Matthew & Timothy - Las hijas del Conde Lorenzo.

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Anabella Noviembre, 10 Octubre 2013.

  1.  
    Anabella Noviembre

    Anabella Noviembre Iniciado

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    Título:
    Matthew & Timothy - Las hijas del Conde Lorenzo.
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    1963
    Bueno, bienvenidos a mi primer original. En este primer episodio pues no habrá mucho Misterio, pero les prometo que es de Misterio, sólo tengan paciencia. Espero que les guste y sin más preámbulos, la historia.


    Capítulo I - Masquerade


    Era una noche de gala y festejos enmascarados en el palacio de Albridge, una lujosa construcción situada en una hermosa campiña al norte de la vasta Inglaterra Victoriana. Los sirvientes, atestados de cofias, moños y delantales corrían nerviosos de un extremo a otro de la cocina, que por cierto era exageradamente grande, la banda ensayaba los compases del vals, los caballeros convidados bajaban de sus carruajes con atuendos exagerados, pero elegantes, y máscaras que daban un toque de misterio. Las damas lucían vestidos y tocados cuidadosamente elegidos para la ocasión, con sus máscaras emplumadas al tono, bastante más elaboradas que las de los caballeros. Todas las familias de clase alta estaban invitadas, y nadie quería perderse tal espectáculo. Y es que la familia Albridge no escatimaba en gastos si a fiestas nos referimos, y qué mejor circunstancia para celebrar, que el compromiso de su hija mayor, Elizabeth. Mientras llegaba la gente y la noche seguía su rumbo festivo, en uno de los cuartos del segundo piso del palacio, la habitación de Victorique para ser más exactos, la futura esposa y su pequeña hermana daban los últimos toques a sus vestuarios. Las hermanas se preparaban para lo que prometía ser una noche mágica.


    —Hermana, ¿estás nerviosa? -preguntó Victorique mientras intentaba colocarse un broche en el cabello.

    —Pues la verdad no… -dijo Elizabeth mientras se miraba en el espejo.

    —Tienes suerte de tener un prometido tan guapo.-Victorique se acercó a su hermana y le tocó el hombro de forma amistosa.

    —Pues sí, la verdad que Elliot es todo un caballero, es muy dulce. Y quisiera estar más efusiva, sólo que me siento un poco cansada. Uff… organizar todos los preparativos me ha dejado exhausta –Elizabeth se levantó de la silla- creo que será mejor que vaya a ver cómo va todo, quizás mi prometido ha llegado. –La joven camina hacia la puerta.

    — ¡Espera! –Gritó Victorique- No te olvides tu máscara. Estás hermosa, Elizabeth.

    —Gracias. – Elizabeth sonrió mientras recibía su máscara y abanico de manos de su hermana. –Tú también te ves hermosa. ¡Nos vemos en la fiesta!

    — Claro, bajaré en un momento.


    Elizabeth se retiró del cuarto y se dirigía al salón principal cuando se topó con una mujer pelirroja, alta y esbelta, Isabelle, su madre y señora del palacio Albridge.


    —Madre…

    —Hija mía –dijo la dama pelirroja acariciando el cabello de su hija- ¿Ibas al salón?

    —Sí, bueno… quería saber si Elliot había llegado.

    —Ya ha llegado –dijo una voz masculina que se acercaba.

    —Lorenzo…–dicho esto Isabelle soltó una sonrisa.

    —Hey! ¿En serio me han reconocido?–habló sorprendido el Conde, mientras retiraba de su rostro una gran máscara de arlequín.

    — ¡Papá! ¿En serio ya ha llegado Elliot? ¿En dónde está? –Dijo la joven con un brillo especial en sus ojos.

    —En el salón, junto con el resto de los invitados, ve rápido, seguro está esperándote. –Sugirió el Conde.

    —No, nada de eso –interrumpió Isabelle cuando la joven se disponía a retirarse-Vuelve a la habitación de tu hermana.

    — ¿Y eso por qué? – Preguntó Elizabeth, un poco molesta.

    —Quiero presentarlas debidamente. Cuando yo les diga mis hermosas hijas bajarán por la escalera principal, y ¡todos admirarán la belleza de mis hijas!—tomando a su hija mayor de la mano- Obviamente mi querida Elizabeth, debes dejar a tu hermana primero, quizás algún Sir soltero la vea bajar tan radiante, y quiera pedir su mano…–La señora Albridge rió delicadamente mientras se abanicaba-

    — ¡Oh, es por eso! –Dijo el padre de la doncella —Es una genial idea mi amor… quizás sea momento de que Victorique también encuentre un prometido.

    — ¿Victorique? Pero padre, ella aún tiene dieciséis años…

    — ¿Y eso qué?– Preguntó la madre muy altanera –Yo me casé a los diecisiete con tu padre, y tú, bueno hija sólo tienes dieciocho. Ahora por favor ve arriba y esperas allí hasta que te llame.

    —Sí madre.


