Personas reales Melodía de Medianoche [the GazettE]

Tema en 'Otros Fanfiction' iniciado por NatShinigami, 19 Marzo 2013.

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    NatShinigami

    NatShinigami Iniciado

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    Título:
    Melodía de Medianoche [the GazettE]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    2597
    Nombre: Melodía de Medianoche
    Tipo: Long-Fic
    Género: Romance/Drama
    Advertencias: también estoy publicando este fanfiction en otro sitio bajo el pseudónimo de Keila Michaelis, no estoy plagiando a nadie. Puede contener lenguaje obsceno (en el sentido de malas palabras) en capitulos futuros.

    Capitulo 1: Esto no puede estar pasando
    Desperté cuando la azafata advirtió que en minutos aterrizaríamos en el aeropuerto de Tokio.
    Estaba completamente ansiosa, uno de mis sueños se realizaba ese día, y lo que es mejor: mis mejores amigos en el mundo me acompañaban. Juan estaba sentado al lado mío, tan emocionado como yo siendo tan Otaku como es, me había confesado que en cuanto bajara del avión y pasara por los controles, nos dejaría sin importar nada más y se iría a Akihabara aunque se perdiese en el camino; considerando lo que amaba a Minako su bajo, era impresionante. Gastón y Thomas estaban sentados detrás nuestro, discutiendo acerca de si System of a Down era mejor que Korn, o quien era el mejor guitarrista de los dos. Nicolás iba del otro lado sentado al lado de una joven nipona nacida en Argentina y amiga nuestra que haría de interprete una vez llegásemos al país, Milagros, que también era nuestra manager. Porque había que reconocerlo: si, casi todos hablábamos ingles con fluidez además de español, pero por muy otakus que seamos lo único que sabemos decir en japonés es "yo soy", "gracias", "adiós" e "idiota" para resumir.
    Mis amigos, mi banda: los Knights of the Abyss.
    El avión dio una sacudida leve cuando el tren de aterrizaje toco tierra. Podía sentir la adrenalina correr por mis venas ante el primer aterrizaje de mi corta existencia, ansiaba ya mismo quitarme el cinturón, bajar del avión y comenzar con mis trabajos sin descanso, como por ejemplo encontrar un lugar para el primer concierto de los KA.
    Nos juntamos cuando estábamos en la secundaria, en lo que aquí en la Tierra del Sol Naciente seria el instituto. La idea comenzó como un grupo de otakus haciendo covers y demás, vale decir que cuando surgió la idea ya teníamos todo estructurado y coreografiado, pero ninguno sabía tocar ni el triángulo. En el lapso de dos años nos consolidamos como banda, pero también se terminó el instituto y tomamos caminos separados por completo aunque mantuvimos el contacto y la amistad. Cinco años más tarde, cuando tenía 23, escribí mi primera canción aun estando en la universidad y a mí volvió el anhelo de hacer música, así que propuse juntar a los Knights de nuevo. Cuando nos vimos como banda nuevamente habíamos cambiado, seguíamos siendo Otakus y amigos, pero casi todos teníamos un trabajo y una carrera: Juan trabajaba como despachante de aduana, Gastón estudiaba arqueología, Thomas pediatría, Nicolás profesorado de matemáticas y yo física. Tome mi bajo y les enseñe la canción lo mejor que pude, la escucharon, les gusto y renacimos de entre las cenizas como el ave fénix.
    Un año hacía ya de eso y las cosas habían salido mejor de lo que esperábamos: enviamos un demo y un MV a una disquera nipona de la escena Visual (Undercore productions para ser exactos) y nos aceptaron, aplique por una beca para doctorado en física en la Universidad de Tokio y me la dieron, y una editorial se había interesado en mi primera novela ¿No era fantástico? Vería todos mis sueños cumplidos en breve, incluyendo los menos profesionales como ver a mis J-Rockers favoritos en concierto.
    La azafata volvió a dirigirse a nosotros indicando que en breve se abriría la puerta del avión y que bajáramos de forma tranquila y ordenada, gracias por viajar con nosotros y bla bla bla. Nos sacamos los cinturones y me levante para buscar en el compartimiento arriba del asiento la mochila que siempre llevaba conmigo a donde fuese y saque también la de Juan para dársela. En cuanto salí del avión respire con alegría el aire del país al que siempre había querido viajar y pensé feliz que este era el inicio de mi vida.

