LOVETION A lo largo de los años, siempre suelen aparecer bandas musicales que generan un cambio en el ambiente artístico y cultural de los seres humanos. Esas leyendas de la canción llegan para prevalecer en nuestros recuerdos y nuestros corazones, entre ellas hay una a la que me voy a referir en esta historia, este grupo se llama, ¨ Lovetion.¨ CAPITULO 1: COMENZANDO UN SUEÑO Cuando somos niños solemos tener muchas ilusiones y fantasías. Soñar con lograr éxitos en diferentes cosas como en el deporte, el arte, la ciencia o la música, son algunos de los sueños que solemos tener a medida que vamos creciendo. Esta historia cuenta sobre algunos de estos anhelos y esperanzas que tienen un grupo de chicas y que a lo largo del tiempo que les viene, quizás finalmente puedan concretarlos. — Cielos, otra vez te dormiste Tobei. — Le recriminaba la chica que corría al lado del joven, ella se llama Sugiyama Midori. — Lo siento Midori, tu sabes que cuando me duermo quedo completamente rendido en mi cama. — Se disculpaba Haga Tobei, amigo de Midori y fanático de las largas siestas. — A veces creo que estas enamorado de esa cama. — Jajaja, creo que estas exagerando Midori – chan, mejor démonos prisa ya nos falta poco para llegar al casting. Ellos estaban con poco tiempo, ya que estaba por finalizar el casting que se haría a las futuras estrellas de la canción, y Midori era una aspirante a serlo, claro, con una inmensa cantidad de personas que tenían el mismo objetivo. Ese no iba a ser un obstáculo para Midori, lo que si lo seria era… — Parece…que llegamos tarde Midori – Chan. — Dijo Tobei cuando vio que el local de música en donde se haría el casting había cerrado sus puertas. Su amiga parecía tener deseos de decirles algunas cosas. — Tobei, ¡Eres un perezoso e irresponsable, te dije que llegaríamos tarde! — Lo siento Midori, no fue mi intención. — Se tomaba la cabeza para evitar los posibles golpes que le haría su compañera, pero ella parecía que ya se había calmado. — Esta bien Tobei, se que no lo hiciste a propósito, quizás en otra ocasión podamos volver. — ¿En verdad me perdonaras? — Por supuesto tontito, no me voy a enojar contigo por algo como esto, aparte tú eres el que más insistió en que luche por mis sueños. — Gracias Midori. — Le dijo mas aliviado. — Pero la próxima vez que te duermas te matare. — Le dijo sonriendo — ¨ Creo que no se le paso tanto el enojo.¨ — Así que ustedes también llegaron tarde. — Dijo una chica que se encontraba al lado de ellos y que curiosamente ninguno de los dos la habían notado. — Eh…si, así es. — Le respondió Midori con algo de confusión, al no haber notado que esa chica había estado al lado de ellos todo el tiempo. — Yo también llegue muy tarde, ¿es una pena no lo crees?, se siente frustrante no conseguir algo que anhelas tanto. — De todas maneras yo me esforzare para el próximo casting, tengo entendido que es dentro de un mes en este mismo lugar. — Esa es la actitud, yo también voy a venir, espero que la próxima vez no lo echemos a perder. — La chica hablaba con mucha confianza con Midori, parecía ser alguien muy agradable, pero de todas formas la amiga de Tobei quería saber con quien estaba hablando. — Disculpa que te pregunte, pero… ¿tu quien eres? — Ah, lo siento, es que soy muy distraída, no me había dado cuenta que no me presente con ustedes. Me llamo Kobayashi Sanako, mucho gusto. — Hacia una reverencia ante Midori y Tobei y ambos le respondían de igual forma. — El gusto es mío, mi nombre es Sugiyama Midori, y el chico que esta a mi lado es el responsable de que no llegara a tiempo, Haga Tobei. — Oye Midori, dijiste que me habías perdonado. — Dije que te perdone, no que lo había olvidado. — Midori… — Jajaja, veo que se llevan muy bien. — Si, eso es cierto, nosotros hemos sido amigos desde el jardín de infantes, aunque era siempre yo quien lo defendía a él. — Oye Midori, me sigues ridiculizando ante esta chica. — No fue mi intención Tobei, a propósito, ¿Cuánto hace que vienes a este casting Kobayashi? — Llámame Sanako por favor, la verdad esta es la quinta vez que llego tarde a la audición. — ¡¿Ya la quinta vez?! Eso es mucho. — La verdad que si es mucho, pero es que siempre que llega el momento, siempre me pongo tan nerviosa la noche anterior que no logro dormir lo suficiente como para poder madrugar al otro día. — Quizás deberías tratarlo con algún medico. — Sugirió Tobei al escuchar su historia. — Es que no creo que un medico me pueda solucionar algo así. Pero de todas maneras no pienso rendirme. — Decía levantándose ella misma sus ánimos. — ¨ Esta chica es especial, se le nota en la mirada, ella en verdad tiene deseos de luchar. ¨ — Pensaba Midori al ver a esta joven tan segura y optimista, quizás una virtud de la que ella carecía un poco. La charla era agradable y Sanako lo era aun más. Pero ya iba siendo hora de que Tobei y Midori siguieran sus destinos. — Bueno, creo que ya es hora que nos vayamos Tobei, no ganaremos nada estando parados en la puerta de este local. — Es cierto Midori. — Respondió Tobei y miró de inmediato a Sanako. — Fue un gusto conocerte Kobayashi. — Sanako, les dije que me llamen Sanako, también fue un gusto conocerte Tobei – Kun y a ti Midori – Chan. — El gusto fue nuestro, ojala nos volvamos a ver muy pronto. — Tengo el presentimiento que así será. — Les dijo con una sonrisa. — Nos vemos pronto. — La simpática muchacha se despidió de ellos dos, así fue como Midori y Tobei se marcharon camino a sus casas, en el trascurso del mismo se pusieron a hablar sobre lo ocurrido en este día. — Que chica tan agradable es, ¿no lo crees Tobei? — Si, tienes razón, hacia mucho que no veía una persona como ella. — ¿Qué quieres decir con eso? — Bueno, es que la única chica parecida a Kobayashi que yo conozca eres tú Midori. — Eso no es cierto. — Claro que si, te le pareces mucho. — ¿En que te basas para decir que me le parezco? — En el brillo de sus ojos. — ¿Qué?, ¿el brillo…de nuestros ojos? — Si Midori, tú cuando hablas sobre la música y tus deseos de ser cantante, me doy cuenta que la luz que transmiten tus ojos cambian completamente y ese caso es igual con esta chica Kobayashi. — ¿De verdad piensas que soy así Tobei? — ¡Por supuesto! — No creí…que me vieras de esa forma, gracias. — Vamos Midori – Chan, no te pongas tan melodramática, ¡levanta esos ánimos! — Replico él dándole una fuerte palmada en la espalda de su amiga, claro casi logro hacerla caer por la fuerza empleada. — Casi me haces tragar el suelo Tobei, ten más cuidado. — L-Lo siento Midorin, se me fue un poco la mano. — No me digas de esa forma, alguien va a escucharte. Pese a cualquier pequeño reproche por su comportamiento, Midori estaba muy feliz de contar con un amigo como él y por como confiaba plenamente en ella, esa característica hacia que la linda chica se sintiera muy respaldada en todo momento. Y al otro día… — Hoy si te levantaste temprano Tobei. — Dijo Midori que esperaba a Tobei en la entrada de su casa. — Es que es nuestro primer día de clases Midori, si llego tarde a esto también creo que me matarías. — Te equivocas. — ¿Eh? — Yo jamás te lastimaría. — Se expresaba ella con alegría mientras se tomaba del brazo de su compañero. — O-Oye Midori – Chan, ¿Qué haces? — ¿Te incomoda que vayamos de esta manera al colegio?, ¿somos amigos o no? — Si tú lo dices… — Le respondió Tobei completamente colorado como un tomate. La feliz pareja, mejor dicho, el feliz par de amigo llegaban al colegio y era momento de las presentaciones, encima ellos eran recién transferidos a ese establecimiento y la vergüenza de presentarse delante de todos estaba latente, especialmente en Tobei quien no paraba de sudar. — Tranquilízate Tobei o harás que me ponga nerviosa también. — Midori trataba de tranquilizar a Tobei antes de que ella se pusiera de la misma forma, aguardando detrás de la puerta del salón. Ellos esperaban el llamado del profesor para hacer el ingreso al salón de clases y cuando al fin lo escucharon, ambos al mismo tiempo ingresaron para tomar coraje delante del grupo de estudiantes. — H-Hol… — El tartamudeo que parecía tener Tobei iba complicar las presentaciones pero una voz conocida consiguió que en ese mismo momento el no fuera el centro de atención. — ¡Hey, pero si son ustedes! — Gritaba una chica desde las butacas del fondo. — Mira Tobei, que esa chica no es… — ¡Kobayashi! — Dijeron ambos. — ¡Que coincidencia!, ¿Cómo están mis colegas cantantes? — El recibimiento tan fervoroso de Kobayashi hizo que la vergüenza de Tobei y Midori aumentara aun más, y todos los alumnos del salón comenzaron a reírse a carcajadas con la alegre chica de coletas y el nuevo par de estudiantes. — ¿Así que son cantantes?, bienvenidos. — Nos enorgullece tener artistas en el salón, jajaja. — Dénos sus autógrafos por favor. Algunos chicos ridiculizaban aun mas a los nuevos y ellos tenían en ese momento mas deseos de esconderse bajo la tierra que cualquier otra cosa. — Tobei. — Dime…Midori. — Recuérdame matar a Kobayashi, ¿si? — Tenlo por hecho. — Respondía Tobei imaginándose a él mismo ahorcando a la desfachatada de Kobayashi Sanako. Los dos amigos llegan al nuevo colegio con una conocida reciente que ya desde el primer día les hizo pasar una vergüenza tremenda, ¿Qué mas les espera a este par con Sanako y los demás alumnos? PROXIMO CAPITULO: LA ALUMNA SOLITARIA .
Por favor ubica bien tu historia, ya te la moví a "Historias en proceso" y te añadí el prefijo, pero a la próxima ten cuidado con eso. ¿Por qué das tantísimos espacios entre los diálogos? con dos es más que suficiente, así nada mas me da la impresión de que quisiste hacer parecer el capítulo mas largo dando tan bestiales distancias entre las líneas... Tu narración está casi nula, casi todo son conversaciones, intenta trabajar mas en eso. Recuerda que la descripción es importante para hacer que el lector se meta al mundo de tu historia y pueda entender y sentir lo que está sucediendo. Noto tu historia bastante vacía pero eso es más que nada por la falta de texto, espero que te esfuerces un poco mas en esto. La buena noticia es que no tienes errores ortográficos y utilizas bien los guiones largos, lo unico que podría decirte es esto: No es necesario usar el guión largo en eso, con el corto queda mejor; Midori-chan. Y como es el primer capítulo sumándole el hecho de que todo se te fue en diálogos, no tengo mucho que decir...Esperaré a ver la continuación y te dejaré un buen comentario sobre la trama. No me queda mas que darte animos para que pongas tu mayor empeño en esta historia :) Saludos.
Saludos. ¿Segura que no tiene errores ortográficos, Night? Bien, primero iré con los aspectos técnicos: Las mayúsculas también deben de respetar las tildes, por lo tanto te faltó tilde tanto en "CAPÍTULO" como en "PRÓXIMO". Te faltaron tildes en algunos verbos en pasado y en algunos en futuro, te dejo dos enlaces a mi blog que te pueden ayudar al respecto. De la misma forma también vi falta tilde en pronombres personajes tónicos; también en el adverbio de afirmación sí, que es muy diferente de si; entre otros más. El uso de tus comas es incorrecto, principalmente en el caso de los vocativos, te recomiendo este enlace. Relacionado a lo anterior, la pregunta o afirmación es afectada al signo que la precede, ve el punto 2.d de este enlace. Por otro lado, también considera la estructura de tus diálogos, para eso puedes darle una vista al punto 2.4 de este enlace. Pues empecemos por estos... Por otro lado, yendo al contenido, como dice nuestra compañera, te falta meter más narración, una historia no se forma sólo de diálogos, sino de la voz del narrador, cuando entra y cómo profundiza en las actitudes, actos y pensamientos de los personajes. Así que en general te falta más narración, y dejar al lado el abuso de los diálogos que haces. Sobre la historia, de momento no me ha sorprendido, así que no puedo opinar la gran cosa. Espero lo que te comente te ayude, y suerte :D Nos estamos leyendo. P.D. En serio, ¿que necesidad tienen de escribir una historia con personajes extranjeros cuando no hay necesidad de ello? D;
Capitulo 2: la alumna solitaria Desde que Sanako les hizo ese saludo tan enérgico, Tobei y Midori estuvieron en silencio sentados en sus respectivas butacas, que casualmente estaban al lado de la de Kobayashi. Avergonzados y aguantando las carcajadas que aun seguían por parte de sus nuevos compañeros de clases. Molesto por un alboroto tan escandaloso de sus alumnos, el profesor Hirashi elevo la voz de un grito que parecía iba a penetrar hasta las paredes. Recién allí los jóvenes se quedaron más tranquilos y en silencio, permitiendo de esta manera que la clase siguiera su normal transcurso. Mientras se daba la clase de química, materia a la cual Tobei odiaba de sobremanera, ya que esta había sido una gran dificultad en sus años anteriores como estudiante, Sanako aprovecho para seguir dialogando con sus nuevos camaradas (según ella) de la canción. — Que felicidad me da que hayan venido a la misma escuela que yo, esto sin duda es obra del destino, ¿no lo creen? — ¨Parece que esta chica no va darnos ni siquiera un descanso, como le gusta hablar. ¨ — Opinaba en su interior Midori, que por más que la alumna le había caído en simpatía, no podía olvidar que fue ella la que la avergonzó delante de la clase con ese saludo tan exagerado. La opinión de Midori era en cierta manera compartida por su amigo Tobei, sin embargo este a diferencia de su inseparable amiga, creía que esta chica tenía buenas intenciones y que su forma extravagante de comportarse era parte de su forma de ser y que tenían que saber entenderla, así tal cual era. En el transcurso de esa clase, todo parecía que se había calmado, ya ni siquiera podían recordar que no menos de unos minutos atrás, todos fueron muy irrespetuosos con sus compañeros recién llegados al colegio, haciéndolos sentir como dos payasos que llegaban para el disfrute de los demás. En ese sentido, Sanako no se daba cuenta de que era principalmente ella la responsable de todo esto. Mientras pasaba todo esto, el profesor Hisashi antes de comenzar la clase había hecho el repaso de asistencia, y en el que solamente una chica no se había presentado en clases, pero luego de varios minutos y ya con la primera hora casi finalizada, esta alumna se hizo presente. Una larga cabellera negra que sobrepasaba su cintura, enormes y brillosos ojos anaranjados difíciles de poder dejar de mirarlos y un cuerpo escultural que uno podría decirse que era casi perfecta, pero lejos estaba de serlo, su nombre…Takaoka Misa. — Perdóneme la demora profesor, tuve un inconveniente personal y no pude llegar antes a la clase. — Se disculpaba la delicada y educada chica bajando su cabeza. — Takaoka, ¿imagino que no pretenderás que te deje pasar esta demora?, no seria lo correcto y tú lo sabes bien. — Lo se profesor, no dude en tomar las medidas necesarias, yo las aceptaré. — Por el momento te diré que figuraras como ausente por el día de hoy. Así que presta atención a la clase. — Se lo agradezco mucho profesor, iré a sentarme. Mientras Misa se ubicaba, varios de los chicos de la clase miraban con recelo a la muchacha, se notaba que no tenían la mejor impresión sobre ella, quizás por sus altas calificaciones o sus llegaras tarde que eran muy frecuentes y sorpresivamente eran pasadas por alto en muchas ocasiones por sus profesores, obviamente eso causaba mucho malestar con el resto y se lo hacían saber en sus comentarios. — Otra vez le perdonan la vida a Takaoka. — Es verdad, no entiendo como aún no la han expulsado después de tantas llegaras tarde. Es una consentida de los maestros, no cabe lugar dudas. Muchas de esas frases se escuchaban y si bien eran dichas en voz baja, cualquiera podía darse cuenta de que hablaban y esos comentarios llegaban a los oídos de Misa que permanecía en silencio y prestando atención a la clase. La única que no estaba de acuerdo con el trato hacia Misa era Sanako, casualmente ella era la amiga de la joven Takaoka. — Hey Misa, ¿estas bien?, ¿Qué fue lo que te paso ahora? — Tuve un problema en casa Sana, no te preocupes. — Esa respuesta era más que suficiente para Misa, una chica que era de muy pocas palabras, quizás un defecto que causaba la poca confianza con los demás chicos. — Pero… — No te pongas molesta Sana y déjame escuchar al profesor. Tobei observaba a Misa, notaba algo de distancia de ella con el resto, algo que cualquiera notaria con solo verla, pero mas allá de eso, lo que mas le preocupaba era esa sensación de tristeza que tenia, posiblemente a causa de la soledad con la que Misa convivía diariamente. Era tanta la atención que él puso sobre la callada chica, que esta se dio cuenta de que estaba siendo observada y voltio a mirarlo con sus profundos ojos. — ¿Qué estas mirando? — Le preguntó Takaoka a Tobei, sintiéndose muy incomoda. — No, nada, no quise molestarte. — Le respondió con su voz un tanto entrecortada, la mirada de esa chica era lo suficientemente fuerte como para sentirse algo intimidado por ella. Misa no le dio importancia y de nuevo miró al frente para seguir con la clase. Por su parte Tobei aun asustado, quiso hacer lo mismo, pero se daba cuenta que una rara sensación había quedado dentro suyo y no entendía de que se trataba. — ¿Estas sudando? — Le pregunto Midori al verlo tan agitado y pensativo y viendo como de su frente caía una pequeña gotita de sudor. — Es solo el calor, no pasa nada. — Eso se decía él, pero sabía que esa intranquilidad se debía a Misa y la atmosfera que lograba sentir alrededor de ella. — Ella se siente sola. — Se atrevió a decir Sanako que escuchaba la pequeña charla. — ¿Tú la conoces bien Sanako? — Preguntaba con intriga Tobei, dejando de ignorar a Sanako, algo que había querido hacer durante toda la clase. Ahí fue que Sanako empezó a decirles con lujo de detalle la situación de Misa. Ella era una chica muy inteligente que viva en una pequeña casa a las afueras de la ciudad, compartía su vivienda con su hermana menor. Pocos sabían que Misa era huérfana y tanto ella como su hermana debieron pasar malos momentos y muchas crisis para sobrevivir solas en la gran ciudad y dedicarse a sus estudios como correspondía. Sin duda este estilo de vida podría ser una de las causantes de las demoras de Misa a clases y no por la falta de compromiso de ella, pero a nadie parecía interesarle sus razones y Tobei, quizás podría ser el primero que quería entenderla. — Es muy injusto que ninguno de los chicos de aquí hablen con Misa, tal vez si fueran buenos compañeros con ella la situación podría cambiar. — No todos la ignoran Tobei-Kun, yo soy su mejor única amiga. — Decía Sanako con orgullo y golpeándose el pecho. — Pobrecita. — Dijo Midori lamentando la suerte de Misa. — ¿Cómo dices Midori-chan? — No, que pobre de ti que te solidarizaste tu sola con Takaoka. — Yo no lo hice por eso Midori-chan, la verdad es que…Misa es una excelente persona, solo que nadie le ha dado la oportunidad de conocerla. Tobei se mostraba reflexivo con respecto a lo dicho por Sanako, y nuevamente se puso a observar a Misa y comenzaba a entender un poco más el por qué de su tristeza. La clase había terminado, antes de eso el profesor otra vez regaño a Midori, Tobei y Sanako, por interrumpir en reiteraras ocasiones su clase. Cuando los tres salieron de allí, notaron que casi todos los alumnos se habían marchado del salón, todos excepto una, Misa. — Oigan, ¿Misa no va a salir al recreo? — Si es una chica muy rara. — Comentó Sanako. — Mira quien lo dice. — Dijeron Midori y Tobei pensando que Sanako era la más extraña de todas. En ese momento Tobei toma la decisión de acercarse a esa misteriosa chica, de la cual todos parecían alejarse. Fue así que les dijo a su amiga Midori y a Sanako que se adelantaran y él mientras se acerco a Misa, sentándose al lado de la butaca de ella. Hubo unos breves segundos de silencio en que Tobei se quedo observando a Misa, y esta circunstancia molestaba a Takaoka quien odiaba que la vean tan fijamente. — ¡¿Qué?! — Dijo ella muy enojada con su compañero observador. — Perdona que te este mirando, es que solamente me preguntaba… — ¿Qué es lo que te preguntabas? — Yo solo me decía, ¿por que te quedas tan sola? — Ese es mi problema, no creo que a ti te importe. — Pero Kobayashi dijo que tú… — Kobayashi vive en un mundo de fantasía, yo vivo en el mundo real, creo que tú también deberías hacer lo mismo. — Le respondía para luego levantarse de su asiento e irse al recreo. Tobei solo quedo mirando aquella puerta del salón que había sido cerrada por ella con mucha fuerza y meritando el significado de sus palabras. — Vivir…en el mundo real, ¿que me quiso decir? Misa estaba afuera esperando que la próxima clase comenzara cuanto antes. Para ella el recreo no era algo que tuviera algo de importancia, mas bien no le interesaba para nada salir a tomar aire o conversar con los demás. Era ella y la soledad, así había vivido por largo tiempo y así tenía intenciones de seguir. — ¨ Ese chico…no sabe nada de mí, ¿Qué puede saber sobre frustraciones? ¨ — Sin darse cuenta, Tobei había provocado cierta inquietud en los pensamientos de Misa, aunque ni ella sabia porque motivo sucedía esto. La reflexión de Misa no duraría demasiado, ya que tres chicos se le acercaron a la pared donde ella se quedo recostada para decirle algunas cosas que tenían atragantadas desde hacia tiempo. — Pero si es la intelectual Takaoka, la suprema de la clase. — Si, la que llega siempre tarde e igual la perdonan, eso si es estar acomodada. — ¿Que es lo que quieren? — Era directa en su pregunta, suponiendo que ellos venían solo a molestarla. — ¿Qué es lo que queremos? — Pregunto el muchacho con ironía a la vez que la tomaba del brazo con violencia. — Suéltame, quien te dijo que podías tocarme. — Cállate niña arrogante, ¿sabes lo que nos molesta?, me fastidia tu cara de soberbia y ese gesto altanero que tienes. — Mientras mas le recriminaba, mas fuerte le sostenía del brazo, logrando que Misa se quejara ya del dolor. — Me…estas lastimando. — ¿Así?, si quieres que te suelte tendrás que prometerme ser una mejor chica, ¿me oyes? — Yo no me meto con ustedes, déjenme en paz. — Sabes Takaoka, eres muy atractiva, pese a tu aptitud tienes un cuerpo muy sexy. Ella estaba en graves problemas, encima de ello los profesores no estaban ni siquiera cerca para que le pudiera pedir ayuda, fue allí donde un compañero le salvaría de esa difícil situación. — ¡Déjenla en paz! — ¿Eh?, ¿Quién eres tu idiota? — ¡Soy su compañero de clase, Haga Tobei! — Tobei…Kun. — Dijo Misa con poca fuerza en su voz, ya que las palabras no querían salírsele de su boca, o más bien por no creer que ese chico viniera a defenderla. — Este tonto también esta en nuestra misma clase, es el idiota que interrumpía al profesor todo el tiempo. — Es cierto, ahora recuerdo que estaba con esa atractiva chica de cabello anaranjado. — ¡Digan lo que quieran, pero suelten a Takaoka ya mismo! — ¡¿Y quien nos obligara?, ¿tú?! — Es eso lo que haré. — Muy confiado le respondía Tobei, pese a encontrarse en desventaja numérica y a querer ayudar a una persona que lo había ignorado totalmente. — ¡¿Qué crees que estas haciendo Haga?, vete de aquí o te mataran! — Le gritó Misa desesperada. — No te preocupes Takaoka, voy a ganar esta pelea y veras que estabas equivocada. — ¿Equivocada? — Con respecto a tu amiga Sanako y a mi también, te demostraré que no vivimos…en un mundo de fantasía. Takaoka se mostraba realmente sorprendida, una cara totalmente diferente de Tobei estaba mirando en ese momento. Tobei peleó con valor contra esos chicos, obviamente pese a resistirlo tenia clara desventaja contra ellos. Afortunadamente ese tumulto fue visto por fin por los profesores que gracias a todo el alboroto causado por los alumnos que gritaban ¨ pelea ¨, mientras ellos cruzaban sus puños, advirtieron este escándalo en la escuela. Los profesores estaban muy molestos con todos ellos, y les sorprendía la aptitud de Tobei que pese a no tratarse de un estudiante tan calificado, no parecía ser agresivo. Misa quiso salir a su defensa explicando que él había salido a defenderla de esos chicos, mas allá de eso las autoridades del establecimiento no dejarían pasar por alto este hecho, aunque si tuvieron en cuenta los antecedentes de los estudiantes. Los agresivos alumnos que quisieron lastimar a Misa fueron expulsados por seis meses del colegio, en tanto Tobei, solo fue suspendido por una semana. Al pasar esos siete días, el joven regreso a su aula, en la que los esperaban su mejor amiga Midori y su amiga de rebote por así decirlo, Sanako. — ¡Hey, Tobei-Kun!, que bueno verte de nuevo. — Gritaba Sanako, aunque el chico ya comenzaba a acostumbrarse a su entusiasta amiga. — Hola Kobaya…quiero decir Sanako, me da gusto verte. — Tobei, que bueno que estés de vuelta, fue muy injusto que te suspendieran también a ti. — Decía Midori. — No Midori, lo que hice sin importar los motivos no estuvo bien, al contrario tendría que agradecer que la saque tan barata. El profesor entraba a la clase y lo primero en hacer fue llamarle la atención a Tobei sobre lo que hiciera en la escuela de aquí en adelante y que seria muy observado durante todo este tiempo. Tobei acepto el regaño y prometió que nunca mas haría algo así. Misa entro segundos después que su profesor, y ni bien entro, ella misma le dijo que le pusiera la falta y fue a ocupar su lugar. Ella había notado que Tobei se sentaba al lado de Midori y que en el otro lugar había un asiento vacío que nadie ocupaba, ya que por alguna razón Tobei no era bien visto por el resto de los alumnos, a excepción de Sanako que no ocupaba ese lugar por que decía que la butaca en donde se sentaba era su fortaleza (según ella). La intelectual chica Takaoka se levanto de su pupitre y lentamente se fue acercando a donde estaba ese asiento vacío, al lado de Tobei. Ya cuando ocupó su nuevo lugar, el chico con algo de sorpresa la miró queriendo saber el por qué de ese accionar. — Takaoka - san, ¿que hace? — No te confundas Haga – Kun, solo me cambie de lugar porque me aburría el que ocupaba siempre, eso es todo. — Perdóname, no quise molestarte. Tobei no se había dado cuenta, pero a Misa se le dibujó una pequeña sonrisa. — Gracias. — Soltó ella repentinamente, como si lo dijera con vergüenza. — Perdón, ¿Qué dijiste? — No me lo hagas repetir Haga, dije que gracias. — ¿Por qué me agradeces? — Tú lo sabes. — le dijo molesta por notar que él se hacia el desentendido. — Te doy las gracias…por haberme defendido. — ¡¿Ah eso?!, no fue nada Takaoka, lo hubiera hecho cualquiera. — Y una cosa más. — Si, dime. — Llámame Misa, Tobei-kun. — Ante eso el chico le dijo que si con alegría y sabiendo que ahora una nueva compañera se sumaba a su lista de amigos. Próximo capitulo: Los hermanos Otsuka.
