- Memorias de una vida - (Saku/Gaa)

- Memorias de una vida - (Saku/Gaa)

Hola a todos, bueno, como la pareja que está en el título no es muy conocida, he decidido crear una historia para deleitaros (también porque estoy muy aburrida). En fin, sin más que deciros, me retiro.







- Memorias de una vida – (Saku/Gaa)

- El está enfermo, nos pidieron refuerzos y se los daremos. Me gustaría ir en tu lugar, pero no puedo abandonar la aldea como Hokage que soy – dijo una mujer en una oficina, de pechos voluptuosos pero formados correctamente.

- Lo entiendo, mañana a la mañana saldré a Suna-

- ¡Ah, Sakura! Antes de que te vallas deseo preguntarte algo, ¿no es de ningún inconveniente para ti ayudarlo después de que hace años intentó asesinarte?- preguntó con curiosidad.

- Emm... yo... – suspiró – no, después de todo es el Kazekage, un ser nuevo y cambiado, además no tengo una razón o causa para dictar un pretexto- sonrió la muchacha – con su permiso Tsunade-sama – dicho ésto se marchó.

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Sakura Haruno, con 17 años de edad, su capacidad para la medicina era muy avanzada. Es un ser que le gusta conocer nuevas cosas y dejarse llevar por el viento. Luego de la inesperada muerte de Sasuke por parte de Naruto o más bien del Kyuubi, sus sonrisas demostraban mucha falsedad, aunque... la aldea entera se creyó que no le había afectado mucho por su “alegría” aparentada.
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Caminó tras calles oscuras, ya que la noche la asechaba hace rato, se detuvo a observar a algunas aves que ya estaban guardando refugio en las copas de los árboles.

Al llegar a su hogar, el primer acto fue ir a su alcoba e sentarse en su cama a observar una fotografía, provocando que algunas gotas calleran de sus ojos.

- ¡Sakura! ¡ya llegué! ¿estás aquí? – dijo una voz proveniente del salón ajeno al dormitorio.

- Si mamá, ya llegué – respondió secándose las lágrimas con un paño sacado de la mesita de luz.

- Traje comida para calentar, ven y coloca la mesa –

- ¡Hai! Iré enseguida – colocó la foto debajo de la almohada y formó una mueca sonriente para acostumbrarse a la idea.

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A la mañana siguiente, Sakura se dio un baño de agua caliente y luego cogió algunas sobras de comida para poder emprender el viaje bien.

Tras caminar por varias zonas desérticas de personas, cruzar bosques y ríos durante dos días, por fin pudo divisar arena en el horizonte.

- No veo a nadie, supongo que no me vendrán a recibir, – pensó y movió un mechón de pelo que le tapaba la visualidad del campo. – bueno después de todo llegué un día antes... aunque todavía me falta algo de camino por seguir.


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¡Chau! Espero que les haya sido de su agrado.
Domii.

 

Re: - Memorias de una vida - (Saku/Gaa)

Por cierto, es corto porque es como una introducción, empezara cuando llegue a Suna.

 

Re: - Memorias de una vida - (Saku/Gaa)

*Abraza a todos (doble para Darknohime por llamarme Domii-sama y por tener un avatar de Sakura-fate stay night-)

A ver, gracias por postear, no pensé que les iba a gustar tanto la pareja. Sobre las faltas ortográficas y eso, tengan en cuenta que lo hice en 5 minutos y la fiaca me pudo, así que no revisé nada. De todos modos, si encuentran otra, sean libres de avisar ya que como beta no debo tener errores :(.
Sobre Sasuke, pensé que me iban a aporrear, matar, pegar, lanzar por un barranco por haberlo matado, gracias ;).
En fin, aquí está la continuación.

-Capítulo 2:

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La aldea de la arena está localizada en el país del viento, es uno de los 5 países más grandes de Shinobi. El Kazekage es el lider.
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En una oficina, alejada del movimiento humano, se encontraban dos personas discutiendo. La primera se mostraba preocupada pero con el semblante frío, y la segunda actuaba con indiferencia.
-Cof-cof –

-Gaara-sama, ¿Estás bien? –preguntó una chica rubia de cuatros coletas con un abanico que no pasaba desapercibido.

-Temari, ya te he dicho que estoy en perfecto estado, sólo déjame terminar estos papeles –dijo un poco débil un muchacho de pelo color cobre.