    Tal como nos había prometido apenas pasar los controles, Juan desapareció dejándole a Gastón su mejor amigo, la tarea de recoger su bajo de la zona de equipajes. Sacudí mi cabeza feliz al verle saltar por entre la multitud gritándonos "Sayonara" con una alegría palpable. Tome mi maleta y mi propio bajo de la zona de equipaje y fui acompañada de Thomas y su guitarra a buscar transporte mientras Gastón, Milagros y Nicolás veían como demonios llevarían la caja en la que había viajado la batería del último.
    En la zona de transporte encontramos finalmente una furgoneta con un precio accesible a lo que teníamos y acompañados de un sujeto que nos ayudaría a cargar la enorme caja fuimos a buscar al resto de los chicos. El viaje transcurrió amenamente entre risas y bromas mientras admirábamos la cuidad que se extendía ante nuestros ojos, Tokio era magnifica y parecía mucho más viva que Buenos Aires, lo que seguro era es mucho más moderna sin ese toque colonial que tan pintoresca volvía a la capital de mi tierra madre. Era magnifica, y sentí que era un lugar lleno de oportunidades.
    Por fin llegamos al piso que habíamos alquilado y donde nos hospedaríamos durante nuestra estancia en el país. Mañana tendríamos nuestra primera reunión en Undercore y tendríamos que tocar en vivo ante sus productores para que pudieran ver si teníamos lo que se requería para ser una banda de la escena Visual. La semana que viene tenía que hacer las administraciones para acceder a mi beca y en dos días tenía una reunión para hablar con la editorial sobre mi manuscrito. Lo que es mejor, había conseguido entradas para mí y Juan al concierto que finalizaría la gira de the GazettE GROAN OF DIPLOSOMIA por DIVISION.
    Me tire alegre en la que sería mi cama en la habitación compartida con Milagros y me dormí pronto, soñando con el concierto que tomaría lugar mañana por la noche y con la nueva vida que me esperaba.

    Desperté horas más tarde con Before I Forget de Slipknot sonando en mi celular. Juan quería presumir sobre que se había perdido por primera vez en Japón. Le gruñí y le indique el número de teléfono de una empresa de taxis que según nos había indicado Mili manejaban a los extranjeros en inglés. Incline mi cabeza y volví a dormir.
    Me volví a despertar cuando Juan volvió, y era casi de noche.
    Tocaba el último ensayo antes de que mañana nos presentáramos en la discográfica, así que cada uno armo su equipo en el cuarto insonorizado (por el cual habíamos comprado el piso a pesar de ser demasiado pequeño para seis personas). Nos lanzamos a tocar como si fuese el fin del mundo, las armonías de las guitarras se unían con las de nuestros bajos, mi voz y con la batería. Nuestro sonido era oscuro y a la vez luminoso, nuestras canciones eran relatos y a la vez verdades. Amaba la paz y alegría que me invadía cuando tocaba con los Knights como la mujer sádica y cruel que pretendía ser. El ensayo nos levantó el ánimo y la autoestima a todos, que nos dormimos mejor que nunca después de una comida en casa al estilo japonés.

    Por fin era el día.
    Desperté temprano (cosa poco usual en mi) y enseguida me puse a retar y exigirle a todo el mundo disciplina y no sé qué más. Los nervios me carcomían por dentro mientras le daba los toques finales a mi maquillaje y vestuario después del desayuno. Me mire al espejo y mi cabello era un desastre universal.
    Dos horas más tarde todos estábamos preparados y a las puertas de Undercore records con nuestros instrumentos en mano (salvo Nicolás, que había devuelto su batería a la caja que llevaba ahora en una especie de carrito). En cuanto entramos todo nervio desapareció de mí, eclipsado por una extraña calma y confianza en mí misma. Algunas personas se giraban a vernos, e incluso reconocí a algunos miembros de un par de bandas que me gustaban vestidos con ropas normales y sin maquillaje, debíamos de resultar extraños, sobre todo porque a pesar del maquillaje nuestros rasgos eran inconfundiblemente occidentales.
    Nuestra manager y Gastón (nuestro líder) hablaron con las recepcionistas que después de cruzar unas palabras en japonés con alguien por el teléfono nos indicaron a través de Milagros que teníamos que subir hasta el sexto piso, donde no esperaban para probarnos y a nuestra actitud en el escenario. Apareció alguien para llevar la batería de Nicolás y todos nos subimos al ascensor en cuanto llego. El viaje por este duro menos que lo que cualquiera de nosotros deseaba y pronto nos encontramos ante un pasillo con una puerta que Milagros se ocupó de abrir. Cinco sujetos vestidos de traje esperaban sentando ante una especie de escenario, Milagros se presentó ella con una reverencia antes de indicarnos que avanzáramos y nos presentásemos nosotros mismos, cosa que con nervios tremendos hicimos en japonés. Luego se nos indicó que subiésemos al escenario, preparásemos nuestro equipo y tocásemos la canción que habíamos mandado como demo.
    Amaba cada vez que me metía en el personaje de Yume, la había creado hacia años, cuando necesitaba un personaje femenino para un fanfiction de Inuyasha cuando apenas había visto ese anime y comenzaba a escribir. Con el pasar de los años ella se había convertido en un ser más oscuro y misterioso, casi mítico, y al final la había absorbido como una parte de mi ser. Yo no poseía el carisma para presentarme en el escenario y atraer a las personas, así que me refugiaba en la brillante Yume, como ella era fácil decir lo que había que decir en el momento indicado. Y era ella quien llevaba las riendas ahora.
    Conecte mi bajo a uno de los dos amplificadores estando ya afinado mientras Nicolás armaba su batería con ayuda de Thomas que ya tenía colgada su guitarra. Me pare enfrentando al micrófono mientras el resto acababa de tomar sus lugares, supe por instinto cuando estuvieron listos como siempre lo hacía y hable levantando mi brazo derecho con la púa entre mis dedos que quedaban fuera del guante de cuero.
    - ¡Konbawa Tokyo! We're the Knights of the Abyss and this is Dusk of the Damned.
    No tenía idea de si habían entendido, pero sin importarme bajo la púa hasta las cuerdas mientras Nicolás marcaba las primeras notas con el platillo antes de lanzarse con todo. Pude oír mi bajo y el de Juan entrar en la armonía a la perfección, seguidos poco después por las guitarras de Thomas y Gastón. La intro no era muy difícil, y con nuestra formación de dos bajos tenía un sonido muy especial y único, antes de que me percatase ya había llegado la hora de cantar. Deje que las notas surgieran de mi garganta en el inglés de leve acento nipón que se me había pegado después de escuchar al vocalista de the GazettE tres mil veces. Aun recordaba los tiempos en los que había logrado un inglés perfecto sin acento y mi voz no tenía un tono fijo para las canciones, se me hacía tan extraño ahora ese momento siendo como era que ahora mi voz podía cambiar de ser una cadencia de ángeles a la invocación de un demonio (el poder de tomar clases). Por mi cerebro pasaban muchas cosas mientras Yume ejercía el control en mí y cantaba con el sentimiento adecuado la canción que había escrito hace no tanto. Deje de tocar cuando tuve que hacerlo, y la canción murió al final con el leve resonar de los platillos de Nicolás y una última nota grave del bajo de Juan. Mire al frente, lista para ver las expresiones de los cinco productores o lo que sean frente mío, pero lo único que recibí fue la mirada de ánimo de Milagros mientras estos se giraban para hablar con ella.
    Sin dejar que ningún tipo de emoción se apoderase de mí me aleje un poco para desconectar con todo cuidado mi instrumento y devolverlo a su estuche donde estaba siempre que lo llevaba a algún lado. Los nervios volvieron a mí por fin con mucha intensidad mientras mi mirada se fue de forma inconsciente hacia donde nuestra manager y los hombres hablaban con tranquilidad, vi como uno de los sujetos le daba una serie de papeles a Milagros y como ella sonreía. Sin duda habíamos conseguido el contrato: no le habría dicho a mis amigos que arriesgasen sus carreras si no estuviese segura de que lo conseguiríamos.