Capitulo 3: los hermanos Otsuka Ya habiendo pasado varios días, Tobei y Midori parecían encontrar la famosa adaptación a su nuevo grupo de compañeros. Las jornadas ya no eran un problema para ellos y aparte de eso, con este corto tiempo ya habían conseguido entablar cierta amistad con dos chicas. Sanako, una hiperactiva joven muy soñadora y que solía emanar alegría en todas partes y Misa, contrariamente una chica muy callada y seria, pero que por dentro demostraba gestos de ternura y nobleza hacia los demás. La situación en su etapa escolar en esa nueva escuela estaba mejorando notoriamente para Midori y especialmente para Tobei, ¿pero será así todo el tiempo? Midori al lado de Tobei, era una imagen muy frecuente ya para los otros estudiantes que los habían observado desde su ingreso, muchos también pensaban que podía haber algo mas entre ellos que una fuerte amistad, pero mas allá de eso, la unión que estos dos jóvenes tenían parecía inquebrantable. — Sabes Midorin, ya comienza a gustarme un poco más esta escuela. — Comentaba Tobei mientras caminaba por los pasillos del colegio, esta vez habían llegado bastante temprano y no tenían prisa por llegar al aula. — Es cierto, creo que nos preocupamos demasiado en los primeros días, y deja de llamarme Midorin, te dije que es vergonzoso. — Lo siento Midori-chan, a veces me olvido que te molesta que te diga así. Midori aún no estaba tan tranquila con su actualidad con el resto, todavía había ciertos detalles que no parecían encajar demasiado bien. — Dime…Tobei-kun, ¿no te pareció extraño el cambio abrupto de Takaoka?, al principio se veía muy distante y ahora… — Esa es una de las cosas de las que me alegro Midori. Esa chica creo que tenía miedo de abrirse con el resto, pero no era principalmente por su culpa, mas bien eran los otros chicos los que no le daban la oportunidad de conocerla. — Es exactamente lo mismo que nos dijo Sanako, y al parecer fuiste tú el primero en darle esa confianza para que se mostrara tal cual es. — Decirlo de esa forma Midori-chan, suena algo raro. — Pero es la verdad, no te apenes, al contrario, deberías sentirte orgulloso de haberle dado ese empujoncito que ella necesitaba. — Bueno, de todas maneras lo único que importa es que los chicos de esta clase nos traten un poco mejor ahora. — Estoy segura que todo saldrá bien amigo. Cuando iban acercándose a la puerta de su salón, Midori y Tobei notaron que muchos de los chicos de la clase por no decir todos, hablaban entre ellos reunidos como si hubiera algún tema súper importante de que hablar. — ¿Habrá pasado algo? — No lo se Tobei, pero debe tratarse de algo de importancia para semejante escándalo. Ambos estaban inquietos y tenían deseos de saber a que se debía todo eso, fue así que Midori se acerco a una de sus compañeras de clase para averiguarlo. — Disculpa Madoka-san. — Oh, son ustedes chicos, buenos días. — Buenos días Madoka. — Le respondieron ambos. — Oye Madoka, ¿sabes que es lo que esta pasando?, ¿por que hay tanto movimiento? — ¿Que no lo sabían? — ¿Saber que Madoka-san? — Algo incrédulo pregunto Tobei. — ¡No lo puedo creer, ¿en que mundo viven?, ellos vendrán a nuestra escuela! — ¿Ellos? — ¡Si, los hermanos Otsuka! — Les dijo Madoka demostrando una gran emoción, como si estuvieran hablando de dos súper estrellas. — ¿Los hermanos…Otsuka? — Se preguntaron Midori y Tobei mirándose entre si, no conociendo para nada a estos dos personajes. — Chicos, en verdad parece que ustedes vienen del campo, ¡miren esto! — La chica les mostraba una revista de actualidad muy famosa, en donde dos atractivos chicos, mas bien una chica y un chico de cabello rubio y ojos verdes claro, salían en la portada mostrando sus físicos obviamente de modelos. — Y… ¿que les parece? — Son dos personas muy lindas, ¿pero que tiene que ver eso con lo que te estamos preguntando? — Midori seguía sin entender nada. — ¿Cómo que tiene que ver?, ellos son los dos nuevos estudiantes de nuestra escuela, ¿no les parece maravilloso? — Bueno, hay que reconocer que son personas con atractivo, ¿pero armar este escándalo por esto?, me parece demasiado. — Aseguro Tobei sintiendo cierta exageración con la forma de comportarse de sus compañeros. — Ellos no solo son dos personas lindas, también son muy famosas. Hace poco me entere que los dos fueron elegidos para representar al país en un concurso de canto. — ¿Son cantantes? — Preguntó Midori ahora sintiendo un poco mas de curiosidad. — ¡Así es, y son muy buenos! — Entonces imagino…que debemos sentirnos contentos, ¿no crees Midorin? — ¡Ya te dije que no me llames Midorin Tobei!, pero tienes razón, es bueno que mas gente que le guste cantar venga a nuestra escuela, espero conocerlos. El deseo de Midori estaba muy cerca de concretarse ya que cuando todos los chicos entraron al salón, ellos se encontraron con una sorpresa. — ¡Alumnos por favor guarden silencio!, voy a presentarles a sus nuevos compañeros de clase, espero los respeten y ayuden en todo lo que puedan. El asombro se convirtió de pronto en otro nuevo alboroto en esa clase ya conocida por los ruidos molestos que causaban diariamente. — ¡Son ellos! — Dijeron los chicos. — ¡Los hermanos Otsuka! — Le siguieron las chicas. — Les dije que se comportaran. — Enojándose dijo el profesor. — Ahora paren de hablar y dejen que ellos se presenten. Todos quedaron calladitos aguardando por la presentación de ambos. — Hola a todos, soy Otsuka Keisuke, encantado de conocerlos y de conocerlas. — El joven apuesto mostraba toda su seductora apariencia que hacía que las chicas enloquecieran y gritaran por él. Tobei aun no entendía el por qué del escándalo y le comentaba justamente de eso a la primera persona que tuvo al lado. — ¿Acaso es todo lo qué les importa a estas chicas? — Dijo Tobei notándolas un tanto tontas, gritando todas ellas como locas. — Es cierto Tobei-kun, tendrían que dedicarse en otras cosas, como por ejemplo el examen de hoy. — Misa era una chica que más que nada se dedicaba a sus estudios y este tipo de reacción de sus compañeras estaba lejos de la forma de reaccionar que podría tener la joven Takaoka. — ¿Dijiste… examen? — Si, el examen de geografía que teníamos hoy, ¿acaso no lo recuerdas? Y si, Tobei se había olvidado completamente de dicho examen y rápidamente tomo su libro de geografía y se dedico a repasar todo lo que pudiera mientras que el aula se veía convulsionara por sus nuevos estudiantes. — ¡Les dije que guardaran silencio, esto no es un circo! — Había estallado el profesor ante la jauría que tenia por clase. — Su turno señorita. — Ya mas tranquilo autorizaba a la chica a que se presentara. — Gracias profesor. Hola, mi nombre es Otsuka Sayoko, estoy feliz de estar aquí con todos ustedes, espero nos llevemos bien. — Dijo la hermosa chica con una brillante sonrisa que combinaba con su atractivo físico más que evidente, los muchachos se habían enloquecido también con ella. Fue prácticamente la misma reacción que tuvieron las chicas con su hermanao Keisuke, con excepción de cierta persona que estaba concentrada en otra cosa. — ¨ Ese chico, me esta ignorando. ¨ — El chico en cuestión era ni más ni menos que Tobei, quien repasaba con atención su libro de geografía, muy preocupado por el examen de ese día, del cual se había olvidado completamente. Se terminaron las presentaciones que ampliamente era superior a la que tuvieron en su momento Tobei y Midori, claro sin contar que estos últimos fueron ridiculizados y no elogiados como los Otsuka. Los hermanos tomaron uno de los primeros pupitres, era evidente que ellos querían ser vistos por los otros alumnos, sus egos eran enormes casi tanto como la fama que habían conseguido durante sus cortas edades. — Creo que te gane hermanita, los gritos de las chicas fueron superiores al de los muchachos. — Presumía Keisuke, como si ellos tuvieran una competencia de fans y sintiéndose ganador de la misma. — No presumas tanto Kei, los chicos no suelen ser tan escandalosos como las mujeres, eso es evidente, además aquí hay más chicas que chicos. — Mirando a su alrededor y notando la superioridad de damas sobre los caballeros. — Recuerda que fue tu idea venir a esta escuela Sayo, así que ahora no te quejes. — Es verdad, fue mi idea, pero también sabes que fue lo único que me atrajo de este lugar. — Sayoko se había puesto algo mas seria y claramente su hermano sabía a que se refería ella. — Eso lo se hermanita, por eso es que te seguí hasta aquí. Quiero saber si tienes el valor de afrontar tus sentimientos como corresponde. — Tenlo por seguro que lo haré Keisuke. — Mientras ellos tenían esa charla, Sayoko escuchaba una voz que repasaba en voz baja capitales y países de Europa. — Hmm, es ese sujeto otra vez. — ¿Qué te pasa Sayo?, ¿a quien miras? — No es nada Kei, solo se trata de un idiota. — A la atractiva Sayoko, la presencia de Tobei era algo molesta, ella siempre fue el foco de atención en todas partes en donde iba y encontrase con una persona que la ignorada por completo era algo incomprensible. — ¨ Se debe tratar de un perdedor para que no me haya ni siquiera visto una sola vez. ¨ Pese al malestar que le podría generarla aptitud de ese chico tan peculiar, Sayoko sólo tenia una razón por la que había asistido a aquella escuela y ese poderoso motivo era una persona, que justamente estaba en esa clase. — ¨ Mi meta es estar cerca de esa persona, por eso vine, así que ahora no puedo echarme atrás, tengo que conseguirlo, conseguiré…que él se fije en mi.¨ Keisuke siempre suele molestar por cualquier cosa a su hermana gemela, pero en esta ocasión él sabía lo importante que era para ella acercarse a esa persona y estaba preocupado de que pudiera pasar mientras pasaran sus días de escuela. — ¨ Sayo, ojala esta vez si tengas el valor de confesarle lo que sientes. ¨ — Pensaba Keisuke rogando porque los sueños de su hermana Sayoko se cumplieran, pero mientras meritaba y observaba cada rincón de su nuevo salón, hubo una chica que le llamo mucho la atención. — Vaya, esa chica es preciosa. — ¿Dijiste algo Keisuke? — No…nada hermana, solo decía que este salón es mas pequeño de lo normal. — Ah, era eso. — Dijo Sayoko pero sabia que Keisuke le ocultaba algo, fue por eso que ella tan atenta miró hacia la dirección que apuntaban los ojos de su hermano, y en ese lugar solo había alguien de quien sospechaba. — Si, es una chica muy guapa hermano. — Hablo es voz baja sin que él escuchara, haciendo referencia a Midori, que justamente se sentaba al lado del chico que la ignoró. — ¨ Debe ser una total coincidencia que en el mismo día ambos hayamos mirado hacia esa dirección.¨ Entre tanto rato de relax, por decirlo de una forma al momento de presentaciones de los hermanos modelos, había llegado finalmente la hora del famoso examen al cual temía Tobei (por no haber estudiado nada). Y el primero que tenia que pasar al frente para el examen oral era… — ¡Haga Tobei! — Dijo el maestro en voz alta y el susodicho tenia deseos que lo tragara la tierra. — ¨ Esto debe de tratarse de una mala broma, justo a mí me llama primero.¨ — Como ya casi llegamos al final de la clase, tú serás el único que rinda hoy, mañana seguiré con el resto. Tobei estaba en un aprieto, no había conseguido memorizar nada en ese breve rato que todos se distrajeron con los hermanos, para su suerte hubo un alma bondadosa que quiso solidarizarse con él en ese instante. — ¡Discúlpeme profesor, pero podría tomarme a mí la lección en lugar de él! — Habló Misa levantando su mano. — Takaoka, acabo de llamar al señor Haga, ¿por que querría usted ocupar su lugar?, explíqueme. — Señor, se que no debería hacer esto, pero es muy probable que mañana tampoco pueda llegar a horario a la clase y tendré una nueva falta. Así que pensé que seria mejor que hoy me tomara la prueba por favor. — Tienes un buen punto Takaoka. — Meritaba el profesor que decisión debía tomar. — Dígame señor Haga, ¿a usted le molesta si ella da la lección por hoy? Era el salvavidas que Tobei necesitaba y salto casi sin poder ocultar su felicidad para responderle. — ¡Claro que no profesor, no me molesta en lo absoluto! La expresión de alegría del aliviado joven le causo algo de gracia a Misa que sonreía al verlo, un hecho que no paso desapercibida para Midori, quien la miraba atentamente. — ¨ Esta chica tan seria…es la primera vez que la veo sonreír. ¨ — Pensó para si Midori, al parecer la amiga de la infancia de Tobei comenzaba a especular en cierta manera sobre la misteriosa Takaoka Misa. Pero no solo Misa ocultaba un secreto, la reciente estudiante de ingreso, Otsuka Sayoko tenia el suyo propio, y ese misterio tenia conexión con la persona que ella mas admiraba y anhelaba tener a su lado. — ¨ Yo solo vine por él hasta aquí, todo lo demás no me interesa, incluso cambiaria lo que tengo por lograr que tú te fijaras en mi. ¨ En Sayo solo cabía la imagen de aquel hombre que la había cautivado desde hacia tiempo atrás, incluso desde que ella podría considerarse una inocente chica. No sabia el por que de ese fuerte sentimiento, si se trataba por su agradable forma de ser, por lo atractivo que ella lo veía o por su admiración tan grande, pero desde que se enteró de que él estaría en esta escuela y mas preciso en esta clase, ella sin dudarlo hizo lo posible para conseguir la trasferencia y poder estar cerca de su ser amado. Toda persona ilusionada con su primer amor sueña y fantasea con conquistarlo y esta esplendorosa chica no era la excepción y cuyo objeto de admiración y cariño tenia un solo nombre, Hirashi Shuichi, nada menos que su profesor. Los hermanos Otsuka han llegado y todo indica que dejaran su marca en el colegio y sobre todo en la vida de muchos allí adentro. Próximo capitulo: competencia feroz
Capítulo 4: competencia feroz Los hermanos Otsuka habían causado una verdadera revolución dentro del colegio, y no era de extrañar que a cada momento, estudiantes de las otras clases vinieran a verlos como si fueran una atracción turística. — Y es así como se resuelve este ejercicio Teacher. — Keisuke fanfarroneaba con su maestro sobre sus conocimientos y refiriéndose al profesor con ese precario inglés que tenia. — ¨ Ese idiota de Kei, quiere hacerse el listo con el profesor. ¨ — Pensaba con enfado Sayoko sobre su hermano que según ella poseía el mismo cerebro que un orangután. — Es un entupido. — Enseguida dijo Tobei, creyendo o confirmando que aquel chico solo vivía de su apariencia. — Hey Midori, ¿Qué te parece el nuevo?, es un tonto, ¿verdad? Pero Midori no le contestaba, ella se quedo mirando casi embobada a aquel joven apuesto de cabello rubio. — ¡Hey Midori! — ¿Q-Que pasa, Tobei? — Estás distraída, ¿pasa algo? — No nada, ¿pero tu que me decías?, no te escuche. — Te estaba diciendo que ese Otsuka Keisuke es un verdadero tonto. — ¿Tú lo crees? — Ella se quedo mirando a ese joven apuesto de cabellera rubia. — A mi no me parece, creo que es un buen chico. — Midori… — Tobei se veía extrañado de escuchar a su amiga hablar de esa forma de un desconocido, pero en ese momento creyó que se trataba de una simple amabilidad de ella con un recién llegado. Había llegado el día viernes, y luego de que el profesor de educación física llegada de unas vacaciones (al parecer muchos allí se toman esos descansos), volvía y muy estricto como muchos que los conocían y sabían que era así. — ¡Vamos mangas de sabandijas, no les dije que trotaran sino que corran! — Gritaba haciendo asustar a todos los chicos y chicas, si, ese colegio tenia un presupuesto tan bajo que los grupos de chicos y chicas trabajaban juntos. — Este maestro parece un soldado, ¿Qué le pasa? — No te quejes Tobei, no eres el único que tiene que esforzarse por demás. — Respondía Midori con notorio cansancio. Misa mostraba una buena condición física ya que corría a muy buen ritmo y su respiración parecía que estaba más que bien, ellos quedaron admirados con su resistencia. — Vaya, Misa, pareces una atleta. — Le comento Tobei pero la chica mostraba su típica cara seria e inexpresiva. — Esto…es muy aburrido, ¿Por qué corremos? — Bueno, eso es porque el profesor quiere que lo hagamos. — Huh, Tobei-kun. — Si, dime. — Estas sudando. — Dijo muy tranquila y sin una gota de sudor en su frente. — ¡Por supuesto que estoy sudando, estamos corriendo! — ¡Oigan ustedes tortolitos, si quieren hablar sobre citas mejor háganlo después de mi clase, o me las pagaran! — El maestro riguroso se molesto con Tobei y Misa que charlaban despreocupados, a quienes los comparo con una parejita de enamorados, haciendo que los otros estudiantes largaran carcajadas. — ¡Misa, Tobei, invítenos a su boda! — Le gritaban los chicos. — Tonto, ves lo que has logrado. — Misa le regañaba teniendo su rostro un tanto rojo por la vergüenza. — ¿Yo?, fuiste tu la que me dijo algo tonto. — Tsck, es tu culpa tonto, yo no tengo nada que ver. — Seguía enfadada y tirándole toda la responsabilidad a Tobei. — Chicos, si siguen discutiendo el profesor se volverá a molestar. — Midori interfería entre ellos para apaciguar las aguas. — Tienes razón Midorin, mejor lo dejamos. — Miro a Misa y le extendió su mano. — ¿Hacemos las pases, Misa? Misa miraba la mano de su compañero de clase e hizo exactamente lo mismo, dando por finalizada esa minúscula rencilla. — Olvídalo, no fue nada grave, solo que te agitas mucho. — ¨ Oye, dijiste que lo olvidada y me sales con esto.¨ De todas formas quiero aprovechar para agradecerte. — ¿Agradecerme? — Ayer estuve revisando las notas del examen de geografía y aprobé, pero todo gracias a que el día anterior que yo no estudie tu diste la lección en mi lugar. — Ya te dije que no lo hice por ti, yo iba a llegar tarde al siguiente día y pensé que seria lo mejor adelantarme a ese examen. — Igual te doy las gracias Misa-chan. — Le dijo sonriéndole y hablándole con más confianza que antes. Misa por un momento quedo viéndole sin poder decirle nada, solo una simple palabra. — Idiota. — ¿Eh? — Exageras mucho las cosas, no tienes que potenciar tanto una simple acción cotidiana. Unos pasos firmes se oían acercarse con los dos entretenidos muchachos, los demás alumnos aterrorizados se iban retirando, incluso Midori, que más bien fue arrastrada por Sanako que temblaba como una hoja. — Ustedes chicos… — Dijo el profesor de educación física. — Oh, el profesor gigante. — Dijo desganadamente Misa. — ¡Largo de mi clase, fuera! — Pero…ya estamos afuera profesor. — Contestó Tobei con su voz tan delgada como un hilo. — ¿Me tomas el pelo muchacho?, ¡largo de aquí! Tobei no dijo ni una palabra mas, él y Misa se retiraron, con la gran diferencia de que la joven Takaoka lo hizo pensando que seria mas divertido estar en cualquier otra parte que en esta clase en particular. En la sala del director donde quedaron ellos castigados… — No puedo creerlo, últimamente no le caigo bien a ningún profesor. — Se lamentaba Tobei, después que ya con dos maestros había tenido inconvenientes, generalmente a causa de las chicas. — Eres muy charlatán. — ¡¿Qué?!, ¿Yo charlatán? — Siempre te llaman la atención por hablar demasiado, ¿u olvidaste lo que paso en nuestra clase con el profesor Hisashi? — Y veo que tú estas involucrada en esto. — Ahh, eres un escandaloso. En fin, a mí no me molesta alejarme de tanta gente, en realidad me incomoda bastante. Prefiero esta tranquilidad, aunque estés tú aquí también. Esa soledad que Tobei notó desde un comienzo en Misa seguía estando latente, él había creído que ella tuvo un leve cambio, pero aún no era demasiada la diferencia con aquella chica que vio por primera vez. — Dime Misa, ¿no quieres tener amigos? — ¿Huh?, ¿Por qué me preguntas? — Es que parece como que quieres estar lejos de todos, ¿acaso te gusta la soledad?, ¿no quisieras tener amigos en quienes confiar? — Eso no es verdad, soy amiga de Sanako, aunque ella es un poco extraña. Y tú… — ¿Yo que? — Tampoco me simpatizas demasiado, pero creo que eres un poco menos molesto que el resto. — ¿Ah si? — A esas alturas, Tobei no sabia si tomar eso como un elogio o simplemente como una palabra más de desprecio de Misa, quien no se veía entusiasmada de cambiar su forma de ser. Mientras tanto en la clase de educación física, los otros alumnos no estaban pasando el mejor de los ratos con ese sargento…digo profesor de gimnasia. — ¡Sigan corriendo, faltan cuarenta y nueve vueltas mas! — Ay, me duelen las piernas, no puedo más — Reclamaba Sanako con sus piernas doblándose solas. — Esto es…como estar en el ejército, debí haber hablado como Tobei así salía de la clase también. — Midori se lamentaba no haber hecho enojar a su maestro como su amigo Tobei, ella podría haber estado descansando en la sala de la directora junto con él ahora mismo. — No digas eso Midori-chan, hay que dejar a los tortolitos solos. — No están de novios Sanako, deja de decir eso. Sanako no era muy rápida a la hora de entender las cosas y como siempre esto que dijo Midori también lo entendió mal. — ¿Celosha? — ¡No estoy nada, y se dice celosa no celosha! — ¡Sugiyama, Kobayashi, ustedes también están castigadas, a la dirección! Las chicas también eran castigadas. — ¡Bien hecho Midori-chan, ahora si podrás estar cerca de tu amigo! — Veo que todas me pasan a mí. Una chica que no había parado de correr durante toda la clase se reía de la deserción de alumnos. — Jajaja, si siguen así no tendré ningún competidor. Midori estaban molesta, encima esta muchacha hacia enfadarla mas. — ¿Quién es esa? — Ah, ella esta en la clase de al lado, se llama Hishikawa Narumi, es muy conocida en la escuela. — ¿Por lo chillona? — No, por eso. — Sanako le indicaba con su dedo hacia donde estaba Narumi y podía notar un llamativo cuerpo de modelo y muy bien desarrollado de la chica, cosas que no pasaba por arriba para los chicos de la escuela. — ¡Eres la mejor Hishikawa sempai! — Decían con fuerza los chicos de la escuela, de todos los salones, ya que prácticamente era la ídola de todos ellos. Pero esa idolatría no era muy simpática para cierta personita que muy orgullosa no podía permitir que alguien mas fuera ovacionada aparte de ella. Se trataba de Otsuka Sayoko, quien miraba con recelo a la sexy Narumi. — Es una presumida. — Dijo con molestia. — Mira quien lo dice, como si tú no lo fueras hermanita — Le respondido con ironía Keisuke. — Mi caso es distinto, yo soy una ídol legítima. — ¿No me digas? — Voy a demostrarle que aquí la única estrella soy yo. Sayoko salio corriendo detrás de esa joven llamativa que atraía a todos los chicos. Obviamente la joven Otsuka no podía permitir que otra persona fuera el centro de atención. — Creo que ya les he sacado ventaja a todos, era lógico, no solo soy sexy y bonita, soy una excelente atleta también. — Narumi se veía confiada de su victoria en la interminable carrera que propuso su profesor de educación física, pero allí a veloz paso de maratonista, Sayoko se acercaba rápidamente a quitarle ese primer lugar. — ¿Eh?, ¿Quién será esa chica? — ¡Apártate de mi camino, Hishikawa! — Sayoko finalmente consiguió alcanzarla, y ahí estaban las dos hombro contra hombro tratando de ganar la primera ubicación. — No permitiré que te sigas luciendo tetas grandes. — ¡¿A quien llamas tetas grandes?! tu rubia teñida. — ¡Mi rubio es natural, contrario a ese cuerpo de vedette que tienes! Narumi no toleraría ningún insulto más, y de una se le tiro encima de Sayoko, agarrándose de los pelos y diciéndose toda clase de insultos, en los cuales también involucraban a parte de su familia. Pero tampoco el profesor podía soportar más esto, otra vez su clase se volvía un descontrol, en este caso una lucha libre. — ¡Hishikawa, Otsuka, ustedes también a la dirección, están castigadas! Sacarles las dos ídolas más bellas de la clase a los chicos era algo imperdonable, y de inmediato se lo hicieron saber. — ¡No profe, no lo haga! — ¡Perdónelas! Eran algunos de los gritos que se oían, era de esperarse que esto termino de cabrear al maestro gorila de gimnasia. — ¡Se acabo, todos a dirección, ahora! Y nuevamente en la oficina del director… — ¿Qué decías acerca de estar tranquila de todos, Misa? — Le preguntó Tobei, al ver que toda la clase se encontraba dentro de la oficina, amontonados y casi aplastándose las cabezas por el poco espacio. — Esto sin duda… ¡es mi martes trece! — Grito molesta Takaoka Misa, acompañada de todos sus compañeritos de clase, disfruta de tu castigo Misa-chan. Próximo capítulo: lazos necesarios
