Microrrelato Memorias

Memorias​

Las fotografías son usadas para registrar logros, conmemorar eventos importantes o mostrar los sueños que se persiguen desde la niñez.

Ese es el caso de las fotografías que se muestran en la mesa de noche de un piloto veterano, las cuales se encuentran junto a las fotografías de su esposa y las joyas que le pertenecieron.

Al llegar la medianoche los objetos inanimados cobran vida, y al tener las personalidades de sus propietarios, en especial las fotografías en los retratos del piloto, inician como siempre una pelea por demostrar cual de ellos fue el momento más importante durante su vida.

— ¡No hay duda que soy el momento más glorioso de la vida!— proclamó la imagen en el retrato donde fue capturado el día de su boda— Miren la maravillosa mujer con la que nos casamos, y dentro el hangar de reparaciones de jets. Este fue sin duda el mejor momento de nuestra vida— se ufano sonriente.

— ¿De que hablas?— preguntó el retrato de un muchacho uniformado de frente a un jet caza— Graduarnos con las mejores notas y ser el piloto más joven de la academia ¡Este fue el momento más importante!— gritó con gran confianza sujetando el tren de aterrizaje de la primera aeronave que pilotearía.

— ¡Todos están mal!— reclamó el retrato donde un niño observaba emocionado el regalo de navidad que recibió aquel día— El sueño que nació en nuestro corazón esa navidad fue lo que nos hizo lo que somos. De no ser por este momento ustedes no existirían. Imaginen que hubiésemos recibido un auto de carreras o un tren como regalo en lugar de este magnifico modelo a escala… — el pequeño exhibía la pequeña aeronave con actitud triunfante.

Los adultos en las demás fotografías comenzaron a despotricar en contra del mocoso que se atrevía a mostrarse tan altanero, a pesar de ser la misma persona en versión más joven.

La discusión continuó hasta que las figuras femeninas en todas los retratos llegaron con una vena latiendo en sus sienes, la vecina del niño, la compañera de preparatoria y la alegre novia.

— ¡Ya cállense y duerman de una vez!— fue la orden a gritos que luego trajo la ansiada paz a aquel lugar.

Por esa noche.