    La joven obedeció la orden, y subió las escaleras hacia la habitación de su hermana. Los anfitriones de la gala decidieron a saludar a sus invitados. Llegan al extravagante salón, un gran espacio con fastuosas arañas de cristal alumbrando el centro, relieves perfectamente armoniosos y simétricos tallados en los techos y cada borde del lugar, las suntuosas cortinas bordeaux embelleciendo los ventanales, la extensa alfombra tejida a mano realizada por artesanos de Marruecos cubriendo el suelo y finalmente, coronando la escena en un extremo del salón, con una hermosa Venus tallada en hielo en la mitad, la gran mesa del banquete. En el centro de tan maravillosa escena, la esbelta Isabelle divisó a un joven alto de piel muy blanca, cabellos negros y ojos azules, charlando animadamente con varias damas, cuatro para ser exactos, lo cual sin duda la molestó, al tratarse del apuesto prometido de su hija mayor. Tomando su abanico con firmeza y soltándose del brazo de su marido, se acercó al animado grupo con el único fin de llevarse al caballero lejos de, lo que para ella, era una jauría de hienas seduciendo a su futuro yerno.


    — ¡Oh! Bienvenidos al palacio de la familia Albridge –Dijo Isabelle en voz alta uniéndose al grupo- Querido Elliot, veo que estás bien acompañado.– La pelirroja descubrió su rostro e hizo una reverencia, las jóvenes hicieron lo mismo—Oh! Pero que tenemos aquí, Antoniette Wildember, Margaret Dankworth, Anne Withecastle y… lo siento, jovencilla, pero no recuerdo haberte visto antes. ¿Cómo te llamas? –Preguntó la señora con desdén.

    —Su nombre es Regina, es mi prima, única hija de Sir Thomas Whitecastle, hermano menor de mi padre, Lord Maximum Withecastle. –Dijo Anne tomando la mano de una jovencita de cabellos rubios y ojos verdes como el jade, que estaba parada a su lado. —Regina, saluda a Madame Albridge.

    —Es un honor conocerla, Condesa Albridge. Para servirle.

    —Igualmente, pequeña, es un gusto conocerte. ¿Has venido con tus padres? Eres muy joven, ¿cuántos años tienes?

    —Cuenta con catorce años Madame, y sí, mi tío Sir Thomas está con su esposa en la mesa del banquete. – Contestó Anne apresurada, al ver que su prima no respondía, quizás debido a los nervios.

    —Oh, luego saludaré a tus padres… Regina, eres una mujercita… ¿Pero por qué no me respondes? No tienes por qué ser tan tímida, niña.

    —Madame Albridge tiene razón, no hay razón para ser tan tímida – dijo Elliot tomando la mano de la chica de ojos color jade—Y menos si se es una chica tan joven y hermosa como usted, Regina. – Esto último hizo sonrojar a Regina y enojar a Isabelle, que se contuvo de pegarle con el abanico en la cabeza, eso no es cosa de damas.

    —Sir Elliot, ¡usted siempre tan gracioso!–Dijo Antoniette con una sonrisa fingida- “Yo soy mucho mejor que Elizabeth, y aún más que esta mocosa”–Pensó la joven plebeya que, sin ningín título real o social, ansiaba casarse con un Conde, Lord, o por lo menos con un Sir, y si era el bello Elliot, mucho mejor.

    —No sabía que tus gustos cambiaron tanto Elliot… Ah… recuerdo cuando éramos novios, antes eras más selectivo – Esbozó con clara intención Margaret, una chica de cabello negro ondulado, tez clara y ojos también negros.

    —Querida Margaret, te recuerdo que sólo es una mera formalidad que estés aquí, ya que eres la hija del Gobernador, un gran amigo de mi esposo. –Soltó Isabelle sonriendo en un tono no muy amable—Es evidente que no tienes modales o tacto… En fin, mientras estés aquí te ruego que trates al futuro esposo de mi hija como es debido.

    —Margaret, yo te pido lo mismo. –Dijo Elliot muy serio—Esa historia es pasada.

    — Elliot, ¿Vas a ponerte del lado de esta “señora”? –Dijo Margaret enfadada, quizás esperando un guiño de aceptación por parte de su ex novio— Escucha Isabelle, Elliot y yo somos amigos desde la infancia, lo conozco más que cualquiera que esté aquí, por ello me reservaré el derecho de llamarlo como quiera.

    — ¿Quién te da derecho a hacer lo que quieras en mi casa?–Sentenció Isabelle— ¡Y encima de todo te atreves a llamarme por mi primer nombre, y a tutearme sin mi permiso! ¡Soy la señora de esta casa y me debes respeto!


    La última exclamación de la señora Albridge hizo que todos los presentes de dieran vuelta para mirarla, y Lorenzo, que estaba cerca, intervino para defender a Madame Albridge:


    — ¿Sucede algo Isabelle? –Dijo el Conde muy preocupado. Si bien sabía del fuerte carácter de su esposa, ella no era de perder los estribos en las galas sociales.

    —No te preocupes, querido. –Dijo Isabelle, y para vergüenza de la joven, aprovechando la atención de los presentes, sentenció en voz alta— Señorita Dankworth, le pido que se retire de esta gala, usted ya no es bienvenida.


    Esto provocó que en toda la sala surgieran murmullos, por supuesto, Margaret se sintió insultada.

    — ¡Qué descaro! Echarme a mí, ¡la hija del Gobernador de este pueblo! –Acercándose al caballero de cabello negro—Elliot, ¿no dirás nada? No puede echarme, ¡díselo!

    —No puedo hacer nada. Fuiste muy grosera con Madame Albridge, y ella es mi futura suegra. Lo siento.


