Memorias para un amor

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por Liz Blood, 19 Julio 2014.

  1.  
    Liz Blood

    Liz Blood Vanu-chan

    Aries
    Miembro desde:
    14 Julio 2014
    Mensajes:
    19
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Memorias para un amor
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2057
    Sumary: UA. Kagome se ha visto en vuelta en un pasado doloroso, por lo cual, aceptó la propuesta de ser la habitante de una isla que no se ha modernizado, sin pensarlo detenidamente; Kagome no tiene el conocimiento que en su estadía conocerá un joven misterioso que cautivara sus sentido, e intentando mantener en calma sus florecientes sentimientos, varios obstáculos aparecerán, pero ¿Las memorias junto a él serán lo suficientemente fuertes para soportarlo? —Por favor, ¡No me dejes! —fue lo que escuchó decirle antes de perder el conocimiento y que unas lagrimas cayeran sobre sus mejillas. El sueño eterno pretendía envolver a Kagome.

    Memorias para un amor.

    Pareja: Inuyasha & Kagome.

    Disclaimer: Inuyasha & Co. Aun no me pertenecen, ni tampoco los pandas, ni los unicornios y menos los Zombies, aunque si alguno quiere estar cerca a mí y devorarme, que se atenga a las consecuencias.

    Disfruten!

    Capítulo I

    Lo bueno de volver a empezar, es que tú eres quien crea tu propia historia y no va a haber nadie para que lo impida.

    Inhaló profundo al estar cerca de la salida, dejando que el aire entrara a sus pulmones, cerró sus ojos y permitió que el ambiente relajara su cuerpo; sintió la luz querer colarse a través de sus pestañas pero esto lo único que hizo fue hacer que diera una pequeña risa, por lo que por un momento cedió ante la tranquilidad que se envolvía alrededor de su ser, dejando que sensaciones olvidadas volvieran e hicieran estremecer su cuerpo de una manera magnifica; volvió a abrir lentamente sus castaños ojos y tomó sus maletas con seguridad, despidiendo la tripulación con gran efusividad, sintiendo como unas lagrimas traviesas se deslizaban por sus mejillas ante el inminente adiós, y aun así, a pesar de saber eso, con ese liquido salado deslizándose por su rostro de forma atrevida, la joven, esbozó una gran sonrisa, y palabras como: ¡Cuídate! ¡Te extrañaremos! ¡Esperamos verte pronto! ¡Abrígate bien! No se hicieron esperar mientras bajaba por las escaleras a tierra firme y sacudía su mano a manera de despedida.

    Una vez que tocó con sus sandalias el suelo, el viento hizo vuelo con su vestido azul cielo, haciendo que se levantara un poco, siendo detenido a tiempo por su maleta de mano, que puso encima. Vio a su alrededor con emoción. Las casas con aires hogareños, las personas caminando de un lado a otro sin preocupaciones, el bosque a la vista, más allá las montañas y el cielo azul, sin edificios que lo estuvieran tapando. Todo era como un sueño.

    —¡Esto va a ser sensacional! —dijo impresionada por la visión ante sus ojos.

    —Claro que si jovencita —un escalofrío paso por su espalda, al escuchar aquella voz fría y fantasmal, quiso voltear, pero antes de siquiera moverse, una persona, bajo una capa negra comenzó a caminar en dirección a la pequeña ciudad, perdiéndose entre la multitud, dejándola con intrigas.

    ¿Qué fue eso? ¿Y por que el escalofrió tan repentino que tuvo? Suspiró frotándose los brazos, y sacudió la cabeza con energía, ella estaba ahí única y exclusivamente para reiniciar su vida, dejar su pasado lleno de burlas y críticas atrás, y lo más importante, volver a empezar como una nueva: Kagome Higurashi. No tenía que estarse preocupando por algo que posiblemente no poseía sentido.

    Avanzó -dejando a su espalda el puerto que momentos antes la había recibido de manera cálida, agitando su ser-, aventurándose a las calles llenas de vida, de aquella ciudad en medio del mar. Una isla donde aun la globalización no había logrado hacer sus estragos. Sonrió a todas las personas que pasaban por su alrededor haciendo pequeñas inclinaciones, mientras buscaba la posada de Kaede, pensando que definitivamente habían personas que no servían para dar una dirección de manera adecuada.

    Caminó durante mucho tiempo, lo que le parecieron horas, en ocasiones llegaba al mismo lugar en que había partido, llegando a enojarla un poco, hasta que el límite de su paciencia llegó.

    —¡Esto es demasiado frustrante! —expresó, soltando el aire. A veces era bueno caminar y tomar el sol, pero para alguien tan impaciente como ella, no lo era tanto, si estaba intentando buscar algo en específico, antes del anochecer.

