Ciencia ficción Los Viajeros IX: El imperio Anixis

Tema en 'Novelas Terminadas' iniciado por Manuvalk, 12 Julio 2023.

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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Título:
    Los Viajeros IX: El imperio Anixis
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    23
     
    Palabras:
    6666
    Bienvenidos a la novena parte de Los Viajeros, un universo ficticio que comencé a crear allá por el 2017 en este mismo foro. Tal y como su título indica, nuestros personajes son unos auténticos viajeros y esta historia es un viaje que pronto llegará a su fin, aunque siempre se ha dicho que el final es un nuevo comienzo... Sea como sea, en este punto seguimos los acontecimientos ocurridos en el final de la octava parte (la cuál encontraréis en mi blog, junto a las demás partes y mucha otra información sobre este universo) mientras avanzamos hacia ese inexorable final. Pero no nos adelantemos; por el momento, disfrutemos del ahora. Antes de dejar a nuevos y viejos lectores con la lectura propia, quiero nombrar especialmente a mi querido amigo Reydelaperdicion por estar siempre ahí, pendiente de las actualizaciones sobre esta historia y entusiasmado con sus tramas. Gracias, como siempre te digo, por contagiarme ese entusiasmo por este hermoso universo. Sin más que añadir, os dejaré con el primer capítulo de esta novena parte. Espero que os guste.


    Sinopsis: La búsqueda por encontrar las respuestas sobre los desaparecidos Anixis ha guiado a nuestra expedición a un sinfín de peligrosos sucesos, donde varios de sus miembros han perdido la vida. En el territorio conocido de la Alianza, con el asesinato de la Elegida Admir resuelto, también se ha perdido gente. Tras una paz que ha durado diez años desde los acontecimientos de Regresión, tanto el gobierno conformado por las cuatro especies como los tripulantes de la Nolartis se enfrentan ahora a las consecuencias de haber despertado el mayor misterio jamás resuelto en la galaxia:
    ¿Qué pasó realmente con los Anixis?
    ¿Siguen los Veerham ahí fuera?
    ¿Estamos preparados para una nueva guerra?
    El imperio Anixis está en juego.








    La ley del más fuerte




    Cuando Eron despertó, su cabeza no dejaba de dar vueltas.

    Además, la penumbra no ayudaba nada en apreciar el lugar en el que estaba. Solo las cálidas y reconocibles manos de Ashley, tomándole las suyas, aliviaron un sentimiento de agobio que persistía desde que abrió los ojos, ya que le costaba recordar que había ocurrido previamente hasta encontrarse en esa situación.

    Los ruidos de cadenas, lejanos y cercanos, se entremezclaban con los murmullos que se podían escuchar alrededor. Incluso sollozos y lamentos se podían oír, algo que estremeció al hombre. Nada en ese sitio ni en su mente encajaba y el humano sentía como si tuviese una laguna mental, sin poder hacer memoria de cómo había llegado hasta ese punto.

    Cuando se dio cuenta, sus manos estaban encadenadas por unos grilletes bastante rudimentarios, pero los cuáles cumplían su función. Su mujer descubrió entonces que éste había despertado, por lo que decidió tranquilizarle, sabedor de que probablemente estaría muy nervioso.

    — Eron, amor mío, estoy aquí — Le consoló la soldado Ripley, que sonaba bastante entera — No te preocupes, todo saldrá bien.

    — Ash... — Eron luchaba por recordar lo sucedido — ¿Qué ha pasado? ¿Dónde estamos?

    — No lo sé — Contestó ella, con la misma incertidumbre que él — Ellos nos han traído aquí.

    — ¿Qué? ¿Quiénes?

    — Los mismos malnacidos que se dirigían hacía la Nolartis — El humano reconoció claramente la voz de Fallon — Malditos bastardos...

    — Son... ¿los Anixis? — Tanner seguía intentando comprender y reconstruir el puzzle mental que tenía formado — ¿Ellos nos han capturado?

    — No creo que sean los Anixis ni los Veerham, aunque a estas alturas, todo es posible — El thuniano sonaba frustrado e impotente ante la situación — Nos te preocupes, nos sacaré de aquí, de alguna u otra manera.

    — V-va... vamos a morir aquí, lo sé — Esta vez, la voz era femenina, y sonaba muy angustiada — No tenemos escapatoria alguna...

    — Maya, respira profundamente — Ashley se dirigió hacia la médico, que estaba aterrada — No pienses así, haremos lo posible para que eso no ocurra.