Capitulo 5: lazos necesarios Tobei raramente llega solo a la clase del día, en esta oportunidad Midori parecía que no pudo acompañarlo como siempre hacia. — ¨ Es extraño, Midorin no me atendió en casa, parecía que no había nadie, ¿acaso se habrá enfermado? ¨ — Tobei estaba muy distraído para darse cuenta quien estaba a su alrededor o por donde caminaba, eso causo que chocara sin querer con unos de sus compañeros de salón. — L-Lo siento, no te vi. — Ten mas cuidado tú… — La persona con quien se había topado Tobei era Sayoko, quizás una de las tantas que no lo podían ni ver. — Ja, debí imaginar que seria una persona así quien me golpee. — ¡Otsuka, oye un momento, yo no quise tropezarme contigo, fue un accidente! — ¿Un accidente? — Preguntó cruzada de brazos como no creyéndole. — ¡Claro que si!, ¿Por qué habría de querer tropezarme contigo? — ¿Qué por que dices?, parece que no estas actualizado perdedor. — ¿Cómo dices? — ¡Lo que oíste tonto, yo soy una de las chicas mas lindas de toda la región y todos los chicos quieren salir conmigo!, no es de extrañarse que un pobre diablo como tú invente choques casuales con tal de acercarse a mi. Tobei estaba molesto con ese ego enorme de la joven Otsuka, porque por más que lo que dijera fuera cierto, su soberbia en verdad le irritaba. — Presumida. — ¡¿Qué dijiste?! — ¡Dije presumida, no te soporto rubia cheta! Tobei cometió un enorme error al hacerle frente a Sayoko, ya que esta chica consta de un numeroso grupo de fanáticos, dispuestos a defenderla contra viento y marea. — ¡Hey, Haga, ¿Qué crees que estas haciendo?! — ¡Si, ¿Quién piensas que eres para hablarle así a nuestra querida Sayoko?, no te lo vamos a permitir! El grupo de chicos se arrimo a donde estaba Tobei, casi acorralándolo en forma amenazante. Esa situación la hizo quedarse mas tranquila a Sayo quien ahora veía que su pesado compañero tenía que medir sus palabras. — Ves, eso te pasa por meterte conmigo, ahora será mejor que me pidas perdón. — Le dijo Sayo con su habitual soberbia. — Je, tú y tus perros falderos, ¿crees que les tengo miedo? El grupo de fans de Otsuka Sayoko ya comenzaba a ponerse mas violento al empujar al chico. — ¿Y con estos perros piensas intimidarme Sayoko? — Dijo sin retroceder. — Deja de hacerte el valiente y pídeme perdón y todo se termina, es así de fácil. — ¡No lo haré! — Gritó él con fuerza y viendo que ninguno de sus compañeros se animaba a decirle algo la joven Otsuka. Sayoko quedo por un momento maravillada de su valor y de seguir revelándosele pese a todo. — Este chico es un idiota, démosle su merecido. — Los violentos estudiantes comenzaron a pegarle, en esta oportunidad parecía que Tobei no tenia intenciones de responderle, como intentando probarle algo a esa millonaria chica que lo observaba como era duramente castigado. — ¨ ¿Por qué?, ¿Por qué este chico se niega a defenderse?, ¿Por qué…me sigue haciendo frente? ¨ Otsuka Sayoko se aprovechaba en todo momento de su alta posición jerárquica, su padre era uno de los magnates millonarios más importantes del mundo y el cual prácticamente sustentaba las escuelas de toda la región, incluyendo esta donde acudía su hija y al cual él no quería que acudiera por no ser una institución que prácticamente le pertenecía. Ya cuando nadie se animaba a dar un paso al frente, comenzó a llover varias piezas de plástico que caían como proyectiles en los rostros de esos agresores. Se trataban de soldaditos de juguete y quienes se los había arrojado era… — ¡Hey, ¿quien esta tirando estos juguetes?! — Son muy valientes cinco contra uno, ¿verdad? — Les dijo Sanako con una gomera en su mano y apuntándoles con otro soldadito. — Es esa loca de Kobayashi. — No te metas con nosotros niña o también te castigaremos. — ¿Ah si?, si lo hacen su líder será la próxima en recibir castigo. — Apuntaba con dirección a Sayoko. — ¡¿Te has vuelto loca Kobayashi?, ¿Por qué te entrometes en esto?! A ti no te incumbe. — Aterrada dijo Sayoko, sabiendo que Sanako hablaba muy en serio. — Claro que me incumbe Otsuka-san, ya que Tobei-kun…es mi amigo. Tobei siempre vio a Sanako como una loca desquiciada, pero ahora algo comenzaba a cambiar su punto de vista con respecto a ella, lo mismo que le ocurrió con anterioridad con Misa. — Sanako… — No te preocupes Tobei-kun, yo tengo buena puntería, si ellos te siguen golpeando ella va caer con mi pieza mas importante, el general Chamack. — Así le llamaba al muñequito de juguete más grande que tenia. — Jajaja, ya veo…¨ Vaya, si que esta loca Sanako, pero imagino que esta vez tengo que estar agradecido en ella. ¨ — Estas demente. — Dijo Sayoko muy frustrada. — Déjenlo así chicos, parece que este personaje vive siendo salvado por las niñas. — Burlándose de Tobei y logrando las risas de sus cómplices. El grupito se reubico en sus asientos, en eso los últimos estudiantes que faltaban llegar aparecieron, entre ellos Misa, Keisuke y Midori, justamente estos dos venían juntos cosa que tomo por sorpresa a Tobei. — M-Midori, pensé que no ibas a venir hoy. — Expreso su sorpresa Tobei ante su amiga. — Ah, veras Tobei-kun, lo que pasa es que Keisuke-san paso a buscarme temprano a mi casa, es que como es nuevo me ofrecí a ayudarlo en su adaptación. — ¿Te ofreciste? — Dijo aun con sus dudas a cuesta pero notando ciertas cosas en el comportamiento de su mejor amiga. — Bueno, imagino que alguien tenía que hacerlo. — Volvió a comportarse con normalidad, tratando de olvidar la cuestión. — Siéntate, ya debe estar por llegar el profesor. — Él esperaba que se sentada al lado suyo como siempre pero… — Yo…justamente quería decirte, ¿te molestaría que por unos días me siente al lado de Keisuke-san?, veras, para que se sienta mas a gusto con el lugar, él debe tomar confianza con sus compañeros y… Tobei la escuchaba y notaba que Midori estaba cambiando repentinamente, por alguna razón ese cambio no le gustaba demasiado y le dolía interiormente, pero jamás se atrevería a decírselo. — Esta bien Midori, no debes explicarme nada, estas en tu derecho de hacer lo que quieras, ¿no? — Trataba de aparentar que no le afectaba, pero en el fondo una tristeza comenzaba a invadirlo lentamente. — Tienes razón Tobei, gracias. — Ella comenzó a tomar sus cosas del asiento junto a Tobei, para dirigirse a su nueva ubicación al lado de Keisuke. Tobei estaba algo extrañado de esa reciente relación de amistad entre su amiga Midori y Keisuke, pero aparentaba no preocuparle demasiado, no creía en ese momento que fuera algo grave. Precisamente ese día el profesor había decidido hacer un trabajo práctico en el cual debían formar parejas para realizarlo. Todos comenzaron a agruparse con sus amigos o con quienes se llevaban mejor. Keisuke recibía las proposiciones de casi todas las chicas de sus clase para hacer el dúo, pero él ya había elegido sentarse con Midori por lo que ese trabajo lo harían juntos. Por su parte Sayoko también era muy solicitada en su caso por los chicos, que con elogios en base a su belleza e inclusive algunos regalos, querían tener la posibilidad de estar junto a ella, aunque la misma no parecía interesada en hacer equipo con nadie en especial. — Vaya, Otsuka-san se hizo muy popular en poco tiempo. — Comentaba Midori con asombro por la fama que consiguió la rubia en tan poco tiempo. — Es normal, mi hermana siempre ha causado el mismo efecto en todos los colegios que ha asistido. — Es muy linda, es razonable que así sea, y… ¿a ti también te pasa lo mismo Keisuke-kun? — — ¿Eh?, ¿a que te refieres? — Las chicas parecen estar muy interesadas en ti, tú sabes que les gustas a todas ellas. — Bueno, puede ser… — Mostrando una falsa humildad ya que sabía bien lo atractivo que era para las chicas. — Pero realmente no me interesa estar con personas tan superficiales. — Vaya, no creí que pensaras de esa forma. — Le respondió con una sonrisa, cosa que a Keisuke puso muy feliz. Pero Midori se estaba olvidando de algo, mas bien de alguien. Mientras que todos habían armado su pareja para la tarea, incluso Sanako y Misa hicieron equipo, Tobei por su parte estaba solo, nadie siquiera se le había acercado y la única persona con la que siempre él había contado era Midori y ella no parecía darse cuenta de lo que le pasaba a su amigo. Las únicas que notaron la soledad del muchacho fueron Misa y Sanako que levantaron la mano pidiéndole a su profesor que lo dejaran trabajar con ellas en un trío, incluso dejarían que les diera mas tarea por tener un miembro mas que los demás, pero el profesor le dio la negativa y todo hacia pensar que Tobei se quedaría solo. — No es justo, ese profesor es un monstruo. — Se quejaba Sanako con su ya conocida euforia, pero nada podía hacer ya para cambiar el parecer de su maestro. Misa que compartía la misma opinión que ella, estaba molesta también por no poder ayudarlo. Tobei se agarraba la cabeza, el desde el inicio de las clases tuvo inconvenientes con sus profesores, (casi siempre a causa de las chicas del salón), y ahora si reprobaba esta tarea, las cosas podrían complicársele aun mas de aquí a final de año. — ¨ Rayos, nada me esta saliendo bien últimamente y encima Midori…¨ — Tobei observaba a su amiga como charlaba alegremente con Keisuke y algo de amargura le traía al verlos, pero tenia otra sensación de tristeza que no podía explicar. — ¨ ¿Ahora que haré?, seguramente reprobaré el examen.¨ Pero alguien lo estaba mirando y pese a que tenia invitaciones de casi todos por hacer equipo con esta persona, la misma decidió acercarse voluntariamente a Tobei, cosa que sorprendió a todo el mundo. — Oigan, miren eso. — ¿Pero que hace? — No la entiendo. Varios de estos comentarios se escuchaban en la clase y todo debido a la persona que se sentó al lado de Tobei. — ¿Qué…estas haciendo Sayoko? — ¿No lo ves?, estoy formando quipo contigo, idiota. — Con su habitual arrogancia. — Pero, ¿Por qué? No lo pensó demasiado, Sayoko de forma calmada y seria le respondió… — No tienes compañero, ¿no?, yo tampoco había elegido a ninguno todavía, y aunque no lo creas…no me pareces tan mala persona. Desde que llego a esa escuela, Tobei se dio cuenta que las personas no siempre son lo que aparentan. Sanako fue la primera que mostró su lado alegre y casi despreocupado y por un breve momento se la vio seria y decidida, defendiéndolo de las agresiones de sus compañeros. Misa que en general se mostraba enojada y calculadora y muy distantes de todos, dejo que viera su lado amble y gentil cuando necesito ayuda en su lección oral. Midori, quien es su mejor amiga, en este sentido también sufrió un cambio ya que ahora que forjo cierta relación con Keisuke, ella mostraba un lado más distante. Y ahora le había tocado con Sayoko, chica que nunca se mostró amable con él, incluso incito a sus compañeros para que lo agredieran y ahora tenia este comportamiento, todo le parecía que estaba dado vuelta. — Lo siento. — Le dijo Tobei con algo de vergüenza. — ¿Por que me pides perdón? — Es que desde que llegaste he notado que me odiabas, así que lo lamento. — Estas equivocado. Yo no te odio Haga-kun, solo me sentí molesta por ignorarme el primer día que llegue aquí. No es que me importe demasiado que no me hayas prestado atención ese día, solo que estoy acostumbrada en que todos pongan sus ojos en mí, es como una forma…de sentirme importante. — Esas palabras eran muy sinceras, Tobei se daba cuenta que detrás de esa fachada de grandeza que mostraba todo el tiempo Sayoko era solamente una capa que cubría su verdadero ser interior. Era hora de afrontar la prueba para los chicos y había mucha incertidumbre. — Espero que no sea algo difícil. — Pedía Tobei ahora centrándose en la prueba. — Ja, quizás a ti te preocupe pero yo soy muy buena en cualquier materia que nos toque. — Sayoko volvía a ser arrogante como siempre, ahora en base a su inteligencia. — Y el examen será de ingles. — Dijo el profesor a la clase, se notaban caras de preocupación y otras de conformismo por todo el salón y en cuanto a Sayoko… — ¡¿Qué?, ¿ingles?! — Sayoko parecía que ahora si estaba preocupada. — Ingles, eso dije señorita Otsuka. — Dijo despreocupado su maestro, a lo que ella se sonrojo. — Te pasa algo Sayoko? — Tobei se preocupo por ese extraño color en el rostro de la chica. — No me pasa nada, solo que hace calor aquí adentro. ¨ El profe se ve tan lindo, ¿pero por qué tiene que ser un examen de ingles?, precisamente mi talón de Aquiles. Ahora haré el ridículo delante de él.¨ — Lo que Hirashi Shuichi llegara a pensar sobre ella era muy importante, por lo que no podía darle una mala impresión. Tobei aun estaba preocupado por el estado de salud de ella. — Toma. — Dijo él dándole su pañuelo. — ¿Para que quiero eso? — Es para la transpiración, te ves terrible. — ¡Si quisiera secarme la transpiración usaría mi propio pañuelo, nadie te pidió prestado el tuyo, guárdatelo para cuando estes resfriado! Sayoko debía aprender a calmar sus impulsos, otra vez había logrado que sus compañeros de clases se fijaran en ella, pero en esta ocasión para reírse a carcajadas. — Señorita Otsuka, séquese la transpiración con el pañuelo de él o el suyo, pero por favor no interrumpa mi clase. — Le llamaba la atención su amor imposible y de nuevo su cara estaba roja. — Sayoko, creo que estas teniendo fiebre, tu cara se puso roja de nuevo. — Comentaba Tobei, como siempre desubicado y sin entender lo que estaba pasando. — ¨ Maldición, por que tuve que sentarme con este sujeto.¨ — Se lamentaba Sayoko por haber tomado la decisión de hacer pareja en la tarea de ingles con Haga Tobei, tendrás que aguantártela linda. Próximo capítulo: encuesta masculina
Capitulo 6: encuesta masculina Había pasado el día del examen de ingles, en el salón C varios estudiantes lograron aprobar dicha prueba, aunque otro no tuvieron la misma suerte y entre ellos estaba… — No puedo creerlo, un cuatro. — Se lamentaba Sayoko mirando la hoja de la prueba, tantas líneas escritas con lapicera color roja reflejaban lo pésimo de su examen. — Debí imaginarme que hacer equipo contigo seria un error. — Aludía dándole gran parte de la responsabilidad por su fallido escrito a su compañero de tarea. — Oye, ¿Qué quieres decir? — Le pregunto con enojo Tobei. — ¿No me escuchaste?, mira el desastre que fue esta prueba. — Si, lo estoy viendo y deberías de saber que los únicos aciertos de la misma los hice yo. — Eso no es cierto. — Claro que lo es. — Replico Tobei. — Mira la letra de las preguntas correctas, es mi escritura. Sayoko observaba y era cierto, esa letra no era la suya. — Es verdad, yo no tengo una letra tan fea. — Eso no es lo importante ahora Sayoko, reprobamos, tendremos que volver a darlo la próxima semana. Por otro lado, la pareja de Sanako y Misa habían hecho la puntuación perfecta, el único equipo que pudo conseguirlo con un brillante diez de nota. En segundo lugar entraron Keisuke y Midori, claro la mayoría de las respuestas correctas las hizo la chica ya que el joven apuesto muy poco ingles tenia en su mente (no por nada es hermano de Sayoko). — Ja, estuvimos cerca de la perfección. — Exclamaba Keisuke con gran altanería, pero que diablos si el es un desastre. — Si, es cierto, estuvimos muy cerca. ¨ Si Keisuke no fuera tan lindo en verdad seria un caso perdido. ¨ — Pensaba para si Midori y al hacerlo recordó como eran las pruebas en grupo que solía tener con Tobei. — ¨ Si hubiera hecho la prueba con Tobei-kun, seguramente tendríamos un diez como Sanako y Misa. Aunque él no es brillante, siempre se esforzaba por aprobar en cada materia.¨ — Midori por dentro extraño esa camarería que siempre tuvo con su amigo, esta vez ella había cambiado de pareja y en cierta forma se lamentó por eso, ya que también sintió algo de culpa por dejarlo solo. — ¨ Me pregunto como le habrá ido a él. ¨ Y a él le fue muy mal, pero en su caso mayoritariamente por culpa de su nueva compañera que pese a ser muy linda, era algo ignorante en ciertas materias. — Ahhh, en verdad eres muy mala en ingles Sayoko, jamás me lo hubiera imaginado. — Estaba recostado en su pupitre mientras seguía lamentándose por la reprobación. — Puedo tener algún defecto, ¿no? — Es cierto, pero esto es demasiado. — ¡Otsuka, Haga! — Los llamo el profesor. — Sí, diga. — Dijo Sayoko con entusiasmo, (claro era su príncipe azul quien le hablaba). — No es para emocionarte tanto. — Expreso extrañado Tobei por la euforia en que le hablo la chica a su maestro, pero ese comentario solo recibió un golpe en la cabeza por parte de la muchacha. — Ustedes fueron lo que tuvieron nota más baja en la clase, así que les pido que se esfuercen para la compensación, ¿de acuerdo? — ¡Si, lo haremos! — Sayoko seguía con su entusiasmo. — Hey Sayoko, te dije que no exageres. — Tobei insistía Con que bajara un cambio pero la chica solo lo miro con ojos furiosos que parecían que tenían fuego. Los ojos de Sayo solo expresaban una cosa, furia total que le provoco escalofríos a Tobei. — Mejor me callo. — Se dijo así mismo temiendo de las represalias que llegara a tener la orgullosa chica Otsuka. Igualmente no todo eran tareas u obligaciones para estos estudiantes, en uno de esos recreos, todos recibieron una hoja en el cual el nombre de cada una de las chicas del colegio aparecía, ¿para qué?, era simple, se trataba de una simple encuesta que hacían los chicos para saber quienes eran las mujeres mas lindas de allí, y a las cuales se decidió que las cinco primeras serian llamadas ¨ los cinco pilares.¨ — ¿Los cinco pilares? — Preguntó Misa al recibir esa encuesta por parte de Tobei. — Si, esta encuesta ha sido esparcida por todo el colegio. — ¿Y por que me lo enseñas a mi Tobei-kun? — Como que por que Misa, tú podrías estar muy bien ubicada allí, ¿no te entusiasma saber el resultado? Misa abolló esa hoja de papel para tirarlo en el cesto de basura, clara muestra que a ella mucho no le entusiasmaba tal cosa. — ¿Qué haces? — ¿No lo viste Tobei-kun?, solo tiré ese papel, no tiene ninguna importancia. — Pero, creí que te importaría saber que opinan los chicos sobre ti. — Por eso te equivocaste Tobei-kun, a mi nunca va interesarme lo que opinen sobre mi, ya que siempre…he estado sola. Tobei estaba creído que esa soledad de la que hablaba Misa se había esfumado por completo, pero lejos estaba de eso. — Haces bien en no interesarte en eso Takaoka-san. — Exclamo Sayoko. — No creo que estés tan bien ubicada como yo, es casi imposible que pudieras superarme. — Decía altaneramente. Esas palabras fueron escuchadas por Sanako que hablaba con unas chicas cerca de allí. — Espera un momento Otsuka- san, ¿Por qué dices que Misa no podría superarte?, ella es muy linda también. — Y no te lo niego Kobayashi, pero como veras hoy en día las rubias son mas codiciadas que cualquier otra chica por lo hombres. — ¿Y quien lo dice? — Lo dicen los libros de actualidad que estoy segura que tú no sueles leer. — Sayoko era experta en hacer enojar a las personas, y con Sanako no era la excepción. — Eso ya lo veremos. — Sanako se molesto y miró a Tobei. — Dime Tobei, ¿Qué opinión tienes sobre Misa? — ¿Eh?, ¿Quién…yo? — La pregunta lo había tomado por sorpresa, mas que no sabia que responder en ese instante por temor a que lo confundieran. — Si tú Tobei, eres el único hombre aquí cerca, que mejor a preguntarle a uno sobre lo que piensa de Misa-chan, ¿te parece linda? El joven estaba algo tenso y comenzaba a sudar de los nervios. — Eh, pues yo… — Se tomaba la cabeza no sabiendo que responderle. A la conversación también se le sumo Keisuke que justo venían pasando junto a Midori. — Jajaja, es ridículo que le pregunten a él. — Keisuke al expresarse no era menos soberbio que su hermana. — Las chicas imagino deben de querer que los chicos atractivos y exitosos las evalúen, por ejemplo yo, no creo que les importe la opinión de alguien como Haga, sin ofenderte amigo. — Si claro, sin ofender. — Keisuke nunca le cayó demasiado simpático a Tobei, y este tipo de comentarios no hacían más que reafirmar ese malestar. Midori no le contradecía su comentario ofensivo a Keisuke y eso que hablaba sobre su supuesto mejor amigo. — Yo creo que las chicas tienen gustos muy variados y no tengo dudas que hay varias que les interesaría alguien como Tobei-kun. — Dijo Sanako sin recelo. — Kobayashi tiene razón, aunque sea un bueno para nada él podría ser interesante para alguna chica. — Agrego Sayoko con su forma tan especial de decir las cosas. — Déjame decirte Misa-san, para mi tu eres muy hermosa, así que debes estar tranquila, siempre vas a tener proposiciones de los chicos. —Aseguro Keisuke. Misa no le respondía al joven apuesto de la familia Otsuka, en cambio si estaba atenta a su compañero Tobei a quien miraba detenidamente, si ahora era ella quien lo observaba. — Tobei-kun. — Si…Misa. — Tobei estaba algo desanimado, la no defensa de su amiga Midori lo había puesto en ese estado. — A mi me interesa tú