    Ante la mirada atónita de todos los presentes y la indiferencia de Elliot, Margaret se retiró escoltada por los sirvientes de la casa. Avergonzada y triste, sólo volteó para ver al hombre que amaba desde niña, con quien compartió tres años de noviazgo, y ahora se casaría con otra.

    —Me las vas a pagar, Elliot. –Le dijo, y con estas palabras, y lágrimas en los ojos, la doncella desapareció de la vista de los presentes.


    El silencio, producto del momento de tensión, se adueñó del lugar. Temiendo que este percance arruinara la velada, el Conde gritó animadamente:


    — ¡Bueno amigos! Son cosas que pasan, ahora… ¡Que comience el baile! –Lorenzo le hace señas casi desesperadas a la banda, que comienza a interpretar una hermosa y delicada melodía.


    Los caballeros invitan a las damas a bailar el vals, y la atmósfera se tornó agradable nuevamente. Lorenzo y su esposa, más aliviados, deciden que ya es momento de que sus niñas bajen al salón. Luego de unos cuantos minutos, la música cesa, y una voz retruena por todo el salón:


    —Damas y Caballeros, les presento a Victorique y Elizabeth, las hermosas descendientes de la casa Albridge.


    Las hermanas bajaban las escaleras con una elegancia y porte propios de las princesas. Victorique llevaba un vestido verde con encajes negros y mangas delicadas, un broche de rosas rojas sujetaban su cabello rubio (heredado de su padre), pero su mejor accesorio sin duda eran sus ojos aguamarina. Siguiéndola venía Elizabeth, con un vestido bordeaux y su cabello rojo fuego (heredado de su madre) completamente suelto. Sus ojos eran celestes, como el cielo en las mañanas. Ya presentadas como su caprichosa madre deseaba, se unieron a la fiesta “Masquerade”. La noche siguió su curso y todos estaban felices, se divertían tratando de adivinar quién estaba tras la máscara, bebiendo, o simplemente bailando. Al principio, Elizabeth y su amado bailaron juntos, pero luego llegaron más damas amigas de la familia, por lo que la chica del cabello de fuego quiso tomarse un tiempo con ellas.Las horas pasaban, música, hombres, mujeres, máscaras… y cada vez más gente llegó. La noche era perfecta.


    Pero escondidos lejos del bullicio, escondidos en las caballerizas de la familia Albridge, dos personas se besaban apasionadamente:


    —Tus besos son perfectos. –Dijo una joven.

    —Y… tú eres muy hermosa – Dijo una voz masculina.

    —Elliot… abrázame.

    —Shhh… silencio. –El joven de ojos azules dijo esto acariciando la mejilla de su compañera—Si nos descubren, Elizabeth no me lo perdonará…


    continuará...
     
    Última edición: 26 Octubre 2014
  2.  
    CandyCandy

    CandyCandy Iniciado

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    Me ha parecido interesante. me gusta el ambiente de esa época. en fallos solo he visto uno en cuanto a redacción, pones a veces la narración en pasado: dijo... y otras de pronto cambias al presente: Sube las escaleras. y eso es un poco lioso y no me acaba de encajar. el resto espero seguir viendo como suceden las cosas :) un saludoo
     
  3.  
    Sonia de Arnau

    Sonia de Arnau Let's go home Comentarista empedernido

    Leo
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    Primero que nada, ¡odio! Pero que ¡odio! Cuando alguien engaña a su pareja. Segundo, ¡me gusta! Pero que ¡me gusta! El género misterio.

    Me gustó mucho como has escrito la época, tan genial, me gustaría poder expandir a si mis escritos. Y no te preocupes por el misterio faltante en este primer capítulo, siempre se tiene que conocer a los personajes para así poder sospechar de ellos cuando algo ocurra… que por cierto ya quiero saber cómo continuara. Sigue de esa manera, en cuanto a la trama va muy bien y estoy ansiosa por saber como la desarrollaras. Estare pendiente en tus actualizaciones.

    Ahora te mencionare algunas cositas que note te hicieron falta:

    Bueno, el guion chico que utilizastes debe ser un guion largo. El que utilizaste al final no debe ir. Siempre que se termina una oración para dar
    enter, debe ir un punto. En sí eso es lo que note :D Uno que otro errorsito que a cualquiera se le pasa, por ejemplo:

    te falto el primer signo de interrogación.

    Eso seria todo por ahora, nos vemos, bye.
     
  4.  
    MJABNHNJR

    MJABNHNJR Entusiasta

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    Wooowwww!!!!!!!!!!!!!!!
    Que buena descripcion de todo. Me parecio el escrito exquisito ( sinceramente):D
    Me encanto muchisimo. La verda me gusta las historias de Romance-Misterio.

    Espero que pongas suspenso como lo prometiste.;)
    Quien serà la regalada que se besa con Elliot.
    Sabes creo que ya se quien puede ser, pero no digo nada por que despues.... lo arruino.:)

    Espero que me avises la conti porfis!!!!!!!!!!
    Saludos!!!!!!!!!:D:D:D
     
  5.  
    Sasuki-chan

    Sasuki-chan Entusiasta

    Leo
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    Waauu! es tan interezante lo último si qe es suspenso pero Isabelle ella no me callo bien XD pero de allí en fuera es muy buena trama y...bueno me gusta =)
    Qisiera qe me invitaras a leer qe no haga falta por favor XDD (si soy muy exigente) bueno no pero me gusto Y espero la conti =)
     
  6.  
    Sakuno kun

    Sakuno kun Usuario común

    Piscis
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    Bueno, la historia me gustó mucho. Tiene una muy buena narración y trama. La forma en que describiste todo lo que pasaba y el vestuario de los personajes estuvo muy bien pero hubieron algunos fallos con relación a los tiempos verbales, pues los pusiste en presente y en pasado. Ten en cuenta que debes hacerlo en un sólo modo, ya sea en presente o en pasado.

