Mean Paths

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por alexxMS, 14 Junio 2013.

  1.  
    alexxMS

    alexxMS Entusiasta

    Capricornio
    Miembro desde:
    13 Agosto 2011
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    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Mean Paths
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    12
     
    Palabras:
    3673
    Mean Paths
    Acaso nunca se han preguntado a sí mismos ¿Qué haría yo por amor? Pues esa podría ser una pregunta más difícil de lo que parecer. Esta historia trata sobre eso, en este caso un padre, el escenario: el viejo oeste, pocos meses después de la guerra civil. Este padre es un hombre que ha llegado a los 50 años pero que puede cuidar a su familia como cualquier enérgico joven. Su familia, conformada por su hija adolescente y el viven a las afueras del pueblo en una pequeña granja, alejados de la vida citadina, alejados de la lujuria y la violencia, alejados de un mundo que no avanza al mismo paso que ellos y los deja perdidos en el camino del tiempo dejándolos varados en un pequeño pedazo de cielo solo para ellos dos, y si, es una vida solitaria, pero dicen que si tienes amor no necesitas nada. Sin embargo, puede que nosotros acabemos con el pasado pero él nunca acaba con nosotros, y en esta historia el pasado ha venido para saldar cuentas manchadas de sangre.
    Capítulo 1
    Hace mucho tiempo atrás hubo un hombre solitario que vivía a las afueras de una pequeña ciudad muy lejos de la sociedad, este hombre no vivía solo, tenía a su hija, una joven que amaba a su padre como pocos hijos pueden decirlo, ella fue criada por este hombre solitario que llevaba por nombre Robert, pero le gustaba que su hija lo llamara Bob. Ellos eran dos almas solitarias alejadas de un mundo que avanzaba rápido y los dejaba atrás, pero ellos se acostumbraron a ello, abrazaron su destino porque les gustaba, les gustaba el destino que les había tocado vivir, pero se equivocaron, ese no era su destino, era solo una cortina de humo, un sueño que duro demasiado y del que tenían que despertar tarde o temprano.

    Era un día normal como todos y Robert como todos los días a la misma hora se sentaba en una silla al lado de la puerta de su casa para ver la puesta de sol, observaba el sol caer sin ni siquiera moverse, lo miraba fijamente sin mostrar expresión alguna. Era solo él y aquella hermosa puesta de sol diaria, solos ambos cada día. Al caer el sol de manera completa y darle paso a la luna Robert entraba en su casa y cocinaba la cena para él y su hija. Después de cenar salen un rato a mirar las estrellas y contarlas, algunas ponerles nombre un tanto tontos y reírse de ello, burlarse de sí mismo y reírse hasta que el sueño sea tan fuerte que deban irse a dormir.

    Lo que ambos no sabían es que la noche era joven y el siempre inevitable y despiadado destino haría acto de presencia en forma de dos violentos pistoleros que cabalgaban hacia allá, hacia esa granja, hacia ese pequeño pedazo de cielo. Poco a poco el silencio de la noche se torna en ruido ensordecedor de dos pistoleros en sus caballos cabalgando a toda velocidad.

    Al llegar a destino todo parecía normal, una velada común y corriente, el viento soplaba como era común y la luz de las estrellas bañaba el paisaje como era común, sin embargo esta no era una noche común, era una noche especial.

    Al llegar a la granja ambos pistoleros bajan de sus caballos, ellos dos están frente a esta granja no muy imponente, de hecho, bastante humilde, no tenía demasiadas cosas, sus cosechas apenas podrían alimentar a una familia. En este momento ambos pistoleros sacan sur armas y le quitan el seguro, se preparan a entrar, la mirada de ambos muestra su disposición a cualquier cosa, sin embargo, ellos no venían a hacer cualquier cosa, ellos tenían un objetivo claro. Ambos entran a la granja y ahora están frente a la puerta de la casa, esta luce bastante deteriorada, la madera está dañada y apenas puede mantenerse cerrada así que no tenían que hacer mucho esfuerzo, sin embargo, uno de estos dos hombres decide acabar rápido y le dispara directamente a la cerradura lo que causa un gran ruido, y esto despierta a Robert y a su hija inmediatamente. Cuando ambos entran buscan los cuartos, pero están al final del pasillo y no están unidos, uno está al final del pasillo izquierdo y el otro del pasillo derecho. Cada uno va por cada pasillo pero Robert que tomo su escopeta rápidamente se le olvido que las balas estaban en otro cuarto, el cuarto al lado derecho del suyo, aun así, Robert sale de su cuarto pero antes de darse cuenta ya está siendo apuntado por un arma. La cara del hombre que le apunta se le hace conocida, y de repente, una leve y cínica sonrisa sale de la cara de este pistolero que no duda ni un segundo en acercarse a Robert. Bob no tiene balas y él lo sabe, así que no podría tratar de intimidarlo ya que el arma del joven esta evidentemente cargada. Robert baja el arma lentamente mientras el joven se acerca paso por paso muy lentamente hasta llegar donde esta Robert, que como ya está desarmado aprovecha para darle un tremendo golpe en la cabeza con su arma dejándolo tendido en el suelo debido al dolor. Robert pone las manos sobre su cabeza y al retirarlas puede ver sus manos manchadas de sangre, también puede ver las gotas de sangre provenientes de su cabeza cayendo frente a sus ojos. En ese preciso instante Robert oye como de un golpe la puerta del cuarto de su hija es tumbada, al mismo tiempo que oye los gritos de su hija debido al miedo que le causaba el salvaje pistolero.

    Robert se levanta de inmediato del suelo al escuchar los gritos de su hija pero este de nuevo es golpeado, esta vez en el estómago, por el joven que con la misma sonrisa cínica lo levanta del suelo después de caer al piso debido al golpe en el estómago con el arma. Robert esta lastimado y no puede pelear, está herido e indefenso y no puede defender a su hija lo que le causa un gran miedo y dolor, en ese momento ve a su hija que es llevada por el otros pistolero, aunque el la está jalando por el cabello y le apunta directamente a la nuca con su arma, ella no pelea ya que está congelada por el miedo. Entonces Robert lo ve, ve al hombre que tiene a su hija en sus manos. Él no lo puede creer, no puede creer que es el mismo hombre, eso no es posible, no debería ser posible pensaba él. Mientras Robert esta atónito el hombre que maltrata a su hija se ríe de él.

    Entonces Robert comienza a hablar con el poco aliento que le queda:

    — Por favor no le hagas daño a mi hija, te lo suplico. — rogaba Robert con voz temerosa y tono bajo.
    — No Robert, he venido a cobrar tu deuda. — contestaba el hombre con la misma sonrisa de satisfacción.
    — ¡Déjala fuera de esto, Daniel! — gritaba con todas sus fuerzas.
    — Quiero saber su nombre, ¿Cómo se llama? — preguntaba Daniel con intimidante voz y mirada.
    — ¿Su… su nombre?... su nombre es… El… Elizabeth… su nombre es Elizabeth. — respondía Robert tartamudeando de miedo.
    — ¡Es un lindo nombre, verdaderamente lindo! — gritaba Daniel mientras sujeta más fuerte del cabello a Elizabeth causándole más dolor lo que la hace gritar más fuerte.

    En este momento el joven que había herido a Robert se retira de la casa guardando su arma.
    — Entonces… ese tipo… es… es… Gavin. — tartamudea Robert.
    — Si Bob, ese es el pequeño Gavin. — responde Daniel con una sonrisa de satisfacción macabra y atemorizante. — Veras, Bob, esto es lo que te ganas por ser un imbécil, ahora me llevare a tu hija muy lejos donde nunca la encuentres para hacerte sufrir el resto de tu condenada vida ¿entiendes? — declaraba Daniel con amenazante voz mientras miraba de manera fría a los llorosos ojos de un devastado Robert que ya no podía hacer mas que arrodillarse ya que sus piernas temblaban y no podían mantenerlo de pie.
    — Por favor no lo hagas, no ella, ¡ella no te ha hecho nada, bastardo! — gritaba con fuerza y sin aire el pobre Bob.
    — No me importa, esto y mucho más es lo que te lo merecer, imbécil. Ahora es tiempo de largarnos de esta granja de mierda. — expresaba Daniel mientras guardaba su revolver en la culata no sin antes de nuevo golpear a Robert en la cabeza dejándolo esta vez inconsciente.

    Así ambos pistoleros se largaban con la pobre Elizabeth. Pobre chica, que debe sufrir por pecados que nunca cometió y de los que es totalmente inocente, solo otra víctima en este injusto mundo.

    A la mañana siguiente Robert despierta aturdido y adolorido, trata de levantarse pero pierde la estabilidad fácilmente y cae de nuevo, lleva sus manos a su cabeza como señal del dolor de cabeza provocado por el golpe del revolver recibido la noche anterior. En su cabeza y su camisa hay sangre seca proveniente de él. Robert, todavía algo aturdido, se levanta y sale de la casa, trata de ver al sol pero no puede, luego mira al suelo y se agacha, comienza a mirar hacia todos los lados como señal de su desesperación ya que ha recordado que su hija Elizabeth, ha sido violentamente arrebatada de sus manos. Agachado en el suelo comienza a llorar y gritar el nombre de su hija en repetidas ocasiones y cada vez más afligido y adolorido. Después de un corto pero muy melancólico llanto se levanta y seca sus lágrimas con sus manos, y en ese mismo momento aparece una mirada en su rostro y no es la mirada de alguien ordinario, es la mirada de un asesino a sangre fría, un hombre temible y frío. El viejo pistolero retirado vuelve a su vida pasada por un último viaje, uno de ida pero muy probablemente no de vuelta, sin embargo al pistolero no le importa y hace caso omiso de esto, ya no le importa cuales sean los obstáculos el cree poder superarlos, él está convencido de poder hacerlo. De inmediato entra a la casa y va hacia la última habitación del pasillo izquierdo, a un lado de su cuarto, allí guardada en una caja en una repisa vieja y olvidada vivía escondido un viejo amigo del pistolero, uno que él pensó nunca más necesitar. He allí, escondido en una vieja repisa llena de polvo en una esquina de un cuarto olvidado y lleno de telarañas y polvo, se encuentra un revolver plateado que, a pesar de que todo a su alrededor envejecía y moría, este seguía tan reluciente y limpio como el día en el que fue guardado allí para nunca mas ser utilizado.

    Bob no tiene balas de revolver, así que tiene que ir al pueblo más cercano a comprar las que sean suficientes para así comenzar su largo viaje.

    Al salir de la granja con el sol sobre sus hombros saca su revólver y ve como el sol se refleja en este recordándole así viejos pasajes de su vida, pasajes de los que no quiere recordar, pasajes que le gustaría olvidar.

    Bob toma su mejor caballo del corral y lo monta para así ir a la ciudad. Entonces comienza a cabalgar aquel antiguo forajido, con su fría mirada al frente y la cabeza en solo una cosa: venganza. No es un viaje corto hasta el pueblo, sin embargo sigue sin importarle, no le importa como el infernal sol se propone a dañar su viaje lanzando hacia el fuertes olas de calor insoportable, no le importa el aroma a muerte que desprende ese desierto, no le importa pensar en cuantas personas ha muerto allí, no le importa pensar en nada mas allá de la venganza, esta es su obsesión.

    Sigue cabalgando por un largo tiempo hasta al fin llegar al pueblo, un pueblo familiar para él ya que en este se desarrollan algunas de sus más importantes memorias. Al llegar allí sobre su caballo la gente lo ve cabalgando y lo mira directo a los ojos, los más jóvenes se alejan de él, sienten temor acercándose a su caballo. Los más adultos lo recuerdan y prefieren ni mirarlo, algunos entran directamente a sus casas o tabernas o prefieren simplemente alejarse.

    Robert se acerca a una taberna de aspecto añejo, la madera está podrida y a su alrededor un eterno olor a whisky y sangre seca rodean la ya olvidad en el tiempo taberna. Robert al entrar a esta taberna puede oler directamente aquel whisky añejo, la sangre seca en las paredes y el sudor proveniente de los violentos pistoleros a su alrededor en aquella taberna. Al entrar camina lentamente mientras la gente lo mira, algunos se ríen pero la mayoría no dice nada, un nervioso y sudoroso joven incluso pone su mano sobre su revolver debido a los nervios, sin embargo, Bob no le da mayor importancia y sigue acercándose hacia la barra para hablar con el cantinero. Entonces Robert está en la barra, allí se sienta en el asiento ubicado en el centro de la barra, allí junta sus manos sobre la barra y pregunta por el cantinero que aparentemente no estaba, Bob grita alto y claro — ¡¿En dónde se supone que debe estar el cantinero de una taberna si no es en la condenada barra y servir unos tragos?!—. Se escucha fuerte y claro, entonces, se escucha un fuerte golpe en el piso de arriba seguido de una ligera risa femenina, luego se escuchan los pasos de una persona aparentemente apresurada.

    Los pasos se hacen cada vez más fuertes hasta que se puede ver al hombre bajando de las escaleras alterado y con unos pantalones no bien puestos, lo que causaba que constantemente tuviera que levantarlos para que estos no cayeran totalmente lo que complicaba bastante su bajada por las escaleras. El hombre entonces pudo bajar sin mayor percance, sin embargo estaba claramente avergonzado, se notaba en su cara. Este apenado hombre que era el cantinero va a atender al hombre que acaba de gritar, cuando mira su cara lo reconoce inmediatamente y su vergüenza pasa rápidamente a asombro, mientras, en las escaleras se ve bajar a una muy joven mujer de hermoso cabello rubio de notable sensualidad que debía promediar entre los 16 y 18 años semidesnuda y borracha, lo que se notaba mucho en su andar, esta da pequeños pasos mientras su ropa cae con facilidad y se llega a notar gran parte de sus senos y abdomen, al ver que no puede bajar por las escaleras debido a su estado mira directamente al cantinero y mientras vagamente trata de cubrir sus senos y abdomen desnudos preguntaba —¿Qué haces aquí abajo? Deberías estar arriba conmigo, vamos, aun me quedan algunas fresas, vamos arriba —. El cantinero, cuya edad corría entre los 50 años la mira con vergüenza e indiferencia y le responde: —Tengo un jodido negocio que atender aquí ¿entiendes?, no puedo hacer como tú y pasarme todo el día… en… lo que tú haces— respondía con desprecio y enojo, pero a la vez con vergüenza, se notaba en su mirada y sus pausas al responder solo denotaban mas su vergüenza.
    La chica enojada sube por las escaleras a la habitación no antes sin decir — ¡Si vas a hacerme esto cada vez que cogemos entonces me largare de esta puta mierda de taberna tuya!— gritaba con fuerza, enojo y desdén al subir por las escaleras mientras su ropa seguía cayendo y deslizándose por su frágil y exótico cuerpo juvenil de inocencia pervertida.

    A lo lejos, en una de las mesas, dos hombres sostienen una conversación en la que uno de estos hombres, el más veterano le comenta al más joven:

    — Esa chica… se me hace familiar… pero no sé dónde la he visto, probablemente allá sido en algún burdel de por aquí, es lo más seguro. — comentaba el hombre de edad un tanto avanzada.
    — A mucha gente se le hace conocida. Se llama Melissa… y es sobrina del cantinero. — explicaba el joven con cierto cinismo en su tono de voz y mirada.
    — ¿Su sobrina? Vaya, es una niña y ese desgraciado está haciendo quien sabe que perversiones con esa chica… que mundo tan degenerado en el que vivimos… ya no es un país para gente como yo. — expresaba con notable desdén en su voz y su mirada directa al cantinero era solo de desprecio.

    Robert en ese momento comienza a charlar con el cantinero:

    — Es increíble que a tu edad aun te metas en ese tipo de faldas, muy impresionante, sobre todo porque nunca fuiste agraciado físicamente. — exclamaba Bob con una sonrisa burlona en su rostro.
    — No estoy para estupideces ahora, ¿entiendes? Preferiría que llegaras al punto rápido porque para ser sincero no me gusta ver tu rostro por aquí, es mas, dudo que alguien le guste. — expresaba con aparente molestia el cantinero.
    — Bueno, en ese caso iré directo al grano. La verdad es que estoy aquí para encontrar a Billy Baker, y sé que tú eres el único hijo de perra en este condenado pueblo que sabe dónde está así que me gustaría saber su localización. — declaraba Robert al cantinero.
    — Estas loco si crees que te diré donde esta ese bastardo, no quiero que ambos vuelvan a hacer fechorías en este pueblo otra vez. — comentaba el cantinero.
    — No es para nada de eso, es para encontrar a mi hija, ella está desaparecida y necesito que me ayude a buscarla. — explicaba Robert omitiendo cierto importante detalle.
    — No me lo creo. — decía el cantinero con tono pomposo.
    Entonces Robert con una mano lo jala por su camiseta hacia él y con la otra le pone el revólver en la frente mientras que todos se levantan y sacan sus armas amenazándose entre ellos, de hecho, solo unos pocos apuntaban a Robert. En ese momento Robert le dice el atemorizado cantinero— No me importa lo que pienses, eso es lo de menos para mí, lo único que quiero saber es donde está Billy Baker, eso es todo. — El cantinero responde rápidamente con temor — Está a…a… las afueras… tiene una… pequeña granja… no es la… gran cosa… en realidad es bastante mala, no te puedes perder, está poco más adelante del burdel de la Sra. Bender. —

    En ese momento Robert guarda su revolver y con una sádica sonrisa se aleja mientras los demás guardan sus armas sin saber exactamente lo que paso. Robert sale de la cantina con lentos pasos que hacían a los demás temblar y con una mirada fría y distante se aleja de la taberna, se monta en su caballo y se va de allí, sin embargo poco después de irse puede escuchar un disparo proveniente de esa cantina, luego escucha dos más, uno seguido del otro. El hace caso omiso y se aleja de allí ya que simplemente no es de su incumbencia, esos días ya han pasado para él, cada uno de los sórdidos disparos que escuchan le recuerdan un poco su pasado así que toma otro camino, uno lejos de su pasado, pero bien sabe el que ese camino solo servirá para abrir viejas heridas y abrir nuevas, sin embargo lo acepta porque, simplemente, es su destino. Así simplemente sigue cabalgando hacia su destino, una pequeña granja a las afueras de un pequeño pueblo lleno de oscuros recuerdos, tétricas crónicas y violentas historias.


     
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  2.  
    Uzuqui

    Uzuqui Entusiasta

    Escorpión
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    Escritora
    se ve interesante, la narrativa es buena y me gusta mucho.
    me dio pena la chica...
    y los andares del viejo cantinero me asquearon...como es posible?!
    pero bueno todo da cara a la historia que se inicia bien
    espero volver a leerte pronto...(es decir espero continuacion n_n)
     
  3.  
    Keilani

    Keilani Usuario popular Comentarista empedernido

    Libra
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    La trama parece interesante, un panorama inusual para lo que suelo leer en fanficslandia y sin duda tiene muchas preguntas para atraer al espectador. La pobre Elizabeth que fue secuestrada de manos de Robert, su padre en medio de aquella solitaria vida que les apartaba del mundo exterior y que en un principio hubiera jurado, eran las víctimas de todo; sin embargo, fueron las palabras de venganza, las que me hicieron dudar de Robert.

    Sobre la historia:
    • La narración resulta redundante. Redundar a veces sirve como un recurso en la narración, pero en este caso considero que se ha sobreexplotado su uso, te invito a revisar tu escrito y eliminar aquellas palabras que se repiten constantemente o que nos hacen retomar una y otra y otra vez el mismo aspecto.
    • Párrafos demasiado amplios que contienen demasiadas ideas. Todas las ideas están amontonadas en un mismo párrafo de tal manera que resulta un reto para el lector recordar tantos datos.
    • Hay ciertos errores de dedo que podrían corregirse fácilmente con una segunda lectura, como esos fragmentos en los que de pronto pasas de singular a plural, creo que eso solo ocurrió un par de veces por allí.
    Bueno, esas serían mis observaciones. Insisto es una trama interesante, adelante que espero llegar a saber el paradero de Elizabeth y como todo aquello tiene que ver con el amor ;).
     
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  4.  
    sakura Flower Blood

    sakura Flower Blood Iniciado

    Libra
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    Escritora
    se ve interesante, La narrativa Es Buena y Me gusta Mucho.
    Me dio lastima la de la niña
    Pero me gusto mucho ;)
     
  5.  
    Knight

    Knight Usuario VIP Comentarista Top

    Libra
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    Escritor
    Oh, impresionante. Me ha gustado bastante la trama de la historia... has sabido llevarla bien.
    Solamente te recomendaría que buscaras mas sinónimos para tu narración, a veces repites mucho las palabras y se mira algo tedioso, lo cual es terrible ya que tu fic es verdaderamente interesante.
    Además en algunas partes note tu descripción algo forzada... me explicaré mejor, repites las palabras pero sabes exactamente como se tiene que narrar algo, pero simplemente en algunas partes es mejor no escribir demasiado acerca de alguna cosa.



    Aquí por ejemplo, repites varias veces la palabra "sol".