    —¿Qué cosa lo es? —preguntó una voz infantil tras suyo, haciéndola saltar del susto.

    ¿Es que acaso a la gente de ese pueblo le gusta asustar a las personas nuevas? Porque de ser así, le tocaría empezar a acostumbrarse, para no morir de un posible infarto.

    Iba a preguntarle al niño donde se encontraba el lugar que con tanto desespero estaba buscando; sin embargo, su boca se abrió en una perfecta O, al ver el establecimiento tras el pequeño cuerpo del niño ¿Cuántas veces ya no había pasado por ese sitio en específico? Comenzaba a dudar seriamente sobre sus sentidos de ubicación o sobre las indicaciones de Sota en el mapa que le había entregado.

    —Eso… —señaló con su dedo índice, la posada, el niño volteó curioso y sonrió. La nueva inquilina, al fin había llegado.

    —Pero eso no es frustrante —aclaró el niño con una sonrisa en su rostro, desenvolviendo al tiempo una paleta de colores.

    —Cuando no lo encuentras por más de tres horas, si lo es —comentó, tratando de aligerar el ambiente. —Por cierto… —dijo algo exaltada—, Mi nombre es Kagome Higurashi, un gusto conocerte —se presentó extendiendo su nívea mano.

    —Yo soy Shippo —respondió de manera automática el infante sonrojado, tomando la cálida mano de la joven frente a él. —Y vivo en ese lugar que llamas frustrante —le expreso señalándolo el lugar con su dulce, haciendo que esta vez la sonrojada fuera Kagome—. Siento no haber ido por ti —comentó avergonzado.

    —¿Por no… haber ido por mi? —preguntó dudosa, señalándose a sí misma.

    —Si —asintió Shippo, quien comenzó a caminar en dirección a la posada—. Kaede-sama me lo pidió, pero me distraje en el camino —expresó de forma inocente, creando que de alguna forma, una calidez inexplicable en el corazón de Kagome, evitando así un enfado sin sentido.

    —No pasa nada, Shippo-kun —admitió siguiéndole, observando con algo de nerviosismo la entrada de aquel lugar.

    —La pasaras muy bien —expresó el niño, quien siendo observado de manera detenida, parecía tener un cabello color rojizo, de una estatura baja y unos ojos color esmeralda profundos, tenia puestos unos pantalones café hasta las rodillas, junto con una camisa blanca y un chaleco del mismo color encima, haciéndolo lucir como un niño de las épocas de las colonias europeas.

    Entró al lugar tras el niño que amablemente la guiaba y notó que aquella posada, era más una casa. Una casa muy grande.

    —Tu habitación será la 203 —explicó el niño dándole una llave que se encontraba colgada. Vio con curiosidad el lugar donde minutos antes reposaba la entrada a su nueva habitación, y pudo notar su nombre junto con los de otras personas; sin embargo, no se pudo distraer mucho, pues fue jalada por Shippo, escaleras arriba.

    La maleta en sus manos pesaba algo, pero no se quejo. El objetivo de estar en ese lugar sin ser conocida por nadie, era volver a empezar, y lo primero en su lista era: ser más femenina.

    —Tienes la mejor vista de todas las habitaciones junto con la 103 —dijo el niño algo receloso, terminando su golosina. Kagome se rió de aquella actitud, recordándole a su hermano menor.

    Al entrar en la habitación, Kagome quedo impresionada al ver lo grande que era, había un armario instalado en la misma, junto con una cama y un escritorio, que dejaban un campo perfecto para movilizarse y dejar chucherías en donde quisiera, algunas que cajas que mandó con anticipación se encontraban en suelo de manera ordenada y sin ser desatapadas, por lo cual se sintió aliviada. Estaba tan absorta en sus pensamientos que no notó cuando Shippo había desocupado la habitación y la había dejado sola en sus pensamientos.

    —¡Comenzare! —expresó con entusiasmo la joven, estirando su cuerpo y recogiendo su cabello. Si quería dormir esa noche tranquila, debía terminar de desempacar sus cosas; sin embargo algo no estaba bien. Cuando tomó una de las moñas de su muñeca, esta se encontraba más vacía de lo normal, conociendo la cantidad de pulseras que le gusta traer encima.

    Se tocó las muñecas con impaciencia, un vacio se instaló en su estomago, llevó sus manos apresuradamente a su cuello, notando que le faltaba su cadena y que estaba sumamente pegachento. ¡Ese niño acababa de robarla! ¡Y en sus narices! Furiosa, salió corriendo del lugar.