    Ten mucho en cuenta el guión largo. Es mejor para los diálogos.
    Bueno, me avisas de la continuación.
     
  7.  
    Shayury

    Shayury Guest

    Hola!
    Gracias por invitarme y siento haber tardado en contestar. Una historia que al principio no me ha llamado mucho la atención, pero si me ha llamado al final la atención por el final. ¿Quién es la joven que besa a Elliot? ¿Victorique? ¿La prima? ¿O una joven que todavía no ha salido? No se porque pero cuando Victorique ha descrito a Elliot como culto y guapo y luego dice Elizabeth y dulce, me ha dado muy mala espina, como si este no fuera tan perfecto. Me has dejado con la intriga. Pero nose porque veo la trama un poco cliché, pero lo más seguro que me equivoque y es el primer capitulo así que no puedo decir mucho. En el primer párrafo quitaría unas cuantas comas y pondría de sustituto puntos. Te aconsejo que no utilices tanto el dijo cambialo por ejemplo, comentó, respondió, afirmó, dedujo... En cuanto a la descripción creo que lo has hecho muy bien, te felicito por eso.

    Avísame cuando publiques la conti. Porfis!!

    Adiós!! =)
     
    Última edición por un moderador: 14 Octubre 2013
  8.  
    Anabella Noviembre

    Anabella Noviembre Iniciado

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    Hola, para empezar quiero agradecer sus comentarios, me han ayudado mucho. Como les prometí aquí está el segundo capítulo, ojalá sea de su agrado. Acepto críticas buenas y malas.


    Lejos del bullicio, escondidos en las caballerizas de la familia Albridge, dos personas se besaban apasionadamente:

    —Tus besos son perfectos. –Dijo una joven.

    —Y… tú eres muy hermosa – Dijo una voz masculina.

    —Elliot… bésame.

    —Shhh… silencio. –El joven de ojos azules dijo esto acariciando la mejilla de su compañera—Si nos descubren, Elizabeth no me lo perdonará…


    Capítulo 2 - La fiesta terminó.

    La doncella que acompañaba a Elliot miró triste hacia el suelo. Las lágrimas comenzaron a caer de sus mejillas, lo cual sorprendió mucho al joven, que la tomó de las manos y con una voz muy dulce le preguntó:

    — ¿Por qué lloras?

    —Elliot…–Susurró la chica con un semblante triste— es que… creo que te amo.

    —Oh… es eso… lo siento.

    —Dime, tú amas a Elizabeth, ¿verdad?–Inquirió ella aún con lágrimas en sus ojos.

    —Pues… sí, yo amo mucho a mi Elizabeth. –Dijo Elliot mirando al suelo.

    —Entonces… ¿Por qué estamos aquí? ¿Por qué aceptaste venir conmigo?

    —Bueno…–Dijo el joven apartándose —Supongo que me duele que Elizabeth siempre me deje de lado. Siempre hay alguien para ella antes que yo... y eso a veces me cansa demasiado. Y cuando me invitaste a venir, no sé, simplemente vine, porque pensé que sólo querías divertirte un poco, una travesura. No sabía sobre tus sentimientos, pero ahora que los sé, tengo que decirte que esto no puede ser. Y sabes muy bien porqué.

    —Elliot, yo… yo puedo hacerte feliz, mucho más que ella.

    —No, nadie es como Elizabeth, además piensa un poco, ella es…–Antes de que Elliot terminara su frase, la doncella lo interrumpió bruscamente.

    —Shhh… no digas más… – La joven se levantó, y llorando desconsoladamente salió corriendo hacia los jardines del palacio. — ¡Te odio! ¡Y a ella también! ¡Los odio a los dos!

    Elliot no trató de alcanzarla. Se sintió mal por ella, pero estaba seguro de sus palabras. Sacudiendo su traje azul oscuro de botones dorados, fue lo más disimuladamente que pudo al palacio, y luego al salón principal, en donde comenzó a buscar a su querida Elizabeth. Había demasiada gente, y eso le dificultaba las cosas por lo que empezó a preguntarle a los mismos invitados en dónde podría estar. “¿Ha visto a Lady Elizabeth?” repitió una y otra vez, sin resultados, algunos porque no sabían, otros porque estaban demasiado ebrios para contestar. Se acercó a la mesa del banquete y decidió esperar allí. Alguien divisó a Sir Elliot y decidió ir a saludarlo, es Sir Leon Landcastle, un gran amigo de la infancia. Se saludaron cordialmente, el prometido de Elizabeth le invitó un trago fuerte, quizás para olvidar el mal momento en las caballerizas, y dieron inicio a una larga charla. Así, la noche siguió su curso festivo con los novios separados.

