Two-Shot Maybe I'm too busy being yours to fall for somebody new [Gakkou Roleplay]

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por Amane, 7 Marzo 2021.

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  1. Threadmarks: I. Maybe I'm too busy being yours to fall for somebody new
     
    Amane

    Amane Equipo administrativo Comentarista destacado

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    Título:
    Maybe I'm too busy being yours to fall for somebody new [Gakkou Roleplay]
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Amistad
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    1667
    Título: Maybe I'm too busy being yours to fall for somebody new.
    Fandom: Gakkou Roleplay.
    Personajes: Emily Hodges, Anna Hiradaira.
    Palabras: 1470
    Summary: "Así éramos, dos bolas de energías que de alguna manera lograban complementarse y que, de alguna manera irónica, también podíamos calmarnos mutuamente si hacía falta."
    N/A: sé que técnicamente aun no es tu cumpleaños ahí, pero aquí sí y no podía esperar hasta las cuatro para esto ¿vale? vale. SO FELIZ CUMPLEAÑOS AAAAA nada, sé que no es mucho pero quería darte algo aunque fuese y ha salido esta cosa corta y fea, pero bueno. Es una mezcla un poco rara de varias ideas sueltas pero quería nombrar todas las relaciones posibles que te pudiesen gustar y que tuviesen sentido SO ANYWAYS ESPERO QUE TE GUSTE AUN ASÍ Gigi Blanche <3<3


    It's just I'm constantly on the cusp of tryin' to kiss you
    I don't know if you feel the same as I do
    But we could be together if you wanted to

    Me mordí el labio inferior mientras miraba la pantalla del móvil, con una expresión contrariada. El debate interno de si llamar al número o no duró un poco más de lo deseado, pero al final no pude resistirme y pulsé el botón verde.

    —¿Anna?

    La voz me salió en un murmullo, cuestión de que la chica había tardado tanto en contestar que pensé que realmente no le apetecía hablar conmigo o algo por el estilo.

    —¿Em? Espera un segundo, no te escucho bien.

    La escuché separando el móvil de su oreja para regañar a otro par de voces masculinas y asumí que la había pillado con sus amigos de la otra escuela y todo el rollo. Solté un ligero suspiro, que por suerte pasó desapercibido, y volví a escuchar su voz después con un “ya estoy~”.

    —Perdona Annie, no quería molestarte.

    —Nunca me molestas, Emi, no seas tonta.

    —Bueno… de todas formas, solo quería preguntarte si por algún casual estás libre mañana.

    —¿Mañana? —se quedó un rato en silencio, supuse que repasando su agenda mental antes de contestar—. ¡Qué tonterías preguntas, Emi! Aun si tuviese algo lo cancelaría por ti, princesa~

    —No digas esas cosas… —murmuré, notando como las mejillas se me sonrojaban.

    La escuché carcajearse, seguramente ella se imaginaba que me había ruborizado, y acabé por soltar el aire en un suspiro que casi pareció un resoplido en algún punto.

    —Pero bueno, realmente no tengo ningún plan —añadió finalmente—. ¿Qué querías hacer?

    —¿Puedes pasarte por mi casa después de la hora de comer? Necesito que me ayudes con una cosa.

    —Claro~

    No preguntó nada al respecto, cosa que me causó bastante curiosidad siendo lo chismosa que sabía que podía ser, pero supuse que también significaba que no importaba lo que fuese, simplemente aceptaba cualquier plan que le propusiese mientras estuviésemos las dos.

    Nos despedimos, pues tampoco quería retenerla más de sus amigos que ya comenzaban a reclamar su atención al otro lado de la línea, y pude dormir mucho más tranquila después de haberle colgado aquella noche.

    Anna llegó con una puntualidad impropia, pero lo cierto es que no vi por donde quejarme al respecto, y la recibí en casa con una alegría casi exagerada. Como venía siendo costumbre de los sábados, mamá aprovechaba la tarde para pasear con Alice, papá solía ir a la facultad a adelantar trabajo y Fred salía con sus amigos por ahí, así que yo me quedaba… sola.

    Solía ir a casa de Kashya, o la invitaba a la mía, ya que vivíamos puerta con puerta, pero en aquella ocasión ella también había decidido hacer planes. Morgan la había invitado a una librería nueva y, podía no parecerlo, pero Kashya disfrutaba mucho estando con la morena así que no pude poner queja alguna al plan.

    ¿Significaba eso que solo me aprovechaba de la compañía de Anna para no sentirme sola? Quería pensar que no, de verdad que lo quería. Hubiese sobrevivido sin ella también, solo… disfrutaba genuinamente de su compañía.

    —¿Con qué necesitas que te ayude entonces, linda~? —me preguntó después de que la guiase hasta la cocina y la invitase a sentarse en la isla de la misma.