-Gaara... ¿Por qué tratas de ser fuerte así?-

-Porque soy fuerte, después de todo soy el Kazekage, ahora por favor vete que no puedo concentrarme.-

-Bien, como quieras -terminó de decir una Temari enojada-, pero mañana vendrá alguien de Konoha para revisarte, con o sin tu consentimiento-

[FONT=&quot]-¡Yo no di la autorización para ello! -espetó el chico con un levante en su tono de voz[/FONT]

-Antes de ser tu asistente... ¡Soy tu hermana! ¿Que acaso no comprendes que tanto Kankurou como yo estamos muy preocupados? Gomen na –concluyó y salió en sollozos causando asombro no demostrado en su familiar.

- Supongo que no puedo ser tan egoísta –suspiró–. Hoy ha sido un día largo y tengo el presentimiento que mañana también –colocó las manos en su cabeza apoyando los codos en el escritorio– Será mejor que me retire.


-
Saaku no Gaara, hombre de 17 años poderoso y fuerte, un tanto frío debido a su pasado. Kazekage de la aldea de la arena. Reconocible y respetado por algunos, temido por otros. La vida le dio más cosas malas que buenas, el único objetivo que tuvo, tiene y tendrá es sobrevivir. A pesar de mostrarse como un ser arisco, en el fondo siente mucho aprecio por los que lo rodean.
-


Se dirigió para su hogar, pero antes de llegar observó una silueta recostada en un árbol sin vida. Él estaba seguro de que la persona que se encontraba allí era uno de los aldeanos, pero la curiosidad le pudo más y no dudo en ir a averiguar porqué había algo le llamaba la atención.

Una mujer de cabellos rosados y cuerpo formidable, se encontraba posada en una de las gruesas ramas de un árbol seco, dirigiendo su vista al cielo.

-Te vas a caer y fracturar algo si sigues ahí como si nada –advirtió el pelirrojo.

-Kazekage-sama, me dice eso pero... ¿No es usted quién debería estar en otro lugar como por ej: su cama? –Bufó Sakura con una sonrisa.

-Keigo (*), me molesta que lo usen. Por cierto, ¿No tendría que llegar mañana? –

-Pues sí, pero ni me di cuenta y he venido antes de lo esperado, aunque si bien le molesta le permito que haga de cuenta que no me vió –rió la chica.

-Hmp... ¿No cree conveniente bajar de ahí? –preguntó indignado el joven.

-¡Ah, qué tonta! Gomen –al intentar bajar, pisó mal causando su caída, pero un cuerpo se puso debajo de ella para servirle de amortiguación– Tiene arena en su cara –acotó mostrando una sonrisa.

-Prefiero un “gracias” –suspiró, mientras se levantaba al compás de su acompañante.

-En cambio yo prefiero que no se haga el héroe por un tiempo –por más de que lo intentó, su comentario no dejó de sonar asqueroso.

-No me sirve si usted está herida, ahora vallamos a mi hogar que le diré a mi hermana que le prepare una habitación-

[FONT=&quot]- Arigatou. - dijo muy "animada".


[/FONT] (*)-Keigo: forma japonesa de tratar con demasiado respeto al ajeno cuando uno no le conoce bien.



¡Adiós!



Domii.

 

Re: - Memorias de una vida - (Saku/Gaa)

Yo soy Sesai :( Aunque me gusta... ahora soy bien cristiana, o judía, en fin.
La next continuación la tendré para más tarde que año nuevo, tengo muchas cosas que hacer y blablabla, so, gomen nasai ._..

¿Ahora es spam :P?
Domii.

 

Re: - Memorias de una vida - (Saku/Gaa)

Sí era Sabaku, fue un error de redacción, y como que ya no da para editarlo. En fin, lo de Sesai a mí también me huele a spam, voy a ver si lo borro o hago magia.
Gracias por los comentarios.
Domii (otra vez :()

 

Re: - Memorias de una vida - (Saku/Gaa)

Here I am, once again...(8)
En fin, aquí está la continuación, disculpen la demora.
Por cierto, el capítulo éste, no sé porqué pero no me agrada. Igual, queda por su cuenta criticar.

¡Disfruten!