    Luego de un rato, quizás una hora, Isabelle también notó la ausencia de Elizabeth. Le comentó de su inquietud a Lorenzo, y juntos comenzaron a buscarla. Vieron a Victorique bajando las escaleras, pero no sabía nada acerca de su hermana. “¿Alguien ha visto a Elizabeth?” preguntaron una y otra vez, pero algunos no lo sabían, y otros estaban demasiado ebrios para contestar. A medida que los minutos pasaron, la búsqueda se generalizó, y en menos de media hora, todos buscaban a la joven con el cabello de fuego.”Quizás en los cuartos de arriba”, decían unos, “Puede ser que esté en los jardines”, decían otros, y las peores lenguas deslizaron por lo bajo que tal vez la hija mayor de la respetada familia Albridge, se había fugado con otro hombre. Pero esas lenguas filosas tuvieron que retractarse y ablandarse. Un terrible grito se oyó desde el antiguo aljibe de donde las cocineras extraían el agua destinada a los alimentos.

    — ¿Caroline tu gritaste? ¡¿Qué sucede?! –Preguntó el cocinero a su ayudante, al verla parada inmóvil y con el rostro pálido.

    Las otras personas que estaban en la cocina, también salieron a husmear lo que pasaba. Caroline no pudo decir nada, sólo alcanzó a señalar el aljibe. Ante lo que había visto, un terrible nudo se le hizo en la garganta y le imposibilitaba emitir sonido alguno. El cocinero miró hacia adentro de eso que su ayudante aún señalaba, casi con desesperación. El hombre cambió el semblante inmediatamente, asustando a todos los que estaban en el lugar. Con el rostro sudado y la voz temblorosa, sólo pudo decir:

    —Llamen a los señores.

    El lavaplatos, que era muy rápido, corrió a buscar al resto de la familia, y cuando lo vieron venir, a Isabelle y Lorenzo se les estrujó el corazón. Elliot también tuvo un mal presentimiento, y en menos de lo que canta un gallo, todo el mundo rodeaba ese maldito aljibe. Al llegar, silencio absoluto. El Conde miró al cocinero, quien lo guió a ver al fondo de la redonda construcción. Lorenzo rompió en llanto, Isabelle corrió bruscamente para mirar, a lo que el Conde trató de detenerla: “¡No, no mires!” gritó. Pero era tarde, la señora alcanzó a ver. Elliot también corrió a corroborar la triste realidad, y al hacerlo, sólo se sentó a llorar, tomándose la cabeza. Y esa realidad, les dio una paliza a todos. Es que en el fondo del aljibe, ya sin vida, atada y con sangre en el rostro, yacía Elizabeth. No se podía ver demasiado, por suerte, ya que sólo alumbran las lámparas incandescentes y la luz de la luna. Pero no había duda, era ella. Su rostro, ya morado, sobresalía del agua. Su cabello rojo, que hace apenas unas horas todos vieron ondeándose al compás del viento, ahora estaba estático. Sus ojos celestes medianamente abiertos, habían perdido toda luz. Victorique, que llegó junto con los otros, no quiso ver. Sólo reaccionó a abrazar a sus padres.

    La fiesta terminó.

    Luego de unos minutos de asimilación, el dolido Conde se armó de decisión. Por su hija, por su esposa. No es momento para llorar. “¡Que nadie salga de este palacio!” ordenó a sus chambelanes y a todos sus empleados, porque claro, había unas altas probabilidades de que el asesino estuviese allí, entre los invitados. Con uno de los caballos del Conde, Sir Leon Landcastle fue a buscar a las autoridades. En uno de los cuartos superiores, el médico de la familia atendía a Isabelle, quien sufrió un desmayo, producto del shock.


    En media hora por fin llegaron las autoridades. Ya estaba amaneciendo, aún así todos los invitados todavía se encontraban en el salón, pero en lugar de algarabía, reinaba un profundo silencio, el aire prácticamente podía cortarse con cuchillos. El conde, apesadumbrado, guió a los policías y forenses adonde todavía estaba el cuerpo de su hija, tal como lo habían encontrado. De pronto una figura masculina para nada familiar se acerca a donde yace Elizabeth, y se queda inmóvil observando la escena.

    — ¡Hey! Aléjate de ahí, ¡eso es trabajo de la policía!–Dijo el Lorenzo al joven.

    — ¿Me habla usted a mí? —Respondió éste con un tono sobrador.

    —Sí. ¿Quién eres? – Inquirió el Conde.

    —Le ruego que me disculpe, Conde Albridge. –Dijo el Jefe de la policía— Ellos vienen con nosotros, son detectives de la fuerza.

    — ¿Detectives? – Preguntó Lorenzo mirando a todos lados buscando al otro, o “los” otros detectives.

    —Así es, por cierto… ¿en dónde está el otro?—Dijo el Jefe de policía.

    — ¡Aquí estoy! –Dijo entrando otro joven, impresionantemente similar al primero.

    — ¡Son iguales! – Exclamó uno de los presentes.

    —Es porque somos gemelos. —Dijo el joven que entró último— Encantado, mi nombre es Timothy Westermann, y él es Matthew, sepa disculpar su descortesía, Conde. Mi hermano no es precisamente la persona más educada del mundo.

    — ¿No son muy jóvenes para ser detectives? – Respondió Lorenzo, ya despojado de toda la cortesía y el buen humor que lo caracterizaba. — Señor jefe de policía, esto es algo muy serio, mi hija, mi pequeña está muerta, ¿y usted trae a unos jovencillos a tratar de resolver esto? La verdad no entiendo. –Las lágrimas nuevamente querían brotar de sus ojos.