    Acá te dejó la manera en la que yo lo haría para que se mirara menos apresurado. No le cambiaré demasiado.




    Como ves, solo es mi manera de redactar, tu tienes la tuya.. Pero solo cuida de no repetir demasiado una palabra.
    Tu ortografía está bien, tal vez uno que otro dedazo.

    Pero como dije, tu historia es muy interesante... Tengo ganas de saber a detalle como fue el pasado de ese pobre hombre, ¿Y cuál fue esa dichosa deuda para que tuvieran que raptar a su hija?
    Por favor avísame cuando tengas el siguiente capítulo. :3
     
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  6.  
    Pire

    Pire Usuario VIP Comentarista Top

    Escorpión
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    Escritor
    Como prometi aqui estoy, tarde pero estoy.
    Bueno ha sido muy interesante leer una creación tuya que realmente te ha gustado y en la cual ha insistido mucho para que lea x3
    Empezaré con el trama: oh, vaqueros, es simplemente inspirador y distinto a cualquier cosa que he leido como dijo Yuliet, lejano oeste, realmente tiene ese no se que el cual es de peliculas y eso me ha gustado mucho, eso distinto que le diste a la historia lo cual no atrapo y nos remonto a recordar ese desierto y calor abrazador que simulan en las peliculas donde en un pueblo o persecusion se desarrolla la trama.

    Oh, amo los pasados ocultos de las personas, siempre me ha parecido muy interesante ir llendo y desenterrandolos para traer una confrontacion tremenda que hace mas accion en todo el escrito, eso me ha gustado mucho en tu historia, los secretos, pasado, todo regresa cuando menos te lo eperas.

    Fue muy inteligente de daniel llevarse a su hija, es lo peor que puede sucederle a un padre perderla y no saber de ella pero imagina cuando esa persona es un vaquero retirado que causo extragos en todo el pueblo, ne esto se pondra interesante xD

    En cuando a la narrativa noté mucho un error que me inquieto, el como repites la misma idea en un mismo parrafo u oración, eso hace que cada cosa pierda la armonia. Ya has dado la idea, trata de buscar sinonimos o algo mas que agregar en ves de repetirlo.
    Por ejemplo en el primer parrafo repetiste mucho la palabra solitario lo cual es muy redundante o...

    Era un día normal como todos y Robert como todos los días a la misma hora se sentaba en una silla al lado de la puerta de su casa para ver la puesta de sol

    Quedaria mejor:

    O algo por el estilo, solo he notado ese repetitivo error en toda la narración, debes cuidar esos detalles pero en si la historia se ve muy prometedora e interesante me has atrapado en cada palabra y acción.

    En la parte de la chica sabia que te referias a eso antes de leerlo, creo que ya conosco tu manera de redactar o tu modo de pensar O-O neeeee gran trabajo encerio, trabajo en aquel aspecto y esto sera encantador ^^

    Espero ver otro escrito tuyo y que me invites a la conti ^^ besos

    Pire<3
     
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  7.  
    Bonita Lokita

    Bonita Lokita Usuario común

    Acuario
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    Hola! Bonita Lokita crazy of madara alias la funy se presente!
    La verdad nunca e leído nada sobre el antiguo oeste o algo parecido a tu escrito. No puedo decir con esa actitud que me gusta o no, pero si que me llama la atención la trama y tus personajes.
    Tampoco e leído muchos originales, por lo que no puedo darte una buena critica pero si un buen concejo; ya te mencionaron eso que utilices sinónimos o palabras diferentes. Pero, ¿acaso no da flojera pensar en eso? xD

    LA VERDAD! a mi si me dio cuando me lo enseñaron, pero en el instituto me pusieron a redactar el diccionario y depsues lo tome como habito. Una buena forma de buscar palabras o alentar a tu vocabulario es esa, escribe el diccionario ^O^

    No se si te lo mencionan pero, los diálogos puedes separarlos, aveces uno como lector (un lector primerizo o que solo esta aqui para variar) se pierde cuando estan pegados a la narración y es cuando da flojera seguir leyendo... ¬¬.... Ya se que no debes dar gusto y amor a todos, pero es un concejito (^u^)

    En tu narración no hay quejas, te enfocas en las escenas y actitudes pero a mi parecer, es como estar escuchando el resumen de una película, creo que aparte de poner las acciones y locales, también puedes incluir pensamientos, descripciones o sentimientos. Desarrollar la forma de narrar también te puede ayudar con las puntuaciones ".""," también utiliza ";""u/e""por""ahora""como""para que" todo eso para variar la lectura y hacerla ligera pero sin dar flojera. Hasta te darás cuenta que escribes menos xD

    En la ortografía ni me meto, es mi punto débil.

    En la trama pues, como ya dije jamas me a interesado el viejo oeste, mas que "el llanero solitario" y "Spirit, un caballo Veloz", nunca e leído uno igual, me pica la curiosidad el desarrollo de todo esto, aunque me recuerda a una película apocalíptica de vampiros donde al "monje cazador" le raptan a su hija y es en el desierto y bla, bla, bla.... -_-.... si ya se, no soy muy "culta" en eso pero es que me da mas flojera que la historia romana. ¬¬
    Ya, como sea... dejando atrás la seriedad...
    AAAAAAAAAAAAA ELIZABETH!!! DONDE ESTARA!!! QUIEN LA SALVAR?!?!?! BOB LOGRARA LLEGAR CON ELLA!?!? Y SI ESE TAL "GIVIN" ES MALO,MALO!?!?!? /(>o>)/ *da vueltas como loca* \(<o<)\
    CUANDO PONES CONTI?!!?!? TT^TT
    mira que si algo le pasa a la niña te fusilo nene ¬_¬
    Y la sobrinita esa... me cayo mal, ja! bonito vocabulario se carga para esa época -_- Y el señor "oh, ya no es país para gente como yo" ma! pues que se mude si no le parece al muy vegete, oh mejor, al gran fusil de la era de los dinosaurios ¬o¬

    jeje pero bueno, gracias por invitarme a leer y disculpa la demora ^o^
    ATTE:I´m crazy of madara, loka,loka,loka
     
  8.  
    alexxMS

    alexxMS Entusiasta

    Capricornio
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    Mean Paths
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    12
     
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    4751
    Capítulo 2
    Robert ahora cabalga a su propio paso hacia una granja a las afueras de aquel pueblito. Sigue las vagas indicaciones del cantinero para llegar al hogar de un viejo conocido llamado Billy Baker, el cual posee una granja no muy exitosa cerca de un conocido burdel debido a ciertos chismes pervertidos que rodean a la mujer dueña del lugar.

    Robert al fin se acerca y puede ver a su derecha aquel burdel, de hecho, le sorprende el hecho de que básicamente este igual a como lo recuerda, con algunos detalles un tanto diferentes pero nada importante, la pintura cambio un poco y parece que ahora tenía más éxito pero era básicamente lo mismo. Así Robert puede ver frente a él una pequeña granja no muy lejos de allí, le tomaría más o menos unos minutos llegar allí. Mientras cabalga hacia esta granja el camino se vuelve cada vez más complicado, el calor del sol aumenta y la inmensa soledad del lugar comienza notarse más con cada segundo, Robert comienza a sentir sobre sus hombros un peso difícil de sostener, afortunadamente para él llega a la granja antes de que este peso se haga más fuerte y comience a asfixiarlo.

    Al llegar allí puede notar lo poco cuidada que esta, la condición de la granja era precaria y no parecía haber un buen futuro para ella. Robert se baja de su caballo y lo deja al frente de esta granja, al entrar en ella puede notar que la casa está deteriorada notablemente, su madera se nota podrida y los vidrios de las ventanas manchados o directamente rotos, sin embargo, esto era solo la fachada, era la parte frontal de la casa, donde una puerta añeja parece que podría caer en cualquier momento, con el leve respirar del viento la casa se podría caer, o por lo menos así lucia a los ojos de Bob, que no dudo ni por un segundo que allí vivía su viejo conocido. Al estar allí se acerca a la puerta y toca ligeramente tres veces, el sonido es escuchado por Billy que estaba en la cocina junto a una mujer muy joven, al escuchar el tocar de la puerta Billy se dirige a atender, al abrir la puerta no puede creer lo que está viendo, primero piensa que sus ojos le engañan, que ha caído en la locura o que simplemente es un mal sueño, en su rostro se nota su asombro, en su silencio se escucha conmoción, sus manos y piernas tiemblan pero al momento en que Robert habla todo eso pasa, pues sabe que es real y que está parado frente a su casa.

    — Hola. —saludaba Robert con tono nostálgico.
    — No lo puedo creer. — decía Billy con mirada perdida y tono casi mudo.
    — Yo tampoco. Sigues siendo el mismo gordo de siempre. — decía Robert con una sonrisa y una ligera risa acerca del notable peso de Billy. Él también tenía cabello rubio y una barba del mismo color un poco canosa y notablemente descuidada, su piel era blanca aunque se notaba igualmente descuidada y sus ojos eran café, su vestimenta era una camisa blanca bastante manchada y sucia por lo que su tono era mas oscuro, sus pantalones eran marrones y parecían estar en el mismo estado que su camisa.
    Después de ese saludo una larga pausa silenciosa se adueña del ambiente, de repente no se escucha un sonido más que el del viento soplando, es entonces después de esa pausa llena de miradas y un perpetuo silencio que Billy invita a entrar a Robert a su casa, este acepta y entra a la casa de Billy, luego este lo lleva a la cocina donde se encuentra una mujer joven sentada junto a una mesa comiendo lo que parecía ser una torta. Billy le dice con emoción en su rostro que se siente junto con él a comer de esa torta, este acepta de manera inmediata.

    Al sentarse ambos junto a aquella joven de cabello pelirrojo y largo, de bella sonrisa y hermosa mirada comienzan a charlar:

    — Hombre, es que ya lo he dicho, pero sigo asombrado de tu presencia aquí. — comentaba con notable asombro Billy.
    — Y yo no puedo creer que sigas siendo el mismo gordo que recuerdo. — expresaba con tono humorístico y sonrisa burlándose de su peso.
    — Sigues siendo el mismo. — exclamaba Billy.
    — No, para nada. He cambiado mucho, mi hija me lo ha hecho. — manifestaba Robert con tono rotundo y mirada fija.
    — ¿Entonces qué diablos haces aquí? — preguntaba con mucha curiosidad Billy.
    — Vine para pedirte tu ayuda. — respondía Robert.
    — ¿Ayuda para qué? — preguntaba Billy con más curiosidad aún.
    — Para rescatar a mi hija… ella ha sido secuestrada. — respondía Robert mientras una lagrima se escapaba de su fría pero sensible mirada.

    Billy queda asombrado ante esta declaración y mira fijamente a Robert, mientras, la joven, dentro de su asombro no puede evitar inmiscuirse en la conversación diciendo lo siguiente:

    — ¡¿Su hija ha sido secuestra!? — comentaba con asombro y alteración.

    Billy la mira de nuevo a ella, luego se disculpa por haberse inmiscuido de esa manera y explica porque. — lo siento por haberlos interrumpido, sé que no es mi asunto, es solo que cuando yo era muy joven tenía una hermana menor que yo y ella fue secuestrada, lo que nos causó un gran impacto a toda nuestra familia, sobre todo a mis padres que cayeron en una inmensa depresión. Desde ese momento cada vez que escucho algo sobre secuestros o cosas similares recuerdo aquello y vuelvo a sentir eso de nuevo… el miedo, aquel miedo me tomo desprevenida en mi juventud… lo siento mucho, en verdad lo siento. — Mientras ella decía esto, miraba hacia el suelo y en su mirada se notaba dolor y una antigua angustia que hasta ese día la perseguía.

    Robert continuaba la conversación diciéndole lo siguiente a la chica:
    — Tranquila, es doloroso recordar esas cosas y creo que ha sido de mal gusto recordártelas. — manifestaba Robert mientras ponía su mano derecha sobre el hombro izquierdo de la joven ya que esta se encontraba sentada a su derecha.
    — Además, no creo haber escuchado tu nombre jovencita, ¿Cuál es? — preguntaba Robert con sonrisa disimulada en su rostro.
    — Me llamo Deborah. — respondía la joven que miraba directo a los ojos de Robert en ese momento encontrado en ellos algo de paz, y es que ambos parecían compartir un dolor similar, había algo en la mirada de ambos que los calmaba hasta cierto punto.
    — Deborah es una joven talentosa y muy dulce que ayuda con los quehaceres del hogar. — contaba Billy con ligera sonrisa.
    — A mí me parece una chica muy dulce. — comentaba Robert.
    — Definitivamente lo es. — apoyaba Billy con pequeña risa.

    En ese momento Billy y Robert comienza a discutir acerca de este secuestro.

    — Dime Robert, ¿sabes quién la secuestro? — preguntaba Billy.
    — Si lose, lose porque fue frente a mis ojos. Fue el condenado Daniel Hill. — respondía Bob mientras frente a sus ojos podía ver de nuevo aquel incidente.
    — ¡Ese maldito bastardo! bueno, en ese caso te ayudare, pero primero necesito la palabra de Deborah de que cuidara de esta granja como si fuera suya. — expresaba Billy mientras dirigía su mirada a la joven y hermosa Deborah.
    — Por supuesto, solo espero que no tarde mucho. — declaraba la joven hermosa. Deborah era una chica muy linda, de hermoso y cuidado cabello rojo zafiro, mirada dulce de ojos color miel, su piel era blanca y suave aunque estaba un poco bronceada, no era muy alta pero si muy linda y encantadora, su sonrisa era hermosa y podía encantar a cualquier hombre, su cuerpo era muy bello. Su vestimenta no era cara ni lujosa, un vestido azul un poco viejo era lo que llevaba la joven Deborah.
    — Eso espero también. — comentaba Robert.
    — Espero que no sientas esto como algo grosero en tu cumpleaños, Deborah. — expresaba Billy.
    — Claro que no, esta situación es mucho más importante, además, así podre yo disfrutar más de esta casa, creo que traeré a mis padres ya que no los veo desde hace mucho tiempo. — contaba Deborah.
    — ¿Cuántos años cumples? — preguntaba Robert.
    — 19 años. — respondía Deborah.
    — Siento que tengas que pasar esto en tu cumpleaños. — expresaba Robert mientras se levantaba de la mesa. — Aunque antes de irme me gustaría darle una probada a esa torta.
    — Creo que sería lo mas correcto. — apoyaba Bill con gran sonrisa.
    La torta de cumpleaños de la dulce Deborah era de chocolate, pequeña pero muy sabrosa, tenía un delicioso sabor que Robert no tardo en alabar. Luego Deborah le dijo que la hizo ella ya que le gustaba hacerlas, este sonrió y siguieron conversando por un rato.

    Al terminar aquella charla Robert sale de la casa y se monta en su caballo mientras espera su viejo colega. Billy mientras tanto busca su revólver y municiones, Deborah le empaca comida y agua para el viaje. Cuando este sale sostiene una corta conversación con Deborah, al final de esta ambos sonríen y él se aleja hacia su caballo. Cuando al fin ambos salen de la granja y se dirigen a otro lugar lejos de aquel pueblo comienzan a charlar ya que están cabalgando a la par.

    — ¿Qué pasa con esa chica, Billy? — preguntaba Robert.
    — No pasa nada. — respondía Billy.
    — No te creo, yo te conozco bastardo, sé que debe haber algo, solo hay que verla, es muy hermosa y joven. — refutaba Robert.
    — Solo pasó una vez y fue hace tiempo atrás… no tanto, no creas que soy esa clase gente. — explicaba Billy.
    — Sé que no eres así, pero te conozco amigo. — comentaba Robert.
    — ¿Y acaso tienes alguna idea de porque el condenado Daniel Hill secuestro a tu hija? — preguntaba Billy.
    — Claro que lo se Bill… fue por venganza, simplemente por eso. — respondía con seguridad Bob.
    — ¿Y adónde nos dirigimos ahora, Bob? — preguntaba Bill.
    — Iremos al lugar donde conocimos a ese bastardo, allí debe tener unos cuantos conocidos que nos pueden decir adonde se llevó a mi Elizabeth. —Respondía Bob con odio en su mirada.
    — Ten cuidado amigo, es posible que haya un serio derramamiento de sangre en esos lares. — expresaba Bill con preocupación en su voz.
    — Yo me preocuparía más por ellos. — comentaba con seguridad Bob.

    Entonces ambos partieron hacia aquel pueblo que quedaba lejos de allí y en donde esperaban obtener algunas respuestas acerca del paradero de la hija del viejo pistolero.

    Mientras tanto, muy lejos de allí, Daniel Hill acompañado de Gavin llevaban a la joven y asustada Elizabeth a una pequeña cabaña donde los esperaban unos cuantos pistoleros, allí, cuidarían de ella mientras Daniel resolvía algunos asuntos pendientes cerca de esa cabaña rodeada por un desierto tétrico y deprimente, sin casi vida en él, allí se resolvían muchos asuntos pendientes, en aquel desierto lleno de muerte y soledad. Gavin era el que llevaba a Elizabeth en su caballo, mientras Daniel cabalgaba solo, ambos llegaron con rapidez a aquella cabaña donde los esperaban unos pistoleros leales a Daniel, al entrar a la pequeña y no muy acogedora cabaña llevan a la joven a una habitación muy pequeña donde solo cabía una cama y apenas había espacio para caminar, al lado de la cama, una ventana pequeña en la que se podía observar el desierto, allí, en esa ventana Elizabeth podía ver aquel solitario desierto escaso de vida. En la sala de esa cabaña Daniel se reunía con sus leales forajidos para discutir temas sin resolver.

    — Bueno muchachos, espero que hayan podido resolver el pequeño asunto que les había encargado antes de ir por la chica. — comentaba Daniel mientras se sentaba junto a una mesa en el centro de la sala.
    — Claro jefe, no fue tan sencillo como pensamos pero lo logramos. En este momento los dos bastardos están atrás recibiendo unos buenos golpes de James que con mucho placer accedió a romperles las caras a los malditos. — respondía con sádica sonrisa unos de los pistoleros mientras miraba a los ojos a Daniel.
    — Me alegra que no los hayan matado aun, me gusta resolver mis propios asuntos y no dejárselos a los demás, es más reconfortante cuando sabes que tú eres el que la va a volar los sesos y no un tipo cualquiera, me hace sentir bien conmigo mismo. — explicaba Daniel con sonrisa de satisfacción.
    — Sr, sé que no es de incumbencia pero es que quisiera saber… ¿para qué traer esa chica aquí? ¿No es acaso más peligroso con ella aquí? — preguntaba con cierto temor en su tono de voz uno de los pistoleros que estaba cerca de la puerta de la cabaña.
    — ¿peligroso? ¿Acaso le temes a una chica de 16 años?... nunca cuestiones mis decisiones, son mías y tú no tienes ningún derecho de criticarlas. — respondía con soberbia Daniel.
    — Sr, ¿no quiere ver a los tipos que golpea James? Aunque no sé si los reconocerá ya que tienen todo el rostro destrozado. — sugería el forajido más joven de todos los presentes mientras reía.
    — Por supuesto que quiero, quiero que vean mi rostro antes de enviarlos al otro mundo. — respondía Daniel mientras se levantaba de la mesa para dirigirse al sótano donde golpeaban a los dos tipos.

    Así Daniel acompañado de sus fieles pistoleros se dirigen al sótano donde golpeaban a dos tipos, al llegar allí se puede oler la sangre aun fresca, se puede ver en el piso y hasta se podrían resbalar con ella. Solo Gavin y Daniel bajan por los escaleras del sótano, allí escuchan los fuertes golpes, pueden escuchar el aún mas fuerte llanto de aquellas dos personas, también podían escuchar la risa del torturador que disfrutaba con cada golpe. Cuando ambos ven por primera vez a los tipos se sombran por su alarmante estado, con sus rostros prácticamente desfigurados, una incontable cantidad de dientes en el piso rodeaban las sillas en donde ambos estaban amarrados, la sangre proveniente de sus rostros nos los dejaba ver casi nada y sus básicamente deformes bocas no podían emitir casi palabra alguna, solo pueden escuchar y llorar, tratar de describir a ambos hombre era prácticamente imposible, era solo la sombra de lo que solían ser, yo no queda nada de ellos.

    Daniel se acerca a James y le dice que tome un descanso, aunque el grande y musculoso no parecía necesitarlo. Daniel quería conversar con ellos antes de por fin liquidarlos y acabar con su tormento, así que se dispone a hablar.

