Malentendido (Shikamaru/Temari)

Tema en 'Fanfics Abandonados de Naruto' iniciado por Sam, 13 Septiembre 2008.

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    Sam

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    Malentendido (Shikamaru/Temari)
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    Malentendido (Shikamaru/Temari)

    Malentendido


    Varias gotas de sudor caían de mi frente, formando un camino por sobre mis mejillas hacia mi mentón. Podía sentir cómo mi respiración estaba agitada y entrecortada, mientras ésta gritaba con ansias por un descanso. Algunos cabellos rubios se habían salido de las cuatro coletas que sostenían mi pelo, volando a causa de la velocidad en la que iba. Pero por sobre todo lo demás, mis piernas me pesaban y dolían, lo que quería decir que en cualquier momento iban a ceder.

    El sol penetraba el bosque cuidadosamente por encima de éste, y mi cuerpo lo percibía perfectamente, mas las nubes que le hacían compañía se ocupaban de contrarrestarlo. Los árboles se mecían a la par mía cuando pasaba corriendo y saltando con un pequeño roce en ellos. A lo lejos, se podía oír un leve sonido cuyo autor era el río.

    Ya llevaba muchas horas huyendo, es más, había perdido la noción del tiempo. Estaba cansada, exhausta, pero no quería detenerme, sólo quería fugarme. Ni siquiera entendía por qué corría o de qué. Me sentía tan humillada e impotente, que deseaba destrozar todo lo que se me cruzase en frente de mis ojos.

    -Basta. No seas idiota. Tú no eres así –me reprimí una y otra vez.

    En verdad, no me conocía. No era mi forma de actuar, ser o pensar. Yo no era de las personas que escapaban, y menos por una estupidez como ésa. Parecía una cobarde. Y lo que más me dolía de todo, era saber que era una cobarde.

    Sacudí la cabeza y seguí con lo mío, brincando de rama en rama cuando el salto me lo pedía. Empero no me di cuenta y una de éstas en forma de puente me hizo posicionar mal el pie y caer hacia abajo, hacia la tierra seca. No intenté sujetarme de un tronco o amortiguar la caída de alguna forma. Sólo me dejé llevar por mis pensamientos, que me mantenían en un profundo mar de confusiones y que no estaban dispuestos a dar más lugar en mi mente para otra cosa.

    Sentí varios golpes al tocar el suelo y luego al descender rodando por la colina. Al detenerme, únicamente cerré los ojos y pensé en lo que había pasado: me habían enviado para Konoha, necesitaban de mí para completar una misión que me iba a ser informada más tarde, pero cuando llegué y le vi… con ella, riendo juntos, muy juntos, sólo quería irme de allí y ¿llorar? Era ridículo. Sí. Ridículo.

    Siempre fui la más fuerte, en el sentido emocional, la más madura y la más responsable de mis hermanos. Un tanto fría, pero lo suficiente para poder crear una barrera contra las conmociones. Y estuve orgullosa de ello, porque nadie me iba a poder lastimar, nunca, o eso creía. Tal vez me escondía detrás de una máscara, pero no le veía nada de malo. No obstante, él me la había quitado y me había dejado débil, desnuda y sin protección.

    No entendía cómo era posible que al verle mi cara se tornara de un color carmesí. Ni tampoco por qué me frustraba al verlo con otras chicas que no fuera yo, estando simplemente hablando. O por qué se había vuelto una necesidad estar con él. Sólo… no entendía. Y ahora había caído tan bajo, en el sentido literal.

    Un sirimiri cubrió el destellante sol que imponía su autoridad en el cielo, ahora derrocado por varias nubes grises. El clima anunciaba una tormenta, y lo afirmó cuando las gotas comenzaron a aumentar su intensidad. Por lo menos el pegoteo de transpiración que envolvía mi cara poco a poco se fue diluyendo.

    Un sonido retumbó por todo el bosque, y tardé en darme cuenta que mi subconsciente había hecho trabajar a mi mano para despertarme de una forma no sutil, o en otras palabras, de una bofetada. Agradecía saber que me quedaba un poco de dignidad para pararme y comenzar a andar por zona desconocida. Pero al intentarlo, sentí que me jalaban desde tierra, mas luego entendí que mi tobillo estaba torcido, o reventado, por la sangre que chorreaba de él.

