One-shot de Pokémon - Maestros pokemon

El furor del estadio pokemon se había transformando en un silencio total cada espectador permanecía atónito ante la feroz batalla que se suscitaba, yo permanecía frente a frente a mi rival, año tras año y batalla tras batalla, había entrelazado nuestro caminos, nos había hecho fuertes, imparables, nos encontrábamos allí dispuestos a entregarnos todo, dispuestos a probarnos que éramos los mejores; 5 pokemon de ambos ya habían caído, permanecían dentro de sus pokeballs rendidos y satisfechos de haber librado su mejor esfuerzo.
Acaricie con cierto con un fuerte anhelo mi ultima pokeball mientras la sacaba de mi bolsillo recordé con nostalgia la primera vez que me vi reunido con mi primer pokemon Charmander, para estos momentos ya podía sentir su fuego recorriendo en mis venas volverme uno con esa criatura que mas que otra cosa hoy era mi amigo y así como había evolucionado hasta ser un Charizard yo también había crecido.
Ella también permanecía inerte, sonreía cabizbaja, pensando en aquellos primeros momentos en que nos encontramos, aquella amistad tan única que habíamos formado, que observando nuestros ojos inyectados de gloria y fuerza, surgía amor.

— ¡Samurott yo te elijo! — Exclamó entusiasmada Solei, mientras la pequeña esfera que contenía al pokemon giraba hasta el centro el campo de batalla y ella sonreía.

Surgió de esta una enorme criatura similar a un león marino de un azul ultramarino igual al mismo abismo oceánico, acorazado en las partas delanteras con una especie de armazones naturales de color amarillo, armado con un fuerte pico perforador en su frente surgiendo desde la parte posterior de su cabeza, engalanado al final con dos pares de bigotes con pelo blanco y tersos; la criatura rugió, emitió un estruendo que hizo temblar la tierra y que los espectadores que la ovacionaron con locura, Solei mi contrincante emitió un leve saludo con cierta insolencia y me dirigió la mira de nuevo.

— ¡Charizard da lo mejor de ti, amigo! — Pronuncie feliz y eufórico — Para esto hemos entrenado tanto tiempo— Agregué.

La pokeball se abrió en el aire y majestuoso se vio surgir el enorme dragón color negro y brillante, conjurando una fuerte llamarada de su boca y su cola, planeando a ras de suelo y hasta alcanzar el techo del coliseo dando giros impresionantes en el proceso, paso a mi lado emitiendo una fuerte ventisca mientras mantenía sus ojos clavados en mi, como diciendo “Vale cuenta conmigo”, segundos mas tarde mientras el publico entero aplaudía su inigualable presentación.

El Juez se posesiónó en medio de la arena y con un gesto de su mano señalo el inicio de la batalla.

Ella fue la primera en atacar y al igual que aquella primera vez, sus emanaban ese brillo inigualable.

— ¡Samurott Aquajet! — Ordenó Solei mientras su vestido y cuello se movían al ritmo de su mano dirigiendo el ataque.

El pokemon a pesar de su tamaño y peso considerable se movió hacia Charizard impulsado por la abundante cantidad de agua que habia surgido de si mismo y ahora lo rodeaba.

— Charizard, esquívalo — Prorrumpí rápidamente.

Mi pokemon busco al instante sobrevolar un poco, utilizando el aire producido por sus alas para impulsarse hacia un lado, pero no totalmente pues el ataque del otro pokemon logro lesionarle el brazo levemente, Charizard emitió un rugido de dolor pero se reincorporo enseguida.

— ¡ Charizard, contraataca con garra dragón! — Dije en voz alta.

Su mano resplandeció en un enorme halo de energía color azul ártico, que golpeo directamente en la mandíbula de ese Samurott, quien se vio retroceder a emitiendo un gemido parcialmente aturdido, ambos se aguzaron los sentidos, mas que enemigos siempre habían sido buenos amigos, esto era para ellos un ajuste devoto entre camaradas probando fuerzas en su mas grande reto.