    — No lo puedo creer, casi ni los reconozco, debo admitir que nunca fueron muy apuestos pero esto… solo puedo decir que sus rostros lucen muy jodidos, mas bien demasiado jodidos… ustedes lucen peor que una mierda, lucen horrible. — comentaba Daniel con enferma sonrisa y atemorizante mirada.
    — Estos putos han recibido lo que se merecen, esto es por tratar de robar propiedad del Sr Hill, y todos saben que nadie jode con el Sr Hill y sino… bueno ya vieron lo que pasa. — expresaba Gavin que estaban una esquina de la habitación.
    — Hubiera deseado atraparlos a ambos, que lastima que no pude pero de haber podido… — declaraba mientras su sonrisa se convertía en un gesto de odio.
    — Creo que ya no deben golpearlos más, creo que apenas te pueden ver, no queremos que no sepan quien les voló los sesos. — argumentaba Gavin con enferma sonrisa.
    — Tienes razón, pero no puedo hacerlo ahora. Gavin, quiero que lleves a estos dos afuera, quiero que cabes dos huecos para enterrarlos después de matarlos y quiero que este a la vista de nuestra invitada especial. — ordenaba Daniel.
    — Entendido. — respondía Gavin.
    — Yo tengo que hablar un momento con la chica, quiero conversar algo importante con ella. — comentaba Daniel.
    — ¿Te la vas a coger? — preguntaba Gavin mientras miraba con cierta curiosidad a Daniel.
    — No, y quiero que quede bien claro para todos, y es que nadie la va a tocar a ella, absolutamente nadie. — volvía a ordenar Daniel con tono fuerte y mirada muy fría que demostraba lo muy en serio que se tomaba esa orden.
    — Esta bien. Les diré a los chicos. — comentaba Gavin mientras Daniel salía de aquel sótano.

    En ese momento Gavin llamaba a dos de los chicos para llevarse a los dos hombres golpeados.

    Daniel se dirige al cuarto de Elizabeth, al entrar allí la puede ver a ella mirando por la ventana que estaba al lado de la cama, se escuchaba un pequeño gemido proveniente de la chica, cuando se da vuelta y mira a Daniel este nota sus ojos rojos debido aun callado llanto, puede ver la tristeza y desesperación en sus hermosos ojos azules como el océano. Al verla Daniel se acerca a la joven para hablar con ella, él no se notaba molesto, no tenía intención de hacerle ningún daño físico, simplemente se acercaba a ella para poder hablar. Ella estaba sentada en aquella cama para poder mirar por la ventana así que Daniel se sienta cerca en esa misma cama, aunque no a su lado y comienza a charlar.

    — ¿Sabes porque estás aquí? — preguntaba Daniel.
    — No. — respondía rápidamente Elizabeth.
    — Tal vez te cueste creer lo siguiente que te diré pero tu padre no es un hombre bueno, es mas malo que yo, es un hombre despiadado, un asesino, un demonio entre los humanos, uno de que debe ser eliminado de este mundo para ser devuelto al infierno donde pertenece. — explicaba con rabia en su voz.
    — No es cierto, mi padre es un buen hombre. — expresaba Elizabeth mientras pequeñas lagrimas volvían a salir de sus hermosos ojos azules y pasaban por sus bellas y pálidas mejillas hasta caer al piso.
    — No lo es, simplemente no lo conoces bien. — comentaba Daniel.
    — No sé quién es usted y no sé qué tiene en contra de mi padre pero estoy seguro de que él no es lo que usted afirma ser. — exclamaba Elizabeth mientras intentaba secarse sus lágrimas con sus manos.
    — Estoy seguro que tu padre no te hablo de mí, de haberlo hecho lo habrías odiado y te hubieras largado de su casa hacia quien sabe dónde, incluso podrías haber terminado en un sucio burdel donde hombres de la edad de tu padre habrían abusado despiadadamente de ti, por supuesto que él no estaría dispuesto a eso, él te ama mucho como para hacerlo, te ama demasiado. — Explicaba Daniel con tono suave.
    — Me niego a creer lo que usted pretende decir acerca de mi padre, simplemente no le creeré. — expresaba con temor la joven.
    — Tranquila, en poco tiempo lo harás y te darás cuenta de que clase de desgraciado es tu padre. — expresaba Daniel mientras se levantaba y se dirigía hacia la puerta para salir pero antes tenía que decirle algo mas a la joven.
    — Liz, creo que puedo llamarte de esa forma, como ya habrás notado mis hombres están cavando unas tumbas frente a tu ventana, y también has notado el deteriorado estado de aquellos dos hombres que Gavin lleva con las manos atadas… no es muy difícil intuir lo que sigue pero quiero que mires y no preguntes porque, solo mira y no intentes engañarme porque lo sabré, quiero que mires y prestes atención a lo siguiente que pasara. — ordenaba de manera fuerte a lo joven Elizabeth que aunque temía saber lo que pasaría prefería no meterse en problemas con estos hombres así que se quedó a mirar.

    Después Daniel salió de la habitación para dirigirse a donde estaban los dos maltrechos hombres, él quería que Elizabeth viera lo que pasaba, pero más que nada quería poder saldar esa cuenta con ambos tipos, quería de una vez poderles matar y enterrarlos en medio del desierto para nunca más volverlos a ver, poder al fin deshacerse de ese problema y es que él no puede soportar el siquiera pensar que esos dos hombres sin nada que perder, dos hombres cualquiera sin mayor aspiración en la vida trataron de ganarle, simplemente no puede tolerar esa idea así que quiere deshacerse de ellos lo más pronto posible, pero sin dejar de disfrutar el momento, ese momento en que él era un juez que impartía su propio ley, uno que decidía entre la vida y la muerte, ese momento de poder absoluto sobre la vida aquellos individuos.
    Cuando llego a donde estaban estos dos tipos, saca su revólver de brillante color plata, los arrodilla a ambos y decía antes de disparar. — ¡Estos es lo que les pasa a putos como ustedes que intenta joderme a mí, nadie me puede joder, y mucho menos ratas miserables como ustedes, putos de mierda!— Gritaba con furia y un inconmensurable enojo que brotaba por sus ojos y boca, y así, apuntaba primero en el pecho de uno de los tipos y simplemente disparaba, llenado así la marrón arena de roja sangre que brotaba del pecho del hombre, luego le disparo de nuevo bastante cerca del primer disparo liberando similar cantidad de sangre, al estar muy cerca del individuo él también se manchó un poco de esa sangre.

    No paro allí y le dio un tercer disparo esta vez en la cabeza manchando su camisa y el piso de sangre, creando un charco de sangre a su alrededor, el otro hombre que no resistió comenzó a llorar desproporcionadamente, estaba seguro de su destino pero aun así no podía aceptarlo, sin embargo no le importo en lo más absoluto a Daniel que le dispara directamente en la cabeza, de nuevo liberando una gran cantidad de sangre creando otro charco que en poco tiempo se fusionaba con el otro manchando así todo el suelo y convirtiéndolo así en un gran charco de roja sangre que desprendían los cuerpos muertos de esos dos tipos.

    Tirados en el suelo ambos cuerpos sin ningún rastro de vida Gavin y los muchachos disponían llevarse ambos cuerpos a las tumbas que quedaban a un metro de distancia del asesinato, sin embargo, el charco era muy grande y uno de los muchachos, el más joven de ellos se resbala y cae en este y llena toda su ropa de sangre. — ¡Joder!—, gritaba el joven mientras se levantaban, los demás se reían de él y llevaban los cuerpos de los muertos. Uno de los muchachos le pregunta a otro — ¿Acaso alguien sabe el nombre de estos putos?— y otro le respondía. —Dudo que siquiera el jefe lo sepa. —

    Todo esto pasaba mientras la joven y asustada Elizabeth miraba por la ventana, quedo impactada, su temor creció considerablemente y su único deseo era que su padre regresara por ella. Lloraba mientras mira al piso, las violentas y sangrientas imágenes que acaba de ver no puede sacárselas de la cabeza, apenas puede hablar, solo puede escuchar el seco y devastador sonido de las balas una y otra vez, solo puede ver la sangre saliendo de aquellos cuerpos como agua fluyendo por un rio, sus manos tiemblan y su mente duda, su piel clara se torna muy pálida, ella aun no lo entiende, pero ha perdido su inocencia.


    Luego de haber matado a ambos hombres Daniel se sienta en una silla cerca de la mesa en la pequeña y no muy confortable cocina de aquella cabaña. Su fría mirada se nota macabra, mira su camisa manchada de sangre y sus manos que tienen un poco de ella, mira su revolver detalladamente y pierde su mirada en este, como si no hubiera nada mas en el mundo, solo aquel revolver y el, se notaba en su mirada su soledad y dolor, pero se notaba una devoción hacia el arma que no se puede poner en palabras, algo muy personal, algo demasiado cercano a su alma y a su ser, algo que nadie podría sentir por una arma así.
     
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    Uzuqui

    Uzuqui Entusiasta

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    intrigante continuación!
    lo adore con el alama, robert, billy, y hasta daniel que no se por que me encanta
    elizabeth demuestra verdadera devocion filial, sin embargo terminara cayendo yo lo se ..u_u
    hermosa historia, espero tu continuacion con ansias n-n
     
  10.  
    alexxMS

    alexxMS Entusiasta

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    Título:
    Mean Paths
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    12
     
    Palabras:
    5203
    Capítulo 3

    Robert y Billy cabalgaban fuera de aquel pequeño pueblo dirigiéndose a otro algo lejos en donde Robert esperaba obtener respuestas acerca del paradero de su hija. Era un camino largo y solitario hacia allá. Por suerte para Bob, Billy había accedido a ayudarlo en la busca de su secuestrada Elizabeth.
    Era de noche y tenían que acampar, había comida suficiente para unos días y afortunadamente el lugar al que se dirigían estaba a menos de dos días de distancia, sin embargo, debían tener cuidado en el camino, ya que las rutas que toman, aunque generalmente solitarias, también están acompañadas por la muerte, ya que es una ruta que toman más de uno para resolver problemas. El lugar al que se dirigían tampoco era muy seguro, en realidad no lo era para nada. Ese pueblo era un perfecto escondite para cualquier clase de criminal, desde asesinos hasta violadores se desaparecían entre la gente de aquel lugar. La ley en ese sitio estaba totalmente corrompida, lleno de gente sin honor y enamorados del dinero, el poder o simplemente de la violencia. La, al principio, escandalosa corrupción se ha ido convirtiendo en algo normal y ahora es más común que los crímenes provengan de los que supuestamente defienden la ley.

    Ambos conocían el pueblo muy bien, varias memorias venían a sus cabezas al recordarlo, memorias oscuras y sangrientas se apoderan de sus mentes por momentos y la única manera de cesar tal tortura era hablar. Tenían que hablar o sino sus cabezas se los comerían vivos.

    Es en ese momento, en donde la cabeza de Robert jugaba con sus memorias él decide comenzar a hablar con su viejo amigo Bill, en medio de la fría y desoladora noche, rodeada de un fuerte olor a muerte constante.

    — Sabes, siempre pensé que nunca regresaría a ese lugar. — Comentaba Robert con tristeza en su mirada mientras acerca sus manos a la fogata. — Era algo que no quería hacer, siento que volver allí será un infierno.
    — Entiendo lo que dices, yo también lo siento. — expresaba Bill con el mismo desdén. — Te juro que si tuviera la posibilidad de alejarme lo más posible de ese maldito lugar lo haría, pero quiero ayudarte porque entiendo que sufres mucho gracias a esta situación.
    — Yo hice sufrir a muchas personas Bill, mucho y de diferentes maneras. — contaba Bob con tono deprimido.
    — Lo sé, yo también lo hice, y muchos más, pero no nos podemos lamentar por los pecados del pasado. — explicaba Bill con mirada fija al rostro de un devastado Bob. — Mucha gente ha hecho muchos males, pero eso no significa necesariamente que hayan sido malas personas, tal vez solo no tuvieron suerte, a veces eso es lo único que se necesita.
    — Conmigo no fue así y tú lo sabes. — exclamaba Bob con fuerte tono mientras dirige su molesta mirada hacia Bill.
    — El pasado es el pasado, no podemos vivir en él. —expresaba Bill.
    — ¿Acaso no te has dado cuenta? Todo este viaje es acerca del pasado, el hecho de que nos acerquemos a ese lugar. Todo esto se trata de nuestro pasado. Puedes luchar todo lo que quieras pero al final el pasado te encuentra de todos modos, es un principio muy simple. Yo trate de alejarme de el… lo logre por un rato y fue magnifico, sin embargo, aquí estoy, de nuevo aquí. —declaraba Bob mientras su mirada se dirigía a la luna que estaba hermosa aquella noche, ella junto con las estrellas alumbraban ese oscuro lugar lleno de sombras.
    — Pues esa es tu opinión pero sinceramente creo que exageras, te estas dejando llevar por el dolor de no tener a tu hija a tu lado. —insistía Bill con fuerza. — Debes estar calmado o sino el dolor te ganara y perderás esta batalla, ¿Entiendes eso?
    — Claro que lo entiendo. — respondía Bill con seguridad.
    — Bien, y espero que estés calmado cuando lleguemos al condenado pueblo porque tu hija te necesita tranquilo y sereno. —comentaba Bill con cierta exaltación en su mirada y tono de voz.
    Aquella noche se iba y ambos intentaban dormir lo más que podían pero sin embargo pasaron gran parte de aquella fría noche despiertos, pensando en muchas cosas que tomaban lugar en el pasado de ambos. Sabían que el lugar era sumamente peligroso y que probablemente habría un tiroteo, sin embargo, eso no los afligía, estaban muy seguros que podrían superar ese altercado sin mayor problema, era lo que ambos pensaban tal vez tratando de ignorar el verdadero peligro de lo que ambos sabían que se acercaba.

    Así como dijo Billy pasaron dos días antes de llegar al maltrecho pueblo. Al entrar allí un ambiente tétrico llenaba las calles, los niños en busca de un poco de dinero para alimentar sus maltratados cuerpos llenaban la entrada de ese pueblo, había un fuerte olor a whisky en el ambiente difícil de ignorar, en algunos bares se escuchaban los gritos de borrachos enojados, molestos consigo mismo y con el mundo, deseosos de obtener lo que quieren no importa cómo, en las calles más oscuras, mas despiadadas y deprimentes de aquel lugar se encontraban jóvenes mujeres, algunas tal vez muy jóvenes como para ser llamadas mujeres, vendiendo sus cuerpos, unas por el placer que les hacía sentir, otras por necesidad pero al final no importaba el porqué de su presencia, el resultado era el mismo. Hombres de todas las edades llegaban a esas calles llenas de lágrimas y sangre seca en busca de cualquier mujer hermosa y deseable dispuestas a dar su cuerpo por una noche de lujuria. En ese lugar, donde la violencia y el sexo estaban a la orden del día era a donde se dirigían Bob y Bill, a las calles infestadas de muerte y lujuria en donde estaba una pequeña casa en donde alguno de los hombres de Daniel Hill llevaban a sus mujeres.

    Bob tenía la esperanza de que allí, entre aquellos pervertidos se encontrara alguien con suficiente información valiosa.

    Era de día cuando llegaron y el sol resplandecía con increíble gozo, sin embargo, ambos sabían que ir hacia allá a esas horas no serviría de nada. Tenían que esperar que la noche cayera para poder encontrar lo que buscaban. Muy bien sabían ellos el peligro que esto podía significar pero lo pasan por alto, no tendría ningún sentido llegar tan lejos para echarse atrás como cobardes pensaban ambos, ya estaban allí, ya no había vuelta atrás.

    En el día ambos se hospedan en un hotel de mala muerte, donde una mujer de aspecto muy pretencioso les da las llaves de su habitación. Simplemente se quedaron allí hasta que la noche cayó. En ese momento, en el que el sol caía por el horizonte es que decidieron salir del hotel y empezar a cabalgar hacia su destino. No era muy lejos, no les llevaría mucho llegar allí, llegando a cierto punto lo único que debían hacer era seguir la música que resonaba en las calles.

    La música era alegre y amena, te sacaba una sonrisa escucharla, era lindo oír esa clase de música, sin embargo esto no importaba para ambos, pues ellos y todos en ese pueblo sabían muy bien que pasaba tras esa animada música y que clase de crímenes se llevaban a cabo allí. Desde asesinato hasta violación e incluso incesto. Todo era permitido en ese lugar que por las noches lucía como si el infierno lo hubiera escupido hacia la tierra.

    Bob y Billy solo se miraban a los ojos ocasionalmente pero ni una sola palabra salía de sus bocas, ni siquiera el gesto en sus labios de siquiera intentarlo, ellos estaban en completo silencio. Con el paso de los segundos se van acercando cada vez más y entonces pueden verlo antes sus ojos, lo que parecía ser una casita del horror.

    El solo hecho de acercársele era motivo de temor para algunos, su deteriorado y deprimente estado se notaba a todas luces. Las paredes estaban ligeramente manchadas de sangre, la pintura estaba deteriorada y básicamente el color de la pintura había desaparecido por completo. Al acercarse a la puerta de la cabaña se pueden escuchar fuertes carcajadas provenientes de alguno de los cuartos que esta tenía. Estas risas parecían provenir de una mujer y un hombre, a Bill y Bob no se les era difícil imaginarse de que se trataba. No les importo, lo ignoraron, simplemente se bajaron de sus caballos y se acercaron a la puerta y tocaron con calma, como si se tratara de cualquier persona la que tocaba.

    Nadie sale aun, aunque estas carcajadas se hacen más fuertes. Volvieron a tocar pero aun no salía nadie. No fue hasta la tercera vez que tocaron, esta vez con más fuerza que al fin salió alguien.

    La persona que abría la puerta era un joven de alargada barba despeinada de color amarillo y de aspecto borracho, este los miraba fijamente a ambos pero no dice nada, se tambalea un poco debido a su borrachera. Luego de ese pequeño momento se decide a preguntar a que vienen estos forasteros.

    — ¿Quiénes son ustedes y que quieren por aquí? — preguntaba el joven mientras liberaba un apestoso aliento a alcohol.
    — Queremos hablar con los hombres de Daniel Hill. — respondía Bob. —Creo que ustedes tienen información que me puede ser útil.
    Entonces hay una corta pausa en silencio debido a que el joven no entiende la situación. Después de esa pausa llena de silencio el joven abre la boca y responde:

    — ¿Pero de qué diablos se trata esto? ¿Cómo es que ustedes dos, patéticos imbéciles pueden tener alguna relación con el Sr. Hill? — se preguntaba el joven borracho en voz alta.
    — Estamos buscando información, puede que no la tengas pero me seria de mucha ayuda que si la tuvieras. — expresaba Bob. — O tal vez puede que alguno de tus compañeros sepa lo que yo quiero saber, y ellos están en…
    — Eso no es de tu incumbencia. — respondía con tono pomposo el borracho barbudo.
    — Resulta que si lo es. — respondía Bob con tono intimidante y mirada fría.
    — Sabes, estoy ocupado y no tengo mi arma en mis manos por lo que no puedo volarle los sesos a ambos en este momento así que les diré donde esta mis compañeros y que ellos se encarguen de ustedes. — declaraba de manera molesta el joven.
    — Pues me parece bien. — intervenía Bill en la conversación.
    — Están en aquel salón. — señalaba con su mano que llevaba sujeto una botella de cerveza medio vacía. — Allí están ellos, no es difícil saber quiénes son, de hecho, les gusta que la gente los note. Ahora con toda amabilidad les cerrare las puertas en sus feas caras porque tengo arriba una mujer que necesita aprender ciertas lecciones.
    El joven está por cerrar la puerta cuando Robert abre su boca para hacer una pregunta al hombre.

    — ¿Qué edad tiene esa chica? — preguntaba Bob con tono intimidante y mirada fría y asesina.
    Un silencio se apodera de nuevo de la situación por un rato hasta que el hombre responde diciendo — ¿Acaso eso importa? — De esa manera cerraba la puerta de fuerte manera frente a ambos. Robert y Bill se retiran del lugar para ir al salón que el hombre les había señalado. Caminaron hasta él ya que solo estaba a unos pocos metros de allí, pueden escuchar el sonido del melódico piano del salón junto con las risas de alguno de los hombres que estaba allí. Al entrar no les fue difícil encontrar a los hombres que estaban buscando.
    Como el joven les había dicho se hacían notar mucho. Era fácil visualizar aquel grupo de hombres que presumía del tamaño de sus armas, o presumiendo de algunas de sus aventuras junto a la pandilla, aventuras que normalmente estaban cargadas de grandes cantidades de violencia. La mayoría presumía de a cuantos o a quienes habían matado, otros de con cual mujer o con cuantas mujeres se habían acostado. Todo esto mientras bebían incontables cantidades de whisky o cualquier clase de alcohol que se les fuera posible.

    Robert y Bill se dan cuenta de que en esa situación nunca podrían llamar la atención de ese grupo de rufianes. Era complicado ya que si esperaban a que se fueran del salón tal vez ya estarían muy borrachos como para responder alguna pregunta. Deben decidir rápido que hacer ya que sienten que el tiempo se les acaba con el pasar de los segundos. Entonces pasa algo que sería difícil de calificar para ambos en ese momento. No importaba todo el ruido que el piano, las carcajadas o el alto ego de los rufianes hiciera, todo era silenciado por el ruido de una pelea librándose no muy lejos de allí.