- Capítulo 3:
Gaara y Sakura llegaron a la casa sin dirigirse palabra alguna durante el viaje, a causa de que ella estaba ocupada observando a la oscuridad nocturna y él, la miraba con gran intriga por saber los pensamientos que se le cruzaban por la cabeza.

La casa de los hermanos Sabaku era grande y espaciosa. También un poco descuidada, pero eso era debido a que, ninguno de los tres, pasaba el tiempo suficiente en ella.

Al ver Temari y Kankurou a la muchacha, que con una gran sonrisa formal los saludó, se echaron a abrazarla.

- ¡Sakura! ¡Qué gusto que estés aquí! – dijo Kankurou dándole un abrazo de bienvenida.

- Distancia Kankurou – advirtió Temari observando la escena – Dime Sakura, ¿no llegarías mañana?.

- Bueno yo... creo que me he apresurado un poco – contestó Sakura cuando el Kazekage se alejaba del cuarto de entrada para encerrarse en otro diferente.

- Disculpa a mi hermano, él nunca se dejó revisar por un médico y cando se enteró que vendrías, bueno él... – con el silencio hizo entender el significado de las palabras ausentes.

- Comprendo, me hubiese gustado examinarlo hoy para hacer más corta mi estancia aquí, pero bien sé que no está de buenas hoy, así que, será mañana. – acotó con calidez en su rostro, la pelirrosa.

- Estoy haciendo algo de cenar, así que – pero no terminó de completar la frase ya que fue interrumpida.

- Oh, gracias, pero estoy algo cansada y preferiría recostarme si es posible.

- Bien, si es lo que deseas, te enseñaré cuál será tu cuarto por estas semanas – mencionó la hermana mayor para así dirigirse al piso de arriba y abrir un habitación que se encontraba con llave – Es la alcoba de huéspedes, espero que te sientas cómoda aquí. Cualquier cosa que no sea de tu agrado me avisas, ahora te dejaré sola para que descanses. – dicho esto, se retiró.

El cuarto demostraba ser normal con cuadros y algunas flores sueltas encima de un escritorio como decoración. Al costado de la cama había una ventana algo excentrica por su forma circular, pero lo suficientemente grande para poder mirar el paisaje y salir por ella. Ésto último fue lo que más le causó interés, ya que luego de la muerte de Sasuke todas las noches subía a la terraza de su casa a llorar.

Aunque sus deseos no eran exactamente derramar lágrimas un vez más, por un impulso o costumbre capaz, decidió trepar hasta llegar al tejado. Para suerte de ella, era un lugar plano, lo que hacía menos complicada la situación.

- No sé si me podré olvidar de ti – suspiró Sakura.
El tiempo pasó y no se había dado cuenta que llevaba dos horas sentada ahí.

- Te agradan las alturas, ¿verdad? –

- Gaara... ¿qué hace usted aquí? – preguntó con gran asombro en su voz.

- Es exactamente lo mismo que le iba a preguntar. – dijo el pelirrojo mientras se sentaba al lado de ella – Vengo aquí para estar solo.

- Se ve que es el sitio perfecto como consolador personal. – mencionó para si misma creando una sonrisa.

- ¿Por qué sonríes? – interrogó sin mirarla mas con expresión fría.

- ¿Disculpe?... ¿de qué está hablando?.

- Hace pocas horas que has llegado, y no te he visto hacer otra cosa que sonreír a todo lo que hay en tú camino.

- ¿Y qué tiene eso de malo? – rió la kunoichi.

- Aunque muchas personas no lo hagan, yo reconozco la diferencia entre la ilusión y la realidad, y eso bien significa que también detecto cuando algo es falso. – dijo Gaara – Tú sonrisa muestra calidez para muchos, lo he visto, pero lo que en verdad en verdad veo, es una mascara que creaste para que no vean tus verdaderos sentimientos. Dime si me equivoqué en hablar. – cuando terminó de deducir eso, observó como Sakura se paró con la cabeza en bajo.

- ¿Para qué preocupar a los demás con problemas que no son suyos? ¿Para qué crear lastima y pena si puedes crear alegría? Aunque fuera falsa... es preferible que angustia... ¿no lo crees?. – estaba a punto de trepar a bajo hacia su cuarto, pero se detuvo para dirigir unas últimas palabras con una sonrisa – Por cierto, mañana lo examinaré a favor o en contra de su voluntad. – y se retiró, dejándolo con la palabra en la boca.


- Tst...









Domii.