    Mientras volvíamos hacia nuestro piso en el mismo vehículo que antes yo estaba en mi mundo, encerrada en mi cuaderno de escritura ideando nuevas canciones y nuevos elementos para el universo de mis novelas, mientras la dulce voz de Kamijo en mis oídos me susurraba sobre vampiros y criaturas románticas de las tinieblas.
    En cuanto llegamos descargamos el bajo y demás instrumentos de nuevo a nuestro piso, yo seguía en mi ensoñación pero los otros parecían más sombríos. No le di importancia y apenas llegue me puse a trabajar en mi computadora personal, poniendo en marcha un par de ideas que se me habían ocurrido sobre la marcha para mis novelas y el merchandising de la banda. El día se pasó en eso, y no fui molestada por nadie puesto que mis amigos ya sabían que cuando conseguía un gran triunfo no lo celebraba sino que me ponía a trabajar más duro aun para obtener el siguiente. Sin percatarme siquiera de las comidas me dormí sobre el teclado de mi notebook.
    Desperté horas más tarde, por el ruido de gritos y demás proviniendo de la habitación que hacia la veces de living comedor, las voces de mis amigos y una más desconocida. Soñolienta salí del cuarto y me encontré con Juan de pie discutiendo con un sujeto de rasgos nipones bastante más alto que yo. Los demás parecían mantenerse al margen pero de vez en cuando también pegaban un grito. Milagros fue quien primero se percató de mi presencia.
    - ¡Ah, Natalia-san-! - la mención sorprendida de mi nombre detuvo todo el griterío.
    El japonés alto, que parecía tener unos años más que yo se acercó a mí, examinándome con la mirada de una forma desagradable.
    - ¿Y esta es vuestra vocalista? ¡Deben de estar bromeando!
    ¿Quién demonios se creía este sujeto? Estuve a punto de soltarle un sermón de los míos, pero la mirada llena de lágrimas de Juan me detuvo, en su lugar me calme e hice la pregunta obvia.
    - ¿Qué demonios pasa aquí y quién diablos es él?
    Todos parecieron inclinar la cabeza, avergonzados de no sé qué. Milagros fue quien al final levanto la mirada y con pena en ella me respondió.
    - Los directores de Undercore aceptaron a la banda, pero no quieren una vocalista femenina en ellos, así que... nos recomendaron a Ryotaro-san, que acaba de salir de una banda indie. Pagaran el precio de tus canciones y...
    Esto era demasiado.
    - ¿Me estás diciendo que me expulsaran de la banda que yo misma junte?
    Esta vez, fue Gastón con su frialdad profesional típica quien se adelantó.
    - Así es. Natalia, desde este momento no formas más parte de los Knights of the Abyss.
    Sentí mi mundo caer en pedazos, solo quería morirme. Esto no podía estarme pasando. Y yo no tenía consciencia de que esto iba a ser aun peor...

    Próximo capitulo: "Desastres, música y Ruki ¡Todo en una misma semana!"
     
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    Temarii Juuzou

    Temarii Juuzou Maestre

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    Hola!
    Veamos, primero, si la vas a continuar, no puedes decir que es un Drabble (Hasta lo que yo entiendo), segundo no vi muchas faltas, sólo una que otra comita que no llegas a poner, y en los acentos, bueno, eso es algo en lo que ni yo sy muy buena xD así que no sabría decirte si tienes faltas en ello.