    —Conde, sé por lo que usted y su familia están pasando, –Dijo el jefe de policía tocando el hombro de Lorenzo, en señal de apoyo. — Pero déjeme decirle que usted está equivocado. Los gemelos Westermann son los mejores detectives, y así como los ve, idénticos, son diferentes el uno del otro, por lo que se complementan a la perfección, y juntos han resuelto más de 100 casos. Son unos prodigios, Conde, confíe en mí.

    —Basta de estupideces – Dijo Mathew mirando con una mirada melancólica hacia el aljibe. — Tenemos que concentrarnos en ella…

    Dicho esto, los presentes dieron espacio para que los investigadores pudieran trabajar. Primero revisaron la escena, Timothy recorrió toda la casa, mirando cada esquina y recoveco. Matthew hizo lo propio en los patios y jardines. Luego de que retiraron el cuerpo de donde estaba, los gemelos le echan un vistazo:

    —Es terrible. –Dijo Timothy. — No hay síntomas de ahogamiento. Tiene un golpe muy fuerte en la cabeza, muy severo, probable causa de muerte. Al parecer pudo haber sido una roca, u otro elemento pesado ¿Quién pudo haber hecho esto?

    —Para eso estamos aquí, para averiguarlo. —Respondió Matthew. —Al parecer la ataron de manos después de muerta.

    —Lo mismo pensé. Seguramente lo hizo para facilitar su carga y trasladarla hasta el aljibe.

    —Supongo. –Dijo Matthew pensativo.

    —Nadie podría haber cargado a la niña desde adentro y sacarla hacia los patios, lo hubieran notado. – Aseguró Timothy.

    —Es cierto. La cocina está en la parte de atrás de la mansión, y el aljibe está a unos 10 metros. Si en la cocina había ruido, es probable que nadie haya escuchado nada. Sinceramente creo que la mataron afuera, en los jardines, o quizás en las arboledas. Luego la ataron para facilitar el traslado y simplemente fueron hasta el aljibe y descartaron el cuerpo allí. Como sea, hay que interrogar a todos los invitados.

    — ¿Cuántos invitados? – Inquirió Timothy.

    —Más de cien. — Diciendo esto Matthew notó que el puño cerrado de Elizabeth, sostenía algo. Miró a su gemelo, y pasó a abrir la mano de la doncella, aplicando cierta fuerza, ya que el rigor mortis comenzaba a hacer su trabajo. Matthew tomó el pequeño objeto que la joven tenía en su mano.

    — ¿Qué es? – Preguntó su hermano.

    —Nuestra primera pista. Y parece ser un botón dorado.


    Fin del capítulo 2
     
    Última edición: 17 Octubre 2013
  9.  
    Sakuno kun

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    Me fascinó este capitulo. Me gustó que hicieras caso a los consejos y por eso este capitulo quedó fantástico. No noté faltas ortográficas importantes. Me gustó el misterio del final pero, ¿por qué matar a Elizabeth? Pudiste escoger otro personaje.

    En fin, ya quiero saber el desenlace de esta historia, así que sígueme avisando.

    Bye.
     
  10.  
    Shayury

    Shayury Guest

    Hola!
    Gracias por avisarme. Si te digo la verdad el principio del capitulo me ha aburrido, pero cuando Elliot la estaba buscando y no la encontraba me ha dado curiosidad saber porque. He llegado a dos hipótesis. La primera que ella había visto la escena entre Elliot y la sirvienta. Y la segunda y que me he quedado con ella es que Elizabeth estaba muerta. Cuando he avanzado con la lectura un poco y al ver que nadie la encontraba es cuando me he quedado con la segunda hipótesis, a partir de ahí tu historia me ha aducido hasta encantarme. *-* Un caso policíaco muy interesante, muchos personas las cuales pueden ser una de ellas el asesino o asesinos. Fascinante. *-*

    ¡Oh! Tengo que decir que Elliot me sigue cayendo mal. Y me alegra haberme confundido con la persona que se besaba Elliot. Por otro lado la muerte de Elizabeth me ha dado un poco de pena :(, ya que me caía bien. En cuanto a los gemelos me han gustado mucho, quiero leer como van a resolver el caso y sobretodo saber quien es el asesino.

    Avísame cuando publiques la conti. Porfis!

    Adiós!! =)
     
    Última edición por un moderador: 17 Octubre 2013
  11.  
    Sonia de Arnau

    Sonia de Arnau Let's go home Comentarista empedernido

    Leo
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    Muchas gracias por invitarme :D Ahora pasando a la historia, muy buen capítulo, con que eso fue lo que sucedió con Elliot, aun así fue un rufián. Demonios y está ansiosa por saber lo que había en el aljibe y mira que la hija del Conde Lorenzo, ahora sí que me cuadra el título, debo admitir que al principio no me cuadraba :) esta historia se torna cada vez más intrigante y eso me gusta, ya que me encanta las historias policiacas.

    Ahora, ¿un botón dorado? El chaleco que tenía puesto Elliot llevaba botones dorados, así que el asesino de Elizabeth es él, pensaría, pero puede ser que alguien lo esté inculpando, ¿alguien que lo amaba y odia a Elizabeth por el hecho que se iba a casar con él? Pero, el asesino inculpó a Elliot (creo) lo que me lleva a pensar que posiblemente el asesino es alguien que odia al Conde Lorenzo, ¿por qué pienso así? Me llamo la atención el título, las hijas de… lo que me llaga a pensar que tal vez, Victorique sea asesinada. No sé, aun es el segundo capítulo y mi cabeza está volando.

