Microrrelato Masoquista

¿Cómo llegar a tus sentimientos…?

He tratado de todas las formas posibles, serte fiel, amable, dulce y respetuosa

He tratado, de pensarte cada día, hora, minuto y segundo;

He querido amarte más que mi vida, y más que a la vida de vidas…


Lo conseguí… ¿Quién me dijo que eso, no me garantizaba nada?


He rabiado hasta que mis ojos escosen por el dolor de un alma,

Y cortado mis venas con mis trozos de amor propio.

He buscado sin éxito, alguna aprobación tuya, o algún reflejo de ánimo en tus deslumbrantes ojos.


Soy una bolsa vacía, soy toda la nada, soy una aberración amante y nada de amada…


Celo tus horas llanas, castigo tus amores, y odio tu necedad regia al pasado; ¡Como exasperas a mi cerebro! Cansas mi pecho y ardes mi espíritu. Bestia feroz, monstruosa mujer, criatura espantosa… se llama enfermedad… He enfermado, lloro constante, gimo perdedora… Amor, ¿Amor? ¿Cuál amor?


Creo tus palabras, creo tus acciones; ¿lavado el cerebro, se termina la rabia? Adoro tu persona, admiro tu espíritu, Te creo perfección… Perfecta, Divina… a ti amor.


Crispas mis nervios, destrozas mi alma, rompes mi corazón…

Exigencia inútiles, salen de mi boca, poemas ineptos adornan tu aura; ¿De qué me sirven dones de musas, si ni un poco acaricio tu ternura?

Soy lo incorrecto de tus vidas, eres lo perfecto a lo inadecuado, correcto a lo desastroso y el orden en lo que yo creo caos.



Amor, de todos mis males, no me canso de herirme, eres mi vida, eres mi paciencia eres el aliento, incluso ambrosia… me embriagas.


Te amo como a una maldición, y lo único que quiero también, es amor; ¿Qué tan difícil, es de entender? Maldita yo enteramente, malditos mis celos y enfermedad; malditos tus errores que me han hecho dudar…

Acaríciame ya de una vez, bésame pronto aunque este mal; mal y bien ¿Qué más da?... Pero si pudieras amarme, amarme de verdad, Dios sabe que no necesitaría nada más.