opinión. — ¿Eh? — Tú… ¿Qué piensas sobre mí? Tobei estaba confundido con la pregunta y obviamente no sabia que decirle. — Yo creo…que eres muy linda…Misa. — Sus palabras costaron en salir pero no cabía dudas que eran honestas. Eso era lo que Takaoka Misa quería escuchar y se lo agradeció. — Ves, no era tan difícil responder, Tobei-kun, gracias. — Su expresión demostraba alegría y Misa se alejo de ese diminuto grupo de chicos, dejando algo inquieto al joven a quien le agradeció su elogio. Los chicos siguieron charlando de esa famosa encuesta, hasta claro que comenzó la clase siguiente. Ya en la hora de descanso, debería hacerse la votación de los chicos. Se habían formado muchas urnas en cada clase, en la que los chicos tendrían la posibilidad de elegir a sus mejores aspirantes a ser los cinco pilares de la escuela. Con toda la votación finalizada, los resultados fueron… — Wow, ya salieron impresas los resultados de la encuesta. — Asombrada dijo Sanako, al ver en el pizarrón que había en la entrada de la escuela el resultado final. — Vaya, no me dejan ver nada, segura que estoy primera. — Exclamaba Sayoko que trataba de pasar entre las chicas y chicos que se asomaban para ver. — Jajaja, sigue soñando rubia teñida. — Esa voz molesta… ¡eres tu Hishikawa! — Eres muy incrédula en creer que vas a superarme en esta encuesta Otsuka, tu dinero esta vez no va a servirte. — Mi belleza es única, tu solo te abusas de ese cuerpo prostibulario que tienes. — ¡¿Qué dices?! — ¡Lo que escuchaste cuerpo escandaloso! — Ya iban a pelearse otra vez, hasta que Tobei llego para detenerlas. — Esperen chicas, no hagan un escándalo aquí. — El joven se puso de intermediario entre las dos. — ¿Y tú eres su novio?, ¿Por qué la defiendes? — Pregunto Narumi logrando enrojecer a Tobei y a Sayoko al mismo tiempo. — ¡Claro que no! — Respondieron a coro demostrando una gran sincronización. — Ven, hasta sus gritos van a acorde. — Chicos… — Dijo Sanako sorprendida, parecía que lo que vio en la pizarra le había asombrado. — M-Miren…eso. No había equivocación, en ese pizarrón enorme aparecía en primer lugar el nombre de Takaoka Misa. — Es increíble…Takaoka fue la mas votada. — No podía ocultar su asombro la arrogante de Sayoko. — No puede ser, esa chica tan oscura y misteriosa… ¿es la más linda? — Narumi quien creía seria la mas elegida tampoco salía de su sorpresa. Por otro lado, Tobei observaba y sentía algo de felicidad, por alguna razón había tomado algo de aprecio por esa misteriosa joven — Misa…lo consiguió, ¿No te parece maravilloso, Sanako? — Pero la chica estaba en otro mundo, mirando todavía el pizarrón. — No es posible, aquí…hay un error. — ¿Qué pasa Sanako?, ¿ocurre algo? — Estoy…. ¡segunda! — ¡¿Qué?! — Tobei no lo podía creer y volvió a mirar esa pizarra. Segundo lugar, Kobayashi Sanako. — Impresionante Sana, te felicito. — Pero la aludida no se veía feliz ni triste, ¿Qué le pasara por su cabeza? — ¿Por que…me hacen esto? — ¿Cómo? — ¡Por que estoy en una encuesta tan absurda, yo no soy sexy, ni linda ni…! — Las miradas de Sayoko y Narumi estaban sobre Sanako, la furia se reflejaba en ambas. — Chicas… ¿Cómo están? — Kobayashi, sobornaste a los muchachos, ¿no es cierto? — Q-Que cosas dices Sayo, yo nunca haría algo así. — Entonces explica esto, ¿Cómo es que estas por encima de nosotras?, explícalo. — Narumi esperaba cruzada de brazos que le respondiera. — Yo no… — No la molesten. — Apareció Tobei, es buen defensor el muchacho. — Ella no tiene la culpa que los chicos la eligieran. — Tobei-kun tiene razón. — Apareció Misa en apoyo a su amiga, su presencia provoco un escándalo entre los chicos. — Es Takaoka-san, ¡eres la mejor! — Eufóricos se mostraban los chicos queriendo estar cerca de ellos, pero a ella no parecía importarle en lo absoluto. — ¿Estas feliz Misa-chan?, te han elegido como la mas linda. — Dijo alegre Tobei pensando que ella estaría entusiasmada, pero no demostraba eso. — No me importa el resultado de esa encuesta Tobei-kun, ya te lo había dicho. — Le respondió acorralada de sus fanáticos. — A mi la única devolución que me importo…fue la tuya. — De nuevo ella sonreía, pero esta vez dejándole ver esa hermosa expresión a Tobei. De a poco una hermosa amistad comienza entre Misa y Tobei, ¿hasta donde llegaran?, eso dependerá de ellos. Próximo capítulo: día de estudio
Capitulo 7: día de estudio Tobei venia caminando ese día domingo por unas calles bastante desconocidas para él, ya que eran barrios de gente muy acomodada económicamente y que pertenecían a la gran sociedad, un ambiente muy diferente del que acostumbraba. Pero la principal razón por la que nuestro amigo se encontraba por aquella zona era para dirigirse hacia la casa de Sayoko, ya que ambos deberían estudiar para dar nuevamente el examen de ingles del cual sacaron la peor calificación. — Estoy agotado de tanto caminar y para peor hace demasiado calor, ¿porque estará tan fuerte el sol? — El sudor recorría la frente de Tobei mientras él usaba su mano para proteger sus ojos del fuerte sol. El agobiante clima hacia mas pesado la caminata a nuestro amigo, sin contar que no era nada motivador estar un domingo a la tarde a pleno sol estudiando para un examen y en compañía de una chica algo molesta. — Sayoko me dejo la dirección de su casa, pero este barrio jamás lo había pisado. — Tobei miraba casa por casa y notaba claramente la diferencia de clase social que habría entre la gente de esos alrededores y él. — Veamos, si no me equivoco la casa de Sayoko tendría que ser por aquí. — Un poco perdido, Tobei pregunto a una chica la ubicación de dicha casa. Por la vestimenta se sabía que se trataba de una sirvienta que justamente vendría de hacer algunas compras para sus patrones. — Disculpe señorita. — ¿Si?, ¿Qué se le ofrece? — Le dijo la desconocida que tenia un largo cabello color celeste hasta su cintura y ojos amarillentos muy atrayentes. — Perdone, necesito que me ayude a ubicarme, estoy buscando una casa pero como no soy de por aquí la verdad es que estoy algo perdido. — Ah, se trata de eso, claro, dígame a que persona busca, quizás yo la conozca si me dice su nombre. — S-Si, se trata de una compañera de mi clase, su nombre es Otsuka Sayoko. — Respondía Tobei algo tímido, ya que lo ponía algo nervioso hablar con chicas desconocidas. — ¿Dijo Otsuka Sayoko? — Así es, ¿la conoce? — Tobei se sentía afortunada que a la primera persona que conocía parecía saber algo de Sayoko. — Por supuesto que conozco a la señorita. — Respondió la sirvienta. — ¿La señorita? — Le extraño el término usado hacia Sayoko. — Así le llamo, ella es mi patrona. — Con que tu trabajas en su casa, vaya que suerte tengo, ¿entonces donde vive ella? — ¿Qué donde vive?, pues estas en frente de su casa ahora mismo joven. — ¿Eh? — Tobei giro su cabeza para mirar y una manzana completa rodeada por un enorme paredón abarcaba todo el sitio. –– No me digas que… — Esta es la mansión Otsuka Joven. –– Respondió la sirvienta, logrando sorprender a Tobei que quedo boquiabierta. — Esto es más…de lo que me hubiera imaginado. El asombrado Tobei quedo perplejo por la riqueza que tenia su compañera de colegio. — ¿Con que usted va al mismo colegio que la señorita? — Pregunto la muchacha sacándolo de su sorpresa. — Ah…si, voy al mismo salón que Sayoko. La sirvienta quedo mirando a Tobei con una cara picarona, como si estuviera pensando algo acerca del chico y su jefa Sayoko. — ¿Acaso usted es…? — ¿Huh? — ¡El nuevo novio de la señorita! — ¡¿Eh?! — Es un placer conocerte afortunado, se que soy solo una sirvienta pero me presentare igual, me llamo Takei Hanae, encantada. La hermosa chica seguía revoleándole el brazo a Tobei de un lado a otro, demostrando todo su eufórico saludo y malentendiendo la relación de su empleadora con el joven Haga. — Perdona, pero creo que estas teniendo un malentendido, yo no… — La verdad me toma por sorpresa, la señorita suele traer chicos a casa, pero siempre vienen mas de uno, es por eso que nunca le tomamos muy en serio las visitas que le hacen. — Lo siento, pero la verdad es… Tobei trataba de explicarse pero Hanae no lo dejaba y seguía hablando. — Ahora lo raro es… — La sirviente observaba detenidamente a Tobei y algo le extrañaba. — Tú eres un tanto diferente a los otros chicos que han venido antes. — ¿Qué…quieres decir con eso? — Los otros chicos eran súper guapos y vestían muy bien, sin embargo tú te ves algo… — ¿Algo que? — Eres medio feito y tienes muy mal gusto para vestirte. — Sentenció la chica, casi como si le tirada un yunque en la cabeza de Tobei. — ¨ Feito…Mal gusto para vestirme…ella me mato. ¨ — Tobei estaba con la cabeza gacha y con ganas de tirarse el mismo a un tacho de basura. — Jajaja, pero no debe preocuparse, seguramente la señorita vio algo en usted para que lo invite a su casa. A lo mejor ella noto cierta belleza escondida, como los pintores que hacen dibujos deformados y que valen millones para los demás. — Por favor, trata de no dar mas detalles de tu observación. — Pero no perdamos el tiempo y entremos, quiero ver como reacciona la señorita cuando lo vea. — Hanae lo tomo del brazo casi para llevarlo forzosamente hacia la casa, pero todavía Tobei no podía explicarle que él solo venia a estudiar para el examen. Luego de una también larga caminata por ese gigantesco patio que tenia la mansión, Tobei y su acompañante la sirvienta Hanae se encontraba frente a la puerta. — Ya llegamos joven…cielos, olvide preguntarle su nombre. — Me llamo Haga Tobei, pero déjame explicarte que yo solo… — ¡Oh, que lindo nombre y pega con el de Sayoko, ya me los imagino en las invitaciones de su casamiento, el señor Haga Tobei y su esposa Otsuka Sayoko! — ¡¿Qué dices?, ¿casamiento?, ¿esposa?! Espera un poco esto ha llegado muy lejos, yo solo vine a… Pero la chica no lo escuchaba y miraba con atención a la puerta. — Entremos. — Dijo y lo arrastro hasta el interior de la casa, que por dentro se notaba lo inmensa que era. En ella varias escaleras llevaban a diferentes habitaciones y en frente en la escalera principal de cara a la puerta de la casa, una bella y delicada joven bajaba para recibir a su invitado. — Al fin llegas Tobeitonto. — Le reclamo la rubia al verlo entrar. — ¿C-Como estas Sayoko?, la verdad es que tu sirvienta… — ¡Mire joven señorita, aquí esta su futuro esposo, ¿Qué clase de recibimiento es ese para él?! Sayoko abrió los ojos y miraba a Tobei y a su sirvienta Hanae no entendiendo nada. — ¿Ah?, dijiste… — Sayoko abrió los ojos muy grande mirando a su confundida empleada. — ¿Por que pone esa cara señorita Sayoko?, ¿Qué este joven no es su novio? — Hanae lo había dicho, si que entendió mal las cosas. — Ah, era eso, dijiste… ¡¿Mi novio?! ¡Claro que no grandísima tonta!, ¡¿de donde sacaste semejante tontería?! La confusión de la mucama de la casa le trajo un problema bastante serio a nuestro amigo. — Ahh, esto no es lo que esperaba para un día de estudio. — Decía el chico casi llorando. Próximo capitulo: la otra cara de Sayoko
Capitulo 8: la otra cara de Sayoko Camino a casa de Sayoko, Tobei algo perdido por estar en un barrio totalmente desconocido para él, pidió ayudar para ubicarse. Fue allí que se encontró con una joven sirvienta aparentemente de casi su misma edad y a la cual le pregunto si sabría en donde vivía su compañera de clase. Curiosamente la chica era empleada de la familia Otsuka y con una idea confusa sobre la aparente relación de Tobei y Sayoko, la sirvienta llevo al confundido chico hacia la mansión y allí se encontró con su compañera de clase. Minutos después… — Debiste decirme que era un mal entendido Tobei. — Le recriminaba Sayoko a quien ya se le pudo aclarar la confusión que la empleada Hanae había cometido con su visita a la casa Otsuka. — Lo siento Sayoko, pero es que esta chica no me dejaba explicarme. — L-Lo siento mucho señorita, la verdad no pretendí ofenderla. — Esta bien, un malentendido lo comete cualquiera después de todo. De todas formas necesito algo para beber Hanae y alguna comida liviana, ¿tu quieres algo Tobei? — ¿Eh?, n-no, no es necesario. — Vamos, no seas tímido. Hanae, tráele algo para él también. — Enseguida señorita. La empleada se fue con rapidez a la cocina, dejando solos en la sala principal a los dos estudiantes reprobados. — Bueno, vayamos poniendo manos a la obra. — Es verdad Sayoko, a eso vine. Traje varios libros de sustantivos y adjetivos en ingles que es lo que mas nos cuesta. — ¿Libros? — Si claro, ¿Cómo estudiamos sin libros? — Ja, se nota que eres del campo Tobei. — No soy del campo Sayoko, ¿Por qué dices eso? — Los libros son cosas de la prehistoria. Te lo mostraré, sígueme. — Sayoko invito a Tobei a subir por uno de esos largos escalones, caminando por ahí llegaron hasta una puerta decorada con bordes dorados. — Entremos. — Dijo la muchacha mientras habría la puerta. — Espera Sayoko, este cuarto es… — Es mi habitación claro. — Dijo ella muy despreocupada de llevar a su compañero de clase a su cuarto. — ¡¿Tu cuarto?! — Shhh, no hagas un escándalo, por supuesto que es mi cuarto, ¿no pretenderías hacer la tarea en la sala? — P-Pero es que… — No seas tonto y entra de una vez. El pobre de Tobei no pudo decir nada y no le quedo más remedio que entrar al cuarto. Un lugar amplio también, decorado con muchas cosas algo infantiles para tratarse del cuarto de una chica de 16 años, en el cual se podía ver varios peluches, muñecas Barbie, revistas mangas, etc. — No sabía que te gustaba el manga Sayoko. — Dijo Tobei leyendo una de esas graciosas comedias románticas que tenia la joven sobre su cama. — ¡Deja eso metiche! — Le dijo Sayoko quitándole bruscamente la revista para guardarlo en su ropero que estaba bajo llave. — ¿Por qué te pones así?, no es tan malo que siga gustándote el anime y el manga, a mi también me gusta. — Y-Yo ya soy grande para esas cosas, solo las guardo por nostalgia, eso es todo. — Trataba de ocultar sus gustos, aunque sin resultado. — Eso no es cierto, nadie guarda tantas cosas así en su casa si no las usara, además muchas de estas revistas parecen ser nuevas. — A ti eso no te interesa, mejor empecemos a estudiar que no hay mucho tiempo. — Esta bien, como tu quieras. Los dos comenzaron a repasar, todo mediante una moderna computadora cuya pantalla tenia 80 pulgadas mas o menos, algo bastante cómodo para trabajar. Mientras hacían su tarea, Hanae entro para traerles sus refrescos, pero disimuladamente le cerró el ojo a Tobei cargándolo por estar tan cerca de Sayoko. Minutos mas tarde… — Esto no esta funcionando, hay tanto por memorizar, creo que nunca podré lograrlo. — Se quejaba Sayoko que le costaba retener en su mente cada nueva palabra aprendida. — Vamos Sayoko, no bajes los brazos, además estas cometiendo un error. — ¿Qué quieres decir? — No tienes que estudiar memorizando, de esa manera se complica mucho más. La mejor manera de hacerlo es usando tus propias palabras, claro sin cambiar el contenido de la información. — ¿Usar…mis propias palabras?, tarado esto es ingles, esa manera de estudiar no funciona con esta materia. — ¿Eh?, es cierto, no lo había pensado. — Ahhh. — Suspiraba la chica, ya creyendo que volverían a reprobar. — A este paso no lograremos nada. A eso todo esto a Tobei le había surgido cierta duda. — Por cierto, Sayoko, ¿Cómo es que antes rendías los exámenes de ingles?, alguna manera tendrías. — Mmm, si, tenia una manera. — ¿Y cual era? — Por supuesto…chantajeaba a los maestro. — Mencionaba orgullosa. — ¨ No digas eso como si fuera un logro. ¨ P-Pero no entiendo, ¿de que forma los chantajeabas? — Los amenazaba con que mi padre les arruinaría sus carreras y no volverían a dar clases. — Eso es tremendo, no puedo creerte. — Ja, que tonto de tu parte desconfiar de la palabra de una Otsuka. Tobei seguía con dudas de la veracidad de las palabras de Sayoko, por eso se le ocurrió preguntarle algo. — Si todo es tal cual me lo dices, entonces porque no haces lo mismo ahora. — ¡Imposible! — Contestó ella con firmeza. — Jamás podría hacerle eso al profesor. — Oye, oye, cálmate, dijiste recién que antes lo habías hecho, ¿por qué ahora no hacerlo? Sayoko estaba nerviosa y un rubor se le noto en sus mejillas. — Yo nunca…le haría eso al profesor Hirashi — ¿Huh? — Tobei le extrañaba esa reacción de su compañera, hasta que supuso de que podría tratarse el motivo. — ¡Ya lo se!, a ti te gusta el profesor Hirashi, ¿verdad? Sayoko no supo que responder a la pregunta de Tobei, solo pudo atinar a tomar uno de sus mangas y arrojárselos para hacerlo callar. — ¡Tú no sabes lo que dices, vete de mi casa! — Le dijo ella notablemente molesta con él y por sobre todo por preguntarle tal cosa. — ¿Por qué te enfadas ahora?, fue solo una pregunta inocente, no tienes porque ponerte así, tranquilízate. — No me digas como debo ponerme, dije que te vayas, ¡ahora! — Sayoko le señalo la salida con su mano y Tobei no quiso seguir hablándole y empeorar aun más la situación, solo pudo agachar la cabeza e irse de vuelta hacia su casa. Camino a la salida de la mansión, Tobei se encontró con Hanae, que como buena curiosa quiso averiguar como le había ido con Sayoko, pero este le mostró con la preocupación en su rostro que todo había sido un total fracaso. Hanae no quiso dejarlo ir sin antes averiguar que había pasado, fue allí que el le comento el hecho en cuestión. — Con que le dijiste eso, ¿eh? — No se porque se puso ella así, no era para tanto. — Tal vez si lo era joven amo. — ¡No me llames así Hanae! — Pero quizás cuando te explique los motivos reales sepas porque ella se enfado contigo. — ¿Los motivos reales? — La verdad sobre la señorita Sayoko. Próximo capitulo: el primer amor de la pequeña princesa
Capitulo 9: el primer amor de la pequeña princesa Después de hacer enfadar a Sayoko con un comentario casi inofensivo, Tobei iba camino de vuelta a su casa, pero antes de hacerlo la empleada domestica llamada Hanae quiso averiguar sobre lo ocurrido y con la historia del muchacho ya contada, Hanae iba a decirle algo acerca de su patrona, Otsuka Sayoko. Y en la cafetería… — Jajaja, parece que la señorita esta en verdad enojada contigo. — No te burles Hanae y mejor explícame lo que sabes. — Lo siento, es que la verdad la señorita es verdaderamente mala cuando se enoja con alguien, en verdad te comparezco. Que le dijera que era muy mala preocupo bastante a Tobei, aun mas sabiendo de la inmensa fortuna de la que era dueña la joven rubia y de las influencias importantes que ella tenia. — Al decir eso…me hace sentir peor. — Bromeo Tobei-san, pero ya déjame contarte la historia. — Oye no quiero escuchar un cuento, solo necesito saber porque Sayoko se enfureció conmigo. — No sabes escuchar, ¿verdad?, es necesario que te cuente esta historia para que entiendas los motivos de su enojo, así que, ¿vas a escucharme o no? — Esta bien. — Dijo casi por obligación y poniendo atención para escuchar el relato. — Bien, pues…todo empezó hace aproximadamente un año. Hanae inicio su relato… La señorita Sayoko hacia poco se había mudado a Japón, ya que casi toda su vida vivió en el extranjero junto con sus padres y su hermano Keisuke. Mientras Hanae contaba su historia, a Tobei le surgió curiosidad de saber en que país vivía Sayoko. — ¿En que país vivía?, en Estados Unidos claro. — ¡¿Qué?! Estados Unidos y es una burra en ingles. — No me grites al oído y déjame continuar. — Lo siento, sigue con tu cuento. — ¡No es cuento, es una historia real!, en fin…ella se había mudado a Japón y… Flashback: Pese a que por sus padres Sayoko es japonesa, al no haber tenido contacto con su país le pareció encontrarse en un lugar totalmente extraño para ella, es mas pensaba que su lugar de origen debería ser America y no Japón. Le costo mucho la adaptación, mas de lo esperado. Igualmente su riqueza y linda presencia le pudo facilitar el conseguir compañeros de clase inmediatamente. Todos deseaban sentarse junto a ella, todas querían ser como ella, era sin duda…la envidia de las chicas y el objeto de anhelo de los chicos. Pero Sayoko aun…se sentía solitaria. Uno generalmente piensa que si estas rodeado de personas es porque te quieren o admiran mucho, sin dudas que algo de esos sentimientos cruzaban por la mente de toda la gente que se le acercaba, pero en el fondo ella sabia que nada era real. Fin del Flashback: — ¿Qué nada era real? ¿Qué quieres decir? — La señorita Sayoko sabia que solo un motivo los impulsaba a acercarse a ella y eso era…su noble nombre. Tobei se quedo pensando en eso y pudo comprender un poco mas el porque de ese carácter tan agresivo de la chica. — Aun así, sigo sin entender el motivo del enojo de Sayoko. Hanae prosiguió con su historia. Flashback: Ella comenzó a alejarse de los chicos, al principio salía con todos ellos, pero lentamente fue perdiendo el interés en tener citas con cualquiera que se le cruzara. Algo similar pasó con sus amigas, todas las que tenia alrededor se fueron alejando por culpa ella misma, ya que no les hablaba ni se les acercaba o directamente las ignoraba por completo, creo que solo deseaba estar sola…antes de vivir de falsedades. Fue allí donde una persona le cambio su vida. Una de esas tardes, la señorita Sayoko se iba dirigiendo al colegio, solamente sus obligaciones la llevaban a ese lugar, lamentablemente su negación hacia la gente le causo problemas. — Que pocas ganas de venir tenia. — Sayoko venia lamentándose de tener que acudir a su escuela por simple obligación y no por tener deseos de hacerlo. En eso un grupo de chicos de su misma escuela la esperaban en la esquina antes de llegar a la institución, claramente ellos no venían con buenas intensiones. — ¿Eh?, ¿Qué hacen ustedes aquí? — Preguntó Sayoko algo extrañada por la presencia de ellos. — Oh, la gran damisela se enfada con solo vernos. — Dijo unos de los alumnos con clara ironía en sus palabras. — Necesito pasar, háganse a un lado. — Sayoko no se guardaba nada de su sentir e inmediatamente les hizo saber su bronca contra ellos. — ¿No se dan cuentas la hora que es?, llegaremos tarde a clases — Quizás sea porque no nos importa llegar tarde Otsuka-san, solo tenemos deseos de hablar con usted — No entiendo de que podrían hablar conmigo. — Por ejemplo podríamos hablar de tu trasferencia a otra escuela. — ¿Qué has dicho? — Lo que oíste niña rica, queremos que te vayas de aquí cuanto antes, no soportamos verte la cara. — Lamento que les moleste, pero no tengo intensiones de irme solo porque un grupo de idiotas me lo exige, ¿acaso se dan cuenta con quien están hablando? — La millonaria chica no pensaba dar marcha atrás y planeaba enfrentarlos, claro creyendo que los ahuyentaría solo por ser