One-shot de Pokémon - Maldito

Un ruido en la oscuridad, no porque no sea sigiloso. Quiere causarte terror.
Un aullido sonoro, no porque haya una manada a la que llamar. Él es único, él está solo.
Una sombra se abalanza sobre ti. Lo último que ves son esos enormes colmillos y esa enloquecida mirada.
Estás muerto.

La leyenda se ha extendido, todos conocen ahora a esa criatura... Esa bestia que ha hecho del bosque un lugar siniestro y terrorífico cuando en un pasado fue alegre y transitado. Todos conocen su historia... O creen conocerla.
He aquí lo que sucedió hace tres años en el bosque, la verdadera historia de Miako, el Luxray.

Tres años atrás, un joven entrenador paseaba junto a su fiel amigo y Pokemon, Luxray. Acababan de lograr su última medalla de gimnasio necesaria para que les permitieran el paso a la liga. Luxray estaba muy feliz, al igual que su entrenador. Habían pasado grandes penurias juntos, y pronto cobrarían su recompensa:
Ser los campeones, los más fuertes.
Luxray había sido su amigo desde el principio, desde el comienzo de su aventura. Estaban muy unidos, casi como hermanos.
Días después de lograr la medalla que les abriría las puertas hacia la liga, llegaron a un pequeño bosque. Su entrenador dijo que atajaran por allí, que así evitarían a los molestos entrenadores que esperaban en el camino. Luxray se negó. Aquel lugar olía extraño, había algo raro en él. Su entrenador dijo que no pasaba nada, que mucha gente pasaba por allí para atajar. Gente...
El lugar estaba vacío.
Luxray intentó comunicárselo a su entrenador, mas éste se adentraba ya en el bosque. Luxray no pudo hacer más que seguirlo.
El bosque era hermoso. La luz solar pasaba a través de las hojas de los frondosos árboles, creando en el bosque un conjunto de tonalidades verdosas que danzaban de aquí a allá. De repente, en el centro del bosque llegaron a un claro. Luxray se puso alerta, estaba oliendo algo. Era un Pokemon, pero tambien olía a...
No le dio tiempo a percatarse de que el olor provenía de tras ellos. No pudo hacer nada cuando algo saltó sobre él, gritando de euforia. Solo en él último segundo se percató de que su entrenador, su amigo, su hermano... Había saltado para protegerlo, recibiendo así el ataque. Luxray vió como una zarpa atravesaba el débil cuerpo humano de su entrenador, matándolo al instante. Luxray vió todo eso... Y al asesino. Un Zangoose normal, mas en sus ojos brillaban la locura y la agonía.
La furia se apoderó de él, saltó sobre Zangoose, el asesino de su mejor amigo, quien sólo sonrió y se desplomó sobre el suelo.
Luxray se extrañó y observó el cuerpo inerte de Zangoose, del que surgió un aura maligna que envolvió a Luxray por completo. Se introdujo en él, acrecentando por alguna razón su furia. Cuando se quiso dar cuenta, estaba despedazando el cuerpo del Zangoose. Luxray cogió el cuerpo de su entrenador y lo depositó en el centro del claro.
Luxray aulló lastimero. Por sus mejillas resbalaban lágrimas que surgían de sus ojos cerrados. Cuando los volvió a abrir su mirada no era la misma.
Esa fue la última vez que Miako fue consciente de sus actos.