Mi mejor amiga He vuelto, algunos usuarios ni se deben acordar de mi, pero espero haya algunos por aqui que aun me recuerden y tengan tiempo de darle una pequeña leida a esto y a los que no me conoscan que tengan la oportunidad de leer una pequeña historia y opinar sobre la misma, también se los agradecere. Gracias :) “Mi Mejor Amiga…” Mi corazón palpita cada vez más rápido mientras camino hacia la caja, es un día muy triste, pero además de la tristeza, siento un poco de remordimiento… más bien, mucho remordimiento, tengo esa sensación de arrepentimiento que se ha añejado en mi corazón durante tantos años que si de poderse, destilaría aquel sentimiento para volverlo el más delicioso licor… Cada paso que doy es un recuerdo vivido, es una nostalgia que se va consumiendo, como la vida de ella que ya se ha consumido. Voy a la mitad de camino, ¿cuál es este recuerdo? Ah claro, el día en que la conocí… -Tan enérgica, tan bella, tan… tan… tan perfecta. Ella se acerco a mí preguntándome información sobre un salón ya que era nueva en la escuela, a lo que yo le respondí que yo también era nuevo pero también buscaba ese mismo salón. Intercambiamos nombres, entre otras palabras, caminamos juntos hasta encontrar nuestro salón y así comenzamos un año escolar juntos.- Recuerdo como solíamos reírnos de tantas tonterías, pues claro, éramos jóvenes e ilusos, aunque ella siempre fue más madura que yo, le encantaba reírse de mis actos infantiles, ella decía que le recordaba a como ella solía ser antes, a lo que yo le pregunte… ¿por qué cambiaste? -Estábamos sentados viendo las estrellas juntos confesándonos tantos secretos, fue ahí cuando ella me confesó que su madre había muerto hace un par de años por eso ella tuvo que madurar mucho más rápido y tratar de suplir el lugar que había dejado su madre, tenía que cuidar a su hermana menor como si ella fuese su madre, ahí fue cuando su niñez murió. Yo la abrase y le obsequie un beso en la frente a lo que ella reacciono muy agradecida, me dio un beso en la mejilla y me dijo: “Eres mi mejor amigo”.- Recuerdo que esas palabras me llenaron de una alegría muy grande, pero al mismo tiempo se sentía muy vacía, porque aunque me gustaba la idea de ser tan unidos, no era lo que yo quería, yo quería ser más que un amigo, quería decirle que la amaba, que significaba todo para mi, decirle lo hermosa que es, confesarle las tantas emociones que despertaba en mi ser, pero simplemente no me atrevía porque me decía a mí mismo, como es posible que ella se fije en mi… con ese miedo grabado en mi mente, no podía hacer otra cosa, más que conformarme y aceptar ser su mejor amigo, digo… no estaba tan mal, ¿cierto?... Tantos años pase yo a su lado, deseándola tanto, cada vez que me abrazaba me encantaba oler su cabello, sentir su corazón latiendo al ritmo del mío; me encantaba acariciar su suave piel que se sentía como la más fina seda, me encantaba todo de ella. Al mismo tiempo me moría de celos cada vez que me contaba acerca de algún chavo, cuando me describía sus maravillosas citas yo siempre tenía una sonrisa fingida mientras que apretaba el puño y me preguntaba porque yo no podía tener la oportunidad de ser la persona de la cual ella hablara, de la cual ella se enamorara… pero ni modo, este es mi lugar, soy el mejor amigo… el pañuelo de lagrimas. Sigo caminando lentamente, tratando de retrasar paso a paso el momento en que llegue a mi destino, esa triste caja que encierra tantas ilusiones y esperanzas, tantas alegrías y tristezas, tantos recuerdos, tantas memorias, tantos significados. Ahora llega a mi mente otro recuerdo tan especial… -La noche de la graduación, como su pareja había enfermado y nosotros nos habíamos prometido que si para el día de la graduación no teníamos pareja iríamos juntos como mejores amigos, así lo hicimos, bailamos toda la noche, ella se veía tan magnífica con su vestido largo color negro, más