    —Antes de nada, tienes que prometerme que no te vas a molestar y que vas a pensar que esto lo haces por mí.

    Vi como fruncía el ceño, claramente sin entender a qué venía todo aquello, pero después de un par de segundos simplemente asintió con la cabeza y dejé escapar un suspiro.

    >>Vale… —apoyé los brazos sobre la isla para acercarme a ella y que me escuchase mejor, porque me dio un poco de timidez repentina y bajé el tono de voz—. El otro día estuve almorzando con Welsh-senpai y Wickham-senpai y, entre una cosa y otra, me enteré que Joey siempre le prepara scones a Ali, ¡y dice que están muy ricos! Así que llevo intentando sacarle alguna receta desde entonces.

    Tomé una pausa a mitad de relato para comprobar el aspecto de Anna, y aunque parecía que se había incomodado ante la mención del chico, al menos estaba dispuesta a cumplir con la promesa y lo controló de la mejor manera posible.

    >>Después de muchos, muchos… muchos intentos, ¡me ha dado una! Parece que es la más básica, ¡pero algo es algo! El problema, claro… —saqué un par de papeles de un cajón y los extendí hacia la chica con un mohín infantil en los labios—. Me ha dado los ingredientes por un lado y las cantidades por otro.

    No hizo falta que dijese nada, la verdad, prácticamente pude escuchar como en su mente insultaba al muchacho de todas las maneras posibles. Solo había que ver su cara mirando los trozos de papeles, parecía querer matarlos con la mirada y casi seguro se estaba imaginando el rostro del moreno impreso sobre los mismos.

    Mejor ni decirle cómo es que tan siquiera había conseguido convencerle de que me diese aquello, así desordenado y todo como estaba.

    >>En fin, que tengo que hacer pruebas hasta dar con la combinación correcta y me gustaría que fueses mi crítica culinaria~ ¿Qué te parece?

    —¡Acepto solo porque eso significa probar dulces de Emi-chan!

    —Me vale~

    Dicho y hecho, no mucho después nos pusimos manos a la obra. No es que Anna fuese especialmente ducha en la cocina, o eso decía, pero se había empeñado en ayudarme aunque fuese pasándome los ingredientes y lo cierto es que no era algo de lo que me fuese a quejar.

    Nos costó toda la tarde, muchísimos ingredientes, y seguramente una cuota interesante de salud mental… pero al final parecía que habíamos conseguido nuestro objetivo.

    —Mhm… no están pastosas, tampoco demasiado crujientes —escuché decir a Anna tras darle una mordida a la nueva tanda—. Emi-chan, creo… creo que lo hemos encontrado. Esta es la combinación final, ¡lo hemos conseguido!

    Estaba un poco cansada, de verdad que sí, y como tal no medí mucho mis movimientos. Agarré su muñeca con la mano y le di un mordisco al dulce, saboreándolo durante unos segundos y sin cortar el contacto visual con sus cuarzos. Me miró expectante y pude jurar que sentí unas lágrimas asomándome por mis propios ojos.

    —Lo hemos conseguido… —murmuré, incrédula.

    Me dejé caer sobre la mesa, completamente agotada, y logré captar la risilla de Anna como un ruido lejano. Sus caricias suaves sobre el pelo me llegaron de manera mucho más directa y me hicieron acurrucarme aun más sobre la superficie de madera.

    >>No quiero volver a cocinar en tres semanas…

    Puras mentiras, obvio, si el lunes por la mañana me despertaría con ganas de hacer almuerzos para media academia como siempre. Al menos me tomaría el domingo como día libre.

    Noté como Anna dejaba las caricias y se levantaba de la silla, colocándose detrás de mí en apenas un segundo y comenzando a masajearme los hombros con delicadeza. Me sacó una risa nasal bastante ligera.

    —Has hecho un buen trabajo, Em~

    —¿Me merezco un premio? —pregunté, con la voz amortiguada desde mis brazos.

    Sure thing.

    —¿Te puedes quedar a dormir conmigo?

    Anna no respondió de inmediato, pero realmente tenía que ser una de las pocas ocasiones en las que logré no preocuparme por ello. Y estaba en lo correcto, porque la chica se echó hacia delante y me rodeó con sus brazos.

    —Claro~

    Me giré para poder corresponderle de una manera decente y me permití hundir el rostro en su cuello. Anna siempre olía muy bien.

    —Gracias.

    Estuvimos un rato así, abrazadas en silencio, simple y llanamente porque era algo que a las dos nos gustaba mucho; el contacto físico mutuo, los abrazos llenos de cariño. Cuando nos separamos, después de unos largos segundos, dejé las manos apoyadas sobre sus hombros y ladeé la cabeza con una sonrisa liviana.

