Lucy-ness. -nalu-

Disclaimer: Fairy Tail y sus personajes pertenecen a Hiro Mashima.
Advertencia: Esta ida de olla fue sacada su primera parte del capítulo de los simpson de hoy y la segunda de una canción de Ed Sheeran, así que leéis bajo vuestra propia responsabilidad <333
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—Y así fue descubierto el más terrible de todos los monstruos, el monstruo del lago Ness. —Lucy terminó de relatar el cuento para Asuka. A esta le brillaban los ojos, pero antes de poder decir nada, un escucha secreto intervino “encendido”.
—¿Dónde dijiste que estaba eso, Luce? —escupió fuego por la boca—¡Porque pienso ir ahí y darle la paliza de su vida! ¡Estoy que ardo!
La rubia se golpeó la frente indiferente a la usual idiotez de su ‘mejor amigo’.
—Natsu, no existe. Es un cuento para niños, el lugar es imaginario.
Todo el fuego que brillaba alrededor del pelirrosa se apagó de golpe y se dejó caer en el banco junto a ella, en una de las mesas del gremio.
—¿No existe? ¿El monstruo del lago Pis no existe?
—Lago Ness, Natsu, Ness. Y no, sólo es una leyenda. —la rubia le puso una mano sobre los hombros cuando este se dejó caer sobre la mesa envuelto en una aura de depresión. Le dio un vuelco al corazón al verlo tan, tan triste.
—P-pensaba derrotarlo para luego contárselo a Igneel, cuando lo encuentre. —hizo un puchero enterró la cabeza entre sus brazos— Seguro que estaría orgulloso.
Si a la rubia le quedaba un poco de alma en pie, se le acababa de romper al oír eso. Lo que más amaba de Natsu era su constante sonrisa y su felicidad, y aunque fuese un lento idiota, verlo triste por la más mínima tontería le dolía a ella también.
—Bueno...—se acercó a su cara, rodeándolo con un brazo— lo bueno de las leyendas es que son inciertas, igual podrían resultar ser reales...
El pelirrosa suspiró.
—Me voy a casa, Luce. Tengo algo que hacer, nos vemos esta noche. —se levantó, y luego de revolver uno de os mechones de la rubia, algo que hacía bastante últimamente, salió por las puertas del gremio seguido de su gato volador.
A Lucy se le rompió el corazón. Y entonces decidió hacer algo para arreglarlo.

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Natsu achicharró el pescado para Happy y luego se tiró en el sofá, deprimido.
—Qué asco que no exista ese monstruo, ¿verdad, compañero? Seguro que sería una batalla increíble.
—¡Aye! —el pelirrosa suspiró de nuevo.
—Además, a Igneel- —Natsu se vio interrumpido por una cosa verde y deforme que entraba a su casa abriendo la puerta de golpe. Se incorporó rápidamente.— ¡Oye! ¿¡Quién eres tú!?
—Soy el monstruo del lago Ness —la voz titubeó al decirlo y la cosa de cuello y rabo largos dio un paso adelante.—He venido a pelear.
El dragon slayer se encendió con facilidad.
—¡Toma, Luce! ¡Voy a machacar a esta cosa y luego te demostraré que sí existe! —sonrió— ¡Estoy encendido!
El monstruo emitió una especie de rugido y se lanzó torpemente hacia Natsu, el cual empezó escupiendo fuego con su rugido del dragón de fuego que lanzó al monstruo verde contra la pared de su casa. Éste se quejó y se sobó la cabeza, pero volvió a ponerse en pie. El pelirrosa se lanzó contra él con sus puños envueltos en fuego y le propinó tal golpe que la cosa fofa voló hasta la otra punta de la casa. Hizo su mayor esfuerzo por levantarse y correr hacia el chico, pero este lo interceptó a mitad del camino con otro rugido y volvió a salir volando.
El monstruo no volvió a levantarse, sus ojos en espiral mostraban lo k.o. que estaba.
Natsu lo cogió de la cola y se lo echó a la espalda.
—Para ser el monstruo más terrible ha sido demasiado fácil, qué aburrido. —se quejó para Happy, el cual ya lo esperaba en la puerta para ir a lucirse con su rubia amiga. El gatito rió, pero antes de que el pelirrosa pudiese alcanzarlo, el sonido proveniente de una costura de tela rompiéndose los extrañó. Un golpe seco les hizo darse la vuelta y se encontraron con Lucy escurrida en el suelo de madera.
—¿Lucy?—Natsu la miró— ¿Qué haces aquí? ¿¡El monstruo te había comido!? Seguro que fue por decir que no existía. ¡Lo ves! —Lucy, que aún se sobaba sus numerosos golpes, lo interrumpió.
—No baka, yo era el monstruo. —él alzó el ceño sin comprenderla.
—¿Eres un monstruo Luce? Bueno, eso explicaría tu mal humor y tus patadas de Lucy... —la rubia volvió a llevarse las manos a la cabeza y el gatito intervino por el bien de su amigo.
—Natsu, Lucy estaba disfrazada de monstruo, ella lo hizo por ti. —sobrevoló la cabeza del dragón, la cual echaba humo intentando unir las piezas, y se abrazó a la magullada rubia.
Entonces puso los ojos en blanco, cayendo en la cuenta de golpe, y quiso golpearse a sí mismo por idiota.
—Eso quiere decir que te he estado haciendo daño a ti, Luce. —el pelirrosa se sentía enormemente mal, y más todavía cuando la rubia le miraba con una sonrisa, como si no importase que le hubiese hecho daño, como si no hubiese fallado a su promesa de protegerla pasase lo que pasase, como si...—¡Lo siento! ¡Lo siento mucho, Lucy!
Tiró con cuidado del gato para que la soltase y se abrazó a ella. La rubia, aún sentada en el suelo, comenzó a jugar con sus mechones rosas mientras lo veía abrazado a su cintura.
—Lo siento de verdad, Luce. —alzó la cabeza para mirarla con una mueca de horror, como si él fuese la peor escoria del mundo rogando por perdón. Ella siguió acariciándole el pelo.— No vuelvas a hacer una locura así, ¿me oyes? ¿Qué pasaría si te hubiese hecho daño de verdad? ¡No me lo perdonaría! ¿Y si llegase a matarte? ¿Cómo iba a vivir sí eso pasase, Lucy baka? Tonta, tonta... —volvió a abrazarse a ella aún pronunciando la misma palabra. Natsu acababa de declararle lo importante que era para él inconscientemente y ella no podía encontrarse más sonrojada.
Se abrazó también a su dragon slayer favorito.
—Natsu, idiota.