    Ahora, creo que deberías separar más los párrafos, la verdad esta todo muy junto y es complicado de leer (yo lo hice x mi celular, así que no se me complico tanto, ya que este separa párrafos que a veces ni siquiera deben separarse xD) y deberías usar guión largo para los diálogos :)

    Bueno, ahora el trama. La verdad al principio fue como "Que bueno por la... ¿Chica o chico?" debiste especificar que era... o bueno, creo que eso es lo de menos, ya que después si aclaraste quien era :D. También e confundí en una parte donde no dijiste nombre y fue como... "Bien, ahora se que es chica... pero ¿Cual es su nombre?" Fuera de eso, estuvo bien.
    Siento que su amigo fue algo grosero y malo, yo en su lugar hubiera dicho "Con ella o nada", pero se que podrá salir a adelante :D ya que... ella creo todo eso y gracias a ella están ahí ¿No?
    Bueno, siento que son muy machisatas ¿Qué tiene de malo una vocalista mujer? Nada, es igual a un vocalista hombre... sólo que más agudo :P

    Bueno, espero puedas avisar cuando al continues :D
    Besos
     
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    NatShinigami

    NatShinigami Iniciado

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    Melodía de Medianoche [the GazettE]
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    Primero que nada muchas gracias por leer la historia Temarii :)
    Lo de Drabble es raro, no lo puse cuando lo subí. Intentare lo de separar los párrafos a partir del capítulo que estoy trabajando en este momento, puesto que los cinco primeros los escribí en una plataforma online en la que los separaba automáticamente, aunque por eso mismo no podía colocar los guiones largos en los diálogos.
    Perdón por no aclarar al principio el género de la protagonista, ni tampoco por colocar el nombre. En cuanto al tema de los amigos solo diré que a unos los cegó la oportunidad que se les daban y Juan, el más cercano a ella, es de esa clase de personas que siguen la corriente.
    No tengo ni idea de si en una situación real aceptarían bandas de alineación mixta en la escena Visual Kei, solo lo hice así para más drama, y porque a la fecha no he visto ninguna banda de esas características en dicha escena.
    Ahora con el capítulo 2. Gracias también a todos los que la han leído y no han dejado comentario :)
    Advertencias: - Este fic tiene una vertiente bastante Mary Sue.
    - El nombre de la protagonista es Natalia (últimamente cero imaginación para nombrar protas). Y de sus nombres artísticos Yume es el que usaba con los KA y Kuro es el que usa el resto del fanfiction.
    - Como no conozco a los chicos de the GazettE y tampoco puedo meterme en sus mentes no sé cómo actuarían en realidad: sus personalidades están basadas pura y únicamente en lo dicho en entrevistas.

