levantará cual resorte de su asiento y lo siguiera. El camino guiado por el niken lo llevó hasta el bosque en donde la encontró subida en la rama más alta de un árbol, abrazando sus piernas. Le dio las gracias al can y subió hasta el lugar donde ella descansaba. Esto sólo la tomó por sorpresa haciendo que casi cayera de la misma de no haber sido por los rápidos reflejos de su novio que la atraparon al instante, atrayéndola contra su pecho en un fuerte abrazo. —¿Qué haces aquí? Tienes cosas qué atender —dijo ella poniendo sus manos contra su pecho y separándose de él. —Lo único que tengo que atender es cierto asunto contigo. —¿Sigues enfadado? —preguntó mirándolo de soslayo. Aun no se atrevía a enfrentar sus ojos con los suyos por el miedo a ver la desilusión en su mirada. —Un poco. Podría haberlo resuelto mejor. —Está bien —respondió ella fingiendo una sonrisa. —No lo está ¿Qué pasa con esa actitud? —Intento ser una mejor novia para ti. Una comprensiva, paciente y que se acostumbre a estar sin ti muc… —Kakashi se había bajado su máscara tomando el rostro de Fuyuki entre sus manos y silenciándola con sus labios. Lejos de que eso funcionará, sintió sus manos humedecerse ligeramente por las lágrimas de su novia. No pudo mirarlo, negando con su cabeza antes de apoyar su frente contra su pecho, inquieta, dolida, con las lágrimas desbordándose de sus ojos. Fuyuki estaba en esos escasos momentos en que no sabía cómo actuar. Una parte de ella quería tirarse encima de él y no soltarlo más y la otra, le decía que debía aprender a no causarle problemas. Había llegado a su límite de tantos días de esperarlo saturado por el trabajo, sabiendo que sería al siguiente, siguiente, ella quería formar parte de su agenda, y aunque había encontrado el modo sólo terminó ocasionando más problemas. —Fuyuki, tú no tienes que intentar ser nadie más que tú misma —apoyó su cabeza en su hombro, abrazándola fuertemente. —Pero sólo te he estado causando problemas. Y tú eres tan lindo conmigo y yo no… —Fuyuki-chan —la interrumpió separándose de ella y haciendo que sus miradas se encontraran. Sus ojos ámbar aún se veían cristalinos por las lágrimas, y a pesar de todo, verse reflejados en ellos le parecía una bendición, una de esas que no había podido saborear en mucho tiempo— mi vida era muy aburrida antes de ti. Podría jurar que hay un antes y después de ti en todos los sentidos posibles. No necesitas cambiar nada. Yo —la tomó del mentón e hizo que sus miradas se encontraran una vez más al ver que ella intentaba evitarlo para que no la viera llorar— intentaré salir más temprano del trabajo para estar contigo —le dijo dándole un beso en la mejilla— procuraré llegar temprano a nuestras citas —le dio un beso en la otra mejilla— y no volveré a dejarte plantada —le dio finalmente un beso en los labios que ella correspondió apasionadamente, olvidándose de todo en el sabor y la calidez de su boca. Acarició su espalda y la recostó en la rama con la suavidad de quien maneja una pieza del más fino cristal, sin perder el contacto con sus labios hasta que les faltó el aliento. Estaba entre sus brazos y se olvidaba de todo: del tiempo, de los protocolos, de los problemas, se sentía tan pequeña entre ellos, sintiendo con más fuerza la necesidad de protegerla y darle todo lo que podía darle, porque esa pequeña mujer, tan fuerte como un mar embravecido y tan frágil como un jarrón de la dinastía Ming, le había dado todo. Kakashi podía decir y se quedaba corto siempre, que era realmente feliz al sentirse tan amado por ella. Y quería ¡Necesitaba! Demostrarle todo eso con urgencia. Kakashi deslizó sus manos por su cintura y fue acariciando con suavidad su cuerpo, deteniéndose en sus muslos moviendo sus manos de manera circular sobre sus ropas, delineó su silueta desde la barbilla hasta sus piernas. —Kakashi-kun —pronunció Fuyuki en un suspiro acomodando sus manos en la nuca de su novio— ¿estás seguro? Sé que este tipo de sitios no son de tus favoritos. Podemos ir… a un lugar más privado. —Cualquier sitio es mi favorito si estás tú en él —le dijo plantándole un fogoso beso en los labios ayudándose con sus manos a levantar levemente la cintura de Fuyuki y bajar su pantalón, dejándola tan sólo con su ropa interior soltando sus labios para continuar besando su rostro y descender por su cuello, desprendiendo la camisa de ella dejando sus pechos al descubierto, que tenía la mala costumbre de no usar nada arriba. Sin dejar de mirarlos, los tomó entre sus manos y los masajeó, llevándose uno de ellos a su boca, arrancando más de un gemido de gusto de su novia. Esos dedos largos que acariciaban con tanto cariño a sus libros, ahora estaban en su cuerpo, recorriéndola con amor, y ella, se sentía tan bien que no cabía en sí misma como si la felicidad fuera capaz de esparcirse en ella con sólo sentir sus caricias sobre su piel. Fuyuki hizo un intento por levantarse y cambiar los lugares, pero su novio se lo impidió, aprisionando sus manos entre las suyas y apretando su entrepierna con la de ella, haciendo que dejara escapar otro gemido de sus labios a causa de eso. —Esta vez, te quedarás quieta —le dijo con una sonrisa de oreja a oreja, susurrando contra su oído, haciendo que se le pusiera la piel de gallina a