    — ¡En cuanto salga de detrás de estos barrotes os voy a romper todos los huesos del cuerpo!

    La declaración de intenciones del subcomandante de la expedición vino precedida por él intentando romper unas barras metálicas que impedían al grupo y a muchos otros seres salir de ese sitio, el cuál parecía ser una gran celda.

    La humedad en dicho lugar era palpable, tanto, que Eron se percató de que estaba chorreando de sudor. El hombre se recostó en una pared próxima, doliéndose de un golpe en la parte trasera de la cabeza.

    — Pensé que te habían provocado alguna contusión cuando te golpearon — Ripley reclinó su cabeza sobre el hombro derecho de su chico, pues se encontraba a su derecha — Quizá tengas amnesia parcial si no recuerdas lo que ocurrió.

    — Supongo... ¿Cuándo nos capturaron? ¿Cuánto tiempo ha pasado desde entonces?

    — No podría decírtelo con exactitud... ¿unas siete horas? — La humana tampoco estaba muy ubicada tras todo lo sucedido — Quizá menos, no lo sé.

    De pronto, una serie de voces intermitentes se comenzaron a escuchar en la lejanía, como si provenientes de un largo pasillo, se estuviesen aproximando hacia ellos.

    Conforme se acercaban, el grupo comenzó a oírlas con más nitidez, sorprendiéndose al escuchar simplemente gruñidos, una forma de comunicación bastante curiosa y prehistórica. Cuando se percató, Eron vio que unas extrañas formas llegaban a la entrada de la celda, la cuál abrieron lentamente mientras señalaban a varios, entre ellos, a los miembros de la expedición.

    Fue entonces cuando el humano descubrió que en esa celda, estaba con más seres de esa especie, quiénes también estaban encarcelados. Uno por uno fueron saliendo del lugar, por lo que los miembros de la Nolartis tuvieron que seguirles la corriente para no ocasionarse problemas.

    Los retenidos formaban una fila a ojos de hasta cinco de esos misteriosos seres, que probablemente cumplían la función de guardias o vigilantes, y comenzaron a guiar a todos por un extenso pasillo.

    Conforme se aproximaban a la salida, la luz del exterior se convirtió en cegadora para muchos, especialmente para un Eron que comenzó a recordar.

    [...]

    — Estamos cerca — Musitó el propio Eron, observando algo de humo en la distancia — Confiemos en que la Nolartis no tenga muchos daños y en que el resto de la tripulación esté a salvo en las cápsulas.

    — Mucho confiar, Eron, pero también debemos ser realistas — El thuniano no estaba del todo confiado — La situación no es nada favorable.

    — Pues por eso debemos intentar ser lo más positivos posibles, ¿no? — La doctora Vega se sumó al optimismo del soldado humano — Ya el hecho de que el aire en este planeta sea respirable es algo bueno.

    — Hasta cierto punto, porque podríamos llevarnos una sorpresa al llegar — Ashley optaba por estar más del lado realista de Fallon — Veamos que pasa.

    Las huellas del cuarteto se quedaban impregnadas en las dunas arenosas del árido planeta en el que se encontraban, solo cubiertas minutos después por las brisas de cálido aire que acariciaban su superficie.

    Llevaban tan solo unas seis horas de recorrido sin haber efectuado ninguna parada para descansar, por lo que el subcomandante al mando decidió dar la orden.

    — Sugiero que nos tomemos una pausa — El thuniano no quería llegar cansado a la Nolartis, por lo que pudiese ocurrir — Parece que está anocheciendo y llevamos muchas horas de camino.

    — Me gustaría seguir un poco más — Indicó Eron, en desacuerdo con frenar — Aún tenemos algo de energía y luz solar.

    — Eron — Su mujer le llamó la atención casi instantáneamente — Necesitamos detenernos aunque sea una hora para descansar.

    — Estoy de acuerdo, nos vendrá bien parar y comer algo — Indicó Maya, partidaria de ello.

    Tanner no tuvo más remedio que complacer a sus compañeros, ya que no sería sensato que siguiese camino él solo.

    El grupo decidió acampar en mitad del desierto para recuperar fuerzas, mientras la noche caída en aquel planeta. Un cielo estrellado y completamente despejado de nubes se posaba sobre las cabezas del cuarteto, que disfrutó de semejantes vistas como pocas veces habían podido hacer en otros mundos inexplorados.