hija de un poderoso empresario. — No lo haremos, sino haces lo que te decimos tendremos que obligarte. — Enseguida, varios de los chicos de ese grupo acorralo a Sayoko, que pese a intentar defenderse de los golpes que le lanzaban cada uno de ellos, esta cayó inconciente por un golpe detrás de su cabeza. Poco paso para que ella recobrara la conciencia y viera como estos sujetos la tomaban con fuerza de sus brazos y los otros reían delante de ella. — S-Son unos cobardes, creen que van a intimidarme con sus acciones de mediocres. — Jajaja, eso es lo que creemos Otsuka y será mejor que te dirijas con mas respeto hacia nosotros, o la pasaras muy mal. — Este sujeto que le hablaba se llamaba Akimoto Keizo, y se le conocía por ser una verdadera sabandija sin escrúpulos. Pero Sayoko no se achico ante la situación y olvidándose de su educación escupió al rostro de Keizo que se molesto enormemente. — ¡Eres una entupida perra! — Keizo le golpeo con fuerza dándole vuelta el rostro a Sayoko, poco le importaba si se trataba de una mujer o no. — Ahora te enseñare a tomarme en serio, maldita. Sayoko se esforzaba por no llorar, no quería darles ese privilegio a estos malditos, fue ahí donde su salvador apareció. — Déjenla de inmediato. — Se escucho una fuerte voz que parecía pertenecer a un hombre medianamente mayor. Los alumnos voltearon a ver y se encontraron con la presencia del profesor Hirashi Shuichi quien los miraba con fiereza. — ¿Qué hace aquí profesor? — Le pregunto este casual líder de estas sabandijas llamado Keizo. — No estamos dentro del colegio, podemos hacer lo que queramos afuera y usted no debería meterse. — No estamos dentro de la escuela Keizo, pero no por eso lo que están haciendo no deja de ser una total canallada, típica de un grupo de cobardes disfrazados de estudiantes. — Será mejor que no se entrometa profesor, no seremos cuidadosos si nos sigue provocando. Shuichi quería detener a estos sujetos, pero sabia que estaba en inferioridad numérica y conociendo los antecedentes delictivos de estos jóvenes, nada bueno se podría esperar de lo que hicieran. Fue por eso que tuvo un plan para minimizar su desventaja — Te haces el valiente Keizo, pero la verdad es que sin este improvisado grupo de cobardes tú no serias nada. — ¡¿Quieres verlo?! — Te desafío a que lo hagas…Keizo. El juvenil maleante sin dudar se lanzo hacia el maestro él solo, cosa que buscaba el profesor para poder estar en igualdad. Se lanzaron golpes tras golpes, pero el profesor con mucha mas calle y fuerza, pudo prevalecer sobre el maleante y derrotarlo, dejándolo en ridículo delante de sus compañeros. — Eso es lo que pasa cuando un cobarde pelea solo. — Dijo el maestro mirando a Keizo tirado en el suelo, llenos de golpes marcados en su cuerpo. — Si alguno más quiere demostrarme lo contrario, que de un paso al frente ya mismo. — Dirigió su mirada al resto y estos estaban temblorosos sin poder decir ni hacer nada. — ¡Dije que dieran un paso ahora mismo! — Grito Shuichi con mas fuerza, espantando al grupo de jóvenes que apenas pudieron levantar a su compañero vencido y llevárselo lejos de allí. Después de que todos se fueron, Hirashi Shuichi se acerco a Sayoko, quien aun estaba asustada y con algunas marcas en sus manos, culpa del maltrato de esos individuos. — ¿Te encuentras bien? — Pregunto Shuichi mientras la levantaba del suelo lentamente. — G-Gracias, pero no debió hacerlo, ya que usted… — Sayoko aun no lo había visto directamente al rostro, solo escucho por el grito de los chicos que era un profesor de su misma escuela. Fue grande la sorpresa cuando ella pudo verlo de cerca. Se trataba de un hombre bastante joven de no más de 24 años y cuyo rostro blanco y sus enormes ojos azules lo hacían ver verdaderamente apuesto. — N-No debió interferir, tendrá problemas en la escuela por haber golpeado a ese chico. — La rubia se había puesto muy nerviosa ante el maestro. — Jajaja, no te preocupes por eso, en el colegio ya conocen los antecedentes de esos chicos, así que mi testimonio tendrá validez en caso de defenderme ante las autoridades. — Aun así…no tendría que haber… — Y además... — Continúo hablando el maestro. — No podía dejar que lastimaran tan bello rostro. No supo nunca el porque, pero desde ese día, Sayoko nunca mas pudo quitarse de su corazón al profesor Hirashi, ella por primera vez se había enamorado. — Me llamo Hirashi Shuichi, y soy maestro de esta escuela. — Y-Yo soy Otsuka Sayoko, y creo…que tendría que conocerlo.. — Será un placer tener una alumna tan linda en mi clase algún día. La señorita Sayoko se juramento que seguiría lo mas cerca que pudiera al lado del profesor Hirashi, fue así que ella se cambio a una escuela tan pequeña como la que acude actualmente. Fin del Flashback: Hanae termino de contar su historia, y dejo pasmado a Tobei con la misma. — Vaya, no me extraña que Sayoko se enojada conmigo, en verdad ella lo quiere. — Tobei quedo sorprendido pero tenia una inquietud sobre la historia de la sirvienta. — Ahora hay algo que no comprendo Hanae. Siendo algo tan personal de Sayoko, ¿como es que sabes con lujos de detalles lo que sucedió?, dudo mucho que ella te lo contara. — La verdad es que de casualidad limpiando la casa me encontré con su diario intimo y…se lo leí de pies a cabeza, jajaja. — ¨ No te rías, te tomas muchas atribuciones para ser una simple sirvienta. Pero al menos ahora se un poco mas sobre ella, quizás tenga que tratarla de otra manera.¨ Un lado desconocido de Sayoko es revelado a Tobei y ahora podría cambiar su manera de ser con la millonaria joven. Próximo capitulo: la estrategia de Sanako
Capitulo 10: la estrategia de Sanako Hanae le contó una historia a Tobei, en la cual estaba involucrada un pasado muy importante de Otsuka Sayoko, y develando algunas cuestiones que ahora le permiten al joven estudiante el entender un poco mas a la intolerable millonaria. Nuevamente Tobei caminaba en soledad camino al colegio, desdichadamente para él la compañía de Midori cada vez se veía más lejana y distante de su habitual rutina. — Imagino que Midori se habrá ido al colegio acompañando a Keisuke. — Inmediatamente sacada esa conclusión, cierta preocupación de apodero de él. — No tendría que molestarme tanto, ella es libre de juntarse y hacer amistad con quien quiera, pero… ¿por que será que me pone algo triste aceptarlo? Estaba tan ido en sus pensamientos que solo un pequeño saludo que acompaño una fuerte palmada en su espalda lo logro quitar de ese mínimo trance. — ¡Hola Tobei-kun! — Le saludo con su voz inconfundible la enérgica Sanako. — S-Sanako, trata de no darme esos sustos por favor. — Lo siento, es que me entusiasmo cuando veo a mis amigos. — ¨ Es increíble que ella me trate como un amigo de años cuando hace unos pocos días que nos conocemos.¨ — A propósito, ¿Midori-chan hoy tampoco te vino a acompañar a clases? Tobei se puso algo triste cuando Sanako le pregunto eso. — Creo que Midori ya ha hecho nuevos amigos, a lo mejor no tiene tiempo para mí. Sanako noto su preocupación y esa amargura que él parecía tener, por eso intento levantarle el animo. — Midori-chan es una chica especial. — Si…lo es. — Respondió Tobei algo ido. — Por eso es amiga de Tobei-kun, ambos son especiales. — ¿Eh? — No te preocupes por pequeñeces y te tengo una gran sorpresa. — ¿Sorpresa?, ¿Qué clase de sorpresa? — Ya te lo diré cuando entremos a clase, descuida. — ¨ Porque presiento que debo preocuparme. ¨ Ya dentro de su clase y aguardando el ingreso del profesor, Sanako quien extrañamente sentó a Tobei a su lado, estaba por comentarle las novedades o sorpresa que tenia para él, claro Tobei no estaba demasiado entusiasmado en saber que era. — Dime…Sanako, ¿Por qué me hiciste sentar en tu pupitre?, creí que era tu fortaleza y te molestaba que la invadieran. — Es que hoy olvide mis soldaditos para jugar con ellos. — ¨ Solo era por eso, típica respuesta de Sanako. ¨ Igualmente, ¿Misa no se sentaba contigo para la clase? — Misa-chan dijo que hoy no vendría al colegio, tenía algunos problemitas domésticos que resolver. — ¿Qué clase de problemitas domésticos?, ¿acaso se quemo cocinando u algo así? — No nada de eso, ya te enteraras después, pero vayamos a lo importante, mira esto. — La aspirante a cantante le enseñaba un cartel que hablaba sobre el nuevo casting artístico que se llevaría a cabo dentro de pocas semanas. — Había olvidado lo del casting, ¿así que te presentaras de nuevo Sanako? — Así es, pero en esta ocasión haré una estrategia diferente. — ¿Qué quieres decir? — Por algún motivo a Tobei comenzaba a incomodarlo el rumbo de esta charla. Sanako muy entusiasmada (¿Cuándo no lo ha estado?), le dijo que esta vez se presentaría junto a una banda, ya que las veces anteriores o por llegar tarde o por no ser aceptada como solista siempre fracasaba. — Espera Sanako, ¿crees de verdad que formar una banda aumentara tus posibilidades? — ¡Por supuesto que si!, hoy en día las bandas están en su mejor momento, hay que aprovechar lo que esta de moda. — Siempre y cuando se tenga talento. — Yo planeo convertirme en una estrella de la canción Tobei-kun, ¿creí que era tu sueño también? — Bueno si lo es…en cierta manera. Creo que el cantar era mas el sueño de Midori, a mi me gusta todo lo referido a la música, pero me parece que lo mío iría mejor por otro lugar, aunque ahora Midori… — Él miraba el asiento que su compañera había dejado vacío para estar al lado de Keisuke. Sanako pese a su locura era muy perceptiva de las cosas y de inmediato le tiro su idea el cual lo involucraba directamente a él. — Entonces la oferta que te voy a hacer no la puedes rechazar Tobei-kun. — ¿Huh?, ¿oferta? — Quiero que seas el representante de la nueva gran banda de pop, claro liderada por quien te habla. — ¡¿Eh?! Debes estar bromeando Sanako, ¿verdad? — Estoy hablando muy en serio, es mas aquí esta tu contrato, léelo y tenlo firmado para mañana. — Dejándole dicho contrato sobre la mesa. — ¡¿Q-Que?! Deja de decir eso Sanako, yo no se nada de representación ni nada por el estilo, además tengo que rendir el examen de ingles y… Sanako le dio varias hojas con algunas preguntas y también las respuestas, sin duda se trataba del examen de ingles que tenia que rendir Tobei. — Esto es… — Tobei observaba las hojas sin poder creer que estuvieran en poder de Sanako. — Es el examen, ¡¿como lo obtuviste?! — Shhh, no grites, yo solo hice una copia de mi propio examen, ¿o acaso olvidaste quien tuvo las mejores calificaciones? — Así que es tu examen, ¿pero porque me lo das? — De ahora en mas estarás muy ocupado en tu papel de representante, con lo que los estudios tendrás que dejarlo de lado por un buen tiempo. — La chica al parecer ya había decidido por él, claro sin su consentimiento. — Espera un momento, yo no he dicho que… — Repasa bien todo y dirígete al salón de música después de la clase, ¿de acuerdo? — Ella seguía sin escucharlo. — ¨ Supongo que no hay mas remedio.¨ — Se lamentaba Tobei, en eso vio que Sayoko que llego algo tarde lo llamaba para que se sentara al lado de ella. — ¨ Creí que ella estaba molesta conmigo, bueno, mejor así. ¨ — Se sintió algo aliviado por ver que la multimillonaria chica Otsuka seguía tratándolo pese a su discusión. — Lo lamento Sanako, pero Sayoko me esta llamando, tenemos que rendir el examen. — ¿Eh? — Sanako confundió a Tobei y de inmediato creyó cierta coquetería entre ellos. — Oh ya veo, por lo visto te has vuelto un don juan Tobei-kun. — Cállate, no es nada de eso. — Mira que Misa se pondrá celosa si te ve con ella. — ¡Sigues confundiendo las cosas! — Tobei no se había dado cuenta que su profesor ya había ingresado a la clase y no le gusto para nada su berrinche. — Señor Haga, guarde silencio esta por empezar la clase. — L-Lo siento profesor. — Se disculpo avergonzado y logrando que sus compañeros larguen la risa. Pero Sanako no había terminado con sus ocurrencias y no tuvo mejor idea que dar un mensaje al maestro y a la clase. — Profesor Hitachi. — Es Hirashi señorita Kobayashi. — Bueno, lo que sea, después de este examen deberé pedirle que le baje el régimen de lecciones a Tobei-kun, ya que tiene una importante misión que cumplir. — ¿Una importante misión? — El me llevara a mi banda y a mi a la fama internacional, así que déjenos seguir nuestro camino profesor Hitachi. Algo tan ridículo hizo que la clase entera no aguantara más y las risas se escucharon incluso en las otras clases. Por otra parte Keisuke y Midori veían a la simpática Sanako y comentaban con respecto a ella. — Jajaja. Esa chica no deja de sorprenderme, aparte de ser linda es bastante loquita, si que es llamativa. — Decía Keisuke sonriendo, Midori por otro lado veía a Sanako y a su amigo y algo podía notar. — ¨ Veo que tu también has comenzado a cambiar…Tobei-kun. ¨ — Pensaba con cierta nostalgia y sin dejar de ver a su amigo de la infancia. La banda de Sanako esta a punto de formarse, ¿pero quienes serán los integrantes? Próximo capitulo: saldando deudas
Capitulo 11: saldando deudas Tobei tenía algunos complejos problemas por resolver, pero en lo inmediato lo más importante era pasar el examen de ingles. Gracias a la ayuda de Sanako, el joven pudo rendir con excelencia al igual que su compañera, Otsuka Sayoko. — Vaya, no imagine que el examen de esa chica fuera tan bueno. — Decía Sayoko que miraba un diez enorme en su calificación, claro era exacto al que les paso Sanako. — Ella es muy inteligente, supongo que hasta en las personas más extrañas se les puede encontrar virtudes. — Y como es que tú no tienes ninguna. Siempre algún palo iba dirigido a Tobei, aunque ya se había acostumbrado a eso. — Ya, se que no tengo ninguna, pero no es necesario decirlo. Además ahora podrás sentarte con quien quieras, recuerda que solo estábamos juntos por este examen. — Si, lo se, algo positivo se puede encontrar en esto. — A Sayoko le resulto algo raro que Tobei se veía demasiado tenso. — ¿Qué te pasa?, te ves algo nervioso — Es que ahora viene lo peor. — ¿Lo peor dices? — Sanako nos ayudo con el examen, pero vaya a saber que nos ira a pedir a cambio. Sayoko se había olvidado de eso, y de repente un escalofrío también paso por su cuerpo. Cuando ella voltio su cabeza para observar a la alegre Sanako, en su imaginación una sonrisa diabólica se le había dibujado a la aspirante a cantante. — No debiste decirme eso Tobei, ahora si que estoy preocupada. Ambos imaginaron a Sanako sonriendo malévolamente y diciendo, ¨ Son míos.¨ — Es el diablo disfrazado de alumna. — Dijeron los dos a coro. Después de la hora de clase, el tan anhelado recreo iniciaba, con excepción de Sayoko y Tobei quienes hubieran deseado que nunca empezara. — Chicos… — Dijo Sanako lentamente acercándose al dúo asustado. — ¿Q-Que pasa…Sanako? — Le pregunto una aterrada Sayoko. — Es que ha llegado la hora de la paga de deudas, mi querida Sayoko-chan. Sayoko de por si era de piel blanca, pero la palidez que tenia su rostro era muy notorio de todas maneras. Ya en la sala de música donde los esperaba Sanako, los asustadizos Tobei y Sayoko con algo de miedo lentamente abrían la puerta para ingresar a ese salón y allí… — ¡Bienvenidos chicos! — Sanako los recibía con un atuendo precario, singularmente uno diría que se trataba de una vestimenta para salir a cantar, pero al notarse que era hecho a mano podía decirse que todo era improvisado. — ¿Por qué estas vestida así? — Le pregunto Tobei, aun sorprendiéndose con algunas de las acciones de su alocada compañera de clase. — Oh vamos Tobei-kun, ¿Qué nunca has visto a Jennifer López o Britney Spears con ropa especial para sus funciones? — ¨ ¿Acaso se esta comparando con ellas? ¨, igualmente no se porque nos llamaste aquí Sanako. — ¿De verdad no lo sabes…Tobei-kun? — ¨ ¿No me dirás que iba en serio con eso de que fuera su representante? ¨, espera Sanako con respecto a lo que me dijiste en la clase… Pero Tobei no era el único preocupado, a Sayoko le incomodaba lo que iría a pedirle la próxima estrella del pop. — Kobayashi, de verdad entiendo que hagas tonterías con este idiota, pero yo soy una chica muy ocupada para perder el tiempo, así que dime de una vez que es lo que quieres de mi. — HuHuHu, tú serás una pieza clave en mi futuro proyecto Sayoko-chan. — ¿Eh?, un momento, sigo sin entender de que estas hablando y a propósito, me molesto mucho que interrumpieras al profesor Hirashi para decir puras incoherencias. — ¿Incoherencias?, yo no dije ninguna. — ¡¿Cómo de que no?, y que fue eso de ser la futura estrella de la canción! — Eso fue la verdad, voy a serlo. Sayoko no podía ponerse a discutir con Sanako, menos intentar entrar en su lógica que era casi nula. — Me rindo, es imposible tratar de razonar con ella. — Sayoko baja sus brazos con clara resignación. — Bueno, ya que no hay nada mas que hablar, quiero que empieces a practicar con esto. — Sanako le acerco a Sayoko un viejo teclado que había sido mandado a reparar ya que llevaba un tiempo sin funcionar. — ¿Qué es esto? — Es un teclado. — ¡Ya se que es un teclado!, mi pregunta es para que me lo das a mi. — Es normal que cualquier músico tenga su instrumento a mano. — Le respondió Sanako con total normalidad. — Ah, su instrumento… ¡¿que dijiste?! Tobei no dejaba de impresionarlo la facilidad de Sanako por irritar a la gente. — ¿Cómo quieres que formemos una banda si no tienes un instrumento?, ¿o es que quieres usar la guitarra? — ¡No quiero nada Kobayashi!, ¡yo jamás te dije que me uniría a tu entupida banda! — Pero creí que te gustaba la música Sayoko-chan. — Una cosa no tiene que ver con la otra, no pienso unirme a esta idiotez. Pero Sanako jamás se rendía y tenía sus métodos para persuadir a las personas. — Mmm, que lastima, serias muy famosa si fueras una artista. — ¡Yo ya soy muy famosa, no necesito ese tipo de cosas! — Pero esto es diferente, sabes…a los hombres les resulta un plus muy importante el hecho de que una chica bella y famosa este con ellos. No hay nadie que pudiera resistirse a eso. — Como buena observadora, Sanako sabia algo sobre el interés de Sayoko por su profesor Hirashi. Ese comentario logro su objetivo, causándole muchas dudas a la rubia millonaria. — ¿En verdad…es tan así Kobayashi? — Por supuesto, los hombres se deslumbran ante una estrella. Sayoko en ocasiones pecaba de inocente, y esa inocencia le jugo en contra con una ventajera Sanako, que uso ese interés amoroso de la rubia para lograr convencerla. — ¡Esta bien, acepto! — Grito Sayoko de repente. — Un momento, ¿Qué dijiste Sayoko? — Tonbei creyó escuchar mal u algo no estaba bien, ¿ella había aceptado? — ¿Qué es lo que aceptas Sayoko? — Me uniré a la banda de Kobayashi y seré reconocida internacionalmente en el mundo de la canción. Sanako eufórica abrazo a Sayoko agradeciéndole el que se uniera a su grupo, (vamos la chantajeo), por otro lado Tobei parecía que nada lo sacaría de esta locura y otra vez la responsable era Kobayashi Sanako. — Por lo que veo Sanako…siempre logra lo que quiere. — Decía Tobei mirándola celebrar con la nueva tecladista. — Hey, Tobei-kun, únete al festejo, recuerda que tu nos representaras, así que serás rico mi amigo. Tendrás tanto dinero que no te dará el tiempo ni para contarlo, jajaja. — Gracias Sanako, pero prefiero verlas festejar en este rincón. — Oh, vamos, anímate, no seas tímido. — Sanako lo agarro de su abrazo arrastrándolo junto a ella y Sayoko y los tres formando un círculo se pusieron a saltar y festejaban diciendo… — Triunfaremos, triunfaremos. Lentamente el nuevo proyecto de Sanako Kobayashi comienza a tomar forma, aunque aun falta algo muy importante, el conseguir el resto de los integrantes. Próximo capitulo: el chico carnada