    Capítulo 2: Desastres, música y Ruki ¡Todo la misma semana!
    Cuando llego la mañana me marche del piso que compartía con los que antes habían sido los miembros de la banda de Otakus que teníamos desde el instituto. Me lleve mi instrumento, mi notebook, mis ropas, mis maquillajes y todo lo que me perteneciese. Les deje una carta en la que les indicaba el precio en dólares que debían pagar por cada una de las letras y composiciones que había hecho para la banda si las querían, y un seco adiós a todos. También le había dejado a Juan la entrada que le pertenecía para el concierto de este día. Me busque un mono ambiente pequeño, que pague con el escaso dinero en efectivo que me quedaba de mi entrada a Japón.​
    Me hubiera sorprendido si alguna de las actividades que hice ese día fue normal. Fui a la editorial a la que había mandado el manuscrito, solo para que me cuestionaran mi identidad como su escritora. Compre un par de cosas en una tienda cercana para armarme una comidita al estilo occidental y me puse manos a la obra: en primer lugar imprimí el registro de copyright, que había pagado de antemano, por la autoría y derechos de mi manuscrito, y en segundo lugar deshice todo apoyo de mi parte dado a mi antigua banda, después de aceptar el deposito del pago por parte de Undercore por mis canciones.​
    La hora del concierto llego antes de lo que me hubiera gustado. Mi mal humor aún era muy evidente, pero no estaba dispuesta a dejar que eso arruinase mi noche. Me vestí con un vestuario que había reservado especialmente para cuando mi banda tuviese su primer concierto, pero que ahora jamás usaría para eso, lo combine con mis botas altas de cordones, mi gabán de cuero negro como la oscuridad y un peinado con el que venía familiarizándome desde hace tiempo. Mi maquillaje era el habitual. Mientras llevaba al cabo esas simples acciones la ira cejo en mí, y fue reemplazada por una eufórica expectación de ver aquellos que yo más admiraba en concierto por fin.​
    Llegue varios minutos antes de lo previsto, y aun así me encontré con Juan, quien ya me esperaba en la fila listo con su pase V.I.P., como el mío. Intento hablarme pero le ignore con mis ojos oscuros gélidos como jamás lo había hecho con mi mejor amigo. Cuando entramos fuimos dirigidos a nuestros asientos en primera fila (por desgracia uno al lado del otro), y nos la pasamos sumamente incomodos hasta que el concierto comenzó.​
    No le preste atención desde que comenzó a sonar el instrumental de XI, y cuando después se lanzaron con todo a DERANGEMENT me olvide del mundo en sí. Tenía enfrente de mí a la distancia de unos pocos metros a aquellos que habían dado luz a mi adolescencia, por quienes había comenzado a tocar el bajo y a cantar, ellos no solo hacían que deseara escuchar su música y deleitarme con ella, ellos me hacían desear responderles con mi propia música desde el fondo de mi alma. Me estremecí cuando la mirada de Ruki paso sobre mí, y por unos segundos llegue a creer que me miraba tal era mi euforia y emoción. El tiempo paso volando hasta que llego el Encore, y cuando Kai y Reita volvieron para iniciar con Ride with the Rockers fue como tocar el cielo con las manos. La voz de Reita resonando con fuerza en sus desenfrenados gritos, la dulzura de su bajo, la batería de Kai... y después la armonía de las guitarras de Uruha y Aoi, para finalmente volver Ruki a hechizarme con su voz en una de las canciones de ellos que más me gustaba, TOMORROW NEVER DIES. Jamás me sentí tan feliz en toda mi vida como en ese concierto, a pesar de todas las cosas que pasaban por mi vida, esas pocas horas fueron las mejores.​
    Cuando termino llego la hora de la firma de autógrafos. Yo llevaba mi copia original de DIVISION limited y el poster oficial de la gira que había comprado a la entrada en el stand de merchandising. Y pensar que había soñado un día con que fuese yo quien estuviese del otro lado firmando los objetos que se me daban... Esta mañana había considerado la idea de llevar mi bajo y hacer que lo firmasen, pero era un objeto demasiado personal para someterlo a eso, así que había optado por lo típico... y mi cuaderno actual de ideas. Yo misma había decorado su tapa con imágenes impresas de la banda.​
    Por fin llegue hasta ellos en la fila, mi corazón latía desenfrenado en mi pecho cuando me enfrente a la hermosa sonrisa de Kai. Le devolví la sonrisa con todo el cariño hacia ellos que tenía en mi corazón y le pase mis objetos mientras le dirigía un formal saludo en japonés. Me sonrió aún más mientras pasaba mis cosas a Reita y me indicaba que avanzase. Al encontrarme con el sujeto de la bandita la emoción se volvió mas fuerte si cabe decirlo, le dedique una reverencia y un saludo formal mientras el hacia lo suyo, antes de asentir hacia mí y pasarle mis objetos a Aoi. Este aun no había vuelto a ponerse una remera debajo de la camisa y me sonrió con picardía ante el repentino sonrojo que asalto mis mejillas mientras le saludaba, aunque la verdad era que él no me atraía en ese modo. Le agradecí mientras le pasaba mis cosas al Urupatito... y por accidente casi le llamo así mientras le saludo, el me sonrió de un modo normal que me hizo adorarle y le devolví la sonrisa mientras le pasaba mis cosas a Ruki. Casi se me traban las palabras en la boca mientras le saludaba ¡Kami-sama, eran tan bello en persona! Parecía resplandecer como un ángel. Me devolvió la sonrisa que le dedique y señalo mi camiseta mientras bajaba la vista para centrarse en firmar mientras me hablaba en inglés como si fuese lo más normal del mundo.​
    ¿Tienes una banda?​