    ¿Elliot se besaba con la sirvienta? Me pasaría ese detalle, no logro verlo…

    Deseo saber cómo continuara la historia, así que no dejes de invitarme :D


    Cuidado con palabritas de más, ya que eso cambia el texto :D aquí no va el, así se entiende que un lorenzo (habalndo de no un nombre) hablo al joven.

    Ahora que lo lei por segunda vez... la joven con la que estaba Elliot me parece sumamente sospechosa y pienso en una persona... pero me lo guardare, para ver si es verdad mi hipotesis. Mejor espero el proximo capítulo.

    Nos leemos. Bye.
     
  12.  
    Pinkamena

    Pinkamena Usuario popular

    Escorpión
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    gracias por avisarme la conti

    ¿Por que elizabeth murió?. Eso eme entristeció
    Y creo que la responsable fue Margaret. Es obvio lo iso por celos, no soporto que Elliot estuviera comprometido con Elizabeth
    Pero me enoja que Eliiot besara a esa chica y estoy segura que es Margaret.

    Me gusta mucho el ambiente de la realeza y los modales con damas y caballeros y los gemelos detectives me parece muy interesante

    Chao
     
  13.  
    Aiki Nara

    Aiki Nara Iniciado

    Acuario
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    me sorprendió que Elizabeth haya muerto y no se que decir sobre Elliot creo que lo estoy odiando de a poquitito :p me encanto tu historia quiero más.....
    Gracias por haberme invitado es la mejor historia que e visto
    BYE BYE....CUIDATE.
     
  14.  
    Aiki Nara

    Aiki Nara Iniciado

    Acuario
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    HOLA me sorprendió la muerte de Elizabeth y cada vez odio a Elliot de a poquitito me encanto quiero mas mucho mas me tienes en un vicio
    quiero saber quien era la que se beso con elliot ademas de quien mato a Elizabeth y al verlos adore a los gemelos .....
    Chaitos cuidate....
     
  15.  
    Unimar

    Unimar Un alma sana reside en un cuerpo sano y mente sana

    Libra
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    Hola :D muchas gracias por tu invitación. Y pid una disculpa por mi tardanza.

    Déjame decirte que me ha encantado:

    1.- La época en que lo desarrollas, me parece muy agradable. Ya que la Arquitectura en esos tiempos comenzaba a desarrollarse como la conocemos hoy en día.

    2.- La manera en que lo has narrado, todo me pareció increíble ya que gracias a tus descripciones he podido imaginarme todo el entorno y los escenarios en dónde cobra vida esta historia.

    3.- Mejoraste mucho, del primer capítulo al segundo. En verdad que has hecho caso de todos los consejos que se te han dado a lo largo.

    4.- El misterio que manejas, a mi parecer se ha hecho sútil y no ha caído en el clásico cliché de una novela de este género.

    5.- Desde el comienzo a tus personajes les has definido muy bien su personalidad, y has hecho que esté a disgusto con uno de ellos.

    Me has sorprendido, no puedo comparar tu otro fic con esté, como que... has puesto una magia increíble acá. Y esa misma es la que te atrapa a seguir leyendo. Muy bien por lo que has logrado, sólo espero que manejes muy bien todo y no lo vayas a arruinar, por que al escribir se pueden tomar decisiones erroneas y arruinar lo que ya teníamos.

    No sería ninguna molestia si me avisaras de la continuación de la historia, estaría agradecida. :D
     
  16.  
    Sasuki-chan

    Sasuki-chan Entusiasta

    Leo
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    Hay qe triste pero genial capitulo me gusta el suspenso pero ¿Elliot la mato? oh ¿Lo culpan? no lo c pero para serte sincera amo tus capitulos :D bueno me avisas por favor bueno bye ;)
     
  17.  
    Sasuki-chan

    Sasuki-chan Entusiasta

    Leo
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    Hay qe triste pero genial capitulo me gusta el suspenso pero ¿Elliot la mato? oh ¿Lo culpan? no lo c pero para serte sincera amo tus capitulos :D bueno me avisas por favor bueno bye ;)
     
  18.  
    Sasuki-chan

    Sasuki-chan Entusiasta

    Leo
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    Hay qe triste pero genial capitulo me gusta el suspenso pero ¿Elliot la mato? oh ¿Lo culpan? no lo c pero para serte sincera amo tus capitulos :D bueno me avisas por favor bueno bye ;)
     
  19.  
    Alisse Madness

    Alisse Madness Maestre

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    Hola gracias por invitarme a leer tu historia está interesante y me gustó mucho porque es de época y yo adoro ese tipo de historias además tu redacción está bien y más la forma en la que describes todo me encantó sigue así. Bye
     
  20.  
    Anabella Noviembre

    Anabella Noviembre Iniciado

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    Título:
    Matthew & Timothy - Las hijas del Conde Lorenzo.
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    832

    Hola a todos, es increíble que haya pasado un año. Pero volví, y quiero decirles que Matthew y Timothy no me han abandonado, siguen tan presentes como el día en que los imaginé. Ellos están, y tienen geniales aventuras que muy pronto compartiré con ustedes. Tengo la esperanza de que algún día todo el mundo los conozca, y los aprecie tanto como yo lo hago. Espero que les guste esta historia, a la cual nunca abandoné, ni pienso hacerlo. Los dejo con la continuación de este interesante caso.