    — Es precioso, ¿no crees? — Murmuró Tanner, tumbado en una manta térmica sobre la arena, con su pareja al lado.

    — Lo es — Musitó ella, emocionada — Es sorprendente el como hay belleza tras algo feo.

    — ¿A qué te refieres exactamente?

    — Este mundo, de día parece un yermo sin vida... una roca inerte — Explicaba Ashley, sin dejar de observar el paisaje estrellado — Pero de noche se transforma, parece un planeta lleno de secretos y sueños.

    — Bueno, si nos toca quedarnos aquí unos años como nos tocó quedarnos en Virm, es un sitio más hermoso — Dijo el hombre, sonriente — De noche, claro.

    Ambos comenzaron a reír brevemente al unísono, para acto seguido abrazarse tiernamente y mirarse el uno al otro, sin parpadear. Eron acarició el rostro de Ashley y ella se ruborizó, mostrándose muy feliz de compartir ese instante de amor con el que era su hombre.

    — Eres la prueba de que el universo siempre te da algo bueno cuando crees que ya no hay nada que pueda serlo — Eron acarició de nuevo el rostro de su mujer, visiblemente feliz.

    — Míranos, en un planeta inhóspito, tras una situación comprometida y en una misión peligrosa que no deja de complicarse... y nosotros sonriendo — Ashley lo decía en el buen sentido, en el positivismo y optimismo que desprendían, especialmente él — No sé cómo lo haces, pero siempre logras que todo sea más ameno, más alegre. Eres la luz que me guía, cada día lo tengo más claro.

    — Y también se supone que estamos de guardia... — El hombre comenzó a meter mano a su chica.

    — Cierto, lo estamos... — Ashley sonrió pícaramente mientras le daba un beso.

    La pareja comenzó a besarse cada vez más apasionadamente, hasta que él se puso sobre ella y los dos comenzaron a quitarse la parte de abajo del traje. Decidiendo aprovechar su tiempo de vigilancia de una forma íntima, Eron y Ashley comenzaron a mantener relaciones sexuales bajo un cielo estrellado precioso y una estampa de lo más poética.

    Tiempo después, habiendo acabado su turno de vigilancia, el thuniano y subcomandante tomó el relevo del dúo humano. Quedando únicamente Maya, a la que le tocaría vigilar más adelante, Fallon decidió dar vueltas en un perímetro algo más alejado del que habían estado Eron y Ash. Pero pronto se iba a dar cuenta de que algo no iba bien.

    El subcomandante de la expedición se percató de unas huellas casi imperceptibles en la arena, que se dirigían al campamento, momento en el que él se encontraba en el otro lado del perímetro. Lo que más preocupó a Fallon no era que hubiese unas huellas, sino que hubiese tantas. Al menos una multitud de quince o veinte seres estaba caminando en dirección hacia el campamento.

    — ¡Maldición! — El thuniano, que portaba un arma entre sus brazos, corrió de vuelta al lugar de acampada.

    En el propio campamento, la pareja de humanos yacía plácidamente durmiendo en la tienda de acampada, mientras la médico se despertaba sobresaltada al haber escuchado una serie de extraños sonidos.

    Preocupada, la doctora Vega decidió despertar a los dos soldados, a los que les costó abrir los ojos.

    — ¿Qué...? ¿Qué pasa Maya? — Tanner fue el primero en preguntarle, al verla sentada en su saco de dormir.

    La médico no contestó, simplemente se limitó a gesticularle con un dedo en la boca, diciéndole claramente que guardase silencio. Al ver esto, Ashley también se mantuvo callada. Los tres humanos esperaron a oír algo extraño, lo cuál sucedió.

    Una serie de gruñidos, cortos e indescriptibles, se escuchaban por alrededor de la tienda. De no haber sido porque eso no lo hacía Fallon, habrían pensado que era él murmurando algo para sí mismo. Sin embargo, eso no era así.

    Con el máximo silencio posible, la pareja tomó sus armas, con las que dormían, para permanecer alerta.

    No pasaron ni dos minutos hasta que alguien o algo ahí fuera emitió un gruñido más alto y fuerte de lo normal, como queriendo avisar de algo a otros. A los pocos segundos de escuchar eso, una serie de disparos se comenzaron a escuchar, junto al autor de estos.

    — ¡No salgáis si no os han visto, estáis rodeados de más de quince seres! — Fallon avisaba claramente a los tres humanos, que se pusieron tensos — ¡No parece que lleven armas de fuego, así que los atraeré hacia mí y me libraré de ellos!