    -¡Lo que me faltaba! –bufé-. Dime, ¡¿qué te hice a ti?!

    Un relámpago tronó por todo el medio y capté la indirecta.

    No podía derrumbarme otra vez, no físicamente, que era lo único que me quedaba. Necesitaba olvidar, así que lo más probable sería que lefuera a pedir a Tsunade que me diera un poco de sake cuando llegara –el mejor remedio para esos males-. Pero más importante aún, necesitaba sanarme, en todas las maneras posibles. Así que cogí una rama del suelo, y me sostuve de ésta para poder enderezarme. Ahogué un grito de dolor al hacerlo, y sentí cómo el líquido se escurría por mi pierna. Lo que más me incomodaba, era el barro que había logrado juntar involuntariamente en mi ropa.

    “Basta sólo con saber a dónde vas, para saber quién eres”, me había dicho un amigo. Sentí la frase fluir por mí, y caminé, o cojeé, sin un rumbo fijo. Porque si bien le encontraba un sentido, quería decir que yo era alguien en busca de mi identidad, o bien, que simplemente no la tenía. Aunque… ¿era eso posible?

    Si antes no sabía el lapso de mi marcha, en ese momento estaba completamente perdida. Sólo el crepúsculo me redondeaba una hora, aunque no era lo más significativo el tiempo, sino el lugar: desconocido íntegramente.

    Estaba entrando en la desesperación. La lluvia consumía mi vista, sólo dejándome divisar los árboles que me flanqueaban. La herida me ardía, y cuando apoyaba el pie en cualquier superficie, éste me causaba una tortura de alto grado. Y el cansancio… simplemente me iba hacer besar el suelo, otra vez.

    Para mi sorpresa, el bosque se abría hasta dar paso a una cabaña un tanto averiada, deshabitada e inhóspita, empero mi única opción. Además, sólo quería estar refugiada del temporal; de seguro el dueño iba a ser comprensivo. Pero por más que tocara fuertemente, nadie contestaba. Probablemente hacía tiempo que estaba solitaria; un punto a favor mío.

    Al entrar a tropezones, me percaté de lo sucio que estaba: telarañas por doquier, polvo en todas las esquinas, sillas rotas y una mesa partida en dos, y por un orificio en la parte alta, el agua caía en pequeños y a la vez enérgicos chorros. Una pocilga. Empero, al mirar mis otras alternativas a la intemperie, parecía muy acogedor y placentero.

    Me senté cerca de la chimenea que yacía deshecha al costado de la puerta, en forma horizontal a la ventana, e intenté encender el fuego. Sin embargo, se me hizo un trabajo imposible, ya que las piedras estaban sumamente humedecidas. De esta suerte, me tuve que conformar con mi infausta situación. Aun así, no recordaba cómo había acabado de esa forma.

    Juntos, muy juntos.

    Ah, cierto. De una estupidez, en la cual seguía sin entender mi reacción hacia ella, a una posición en donde estaba lesionada, empapada, gélida y llena de cieno. No podía evocar cuándo había sido la última vez que había tenido un porvenir tan estropeado, pero definitivamente, éste se llevaba el primer premio. Y el culpable no era otro que él, por ser demasiado…

    Lindo.

    -¡Estúpido! –corregí gritando.

    Una ráfaga de viento hizo que un escalofrío recorriera con desorbitada lentitud mi dorso. Giré la cabeza para ver de dónde procedía, y lamenté haberlo hecho, ya que me di cuenta que no sólo mi fortuna había decaído en picada, sino que estaba empezando a alucinar.

    Junto a la puerta, apoyado en el marco de ésta, Shikamaru me contemplaba con esos ojos chocolates que sonreían involuntariamente con satisfacción. Pero lo que más me había llamado la atención, era el cabello revuelto que escurría gotas de agua por su cuello hacia el interior de su remera. Además de que su ropa se le adhería a su cuerpo, remarcando sus partes trabajadas.

    -No te imaginas lo que me costó encontrarte –musitó un poco agitado y enojado-. A Tsunade se le dio por que yo sea tu “guardián”, y quiso que fuera en tu búsqueda inmediatamente al saber que no habías llegado a la hora acordada.