    Por un segundo permanecí en el hechizo de su voz, y en la euforia de que me hablase, y después caí en la cuenta de que llevaba la primera de las muchas remeras que había ideado para las presentaciones de los KA., que tenía el logo de esta superpuesto a mi escudo de armas (o el de Yume, ya no lo sabía) con la frase que marcaba mi personaje de la banda: Sueño Eterno sin Luz al final del Camino. Mi sonrisa cayó un poco, pero respondí mientras me devolvía mis objetos.​
    Tenia.​
    Me incline formal ante él y me di vuelta para marcharme, percatándome sobre el final de la mirada que Ruki dirigía al próximo sujeto a mi lado, que era Juan vistiendo su propia remera ideada por mí de los KA con su propia frase: Despedaza la Luna y Abraza al Abismo. Guarde todo en mi bolso, mientras me esforzaba en guardar en mi alma la visión tan cercana que había tenido de ellos.​
    Juan intento alcanzarme, pero basto solo una mirada de reojo para que se detuviera. Yo no era de las personas que entablaban pelea, pero si había algo que no aguantaba era la traición y a mis ojos el me había traicionado, aunque sabía que en su lugar yo probablemente habría hecho lo mismo, estaba demasiado resentida ahora como para hacer caso de la razón, como había hecho toda mi vida. Tome un taxi y volví a mi hogar, mañana seria día de buscar trabajo con el que mantenerme en lo que aún tenía la beca.​
    Conseguir trabajo fue relativamente sencillo. Nada más asistí a entrevistas de aquellos que habían puesto el anuncio en inglés y al final acabe trabajando en un Maid Cafe que trataba a todos al estilo inglés con cosas como "Yes, my master" o "Do you wish another think, my lord?". Trabajo era trabajo, pero no podía evitar pensar con resentimiento en el diploma de la licenciatura en física guardado casi al fondo de mi maleta. No podía ejercer de profesora sin el profesorado, genial.​
    No era muy difícil para mí actuar cortes y servil, lo había hecho a diario durante toda mi educación y en ocasiones especiales en mi casa. Cuando actuaba así con mis amigos indicaba que estaba deprimida o enfadada. Ahora era mi trabajo, así que caminaba de un lado a otro enfundada en un uniforme de maid con mi maquillaje de calle habitual, y con la sonrisa forzada que usaba en las reuniones familiares ante alguna broma de mis hermanas, aunque al recordar el concierto de la noche anterior esa sonrisa se tornase sincera y profunda.​
    No podía mantenerme en inactividad total, así que por la noche después del trabajo y para no perder práctica fui a un bar de músicos y me ofrecí a tocar un par de canciones mías, y a hacer covers de otras que conociese. Mis canciones eran nuevas, con el alma oscura que llevaba esos días y habrían quedado muy bien con el ritmo del Death Metal, pero los covers que hacia eran todos de bandas de la escena visual o de J-rock, pronto un par de guitarristas se coparon con mi versión de Re:make de ONE OK ROCK y con sus guitarras se unieron a mí. Seguí con un par de canciones de esa banda y después pase a algunas de las que había escuchado la noche anterior. La música volvió mi alma al cuerpo y pronto los dos guitarristas y yo estuvimos rockeando en el escenario con todo lo que teníamos sin siquiera habernos visto antes. Cuando terminamos nos bajamos entre los gritos de ánimo de algunos de los presentes y nos presentamos: los guitarristas resultaron ser Shuhei Takizawa y Hideyuki Maeda, y ni siquiera se habían hablado antes de tocar hoy. Nos sentamos en una mesa juntos a hablar sobre música y bandas, tenían mi edad y estaban un poco más enterados de lo que ocurría en la escena aquí que yo, aunque les sorprendió un poco que una extranjera conociese tantas bandas. El idioma predominante de la conversación fue el inglés, pero tarde o temprano salió a flote el hecho de que yo había cantado las canciones en inglés con el acento de ellos y otras varias en un perfecto japonés, con vergüenza admití que no sabía prácticamente nada de japonés y Shuhei se ofreció amablemente a irme enseñando. Quedamos vernos todos los viernes a esa hora en el bar para seguir tocando juntos canciones que conociésemos y cada uno se marchó a su casa. Esa fue una noche extraña.​
    Esa semana paso más rápido de lo que jamás había previsto, y cuando nos juntamos en viernes con Shuhei y Hideyuki para tocar me di cuenta de que casi no extrañaba a los Knights, la música curaba mi alma, y además aún tenía mi carrera de física. El domingo no tenía que trabajar, así que quede con Shuhei en un parque cercano al bar para que comenzase mis clases de japonés. Todo fue bien, siempre había tenido una facilidad para aprender idiomas y con este no iba a ser una excepción, mi profe decía que quizá dentro de dos o tres meses podría llegar a hablarlo con fluidez para la vida cotidiana y eso me animo.​
    El martes fue el día (o quizá la noche) en la que comencé a beber.​
    Haba habido un error en la adjudicación de la beca, y al parecer mis méritos no eran suficientes para acceder a ella. Por la noche fui al bar habitual, con mi bajo pero ahora sin ganas de tocar. Antes siempre ante la risa de los demás solía acabar pidiendo una cerveza negra que era la única bebida que más o menos me gustaba. Ahora por determinación propia y tratando de olvidar mis fracasos en el país del Sol Naciente pedí un tequila. Mi mente viajaba a toda velocidad; con mis ahorros y si conseguía otro trabajo, podría costearme el costo del doctorado sin problemas, pero también quería continuar con mis otros proyectos de vida. Cuando por fin tome el valor de tomar el pequeño vasito con la bebida en su interior y vaciarlo en mi garganta me quemo y me hizo llorar los ojos, pedí otro a pesar de que iba contra mi sentido común. Un hombre de mi misma estatura se sentó del lado mío en el que no estaba apoyado mi bajo y pidió un whiskey antes de preguntarme en ingles de marcado acento.​