    Ash y Eron se miraron, como debatiendo que hacer. Maya estaba decidida a no delatar su posición y quedarse quieta, pero ambos soldados no querían arriesgarse a que Fallon estuviese en peligro. Casi como si se hablasen con la mirada, ambos soldados tomaron sus armas, decididos a salir. No obstante, antes de revelarse, el hombre decidió que saldría él primero. Con una bengala en mano, el humano tenía una idea.

    Tanner abrió un poco la tienda de campaña, encendió la bengala y la soltó fuera, formándose una humareda de color rojo a la que dichos seres comenzaron a gruñir y estornudar. Rápidamente, el tipo salió de la tienda con un Striker en la mano y comenzó a rodar fuera de la humareda, la cuál lógicamente también le afectaba a él, encontrándose de lleno con tres de esos seres.

    — ¡Largo de aquí, capullos! — Exclamó, disparando inicialmente al aire, ya que vio que estos llevaban una especie de lanzas como armas — ¡No queremos ningún conflicto! ¡Dejadnos en paz!

    Esos tres seres, que tenían un aspecto bastante imponente, daban saltos hacia atrás pero sin alejarse en exceso del humano. Vestían de una forma bastante rudimentaria, muy similar a los humanos de la prehistoria, con unos harapos como ropa. Tenían pelo por todo el cuerpo y un rostro tosco, feo y similar al de un ogro, con cuatro grandes dientes que sobresalían de sus labios y unos ojos grandes y redondos.

    Un físico considerablemente fuerte, ya que se veían dotados de cierta musculatura algo más grande que la de humanos en su mejor estado de forma. Dos brazos y dos piernas, con unas manos y unos pies extremadamente grandes para su tamaño.

    — ¡Vamos, fuera! — Gritaba el humano, intentando ahuyentarlos.

    — ¡Eron, cuidado!

    Antes de que el soldado pudiese siquiera atender la advertencia de Ashley, un golpe fuerte y seco en la zona trasera de la cabeza lo noqueó. El hombre cayó de cara en la arena mientras estos seres parecían celebrar su victoria sobre él mediante dando saltos a su alrededor.

    Para el resto, fue cuestión de tiempo rodear y retener a los demás, pues eran demasiados como para hacerles frente siquiera con armas como las que portaban.


    [...]

    La estructura de la Nolartis, hecha del metal Anixis del cinturón de asteroides en el sistema Faro de la Esperanza, estaba diseñado por los más brillantes ingenieros de la Alianza en la base Horizonte Conocido.

    Hecha de forma planificada y reforzada para evitar que la nave se partiese en varios trozos, logró su cometido. El hogar de la expedición se precipitó contra el mismo planeta que la cápsula de salvamento que llevaba en su interior a Maya, Eron, Ash y Fallon.

    Gracias al espléndido trabajo de los ingenieros y al súper resistente material que dejaron atrás los Anixis, la Nolartis sufría muchos menos daños de los que podría haber sufrido una nave como la Arcadia. Así y pese a que la mayoría de sistemas estaban dañados por los monstruos de Bildsh, el núcleo de datos que contenía las funciones de Oda logró recomponerse lo suficiente como para reconocer todos los daños, realizar un informe y despertar al comandante en funciones, justo antes de volver a desconectarse para hacer autoreparaciones.

    Lill salió de su cápsula de criogenia y necesitó de un minuto para recobrar la compostura, además de inhalar profundamente y llenar sus pulmones de oxígeno. Una vez recuperado —ya acostumbrado a los efectos secundarios de la criogenia, no tan fuertes conforme repetía el proceso— se vio en la tesitura en la que a ningún líder le gustaría verse. Algunos cables colgaban por encima de su cabeza, en otras zonas saltaban chispas y únicamente las luces de emergencia alumbraban las salas y sus pasillos.

    El siguiente en despertar fue el único líder que le quedaba a bordo, ante la ausencia evidente de su subcomandante Fallon y de su otra líder, Ashley. Quetaryan recobró la compostura solo para percatarse de que algo andaba mal, pues a su alrededor solo se podían apreciar desperfectos y el rostro preocupado del comandante. Juntos, los que ahora eran los dos principales líderes de la expedición, se dedicaron a despertar a toda la tripulación, sin dejarse a nadie en letargo.