    Percibí cómo se iba acercando hacia mí mientras hablaba, lo que me confirmó que no era un delirio mío el hecho de tenerlo cerca.

    -¡Vete! –bramé indiferente.

    Noté cómo mi confusión había cambiado drásticamente a vehemencia más ira. Y un segundo después, un dolor punzante se hizo notar en mi maléolo, y era porque alguien lo estaba tocando para ver la gravedad del asunto.

    - Tst… problemática. –murmuró para sí mismo- ¿Cómo demonios lograste hacerte esto? –Señaló la luxación del pie ensangrentado.

    ¿Cómo demonios había llegado tan rápido?

    -Déjame, eso no te incumbe –contesté desdeñosa-. ¡Vamos! ¿Por qué no te marchas y te ríes de la vida con la rubia?

    Me asombré al ver su expresión. Quiso decir algo pero luego se arrepintió y calló. Lo había dejado estupefacto; no sabía qué decir, seguramente porque no comprendía de qué estaba hablando… o capaz que sí.

    Se dio la vuelta y cogió las rocas con las que había intentado inútilmente encender un fuego. Sin embargo, a los tres roces, él ya lo había logrado, dejando entrever una fogata que se hacía cada vez más y más grande al alimentarla con ramas que reposaban en el suelo. Mientras lo hacía, habló muy serio, sin embargo, con un pequeño deje de humor de trasfondo en sus palabras.

    -¿Te pusiste celosa? se preguntó plasmado-. Cuando la Hokage me avisó de que ibas a ir a Konoha, fui a la entrada para recibirte, pero Ino me detuvo diciéndome que a Chouji le había dado gastritis y lo habían llevado al hospital, prohibiéndole los dulces –me explicó haciendo gestos con las manos-. Fue muy gracioso.

    Un… ¿malentendido?

    -¿Por qué me lo aclaras? –pregunté mirando hacia otro lado, para que no notara el sonrojo en mis mejillas.

    -Para que la torcedura en el tobillo no fuera en vano. Digo, yo también me hubiese puesto así –enunció con una sonrisa un tanto vaga, pero que me hizo reír.

    Porque por más que me dijera que estaba celosa, y que no lo quisiera admitir, era verdad, y por eso mismo no le corregía. Porque indirectamente o no, me quería decir que sentía algo. Y porque la sangre que se deslizaba por mi tobillo, empezó a tomar un color bonito.

    A pesar de todo, me gustaba ser problemática.



    -------------------
    Este one-shot lo hice para el concurso de Naruto, del cual lo terminé escribiendo a las apuradas. En verdad, no me gusta mucho, como tantos de mis otros escritos, pero tiene algo que me hace decir: "Bonito".
    En fin, espero que les agrade.
    Domii
     
  2.  
    Rukia

    Rukia Usuario popular

    Aries
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    Pluma de
    Escritora
    Re: Malentendido (Shikamaru/Temari)

    Ayer leí el fic pero por carencia de tiempo no posteé. :K

    Ok. noté algunas faltas de ortografía por ahí, eso fue raro, pero supongo que es por lo mismo de la prisa. Que te puedo decir... siempre me a gustado el ShikaTema, pero realmente lo había olvidado xD! Te diré, gracias por recordarme que me encanta esta pareja ;_;

    Me encanto, fue tan, no sé, fue casi perfecto al sentido de sentir que lo estaba viendo en la tv., perfecto niña, :w.w:
     
  3.  
    Braulio Oros

    Braulio Oros Usuario común

    Sagitario
    Miembro desde:
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    337
    Re: Malentendido (Shikamaru/Temari)

    vaya que esta bueno el fic, me gusto bastante, bueno yo creo que muchas chicas reaccionarian asi, muchos de los chicos reaccionamos de otra manera, pero bueno eso ya se lo imaginan ustedes

    es muy bueno te felicito
     
  4.  
    HikariDDRluv

    HikariDDRluv Guest

    Re: Malentendido (Shikamaru/Temari)

    Es descriptivo. Me gustan estas cosas xD. Además de que una de mis parejas favoritas es el ShikaTema. Además que fué sutil, y mantuviste los carácteres de los personajes ;) Estuvo bastante bueno!! ;)
     
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