    Esta pelea era protagonizada por aquel joven borracho y la mujer con la que se estaba acostando. La mujer sale semidesnuda, con solo una sábana que ella sujetaba tapando su cuerpo. Sale gritando cualquier cantidad de maldiciones al hombre y estos gritos se escuchan en todo el lugar. El joven también sale del lugar con toda su ropa bien puesta gritándole también. Esta airada discusión hizo salir del salón a los compañeros del joven borracho. Mientras tanto, Robert, Bill y todos sus compañeros presencian aquella discusión.

    — ¡Maldito bastardo! — Gritaba con mucho enojo la chica que a pesar de su voluptuosa belleza no parecía ser mayor de los 20 años. — ¡Eres un hijo de puta!
    — ¡Cierra esa puta jeta! — gritaba con el mismo fervor aquel hombre. — ¡Lárgate de esta mierda y si te vuelvo a ver por aquí juro que te matare maldita puta!
    — ¡Eres un enfermo bastardo, un enfermo, estas completamente jodido, estas muy jodidamente loco, pedazo de mierda! — gritaba aun con más fervor la joven, que debido al enojo dejaba caer por un segundo la sabana que la cubría, para evitar la vergüenza la levanto rápidamente del suelo aunque esto no evito que todos los presentes pudieran mirar por un instante su hermoso cuerpo desnudo que levantaba deseos muy lujuriosos en aquellos hombres presentes.
    — ¡Cállate, puta de mierda! — volvió a gritar el hombre con más fuerza aún.
    — Si me largo, me largo definitivamente porque no quiero estar cerca de semejante enfermo de mierda, pero antes de irme debo decir ante todos tus amigos para que lo sepan y es que en mi corta vida he cogido con muchos hombres y hasta ocasionalmente con alguna mujer… pero te aseguro que de todos tú eres el que tiene la verga más pequeña que he visto, una mierda de verga debo decir. — declaraba con fuerza en su voz y con mirada segura de sí misma mientras daba media vuelta y se largaba de allí.

    Sin embargo el decir esto levanto el mayor enojo del joven, y entre las risas de sus amigos y de cualquiera que le haya escuchado lo que la chica dijo él decide sacar su revolver sin pensarlo dos veces, remueve el seguro en cosa de chasquidos y apunta directo al abdomen de la joven y con completa seguridad dispara directo al abdomen de la chica que siente como la bala atraviesa su cuerpo sin mayor esfuerzo. Al principio no siente dolor, pero en menos de lo que podría esperar ve la sangre brotar de su abdomen como si de una fuente se tratara, manchando así el suelo de rojo sangre, ella aun no lo puede creer y mientras cae lentamente arrodillada dejar caer aquella sabana que cubría su desnudo cuerpo, sin embargo ya nadie se fija en su despampanante belleza juvenil, ya la gente solo puede fijarse en el suelo llenarse de sangre proveniente de la joven prostituta.

    Ella se encuentra arrodillada y llorando haciendo que las lágrimas que provenían de sus bellos ojos color miel se mezclen con el rojo de la sangre en el suelo. Ella arrodillada daba la espalda al hombre que le había disparado mientras él se acerca para acabar el trabajo, y a quemarropa dispara directamente en la cabeza de la joven, no antes sin decirle en voz alta — Mejor te hubieras callado esa jodida jeta, puta de mierda. — Y con esa frase dispara directo en su cabeza. Es solo un instante pero es un doloroso instante, no es tan largo como una canción, ni tan largo como un chiste, es solo un instante en donde todos los presentes en ese lugar aquella noche podían presenciar el increíble derramamiento de sangre proveniente de la cabeza de la joven prostituta. Bob esta asombrado, solo se podía ver la sangre cubriendo el suelo en donde pronto caía cubriendo todo su cuerpo desnudo con su propia sangre.
    Bob no duda ni un segundo y de manera muy decidida saco su revólver y apunto directo al hombre, acercándosele mientras su mirada inspiraba miedo hasta al más valiente, el joven responde rápidamente y le apunta también. Bob quería matarlo, quería dispararle en la cabeza con la misma frialdad que él lo había hecho con esa chica, y es que aunque lo intentara, Robert no podía sacar de su cabeza que esa podía ser su hija, hasta físicamente tenían cierta similitud, probablemente su castaño cabello le recordaba a su amada hija, o tal vez aquella poderosa mirada con la que constantemente lo miraba, también era su juventud lo que le recordaba tanto a ella. — ¡Maldito, era solo una niña! — gritaba Bob con fuerza y sin miedo con todo el odio y ganas de matar que tenía en ese momento.

    Los compañeros hombres de Daniel no tardaron en sacar sus armas también, Bill hace lo mismo y se acerca a Bob y le dice que se calme, ya están metidos en una situación muy difícil así que lo mejor era calmarse antes de causar un derramamiento de sangre, debían estar serenos ya que Bill no descartaba el perder la vida allí. Por otro lado Bob no piensa con mucha claridad, en su cabeza solo puede visualizar sangre y su deseo de la misma se intensifica con el pasar de los segundos, el aun latente recuerdo de su hija en su memoria lo impulsa cada vez más a jalar el gatillo. Definitivamente no es lo más conveniente pero el ya no puede pensar en nada conveniente, su mirada llena de odio inspira terror, su amenazante postura y su decidida actitud alerta a todos de lo que se aproxima.
    Bill se acerca a él, aunque nunca bajando el arma y siempre alerta. Le dice que se calme, que baje el arma, que no era necesario un tiroteo decía el, pero en ese punto era difícil saber si Bob simplemente lo ignoraba o ni siquiera podía escucharlo ya. Sin embargo, Bob obtiene un pequeño momento de claridad entre tanta furia y le pide al borracho y ahora asesino de prostitutas que para evitar mayor violencia entren en un duelo solo ellos dos y nadie más. El ingenuo joven no lo piensa mucho tiempo, y es que a pesar de la imponente postura de Bob, su edad y desgaste por el viaje era visible a los ojos de cualquiera. El acepta sin titubear, cree que matar al hombre le dará buena fama en el grupo. La regla era que no importara quien sobreviviera eso acabaría allí y nadie tomaría represalia, parecía ser justo a los ojos de todos, era lo justo pensarían ellos.

    Una vez aceptados los términos del duelo Bob muestra una sonrisa maliciosa que dejaba muy claras sus intenciones. Entonces ambos se dieron media vuelta, y comenzaron a dar quince paso hacia el frente, allí, ambos en medio de un silencio mortal, allí, en ese momento con cada paso que daban sentían como la noche se volvía más fría, como la oscuridad parecía apoderarse de cualquier pedazo de luz que quedara en la noche. Entonces ambos llegaron al paso número quince, el último que alguno de los dos daría en su vida.

    Ambos rápidamente se dan media vuelta y desenfunda tan rápido como pudieron pero lo que el ignorante borracho no sabía era que Bob era uno de los mejores pistoleros de su tiempo, tan veloz como se puede y casi imposible de superar. Pobre joven, debido a su ignorancia y ego se encontraba tendido en el suelo con una bala en el pecho que lo haría morir desangrando. El joven no lo podía creer, se estaba muriendo y su sangre manchaba su entorno, paso un rato hasta que el joven murió, y en ese efímero momento aquel tonto sufrió cada segundo. Sus tres amigos no podían hacer nada ante ello, aunque sentían el deseo de venganza en su interior, así, tragándose su inmenso orgullo, cosa que probablemente nunca habían hecho, tuvieron que retirarse de allí e ir a la cabaña.

    Robert había seseado su sed de sangre por un rato, sin embargo sentía que había perdido la oportunidad de conocer el paradero de su hija. Era totalmente imposible que alguno de esos tres pistoleros les fuera a dar una respuesta, lo más probable era que les dispararan en el rostro a ambos si atrevían aparecerse frente a ellos. En ese momento Robert y Bill entran a la taberna en una situación considerablemente mala, ya que si se quedaban allí era probable que los mataran al día siguiente. Debían de pensar en algo rápido ya que el tiempo no estaba de su lado esta vez. Entonces a Robert se le ocurre una idea que le cuenta a Bill mientras ambos están sentados en la barra de aquel salón maloliente y desagradable. Su repugnante aspecto era solo atrayente para los criminales y caza recompensas ya que nadie con sentido común entraría allí.

    — ¿Entonces que se supone que haremos ahora? — preguntaba intrigado Bill.
    — Tengo un plan. — respondía Bob de manera corta y poco placentera para Billy.
    — ¿Y puedo saber cuál es ese plan? — volvía a preguntar Bill esta vez un poco molesto mientras tomaba un trago de whisky.
    — Debemos esperar a la mañana, allí seguramente saldrá uno o dos de la cabaña, entonces nosotros podremos someter contra uno solo, no debería ser problema para nosotros. Cuando lo tengamos justo donde lo queremos él nos dará la información que necesitamos. — explicaba Bob aunque se podía notar en su mirada y su voz un poco dubitativo acerca del plan.
    — ¿Y qué pasa si el tipo que se queda en la cabaña no tiene idea de donde esta tu hija? — preguntaba con molestia Billy.
    — Si eso pasa entonces supongo…— se pausaba Bob que respondía con cierto temor— bueno, supongo que en esa situación estaríamos jodidos. Simplemente jodidos.

    Después de esa respuesta Billy simplemente suspira y se levanta de su asiento para dirigirse al baño, en ese momento un hombre, más o menos de la edad de Bob, tal vez mas anciano, de larga barba y largo cabello castaño, un tanto robusto y notable altura se sienta al lado de Bob al que poco le importa su compañía. Pero para la mala suerte de aquel hombre un evento trágico sucedería allí, ya que los tres pistoleros borrachos que aparentemente se habían resignado a la idea de perder un compañero sin poder hacer nada decidieron hacer algo al respecto, y regresaron enojados y con deseos de alimentar aún más su crecido ego.

    Los tres entran sin previo aviso y armados decididos a matar a Bob y Billy, uno de ellos, el que aparentaba ser el líder traía consigo una escopeta, el mira directo a Robert, sin embargo esta vez está muy borracho y esto afecto su puntería disparando así la escopeta pero sin dar en el rostro de Robert como hubiera preferido, en lugar de esto, da directo al hombro de aquel pobre hombre sin mucha suerte destruyendo así parcialmente su hombro y esparciendo tanta sangre como era posible, una buena cantidad de esta había caído en el rostro de Robert que sin pensarlo dos veces y con un instinto asesino desenfunda y dispara dos veces, una en el pecho y otra en la garganta del hombre con aquella escopeta matándolo en el momento y manchando el suelo de aquel desagradable lugar de sangre.

    Bill al escuchar el disparo de la escopeta sale rápidamente del baño y desenfunda rápidamente también.

    Robert mato al pistolero velozmente, sin embargo quedaban otros dos que no dudaron ni un segundo en disparar en repetidas ocasiones contra Bob, pero este rápidamente salto sobre la barra y se escondió debajo de ella al lado del cantinero. Los pistoleros estaban ocupados tratando de matar a Bob y no notaron que Bill estaba muy cerca. Este desenfunda y dispara a uno de los dos pero falla no por mucho, estos dos deciden utilizar una mesa como barricada y así, mientras se esconde disparan. La gente sale horrorizada de allí, los criminales o caza recompensas presente decidieron no participar y solo salieron de allí de manera accidentada y violenta. Prostitutas con poca ropa o sin ella salían corriendo y gritando, hombres temerosos y básicamente cualquiera que no estuviera involucrado en el tiroteo lo hacían también. Para ese momento Bob no se había ni siquiera asomado y por lo tanto no se había fijado que tenía las piernas de uno de los pistoleros en el blanco.

    Tan rápidamente como se dio cuenta disparo, y este cayó al piso llorando y sangrando, Billy termina el trabajo disparándole en la garganta. Ahora solo quedaba uno, pero ya de repente todo ese ego se viene abajo y comienza a llorar, se pone el revolver en la boca pero no tiene el valor como para disparar el arma, Bob rápidamente sale de la barra, se acerca al hombre y con sus manos lo jala por la camisa hacia él, ahora tenía la oportunidad de sacar algo de información acerca del paradero de su hija, no podía desperdiciar esa oportunidad. Así que con mirada asesina, rostro ensangrentado y con imponente postura le pregunta de manera fuerte al hombre cobarde lo siguiente.

    — ¡¿Tienes acaso alguna idea de dónde puedo encontrar a Daniel Hill que tiene secuestrada a mi hija?! — preguntaba de manera imponente.
    — ¡No tengo puta idea de donde está el o con quien esta! — respondía con notable temor y entre lágrimas.
    — ¡¿Sabes a donde se dirige?! — preguntaba con la misma fuerza que antes.
    — ¡Probablemente vaya al sur a encontrarse con Ryan Cooper, un amigo e importante aliado del Sr. Hill! — respondía con el mismo temor.
    — ¡¿Y dónde está ese jodido Ryan Cooper?! — gritaba con fervor.
    — ¡En El Paso, se encontraran en El Paso, y si su hija esta con el probablemente lo acompañe ya que no tiene otros planes en este momento, lo último fue un robo a un banco pero ha sido todo en un mes! — Gritaba llorando — ¡Solo, por favor, no me mate!

    En ese momento lo soltó, y ambos se retiraron de allí, del mugriento salón, y de ese apestoso pueblo dirigiéndose ahora a El Paso donde Bob tenía la esperanza de encontrar a su hija.

     
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  11.  
    Pire

    Pire Usuario VIP Comentarista Top

    Escorpión
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    Primer comentario.
    Yo realmente pense que Billy y Robert eran enemigos y lo buscaba con razones de venganza ademas de noquearlo cruelmente hasta sacarle la verdad de donde podria encontrar a su hija. Creo...que me he equivocado y no se siente nada lindo. Pero bueno eso me gusta de alguna manera porque da a entender que tu historia esta llena de miserio y una puede sacar tantas conclusiones como cree pero no llegará al meollo del asunto, muy interesante de tu parte. Eso me ha fasinado, que nos sorprenda con cada palabra escrita, cada acción.

    Bueno... este capitulo ha estado en particular sangriento, pude imaginar toda esa cantidad de sangre salpicando en mi rostro y ropa por lo cual quede un poco perturbada. Mi querido alex cuida eso, hay pequeños en el foro y si a mi me ha perturbado significa dos cosas: soy de mente debil ademas de sensible _(muy segura) dos: ha sido demasiado fuerte .-. Pero sigo pensando como a un chico como vos puede imaginar tal cosa... mm eso es interesante y curioso a la vez. Deja de ver tele e.e

    Asi que Robert y Billy son amigos, por lo cual antes "trabajaban" juntos, uno se queda pensando que clase de cosas hacian esos dos que todo el pueblo les teme de forma considerable, eran bandoleros asesinos vengadores que no tenian piedad de ni un ser vivo y que iba por la vida gozando ver sangre derramada mientras eso les divertia O-O dime realmente que no eran tan asi -_- se oye algo...cruel para mi salud pero bueno.

    Ese hombre... Daniel...llama al padre de Elizabeth despiadado, demonio y de mas cosas horribles ¿y el de que se queja si es la misma alimaña? Es tan.. ¿porque quiso que ella viera esa escena que acabaria con su inocencia? Eso ha sido tan...inhumano...tan sadico que de igual manera que yo quedaria mas que traumada al ver tan brutal escena, gozando y disparando sin piedad. Ademas que mi segundo nombre es elizabeth ^^u

    Eso sonó tan raro de parte de el: Nadie la va a tocar. Realmente pensé que esas eran sus intensiones para destrozar mas, de sobremanera, a su enemigo, darle donde le doleria mas, cambiar, transformar, mutar a su hija sin poder recuperarla..Es realmente bueno que no haga esas cosas ^^ es lo unico que me ha agradado del sujeto, su "bondad" al no querer tocar a la pequeña niña de nuestro protagonista.

    Asi que billy tuvo que ver con la pequeña Deborah, recuerda no expecificar nada en tu fic de manera muy detallada, eso podria traerte algunos problemas y realmente no queremos eso ^^ me refiero a lo brutal .-. ademas cuida un poco tu vocabulario con eso de:coger. Esa palabra me da cosita. Se que puedes usar sinonimos un poco ma leves, si si e.e me miro toda inocente tomando el cuenta que todos los chicos son de hablar asi en forma de broma y en todas partes ademas de tomar en cuenta que soy mayor que tu, pero vamos, no queremos corromper mas mentes "inocentes" asi que cuida un poco tus palabras.

    Se que esto va a ser duro...una batalla sin igual donde solo uno puede salir victorioso porque solo uno puede tener lo que realmente quiere. Pero bueno. En cuando a los puntos que te correguí la vez pasada...maravilloso. Has mejorado de forma muy considerable, has evitado muy bien la repetición de la misma idea de forma considerable aunque sigue un poco por ahi como en:

    Ya has mencionado que fueron al sotano en el diálogo por lo cual no teneis que repetirlo. De igual manera aqui se escuchó muy repetitivo:

    Demasiados verbos mirar en un solo párrafo, borró la armonia en todo el texto, realmente cuida esto puedes usar sinonimos o solo decir la idea una sola vez algo como:

    ¿No se oye mas limpio? A eso me refiero en cuando a los sinonimos pero solo he notado la repetición como tres o cuatro veces en el texto, recuerda que si ya mencionaste a donde van a ir solo di algo como: Se diriguieron al lugar antes mencionado...
    O algo por el estilo, tranquilo con la emoción :3 pero realmente me ha gustado mucho la historia, este capitulo ha sido demasiado interesante *-* estan emprendiendo en camino hacia lo que realmente quieren.

    Noté algunas faltas de ortografía por ahi, ahora no se me viene que era pero cuida cada palabra que escribas y si la emoción te gana solo relee una vez acabado el capitulo. Cuida los acentos. Ademas que recuerda que el diálogo y la narración van separados.

    -BLABLABLA- dijo el tipo asustado

    Se acercó a ella de manera amenazante y con una sonrisa picara.....

    A eso me refiero. En dos ocasiones juntaste estos dos. Creo que ha sido toda corrección de este capitulo. Sigue asi :3 nos leemos.

    Pire<3
     
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  12.  
    Deny Btok

    Deny Btok Entusiasta

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    Lo prometido es deuda, y aquí estoy tal como dije antes.

    Diría que me a "encantado" pero, esa palabra la relaciono más con cosas dulces y tiernas, así que no sería la palabra más adecuada para decir lo que me ha provocado tu historia. Si dijese "me gusta" me quedaría corta y no me expresaría de forma correcta, así que diré que me ha interesado de sobremanera, has echo que mi cabeza maquine lo que pasaría a continuación, y me has sorprendido de buena manera.

    En lo personal, no me han afectado en lo mas mínimo las escenas "sangrientas", puede que tengas una imaginación productiva pero yo no pude sentir más que una impresión tenue, casi inexistente, no es precisamente terror puro.

    El terror puro es aquel que se mete en tus huesos, que no te deja pensar, que nubla todos tus sentidos acaparando tu mente por completo. Para darte una idea te recomiendo leer a Edgar Allan Poe, es un genio.

    Por otro lado creo que te pasaste en algunos sentidos, la vulgaridad no tiene porqué ir ligada a la maldad, existen muchísimos recursos para no caer en eso. Ni por más que el personaje sea vulgar hay que propasarse de ello, una palabra de ese tipo incluida en la historia en el momento oportuno puede generar el mismo efecto y dar la misma información sobre el personaje que habla.

    Por ejemplo en el cap. de la taberna:

    En vez de poner que la chica bajó, y diste una muy gráfica descripción pudiste dejarlo a imaginación del lector, describiendo como el cantinero salió con la ropa mal puesta y entonces introducir el diálogo entre los dos desconocidos dando a entender que era su propia sobrina.

    Otra cosa es que creo, no estoy segura del todo, es que usas regionalismos "jodido" "jeta" son palabras que a mí me son conocidas y familiares pero para algunos no ha de tener el mismo efecto, porque no están acostumbrados a oírlas o por que directamente desconocen su significado. Lo más recomendable es mantener un español neutro.

    Espero me disculpes si te he herido de alguna manera, no fue mi intención en ningún momento, te hice estas recomendaciones porque me ha interesado mucho tu escrito, todo es con las mejores intenciones ^^. Voy a estar pendiente de lo que publiques, has despertado mi interés.

    Hasta luego! Te felicito por tu trabajo y te deseo la mejor de las suertes.
     
  13.  
    Uzuqui

    Uzuqui Entusiasta

    Escorpión
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    oh dios...si las palabras no fueran tan fuertes no estaria con dolor de cabeza...
    me gusta el modo en que canalizas la situacion y el lugar en el que se hallan, lamento mucho la suerte de elizebth y tambien que su padre la este siguiendo...pero es que esos hombres se la pasan causando problemas_!!!!!
    me encanta el modo en el que juegas con los personajes haciendolos actuar de forma tan humana y natural...
    se ve emocionante, espero que bill encuentre a daniel y pueda encontrar a su hija... aunque tambien me decanto porque no lo haga...me parece tan malo!
    pero tu historia es sin duda magnifica...espero continuacion n_n
     
  14.  
    alexxMS

    alexxMS Entusiasta

    Capricornio
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    Escritor
    Título:
    Mean Paths
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    12
     
    Palabras:
    4909
    Capítulo 4


    Bob y Billy habían dejado aquel pueblo después del sangriento tiroteo para dirigirse hacia El Paso donde Bob albergaba la esperanza de reencontrarse con su amada hija. Mientras tanto, Daniel y Gavin junto con sus pistoleros y Elizabeth también se dirigían al mismo lugar para encontrarse con Ryan Cooper.