elegante que la reina de un vasto imperio, más brillante que la estrella más grande en el cielo, más hermosa que la más perfecta rosa. Jamás me canse de sujetar su mano fuertemente, de tomarla de la cintura mientras bailábamos al compás de la música, jamás me canse de mirar sus tan perfectos ojos cristalizados que eran una ventana al paraíso que tenia ella por alma. Al terminar nuestro baile de graduación la acompañe hasta su casa, ella se despidió de mi diciéndome que había pasado la mejor noche de su vida, me dio un beso en la mejilla y me dijo gracias por todo… eres el mejor amigo que alguien pudiese desear.- Saben… no me puedo quejar, hablaba con ella diario, compartíamos experiencias, risas, tristezas, siempre íbamos agarrados de la mano, abrazados… pasábamos tantas cosas juntos y todas tan bellas, era una grandiosa amistad, pero… porque este sentimiento de vacío entonces, eso me preguntaba día a día, hasta el día en que sentí que la perdí para siempre, el día de su boda… -Era una hermosa tarde, toda la gente vestía de gala con trajes y vestidos, nos encontrábamos dentro de la catedral bellamente adornada, yo me situaba a un lado del altar, pues claro, era el padrino, justo a un lado del novio… justo a su sombra. Comenzó a sonar la marcha nupcial y ahí estaba ella, el amor de mi vida caminando hacia el altar, valla ironía, mientras más cerca la veía, mas lejos la sentía, porque yo sabía que al llegar al altar se casaría con aquel hombre y entonces si la perdería por completo, pero yo nunca deje de sonreír, era el padrino, su mejor amigo, era un grandísimo honor, ella me sonrió y susurro un “gracias” con aquellos tiernos labios que eran objeto de mi deseo constante, ese día la perdí… la perdí para siempre. O al menos eso creí.- Pero la verdad es que aquel día no la perdí para siempre… no, hoy es el día en que realmente la pierdo para siempre, porque por fin he llegado a mi destino, este ataúd de madera que contiene el cuerpo inerte del amor de mi vida, la mujer que yo siempre desee y que nunca me atreví a confesarle mi amor, por miedo a un rechazo, por miedo a perderla, decidí jugar de manera segura, sin riesgos, pues lo sigo pensando, como una mujer como ella podría fijarse en un hombre como yo… Al despedirme de mi mejor amiga, me dirigí a darle el pésame a su hermana que ya era toda una señorita, ella me dio las gracias y además saco de su bolsa un pequeño paquete el cual me lo entrego, sus palabras fueron: “Este es el diario de mi hermana, ella quería que tu lo tuvieras a sí que me pidió hace un tiempo que si algo le pasaba te lo entregara a ti.” Le agradecí y me retire del funeral, me obsequio su diario… bueno creo que es algo normal, después de todo siempre fuimos mejores amigos, seguro que nada que este escrito ahí será nuevo para mí, pues ella me lo contaba todo. Entonces llegue a mi casa, me senté en un sillón y decidí leer el diario, cosas de su niñez, la tristeza de perder a su madre, el cuidar de su hermana… oh que tenemos aquí… habla de mi…. De su mejor amigo… soy un idiota, un estúpido… cómo es posible, ¡no es cierto! Mis ojos se llenaron de lagrimas, mi corazón palpito con agresividad, comencé a sudar, no puedo creer lo que acabo de leer… cito sus palabras: “el es mi mejor amigo, mi confidente, pero… como me gustaría que él fuera más que eso, quiero que sea mi novio, la persona de mis sueños, el es el mejor hombre que jamás conoceré, pero yo se que para él solo soy una amiga, por eso mejor me guardo mis sentimientos y sigo con él a mi lado… tengo un mejor amigo, que es el amor de mi vida… al menos se que siendo mejores amigos, siempre estará cerca de mi… eso no esta tan mal, ¿cierto?” Entonces me hago una pregunta a mí mismo y los invito a ustedes mismos a preguntarse esto: “¿Qué será más doloroso, decir algo y arrepentirte de haberlo dicho o no decir nada y arrepentirte de jamás haberlo hecho?” -Félix Valverde.-