    >>Además, mañana tenemos que hacer los scones verdaderos para llevárselos al resto~

    —¿Por resto te refieres a mini Ishi?

    Ese contraataque tan rápido no me lo había esperado, la verdad, y sentí como todo el rostro se me ruborizaba por la misma sorpresa.

    —¡Y a más gente! —me quejé, en lo que Anna lograba separarse de mi agarre y daba vueltas por la habitación completamente divertida.

    —¿Por ejemplo… a tu querida Katrina? ¿O al estúpido de Wickham? —tomó aire de golpe, completamente dramática, parándose en seco—. ¡A Kurosawa!

    —¡Y tú no me vengas a decir que no quieres darle unas cuantas a Sonnen-senpai! —exclamé, poniéndome de pie.

    Si logré hacerla sonrojar con aquello la verdad es que era algo que nunca sabría, porque comencé a perseguirla por toda la casa y para cuando nos volvimos a encontrar… ya nos habíamos olvidado de aquellas tonterías que nos decíamos solo para molestarnos.

    Así éramos, dos bolas de energías que de alguna manera lograban complementarse y que, de alguna manera irónica, también podíamos calmarnos mutuamente si hacía falta.
     
    Última edición: 12 Abril 2023
    • Adorable Adorable x 3
  2. Threadmarks: II. Keep playing keep going, you can't stop
     
    Amane

    Amane Equipo administrativo Comentarista destacado

    Piscis
    Miembro desde:
    10 Julio 2013
    Mensajes:
    16,324
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Título:
    Maybe I'm too busy being yours to fall for somebody new [Gakkou Roleplay]
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Amistad
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    1340
    Título: Keep playing keep going, you can’t stop.
    Fandom: Gakkou Roleplay.
    Personajes: Alisha Welsh, Joey Wickham.
    Palabras: 1119
    Summary: "Pocas cosas me caracterizaban más que el hecho de tener malas ideas constantemente, pero la de aquel día tenía que llevarse el premio a la peor."
    N/A: pasa que no he ido a clases y de repente seguía con ganas de escribir con nuestros pendejos y mira, después de contarte todo mi issue con lo de la actividad de san valentín, me diste toda esta idea y me pareció super adecuada para la premisa del mismo, de ser erótico y todo el asunto AND SO I HAD TO DO IT. Y bueno, que si te regalo dos cositas cortitas, es como si te regalase una larga, y eso está bien (?) | Este escrito no tiene nada que ver con el anterior, solo los puse juntos porque sigo habiéndolo hecho con intenciones de regalo y sha <3


    It’s too late to run away
    You started this game first
    Can you hear me can you see me
    You excite me

    Pocas cosas me caracterizaban más que el hecho de tener malas ideas constantemente, pero la de aquel día tenía que llevarse el premio a la peor.

    ¿Cocinar, yo? ¿En qué jodido momento tomé esa decisión y cuanto alcohol tenía que llevar en la sangre?

    Aw, shit.

    Pensé que no se me escucharía, pero la voz tuvo que salirme mucho más fuerte de lo que esperaba porque en apenas unos segundos vi a Joey aparecer por la puerta de la cocina con un claro deje de preocupación en su semblante.

    —Ali-chan, ¿qué ha…?

    Se cortó a mitad de frase cuando me vio, girándome para encararlo con la mano en alto y una gota de sangre deslizándose por mi dedo índice.

    I’ve cut myself.

    Hice un puchero con los labios, extendiendo el dedo hacia su posición, y lo vi suspirar con cierto hastío antes de acercarse y hacerse con mi mano.

    You’re such a mess, darling.

    Fruncí el ceño al escucharlo, pero si tenía que se sincera, no vi por donde decirle que no era cierto. Solo había que echar un vistazo alrededor y cualquier argumento posible se desmoronaría por las pruebas visuales que nos rodeaban.

    Al menos Joey parecía demasiado atento en mi herida como para darse cuenta del desastre que había hecho en su propia cocina, o quizás no quería verlo, la cuestión era que mejor para mí.

    No me lo esperé, y lo cierto es que fue estúpido no hacerlo, pero el cabrón se acercó el dedo a los labios e hizo todo el camino de la gota de sangre con la lengua para acabar con el mismo dentro de la boca. Vale que la saliva era buena para curar heridas y todo el rollo, pero lo de mirarme con tanta intensidad no tenía por qué venir incluido en el paquete.

    Aparté la vista cuando terminó con el teatro y dejé que me colocase una tirita que había sacado de algún cajón cercano. Me dediqué a mover el dedo para acostumbrarse a la molestia, con la vista clavada en la piel, en lo que Joey finalmente se daba cuenta de… bueno, todo el desastre.