    En ese momento estaban en una cabaña en medio de la nada, en medio de un desierto solitario y muerto, un desierto que apestaba a sangre fresca. Era en ese lugar lleno de arena y muerte donde se encontraban, en una cabaña no muy grande pero lo suficiente como para estar seguros. Por razones que ninguno de ellos entendía Daniel quiso quedarse un tiempo mas de lo esperado. Inclusive Gavin que era el más cercano a Daniel no entendía su anormal comportamiento. Durante la noche parecía meditar, su mirada se perdía en la fría noche junto con las estrellas y la luna. A pesar de que nadie estaba de acuerdo con la decisión de Daniel ninguno era lo suficientemente valiente como para reprocharle algo, temían que con su raro comportamiento terminaran con una bala en la cabeza.

    Elizabeth pasaba todo el tiempo frente a la ventana, esperando que su padre llegara a rescatarla y llevársela de aquel tétrico y deprimente lugar. Un aire melancólico rodeaba de manera incesante la cabaña. Probablemente no habría dicho una sola palabra en días, probablemente ni siquiera hablaría consigo misma, y es que en ese lugar el silencio gobernaba por sobre todo. La pobre ni siquiera salía mucho de su habitación, solo salía para ir al baño y para tomar su plato de comida y regresar a la habitación. A pesar de haber sido secuestrada Daniel nunca fue especialmente hostil con ella y los otros hombres prácticamente ni la notaban ya que era una orden de Daniel no interactuar con ella en casi ninguna forma posible.

    Ya habían pasado dos días allí y Gavin comenzaba a desesperarse ya que sentía que la reunión con Ryan era de suma importancia y que debían apresurarse si querían estar allí a tiempo, entonces se dispone a hablar con Daniel mientras que este está en la cocina tomando un vaso con agua en medio del día.

    — ¿Qué está pasando, Daniel? — preguntaba Gavin intrigado y molesto.
    — Necesito un tiempo para pensar algunas cosas. — respondía Daniel mientras bebía aquel vaso con agua.
    — Ryan nos esta esperando en El Paso y nosotros seguimos aquí atascados cuando deberíamos estar en camino a El Paso para llegar a tiempo. — reprochaba con enojo Gavin.
    — Llegaremos a tiempo, no te preocupes. — expresaba Daniel mientras miraba fijo a la ventana de la cocina que estaba en frente de él y que le dejaba ver aquel muerto pero en cierta forma bello paisaje.
    — ¡Tenemos que salir en este instante o no llegaremos a tiempo! — gritaba con furor Gavin.
    — Tranquilo. — comentaba Daniel mientras giraba su mirada directamente hacia los enojados ojos de Gavin cuya molestia era notable. — Mañana en la mañana saldremos de este lugar ¿te parece bien así?
    — Solo espero que lleguemos a tiempo. — respondía Gavin mientras su mirada se calmaba. — Le diré a los muchachos que saldremos mañana por la mañana cuando el sol salga, así irán preparando todo desde este momento.
    — Me parece bien. — expresaba Daniel que de nuevo giraba su mirada hacia el muerto paisaje.

    Gavin fue a hacer lo que le dijo Daniel que hiciera. Eran cinco los pistoleros que acompañaban a Daniel y Gavin que de inmediato comenzaron a preparar todo para su ida. Gavin, que poco había visto a Liz antes, se dirigía hacia su habitación para decirle que saldrían muy temprano en la mañana. La puerta de aquella deteriorada habitación tenía un pequeño defecto cuyo origen era un misterio para todos y era que esta no hacia ruido al abrirse por lo que podía haber sido abierto sin que la chica se diera cuenta para su mala suerte. Y como si fuera un acto milagroso… o tal vez todo lo contrario ella recién se había dado una ducha y aun no se había vestido del todo. Entonces Gavin abre la puerta de manera suave y silenciosa, y frente a sus ojos puede ver a la chica semidesnuda solo con ropa interior, unas pantis y un sostén blanco bastante conservador llevaba ella, sin embargo esto no podía ocultar la belleza de aquella jovencita de solo 17 años de edad.

    Su hermosa y sensual cintura eclipsaba cualquier vestimenta conservadora que llevara puesta, sus piernas tenían una figura muy provocativa que enamorarían a cualquier hombre mientras que su hermoso y largo cabello castaño se deslizaba por su espalda. Ella aún no ha notado la sigilosa presencia de Gavin que disfrutaba aquella sublimidad visual. Ella luego se pone una gran bata digna de una mujer de 60 años, sin embargo, y aunque esta cubría todo su cuerpo esta era muy clara y no hacía falta mucho esfuerzo para ver la sublime forma de su cadera o sus hermosas piernas.

    No es sino después de unos segundos después de haberse puesto la bata que nota en el reflejo de la ventana una peculiar sonrisa que nunca había visto con anterioridad, entonces se da vuelta y se da cuenta de quien estaba viéndola, ella se sonroja al instante gracias a la pena que sentía en ese momento aunque esto solo embellecía su hermoso rostro. Gavin entra a la habitación sosteniendo aquella peculiar sonrisa, su mirada inspecciona a detalle todo el cuerpo de Elizabeth que rápidamente se sienta en su cama mientras siente dentro de sí una vergüenza colosal, en su vida había sido vista de esa manera por un hombre. Hubo un instante silencioso en donde Gavin solo pudo sostener aquella mirada y la pobre Liz solo podía sentirse temerosa. Entonces Gavin al fin abre la boca y habla acabando con aquel instante.

    — Vine a avisarte que saldremos mañana por la mañana cuando el sol salga así que ten tus cosas preparadas para ese momento ya que no nos queremos retrasar mas de lo que ya estamos. — contaba Gavin mientras su mirada ahora se centra en el pecho de la joven que a pesar de estar cubierto por aquella bata y su sostén siente tanta vergüenza por esa mirada que con sus brazos cubría sus senos.
    — Entiendo, estaré lista. — expresaba con atropellado tono la pobre Liz, mirada temerosa y mejillas sonrojadas.
    En ese momento Gavin comienza a caminar hacia la salida de la habitación pero este se detiene antes de salir por completo, entonces se devuelve y le habla lo siguiente a la apenada joven:

    — ¿Alguna vez has sido cogida por alguien? — preguntaba con tono atemorizante y un poco perturbador. Ella queda totalmente callada por un rato ya que no se le ocurre ninguna respuesta a semejante pregunta. Entonces después de un largo silencio decide las palabras que diría.
    — No. — respondía con temor y sonrojo la joven. — Nunca he tenido relaciones con alguien.
    — Que lastima… seguro que cualquiera podría disfrutar mucho con tu cuerpo. — comentaba muy atrevidamente Gavin mientras su mirada cubría todo el cuerpo de Elizabeth.

    Elizabeth esta atónita ante tal comentario. De repente se queda muda y su temor crece. Decide hablar, tal vez escogiendo las palabras correctas la dejaría en paz pensaba ella.
    — Mi padre me ha cuidado mucho… — declaraba la joven que al momento después de decirlo parece arrepentida haberlo mencionado. — El… me cuida mucho… no deja que hombre con malas intenciones se me acerquen.
    — Más bien parece que te cuidaba de cualquier hombre. — comentaba Gavin.
    — El me cuida y yo lo amo por eso. — expresaba la temerosa Liz.
    — Te tengo una pregunta… y no es que tengas que responderla inmediatamente pero… ¿alguna vez te has tocado? — preguntaba con indecoroso tono Gavin que parecía perder cualquier estipulo en ese momento. Su mirada se volvía más intensa y su sonrisa mostraba el placer que sentía al hacer sentir incomoda a Liz.

    Ella decide no responder esa pregunta y se sonroja aún más. Gavin luego expulsa una leve carcajada y se va de allí. Al irse de allí Elizabeth rápidamente cierra la puerta y cae al suelo llorando por haber pasado por tan embarazosa situación que la hizo inclusive temer por su vida.

    Estaba empezando a oscurecer en aquel lugar y Daniel y Gavin estaban hablando en el sótano donde con anterioridad habían golpeado de manera brutal a dos hombres que posteriormente mataría Daniel. Ellos estaban sentados en una pequeña mesa circular que estaba muy cerca de una de las esquinas de la habitación. Para ese momento aún se podía oler la sangre seca de aquellos hombres, parte de esa sangre yacía bajo los pies de Daniel que hacía caso omiso de esto.

    Ellos dos discutían lo que era un tema de vital importancia en el futuro para la pandilla.

    — Sé que Ryan y tú no se llevan muy bien pero creo que es hora de dejar eso en el pasado, así que me gustaría que mantuvieras la cordura mientras estemos allá haciendo negocios con él. — expresaba Daniel mientras sacaba un cigarrillo que luego encendían con un fosforo y a continuación comenzaba a fumarlo.
    — Tranquilo, todo va a estar bien. — comentaba con seguridad Gavin. — Sé que suelo perder el control en ciertas situaciones pero te aseguro que no habrá problemas.
    — Te conozco desde muy joven y se cómo estas cosas te llegan a alterar. — declaraba Daniel. — Solo quiero que sepas que no estoy dispuesto a aceptar tonterías en medio de este importante negocio.
    — Tranquilo Daniel, todo va a estar bien. — decía Gavin. — ¿Es que acaso ya no confías en mí?
    — Si confió en ti… en quien no confió es en tu actitud. — manifestaba Daniel con mirada de desaprobación.
    — Sabes, con cosas como estas me haces sentir insultado ¿lo sabias? Además, el hecho de que yo puede perder el control no es el mayor de tus problemas, no olvides que fue tu idea secuestrar a la chica. — exponía Gavin con tono fuerte e imponente.
    — Ese es mi problema, no tuyo, además, nunca mis decisiones han estropeado alguno de los planes. Simplemente nunca. — expresaba con fuerza mientras lanzaba la cola del cigarrillo al piso.
    — Bueno eso espero, espero que esa chica no sea un problema en absoluto. — expresaba Gavin.

    La noche se hacía cada vez más oscura señal de que ya era bastante tarde y ya casi todos estaban dormidos preparados para salir muy temprano por la mañana. A pesar de eso Daniel seguía despierto, él se encontraba en su habitación totalmente solo, pero algo hacia acrecentar aquella soledad, tal vez era la inmensa oscuridad que arropaba aquella pequeña habitación o era acaso un pensamiento, un pensamiento de una vida que pudo ser y no fue, tal vez la idea de poder haber estado muy cerca de conseguir algo pero no haberlo logrado, tal vez por eso su mirada esa noche era tan deprimente. Solo decide salir de su habitación y caminar, sin embargo sus pasos no llegan a ser escuchados por nadie.

    Primero va a la cocina, luego a la sala y finalmente se detiene frente a la puerta de la habitación de Liz, este se detiene allí por un instante, entonces un fuerte escalofrió pasa por todo su cuerpo y comienza a sentir la fuerte necesidad de abrir aquella puerta. Él lo duda un poco al principio, pero no por mucho tiempo y se decide a entra con mucha sutileza y sin despertar a la joven que en ese momento se encontraba dormida soñando seguramente con regresar a su hogar y que las cosas volvieran a ser como era un par de días atrás. Daniel abre la puerta con sigilo, muy delicadamente asoma su mirada y puede ver a la joven Liz, dormida en su cama. A pesar de que ella pasaba la mayor parte del día viendo por la ventana al lado de su cama, ella al dormir posicionaba su rostro al otro lado por lo que Daniel podía ver su rostro.

    Entonces Daniel comienza a mirarla y podía observar aquel hermoso rostro de inocente sensualidad, sus labios, rojos como las rosas eran magníficos, su hermoso cabello castaño cubría parte de la frente y la nariz de Liz. Ella esta arropada por una gran sabana de color blanco pero esto no importaba porque Daniel solo quería ver por un instante aquel bellísimo rostro, el simplemente no podía dejar de mirarla, se sentía maravillado en ese momento, sentía que la soledad que le carcome constantemente había desaparecido en ese momento, ya no se sentía del todo solo y para él, en ese momento, ella parecía intocable, como si fuera un pequeño ángel de increíble belleza caído del cielo que no podía ser tocado por la suciedad que le rodeaba y de la que el formaba parte. Ni siquiera él podía decir cuánto había durado ese momento, probablemente más de lo que pensaría. Cuando se fue a dormir a su habitación se acostaba más tranquilo, mas cómodo y con una sonrisa.

    A la mañana siguiente muy temprano todos despertaron de sus sueños y se alistaron rápidamente para irse de aquella cabaña, todos estaba preparados para el largo viaje que se aproximaba. Se subieron a sus caballos mientras que Daniel tuvo que llevar consigo a Elizabeth, hecho que no le molestaba. Salieron de allí dirigiéndose hacia El Paso donde un hombre llamado Ryan Cooper les esperaba ansiosamente.

    Bob y Billy habían pasado por un mal rato en el sangriento tiroteo del que fueron parte en el bar del pueblo en donde habían estado. Ambos estaban cansados y hambrientos, también sucios, en sus caras se podía notar que habían pasado al menos más de un día sin un baño, el cabello de Billy lucia todo enmarañado al igual que el de Bob. Sus camisas eran blancas pero para ese momento ya eran de un color más oscuro y sucio, en estas también se podía notar a simple vista sangre seca proveniente del tiroteo en el bar.

    Estaban hambrientos así que antes de salir del pueblo para ir a El Paso compraron comida para por lo menos dos o tres días dependiendo de cuanto comieran. También compraron ambos unos sombreros negros ya que muchas veces el calor del sol era insoportable y los hacía sentir como estuvieran en el infierno.

    Después de salir del pueblo estuvieron cabalgando un día completo sin llegar a ningún pueblo o alguna granja, para ese momento la noche estaba ya establecida así que decidieron prender una fogata y comer de una sopa enlatada que habían comprado. En su época de juventud a Billy no le gustaba admitirlo pero en realidad era muy buen cocinero lo que podría explicar su peso.

    Era hora de comer y Billy servía la sopa en unos pequeños platos de plástico usados pero que servían para poder comer de esa sopa. La noche era fría, la brisa era escalofriante y constante, la fría oscuridad llenaba la noche y la única luz presente era la de las estrellas y la fogata que calentaba a los viajeros. Bob y Billy no tienen 20 años, sienten más cansancio, están agotados, lo único que los mantiene de pie y que los mantendrá de pie el tiempo que sea necesario es el recuerdo, el recuerdo de una mejor vida, un mejor lugar para vivir, una mejor manera de vivir, algo lleno de luz y belleza en lugar de aquella escalofriante oscuridad omnipresente en el desierto.

    Bob constantemente recordaba el bello rostro de su hija, la manera en que se peinaba el cabello, recordaba el azul de sus ojos, lo suave y reconfortante que es su piel, su hermosa sonrisa que siempre alegraba el día del viejo Bob que siempre encontraba conforte con solo mirarla a los ojos.

    Billy no tenía tantas memorias como Bob, las de él eran mas escasas, sin embargo, había una noche que el recordaba con especial cariño, él la consideraba la mejor noche de su vida. En ese momento ambos estaban callados como era usual, pero Bob sintió el inminente deseo de hablar algo con Billy, algo que deseaba saber desde que siquiera el viaje comenzó.

    — Billy, hay algo que te quería preguntar desde hace un rato pero creía que era inapropiado mencionar. — decía Robert mientras tomaba una cucharada de esa sabrosa sopa de pollo.
    — Nos conocemos desde hace años, no entiendo cómo es posible que haya algo que creas inapropiado mencionarme. — expresaba Billy con una ligera risa.
    — Es sobre esa chica… Deborah… ¿en verdad te gusta? — preguntaba Bob que rápidamente nota en la mirada de Robert cierta molestia con la pregunta.
    — Solo fue una noche. — respondía Bill mientras veía a las estrellas que iluminaban la noche. —Y probablemente la mejor de mi vida.
    — ¿Qué edad tenía? — preguntaba Bob con cierto disgusto.
    — 18, fue hace solo un año atrás. — respondía Bill mientras seguía mirando las estrellas que iluminaban la tétrica noche.
    — Solo dime que no abusaste de ella de ninguna forma. — decía Bob con tono preocupado, definitivamente no creía que su viejo compañero fuera capaz de ello, por lo menos no ahora.
    — No, fue todo voluntario… tanto ella como yo. — declaraba Bill con cierta satisfacción que se notaba en su sonrisa.
    — ¿Cómo fue? — preguntaba con curiosidad.
    En ese momento un incómodo silencio se apodera del ambiente, Billy no sabe que responder, su mirada refleja su duda, pero entonces se decide a responder la pregunta de Bob con las siguientes palabras.

    — Bob, tú me conoces, cuando éramos jóvenes me acosté con innumerable número de putas, nunca me importo, solo quería placer. La mayoría de aquellas mujeres no las recuerdo, ni sus rostros, sus cuerpos o sus voces, la mayoría han desaparecido. Sin embargo, y aunque disfrute mucho de aquellas noches, nunca me había sentido tan bien como la noche en la que Deborah y yo estuvimos juntos. — respondía Billy que no dudo ni una palabra, estaba muy seguro de todo lo que había dicho. Su mirada en ese momento mostraba seguridad y también algo de paz, ya que después de tanto tiempo podía admitir lo mucho que disfruto esa noche.

    — Ella solo tenía 18 años, era una niña… sigue siendo una niña. — expresaba con alteración en su voz.
    — No fue algo involuntario, no fue algo accidental, ninguno de los dos estaba borracho… éramos totalmente consiente de lo que hacíamos. — expresaba Billy que miraba el suelo con una sonrisa. — Sin embargo, a veces creo que tratar de olvidar esa noche ha sido la peor decisión de mi vida.
    — Explícame que paso esa noche, porque no entiendo como una chica como ella se querría acostar con un tipo como tú. — argumentaba Bob con tono incrédulo.
    — La conozco desde que tenía 14 años. Sus padres eran muy pobres y tuvieron que hacer que trabajara desde muy joven, un día la encontré en la calle. Era solo una niña pero creo que siempre ha sido hermosa. Estaba en el suelo, su cabello rojo está lleno de arena al igual que su vestimenta y su cara. Había tenido una pelea con unos tipos de por allí, me explico su situación y la deje que trabajara conmigo. El tiempo paso y esa niña creció y con el tiempo se volvía cada vez más bella, yo no podía evitar sentirme mal al verla a ella de 17 años y tener deseos como los que tenía. — Explico — al cumplir los 18 supe que ella sentía lo mismo por mí, tal vez porque fui el único que quiso ayudarla en esa mala situación. La verdad es que el hecho de que una chica tan dulce y hermosa se halla enamorado de un desgraciado bastardo como yo es incomprensible para mí. Esa noche ambos terminamos de comer torta de cumpleaños que ella hizo con mucho gusto, era de noche y solo estábamos los dos.

    Mientras Bill le contaba los sucesos de esa noche a Bob se le era imposible no recordarlos y rememorarlos en su cabeza.

    En su memoria aún está fresco el recuerdo de aquella noche, como ella se fue acercando poco a poco a él hasta estar tan cerca que sus labios se tocaran y el suspiro de uno llegaba al rostro del otro. Todavía recuerda ese momento en donde sus labios se encontraron en un apasionado beso.

    Ninguno de los sabría decir cuánto duro aquel beso, pero ninguno de los dos duda que tan bueno fue. Billy simplemente no puede olvidar el dulce sabor de sus rojos labios, tampoco como después de eso ella va y le besa en el cuello con delicadeza y amor, sus labios besaban el cuello de un pletórico Bill que en ese momento tenía en su rostro el cabello de Deborah. También en su memoria de encuentra el dulce olor de su cabello, y lo suave y cálido que era. Con nostalgia añora como los brazos de ella se posicionaban alrededor de su cuello y se aferraban a él abrasándolo mientras los de él estaban sobre la cadera de Deborah y se besaban.

    Después ambos fueron a la habitación de Bill donde ella se recostó en la cama y comenzó a desnudarse lentamente mientras el, que estaba su lado, acariciaba su rostro con su mano, una suave caricia tan tierna y tan amorosa.

    Ella se encontraba semidesnuda solamente con su ropa interior color azul mientras estaba acostada en la cama, Bill se acerca y se recuesta sobre ella mientras se cubrían con una gran sabana un tanto delgada de color blanco. Aquella cama no era muy grande, más bien pequeña e incómoda, algo rígida y vieja, no había mucho espacio para ambos aunque en ese momento no les importo, no pensaban claro, lo único que pasaba por sus cabezas era el persistente deseo de estar lo mas juntos posible. Llegado el momento ambos estaban desnudos en aquella cama, se besaban y acariciaban, Billy le gustó mucho tocar los senos de Deborah que él consideraba perfectos y también le encanto poder rodear con sus brazos la cadera de ella por la cual el perdía la cabeza. Sin darse cuenta entre esos besos y caricias ella comenzó a abrir sus delicadas y sensuales piernas y dejo entrar a Bill en lo que ambos recuerdan como la mejor noches de sus vidas, la mas amorosa y dulce de todas. Ese no fue el final, aquella noche paso en dos ocasiones después de esa, siempre con el mismo furor.

