One-shot Meiko no Monogatari

Meiko no Monogatari​

Mi nombre es Meiko. De seguro ya me conocen, claro, soy la vocaloid más hermosa y talentosa de todas... y la más sexy también. Si hay algo que me gusta es el alcohol. Sip, en especial el sake. ¿Cuándo fue que empecé a amarlo? Pues, cuando comenzaron mis problemas. ¿Y cuándo comenzaron mis problemas? Bueno... comenzaron con dos palabras:
— ¡Estás DESPEDIDA!
— ¿Eh? ¿Es conmigo? — Pregunté, señalándome a mí misma.
— ¡Claro que es contigo! Eres la única que pierde su tiempo coqueteando con los chicos de la cafetería. — Me sermoneaba mi jefe. — Se supone que tu trabajo es limpiar las mesas y entretener a los clientes con TUS canciones.
— ¡Y eso hago! — Le repliqué.
— ¡No, no lo haces!
— ¡Claro que sí! ¿Acaso no ves todas las propinas que gano? — Realmente ganaba muchas propinas y lo único que debía hacer era sonreír... Y... a veces quizás dejar ver un poco el escote. A VECES...
— Sobre eso, de seguro es porque usas faldas cortas y te maquillas de más. — Me explicaba el jefe. Era difícil concentrarme en lo que me decía ya que no podía dejar de mirar el trozo de carne que tenía atorado en sus dientes. Pero que ASCO de hombre. En fin, luego de eso le dije:
— Nop, me dejan propinas por mis botas de cuero y mis medias largas... Ah, si... y por mi bella voz.
— Pues, definitivamente no es por tu ‘‘Bella’’ voz. — Me replicaba. — Ahora vete, no quiero que sigas trabajando aquí.
— Oh, vamos jefecito... — Le insistí. Aunque coquetear no servía de nada porque... pues... ahora que lo pienso... creo que mi jefe era algo... GAY, muy gay. Lo he pensado desde que lo encontré cantando temas de Bieber... — Por favor, sabe que necesito este trabajo...
— No me importa, no puedo hacer nada por ti. — Me decía, dejando a la vista aquél trocito de carne entre sus dientes. — Lo siento, deber salir de aquí ya. Adiós Meiko.
— Jefe...
— Lo lamento, Meiko... Sabes que siempre serás mi Baby...
— ¡AY! Por favor no cantes ésa canción, ¡Ya me voy! ¿Contento? — Creo que fue algo inteligente salir de allí antes de convertirme en Belieber. Así que me fui con el poco orgullo que me quedaba. Luego de eso, anduve caminando por las calles pensando qué hacer. Ya no tenía trabajo, ni talento u orgullo. ¿Qué me quedaba? Sólo mis botas costosas. Ah, y un chicle de menta.
En fin, luego de andar vagando completamente deprimida, me detuve frente a un lugar que me pareció curioso. Al mirar por la ventana logré ver a varias personas charlando y bebiendo, así que decidí entrar. Recuerdo que adentro había varias mesas y un grupo de personas alrededor de una mesa de billar. Lo que más llamó mi atención fue aquél escenario más al fondo, pero decidí ignorarlo por el momento.
Después decidí sentarme en una de las sillas frente a la barra, la cual era atendida por un lindo barman. Un barman MUY sexy.
— ¿Qué se le ofrece señorita? — Me pregunto el sexy-barman mientras limpiaba una copa con un pañuelo.
— Vaya, esto es vergonzoso... La verdad no vengo a bares muy seguido así que no sé exactamente que pedir. — Por supuesto era mentira, sí sabía EXACTAMENTE qué pedir; quería una mordidita de ese sexy-barman. Y también quería aquella chaqueta roja de la tienda de enfrente. Pero volviendo al tema:
— Vaya, en ese caso... Creo que sake sería algo por lo qué empezar... —Me sugirió.
— Hmm... ¿Y qué tipo de sake me recomiendas? — Le pregunté, algo coqueta.
— Veamos... Quizás One Cup Ozeki. — Me dijo, sirviéndome un poco de ese tal Ozeki. — Aquí tiene, señorita.
— Gracias, lindo. — Le agradecí.
Por un momento había olvidado todos mis problemas y angustias. Pero luego el barman se tuvo que ir un momento.
