Te conocí bajo la luna, bajo una luna de plata allí te conocí, eras tan hermosa me pareciste muy especial; tu mirabas la lejanía como si esperaras algo, hundida en tus pensamientos estabas mientras yo solo te observaba hipnotizado por tu belleza. Quería acercarme pero la duda me invadió, no sabía si te agradaría mi presencia, me dio miedo que no quisieras tenerme cerca; por eso preferí ocultarme en la oscuridad y desde allí mirarte contemplar aquel rostro de ángel y cuerpo de diosa que sin duda me enamoraba. De pronto por tu rostro comenzaron a rodar lágrimas que brotaban de tus hermosos ojos, un pañuelo sacaste de tu bolso para secarlas, me dolía verte así, no soportaba verte sufrir quería consolarte acerté reír; tú te desvaneciste en el suelo llorando por completo, yo no sabía qué hacer si correr y abrazarte o quedarme quieto y solo mirarte. Me preguntaba ¿por qué llorabas? ¿Qué te hacia sufrir de ese modo?; y en un arranque, impulsado por el sentimiento de amor que nacía corrí y antes de llegar a ti mis pies se detuvieron, comen se a temblar ¡¡¡ pero ni siquiera te tenía tan cerca!! Oh por Dios!!¡¡¡Sentía que me descompensaba con tan solo estar a unos centímetros. Tú con el rostro rezagado miraste a mis pies frente a ti y lentamente lo fuiste levantando hasta mirarme a los ojos, tu carita se encontraba empapado en lágrimas tus ojitos yacían tristes en medio de aquella inundación; yo me acerque y te sonreí solo un poco pero tu nuevamente a tu rostro rezagaste, me agache y con temblores y miedo lleve mi mano hasta su carita acariciándola suavemente, tú me miraste con desconfianza y no te culpo para ti era un extraño. -Por que llorase- te pregunte pero no quistes contestar- anda dime – te insistí, entonces me dijiste – por nada- a lo que le respondí -pero nadie llora por nada- notaste mi deseo de saber – está bien te diré- pronuncio con sus delicados labios. Limpio sus lágrimas y yo me senté junto a ella. Preste atención a cada palabra suya la pobre la estaba pasando mal hacia poco que su abuela había muerto, esta la había cuidado desde que ella era una niña después de que su madre murió al nacer ella; me pareció triste la historia ahora entendía porque lloraba tan hermoso ángel. Hablamos largo rato, le conté que la había estado observando entre las sombras de la noche, le dije que me parecía muy hermosa y que no debería de estar triste que en algún lugar su madre y su abuela la estaban mirando y de seguro no la querrían ver así; para este punto ella se encontraba más serena hasta me llego a sonreír un poco pero lo hizo. Me sentía feliz estando allí junto a ella, mi corazón latía rápido, mi cuerpo temblaba aun más que antes pero era algo que me gustaba mucho sentir; luego ella miro su reloj – ya es tarde – dijo -me tengo que ir agrego. Lamente ese momento yo no quería que se acabara me encontraba tan a gusto, ella se levanto al igual que yo – ¿nos volveremos a ver?- le pregunte, debo decir que soné un tanto desesperado pero no me importo solo la quería volver a ver una vez más, ella me dijo- claro, que te parece mañana en la feria de tan abata – a lo que yo le respondí – si por supuesto- ella se marcho, mientras yo no me contenía la emoción esa noche casi no pude dormir pensando en ella y en que la vería al día siguiente. Al día siguiente me desesperaba que la hora que aviamos acordado no llegara rápido, la paciencia no es una de mis virtudes así que me costó mucho, pero como dicen que todo lo bueno se hace esperar así fue. La hora de la cita llego y yo como era de esperar estaba nervioso mientras me alistaba me pregunte si ella también se ponía nerviosa como yo, o si esto solo me pasaba a mi o si era común de que los hombre tuvieran nervios por una cita, bueno en realidad no era la cita la que me ponía de punta los nervios sino el tenerla cerca a ella, es que ella era tan hermosa que me aprecia tan irreal y por lo poco que había charlado con ella sabía que tenía buenos y hermosos sentimientos era tan diferente como dije antes era especial. Llegue temprano al lugar del encuentro solo miraba el reloj esperando que ella llegara pronto, en el lugar se encontraba mucha gente y sobre todo muchas parejas, yo han ciaba estar con mi amada así como se encontraban esas parejas si ella me lo permitía. La hora se llego pero la hermosa de la noche anterior no llegaba yo me encontraba más nervioso que antes, habían 20 minutos cuando ella por fin hizo su aparición a decir verdad ya estaba decepcionado pensando que ella no vendría pero al verla acaserarme me regreso el alma al cuerpo por completo, esa hermosa mujer!!! Dios ¡¡ estaba más hermosa que nunca indudablemente la quería para mí no la quería compartir con nadie aun que suene un poco egoísta pero eso era lo que deseaba en ese momento.