    Bill aun no olvida los gemidos de Deborah de esa noche, su angelical rostro o su majestuoso desnudo y sudado cuerpo, no puede olvidar con cuanta pasión lo hicieron esa noche. No había nada que ocultar, no era necesario, no había que utilizar mascaras para esconder sus sentimientos y mas profundos deseos, fue una noche de liberación para ambos, uno que no olvidaran aunque en algún momento lo intentaran.
    Al despertar al siguiente día ambos estaban totalmente sudados, la sabana no los cubría muy bien y debido al tamaño de Bill parte del cuerpo de Deborah no estaba cubierto por este, por lo que uno de sus senos y una pierna estaban al desnudo esa mañana.

    Al levantarse esa mañana ambos estaban apenados, no podían hablarse, era muy difícil. Decidieron simplemente vestirse y no hablar al respecto. No fue sino hasta aquella mañana que Bill comprendió que fue la primera vez de Deborah, así que ella había perdido la virginidad con él, en ese momento solo podía sentir vergüenza de sí mismo, insultos y maldiciones de todo tipo pasaron por su cabeza, sentía que había pervertido a esa dulce y tierna joven cuya vida nunca sería la misma de nuevo. ¿Cómo era posible que algo que se sintiera tan bien podía estar mal? Se preguntaba el… al igual que ella que se sentía tan apenada o inclusive mas que el propio Billy.

    Cuando Billy termino de contarle la historia a Bob este quedo asombrado, nunca pensó que su amigo y viejo compañero fuera capaz de ello. A sus ojos no tenía sentido que una joven como ella estuviera interesada en un hombre como el, entonces recordó a su hija y como está lo cambio. Tal vez es algo similar, tal vez el amor que el sentía por su hija fuera similar a lo que Billy siente por Deborah pensó Bob que aún estaba atónito y no podía salir de su asombro.

    Ninguno de los dos pudo dormir aquella noche, uno pensaba en una joven pelirroja muy hermosa que le había cambiado la vida, pero que sin embargo, él era muy cobarde para enfrentarlo. Mientras tanto el otro recordaba una noche muy linda donde él y su hija, que para ese momento aún no pasaba los 10 años, contaban estrellas y se divertían mientras tanto, una noche que el recuerda de manera muy especial tal vez por lo simple de esta, eran memorias de ese tipo que lo mantenían despierto en las noches, memorias de una vida que parecía desvanecerse con cada minuto que pasaba lejos de su hija por lo que no estaba dispuesto a perder más tiempo.

     
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    Capítulo 5


    Bob y Billy se dirigían a El Paso ya que allí había una fuerte posibilidad de conseguir a su hija y al hombre que la secuestro. El Paso estaba un tanto lejos de donde Billy y Bob habían estado anteriormente y lo más probable era que el alimento y el agua se les acabaran antes de llegar su destino por lo que decidieron que lo mas sabio seria detenerse un momento en Pinckertown, un pueblo no muy lejos de El Paso en donde podrían comprar alimento para su viaje.

    El propósito era no tardarse demasiado ya que no sabían cuándo podrían llegar Daniel y sus hombres a El Paso. Robert no estaba especialmente emocionado al respecto pero era algo que había que hacer. Llegaron pronto allí, el lugar era bastante tranquilo. Al entrar se podían ver diferentes tipos de tiendas en donde se vendían cualquier tipo de cosas. En una esquina por donde pasaban había un establo y al lado de este un hotel poco lujoso, algo deteriorado y de dudosa calidad o por lo menos eso era lo que indicaba la fachada. Ese día el cielo estaba nublado, parecía avecinarse una lluvia por lo que decidieron entrar en un salón cuyo aspecto era bastante bueno.

    Al entrar música retumbaba en sus oídos, risas y música se mezclaban en el lugar. Allí había varias mesas llenas de jugadores de póker en su mayoría borrachos, también una o dos mesas con un juego de dados. Al frente de ellos la barra del bar, en el piso de arriba estaba una numerosa cantidad de cuartos en donde las prostitutas llevaban a los clientes en busca un poco de aventura. El lugar estaba abarrotado, había gente por todos lados. Por cada hombre una prostituta y por cada prostituta un vaso lleno de whisky.

    En el fondo, escondido entre la gente parecía haber una mesa sola, sin nadie que la ocupara. En esa situación ambos rápidamente se dirigen a esta ya que era difícil conseguir una mesa sola entre tanta gente.

    El clima solo empeoraba y de pronto comienzan a sonar rayos, la gente no le importa mucho y siguen en lo que estaban.

    Ellos estaban solo en esa mesa, nadie se les acercaba, nadie les ofrecía un poco de whisky y ninguna prostituta se prestaba a sus servicios frente a ambos, simplemente estaban solos lo cual es bastante extraño, porque había mucha gente allí sin embargo ellos dos seguían sintiéndose solos.

    — El clima está empeorando, no creo que podamos salir dentro de poco. — expresaba con rígida mirada Bob.
    — Tranquilo, no puedes distraerte ahora. — declaraba Billy que dirigía su mirada directo a Robert.
    — Esta música me va a volver loco. — comentaba Bob.
    — Deberíamos tomarnos unos tragos. — expresaba Billy.

    Bob se levanta de donde estaba sentado y se dirige a la barra donde pide dos tragos de whisky, el cantinero se los da y este los lleva a la mesa en donde él estaba.

    Ambos se tomaban aquel trago en un segundo y luego no saben de qué hablar, simplemente se quedan callados, como si fueran desconocidos. Ambos miran hacia cualquier lado, se ignoran con la mirada, parecía haber cierta incomodidad en ambos.

    Entonces Bob ve a una prostituta no muy lejos de donde estaba el. Ella llevaba puesto un vestido un tanto incomodo que resaltaba su voluptuoso pecho, este era color azul oscuro aunque en las mangas estaba hecho de una tela mas delgada y de color negro que desvelaba suavemente su piel blanca bronceada. Ella fumaba un cigarrillo y su mirada mostraba clara molestia y hasta cierta depresión.

    Bob simplemente no puede ignorar la perfecta forma de su cintura tan sensual y provocativa, su bella piel blanca bronceada, sus ojos color verde o su hermoso cabello castaño claro que llegaba hasta sus hombros.

    Pronto ella se da cuenta de que la está mirando y en su mirada puede notar cierta pasión que nunca había notado jamás. Había algo en esos ojos color café que lo hacían lucir misterioso y atractivo para ella aunque no podría decir exactamente que era. Bob ya ni siquiera finge no mirarla, era imposible para el no hacerlo. Era una mujer muy hermosa y joven, además la rodeaba cierto ambiente misterioso que le atraía mucho.

    El saca un cigarrillo de su bolsillo, lo enciende y comienza a fumar. El humo se mezclaba en el aire y desaparecía de la vista en poco tiempo. La prostituta de repente siente la necesidad de acercársele y eso hace. Paso a paso se acerca a él, con lentitud su caminar estaba lleno de pasmosa sensualidad, su mirada desataba cualquier tipo de deseos en cualquier hombre, pronto el humo proveniente de su cigarrillo se mezcla con el humo del cigarrillo de Bob y desaparecen en el aire, juntos.

    Están cara a cara, solo que ella estaba de pie y el sentado. Ambos se miran con intensidad pero no dicen una palabra, Bob en ese momento estaba maravillado por la mirada de esa chica y por el hermoso rojo de sus labios, ella con su mirada expresa cierta curiosidad e intriga, era algo notable. Billy nota lo que pasa y simplemente trata de romper el hielo comenzando una conversación.

    — Disculpa pero ¿Quién eres? — preguntaba Billy.
    — Mi nombre es Tiffany. — respondía con sonrisa la chica.
    — Mucho gusto Tiffany. — saludaba Bob.
    — ¿Y puedo saber sus nombres o quieren que simplemente les llame forasteros? — preguntaba con tono gracioso.
    — El mío es Billy y él es Bob. — respondía sonriente.
    — En ese caso si tú eres Billy debes llamarte William y si él es Bob debe llamarse Robert. — comentaba Tiffany.
    — Estas en lo correcto, aunque hace tanto que no me llaman William que ya ni recordaba que ese era mi nombre. — respondía de nuevo sonriente.
    — No parecen muy populares. — expresaba Tiffany.
    — Pues no lo somos, de hecho esta debe ser nuestra primera visita a este lugar ya que no recuerdo haber estado aquí antes. — explicaba Billy.
    — No entiendo porque siempre respondes tú mientras tu amigo se queda callado y mira el suelo. — decía Tiffany
    — Tienes que disculparlo, es de pocas palabras. — respondía Billy.
    — Pues tu amigo me estaba mirando desde hace un rato y pensé que querría charlar conmigo. — comentaba Tiffany con sonrisa particular y mirada directo a Bob que seguía mirando el vaso que tenía en sus manos.
    — Tal vez si quiera hablar contigo solo que no aquí. — comentaba Bob después de ese silencio.
    — Te gustaría ir a arriba y charlar en privado, de seguro eso te gustara. — declaraba la joven.
    — Probablemente, además allí arriba no tendría que escuchar esta ruidosa música. — expresaba Bob.
    — Entonces subamos. — decía la chica con sonrisa.

    Ambos subieron dejando a Billy solo, este fue a la barra aunque no bebió alcohol, simplemente se quedó allí sentado.

    Bob y Tiffany subían por las escaleras y entraban a una habitación que estaba al final del pasillo del lado derecho. Este tenía la puerta color azul. Pronto entraron, allí había una cama que lucía bastante cómoda, a su lado un pequeño estante con una vela encima. Al frente había un vestidor. Las paredes de madera no estaban pintadas pero aun así lucían muy cuidadas, tenía un muy buen aspecto la habitación en general aunque no hubiera muchas cosas dentro.

    Bob al entrar inmediatamente se sienta en la cama, con la mirada al suelo. Tiffany estaba frente a él pero este no la miraba, parecía que en ese momento él estaba completamente solo, sin nadie a su lado, solo las sombras que le extendían sus brazos y le abrazaban. Entonces se arrodilla frente a él y lo mira a los ojos.

    — ¿Qué quieres? — preguntaba Tiffany de manera intrigada.
    — No lo se. — respondía Robert que seguía mirando al suelo.
    — Bueno el precio por sexo normal es de cinco dólares, si quieres darme por otras son dos dólares más y si quieres una chupada son dos dólares mas, si quieres todo en total son… nueve dólares. — explicaba con frialdad la chica.
    — Parece una tarifa bastante accesible. — comentaba Bob que esta vez la mira a los ojos.
    — Tú no eres de por aquí… — decía la joven. — ¿de dónde vienes?
    — De un lugar muy lejano. — respondía Bob.
    — Hay algo en ti… que… es muy peculiar. — expresaba Tiffany.
    — ¿Acaso tu recuerdo a alguien? — preguntaba Bob.
    — No, no lo creo, simplemente hay algo muy peculiar en ti. — respondía Tiffany.
    — Tú si me recuerdas a alguien. — declaraba Bob. — Pero no es un recuerdo muy grato… creo que una mitad es parte de lo mejor que he vivido en mi vida y la otra lo peor.
    — ¿Y yo te recuerdo lo peor o lo mejor? — preguntaba con cierto cinismo en su voz.
    — Ambas… en cierta forma. — respondía Bob.
    — ¿Acaso vamos a hablar toda la puta noche o me vas a coger? — expresaba con fuerza Tiffany.
    — ¿Quieres que lo haga? — respondía con otra pregunta.
    — Tú eres el que tiene el dinero. — respondía Tiffany de nuevo cínicamente.
    — Cierto. — decía mientras se levantaba y se acercaba a ella. Él le llevaba unos pocos centímetros de altura pero aun así su postura era tan apabullante que ella sentía que tenía un gigante frente a ella.

    Entonces con su mano derecha empezó a bajar la manga del brazo izquierdo de ella. Con un suave movimiento desliza la manga desde su hombro hasta su brazo dejando al hombro desnudo. Luego él acerca sus labios al hombro y le da un dulce beso. Con sus labios comienza subir hasta llegar al cuello de la chica que demostraba el placer que sentía con una sonrisa y ojos cerrados.
    Después del beso con ambas manos comienza a acariciar sus mejillas, al principio solo con los pulgares y luego con toda la mano. Con estas podía sentir la tierna y suave piel de esa hermosa chica mientras acerca poco a poco su cuerpo al de ella al punto de que sus narices se tocaran. Él acerca sus labios a los de ella con un movimiento sutil y gentil, ella estaba a punto de recibir aquellos labios cuando pone la punta de su dedo y le dice a Bob — Puedes besarme las tetas, el cuello o el coño pero no los labios. — con tono dubitativo. Él hace caso omiso y sigue acercando su boca a la de ella. Tiffany no opone resistencia y se deja besar por Bob.

    Robert pudo sentir los dulces labios rojos de Tiffany y disfruto hacerlo como pocas veces ya que esos labios le recordaban algunos bellos momentos que jamás regresarían y por lo que se lamentaba cada día.

    Era un beso agridulce para él, era recordar el momento más dulce y horrible de su juventud, por el cual no puede dejar de arrepentirse día tras día. Aquel beso era un recuerdo de lo que pudo haber sido y no fue.

    Ella no sabía exactamente que sentía, nunca había sido besada de esa forma, no quería soltar los labios de Bob, en ese momento tal vez lo único que podría querer era estar aferrados a ellos para la eternidad, congelar el tiempo en ese momento hermoso en donde no importaba quien fuera que.

    Cuando aquel maravilloso momento termino ambos no sabían que hacer, estaban callados, totalmente silenciados, de repente sus miradas comienzan a hablar por ellos, eran miradas intensas llenas de pasión y deseo. Luego Bob decide romper con el silencio.

    — Tú me recuerdas mucho a alguien de mi pasado. — comentaba.
    — Yo… nunca… había conocido a alguien como tú. — declaraba Tiffany aun algo atónita.
    — Tu rostro… es la viva imagen de aquella mujer. — expresaba Bob. — Es como si la tuviera frente a mí de nuevo.
    — ¿La querías mucho? —preguntaba.
    — No lo se. — respondía Bob con tono dudoso.
    — ¿Acaso le hiciste algo malo? — preguntaba de nuevo.

    Bob se tomó un tiempo antes de responder, miro directo a sus ojos y la volvió a acariciar su mejilla.
    — Si. — respondía Bob entre lágrimas.
    — ¿Quieres que hagamos algo ahora? — volvía a preguntar.
    — Por esta noche, aunque sea por cinco minutos quiero sentir de nuevo la piel de una mujer sobre la mía, sus labios sobre los míos y ver sus ojos llenos de alegría. — declaraba Bob con algunas lágrimas.
    — Yo puedo hacerte eso. — respondía ella.
    — Estaría muy agradecido. — expresaba Bob con una pequeña sonrisa.

    Así el procedió a besarla de nuevo con la misma pasión que la vez anterior solo que esta vez ambos caen sobre la cama en donde dan varias vueltas mientras se besan. Se detienen un momento, el la mira intensamente mientras desliza las mangas de la chica por sus brazos quitándole aquel molesto e incómodo vestido dejando su pecho cubierto solo por un sostén de color negro. Siguió bajándole el vestido hasta quitárselo totalmente, luego la recostó sobre cama, tomo sus pies y les quito los tacones de color negro que llevaban puestos. Ella estaba en ropa interior recostada sobre aquella suave y reconfortante cama.

    Él se recostó sobre ella y besaba su cuello mientras esta desabotonaba su camisa hasta quitársela, el dejaba su arma en el pequeño estante que estaba al lado del cama.

    Y mientras los rayos caían del cielo y alumbraban la noche llena de tempestad ellos seguían juntos, en esa cama, besándose y acariciándose mientras se quitaban la ropa.

    Una gran sabana blanca los cubría cuando ambos estaban completamente desnudos. Robert tenía sus manos sobre la cadera de Tiffany que con placer dejaba tocarse. El solo sobaba su cadera pero ella lo disfrutaba mucho, el comienza a pasar sus manos por todo su pecho llegando a tocar sus senos y acariciarlos además de contemplarlos.
    Luego baja y toca sus muslos cuya forma era muy sensual, besa sus hermosos pies y entonces sube por su cuerpo hasta llegar a su cuello que vuelve a besar con desenfrenada pasión. Sus ojos están cerrados y por momentos la imagen de cierta mujer en el pasado aparece en su cabeza.

    No importo, el comenzó a besar sus labios mientras ella abría sus piernas ante el que entro con el mayor placer posible. Ambos disfrutaron de aquel dulce y tierno momento, él le encantaba escuchar su voz, ver sus ojos cerrados y su mirada de placer, escuchar como gemía gozosa. Él lo disfruto tanto como ella, no había estado con una mujer en años y había olvidado lo bien que podía sentirse estar allí en la intimidad con una mujer a pesar de que esta fuera una extraña.

    No paso mucho tiempo después cuando él se levantó de la cama, fue casi de inmediato. Se pone su ropa interior y su pantalón con mucha velocidad, su mirada era fría y distante, su rostro no mostraba ninguna sensación en ese momento, pero ella estaba acostada mirando al techo con una sonrisa en su cara mientras su cuerpo estaba completamente desnudo cubierto a medias por una sabana blanca.

    Antes de que ella se diera cuenta ya Robert estaba completamente vestido. Él estaba frente a ella que aún seguía acostada aunque se vestía poco a poco.

    Robert no sabe que decir y ella tampoco, el solo podía mirarla porque su boca no sabía hablar en ese momento, el rostro de ella mostraba satisfacción. Seguía lloviendo aunque ya no tan fuerte como hace un rato apenas, se notaba la tempestad. Cuando termina de vestirse le habla a Robert sin mayor problema.

    — ¿Te gusto? — preguntaba una sonriente Tiffany.
    — Sí. — respondía Robert ahora con ligera sonrisa.
    — Entonces si hice recordarte todas esa cosas que querías recordar. — decía Tiffany.
    — Si lo hiciste. — respondía Bob.
    — Me debes cinco dólares. — exigía Tiffany con tono cínico.
    — Siento que si te pagara estaría haciendo algo malo. — comentaba Bob.
    — Cinco dólares me sirven de mucho, y ahora los necesito así que me estarás haciendo un bien. — expresaba ella.
    — ¿No te gustaría largarte de aquí? — preguntaba Bob.
    — Sabes, cuando era joven cada hombre que entraba aquí conmigo después de cogerme me quería llevar lejos de aquí, me decía que yo necesitaba algo mejor… tal vez era porque era muy joven y algunos hombre se sienten culpables después de estar con alguien muy joven. — comentaba Tiffany que miraba a los ojos de Bob. — Sin embargo con el tiempo ya la gente no te quiere sacar de nada, simplemente te agradecen y te pagan, regresan a sus vidas de mierda y yo me quedo aquí.
    — Yo te puedo sacar de aquí y darte algo mejor, no a mi lado, simplemente en otro lugar. — declaraba Bob.
    — Y una mierda. No me vas a engañar para acompañarte en tu viaje y ser tu puta personal. — se negaba Tiffany ahora con tono molesto.
    — No tienes que acostarte conmigo, simplemente quiero darte algo mejor, en otro lado. — insistía Bob.
    — ¿Qué quieres de mí? — preguntaba Tiffany molesta.
    — Creo que en un retorcido sentido eres lo ultimo que queda de un hermoso recuerdo y siento la necesidad de salvarlo. — explicaba Bob.
    — No tienes que salvarme de una mierda, joder, no quiero irme de aquí. — expresaba ahora con rabia.
    — Sientes miedo. — decía Bob.
    — Joder, ¿Por qué coño sentiría miedo de irme? — decía Tiffany con mirada iracunda.
    — No sientas miedo. — expresaba Bob. — Es algo normal, solo confía en mí. Yo te sacare de aquí y no tendrás que regresar a este condenado salón.
    — Estas loco. Solo quieres tenerme a tu lado para cogerme cuando se te de la puta gana. — exclamaba con rabia.
    — Si te calmaras podrías pensarlo mejor. — comentaba Bob. — Estaré abajo con mi amigo Bill, saldremos dentro de un rato así que me gustaría que te apresuraras a tomar una decisión.

    Entonces Robert salió de la habitación y bajo por las escaleras, se sentó junto a Billy que se encontraba en la misma mesa de hace un rato. No parecía haber bebido nada lo cual le parecía extraño.