Capitulo 12: el chico carnada Las actividades en las clases del colegio son algo fundamental para progresar en los diversos rumbos que estos nos llevan. Y poniendo un gran empeño, Sanako inició el proyecto estrella (por si hacia falta aclarar, ella iba a ser la estrella). Sanako estaba acomodando y haciendo algo de limpieza en esa sala que se encontraba algo sucia y abandonada, ya que hacia un tiempo largo que ningún alumno se interesaba en pertenecer a este club. — Uff, esto es mas cansador de lo que creí. — Sanako se limpiaba su transpiración mientras detenía su trabajo. — ¿Cómo les esta yendo a ustedes chicos? Tobei y Sayoko limpiaban el piso, algo a lo que la rubia no estaba demasiado acostumbrada. — Maldición, este palo se me corre a todos lados. — Se quejaba Sayoko, que al parecer tenía problemas. — Sayoko, me parece que estas haciéndolo mal. — Le comentó Tobei al observarla. — ¿Ah si?, ¿y que te hace decir eso? — Estas sosteniendo el trapeador al revés. — ¡¿Qué?, ¿Por qué no me lo dijiste antes?! — Supuse que al menos sabrías como sujetarlo. — No hagas ese tipo de suposiciones, por que tendría que saber manejar un trapeador, eso lo hace la gente de limpieza no alguien como yo. — Nunca es malo aprender algo nuevo, Sayoko. — Yo no quiero aprender este tipo de cosas. — Está bien, solo no te enfades. — Jajaja, Sayoko-chan, sin querer te podrías convertir en toda una ama de casa. — A Sanako le causaba algo de gracia la situación. — ¡No digas tonterías Sanako! Los tres seguían con la limpieza y luego de una hora ya habían terminado, dejando el lugar casi como nuevo. — Bueno, creo que ya esta. — Sanako miraba el lugar impecable con un piso tan brillante y con buen olor. — Hicimos un buen trabajo pese a que éramos dos personas y media. — Esa media persona era Sayoko según Tobei. — ¡Te escuche Tobeitonto, no me hagas golpearte! Sanako no dejaría que se pelearan ahora que estaban ya listos para practicar. — Oigan dejen las peleas de tórtolos para después, tenemos que ensayar. — ¡¿A quienes les dices tórtolos?! — Dijeron acorde, en eso si eran parejitos. Pero todavía faltaba un detalle para iniciar el ensayo y Sanako parecía pasarlo por alto. — Oye Sanako, ya quieres comenzar, solo estamos nosotros tres y además dijiste que yo seria el representante. — Tobei intentaba hacerle recordar. — Es cierto, casi me olvidaba de las demás. — ¿Las demás?, ¿quieres decir que ya has contactado a otras personas? — Preguntó Sayoko que todavía no sabía los planes. — Por supuesto, ¿acaso pensaste que haría esto improvisadamente? — ¨ Pues eso precisamente es lo que pensamos. ¨ Y hablando de eso, ¿quienes son los otros integrantes? — El chico tuvo cierta inquietud al respecto. — Dilo en femenino no en masculino, será una banda formado por chicas. — Ya veo, estilo Spice Girls. — Menciono Sayoko que era fan de ese conjunto. — ¿Eh?, ¿y eso que es? — Para Sanako el decir Spice Girls era lo mismo que decir nada. — ¨ Sabrá de verdad algo de música. ¨ — Se preguntaba Sayoko que sintió que era una ofensa no reconocer a las Spice (Tampoco se trataba de los Beatles). — Vamos Sanako, no juegues al misterio, tan solo dinos quienes son las otras integrantes. — El joven ya estaba algo impaciente. — Ya, ya, tranquilos, todo a su debido tiempo. — La chica de largas coletas jugaba al misterio, pero todo tenía su límite. En eso la puerta de ese salón sonó, alguien llamaba y posiblemente era una de las chicas de esta nueva banda. — Lo ven, parece que ya llego una de ellas, iré a recibirla. — Mientras Sanako se dirigía a la puerta para abrirle a su visitante, Sayoko y Tobei la observaban aun no creyendo en lo que los había metido a ambos. — Sanako…esta loca ¿verdad? — Era la opinión d la rubia al ver el comportamiento de esa curiosa chica. — ¿Recién ahora lo descubres?, pero entre su locura no hay que negar que es muy decidida. — Decía Tobei. — Y también es muy graciosa. — Si, aunque siempre tiende a involucrar a otros en sus ideas. — Sayoko solía involucrarse con personas demasiado diferentes a Sanako y eso hacia que todo fuera raro para ella. Cuando Sanako volvió, ya la visitante estaba a su lado y si, era una de las integrantes de la banda y ella era… — Chicos, aquí viene nuestra baterista. — Dijo al entrar al cuarto y sujetándole del brazo a su nueva integrante. Sayoko miro a la baterista, como la nombro Sanako y sus ojos no podían creerlo. — ¿Qué?, ¿tu que estas haciendo aquí Hishikawa? — La sorpresa no fue bien recibida por Sayoko. — Ja, lo mismo debería preguntarte a ti ricachona, ¿que rayos haces en este lugar? — Esta joven es Hishikawa Narumi, chica con la que hacia poco Sayoko compitió en una carrera en plena clase de educación física. — No vine voluntariamente, a mí me obligaron. — Invéntate algo mejor, ¿que obligaron a la princesa del clan Otsuka a venir?, por favor. — Es verdad tetas de goma, sino pregúntale a Tobei. — Un nuevo apodo tenía Narumi en la creativa cabeza de Sayoko. Vaya que podía ser curiosa la forma de criticar a alguien que le molesta, ¿decirle tetas de goma a Narumi?, ¿acaso lo dirá por que tiene mucha pechonalidad? — Ya, Sayoko, no le digas esas cosas a Hishikawa-san. — Algo era claro, Tobei odiaba las peleas, sobre todo de mujeres y siempre interfería para detenerlas. — No me digas que me calle, haré lo que se me de la gana. — Sayoko sin darse cuenta hablaba bastantes con Tobei, aunque fuera solo para gritarle. — Eso, dile a tu novio que no te defienda, hazlo tú solita. — ¡Él no es mi novio, tetas de goma! Tobei no sabía como resolver este conflicto de chicas, así que se le ocurrió pedirle ayuda a la otra persona que había en esa sala para que las detuviera. — Sanako, podrías darme una mano aquí, las cosas se están poniendo candentes. — Le pedía Tobei. Pero la vocalista de la banda (que aun no tenía nombre), estaba metida en sus propias cuestiones. Ella se veía enfocada en los instrumentos que tocarían cada una de las chicas. — Estoy segura que Sayoko-chan podrá hacerlo bien con el teclado y la batería viene perfecta para una chica tan fuerte como Narumi. — Sanako estaba en su propio mundo. — ¨ Al parecer a Sanako no le importa en lo más mínimo que estas dos no se puedan ni ver.¨ Sanako, por favor, quieres ayudarme con ellas. — Tobei insistía pidiéndole una mano. — Oh, quieres entretenerlas un rato, ya tengo casi listo los instrumentos para ellas. — ¿Qué las entretenga? — El chico giro su cabeza y veía como Sayoko y Narumi se agarraban de los pelos diciéndose todo tipos de insultos, inclusos algunos que él jamás había escuchado antes. — ¿Y como pretende que haga eso? Desgraciadamente él tenía que hacerlo, fue así que tuvo un plan para detener esta pelea, y eso se le ocurrió al saber sobre cierto punto débil que tenia Otsuka Sayoko. — ¡El profesor Hirashi es un idiota! — Grito con mucha fuerza Tobei logrando llamar la atención de las peleadoras. — ¿Qué fue…lo que dijiste…Tobei? — Los ojos de la millonaria en verdad intimidaban y el pobre chico ya sabia que era muy tarde para dar marcha atrás. — ¡Me las vas a pagar Tobeitonto!, ¡¿Cómo te atreves a decirle eso al profe?, jamás te lo perdonaré! Sayoko se tiró encima de Tobei arrojándole golpes casi igual que lo haría un hombre, todo la clase y feminidad de Sayoko se había ido por la nubes. — ¡Sanako, ayúdame! — Gritó el golpeado chico con desesperación pero Sanako… — Si, estos instrumentos estarán bien para ellas. — Sanako no lo escuchaba. — ¡Que alguien me ayude! — Ese día Tobei descubrió lo que es ser un hombre golpeado. Próximo capitulo: la banda comienza a formarse
Capitulo 13: la banda comienza a formarse La banda iba a comenzar con el ensayo después de que el pequeño inconveniente entre Sayoko y Narumi terminara, claro quien no tuvo tanta suerte fue Tobei, quien quedo llenos de moretones provocados por la multimillonaria chica del clan Otsuka. — ¿Qué te pasa Tobei-kun?, no te veo muy animado. — Le pregunto Sanako al verlo decaído. — Me duele todo el cuerpo, pero quitando eso estoy bien Sanako, gracias. — Le contesto con el mas absoluto de los desgano. — Oye, se que Sayoko es linda y te puede gustar y todo, pero no dejes que te trate como un trapo de piso. — ¡¿Y quien dijo que ella me gusta?! — ¿Entonces porque vinieron juntos a este salón? — ¡Eso fue porque tú nos llamaste, ¿acaso ya lo has olvidado?! — Ahora que lo dices…si…yo los llame. Pero había algo que le seguía preocupando a Tobei. — Te sigo notando extraño Tobei-kun, te pasa algo más, ¿verdad? — Mmm, pues si, la verdad es que la situación de ellas dos… — Tobei miraba a Sayoko y Narumi como se estaban acomodando cada una con sus instrumentos pero a cierta distancia, tratando por todos los medios de no verse las caras. — ¿Cómo planeas que este conjunto funcione si ellas se odian? — No creo que se odien Tobei-kun, solo tiene algunas diferencias. — ¿De verdad crees que solo son diferencias?, mas bien veo resentimiento. Ese comentario le causó mucha gracia a Sanako. — Jajaja, se nota que conoces poco de chicas Tobei-kun. — ¿Huh? — El día que veas a una mujer enojada de verdad, ahí te darás cuentas de la diferencia. — Creo que prefiero no verlo nunca, pero hay otra cuestión Sanako. — Si, ¿Cuál es? — Contándote a ti, ustedes son solamente tres integrantes, ¿crees que baste con eso? — Los Beatles eran solo tres y les alcanzó con eso. — ¨ Por favor no te compares con ellos, además que eran cuatro, ¿en verdad ella sabrá de música? ¨ — Tobei descreía de la gran autoconfianza que tenía Sanako en ella misma. — Por el momento solo seremos nosotras tres, mas adelante veremos, tengo a alguien mas en espera. — Terminó diciendo la chica, pero todavía no tenia el consentimiento absoluto de Sayoko y tampoco el de Narumi. — Espera Kobayashi, yo aún no te he dicho que me uniría a tu banda. — Narumi no tenía muchas ganas de unirse al proyecto de Sanako, mucho menos después de saber que Sayoko también podría estar en el mismo grupo. — Empezando que tú no me dijiste que Otsuka estaría aquí. — Si tienes problemas con eso puedes olvidarte, yo no pienso unirme a esta entupida banda. — Una vez más Sayoko se veía desanimada. — ¨ De todas formas no necesito hacer algo como esto para que Suichi se fije en mi. ¨ — Por favor chicas, no me hagan esto, las necesito. — Les rogaba Sanako, que por alguna razón sentía que estas dos jóvenes eran las indicadas para conformar su grupo musical. Tobei que hasta el momento solo se mantenía al margen de todo, veía como Sanako le ponía mucho empeño en convencer a las orgullosas chicas, esa manera de ser le provocaba al muchacho el querer ayudarla. — Chicas, se los pido, no me dejen. — Seguía insistiendo Sanako, pero no había ningún avance y las muchachas comenzaban a emprender la retirara. — ¡Espera Sayoko, Narumi, deténganse ahí! — Las freno Tobei antes de que salieran. — Escuchen a Sanako, ella puede ser rara, meterse en problemas, incluso tener una voz chillona. — ¡Hey, me estas defendiendo, ¿verdad?! — Pregunto Sanako algo extrañada de que Tobei en primer lugar hablara tanto. — Tú déjame terminar Sanako. Escuchen chicas, ella puede ser la loca mas grande del mundo, pero es muy valiente y decidida, ¡no la abandonen por favor! Tobei termino su discurso esperando alguna señal positiva, o al menos que pondrían en dudas el retirarse, pero en cambio… — Eso fue…el peor discurso que escuche en mi vida. — Sentenció Sayoko con cara de nada y volviéndose a dirigir a la puerta de salida. — En serio chico, trata de conmover un poco mas a la gente, esas palabras tan ridículas no te ayudaran cuando quieras enamorar a una chica, ve practicando. — Narumi también entendía que Tobei era… un idiota y perdedor sin remedio, en fin tampoco le dio ninguna importancia. La buenas intenciones de Tobei no dieron ningún resultado, pero aun así Sanako se sentía agradecida de que intentara ayudarla, pero también creía por dentro al igual que las otras chicas que su discurso fue pésimo. — No te preocupes Tobei-kun, hiciste lo que pudiste. — Le daba pequeñas palmadas en la espalda mientras intentaba consolarlo. — Pero Sanako, dijiste que ellas eran las indicadas para tu banda, ¿no? — Y sigo pensando igual Tobei-kun, la verdad es que tuve una fuerte corazonada con ellas, por eso las había elegido. — ¿Entonces las dejaras irse aún sintiendo que son las indicadas? — No se puede hacer nada mas, sinceramente yo tampoco soy tan buena para convencer a la gente para que me siga, es raro ¿no?, mas tratándose de alguien que planea ser una cantante y líder de su conjunto. — Pese a sus esfuerzos, Sanako sentía algo de tristeza por no poder retenerlas, pero no quería obligarlas, sabía que no podía hacerlo y aunque pudiera jamás lo haría. Tobei por primera vez noto algo de tristeza en el rostro de Sanako, algo totalmente adverso a la chica alegre y festiva que constantemente hacia sonreír a todos en el colegio. — ¨ Sanako en verdad, se nota que este es tu sueño.¨— El joven estaba preocupado por ella, y no quería bajar los brazos, fue por eso que de inmediato corrió hasta la puerta metiéndose entre esta y las chicas que querían marcharse. — ¿Qué crees que estas haciendo Tobeitonto?, quítate de la puerta. — Sayoko fastidiada y con muy pocas pulgas quería irse de una vez y siempre algo la retenía. — Chico, ¿que es lo que planeas?, déjanos pasar de una vez. — Narumi por las dudas estaba lista incluso para darle unos golpes si no quería apartarse. — ¡No las dejare irse, no hasta que ayuden a Sanako! — ¡¿Y que?, ¿piensas obligarnos a quedarnos?! Quítate de una vez Tobeitonto. — ¡Dime tonto y todo lo que quieras Sayoko, pero no quisiera ser una cobarde como ustedes! Tobei no se apartaba e incluso se animó a desafiarlas diciéndole lo que sentía de corazón. — ¿Nos dijiste…cobardes? — Estaba atónita Sayoko por lo que había escuchado. — Este chico, ¡¿crees que porque soy mujer no voy a darte una paliza?, Cómo te atreves a llamarme cobarde! — Narumi estaba furiosa y su puño a punto de ser usado. Sanako no entendía el motivo por el cual Tobei la defendía e intentaba persuadir a estas chicas. — ¡Espera Tobei-kun, no es necesario que hagas esto por mi, yo estaré bien, de todas formas seguiré con mi proyecto! — No se trata solo de eso Sanako. — ¿Eh? — Estas chicas se pusieron muy celosas cuando tú obtuviste el segundo lugar en esa encuesta de popularidad. Tanto Sayoko como Narumi se piensan que lo único que importa es verse bien y contar quien es la que sale con más chicos, pero eso… ¡eso no las convierte en una valiente mujer que lucha por su sueño como si lo es Sanako! Esta vez si las palabras de Tobei habían surtido efecto en las chicas, en las tres, ya que cada una de ellas quedo pensativa con lo dicho. — ¨ Tobeitonto, ¿eres tan obstinado por el sueño de alguien mas?, en verdad eres un tonto sin remedio.¨ — ¨ Este chico…no creí que alguien se preocupada tanto por un proyecto ajeno a él.¨ Sanako tuvo cierto cosquilleo que ya hacia mucho tiempo no sentía. — ¨ ¿Por que te preocupas así?, no era necesario Tobei-kun. ¨ Después de que al fin Tobei había llamado la atención de ellas, un hecho inesperado pasó para echarlo a perder el esplendido momento de nuestro amigo. La puerta repentinamente se abrió con fuerza planchándole el rostro en el buen sentido de la palabra a nuestro golpeado amigo. — ¿Q-Que le paso a Tobeitonto? — Dijo Sayoko. — El chico debe estar hecho tortilla, pobrecito. — Acoto Narumi. — Tobei-kun, ¿estas vivo? — Sanako un poco más exagerada le pregunto. La responsable fue Misa quien venia algo apurada y con un instrumento en su mano. — Lamento llegar tarde Sana, pero recién termino de hacer la tarea de ciencias. Las dos que querían desertar no podían creer que en la misma sala se encontraba la líder en popularidad del colegio, Takaoka Misa. — Ella es… — Takaoka Misa. Misa las miro a los ojos y les saludo amablemente. — ¿Ustedes serán parte de la banda?, encantadas de conocerlas, me llamo Takaoka Misa. — Les hacia una reverencia. Pero Sayoko y Narumi vieron esto como una gran oportunidad para desafiar a la privilegiara chica con la cual todos los estudiantes soñaban. Ambas en sus pensamientos se decían… ¨ ¡Es nuestra oportunidad de vencerla! ¨ Fue gracias a la presencia de Takaoka, que tanto Sayoko como Narumi aceptaron quedarse en el grupo, por lo menos por un tiempo. Eso puso más que feliz a Sanako que veía que lentamente su proyecto volvía a consolidarse y ya iba siendo tiempo de que ensayaran para ver que salía, pero hablando de otra cosa… ¿Y Tobei? — ¿Pueden levantarme? — Pedía el chico aun en el suelo y con un enorme chichón en su cabeza, causado por el portazo de Misa. Próximo capitulo: un complicado primer ensayo
Capitulo 14: un complicado primer ensayo Día soleado, era una tarde ideal para hacer actividad física al aire libre con una refrescante brisa golpeándote el rostro, bueno eso hubiera preferido Tobei pero en cambio… — Hey Tobei-kun, ¿te sientes bien?, te veo algo extraño. — Le pregunto Sanako preocupada. — ¿Por qué lo dices? — Estas rojo. — El rostro del pobre muchacho se había vuelto casi igual que el color de un tomate, todo por culpa de las altas temperaturas que sobrecalentó su cuerpo y en especial su cara. — El calor es inaguantable Sanako, ¿acaso no hay aire aquí? — Si lo hay, mira. — Señalo un pequeño ventilador sobre una silla de madera, obviamente era imposible que tan pequeño artefacto fuera suficiente, tanto que incluso un abanico era capaz de ventilarte mas. — No creo que baste con eso Sanako. — Mmm… — Pensaba ella mirando el artefacto. — ¿Seguro? — ¡Claro que si! — Últimamente Tobei se exaltaba con facilidad. — Perdón…digo, ¿no seria mejor cambiar los planes? Sanako ya tenia todo casi listo para al fin poder iniciar el tan dificultoso y demorado ensayo , pero también tenia muy en claro que fue gracias a la intervención de Tobei que tanto Sayoko como Narumi aceptaron ser parte de la banda por lo que esta vez iba a escuchar su consejo. — Supongo que tienes razón Tobei-kun. — ¿Eh?, ¿en serio? — Era de esperarse que la sorpresa de él fuera grande ya que era la primera vez que le daba la razón en algo. — Aja, cambiaremos los planes mi amigo. Tobei supuso que esto seria un cambio de fecha y que recién al otro día comenzarían con el ensayo, pero como siempre Sanako tenía una facilidad muy grande de solucionar las cosas con sus alocadas ideas y a su vez sorprender con las mismas a sus compañeros. — ¡Muy bien, ahora si empecemos con el ensayo! — Les indicaba la revoltosa chica a su mini banda, cada una de ellas vestida con sus ropas de educación física, la cual consta de una remera manga corta color blanca y ajustados pantaloncillos color rojo. Toda esa facha la estaban usando afuera del colegio, más bien dicho en el mismísimo patio del establecimiento, haciendo que profesores y alumnos de otras clases quedaran con la boca abierta. — ¡¿Qué es lo que están haciendo alumnas?! — El director bastante rabiado miraba como estudiantes de su institución se mostraban en público con tanta liviandad y enseñando sus atrayentes cuerpos. — ¿Por que están vestidas de esa forma? — Vamos director, hace mucho calor y aparte estamos vistiendo indumentaria del establecimiento, ¿Qué tiene de malo estar así en el verano? — Sanako muy astuta, tenía siempre una buena explicación a sus extravagantes ideas. Era de esperarse que ver a tres de las preciosidades más grandes del colegio en esas fachas haría enloquecer a los Chicos del colegio, quienes no paraban de decirles piropos y algunas cosas más un tanto subidas de tono, que ameritaban a buenos puñetazos de las chicas, mas bien dicho de Misa que se encargo de ponerlos en su lugar golpeándolos uno por uno. — ¡Cállense malditos degenerados, no estamos haciendo exhibición para ustedes! — Misa apretaba el puño mostrándoles su furia y advirtiéndoles lo que le pasaría si seguían diciendo barbaridades. — ¡Por favor siga golpeándonos Takaoka senpai, usted es la mas atractiva de todas! — Unos de esos desenfrenados alumnos insistía en ser maltratado por la bella chica de largo cabello negro, y como esta no veía motivo para detener la golpiza, siguió castigándolo hasta dejarlo inconciente y claro dejando de decir tonterías. El director sabía que se estaba poniendo todo fuera de control y tenia que tomar cartas en el asunto para detener esta locura generada por la alocada Sanako. — Señorita Kobayashi, deberá entender que esto se esta saliendo de control, le pido que practique dentro de su sala y no ande exhibiéndose junto a sus amigas. — Pero director, hace demasiado calor allí adentro y es en verdad agobiante, por favor permítanos hacerlo aquí en el patio, no molestamos a nadie. — La hermosa Sanako trataba de convencerlo mostrando algo de ternura a la hora de pedírselo, pero el director no se ablandaba pese a lo coqueta que era la chica. — Imposible Kobayashi, esto no puede ser, tengo que tener al colegio en un grado de respeto mutuo entre los alumnos y esto precisamente va en contra de eso. — ¡Pero si nosotras no le faltamos el respeto a nadie! — Ya la paciencia de Sanako se ponía en juego al ver lo cerrado que era el director en cuanto a su decisión. — ¡No, y no se diga mas, vayan adentro! Sayoko observaba y algo incomoda se le acerco a Sanako para convencerla de irse de nuevo a su clase. — Oye Sanako, vamos a tener que hacerle caso, él no dará el brazo a torcer. — Ella esta en lo cierto Kobayashi, mejor dejemos el ensayo. — Narumi extrañamente estaba de acuerdo con la rubia en esta oportunidad. — Sana, ¿que es lo que harás? — Le preguntaba Misa que parecía ser la única que no quería hacerle cambiar de parecer a su amiga. — Ja, es raro que me lo preguntes Misa-chan, tú sabes lo que te voy a responder. — Misa al verla a los ojos se dio cuenta de que era lo que le quería decir, y eso era su determinación de seguir. — Ya veo Sana, en ese caso tienes mi apoyo. — Gracias Misa-chan. Pero Tobei sentía algo de culpa por la regañada del director, ya que por su queja del calor en la sala de ensayo Sanako había decidido hacerlo en el patio del colegio. — Espera Sanako, lo mejor va ser que lo terminemos por hoy, después de todo fue por mi culpa que vinieras aquí. — Que dices Tobei-kun, es cierto que tú te quejabas por el calor, pero el venir aquí fue mi idea, además… — Hizo una pausa y lo miro al chico. — Yo todavía no planeo irme. — Concluyo cerrándole el ojo con complicidad. La determinación de Sanako era muy grande, y fue así que se le acerco al director con la seguridad de convencerlo. — ¿Ahora que vas a decirme Kobayashi?, no intentes nada porque no las dejare ensayar aquí. — El director seguía firme. — Pero director… — Sanako comenzó a acercársele de manera seductora y poniendo su rostro muy cerca del encargado del establecimiento. — Pretende asfixiar a estas hermosas chicas en un cuarto que parece un sauna, ¿no abrá algo que se pueda hacer al respecto? El director estaba entre la espada y la pared y no solo la banda esperaba su respuesta, sino que también todo el resto de los alumnos del colegio que esperaban seguir mirando a tan atractivas chicas. — No puedo creer lo descarada que es Sanako. — Se decía así mismo Tobei incrédulo ante lo que estaba viendo. — Se nota que aun no la conoces lo suficiente Tobei. — Misa quien estaba cerca de él comenzó a hablarle. — Sana no es una chica tan débil como muchos piensan. Quizás ella sea loca, extravagante, incluso molesta, pero déjame decirte, Kobayashi Sanako es la persona mas determinada que he conocido en mi vida. — Reafirmaba sus dichos siendo atentamente escuchado por Tobei. Si es por sus amigos y por cumplir sus sueños, Sanako…nunca renunciara. Tobei estaba inquietantemente sorprendido por lo que le dijo Misa acerca de su alocada compañera de clase y ahora representara y mirando bien su actuación frente al director, creía que lo dicho por Takaoka era totalmente cierto. — Ya veo…ella… es muy valiente. — Respondió el joven ante los dichos de Misa con una enorme sonrisa. Por su parte el director estaba en un verdadero aprieto frente a la determinada Sanako. — ¿Qué me dice director?, ¿nos dará una solución a mi y a mi banda? — ¡E-Esta bien Kobayashi, si usted se pone en esa postura entonces…! — Dijo algo acobardado el sudado director. Una hora después… — ¡¿No les parece fantástico?, el director nos compro un aire acondicionado para la sala de música! — Decía alegre Sanako. — Tampoco lo hizo gratis, prácticamente lo chantajeaste seduciéndolo. — Casi resignado afirmo Tobei y suspiraba pensando en que más lo llevara las locuras de su bella amiga cantante. Sanako se las sigue ingeniando para salir de aprietos, pero… ¿Cuándo ensayaran? Próximo capitulo: la primera impresión del público