    —Nuestra primera pista. Y parece ser un botón dorado.


    En ese instante una figura masculina y robusta aparece en la habitación con dos copas de champaña en sus manos.

    —Así que un botón ¿eh? – Habló el jefe de policía convidando a Timothy la bebida— Pensé que quizás quisieran beber algo.

    —Disculpe, no bebo en el trabajo. – Reapondió Timothy.

    —Yo acepto, me muero de sed. Y pensé que ese trabajo lo hacía la servidumbre —Esbozó Matthew mientras recibía la copa de manos del jefe. Luego miró al cuerpo de la muchacha, con tristeza— ¿No tienen algo más fuerte? Ante situaciones como ésta, preferiría un buen whisky.

    —Los sirvientes están tan conmocionados como la familia. Se nota que era muy querida. –Se lamentó el jefe de policía.

    —Aun así, alguien la quería muerta. –Afirmó Matthew. Ante esta afirmación, se hizo silencio por un momento, y los tres quedaron pensativos por un instante.

    —No vino sólo a invitarnos champaña, supongo. –Sostuvo Timothy cortando el silencio, mientras se quitaba sus guantes de forense.

    —Supones bien. Vengo a decirles que ya comenzamos los interrogatorios. Seis suboficiales están a cargo, nos informarán si algún testimonio vale la pena.

    —Si no le molesta, quisiera interrogar a los familiares más cercanos personalmente –Pidió Matthew.

    —Lo imaginé, son todos suyos.

    — ¿Qué hay de la chica que encontró el cuerpo?–Inquirió Timothy.

    —Sigue un poco aturdida, naturalmente. —Respondió el jefe luego de tomar un sorbo de la copa que rechazó uno de los gemelos.

    —Yo la interrogaré. Y también a todas las personas que estaban en la cocina en ese momento. – Dijo Mathew muy serio — Quiero saber si alguien vio o escuchó algo.

    —Está bien. Los esperaré abajo, avisaré a los suboficiales.

    Dicho esto, el hombre se retiró de la habitación. Timothy cubrió el cuerpo con una sábana y se puso su saco color negro. Él era especialmente elegante, siempre bien vestido, ordenado e impecable. A pesar de su corta edad, apenas veinticinco años, tenía una maestría en medicina forense. Sumamente educado y amable, correcto, simpático, caballeroso, hacía que las damas prácticamente caigan a sus pies. Claro que, esto último no le interesaba demasiado a Timothy, su corazón nunca controlaba a su mente, y no se dejaba llevar por cosas ilógicas como el romance; este joven había decidido que en este momento de su vida, su única pasión sería su trabajo. Mientras se acomodaba los puños, miraba a una persona igual a él, pero sólo en el exterior. Interiormente, él era la antítesis de su gemelo. Matthew, el hermano mayor por sólo tres minutos de diferencia, ese bohemio desarreglado y simple, que había tenido problemas con el alcohol y tenía debilidad por las chicas hermosas y las apuestas. Honesto, visceral, sentimental, pero también descortés y desconsiderado, este chico había fracasado en casi todo lo que se había propuesto. No por falta de inteligencia, que por cierto también sobrepasaba lo normal, sino por su personalidad inquieta y aventurera, que lo arrastraba a seguir su corazón. Mirando a su querido Matthew, Timothy recordaba ese día en el que cumplían seis años y, sentados en el suelo de una sala de espera, escuchaban la conversación que su madre tenía con el médico de la familia. Al momento, Matthew volteó a mirarlo, interrumpiendo los pensamientos de su pariente.

    —¿Te pasa algo? ‒Dijo Matthew de repente.

    —Emmm... no. ‒respondió Timothy, pero al momento se corrigió— Bueno, sí. No quiero que investigues este caso. Déjamelo a mí.

    —No empieces.

    —¿Recuerdas que pasó con el caso de la prostituta que asesinaron en Leeds? No quiero que eso vuelva a pasar.

    —Hablas estupideces.

    —¡Te obsesionaste! ¡Y por tu estupidez casi enviamos a la cárcel a un inocente! ‒Timothy miró serio a los ojos de Matthew, intimidante.

    —No era tan inocente. Le gustaban las prostitutas.

    —A ti también te gustan.

    —Pero yo no las golpeo. Hago cosas mejores.‒Contestó el gemelo con gesto de burla.

    —Escucha, y escucha bien. ‒A Timothy se le acababa la paciencia‒No quiero más de tus idioteces. Madura, supera tus tragedias, y tómate las cosas en serio.

    —Mis tragedias no son tu problema. ‒ Dijo Matthew con desdén.

    — Lo son si ponen en riesgo la resolución de un caso. ‒ Respondió Timothy, y salió de la habitación dando un portazo.
    En el pasillo, se encontró nuevamente con el jefe de policía.

    —Jefe.

    —Tim, ‒respondió el jefe.‒ ¿Terminaron? ¿Necesitas algo?

    —Sí. Ahh jefe, creo que, sólo por esta vez, aceptaré un vaso de whisky.





    Continuará...
     
    Última edición: 2 Noviembre 2014
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