    — ¿Qué has estado haciendo, Billy? — preguntaba Bob un poco intrigado.
    — Sentado, pensando. — respondía Bill.
    — Me parece que no has tomado un trago hasta ahora. — comentaba Bob.
    — No quiero beber y emborracharme, quiero estar sobrio hasta que está condenada lluvia acabe y podamos comprar lo que necesitamos y largarnos de aquí. — explicaba Bill.
    — Tengo algunos planes que me gustaría contarte. — declaraba Bob.
    — Dilo.
    — Tengo pensado llevarme a Tiffany con nosotros. — contaba Bob.
    — Bob ¡¿Pero qué coño?!... ¡si lo que quieres es cogerte a una puta hay muchas en El Paso y en cualquier jodido pueblo de este jodido estado, joder! — exclamaba con fuerza y enojo Bill.
    — No voy a hacer eso. Voy a llevarla El Paso para que deje este trabajo. — explicaba Bob tratando de calmar al enojado Bill. — Simplemente la dejare allí.
    — ¿Y acaso puedo preguntar porque este repentino plan tuyo? — preguntaba Billy.
    — La verdad es que ella me recuerda a Jena. — respondía con voz entrecortada Bob.
    — ¡Debes dejar eso en el pasado, lo que hiciste está hecho! — exclamaba Bill casi gritando.
    — No puedo hacerlo y lo sabes. — respondía con fuerte tono.
    — Nunca lo superaste ¿cierto? Por eso te quedaste con Elizabeth. — expresaba con cínica sonrisa Bill. — Debes entender que esa puta que con la que acabas de estar no es Jena.
    — Lo sé. — decía Bob. — Pero siento que debo salvarla Bill, ella podría pasar por lo mismo que paso Jena, quiero evitarlo.
    — Tienes que entender lo siguiente Bob, es tu hija la que está en peligro, no sabes dónde está ni como esta y sé que eso te está matando por dentro. — contaba Bill. — Estoy seguro que si entraras en conciencia entenderías que la vida de Liz vale más que la de esa tal Tiffany.
    — Elizabeth fue el último regalo que la vida me dio y desde el momento en que la tuve en mis brazos por primera vez sabía que no me lo merecía. Sabía que esa pequeña no se merecía estar con un hombre como yo. — comentaba Bob con una lagrima que salía de su ojo derecho y caía por su mejilla hasta el piso.
    — Y la cuidaste de la mejor manera posible, hiciste lo mejor que pudiste para que esa chica pudiera ser un ser humano decente. — expresaba Bill.
    — Ella es divina, un ángel sin alas, ella es lo último que me quedaba de Jena y ahora lo he perdido y me pregunto si esta no es simplemente la enferma manera en que el destino se está vengando de todas mis fechorías. — comentaba Bob triste y deprimido.
    — Tiffany no es Jena. — decía Bill con tono muy intimidante. — Debes entenderlo.
    — Si salvando a esta chica puedo hacer que una pequeña parte de esa inmensa carga que tengo en mis hombros desaparezca entonces lo hare sin dudar un segundo. — declaraba Bob.
    — Entonces dejémoslo así y llevémonos a la puta de aquí. — expresaba Bill con sonrisa cínica.

    Luego ambos se silenciaron totalmente como era común. No decía una palabra y apenas se miraban entre ellos, solo veían la lluvia caer y escuchaban los rayos y el piano. Había pasado poco menos de una hora cuando lo lluvia se detuvo. La gente celebro que esta se detuviera al fin, hubo una ronda gratis aunque ya la mayoría estaban muy borrachos, algunos se iban ya que era un poco tarde y otros simplemente se quedaron en el lugar bebiendo y apostando todo lo que podían. Bob esperaba que Tiffany bajara por la escalera y poder llevarla con ella a El Paso pero esta no bajaba, pensaba en subir y persuadirla de nuevo de ir con él pero al mismo tiempo no quería.

    Al fin ella bajo algo dudosa y nerviosa, su mirada era temerosa y sus pasos lentos pero había algo en ella que había cambiado, su temor continuaba pero por alguna razón la manera de comportarse de ese hombre había impulsado un lado suyo que nunca pensó tener, estaba muy dudosa pero al mismo tiempo muy segura, había algo en ella que la mantenía de pie y caminando hacia delante, hacia donde estaba sentado Robert. Ella nunca había conocido a alguien como él y por alguna razón a pesar de ser un completo extraño le inspiraba cierta confianza que nunca había tenido.

    Con un lento andar llego hasta donde estaba Bob le miro y sin decir una palabra Bob entendió su deseo, entonces él se levantó de su lugar y le dijo que todo iba a estar bien, luego fue y camino hasta donde estaba el cantinero que también manejaba a las prostitutas.

    Se acercó y lo miro de frente ya que estaba muy seguro de lo quería hacer.

    — Cantinero necesito pedirle un gran favor. — decía Bob.
    — ¿Qué quiere usted de mí? — preguntaba el hombre de largo y poblado bigote negro, de cómo unos 40 años de edad, largo cabello castaño oscuro y de piel morena.
    — Me gustaría llevarme a esa chica llamada Tiffany conmigo. — respondía Bob.
    — Imposible a menos que me pague cierta cantidad de dinero. — se negaba el cantinero.
    — Me la llevare gratis. — comentaba Bob muy seguro y hasta pedante.
    — ¿Y por qué cree usted que dejaría que se la llevara? — preguntaba el incrédulo hombre.
    — Porque eso es lo que desea Daniel Hill. — respondía con un engaño.
    — Pero si el Sr. Hill la quiere debería pagar. — expresaba el cantinero.
    — Nada de eso a menos que aprecie su vida. — comentaba Bob.
    — Usted tiene que ser muy tonto para amenazar mi vida en mi propio salón. — exclamaba el cantinero bigotudo. — Después de dispararme le aseguro que tendrá cinco balas en su estómago y cabeza, eso se lo aseguro. — comentaba de manera arrogante.
    — No, no. Vera, yo conozco a la gente como usted, aprecian demasiado su vida como para arriesgarse así, además aquí solo hay borrachos y sus hombre están con las putas tomando un descanso. — explicaba Bob. — Si yo le disparo en este momento en la cabeza saldré corriendo por esa puerta y tal vez me maten pero usted no lo sabrá porque estará muerto, y usted no quiere morir ahora.
    — ¿Quién es usted? — preguntaba de manera temerosa.
    — Soy Robert Stewart. — respondía con mirada asesina y tono casi maquiavélico.

    El hombre se queda callado y asombrado puesto que ha escuchado muchas historias ciertas y falsas sobre ese hombre. Empezó a temer por su vida y aunque le importaba la ida de una de las prostitutas no valía lo suficiente como para morir por ello pensó él.

    Lo dejo irse con ella no sin antes discutir un rato mas, sin embargo Bob había ganado la discusión cuando dijo su nombre. Los tres salieron de aquel salón, ella estaba nerviosa pero contenta al mismo tiempo, su mirada tenía cierto brillo peculiar y también mostraba una hermosa sonrisa que a Bob le recordaba mucho a Jena.
    Compraron alimento ya que les hacía falta y llenaron sus cantimploras, ya no faltaba mucho para llegar a El Paso así que pensaron que era suficiente, debían ser precavidos. Los tres salieron del lugar inmediatamente, como no tenían dinero suficiente Tiffany tuvo que ir en el mismo caballo que Robert.
    Robert sentía que hacia lo correcto per aún seguía temiendo por la vida de su hija que estaba en manos de Daniel, solo la esperanza de volverla a ver sana y salva lo dejaba dormir por las frías y oscuras noches en el desierto donde había tanta muerte y desolación.




     
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    Pire

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    Tercer capitulo, comentario dos.
    Me estas matando con tus actualizaciones constantes ;-; pero eso me pasa por no leer antes u.u lo siento, toda la semana ha sido dura pero aqui me tienes, comentare hasta el ultimo capitulo c:

    Cada que leo una escena donde la bala se incrusta en el cuerpo de otro, siento como la sangre sale como una manguera porque eso he visto que pones, que todo se llena de sangre y que se mancha el piso y de mas ;-; me suena tan gore y frio, aww no sabes como me gustó que tomaras esa tematica de vaqueros, del lejano oeste y de mas OuO muy lindo, ha sido la cosa mas original que he leido <3 buen trabajo pensandolo y tus continuaciones son tan interesantes y buenas que siempre quier mas ademas que logran satisfacerme.

    La chica prostituta, eso fue lo mas cruel que me ha parecido en toda la historia ¿Matarla porque dijo que tiene el miembro pequeño? ¡Esta diciendo la verdad! No tiene que matarla a sangre fria pero bueno, le dio en el ego al pobre hombre, donde todos se burlaron de el, yo igual me hubiera reido de haber escuchado una noticia semejante xD en fin.... ella no se esperaba ese fin tran tragico que tomaria, muriendo a manos de uno de sus amantes que la habia satisfaccido poco, pero me ha gustado la venganza que han tomado en parte de ella, Bob, eso me encanto, pensó que su hija podia estar siendo protituida y la vio ahi, en ese lugar, siendo asesinada por un hombre y no resistió mas los impulsos y ahi esta el duelo que trajo su victoria defendiendo el titulo que hace años tenia.

    Nunca, los hombres nunca cumplen sus promesas y mas esos desgraciados. Se dice que no abria represarias y ahi van ellos a tomar venganza de su compañero que fue limpiamente vencido y que cayo muerto gracias al karma. La pelea en el bar, pobre hombre que tuvo la mala fortuna de sentarse alado de Bob, su hombro fue dañado y no se habló de que se hubiera recuperado o salido de ahi, por lo que me cabe suponer que esta muerto o que no falta mucho para que eso se cumpla.

    Al final de cuentas los hombres son cobardes y buscan cualquier cosa para no ser asesinados, aun decir la verdad de algo que no debia decir, era confidencial y por nada del mundo podia abrir la boca, pero eso en gran parte es bueno, se van acercando mas a encontrar a la hija de nuestra valiente y grandioso Bob :D

    En cuando a la narración, se nota la gran mejoria que has tenido, me gusta mucho la manera en que narras, me hace adentrarme e imaginarme a mi mirando cada escena con un sombrero en la cabeza y un corcel esperando afuera de los lugares<3 si, mi mente llega muy lejos. Tu ortografía es muy buena, no he notado faltas en algo, creo que me he perdido demasiado, solo una cosa.
    Repetiste en dos lineas consecutivas algo de la protituta...dejame busco. Ya, el verbo disparar:

    Pudiste poner algo como: apunta directo al abdomen de la joven y con completa seguridad acciona el gatillo, la bala da de lleno al lugar apuntado, la chica siente como la bala atraviesa su cuerpo sin mayor esfuerzo.

    Algo asi ^^ si, es tu historia y evita las repeticiones, solo ha habido una esta vez, de igual manera cuida los acentos que siempre logran escaparse aunque escribas en word, son escurridisos c: Se te quiere, seguire leyendo.

    Pire<3
     
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    Pire

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    Cuarto capitulo, comentario tres.

    Bueno bueno, tengo tantas ganas de leer y aqui estoy, cada palabra entra a mi mente e imagino la escena tan a mi gusto mientras tu usas palabras claves que hace que este en el lejano oeste :3

    Buen capitulo mi pequeño alex, ha estado del todo tranquilo, no ha habido sangre ni decapitaciones ni nada que me haga imaginar como la sangre corre mucho c:, me gusta mucho como estas llevandolo ya que no te apuras en los acontecimientos ni en el trama de la historia, dejas ver como pasa la noche en un dia cualquiera y como los recuerdos van llenando la cabeza de estos dos hombres.

    Fue mas que interesante el recuerdo de como Deborah y billy llegaron a tener algo que ver fisicamente, su cumpleaños, un regalo maravilloso que los dos han de atesorar en sus corazones ya que eso fue mas que increible para los dos,, pero debido a que ella era primeriza en cuando a esas cosas, su virgindad le fue arrebatada voluntariamente por billi, y que este ultimo no entendia porque habia sucedido ni que como ella podia sentir algo por el y de mas factores hicieron que esa gran noche nunca se repitira y que no pudiesen ver con esos ojos que aquella noche encantadora trajo consigo.

    En fin, pienso que realmente debieron hablarlo ya que no es una cosa que tenga que tomarse a la ligeraa, viven en la misma casa y los dos sienten cosas maravillosas por la otra persona, se quieren y aunque la diferencia de edades se interfiera y billy sea un infeliz con un pasado oscuro y la pequeña una hermosa mujer que puede tener un gran futuro, en fin de cuentas ellos desean estar juntos y no le veo nada de malo a eso.

    Algo que me espanto al leerlo ¿Bob siente algo similar que lo que siente Billy por Deborah? Porque si fuera eso, seria incesto o de mas cosas y realmente no me gustaria ver algo asi en tu historia, ;-; como un padre que ama y daria todo por su hija la quiere mas que paternamente, la desea y quisiera estar alguna vez con ella, no, eso no u.u

    De besos a caricias, de caricias a la cama, uuuhh eso estuvo muy calido para el gusto de todos lectores, que bueno que lo has censurado lo mas posible c: nada de cosas malas para mi inocente mentesita y para los usuarios pequeños del foro ^^. Asi que billy es un buen cocinero, quien diria eso, lol eso explicaria muchas cosas que has aclarado.

    Cuida nuevamente las repeticiones de una misma idea en cuando al dialogo y a la narración.

    No era necesario poner nuevamente que esta bebiendo agua en un vaso, pudiste poner algo como: mientras vacia la sustancia que el recipiente contenia, o algo por el estilo, trata de usar sinonimos en los verbos, recueda eso y cuida los acentos.

    Eso ha sido todo, nos vemos en una hora cuando termine el quinto capitulo ^^ leo tan pronto como puedo ;-; se te quiere.

    Pire<3
     
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    Pire

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    Quinto capitulo, comentario cuatro :3

    Bueno bueno, la historia se ha tornado de una manera bastante peculiar, nos has mostrado mas del oscuro pasado de Bob, Jena, la madre de nuestra querida elizabeth. Te juro que desde el capitulo anterior quise ponerlo pero se me paso pero aqui desde el primer capitulo que estoy pensando en la madre de elizabeth y si es posible que tu la menciones o en verdad eso no es relevante pero a fin de cuentas mi respuesta ha llegado mas que sola, nos hablas de su madre, una mujer que forma parte del pasado de nuestro protagonista y por lo que he leido le hizo algo, podria ser que al ser odiado sus enemigos decidieron arrebatarle aquello que tanto amaba o en el parto es que ella pereció.

    Muchas conclusiones y solo tu sabes la respuesta e.e dimela o te muerdo, ok no (?) en fin. Otro capitulo tranquilo pero sumamente interesante y peculiar, nos muestras cosas de las que no habias hablado awww jena<3 De igual manera no esperé que Bob tendria algo que ver con la chica esta, deduje que se detendria porque el recuerdo era demasiado y no queria seguir con eso para proseguir a irse pero vamos ¡Se la ha llevado! No esperé que decidiera llevarsela y a "El paso" ¿Porque quiere dejarla ahi? Pienso que el queria algo serio con ella, ser su pareja y la madre de elizabeth, todavia no capto la razon del porque dejarla ahi ¿Que hay en ese lugar? ¿No estaria llevandola a lo mismo de lo que ha escapado?

    Por un momento creí que la chica no bajaria pero el que ella vaya con ellos no termina de gustarme del todo, siento que algo podria salir mal pero Bob lo quiso asi, para alivianar sus culpas y darle una vida mejor...no me digas que jena era una prostituta que el no pudo salvar...bueno comienzo a sacar conclusiones ;O; pero en fin, quiero ver la continuacion.

    En cuando a la ortografia, la descuidaste un poco en este capitulo, en el primer parrafo es mas que notable la repetición constante de la palabra u lugar "El paso" se que pudiste utilizar otras cosas, pronombres o de mas para referirte al sitio, has perdido la armonia en eso. Te has comido una a por ahi lo cual no deja del todo claro la oración y algunas palabras mal escritas.

    De igual manera aqui repetiste mucho la palabra solos y omitiste una "s" ya que estas hablando en plural es mas que necesaria.

    Perdiste la armonia y caiste en la redundancia, ten cuidado con esos pequeños detalles, de igual manera separa los diálogos por espacios, asi tu escrito se verá mas limpio, eso es todo por mi parte por el dia de hoy :D te dije que iba a cumplir, no creias ;-; te quiero, te leo luego.

    Pire<3
     
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    Robin

    Robin Iniciado

    Géminis
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    Siento mucho no haber pasado a leer con anterioridad, algunos asuntos con la universidad me están matando y estoy segura que eso no les importa.
    Keilani y Pire Bannet ya te han señalado a grandes rasgos los errores más notorios de la historia, narración redundante, palabras repetidas, párrafos extensos. Mi misión aquí es profundizar en el tema. (Todas las observaciones son en respecto al último capítulo, no tengo por qué meterme con los anteriores que ya tienen puntos de vista)

    Bien, a lo que vengo:
    Al inicio del capítulo la narración es un tanto grotesca por algunas palabras que entorpecen la lectura, es difícil seguir el hilo sin perderse.


    Señor Alex, la idea que trata de expresar está bien, el único inconveniente es la estructura de la narración y la ambientación, "ya que allí" me resulta un poco perturbador para unir dos ideas, bien podría corregirlo con otras palabras. El fragmento más largo que subrayé dificulta la comprensión, vuelve lento el ritmo de la lectura. Repite tres veces "El paso" dentro de un mismo párrafo volviéndolo anti-estético.

    Y una nota gigante a la palabra "conseguir", ¿qué van a conseguir? Sí señor Alex, a la pobre niña, pero no es un objeto para conseguirla en cualquier lugar: Encontrar, esa es la palabra que debe ir.

    Ejemplo:

    La narración ayuda, y mucho.

    Sí señor, redundancia y repetición. El fic tiene algunos errores ortográficos en cuanto acentos, no digo que todo, pero hacen falta acentos.


    Ahora a la parte que más amo, los diálgos.
    Anotación señor autor, lo correcto es:



    Hay que darle crédito por usar los guiones largos, eso está muy bien, pero hay un punto que nadie tocó y que a mi me gusta mucho: Las reglas.
    1.- Los diálogos siempre van pegados a los guiones
    2.- Si hay descripciones de un diálogo, y la palabra con la que inicia la narración alude al verbo "hablar"= dijo, respondió, murmuró, contestó, vociferó, exclamó; entonces va con minúscula (a lo cual usted no tiene problema) y NO VA NINGÚN PUNTO que finalice el diálogo, sino al final de la descripción, me explico:


    3.

    —Diálogo.
    —Diálogo —narración.
    —Diálogo —narración—, diálogo.
    —Diálogo —narración—. Diálogo.
    —Diálogo —narración—; diálogo.
    —Diálogo —narración—: diálogo.
    —¡Diálogo! —narración—, ¿diálogo?

    Me gusta mucho el tema que elegiste, para ser honesta sólo he leído dos fics contando este de la misma temática al estilo "oeste", al principio no llamó la atención hasta que comencé a leer sobre la vida de Bob, me gustó que no fuera el tipo "perfecto", bueno, era de esperarse en el tiempo que lo ubicaste, me agradó: fuerte y directo. Me sorprendió que se quisiera llevar con ellos a Tiffany, me pregunto que pasará con esos dos...

    No sé si podrías hablar sobre la mamá de Elizabeth, estoy intrigada con el personaje, quizá porque aún no sabemos casi nada de ella.

    Lo dejo aquí por cuestión de tiempo, pero puedo decirle que la trama es interesante, solo hacen falta algunas correcciones que fácilmente puede pulir.
    Gracias por dejarme el link, después de no sé cuántos días me ha alegrado leer una historia original.
     
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    Deny Btok

    Deny Btok Entusiasta

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    ¡Soy una muy pero que muy mala lectora! :'( hace días prometí comentar y ahora vengo después de un milenio T^T, te ruego de mil formas que me disculpes.

    Pasando a lo que vine:
    He amado de mil maneras distintas el cuarto y quinto capítulo <3, mi rostro pasó de la duda, al asombro y finalmente terminó en desconcierto total, no sé exactamente que pensar con respecto a la decisión de Bob, es como si sintiera que hizo algo bueno pero no por las razones correctas :l, no puedo evitar pensar de una forma muy parecida a la de Bill.
    Debo agregar que tengo la imperiosa necesidad de conocer más sobre Jena, ya has dado una entrada, espero tener más información de ella en un futuro no muy lejano, pero todo esto de llevar a Tiffany con ellos me está dando muy mala espina, me aventuraría a predecir que alguien saldrá lastimado o muerto por su presencia, ya que si no pienso que su aparición no tendría fundamentos en la trama.
    Por otro lado no encontré nada que mencionar que antes no allá sido dicho por alguien más, desventajas de comentar tarde :'(.

    Me despido, pero esperaré con ansias el siguiente capítulo.
     
  21.  
    alexxMS

    alexxMS Entusiasta

    Capricornio
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    Título:
    Mean Paths
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    12
     
    Palabras:
    4609
    Capítulo 6


    Había pasado un día entero, Bob y compañía estaban cada vez mas cerca de El Paso donde este albergaba la esperanza de encontrarse con su hija que fue cruelmente alejada de él. Era un día muy caliente, el sol brillaba con inconmensurable fuerza, el cielo completamente despejado y ningún rastro de vida tal vez en kilómetros, solo ciertos árboles muertos o plantas muy secas y apunto de fallecer. El territorio era muy arenoso sin embargo con medida avanzaba este se hacía menos arenoso.