Capitulo 15: la primera impresión del público Ya con el aire acondicionado instalado, Sanako al fin comenzó el ensayo, ella en la guitarra y cantando, Sayoko en el teclado, y Narumi en la batería y Tobei sentado en una silla mirando como un buen representante, (aunque él no tenga idea de que hacer en un cargo como ese), todo con publico como espectador ya que los otros alumnos espiaban por la ventana a las chicas — ¡Comiencen chicas, las estamos alentando! — Le gritaban muchos de los alumnos apretados contra los vidrios de los ventanales, observando meticulosamente a las muchachas, tres de los pilares en cuanto a belleza que había en el colegio. — Uff, que escandalosos son. — Misa no estaba muy de acuerdo con la presencia de tantos chicos. — Takaoka-san, ¿tanto te molesta ser famosa? — Extrañada le preguntaba Sayoko quien al revés de la chica morocha era muy dependiente de la opinión de la gente. — Ese tipo de fama como dices no te trae nada bueno, al menos a mi no me interesa. — ¨ Wow, Misa tiene una expresión tan seria y tranquila, tal vez su carácter frío y distante también sea uno de sus atrayente. ¨ — Opinaba Sayoko que no se parecía en nada a su bajista y nueva compañera de música. — Hey Sayo-chan, tú estuviste en otras bandas anteriormente, dicen que eres famosa. — Se le dirigió Sanako a la millonaria rubia, quien se molesto de la ignorancia de su vocalista. — ¡Sanako, parece que no sabes nada del espectáculo, ¿no?! — Gritó muy enfadada. — ¿Eh?, ¿Por qué lo dices? — ¡Para empezar yo jamás forme parte de una banda, cantaba a dúo con mi hermano! — ¿Y eso no es una banda? — ¡Es un dúo tonta! — Mmm. — Sanako sólo murmuro por dentro, no parecía entender muy bien la explicación de Sayoko, (la verdad la chica en un poco lenta). — Olvídalo, pero debo aclararte una cosa Sanako, yo jamás he tocado un instrumento, solo cantaba y por eso iba a decirte que yo quiero ser la vocalista. — No, ni en tus sueños. — Le respondió de manera cortante no dejándole ninguna duda. — ¡¿Cómo dices?! ¿Te atreves a responderme tan relajadamente Kobayashi? — Claro, soy tu líder Sayo-chan, debes hacerme caso. — ¡¿Quién dijo que eres mi líder?! La exasperación de Sayoko le causo cierta preocupación a Misa y a Narumi por lo que trataron de hacerla entender. — Ya cálmate Otsuka, es normal que al ser la cantante ella nos dirija. — Le explicaba con bastante tranquilidad Narumi. — Es verdad Sayoko-san, la mayoría de las bandas son lideradas por su vocalista y en este caso, Sanako es la que canta. — Le dijo Misa que no tenía problemas con que su única amiga Sanako fuera la líder. — ¡Es por eso que yo quiero ser la que cantante, vamos Kobayashi, déjame el micrófono a mi! — No, cantaras solo el día que este muerta. — Si es ese el caso, estonces voy a matarte Kobayashi. Sanako y Sayoko comenzaron a forcejear con el micrófono, incluso Sana por momentos lo mordía para aferrarse a él. — Estoy viendo bien, Sanako esta por comerse el micrófono. — Decía Narumi tratando de entender si lo que veían sus ojos era real. — Mas bien parece un perrito protegiendo su hueso, ahh…en que clase de banda me he metido. — Con resignación suspiraba Misa Pero Misa dedico un poco de tiempo a ver lo que hacia su supuesto representante Tobei, quien se moría de la risa sentado en una silla al rincón de la sala. — Jajaja, esto es increíble, jama imagine que Sanako llegaría a esos extremos. — Oye representante. — Misa se arrimo al lado de él mientras que las otras dos chicas seguían con sus berrinches. — Misa, ¿Qué sucede?, ¿estas aburrida? — No diría aburrida, pero a este paso creo que jamás llegaremos a ningún lado. — Bueno, en algo tienes razón, en estas circunstancias se les será difícil progresar, pero por otro lado… — Creo que tú y Sanako tienen lo necesario para solucionar sus problemas, incluso Sayoko podría hacerlo. Misa notaba que Tobei confiaba en el proyecto de la banda, pero la verdad era que ni ella misma pensaba que esto fuera a durar mucho tiempo. — Te seré sincera Tobei-kun, desde un principio yo jamás pensé que esto llegara a ningún lado, la verdad es que solo acepte hacerlo para no desalentar mas a Sanako. Ella siempre fue muy perseverante y cuando se le ponía una idea en la cabeza, difícilmente le podrías cambiar de parecer. — Y es por eso que eres su amiga, ¿no? — Por eso…y porque es la única que me comprendió y me acepto por quien era. Tobei notaba que Misa era quizás la persona más cercana a Sanako y su mejor amiga sin dudas, por tal motivo él nuevamente se pondría en acción. — Muy bien chicas, porque mejor no… — Cuando Tobei intento apaciguar las aguas, los chicos que miraban detrás de los ventanales del salón le gritaron con fuerza… — ¡No te entrometas! — Le gritaron todos los chicos a coro. — Oigan ustedes, ¿Qué hacen espiando todavía allí?, creí que se habían ido. — Se molesto Tobei con la interrupción. — ¡Ese no es tu asunto Haga, pero lo que te vamos a advertir es que no te metas en su discusión! — Le decía uno de esos chicos. — ¿Qué no me meta?, ¿y por que no? — Le pregunto sin entenderlo. — Ahora mismo los muchachos y yo estamos apostando quien ganara la pelea, por ahora van empatadas. La razón de los chicos era más entupida que las ideas que solía tener Sanako, tanto así que la mismísima líder de la banda dejo su rencilla un momento y a paso firme, como si sus pies fueran de plomos se acerco a los ventanales para estar cara a cara con esos gritones. — Escúchenme bien zánganos, Tobei-kun es nuestro representante, así que será mejor que no le falten el respecto. — Oh, es Sanako-chan, se ve tan linda con esa larga cabellera. — Ya la chica había ganado muchos admiradores, quizás no por el lado que ella desearía que era por ser cantante, sino por su belleza que ni la misma joven admitía tener. — Miren bien. — Señaló Sanako a Tobei que miraba con cara de feliz cumpleaños. — Ese chico de allí es nuestro representante, quien nos llevara a la fama a las chicas y a mí. Ni le les ocurra volverle a gritar, ¿esta claro? — Cuando se lo proponía, Sanako era en verdad persuasiva, lo había hecho ya para convencer al director de comprarle el aire acondicionado, y ahora lo hacia con los chicos para que dejaran de gritarle a su amigo Tobei. — ¡Si Sanako-chan! — Los chicos no pudieron resistirse a las peticiones de Sanako y enseguida le aceptaron lo que le pedía. Y después de todo eso… — ¡Comencemos! — Grito Sanako dándole la señal a sus compañeras de grupo que ya tenía cada una la letra para seguir la canción que su líder había elegido. — ¡Uno, dos, un, dos, tres, va! Sanako empezó a cantar y de inmediato llamo la atención de sus compañeros y de su propia banda. Era una voz realmente atípica y muy poca veces escuchada con anterioridad, se podría decir casi única. — La voz de Sanako es… — Meritaba Sayoko. — Es fuerte y a la vez aguda. — Señalo Narumi. Pero en pocas palabras, a todos le encantaron las primeras melodías que la voz de Sana daba a conocer a sus amigos. — ¨ Quizás no sea la voz mas grandiosa del mundo, pero…¨ — Tobei con admiración no dejaba de observar a su representara. — ¨ Es un gran comienzo Sanako. ¨ La primera vez que la banda tocaba fue de buena manera, con una total aceptación de sus compañeros que desde afuera aplaudían la canción, y obviamente también a las bellezas que tocaban. — ¡Fue estupendo chicas, no imagine que saldría tan bien en la primera! — Les agradeció Sanako al resto de las integrantes del conjunto. — Para serte sincera, el teclado me gusta bastante Kobayashi, quizás siga tocándolo. — No lo hiciste mal tú tampoco Otsuka, aunque claro yo fui la mejor con la batería. — Presumía Narumi aunque Sayoko en esta ocasión no se molesto por eso, ya que todas se sentían conformes y felices. Pero los momentos felices parecen durar poco en la vida de nuestras futuras estrellas y en esta ocasión una visita cambiara algunos planes, ¿o no? La puerta del salón de música de abrió de repente debido a una fuerte patada que una pequeña chica de cabello negro y ojos verdes había dado. — ¡Onee-san, ¿Qué haces aquí?! — Gritó la chica, ni bien entro a la sala. — ¿Quién es esa niña? — Preguntó Sanako sin entender. — No es una niña. — Respondió Misa quien parecía conocerla. — Ella es Nanako, mi hermana menor. Una pequeña y simpática niña viene a plantársele al reciente grupo. Próximo capitulo: la explosiva Nanako
Capitulo 16: la explosiva Nanako Un primer ensayo favorable hacia preveer que las cosas estarían bien encaminadas para la nueva banda que había creado Kobayashi Sanako y algunas de sus compañeras de clase. Incluso los espectadores en su mayoría masculinos que las veían y escuchaban detrás de los ventanales del salón de música también habían mostrado su aprobación ante la primera melodía de las chicas. Pero una tormenta daría un giro inesperado al grupo, o más bien una pequeña nube de mal augurio llamado Takaoka Nanako. — Misa… ¿quien dijiste que es esta niña? — Le pregunto Tobei mirando a la chica de profundos ojos verdes y cabello negro al igual que Misa, solo que ella tenia dos pequeñas coletas en los lados y su estatura era algo mas baja que la de su hermana. — Ya lo dije, ella es Nanako mi hermana menor. — ¿Esa niña es tu hermana? — Tobei dijo señalando a la chica que no tomo demasiado bien que le llamara niña, tanto así que ella le dio un fuerte puntapié en sus genitales, como una brusca manera de presentarse en sociedad. — ¡¿A quien llamas niña tarado?! — ¿Por qué…me pegas? — Pregunto el joven que se tocaba su zona sensible que estaba algo inflamado. — A ti idiota, empezando que no deberías dirigirte con tanta confianza con alguien que recién acabas de ver. Mientras Tobei se arrodillaba al suelo aun con dolores (claro quien no los sentiría), Nanako miraba a su hermana mayor como dándole entender que buscaba explicaciones. — ¿Por qué me ves de esa forma Nanako? — Le pregunto Misa sin dejar de lado su habitual frialdad. — ¿Y aun lo preguntas onee-san?, ¿dime por que no regresaste temprano a casa? — ¿Que dices? — Estaba preocupada que hacia ya mas de una hora que deberías haber vuelto a casa, fue por eso que se me ocurrió que podrías estar aquí y buscando en el colegio una encargada de limpieza me dijo que te había visto entrar en esta clase. — Como ves aquí estoy Nanako, estoy ensayando. — ¿Ensa…yando? Misa tomo su bajo y no dándole mucho interés a su hermana menor, ella continuaba tocando su instrumento como si nada. — ¿No me dijiste que te habías unido a una banda? — Menciono Nanako sorprendida por la actitud de su hermana. — ¿Qué no te dije?, y dime… ¿desde cuando yo debo darte reporte de mis actividades?, ¿o es que acaso yo soy la menor en casa? — No, no me refería a eso onee-san, pero es que yo… — Le decía con algunos lagrimales en sus bellos ojos. — Yo estaba preocupada por ti. Misa la escuchaba pero aun así no mostraba ningún indicio de que le importara lo que decía. — Nanako. — Dijo de repente Misa captando la atención de su hermana. — S-Si onee-san. — Volveré a casa luego del ensayo, en media hora mas estaré allí, así que puedes irte. Nanako no creía lo que escuchaba, mas sabiendo que Misa jamás había pertenecido a ningún tipo de club en los colegios, siempre renunciaba a ellos por no interesarles. — Onee-san, ¿por qué tú? — ¡Si sigues estando aquí solo lograras desconcéntrame Nanako, vete a casa! Nanako se sentía algo decepcionada de la reacción de su hermana mayor, mas aun que ella esperaba que la acompañada hasta su casa, pero la respuesta que recibió a cambio la linda niña fue totalmente contraria. — Hey Misa-chan, no seas tan gruñona con tu hermanita, ella se ve tan adorable. — Sanako veía con emoción a esa jovencita deseando tener una hermanita pequeña también, aunque la elogiada no se veía contenta por el halago de Kobayashi. — ¿Y esta loca quien es? — Le pregunto Nanako a su hermana, lo que le hizo sentir a Sanako que un yunque caía en su cabeza después de haberla defendido. — La loca es Kobayashi Sanako, es la líder de nuestra banda. — Respondió a secas Misa. Nanako miraba incrédula a Sanako, descreía que una persona así pudiera ser la que liderada una banda, y mucho menos un conjunto en donde su muy capaz hermana mayor Misa integraba también. — ¿Hablas en serio onee-san? — Muy en serio, ¿por que lo dices? — Es que no pude ser, alguien como ella… — Dijo dejando entre dudas la capacidad de Kobayashi como líder del grupo. Sanako que no era muy rápida en captar las ofensas dirigidas a ella (En serio, le pueden decir idiota y esta chica se reiría). — Jajaja, Misa-chan, esta chica también se ha dado cuenta de mi gran talento, la he dejado con la boca abierta. — ¨ Es todo lo contrario tarada. ¨ — Pensaba para si misma Sayoko quien se mantenía al margen de la charla como el resto de los que estaban allí en la sala de música. Por otra parte, Narumi algo aburrida de esa charla entre la familia Takaoka se arrimo al también cansado y fastidiado Tobei para matar un poco el tiempo. — Dime representante. — ¿Eh?, ¿me hablas a mi? — Aun no dando por echo que el las representaba. — ¡Claro que te hablo a ti idiota, ¿Quién mas esta aquí?! — Cierto que Sanako me impuso ese trabajo, en fin, ¿que deseas Hishikawa? — De ti no deseo nada por suerte, pero quería preguntarte que harás al respecto con este asunto. — ¿Qué voy a hacer? — Por supuesto, una de las obligaciones que tiene un representante es mantener el orden con su gente, en este caso nosotras, o mejor dicho las hermanita problemas. — Diciéndolo por las Takaoka. — Es que… ¿la verdad no se que podría hacer?, jejeje. — No digas jejeje idiota. — Le dijo molesta. — Mejor has algo para que podamos seguir practicando, yo soy una persona muy ocupada y tengo otras cosas que hacer. — Decirlo es fácil, ¿pero como detengo una rencilla familiar con esta Hishikawa?, además recuerda que recibí un golpe en mis genitales hace un momento ¿tu tienes alguna idea de que hacer? — Ya te lo dije, es tu obligación no la mía, idéate algún plan u algo. Tobei no estaba muy seguro que hacer, mas que en varias ocasiones que se entrometió en asuntos de las chicas no salía bien parado, así que tenia que pensar en algo que detuviera el malestar de la pequeña Nanako. Un poco indeciso, el joven se acerco a la hermana menor de Misa para hablar con ella y tratar de tranquilizarla. — P-Perdona, Nanako-chan. — Le dijo tembloroso, la pequeña lograba intimidarlo. — ¿Huh?, tú otra vez, ¿Qué quieres? — Le pregunto cortante, bueno una característica de Nanako por lo que se pudo ver. — ¨ Creo que solo empeoraré las cosas pero…que mas da. ¨ — Tobei quito un poco sus miedos y tapo sus genitales por las dudas (Claro otro golpe allí seria devastador), tomó coraje y dijo lo que pensaba. — Pienso que tendrías que marcharte a tu casa hasta que termine el ensayo, aquí una niña como tú se aburriría mucho y solo le estorbarías a Misa, ¿lo puedes entender? Tobei se imagino que había solucionado el problema, pero en realidad… — ¨ Ahora si que la cago.¨ — Pensaba Sanako que se agarraba la cabeza viendo como la pequeña niña levantaba su tierna pero fuerte pierna derecha y golpeaba esta vez en la rodilla de nuestro joven amigo. Revolcado en el suelo él solo con un hilito de voz le pregunto el porque de la patada, a lo que la chica le respondió… — ¡Eres un idiota, no soy ninguna niña, ya tengo trece años para que lo sepas! — ¨ ¿Y como es que tiene esa imagen de loli? ¨ — Se pregunto el golpeado chico que veía la apariencia infantil y engañosa de la pequeña Nanako. — Dime infeliz, ¿Cómo te llamas? — Le pregunto muy enfadada. — M-Me llamo Tobei. — Con que Tobei ¿eh?, bien déjame decirte una cosa, a partir de ahora tú eres… ¡Mi enemigo numero uno! — ¿Enemigo? — Si, ahora que se lo que hacen aquí, no dejare que vuelvas a involucrar a mi onee-san en estas cosas. La pequeña Nanako le declaro la guerra a Tobei, y más dolores de cabeza se suman a este joven estudiante. Próximo capitulo: el nombre de la nueva banda
Capítulo 17: el nombre de la nueva banda Nanako le había declarado la guerra a Tobei luego de haber hecho su aparición en el primer día de ensayo del grupo musical, al que la menor de las Takaoka detestaba por inducir a su hermana mayor a participar de ella. Las chicas habían finalizado el primer día de ensayo, pero a todas ellas se les escapo un pequeño detalle que todo buen grupo debe tener. — ¿Un nombre? — preguntó Sanako. — Pues claro, donde has visto un grupo sin nombre, ¿acaso no has planeado la forma en que quieren que la gente nos llame? — mmm, nunca me puse a pensar en ello. — Por que será que no me sorprende, en fin, deberías pensarte en algunas opciones y debatirlas con las chicas, te veré luego. — Misa se retiraba con dirección a su casa, dejándole algo en que pensar a su vocalista. — Con que un nombre…. La joven cantante sabia que su mente no era de las mas brillantes, por lo que lo único que podía hacer para despejarse y pensar en un buen nombre para su banda era recorriendo algún lugar lo suficientemente especial para aumentar su creatividad, y ese era…. — ¡¡Si!! No hay ningún lugar mejor para pensar que un parque de diversiones. Justamente ese día abría un nuevo parque de diversiones en la ciudad y para la cabecita de Sanako este lugar era el indicado para pensar. — Lalala, estoy impaciente porque mi maravilloso ingenio se despierte. Sanako paseaba alegremente por todo el lugar, obviamente frenándose en cada juego que encontraba, incluso compitiendo con los niños que estaban presentes y en la mayoría de las ocasiones perdiendo con ellos en cada juego en el que participaba. — Maldición, este no es mi día. — Se decía a si misma mientras miraba su monedero que prácticamente estaba vacío. — Me estoy quedando sin dinero y aun no logro pensar en un nombre adecuado para el grupo. — ¡Ah ya se! — De repente parecía haberle renacido su ingenio. — Tal vez deberíamos llamarlo las Kobayashis, si eso es, estoy segura que a las muchachas les encantara. Pensando… — ¡Aquí con todos ustedes la gran banda, Las Kobayashis! — gritaba eufórico el presentador a la vez que el telón del escenario se abría y se veían a las chicas del grupo, Sanako la vocalista al frente y el resto… — ¡Chicas lo logramos, al fin somos famosas! — Sanako se giraba atrás para alentar a sus compañeras que habían llegado al éxito, pero ahí noto algo extraño con ellas. — ¡Kyaaa! ¿Qué paso con ustedes? — Kobayashi se tomaba la cabeza horrorizaba al ver al resto de las chicas con caretas de ella y vestidas exactamente igual que Sanako. — ¡¿Por qué están vestidas así?! ¡¿Y que significan esas caretas?! — ¿Y todavía lo preguntas? — Le preguntaba enfadada Narumi quitándose la mascara. — A ti se te ocurrió ponernos las Kobayashis, así que al entupido de nuestro representante se le antojó que nos vistiéramos de esta forma y usásemos estas tontas caretas. — También respondía molesta Sayoko. — Tobei-kun cree que esto nos elevará notablemente, incluso podríamos llegar a los Grammy si usamos tu imagen. — Misa mas calmada explicaba la aventurera visión del manager, que detrás del telón las alentaba a comenzar de una buena vez a cantar. — ¡Vamos chicas, de aquí nos vamos al estrellato! — El optimista representante Haga Tobei levantaba sus brazos pero Sanako parecía haberse arrepentido rotundamente de la idea de poner ese nombre. — ¡Un momento yo no quiero cantar con clones míos, esto debe ser una pesadilla, si esto debe ser… una pesadilla! Ya volviendo a la realidad… — ¡No quiero cantar con clones! — Gritaba Sanako sin darse cuenta que una niñita que paseaba con su abuelo la miraba aterrada. — Abuelito, esa chica esta loca. — Se ocultaba la pequeña detrás del anciano temiendo de lo que pudiera hacer la loca…digo Sanako. — Espera niñita, estoy pensado en voz alta no te asustes. — No es cierto, eres una loca, he visto personas como tú en la tele, seguramente me quieras secuestrar para pedir rescate por mi ¿verdad? — ¿Pedir rescate?, ¡¿un momento me dijiste loca?! — ¡Si loca! — la niña no temía gritarle, claro detrás de su abuelo que servia de escudo, incluso se animaba a sacarle la lengua a Sanako molestándola aún más, aunque siendo sinceros mas de uno le había llamado loca anteriormente. — ¡Niñita! ¡¿Qué no te han enseñado a respetar a tus mayores?! — ¡No te tengo miedo, mi abuelito te dará tu merecido! El abuelo de repente comenzó a reír de la escenita provocada por su nieta. — jojojo, Umi-chan por favor, no molestes a esta chica y pídele perdón has sido descortés con ella. — Pero abuelo, ella empezó. — Umi-chan, ¿acaso has olvidado lo que te he dicho sobre el trato que debes tener con las personas? Al decirle esto la niña bajo la cabeza mostrando su arrepentimiento y de mala gana no le quedaba más remedio que disculparse con Sanako. — Yo lo la….la… — ¡Lo lamento!... ¿verdad? — Le sacaba las palabras de la boca a la pequeña sintiéndose victoriosa ante esta discusión. — Jajaja, esta bien pequeñita por esta vez te perdonaré. — Seguía orgullosa de su victoria, pero bueno en la cabeza de Sanako hacerle pedir perdón a una niña de diez años era todo un triunfo. — ¨ ¿Qué le pasa? Sigo pensando que es una loca ¨ — Jojojo, eres una chica muy simpática, ¿quieres ir a comer un helado con nosotros? — amablemente el abuelo le ofrecía acompañarlos, pese a que su nieta no estaba muy seguro de ello. — ¿En serio? ¿Comeremos helado? — para Sanako cualquier ofrecimiento de comida era muy bien recibido, mas para una persona como ella que tenia un apetito interminable. — Oye abuelo, ¿estas seguro de invitarla? aun no sabemos quien es, además considerando que tiene esa cara de loca. — la pequeña seguía insistiendo con ese comentario, pese a que Sanako claramente le escuchaba lo que le murmuraba al abuelo. — ¡Niña fea, deja de llamarme loca! — Ya jovencita no te exasperes, disculpa a mi nieta por sus malos morales y acepta mi invitación — el abuelo mantenía la calma ante el impulso asesino de Sanako y lograba calmarla. Minutos más tarde, los tres se dirigieron a una banca de ese parque de diversiones para disfrutar de esos deliciosos helados que habían comprado, más bien que el abuelo había pagado. — ¡Está delicioso, me fascina la crema americana! — Sanako pasaba la lengua sin parar a su helado, molestando un poquito a Umi-chan que la miraba con cara de fastidio. — ¨ Que cara dura, y ni siquiera amago con pagar su helado, es una descarada.