    ¿Problemas?​
    Sonreí de lado.​
    Ni te imaginas.​
    Vacié el pequeño vasito de tequila ardiendo en mi garganta, y este me hizo toser. Mi cuerpo y mi mente detestaban y rechazaban ese alcohol, pero mi corazón habría dado cualquier cosa por probar y sumirse en la inconsciencia que he leído provoca. No pedí que me llenasen el vasito. El hombre seguía a mi lado.​
    ¿Bebes para aliviar las penas?​
    Su voz era suave, y se me hacía conocida de algún lado, pero estaba demasiado enfrascada en mi misma para ponerme a pensar en otros. Mi sonrisa se tornó amarga.​
    Qué más quisiera que caer en la inconsciencia de la embriaguez, pero la educación que mis padres me dieron al parecer dio un fruto demasiado bueno.​
    Había llegado el momento de tocar. La música siempre me hacía perderme en mi mundo, y sabía exactamente que canción me ayudaría ahora. El sujeto se separó de su asiento en cuanto yo lo hice e hizo la pregunta obvia.​
    ¿Vas a tocar?​
    Me encogí de hombros.​
    ¿Quieres acompañarme?​
    Soy baterista dijo a modo de asentimiento.​
    Subimos al escenario y mientras yo sacaba mi bajo de su funda él se acomodaba en la batería.​
    ¿Que tocaremos? . Pregunto con tranquilidad.​
    ¿Que te parece si iniciamos con Ride with the Rockers, continuamos con IN THE MIDDLE OF THE CHAOS de the GazettE ambas y cerramos con In the Name of Justice de D?​
    No conozco las notas de la última.​
    ¿Puedes seguirme con la batería desde el bajo?​
    Lo vi asentir y entonces el marco el inicio con los platillos y tocamos como si no hubiese un mañana. La fuerza de la canción instrumental me preparo para encarar la otra, que era una de las que más me gustaba últimamente de the GazettE. Me sentía fantástica con la fuerza de esa batería a mi espalda, y de repente las ganas de ahogar las penas se disiparon, con la fuerza enorme de la voluntad de volverlas parte de mí y seguir adelante, la canción me envolvía con su fuerza y con la voluntad de quien la escribió obligándome a seguir adelante. Casi no tenía ganas de terminarla cuando llego la hora de tocar la canción de D, y aun así nos quedó una cosa medio rara puesto que quien guía la canción entera es la batería y tenía que adaptar las notas para que mi baterista pudiera seguir y darle ritmo a la canción completamente. Mi voz no se parecía en nada a las de Ruki o Asagi, pero tenía un aura distinta, a la canción de the GazettE le daba un aura más reflexiva, y a la de D un aura más seria y terrible, como la declaración de un alma hastiada. Al final el baterista y yo bajamos del escenario, y me apresure a guardar mi bajo antes de sorprenderme ante un abrazo de ese hombre.​
    ¡Eres increíble, chica! ¡Hacía años que no tocaba la batería así!​
    Me desembarace de sus brazos y esquive su mirada mientras recogía mi instrumento del suelo, pensando en lo raro de las expresiones que había usado.​
    Entonces el increíble eres tú, ¿no lo crees? Si yo hubiese dejado de tocar el bajo los años que duraba mi carrera hubiese perdido cualquier vestigio de habilidad.​
    ¡Por eso mismo! Jamás creí que después de no tocar tantos años alguien me haría recordar todo de repente.​
    Estaba a punto de regañarle, cuando algo hizo clic en mi cerebro al oír una nota de su voz. Levante la vista y la fije en sus facciones alegres, preguntándome de dónde demonios se me hacía conocido, y de repente lo identifique.​
    ¡Madre Santísima de Dios! (N/A: lo dice en español) ¿No me digas, por todos los dioses que tú eres...?​
    Hasta que al final alguien me reconoce, comienzo a pensar que la fama la tiene el maquillaje.​
    Sentí la tentación de golpearme la cabeza con algo a ver si despertaba, pero el hecho de tener a uno de mis mayores ídolos enfrente (y que además me hubiese escuchado destrozar una de sus canciones) me desanimaba de hacer cualquier estupidez. Me había quedado paralizada: tenía a Takanori Matsumoto enfrente a mí, hablándome. El pareció notar mi confusión y sonrió.​
    ¿Tu eres la chica del otro día en el concierto no? ¿La fan a la que le pregunte si tenía una banda y me respondió que la había tenido?​
    Como que de repente el aire se me iba y me costaba enfocar mi mente. Malditos efectos tardíos del alcohol en mi organismo poco resistente.​
    Si, fui yo. Iba vestida con la remera de cuando aún era vocalista y bajista en la banda de mis amigos.​
    Contaba más detalles de los que quería, y no podía separar mi vista de el ¡Dios, era tan lindo en persona y sin maquillaje! Su piel era pálida y tenía aspecto suave, sus ojos castaños eran intensos y profundos, su cabellos teñido de un castaño claro le caía lacio enmarcando su cara de rasgos suaves y casi cubriendo la intensidad de su mirada. Sus labios se veían más deseables que los de ningún hombre con el que me haya cruzado en mi vida y me causaron una punzada de envidia debido a mis labios pequeños. Deseaba escapar de esa mirada que el sostenía sobre mis ojos, y por una vez pensé que me gustaría que el fuese más alto, o que yo más baja así evitarle sería más sencillo y menos notable.​
    Hoy llevas la misma remera me señalo.​
    Me encogí de hombros, mientras las heridas que había olvidado durante unos minutos volvían a mí. Era débil, de ser alguien más fuerte me habría deshecho de todo lo que me unía a ellos y comenzado de cero, y aun así no podía evitar tararear las canciones que les había escrito mientras trabajaba.​
    Supongo que cuesta un poco desprenderse fue todo lo que le respondí, sintiéndome peor a cada segundo que pasaba y escapando por fin de su mirada.​
    Estas llorando señalo con la misma voz de antes.​