- hola perdón por la tardanza- dijo ella a lo que yo le respondí - hola no te preocupes, todo está bien- ella sonrío dulcemente; durante nuestra cita la pasamos bien hablamos mucho más que la noche anterior le conté muchas cosas de mi como lo que me gustaba, que trabajaba y estudiaba, que viva en un apartamento solo desde que mis padre murieron en un accidente, ella me contó sobre su vida que vivía con su padre, que estudiaba en la universidad y trabaja en la tienda de antigüedades que perteneció a su abuela, esa noche ella sonrío mucho me gustaba verla así en lugar de verla llorar como la noche anterior. Desde ese momento comenzamos a salir yo me enamoraba mas y mas de ella cada día, tanto que se convertido en mi adicción me gustaba tanto sin dudarlo la amaba demasiado no se lo había dicho como tal y, ella no era tonta para no saber que yo estaba enamorado de ella solo que prefería esperar hasta que yo se lo confesara del todo. Una mañana me levante decidido a decirle que fuera mi novia así muriera en el intento...aun que hubo un momento en que pensé que tal vez ella me dijera que no, que solo me miraba como un amigo con el cual solo salía para divertirse pero estaba dispuesto a correr ese riesgo yo amaba a esa chica, la quería para mí; ese día la llame y la cite en el parque Goshi Kinuma (denominado los 7 lagos multicolor ya que son 7 lagos de colores distintos en Japón) yo sabía que ese lugar le iba a encantar puesto que ella amaba la naturaleza, yo llegue primero y prepare un día de campo solo para los dos, cosa que al llegar la sorprendo – que lindo. ¿Y a que se debe?- yo solo le sonreí, ella se sentó frente a mi – ¿te gusta?- le pregunte y me respondió que sí, eso me dio un buen indicio disfrutábamos del lugar de la comida, estaba bien nervioso no sabía que me iba a contestar pero me tenía que arriesgar. - quería preguntarte algo- comen se diciendo. -así que cosa – me contesto. – Bueno...eh.... yo me preguntaba si...- ella me miraba fijamente con esa carita tan bonita que tenia esperando escuchar lo que yo le tenía que decirle. -¿Yo me preguntaba si tu... si tu quisieras se mi novia? Ella al escuchar esas palabra bajo su rostro, en ese momento pensé (¡diablos! Metí la pata no debí decírselo, me hubiera quedado callado). -mejor olvida lo que dije- le dije apenado, ella me miro y me sonrío yo no entendía nada estaba a la expectativa por lo que me respondería y ella solo me sonreía la verdad en ese momento me preguntaba (¿por qué me sonreía, acaso se burlaba de mi, era lo más lógico?). -si- dijo. ¿Había escuchado bien? O era producto de mi imaginación – perdón- dije al salir de mi introspección.-si quiero ser tu novia- repitió nuevamente yo no podía creer lo que estaba escuchando, toda aquella maraña de tonterías que había en mi cabeza se disiparon por completo estaba que saltaba de alegría pero era obvio que no iba a hacer eso delante ella puesto que me vería ridículo; me limite a tomarla de las manos y darle un tierno beso en la mejilla, no sé quien se sonrojo mas si ella o yo. Ese día nos hicimos novios y fue el inicio de muchas cosas ella era muy especial conmigo, muy cariñosa, mientras yo vivía para ella, moriría por ella. Tanto ella como yo estábamos enamorados, cada día nos demostrábamos el amor que sentíamos el uno por el otro, cada milésima de segundo que pasábamos juntos era especial, era único; yo la amaba tanto que le a los seis meses de ser novios le propuse matrimonio, eso sucedió el día de su cumpleaños yo la invite a una cena romántica, hablamos y cuando tuve la oportunidad le dije mi propuesta ella se sorprendió mucho pero acepto, yo coloque en su dedo el anillo que había comprado se veía hermoso, el anillo tenia incrustaciones de ágata la cual era su piedra favorita ella estaba feliz al igual que yo; sin embargo cuando regresábamos algo sucedió. Los dos veníamos de regreso cuando decidimos sentarnos en el parque un rato, mientras mirábamos las estrellas ella se mareo.- todo meda vuelta- dijo ella y rezago su rostro yo no me preocupe era solo un mareo.- tranquila ya pasara- le dije pero cuñado ella levanto el rostro de su nariz salía sangre allí si me asuste mucho al igual que ella, yo incline la cabeza de ella hacia atrás para que parara el sangrado, ella limpio la sangre con su pañuelo; la sangre se detuvo. ¿Cómo te sientes?- pregunte. - un poco mejor- dijo ella yo le dije.