    Me sorprendió que no dijese nada al respecto, pero lo entendí cuando levanté la vista y detallé su expresión. Estaba en un debate interno si molestarme por ser un jodido desastre que ni siquiera sabe seguir una receta tan simple o molestarse en general por haberle ensuciado la cocina de tal manera siendo que no debería ser el caso.

    Desinflé el pecho en un suspiro pesado y me dejé caer hacia un lado, apoyando la cadera sobre la encimera.

    Sorry, me quedaré a limpiar todo.

    No me respondió y vi como se acercaba a la bandeja donde había dejado un par de los pastelitos que consideraba decentes, llevándose uno a la boca para probarlo. No tenía muchas expectativas de que le fuese a gustar, pero aun así me quedé esperando su reacción con cierta curiosidad.

    Se acabó el primero y no tardó en coger otro para seguir comiendo. Me crucé de brazos y ladeé la cabeza, dejando que el cabello recogido siguiese el movimiento, con el ceño fruncido.

    >>Están terribles, ¿verdad?

    —No están mal. Me las estoy comiendo, ¿no?

    Era verdad, se las estaba comiendo, pero si pretendía engañarme a mí con eso iba listo. Agradecía el gesto, desde luego que sí, pero solo había que verle la cara.

    —No me mientas, Joe —me quejé, con un leve deje infantil, extendiendo la mano para quitarle lo poco que le quedaba del pastel y probarlo por mi parte.

    Ugh. Estaba seco, para nada dulce y… Dios, ¿cómo rayos había tenido Joey la fuerza de voluntad para seguir comiendo eso? ¿Tanto me quería el estúpido o qué le pasaba?

    Con una mueca de disgusto me giré hasta dar con la nevera y saqué el cartón de zumo para servirme en un vaso y quitarme el sabor de la boca.

    Escuché la risa divertida del chico mientras se acercaba a mi posición, deshaciendo el nudo del delantal con una delicadeza hasta innecesaria para quitarme después el mismo y ponérselo él.

    —¿Me dices la receta que has seguido, cariño? —me susurró el oído, habiéndose echado hacia delante para abrazarme por la espalda.

    Sure. Está en mi móvil, es un mensaje de mi madre —respondí, sin inmutarme en apariencia a su acercamiento.

    Me dejó un beso sobre el cuello antes de separarse y yo me encargué de devolver el jugo a su sitio, al igual que el vaso tras limpiarlo. Justo después me subí a la encimera somo si estuviese en mi casa o algo e hice lo único que realmente sabía hacer en aquella cocina: observar los movimientos de Joey y prácticamente devorarlo con la mirada en el proceso.

    A ver, que no era mi culpa si el jodido se veía all appealing concentrado y todo el rollo.

    Tardó muchísimo menos que yo, por supuesto, y después de un rato se acercó a mí de nuevo con un plato lleno de aquellos pastelitos ya terminados. Se veían dorados, esponjosos y completamente apetecibles.

    Abrí la boca en cuanto vi que cogía uno para acercármelo y le di un bocado sin ninguna clase de duda.

    —¿Y bien?

    Me tomó un tiempo responderle porque estaba demasiado ocupada saboreando el dulce, y cuando lo hice, juraría que los ojos habían empezado a brillarme de la emoción.

    —Joey, saben igual que los que me hacía mi madre —murmuré, quitándole el twinkie de la mano para terminar de comérmelo—. How’d you do that?

    That’s a secret~

    Sabía que solo estaba consiguiendo subirle el ego con aquella reacción, pero la verdad es que creía que se lo merecía así que no tuve intención de controlarlo.

    Dejó el plato a un lado de mi cuerpo y se coló entre el hueco de mis piernas, pasando las manos por debajo de los muslos.

    >>Doesn’t the chef deserve a kiss, Ali-chan~?

    Solté una risa nasal sin poder evitarlo y asentí con la cabeza después, inclinándome hacia delante para buscar sus labios. Pretendió ser un beso superficial, a decir verdad, pero de repente los dos fuimos conscientes de la tensión que habíamos acumulado sin darnos cuenta y no hubo manera de separarnos.

    Le quité la liga que se había puesto en el pelo para poder enredar los dedos en el mismo, él llevó sus manos a mi espalda para acercarme más contra su cuerpo y ambos profundizamos el beso con unas ansias hasta graciosas.

    Nos separamos en busca de oxígeno y le dediqué una sonrisa felina.

    Maybe the chef deserves a little more than a kiss~

    Reflejó mi expresión con la naturalidad de siempre y noté sus dedos deslizándose hacia arriba por mi espalda.

    That’s more like it.
     
    Última edición: 12 Abril 2023
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