    Yo no lloro le mentí a mi ídolo, a punto de quebrarme ante el peso de los sentimientos intensificados por el alcohol.​
    Mi cabeza dolía, mi corazón dolía y mi cuerpo se sentía débil. Me excuse rápidamente de Ruki, perdiendo para siempre mi oportunidad de fan de hablar con él y decirle lo que siempre quise decirle. Pague lo que había bebido y luchando con las mangas de mi gabán y la correa del estuche de mi instrumento me marche del lugar, afuera los ruidos urbanos de Tokio hicieron mi cabeza doler más.​
    Camine un par de cuadras en dirección a mi hogar, y esa simple palabra disparo todo: mi hogar no era esta mega ciudad de acero y vidrio, mi hogar era una casita de zona suburbana en un país agroexportador, con mi familia y amigas de verdad ¿Qué demonios hacia yo en Tokio? ¿Por qué no había cumplido mi sueño profesional como tantas veces me habían dicho mis padres y aceptado la beca del Balseiro? ¿De verdad había sido tan estúpida de creer que aquí todo sería miel sobre hojuelas?​
    Me sentía horrible, la cabeza me latía, mis entrañas parecían estar jugando al "corre que te pillo" dentro de mí, y mis pies estaban tan pesados que se negaban a moverse. Estaba apoyada contra una pared, ofreciendo un aspecto deplorable con mi cara surcada de lágrimas y la depresión marcada en mí. Solo faltaba que se pusiera a llover para completar el cuadro...​
    ¡¿Enserio?! No pude evitar gritar en la lengua que me había pasado los últimos días hablando sin cesar.​
    Levante los brazos al cielo en un gesto de exasperación máxima y perdí el equilibrio precario que me quedaba. Me sorprendió que el lugar de caerme de trompa al suelo fui detenida amablemente por unos cálidos brazos.​
    No deberías de beber si no estás acostumbrada a ello me susurro la misma voz del bar.​
    Dirigí mi enojo hacia el mientras me levantaba bruscamente.​
    Pues sabes, el hecho de que digas eso ahora no me ayuda mucho.​
    Me iba a dejar caer en la pared de espaldas, pero casi en el último segundo recordé mi bajo, con lo que extendí mis brazos hacia atrás para frenar el impulso como pude. Deje que mis cabellos mojados cubriesen mi rostro, ocultando la vergüenza del aspecto que debería de ofrecerle a una de las personas que más admiraba. Le veía cerca de mí con una paciencia que pesaba en sus ojos, como si entendiese lo que me estaba pasando y ni siquiera le había contado nada. El mundo volvía a difuminarse y me quedaba cada vez menos tiempo antes de llegar a un completo estado de inconsciencia, así que con todas las fuerzas que pude reunir me separe de la pared con un brazo y proseguir mi camino saludándole. El comenzó a caminar a mi lado siguiendo mi paso lento y vacilante.​
    ¿Cómo le harás para cruzar la calle? me pregunto, y yo la verdad que ya mas que ganas de oírle tenía ganas de estrangularle.​
    Como lo hago siempre, miro y cruzo.​
    ¿Con ese equilibrio? Suspire ante su lógica, sobretodo porque a pesar de estar deprimida la idea de ser atropellada no era nada atractiva, aunque quizá le daría la bienvenida si podía acabar con ese dolor de cabeza infernal.​
    Al final, no era estúpida (en absolutamente ningún sentido) y acabe cediendo parcialmente a su lógica.​
    De acuerdo ¿qué propones?​
    Déjame llevarte a tu casa.​
    ¿No que aquí en Japón estaba mucho eso del respeto y la distancia con los desconocidos? le dije, volviendo a intentar que me dejase en paz.​
    ¿Y? Sonaba un poco confundido, y mi yo pervertida salió a flote.​
    ¿No tienes miedo de que yo, siendo como soy una fan obsesiva, me tire encima tuyo y te acose sexualmente?​
    En ese estado dudo que siquiera llegues a la esquina.​
    Sentía mis piernas temblar, y no podía entender porque demonios seguía tan cuerda y perceptiva cuando me dolía todo. Solo quería acabar con esto de una vez aunque probablemente no pudiese volver a verle en mi vida.​
    De acuerdo, has como quieras.​
    Sonrió ante mi rendición final y me dijo que le esperase. Mi mente se embotaba a cada segundo más en la lluvia, agradecía al cuero de mi gabán y al del estuche de mi bajo que mantuvieran secos mi cuerpo y mi instrumento, el frio de la lluvia y el fuego en mis entrañas... un extraño tema, adecuado para una canción quizás...​
    Oí una voz, llamarme pero la oscuridad era más acogedora para huir, porque si he de ser sincera es lo único que se hacer. Y así fue, hui de la helada noche y del calor ardiente de mi ser.​
    Próximo capitulo: "La casa de Ruki y los sucesos más raros de mi vida"
     
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    Temarii Juuzou

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    Hola!
    Gracias por hacerme caso en eso de los parrafos, en verdad ahora se puede leer mejor :D

    Bueno, a comentar, no vi muchos errores, unos cuantos acentos como estos:
    y nos la pasamos sumamente incomodos hasta que el concierto comenzó.

    La palabra se asentua: Incómodos

    Bueno, una que otra coma que te falla, pero la verdad no es nada grave, eres bastante buena.

    Me atrever a decir que le tengo una envidia a Nat-chan, ella ya conoció a sus idolos y yo... me tengo que epserar a Junio e3e y ni siquiera se si los vere :P pero bueno, , me gusto bastante el capitulo, es genial la manera en como haces que el personaje narre bastante bien la manera en como se siente, aunque no conozco a la banda, con esas descripciones, me parecieron muy guapos xD

    "– ¿No tienes miedo de que yo, siendo como soy una fan obsesiva, me tire encima tuyo y te acose sexualmente?"

    Me sentí identificada totalmente en ese párrafo :P

    Bueno, me dejaste picadisima, ya quiero saber que le pasara a nuestra protagonista :P espero la continuacion pronto.
     
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