— No esperaba menos de ti — Exclamó Solei dirigiéndome una dulce mirada hacia mi que cambio al instante a aquellos ojos de fuego por la batalla — Mas aun no termina…. ¡ Samurott utiliza Surf!

El pokemon acuático genero desde por debajo de sus pies una enorme oleaje en el que posesionó por encima de este, era un poder impresionante, podía sentirse desde la brisa marina en mi rostro, cada segundo era crucial, así arriesgadamente exprese.

— ¡Charizard onda de calor! — Pronuncié a mi pokemon y amigo, que asistió en enseguida.

Un destello ígneo de una potencia única surgió desde su pecho con tal intensidad y fuerza que trasformo en una marejada de su atacante en vapor e incluso llego a este mismo afectarlo. La pelea en este momento se torno cuerpo a cuerpo ambos rivales humanos y pokemon lo decidimos sin hablar.

— Cola dragón repetidamente Samurrot — Indicó Solei disidida, se veía que ya iba por todo en esta ocasión.

La extremidad del imponente Samurrot brillo adquiriendo energía para atacar, era impactante que a pesar de lo enorme y pesado que parecía la criatura sus movimientos fueran tan rápidos, pero yo no pensaba quedarme con los brazos cruzados.

— Charizard utiliza aquel movimiento aprendido en ciudad Ventusta, contrata con puño trueno — Grite entusiasmado.

La audiencia y el mismo juez quedaron sorprendidos por mis palabras aunque era posible, no era común que un Charizard aprendiera un movimiento similar a este. La energía eléctrica surgió de la garra negra de mi dragón era de un color azul y plateado y con esta correspondió los ataques una y otra vez, cada uno de los embites producía un impactante destello en toda la habitación por el choque de poder generado por ambos.

La batalla se prolongó por minutos e incluso horas, poco a poco comenzamos a olvidar a las personas a nuestro alrededor, dejamos aun lado el premio y cualquier gloria, nos vimos fundidos uno a uno con nuestro pokemon y como no estarlo si día tras día entrenamos como uno, si cada noche cuidamos nuestras espaldas, si en los peores momentos nos apoyamos y estuvimos apunto de dejar aun lado todo por nuestro compañero, nuestro hermano pokemon, era mas grande el vinculo compartido que sus heridas ya eran nuestras y de nuestros espíritus surgía su poder, cada “Llamarada” cada “Hidrochorro” lo sentíamos surgir también de nosotros.


— ¡Hidrocañon compañero! — Dijo Solei con una expresión solemne.

— ¡Furia Dragon amigo! — Exclamé sonriente y satisfecho.

Me pareció ver el tiempo congelado antes de que el choque de los dos ataques se produjera, ver a Samurrot hacer surgir ese cañón acuático de sus fauces y de su frente, ver a mi Charizard bañado en energía ígnea dirigirse directamente a hacia este y ser impactado por completo, pero también atravesarlo y llegar hasta su oponente he embestirlo con una fuerza aplastante. Se produjo una onda de energía y al final de la sala los dos pokemon aun mantenían forzadamente en pie, la mirada de esa chica y la mía se encontraron, compartimos una sonrisa, podría jurar que ella enrojeció un poco y nos dirigimos hacia ellos.

— Creo que ya es suficiente Solei — Dije mientras hurgaba en mi bolsillo en búsqueda de mi pokeball.

— Estoy de acuerdo, gracias por pelear conmigo — Contesto sonriendo.

— Gran trabajo amigo — Le dije a mi Charizard acariciando su rostro.

— Samurrot descansa por favor — Índicó Solei moviendo con cariño los bigotes de su pokemon.

Ambos los almacenamos en nuestras pokeball, en ese momento se produjo un gran estruendo, el estadio entero aplaudía, nos dedicaba palabras de cariño y admiración, aplaudía, algunos hasta lloraban de alegría, soñamos un momento en otras tierras, en otras regiones, aquellos que nos vieron crecer, aquellos lideres de gimnasio, los elite, nuestros enemigos, nuestra familia y amigos, sentíamos que nos observaban, pasara lo que pasara, ahora éramos maestros pokemon.