¨ — Jojojo, veo que te fascina comer helados, me alegro que así sea, en verdad a mi también me gustan mucho. — Gracias por invitarme abuelo-san, le prometo que cuando haga mi primer dinero con mi trabajo le pagare este helado. — No te preocupes por eso, además yo te invite…eh…es cierto, aun no se cual es tú nombre. — ¡Me llamo Sanako Kobayashi, y seré la reina de la música! — decía entusiasmada y haciendo la v de la victoria. — Jojojo, encantado de conocerte Sanako-chan, mi nombre es Hironaka Roku y esta es mi dulce nietita, Umi-chan — señalando a la pequeña que de dulce poco tenía. Pero la niña estaba distraída o más bien algo tentada, a tal punto que de golpe largo una carcajada que asusto a su abuelo y a Sanako. — Jajajaja, ¿la reina de la música? ¿En verdad eres un personaje? Y yo que creía que eras loca, más bien eres una inocente incrédula — claro esta que esa burla de la niña molestó a Sanako, pero no incitándola a la violencia, más bien para platearle su verdadero objetivo. — ¡Umi-chan, ya te he dicho que es descortés portarse así con la gente! — el abuelo por primera vez se sentía molesto por la falta de consideración de su nieta, pero antes de que él la regañada, Sanako lo paro con su brazo y se le acerco a la niña para hablarle de forma amable. — Se que suena algo casi imposible lo que te acabo de decir, pero ese es el sueño que tanto he anhelado durante toda mi vida. Por esa razón me prometí a mi misma no parar hasta conseguirlo, hasta ser la numero uno de la canción. La niña que tanto se burlaba permaneció callada escuchándola, pero por un instante no dudando tanto de los objetivos de esa extraña y extravagante joven que acababa de conocer. — Déjame decirte que es un lindo sueño el tuyo señorita. — le decía el amable anciano. — ¡Verdad que si! Estoy convencida que con el grupo que he formado lograremos serlo en poco tiempo, ya lo verán, no pasara mucho tiempo hasta que miren mis nombre en letreros gigantes en toda la ciudad. Ese optimismo era casi inexplicable para Umi-chan, más que la niña había sufrido una dolorosa perdida hacía poco tiempo atrás y esa energía positiva que emitía Sanako le parecía exagerada. — Tú eres más niña que yo. — decía en voz baja. — Huh, ¿Qué dices pequeña Umi-chan? — ¡Digo que eres una tonta soñadora, los sueños no se cumplen, es toda una mentira! — al terminar de decir eso, Umi se fue corriendo en dirección al río, dejando sorprendida a Sanako que no entendía su reacción. — ¿Por que se enfado así?, ¿tanto le he desagradado? — No es contigo la molestia que siente Umi-chan — decía el abuelo algo decaído. — Mas bien su molestia es con la vida. — ¿Con la vida? El abuelo se paro de la butaca y mirando hacia el cielo comenzó a hablarle del asunto. — Veras, la madre de Umi-chan murió el año pasado, tenia cáncer. — Pobre, así que por eso se comportaba de esa forma. — Si, Umi-chan como toda niña era muy apegada a su mamá. El perderla de esa forma le hizo tanto mal que comenzó a sentir fastidio contra todo lo positivo que uno intentaba expresarle, fue tal así que incluso dejo de ir a la iglesia a la que ella su madre y yo acudíamos semanalmente. Flashback: Era domingo por la mañana en una pequeña pero reconfortante casa situada en un lejano pueblo del sur. La familia Hironaka se preparaba para acudir a la iglesia, como lo hacían todos los domingos, incluso la pequeña Umi se levantaba temprano para acudir, no sin antes pasarse por la habitación de sus padres para despertar a su mamá, quien era bastante dormilona. — Umi, ¿adonde vas? — le preguntaba su papá Rinji al verla subir por las escaleras en dirección a la habitación del matrimonio. — Voy a despertar a mamá, ella siempre me espera a que yo la levante de la cama. — Jajaja, está bien, pero trata de no levantarla bruscamente, quizás este teniendo un buen sueño. — la niña felizmente asintió a la petición de su papá y fue deprisa a despertar a su madre. Pero al abrir la puerta del cuarto notó algo extraño, a su mamá respirando con cierta dificultad y con un notorio cansancio muy poco habitual en ella. — Mamá, ¿que te pasa?, estas traspirando mucho, ¿tienes calor? — le preguntaba preocupada. — Pequeña, no te preocupes, tu mamá esta solo algo cansada, eso es todo. — le respondía con clara dificultad para hablar. — Hazme un favor querida, llama a tu papá, dile que venga, ¿si? — ¡Si mamá, enseguida voy! — sin perder tiempo, Umi bajo a avisarle a su padre. Cuando este vio a su esposa, pudo darse cuenta que algo grave estaba pasando, por lo que hizo que su hija bajada a la sala para así conversar tranquilamente con su mujer. — Ayuri, ¿Qué te pasa?, te ves muy mal. — Cariño, me alegro que bajaras a Umi-chan, no me gusta que ella me vea en este estado. — Lo entiendo mi amor, pero dime que te pasa. — No estoy segura, pero desde hace unos días he comenzado a sentirme muy débil y a vomitar en forma continua. — cuando la escucho decir esto, el esposo se sorprendió ya que nunca supo nada al respecto. — Mi vida, ¿pero por qué nunca me lo dijiste? — No pensé que fuera importante, pero creo que estaba equivocada. — De todas formas debemos llevarte pronto al hospital. — Rinji sacó su teléfono para llamar de inmediato a emergencias. — Espera mi vida, ¿y que hay de la iglesia? — ¡Como puedes pensar en eso ahora, lo importante es que te vea un doctor cuanto antes! — Pero… ¿y Umi-chan? — Tu padre la puede llevar a la iglesia esta vez. — le respondía mientras se ponía su saco para irse junto a la ambulancia. — De acuerdo…le diré a papá. — Ayuri aceptaba de mala gana, a ella no le gustaba perder días al lado de su hija que lo era todo. Ese día la ambulancia recogió a la pareja, mientras Umi junto a su abuelo acudían a la iglesia ellos dos solos, aunque no seria la primera vez, ya que nunca mas volverían a ir los cuatro juntos como siempre lo hacían. Pasaban los días, las semanas, los meses y la mamá de Umi continuaba con su tratamiento y poco daba a sospechar que eso fuera durar poco, sino todo lo contario, ya que los síntomas se iban agravando día a día. — Mamá, te traje estas frutas para que la comas a la tarde. — Umi se aparecía en el cuarto donde estaba internada su madre, junto a su abuelo y llevando consigo una bolsa con naranjas y manzanas. — Cof cof, aprecio mucho que te hayas molestado Umi-chan, luego las probaré. Umi vio en ese momento que su mamá tenía prendido la televisión de su cuarto y parecía que estaba mirando una telenovela norteamericana llamada ¨Love¨. — Mamá, ¿te gusta esa novela?, jamás la había visto antes — preguntó intrigada. — Cof, no tanto mi amor…pero, esta telenovela me pareció cof cof bastante interesante ya que hablar del amor no solo de parejas cof cof, sino también del amor entre padres e hijos. — Miraba con tristeza a su niña, la mujer sabía que pronto dejaría de verla. — Se ve interesante mamá, ¿puedo quedarme contigo a mirarla? — preguntaba inocentemente sin saber que estaba pasando con su madre. Ayuri permitió que su hijita se quedada ese día a mirar aquella telenovela. Esa rutina la siguieron por varios días más, hasta que llegada cierta tarde la joven madre tuvo una fuerte recaída. Pasada la medianoche, Ayuri había fallecido dejando a un joven y buen esposo y a una inocente y soñadora niña quien sufrió la pérdida más grande que podía imaginar. Fin del Flashback: — Y eso ocurrió aquel día — Terminaba de contar el abuelo dejando soltar algunas lagrimas al recordar tan triste momento. — Así que por eso ella se enfado tanto, ha dejado de creer en los sueños. — Sanako comenzaba a entender los sentimientos de Umi, al rato se marcho con rapidez hasta donde estaba el río, lugar donde la pequeña se había dirigido. Sanako llama a Umi a los gritos, lo hizo por algunos minutos hasta que escucho el llanto de la niña, quien estaba sentada junto a la orilla del río con su cabeza gacha tapando sus lágrimas. — Con que aquí estabas — Le dijo la cantante sentándose al lado de Umi. — Déjame tranquila, tú solo eres…una torpe que aun cree en los sueños. — Es verdad, soy una soñadora, pero sabes…ser de esta forma me permitió seguir adelante. — ¿A que te refieres? — La niña cobraba cierto interés en lo que Sanako decía. — Yo nací siendo huérfana Umi-chan. Yo jamás conocí a mis padres, mi único hogar fue una casa en las colinas del pueblo, donde un par de señoras amables me criaron como su hija junto a otros niños a los que considero mis hermanos. — ¿No conociste a tus papás?, pero entonces por que eres… — ¿Tan positiva? — Termino con la pregunta de la niña quien asintió con la cabeza. — Es mi manera de ver las cosas Umi-chan, creo que en el fondo esos sueños y la confianza en nosotros mismos es lo que nos da la fortaleza para seguir con nuestros caminos y creo que tú también lo sabes. — Pero… ¿y si no tengo la fuerza para hacerlo? — decía dudando de su propia voluntad. — Claro que la tienes…ya que como yo…tú también tienes tus sueños — le decía sonriendo y logrando reanimar a la pequeña que cambio de cara rotundamente, más que la sonrisa de Sanako le hacía recordar a su madre. Sanako no pudo conseguir el nombre indicado para su banda, pero a cambio pudo lograrle dar ánimos a una niña quien había perdido su voluntad para creer en los sueños. Umi-chan como agradecimiento le regalo a la cantante un libro que era ni más ni menos que la historia de aquella novela que miraba junto a su madre. — Love una historia de amor y sueños. — Leia Sanako el titulo de aquel libro mientras se dirigía hacia la escuela. — Love… ¡eso es! — Al parecer el titulo de aquel libro le había dado una idea. De inmediato se fue hasta la sala de ensayos del grupo y abriendo con fuerza la puerta grito… — ¡Ya tengo el nombre de la banda! — ¡Oye Sanako que son esa maneras de entrar! — Le recriminaba Sayoko. — ¿Se te ocurrió algo Sanako? — Le preguntó de forma calmada Misa. — ¡Si!, desde hoy nos llamaremos… ¡Lovetion! Fin del capítulo 17
Capítulo 18: la infancia de las hermanas Takaoka — Con que Lovetion ¿eh? — preguntaba Misa, con su habitual calma. — ¡Así es Misa-chan, ¿no es genial?! — decía entusiasmada Kobayashi, casi como si hubiera descubierto America. — ¿Y que significa esa palabra? — Jejeje, la verdad es que no lo se, solo me gusto el nombre — reía llevándose la mano en la nuca. — ¡Típico de ella! — opinaron el resto de las chicas a coro. Pero había alguien que realmente estaba disgustada con Sanako, no solo por haber elegido el nombre por su cuenta, sino también por ser la vocalista del grupo. — ¡Yo me niego a aceptar ese nombre! — exclamo Sayoko cruzada de brazos. — Oye Sayo-chan, pero si es muy bonito, veras como no seguirán los fans cuando digan, ¡ahí llegan las chicas de Lovetion! — En tus sueños — respondió Sayoko sin la misma expectativa que su compañera. — Vamos, no seas aguafiestas Sayoko, además el nombre no necesariamente tiene que tener significado, a mí me parece bastante pegadizo. — Misa salio en defensa de su amiga. — Ja, yo creo de todas formas deberíamos llevarlo a votación. — Me parece justo — agrego Narumi mientras agitaba los palillos de la batería, algo impaciente por comenzar con el ensayo. — Pero los que no acepten el nombre que propuse tendrán que decirnos una alternativa — Sanako planeaba defender el nombre que había escogido a capa y espada. Mientras seguían con su discusión, el piso de la sala de música comenzó a temblar, era por causa de unos fuertes pasos que se venían acercando hacia las chicas. De repente la puerta se abrió con fuerza (que ya a esta altura tendrían que hacerlo de acero a pruebas de cantantes) y una furiosa Nanako que traía a rastra a Tobei, ingresaba con fuego en sus ojos. — ¡Onee-san! — Buenos días Nanako — respondió calmada — veo que te encontraste con Tobei camino aquí. — Si, este gusano me guío hasta aquí — respondía mientras arrojaba a Tobei al suelo como una bolsa de papa. Sanako algo exagerada corrió a auxiliarlo, pero lo agitaba tan fuertemente que incluso ella misma lo perjudicaba mucho más en su salud. — ¡Tobei-kun, Tobei-kun, respóndeme, ¿sigues vivo?! — decía mientras lo revoleaba de un lado a otro. — Seguirá con vida si dejas de agitarlo de esa forma Sana — Le recomendaba Misa preocupada por la integridad de su manager a su vez que se dirigió a su hermana — Nanako, ¿Qué le hiciste?, esta hecho un desparpajo. — Ahh, no me culpes a mi onee-san — dijo despreocupada — yo solo le pedí que me guiara hasta aquí ya que me había olvidado donde quedaba esta sala. — Porque será que no te creo. — Es la verdad, además una dulce chica como yo seria incapaz de utilizar sus manos para la violencia — poniendo cara de inocente. — ¨ Esa no te la crees ni tú ¨ — pensó Misa conociendo la supuesta dulzura de su hermanita. Unos minutos mas tarde Tobei pudo reincorporarse (luego de los agites de Sanako) y se le informo que se llevaría a votación la elección del nombre. — Con que todavía no han decidido el nombre — ¡Eso no es cierto, se eligió uno pero lo están censurando! — dijo Sanako enojada. — Nadie lo censura Sana, solo queremos elegirlo entre todos. — explicó Misa. — Además que el nombre que elegiste es estúpido — agrego Sayoko, molestando aun mas a la vocalista. — ¡¿Qué dijiste Sayo-chan?! — Sanako se le había acercado al rostro de la rubia, mostrando una cara de demonio lleno de furia. — No te me acerques tanto, se te arruga la cara — ese comentario solo logro caldear mas el asunto, de nuevo tenían que intervenir Misa y el resto para detenerlas. Con las pulsaciones un poco mas calmadas, finalmente fueron a la votación. Sanako seguía insistiendo que Lovetion era el nombre indicado, el cual fue aprobado por mayoría ya que Misa, Narumi y Tobei aceptaron en contra de una sola opositora Sayoko quien quería que se llamasen Star Girls. Luego de la decisión siguieron con lo suyo, ensayar, lamentablemente para Misa teniendo de campana a su hermana que se sentaba a esperarla para irse a su casa juntas. — Jajaja, la pequeña Nanako-chan podría ser seguridad de un boliche, te tiene bien marcada de cerca Misa-chan, parece policía — comentaba Sanako pareciéndole graciosa la situación. — Ni lo menciones Sana, esta niña a veces se vuelve muy molesta. — ¿Por que no le dices que te deje ensayar tranquila? No podrás concentrarte de esta forma. — le aconsejaba Sayoko. — Es fácil decirlo pero… — miraba a su hermana que estaba sentada y cruzada de brazos — Es mucho mas complicado hacerlo, créeme que ella puede ser muy obstinada. Sanako que creía que todo se resolvía con palabras se acercó a Nanako para decirle que le dejara a su hermana tranquila aunque sea por una hora, pero la pequeña no se lo tomo del todo bien. — ¡Vete al infierno bruja con coletas! — la alejo a Sanako de una patada en el trasero. — ¡Buaaa!, me duele — lloraba como un bebe tocándose su parte trasera. — Creo que la cagaste aún mas Sanako — menciono Narumi mientras veía a su líder de grupo revolcarse del dolor y chillando de forma insoportable. Misa se molesto con su hermana, ya que ella odiaba que siempre utilizada la violencia para expresarse. — Nanako, te estas excediendo, primero Tobei y ahora Sanako, discúlpate con ellos — le dijo con autoridad. — ¡¿Qué?!, ¿que me disculpe con ellos?, debes estar… — se detuvo al verle el claro fastidio de Misa y ese rostro de seriedad que no solía llevar. — Nanako, es hora que entiendas que ahora estoy abocada a este proyecto y será necesario que lo aceptes porque seguiré viniendo siempre por mas que a ti no te guste. — sentenció. Nanako quedo callada y con sus ojos llenos de lágrimas, al rato se fue llorando de la sala dolorida por las palabras de su hermana mayor. — ¿No se te fue la mano Misa? — le preguntó Tobei sintiendo pena por la pequeña. — Si Misa-chan, Nana-chan seguramente no lo hizo a propósito, tal vez esa es su manera de comportarse. — Sanako también defendió a la chiquilla que le había golpeado su trasero. — Eso no es excusa, hay formas y formas y lo que Nanako hace con la gente esta mal — se mostraba inflexible Misa — Ella siempre hizo lo mismo, incluso con nuestro padres fallecidos… — al recordarlo algo de dolor se noto en el gesto de la bajista del grupo. Era la primera vez que Misa decía algo con respecto a sus padres, ya que salvo Sanako nadie sabía que ellos habían muerto. — Se que no es de mi incumbencia, ¿pero cuanto hace que paso eso Misa? — le pregunto Narumi. — Hace ocho años. La confesión de Misa sorprendió a las chicas y a Tobei, ya que no podían imaginarse a ella y Nanako viviendo solas a tan temprana edad. — Pero…como hicieron para sobrevivir… — decía Sayoko intrigada. — Realmente no fue fácil, después de velar a nuestros padres… — Misa comenzó a relatar su historia. Flashback: Un trágico accidente automovilístico se había llevado la vida de dos jóvenes padres, quienes venían de un viaje de negocios pero a su vez aprovecharon esa ocasión para traerles regalos a sus pequeñas niñas Misa y Nanako de apenas ocho y cinco años respectivamente. Tras ese incidente, ambas chiquillas fueron al velatorio de sus papás, desconsoladas y sin ningún tipo de consuelo posible. Para colmo de males, varias voces se oían en aquel funeral, con un tema especifico en común, la suerte futura de las chicas. — Ya viste, ellas son las niñas que quedaron huérfanas — comentaba una anciana. — Pobrecillas, son tan pequeñas — respondía un hombre. — Seguramente las envíen a un orfanato — le continúo otra mujer y no estaba nada equivocada, ya que ese seria el destino de las chiquillas. Orfanato Kadleigh Las chicas fueron llevadas por una asistente social al lugar done vivirían de ahora en mas hasta que fueran mayores de edad. — Bien pequeñas, aquí es — decía la asistente frente a las puertas del lugar. — Onee-san, tengo miedo, vámonos de aquí — la pequeña Nanako se agarraba del brazo de su hermana mientras se ocultaba detrás de ella. — No temas Nanako, vamos a estar bien — trataba de tranquilizarla incluso cuando ella misma estaba aterrada. — Se que van a sentir temor el primer tiempo chicas, pero créanme que estarán bien, yo voy a venir todas las semanas para saber como se encuentran, ¿de acuerdo? — las palabras de la asistente social calmo un poco a las chicas que se adentraron al lugar donde las esperada la encargada de la institución. — Bienvenidas al Kadleigh — les saludo una mujer de unos cincuenta años de cabello castaño recogido y lentes de cristal con marco rojo. — Señora Samashita, gracias por la bienvenida — saludo la asistente para luego presentar a las niñas — Estas jovencitas son de las que le hable, su nombres son Misa y Nanako. — Si, estoy encantada de recibirlas — les dijo acercándose a ellas — Creo que a partir de ahora seremos su nueva familia. Pero ninguna de las chicas la veían como un miembro de su familia, para esa pequeñas su única familia eran sus padres y ellos ya no estaban, por lo que solamente se tenían la una y la otra para consolarse. Las niñas fueron llevadas a su cuarto, que para su sorpresa era compartido por otros chicos más, ya que el lugar no contaba con demasiadas habitaciones. Ya dentro fueron presentadas con sus compañeros de cuarto, una chica y tres muchachos más. — Niños, ellas son Misa y Nanako, quiero que sean buenos con ellas y les ayuden a adaptarse al lugar. — las presento Sameshita, la niña que se llamaba Yukari parecía ser muy amable y respetuosa, pero en cambio los otros tres niños Eiichi, Keita y Tatsui parecían no ser muy agradables, sobre todo este ultimo que se veía era el líder del resto de los chicos. — H-Hola me llamo Yukari, encantadas de conocerlas — les saludo tímidamente. — Y ustedes, ¿no saludan? — les dijo Sameshita al ver que los tres chicos estaban en la suya jugando a los golpes sin prestar atención a las nuevas integrantes del orfanato. — ¡Si, hola! — dijo Tatsui al pasar, restándole importancia a las presentaciones y logrando las risas de sus amigos. — Sean más respetuosos, ¡han entendido! — se molestó Sameshita con la actitud de los chicos y logrando callarlos por un momento, pero en cambio Misa ya estaba mas atenta, sobre todo por que le daban muy mala espina este trío de sabandijas. — ¨ Tengo que estar atenta, estos niños seguramente nos traten de molestar de alguna forma, debo proteger a Nanako pase lo que pase ¨ — pensaba para si Misa quien se preocupaba con su estadía en ese lugar. Pasaron los días y las cosas estaban pasando tal cual lo sospecho Misa. Aquellos tres niños en compañía de los otros chicos de la institución vivían molestándolas todo el tiempo, tirándole de sus cabellos o haciendo chistes sobre ellas, y en la mayoría de las oportunidades sin ningún tipo de intervención de la encargada del lugar, quien parecía desconocer la situación. En toda esa mala actualidad, solo Yukari era la luz entre la oscuridad ya que les ayudaba en todo momento, convirtiéndose en su única amiga. — Misa, Nanako, tomen — Yukari les entregaba un trozo de pan que pudo rescatar del almuerzo, ya que los demás niños se habían comido casi todo y Sameshita no parecía importarle que las chicas se quedaran sin sus alimentos. — Gracias Yukari, pero no te arriesgues mucho, podrían lastimarte si saben que nos estas ayudando — le pedía Misa quien se ocultaba con su hermana en un viejo cuarto desabitado donde guardaban las cosas sin uso. — No te preocupes Misa, estoy segura que Tatsui y sus amigos no me vieron con el pan, pero coman deprisa, miren — sacaba de su mochila una botella de leche — Incluso les traje para beber. — ¡Leche! — gritó Nanako emocionada pero Misa de inmediato le tapo la boca para que no las escucharan del otro lado. — Shhh, guarda silencio, ¿quieres que nos descubran? — Lo siento onee-san, es que hacia mucho que no tomaba leche, ya estaba cansada de tomar solo agua de la canilla. — Eso lo entiendo Nanako, pero debes darte cuenta en la situación en la que estamos. — Pero la señorita asistente nos dijo que vendría a vernos todas las semanas, seguramente ella nos ayude — decía esperanzada. — Abre los ojos Nanako, ya hace casi dos meses que estamos aquí, y ella ni siquiera se ha pasado, debemos reconocer que estamos totalmente solas en este horrible lugar — habló con resignación y tristeza. — Eso no puede ser onee-san, no digas mentiras — repetía la pequeña ya al borde de las lágrimas. — Tienes que dejar de ser tan ingenua Nanako, ¿es que acaso no te das cuenta de nada? La niña se puso muy triste con las palabras de su hermana mayor, en lo que sus lágrimas caían lentamente por sus mejillas. — Si mamá y papá estuvieran aquí todo seria distinto. — ¡Pero ellos ya no están, murieron, ¿que no lo entiendes?! — la exaltación se apodero de Misa que hizo pedazos la esperanza de Nanako. — No, no, no digas mas eso, mamá y papá, mamá y papá están…ellos están… ¡cuidándonos desde el cielo! — le gritó con fuerza a su hermana. Misa estaba sorprendida, tanto por su reacción como también por la respuesta de la pequeña Nanako, lo que lo hizo recapacitar. — Tienes razón Nanako — ponía su mano sobre la cabeza de la niña, en lo que la hermana menor le miro directamente a los ojos — Mamá y papá nos están cuidando desde el cielo — la niña soltó una sonrisa ante el gesto de su hermana. — E-Es cierto, además se olvidaron de mi, yo estoy de su parte — acotó Yukari. — Es verdad Yukari, tú eres nuestra amiga, lo siento por no contarte — le agradeció Misa sonriente. Pero los gritos que ella y su hermanita habían pegado fueron oídos por los niños que abrieron la puerta del cuarto tomándolas por sorpresa. — Con que se ocultaban en este lugar ¿eh? — Dijo Tatsui con su sonrisa malvada — Creo que tendremos que darles su merecido por querer pasarse de listas. — ¡Onee-san, tengo miedo! — Nanako se abrazo con fuerza a su hermana muy asustada por lo que les fuera a ocurrir. Misa, Nanako y su amiga Yukari están en peligro, ¿Cómo podrán salir de este aprieto contra ese grupo de niños canallas? Fin del capítulo 18