- vamos al hospital- pero ella no quiso ir me insistió que se sentía mejor, dijo que ella iría al día siguiente yo se lo hice prometer y la lleve a su casa; esa noche no pude dormir pensando en lo que había sucedido tenia aun mal presentimiento. Al siguiente día fuimos al médico ella le contó lo que le había sucedido la noche anterior el médico le ordeno realizar unos exámenes, exámenes que ella se hizo, lo resultados de esos exámenes cambiaron por completo nuestras vidas el médico le diagnostico a mi amor “ leucemia” y le mando tratamiento le dijo que tendría que alimentarse bien, que tendría que tener cuidado con los golpes y heridas ya que su cuerpo no los asimilaría muy bien como el de una persona sana, que tendría que cuidarse de los virus e infecciones, en fin su vida cambio. Yo me sentía mal por no poder hacer nada, porque ella iba empeorando se llego al punto de internarla en una clínica para dializarla, a pesar de todo ella siempre mostraba una sonrisa y todos los días cada vez que iba al clínica para visitarla ella me recibía con una alegría que la verdad me intrigaba saber de donde provenían. Paso un mes y ella en lugar de mejorar decaía cada vez más, la esperanza era que apareciera un donante ni su padre ni yo éramos compatibles para el trasplanten de médula me daba rabia el solo esperar sin poder ayudarla a calmar su dolor, la impotencia me acongojaba. Cierto día el médico tratante llego con una buena noticia, había aparecido un donante que felicidad sentí en ese momento !el amor de mi vida se salvaría¡ estábamos felices pronto ese martirio se acabaría y todo volvería a la normalidad. Una mañana cuando llegue la encontré sentada en la cómoda mirando por la ventana con la mirada perdida en la lejanía se encontraba tan hundida en sus pensamiento que ni siquiera se dio cuenta cuando entre a la habitación yo tuve que llamarla como tres veces para que me hiciera caso, indudablemente algo le sucedía. -¿qué te sucede amor?- ella me miro y me abrazo fuertemente. -¿qué te sucede?- le volví a preguntar y ella me susurro.- tengo miedo- sentía miedo de operarse, había escuchado de alguien que había muerto en plena cirugía, yo trate de tranquilizarla y le dije que eso no le sucedería a ella, pero era lógico que sintiera miedo a decir verdad esa cirugía era muy delicada incluso yo sentía miedo pero trataba de ocultarlo para que ella no se diera cuenta. Pronto llego el día de la cirugía yo le rogaba a dios que todo saliera bien yo amaba a esa mujer con mi vida y no quería que nada le sucediera, esperaba pasar el resto de mi vida con ella; sin embargo un mal pensamiento me invadían la mente el de la muerte, estaba hecho un manojo de nervios. De pronto enfermeras empezaron a entrar y salir de la sala de cirugía cosa que me asustaba mucho mas, una hora después el medico salió yo estaba a la expectativa.- como esta mi hija- pregunto el padre de mi amor, el médico solo nos miraba fijamente y muy serios.- ¿qué sucede?!diga algo¡- le dije. - la cirugía ha sido todo un éxito- dijo el médico, yo sentí como si el alma me regresaba al cuerpo.- solo hay que esperar que su cuerpo acepte del todo el órgano trasplantado- agrego el médico. Esa noche yo el pase con ella, ella se encontraba muy débil pero bien; sin embargo todo cambiaría. A la mañana siguiente mi amor estaba bien pero al correr de las horas comenzó a sentirse mal su presión aumento al igual que la fiebre que invadió su cuerpo, los médicos hacían todo por estabilizarla pero no daba resultado nada de lo que hacían, el médico nos dijo que el cuerpo de ella rechazo el órgano trasplantado, en ese momento sentí que el mundo se me vino en sima no podía creer lo que estaba sucediendo y ella volvió a estar en espera por un donante. Desde ese momento ella volvió a estar mal y fue empeorando cada vez más, no soportaba verla así de enferma postrada en una cama odiaba esa situación. Una semana después ella estaba grave en terapia intensiva los medico no, nos daban esperanza yo me encontraba desecho el amor de mi vida estaba muriendo y yo sin poder hacer nada por ayudarle, me encontraba con la desesperación de que en cualquier momento el médico saliera y nos dijera que ella ya no estaba, todos los días le rogaba a Dios que la salvara. Pero lamentablemente no sucedió, una noche ella entro en crisis y no salió de ella; para mi desgracia mi amor esa noche murió... cuando el médico nos dio la noticia a su padre y a mi juro que en ese instante sentí como si algo se quebraba dentro de mí, todo lo que ella y yo habíamos planeado se vino abajo, llore como nunca antes lo había hecho. Ahora después de varios años aun la lloro, la ame y la amo todavía y creo que la amare eternamente, siempre regreso al lugar en donde nos conocimos y recorro los lugares en donde estuvimos, cada vez que lo hago es como si retrocediera en el tiempo y cuando camino por esos lugares es como si ella estuviera junto a mi...como te extraño amor mío. FIN..