la joven al sentir el aliento de él contra su piel. —Pero quiero darte placer también —se quejó en un siseo intentando mover sus piernas que estaban alrededor de su cuerpo sin que él la dejara al sostener sus muslos. Ella rebatió con la mirada su accionar, pero no dijo nada. —Siempre lo haces, te quedarás quieta ahora —al oír su voz cargada de erotismo, no supo que decir, mordiéndose el labio. Pero cuando él vio que abrió su boca la calló con sus labios, haciendo que ella quedara sin palabras y acabara cediendo al jugueteo de su lengua en su boca. Ese hombre la traía loca de maneras que no podía imaginar ni explicar. Y sabía que podía manejarla a su antojo si sabía jugar bien sus cartas, como ahora, era víctima de sus besos y tras aquel mordisco que le dio en su labio, de manera tan erótica, ya no hubo instante para la razón ni por una breve fracción de segundo. Descendió por su cuerpo desnudo con su boca acompañada de sus manos, con delicadeza, con el deseo dejando el camino marcado sobre su piel, llegando a su entrepierna y separando un poco más sus piernas luego de dejar la ropa interior a un lado. Le sonrió y ella no pudo hacer nada cuando sintió su lengua jugando entre sus labios. Kakashi lamió, besó y mordió levemente sus labios y botón haciendo que su novia pronunciara su nombre entre gemidos más de una vez. Se sentía tan bien cuando la acariciaba de esa manera, exploraba su cuerpo y la hacía temblar de gusto que sentía que podía derretirse entre sus dedos. —Kakashi-kun… yo… —gimió cuando mordió su botón deteniendo sus palabras de golpe. Arqueó su espalda cuando sintió el calor recorriendo su cuerpo como una corriente eléctrica habiendo llegado a la cumbre tan sólo por él, como si un huracán se desatara en ella. Aunque su novio no tenía intenciones de que llegaran sólo hasta ahí, relamiendo sus labios y observando la expresión de Fuyuki entrecerrando los ojos y con su respiración agitada, con sus pechos subiendo y bajando al compás de su respirar, se colocó entre sus piernas y entró en ella. Ellalo abrazó con fuerza enroscando sus piernas alrededor de la cintura de él, amándose despacio, como si el tiempo no corriera al estar juntos. Moviéndose a un ritmo placentero que los llevó a olvidar reprimirse con el deseo por el otro aumentando como si no existiera un tope posible para los dos. Saboreando cada sensación en la piel, en el cuerpo, en el alma hasta llegar al cielo. Con la respiración irregular y acalorados por el ejercicio, se miraron a los ojos durante un instante y se besaron diciéndose de esa manera que no había otros ojos en los que querían verse reflejados ni habría otros labios que querrían probar que no fueran los que estaban besando. Kakashi se sentó con la espalda contra el tronco y acomodó a Fuyuki entre sus piernas, cubriéndola con sus brazos, tomando una de sus manos y quedándose mirando sus dedos. —Creo que hay rastros de mi piel entre tus uñas —le dijo dándole un beso en el cuello. —Lo siento —dijo ella haciendo la cabeza hacia un lado. Él apoyó su mentón en su hombro y él la apretó más contra su cuerpo— es tu culpa. —Yo no tengo la culpa de que me arranques la piel a arañazos. —Claro que sí, me provocas y ahí tienes las consecuencias —volteó ligeramente su cabeza hacia él, dándole un beso en la barbilla— te mimaré el doble hasta que sanen. —Tendrás que mejorar esa apuesta —la retó dándole un nuevo beso, esta vez, dejándole una pequeña marca en la piel. —¿Qué es lo que quieres? —No te lo diré. Tendrás que esforzarte pensando en una forma de compensarme —insistió él viendo a Fuyuki hacer un mohín, estaba a punto de hacerle una rabieta. La tomó del mentón y le dio un beso en los labios— tenemos un par de días de vacaciones para que lo pienses. Ella se levantó como si el suelo quemara cuando le dijo eso, olvidándose de que tenía la camisa abierta y que sus pechos estaban al descubierto. La mirada de él se dirigió hacia esa zona, tomando la prenda entre sus manos y cerrándola para que no anduviera mostrándose así nomás. Le dio un beso en el escote y cerró el último botón. —¿Lo dices en serio? —Un par de días, a dónde quieras. No fue que lo terminara de decir y ella ya se había lanzado a abrazarlo y a llenarlo de besos, más que contenta de poder estar, aunque fuera poco tiempo, a solas con él. No era como ella quería ni lo sería, pero era un paso para ganarse un poco más su corazón. Fuyuki ya se había entregado en cuerpo y alma a él y no había vuelta atrás, como era ella, era a todo o nada, que las apuestas a medias no iban con la personalidad de aquella mujer. Y eso aplicaba también a cuando amaba y amaba con locura a Kakashi. Sabía que su felicidad estaba ahí, entre esos brazos tibios que la estrechaban sintiendo la respiración de su novio contra su piel, su latido sereno en su pecho, sus besos que le prometían el cielo, su pasión entre sus dedos.
Yo iría hasta el fin del mundo con él si lo desea (? O SEA, ¿cuánto le podría durar el enojo por algo que al final lo va a beneficiar? Eso fue, HOT. No había leído nada tuyo subido de tono, pero valió la pena, vas describiendo de una forma encantadora, que hace que no sea vulgar, pero sigue siendo candente. Jajajajaja epic, a lo mejor le falta un pedazo en la espalda. Culpa de él (?