    —¡SHIPPO! —gritó enoja y escuchó como la puerta principal se abría. Bajó apresuradamente las escaleras de manera y vio como el cabello rojizo del niño desaparecía por el umbral.

    ¡No! ¡No! ¡No! Ese collar era demasiado importante para ella, como para dejárselo quitar de esa manera sin luchar. Apresuró el paso, notando como el infante se aventuraba al bosque.

    No vayas —un susurró paso por su oídos, haciéndola detenerse por un momento, pero no prestó atención, posiblemente solo era parte de su imaginación—. Detente —otra vez esa voz volvió a sonar cerca a su persona; sin embargo, decidió ignorarla y continuar.

    Tropezó con una gran raíz, raspando sus rodillas, al no fijarse el sendero por el que iba. Volteó al lugar de donde venia y solo encontró arboles, y un miedo comenzó a invadirla ¿Dónde estaba? ¿Tanto había corrido? Intentó calmarse, y maldijo internamente a ese niño que la había robado. Si no fuera por su imprudencia, ella en ese momento estaría desempacando su ropa.

    Se paró lentamente, evitando ser brusca en sus movimientos, apoyándose contra la corteza de un gran árbol y a pesar del dolor que sentía, avanzó entre la espesura del bosque. Al menos antes de que anocheciera, ella tenía que volver a estar en la casa-posada, para no pescar un resfriado y luego estar indispuesta para su nuevo trabajo. Una sensación de alivio se vio reflejada en su rostro, al sentirse cerca de lo que parecía ser la salida, pues el intenso sol, cubriendo ese lugar, indicaba que se terminaba el espeso ambiente que creaban los arboles a su alrededor.

    Una ráfaga de viento, movió sus cabellos castaños con violencia, cegando su vista por breves momentos y en vez de encontrar una salida, encontró un cuerpo humano estático en el claro que se alzaba frente a sus ojos. ¿Estaba muerto? ¿Le había pasado lo mismo que a ella? Se acercó con miedo, notando que se trataba de un muchacho, el cual poseía una piel morena en combinación con un cabello azabache casi azulado debido a los rayos del sol. Con algo de temor posó su mano sobre la mejilla y sintió que se encontraba fría ¿Cuánto tiempo llevaría en ese lugar? ¿Nadie lo extrañaba?

    Unas lagrimas comenzaron a viajar por su rostro, sintiendo como la tristeza extrañamente invadía su ser. Entonces, abrió los ojos con sorpresa, y a su mente llegó lo que no quería. Sin lugar a dudar, terminaría como él.

    ¡Sin vida!

    Tomó con sus manos el vestido en la zona de su pecho y lo apretó con fuerza, notando como su corazón dejaba de latir, debido a la impresión que moriría perdida en ese lugar. Quiso levantarse, luchar por un momento, pero sus piernas flaquerón e inmediatamente fue a parar al suelo.

    —¿Por qué llorar? —sintió como una mano se posaba sobre su hombro y una voz masculina le hablaba.

    —¡Los zombies si existen! —gritó con todos sus fuerzas, cayendo de espaldas, sin poder evitar reparar en los extraños ojos de la persona frente a ella.

    ¿Por eso no debía ir? ¿Por qué le seguirían pegando sustos de vida?

    ¿Continuara?


    Esta historia surge en el momento menos esperado para mi, solo quise hacer un One!shot, pero la historia se extendió.

    Este fic, Memorias para un amor, está enfocado en la parte del amor, que puede superar obstáculos, pero que se necesita de las dos partes para que un milagro suceda. Es una historia que tendrá: romance, comedia, angustia, suspenso y muchas más cosas. ¡No se arrepentirán!

    Muchas gracias por leer. Espero que disfruten de la lectura y no olviden que si les ha gustado, si tienen alguna sujerencia o quieren dejar su opinion pueden dejar un:

    ¿Comentario?

    19/07/14
     
    Última edición: 19 Julio 2014
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  2.  
    arya

    arya Entusiasta

    Piscis
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    Pluma de
    Escritora
    Ante todo buenas tardes :)

    Bueno ya sé que es un poco tarde para comentarte, pero espero que no porque me encanto el capítulo pues creo lo mismo que tú “en la parte del amor, que puede superar obstáculos, pero que se necesita de las dos partes para que un milagro suceda” me enamore en la forma en como relatas los hechos.

    Y bueno como dije antes espero que no sea tarde para que la continúes. No vemos bye :3
     
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  3.  
    Liz Blood

    Liz Blood Vanu-chan

    Aries
    Miembro desde:
    14 Julio 2014
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    19
    Pluma de
    Escritora
    Hola, gracias por tu comentario. La verdad estaba en las nubes y hasta hora vuelvo. Y sin duda, esta historia tendrá continuación.
     

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