Ya había acabado mi sake y se me antojaba un poco más así que comencé a ponerme algo impaciente. Justo cuando un hombre gordo se me acerca y me pregunta que se me ofrecía, le respondo:
— ¿Quién es usted?
— Soy el barman. — Me dice el gordo.
— NOO.... el otro chico es el barman. ¿En dónde se metió? ¿Podría traerlo aquí?
— Aah... Se refiere a Peter. Parece que tenía algo que hacer así que tuvo que irse. Yo lo estoy remplazando. — En el momento en que dijo eso, comencé a recordar mis problemas, pues ya no tenía al sexy-barman que me distraía.
— ¡No puede ser! ¡Debe traerlo de regreso! — Le insistí.
— Lo siento... no puedo hacer eso. — Me negó.
5 minutos después...
— Aawh... ¡No puedo creer que haya sido despedida! ¡Ahora no sé que hacer! ¡Estoy sin empleo, sin novio, sin orgullo, sin éxito alguno y sin mi sexy-barman! — Exclamaba entre llantos...
— Ésta mujer sí que tiene problemas... — Murmuró el feo-barman. Y lo escuché claramente, ¡barman de mi*rda!
— D-deme otro... Ozeki... Awrg... — Decía mientras me ahogaba en alcohol. Sip, mi dicho era: ‘‘Bebo para ahogar mis penas, pero mis penas saben nadar’’. Es por eso que simplemente seguía bebiendo.
20 minutos después...
Yo estaba MUY EBRIA. Recuerdo que subí al escenario y comencé a cantar ‘‘Change Me’’, una canción que yo había compuesto. Varias personas parecían disfrutar mi actuación, otros me miraban extraño pero estaba tan ebria que no me importaba. Al terminar de cantar... No sé por qué rayos grité ‘‘Soy Sakine Meiko y ustedes son mis p*rras!
Bueno... creo que ésta vez me había humillado aún más. Pero mi suerte estaba a punto de cambiar cuando unos sujetos de traje negro se me acercaron y me dijeron:
— Señorita... Sakine, ¿No?
— Sí. ¿Ocurre algo... señores? — Les pregunté, mientras me tambaleaba un poco. DEMONIOS, sí que estaba ebria.
— Estamos buscando gente talentosa como usted... — Me decían.
— ¿Ah, si? ¿Y ustedes vienen de...?
— De VOCALOID. Una compañía en busca personas talentosas que aspiran convertirse en Idols.
— Hmm... No lo sé... — Dudaba.
— La paga es buena...
— ¡ACEPTO! — Dije sin dudarlo. — Pero con dos condiciones... — Exigía
— ¿Y cuáles serían esas condiciones? — Me preguntó el hombre que parecía salir de la película ‘‘Hombres de negro’’
— Número uno: Tendré acceso ilimitado a todo el sake que desee. Y número dos: Deben decir ‘‘Somos tus p*rras, Sakine Meiko’’. Vamos, díganlo.
— Eeeh... De acuerdo... Somos tus p*rras, Sakine Meiko...
Haa... Recuerdo esas palabras completamente. Eran mágicas. Luego de eso me uní a VOCALOID, además... no era tan malo como pensaba... La paga era buena, tenía acceso a todo el sake que quería, había hecho muchos amigos e incluso logré mi aparición en un concierto. Sip, todo era perfecto. A pesar de no tener una marca con el número 01 en mi brazo, siempre seré la primera Vocaloid, y siempre seré recordada. Claro, porque si me olvidas... ¡Te las verás conmigo!
Así que recuerda siempre éste nombre: MEIKO, sólo así podré brillar como una Vocaloid.
FIN.

Nota: estoy planeando hacer un fanfic de Vocaloid y como me falta inspiración para continuar mi fic, decidí hacer mientras uno más sencillo y corto. Me basé en un fic que estaba escribiendo hace mucho pero nunca lo había publicado. En realidad, he escrito varios fics pero NUNCA he publicado alguno... así que éste es mi primer fic... u.u.... Acepto criticas de todo tipo ya que en verdad no me tomé en serio esta historia, sólo lo hice para matar el tiempo en menos de 3 horas xD Bueno... espero publicar mi otro fic alguna vez asi que iré a leer fics y libros para poder inspirarme... BYE! ^^