    Cabalgaban con el sol en sus hombros y considerable cansancio. Bill, que llevaba consigo un sombrero de color marrón un tanto manchado de arena estaba muy sudado y desprendía un desagradable olor por lo que Bob no se le acercaba mucho. Este no estaba tan sudado aunque si cansado, mientras su compañera que estaba tras el en el mismo caballo estaba muy agotada, sedienta y algo molesta. Ella empezaba a perder la paciencia pero Bob y Bill estaban más calmados ya que ya habían pasado por situaciones similares muchas veces en el pasado. Nadie habla, todos estaban completamente callados y lo único que se podía escuchar era el galope de los caballos y en últimas instancias el jadear de una sedienta y enojada Tiffany.

    — ¡Joder, como odio este puto desierto de mierda! ¡Joder! — exclamaba con enojo entre jadeo Tiffany.
    — Tranquila muchacha, dentro de poco llegaremos a El Paso, no te preocupes, toma un poco de agua y cálmate. — sugería Bill con sonrisa.
    — Él tiene razón, no te imaginarias cuantas veces hemos pasado por estos desiertos. — apoyaba Bob.
    — ¡Están diciendo eso desde que salimos de Pinckertown! — gritaba Tiffany mientras tomaba agua de una cantimplora medio vacía.
    — Cuando lleguemos allí tal vez no necesites mas nunca hacer estos largos viajes por el desierto. — comentaba Bob.
    — Pues eso me gustaría. — expresaba Tiffany.
    — Si te calmas el calor no te hará tanto efecto, solo tienes que dejar de lado esa furia. — decía Bill que parecía divertirle la situación.
    — Tú no deberías hablar mucho mientras pareces un puto cerdo. — exclamaba Tiffany con el mismo enojo.
    — Creo que a este paso llegaremos en unas pocas horas, probablemente antes de caiga el sol. — comentaba Robert.
    — Pues eso sería muy bueno, creo yo. — expresaba la joven.
    — ¿Cómo haremos para encontrar a Daniel cuando lleguemos allí? — preguntaba Bill.
    — Él va a hacer negocios con ese tal Ryan Cooper así que preguntaremos por ese hombre, seguramente debe tener cierta fama en el lugar, si lo encontramos a él encontramos a Daniel y a mi hija. — explicaba Bob.
    — Sabes que si nos encontramos con el probablemente tenga compañía por lo que las cosas se podrían tornar muy violentas allá. — comentaba Bill.
    — Lo sé, pero es un riesgo que debo correr por mi hija, ella lo vale. — expresaba Bob con tono decidido.
    — Tal vez sea un baño de sangre. — expresaba Bill.
    — A mí no me gustaría estar con ustedes cuando eso pase. — interrumpía Tiffany.
    — Creo que lo mejor sería que te mantuvieras alejada de nosotros dos cuando encontremos al hombre ese por tu seguridad. — sugería Bob.
    — Tan lejos como pueda de la sangre. — decía la chica.

    Caía la noche sobre los viajeros cuando al fin llegaron a El paso, al entrar allí parecía una pequeña ciudad, con tiendas de todo tipo en todos lados, gente pasando constantemente por las muy pobladas calles. Estas estaban llenas de toda clase de personas de cualquier clase social. El lugar era relativamente pequeño en comparación con las grandes ciudades pero seguía siendo más grande que la mayoría de los pueblos de alrededor.

    Ya era tarde y tenían que hospedarse en un hotel para no pasar la noche en la calle. En estas había muchos moteles, cada uno en una calle, todos parecían iguales, de dos pisos de altos y muy espaciosos, lucían como buenos lugares para descansar después de tan extenuante viaje. Ellos deciden quedarse en uno que se encontraba cerca de un salón y una ferretería, era de notable tamaño y por el color de su madera debía ser un tanto nuevo. Cuando entraron los tres, dejando los caballos en la entrada, un hombre de poca estatura y muy llamativo traje azul se les acerca, su rostro estaba cubierto de pelo amarillo proveniente de su muy cuidada barba, su cabello rubio también le llegaba a los hombros. Sus ojos azules parecían sospechosos, definitivamente su aspecto no era el de una persona de fiar. Debía promediar los 50 años de edad.

    Él hombre con tono muy amable se presenta ante los viajeros, les dice que su nombre es Kyle Pullman y les ofrece una habitación en el hotel, los tres no estaban muy convencidos a pesar de la buena fachada del lugar, sus miradas muestran duda pero no sería por mucho tiempo ya que según ellos, al final no encontrarían algo mejor esa noche.

    Al entrar al lugar se podía visualizar a la derecha un comedor de generoso tamaño y de muy buen aspecto, el lugar estaba lleno de comensales. No muy lejos de allí, apenas a unos metros estaba la escalera que llevaba a las habitaciones del hotel. No tenían suficiente dinero como para pagar por dos habitaciones así que tuvieron que arreglárselas con una sola, solo había dos camas en cada habitación aunque el lugar era espacioso llegaba a ser incomodo dormir en el no tan confortable suelo del cuarto. Al final tuvieron que quedarse con esa habitación para los tres.

    Al entrar en la habitación era notable que no había prácticamente nada. Dos camas, una vela al lado sobre un estante y una ventana que daba una vista de las calles era lo único que esta básicamente otorgaba a los que la visitaban. Las camas tenían buen aspecto, eran cómodas y muy reconfortantes.

    Bill estaba muy cansado y poco le importo lo demás, se acostó directamente. No paso mucho tiempo para que se durmiera en la cama. Entonces solo estaba una cama disponible y dos personas.

    Tiffany estaba segura de que dormirían juntos aquella noche, sin embargo Bob decidió acostarse en el suelo con una sabana y una almohada. Ella no entendía porque si ya habían dormido juntos, no parecía tener sentido negarse a hacerlo de nuevo. Bob como usualmente era no emitía emoción alguna, simplemente se acostaba no sin antes mirar por la ventana un rato, por ella podía ver a la gente caminar por las calles, incluso llegaba a oler la peste de afuera por aquella ventana, casi podía sentir el olor del whisky y el coñac provenientes de los abarrotados salones.

    Tiffany para ese momento estaba intrigada, no entendía la extraña posición de Bob ante el asunto de la cama así que decidió discutir al respecto.

    — No te entiendo Bob. — decía Tiffany. — Una noche me coges y ahora no quiere ni estar en la misma cama conmigo.
    — ¿Por qué siempre tienes que decir “coger”? ¿Acaso le tienes tanto miedo a decir que hiciste el amor? — preguntaba Bob molesto.
    — No le tengo miedo a una frase. — respondía Tiffany.
    — Claro que sí. — insistía Bob. — Si no lo tuvieras no tendrías que decir tanto la otra palabra.
    — Desde aquella noche no has sido el mismo. — expresaba con molestia. — Lo hicimos como nunca lo había hecho en mi vida y luego de eso no me has tocado ni un pelo.
    — Tú no entenderías la razón. — contestaba Bob con tono intimidante y frio.
    — Me gustaría que me lo explicaras. — sugería Tiffany.
    — ¿Por qué dices eso? — preguntaba.
    — Porque cuando eres una mujer como yo y un hombre te rechaza de esta manera sueles querer una respuesta. — respondía Tiffany con tono cínico.
    — Nadie debería saber el porqué. — expresaba con frío tono de nuevo.
    — Dímelo, no se lo diré a nadie. — decía con interesado e intrigado tono.
    — Te lo diré así: hace mucho tiempo hice algo mal a alguien que amaba y tú me recuerdas mucho a aquella persona. — explicaba con adolorido tono. — Lo que paso esa noche fue maravilloso pero siento que si te vuelvo a tocar me dolerá más de lo que me gustara. Verte a los ojos es un recordatorio constante de eso y aunque me guste mucho poder recordarla me duele mucho mas recordar lo que paso.
    — Eres un hombre complicado, Robert. — exclamaba con cierto asombro.

    Paso un rato en silencio y de repente parecía todo muy tranquilo, Bob creía que Tiffany estaba dormida así que se levantó, él se quedó mirándola por un rato. Era una noche oscura y muy fría, ella estaba completamente cubierta por una sabana, solo su rostro y parte de su cuello era visible, y aunque no estaba dormida tenía los ojos cerrados.

    Los ojos de Bob la miraban con intensidad, en su mente una imagen aparece del pasado, era una hermosa mujer muy similar a Tiffany, de piel mas clara pero básicamente iguales. Las similitudes eran muy claras. La imagen no era un recuerdo en realidad, era una invención de su imaginación. Ella vestía un hermoso vestido color blanco que hacía lucir su cuerpo de manera muy sensual. Su cabello se deslizaba hasta sus hombros. Este vestido encajaba perfectamente en ella, dejando notar la inmejorable figura de su cintura o sus bellas y tan provocativas piernas. Llevaba unos tacones color negro no muy altos pero que lucían bien ella. Bob mostraba una pequeña sonrisa al ver en su cabeza aquella imagen.
    Continúo mirándola y Tiffany se daba cuenta pero no se movía por alguna razón que ni ella entendía. Bob se arrodilla frente a ella y con su mano derecha acaricia su mejilla con delicadeza y cariño. Comenzó a recordar el sabor de sus dulces labios y lo suave de su piel. Disfrutaba en silencio del momento.

    Luego salió al comedor un tanto confundido y atormentado, memorias regresaban a su cabeza, memorias que no lo dejarían hasta el día de su muerte. Era fuerte y muy doloroso, lágrimas llegaban a salir de sus ojos pero estaba solo así que nadie podía verlo en esa situación.

    La noche era muy fría y Bob no puede dormir, hay algo que no lo dejaba dormir, era tal vez la ansiedad de encontrarse de nuevo con su amada hija, aunque también podía ser las ansias de matar a Daniel. Su mente estaba confusa en ese momento, ¿acaso quería mas ver la sangre de su enemigo derramarse en el suelo que el hecho de ver a esa hija que le alegro la vida desde su nacimiento? Bob no podía controlar sus pensamientos, estos eran variados y confusos, el pobre Robert no podía comprender nada de lo que pasaba por su cabeza.

    Su corazón deseaba con todas sus fuerzas recuperar a Elizabeth y tenerla de nuevo en sus brazos para poder acariciar de nuevo su sedoso y hermoso cabello, poder verla de nuevo a los ojos y ver en ella algo de luz que alumbrara su vida y le diera un propósito a esta. Pero otro deseo nacía de su ser y no sabía exactamente de dónde pero era fuerte e insistente, su cuerpo empieza a encontrar satisfacción en la ilusión de meter una bala en la cabeza de su enemigo y verlo morir desangrado en el suelo y luego poder ver como a vida se iba de su mirada.

    Pero también nace el temor de lo que la haya pasado a su hija, él no sabe dónde está o con quien está su pobre niña, no sabe qué le podrían haber hecho o dicho, él le había ocultado muchos secretos a la pequeña Liz desde su nacimiento y temía que tarde o temprano se enterara de esas cosas. El pasado seguía atormentando a Bob que sentía el peso de este sobre sus hombros como si de unas inmensas piedras se tratara.

    Se fue a su cuarto y se acostó en el suelo donde pasaría toda la noche sin cerrar los ojos, su cabeza llena de recuerdos no lo dejaba descansar y las posibilidades del día siguiente lo seguían molestando prohibiéndole cerrar los ojos. El pobre se torturaba a sí mismo.

    Fue una dura noche pero al final el día llego e ilumino el oscurecido cielo. Las calles parecían nunca callar, nunca cesar. Al comienzo Robert puede escuchar el ruido de carretas pasando por las calles, algunos chillidos de algún caballo siendo maltratado entre otras cosas. Se levanta primero que todos, sale de la habitación y va al baño que estaba al lado de esta. El baño era muy pequeño, no había espacio para mucho. Al entrar a su derecha está el lavamanos, un poco mas adelante estaba el retrete y al fondo la ducha. Las paredes eran de color blanco y el reducido espacio creaba un ambiente de encierro difícil de ignorar.

    En el lavamanos hay un espejo donde Robert se ve a sí mismo. Podía ver su despeinado cabello color castaño, la barba estaba creciendo y cada vez más enmarañada, sus ojos lucen cansados, puede notar las arrugas en su rostro y debajo de sus ojos. No paraba de mirarse a sí mismo en aquel momento. Pasaba sus manos por su cabellera constantemente, también tocaba su barba. Él no podría explicar que paso entonces, estaba solo y el ruido proveniente de afuera no llegaba allí, estaba muy silencioso y su cabeza parecía estar vacía de cualquier pensamiento. No entendía la situación cuando salió del baño, incluso llego a pensar que era parte de algún sueño suyo.

    Pronto los inquilinos se despertaron incluyendo a Billy y a Tiffany que se sorprendieron al no ver a Robert allí, luego supusieron que estaba en el comedor desayunando. Bajaron al lugar, vieron que estaba llena de gente pero no notaron por ningún lado a Robert, parecía no estar en ningún lado hasta que apareció por la entrada del hotel, no había comprado nada y tampoco lucia cansado, sin embargo su mirada se notaba perdida, como en otro lugar. Él se les acerca y les dice que después de desayunar buscarían a alguien que conozca a Ryan Cooper en salón más cercano que estaba al otro lado del a calle.

    Billy le pregunta a Bob si ya había desayunado, este tarda un poco en responder pero lo hace con un sí aunque Billy no lo creía del todo. Tiffany tampoco estaba del todo segura de que el dijera la verdad. Él le dice a Tiffany que no podía acompañarlos, que ella tendría que buscar trabajo en algún lugar mientras ellos buscaban al hombre, ella estaba de acuerdo aunque se notaba algo nerviosa por buscar trabajo.

    Bob y Bill se disponen a salir del lugar para ir al salón al otro lado de la calle mientras que Tiffany iría a buscar algún empleo en algún lugar aunque no sabía dónde.

    Ellos llegan al salón que para el momento estaba vacío, solo unas pocas mesas todavía contenían viciosos jugadores gastando tanto dinero como pudieran mientras alguna prostituta les alegraba la vista o directamente los tocaban. Bob se acerca al cantinero que parece cansado aunque era bastante joven, unos 20 promediaría el hombre. Este estaba limpiando algunos vasos cuando se les acerca los dos hombres de aspecto misterioso, cuando están lo suficientemente cerca comienzan a hablar con él.

    — Hola muchacho. — saludaba Bob.
    — ¿En qué les puedo servir?
    — Necesitamos cierta información. — contestaba Billy.
    — ¿Qué clase de información? — preguntaba el joven.
    — La ubicación de un hombre que está aquí. — respondía Bob.
    — Solo espero que no traten de matar a ese hombre. — comentaba con ligera risa que luego desaparece al ver que la broma no hace gracia a los dos hombres.
    — Queremos saber dónde está Ryan Cooper. — explicaba Bill.
    — El Sr. Cooper se está hospedando en un hotel no muy lejos de aquí. Creo que el esta al otro de la calle aunque no recuerdo el nombre. — informaba el cantinero.
    — ¿Y cómo lo podemos reconocer físicamente? — preguntaba Billy.
    — ¿Están buscando a un tipo que no saben cómo lucen? — respondía con otra pregunta con notable intriga.
    — Ese no es tu problema. — respondía Robert.
    — Pues es un hombre de estatura promedio, es rubio aunque siempre utiliza un sombrero marrón, también tiene una barba del mismo color, tienes unos 30 años aproximadamente y siempre está acompañado de dos o tres tipos. — respondía el cantinero.
    — Creo que eso será suficiente. — decía Bob.

    Al tener la información salen de allí y van caminando hacia el hotel que el cantinero les había señalado, ellos no tardaron mucho en encontrarlo, al lado de este había una ferretería y al frente una escuela. No quisieron entrar y solo se quedaron mirando.

    — Me parece muy extraño no ver a Daniel por aquí. — comentaba Bill mientras miraba la calle.
    — No lo sé, — decía Bob— tal vez ya esté aquí y no la hemos visto, solo hemos estado aquí una noche.
    — Me sigue pareciendo extraño. — insistía Bill.
    — Me pregunto qué negocios tendrá con este tipo. — expresaba Bob.
    — Pues a mí Daniel nunca me pareció un hombre de negocios. — comentaba Bill.
    — Definitivamente. — apoyaba Bob.
    — Quien sabe en qué clase mierda se ha metido. — expresaba Bill.
    — Me gustaría saber. — decía Bob

    Pasa un rato hasta que ven salir del lugar a un hombre escoltado de dos pistoleros, este encajaba con la descripción que el cantinero les había dado, estaban bastante seguros de que era la persona a la que buscaban. No quisieron acercarse de manera muy sospechosa, querían simplemente saludar al hombre y tal vez de allí sacar algo de información. No sabían que decir, pensaban las palabras que escogerían y trataban de idear cualquier excusa para poder hablar con él aunque fuera mas de un segundo.

    Debían tener cuidado ya que seguramente era un hombre muy peligroso y con dos pistoleros a su lado podría ser muy difícil escabullirse de un combate. El cuidado era imprescindible en ese momento, debían ser muy precavidos en cada aspecto.

    Él estaba entrando en un comedor seguido por sus hombres, en este lugar había mucha gente pero en general todos se alejaban de él.

    Comían un estofado, parecía tener muy buen sabor ya que no paraban de comer. Bob y Billy no saben qué hacer para acercárseles, para tener una charla en donde puedan sacar algo de información sin que les disparen en la cabeza, entonces pensaron que no estaría mal hablar acerca del estofado que parecían disfrutar.

    Se acercan a los hombres, se sientan en la mesa a la derecha de donde estaba Ryan Cooper.

    — Parece tener buen sabor ese estofado. — opinaba Billy mientras se acercaba a Ryan que cambia su mirada hacia Bill.
    — Jodidamente bueno. — afirmaba Ryan con sonrisa.
    — Se nota que aquí si saben hacer comida. — comentaba Bob.
    — Cierto, joder, estuvo buscando por un puto lugar donde comer por durante una puta semana, joder, fue difícil pero al fin encontré este lugar que es una maravilla. — expresaba Ryan con burlona sonrisa. — A ustedes no los había visto por aquí, seguro acaban de llegar.
    — Si, así es. — respondía Bob.
    — ¿Y a que han venido? — preguntaba con curioso tono.
    — Nada en especial, disfrutar un poco el lugar. — respondía Billy.
    — Pues están en el lugar equivocado déjenme decirles — comento—, esta zona es de lo mas aburrido que he visto en mi puta vida, si quieren algo de diversión les sugiero ir al lado irlandés, esos muy hijos de puta saben cómo divertirse.
    — Lo tendremos en cuenta. ¿Y usted a que ha venido? — preguntaba Bob.
    — Pues mis hombres y yo hemos venido por negocios pero el hombre con quien debo negociar no ha aparecido. — respondía Ryan mientras comía con celo su estofado.
    — Que mal. — decía Bill.
    — Debería llegar mañana por la mañana, y espero que así sea. — exclamaba Ryan.
    — Bueno, supongo que cuando vayamos a comer sabemos a dónde venir. — comentaba Bob con sonrisa fingida.
    — ¡Joder, si que lo saben! — exclamaba casi gritando Ryan.

    Luego de eso se fueron del lugar, tenían información que podía ser valiosa pero llegado el momento ¿Qué harían?

    — Entonces si llegan mañana por la mañana deberíamos estar alerta y mirar por la ventana. — sugería Billy mientras ambos caminaban por la calle.
    — Tal vez, aunque preferiría simplemente no dormir. — expresaba Robert.
    — Supongo que también sería una buena idea. — apoyaba Bill.
    — Lo que está complicado es que hacer luego. — comentaba Bob.
    — ¿A qué te refieres? — preguntaba Bill.
    — Pues cuando lleguen. — respondía. — En ese momento no esteremos peleando solo con los hombre de Daniel Hill, también estaremos peleando con Ryan Cooper y sus hombres.
    — ¿Y qué? Ya llegamos aquí, no tendría sentido rendirnos ahora.
    — No hablo de rendirnos, hablo de posibilidades, y las nuestras no son muy buenas. — comentaba con cierta molestia Bob.
    — Eso no es una razón para preocuparnos amigo, créeme. — decía Bill muy confiado.
    — Eso espero, porque de ser así serian muchas pistolas apuntándonos a nosotros. — comentaba con preocupación.

    Así se preparaban para el día siguiente, en el que tal vez vería de nuevo a su amada hija cruelmente separada de él, pero parecía ser que entre mas cerca estuviera ese ansiado momento mas lejano se sentía. Sus deseos eran los de ver a su hija de nuevo, una vez mas. Poder abrazarla y poder mirar de nuevo sus hermosos ojos.

    Por su mente también corría el incesante deseo de sangre en sus manos, de saborear el momento en el que matara a aquel hombre que aparecía como un demonio del pasado para llevarse lo más preciado y amado de su vida. Sin duda eran momentos cruciales para Robert.




     
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