    El siguiente paso fue convocar una reunión en la sala especificada para ello, sin poder contar con una Oda que, no obstante, había dejado un claro informe de daños que el propio comandante Crane y el líder de equipo Quetaryan habían leído con algo de tiempo previo antes de que todos los integrantes de la misión se reencontrasen en una sala de reuniones, la cuál estaba en la penumbra debido a la menor potencia de las luces de emergencia.

    En los rostros de los exploradores, ingenieros y científicos se podían ver expresiones muy serias, caras apagadas y preocupadas por la situación en la que se encontraban nada más despertar, cuando antes de entrar en criogenia, todo estaba en perfecto estado. Acompañado del informe de daños, la IA de la Nolartis dejó también un clip de video extraído de la grabación de las cámaras, para que el grupo supiese que era lo que había ocurrido con exactitud.

    Al verlo, las reacciones entre los tripulantes no se hicieron esperar.

    — Esto no puede estar pasando — Dijo Caelum con el rostro desencajado y sin un destinatario específico — ¿Cómo se han podido infiltrar esas cosas a bordo sin que nos percatásemos de su presencia? ¡Estuvieron horas en la nave y podrían habernos hecho algo!

    — Esas bestias han demostrado tener cierta inteligencia, probablemente esperaron el momento y atacaron cuando apenas estaban Fallon, Ash, Eron, West y Maya — Supuso al respecto el hombre de Ceres, de brazos cruzados y una mirada apenada — Lo que ha hecho West es... un sacrificio admirable, más allá de que estuviese enfermo. De no ser por lo que hizo, podríamos no estar hablando aquí y ahora.

    — Falta una cápsula de salvamento, así que los demás podrían estar bien, en algún lugar de este planeta — El joven Herswood quiso dar esa pizca de esperanza que parecía necesitar el grupo — Y los sistemas dañados podremos repararlos todos los que sepamos un mínimo de ingeniería.

    — Y así va a tener que ser, porque mientras me llevo un equipo conmigo a traer de vuelta a nuestros compañeros desaparecidos, los demás deberéis reparar todos los daños de la nave, al menos los que nos impiden ponerla en marcha y salir de este mundo — El comandante Crane no se andó con rodeos y comenzó a repartir las tareas a cada uno — Lio, quedarás al mando en mi ausencia y la de Yak. Caelum, Lynx, Eniar, Iris y Tyra os quedaréis para las reparaciones de la nave; el resto vendréis conmigo, así que preparaos porque salimos con el vehículo terrestre en breves.

    Las órdenes del comandante fueron directas y los miembros de la expedición no rechistaron, entendiendo que no era ni el momento ni el lugar para ello. La misión pendía de un hilo y su supervivencia igual, por lo que arreglar los problemas de la Nolartis resultaba crucial para ambas cuestiones. Mientras los ingenieros se quedaban para acelerar en las reparaciones el tiempo que los exploradores estuviesen fuera, estos últimos se abastecían de todos los suministros necesarios en la armería.

    Provistos de un arma cada uno, munición, los propios trajes que portaban y un pequeño kit médico, el comandante Crane se dirigió al hangar seguido de Yak, Dhejam, Brad, Sun y Halisha. La neoniana sería de la partida debido a que su principal campo, la ciencia, no requería de nadie en esos momentos y su conocimiento de la ingeniería era nulo, por lo que Lill creyó que contribuiría de mejor manera yendo como exploradora, algo con lo que su pareja no estaba de acuerdo.

    — Comandante, con el debido respeto, pero no entiendo que hace Halisha en el equipo de exploración — Yak confrontó respetuosamente a su superior respecto a una decisión que no compartía — Ella es científica, no una soldado. Y ahí fuera no sabemos que hay.

    — Entiendo tu preocupación, Yak, pero entiende tú la mía — Lill se volteó y se detuvo para que ambos pudiesen hablar tranquilamente, mientras el resto preparaban el vehículo todo terreno — Halisha aquí no podría ayudar a los ingenieros porque no sabe del tema, ni podría defenderles de ningún ataque porque tampoco es soldado. Y ahora mismo no necesitamos científicos.

    — Entonces, ¿esta es tu solución, Lill? ¿Arrojarla ahí fuera para que arriesgue su vida sin saber ni como se sujeta una maldita arma? — El neoniano parecía bastante molesto, ya que no comprendía la decisión — Escúchame, no quiero que volvamos a la situación que teníamos antes tú y yo, pero este tipo de decisiones que tomas me lo pone muy difícil. ¿Acaso te llevarías a Snow contigo en esta situación?

    — Ella también era soldado, además de científica — El humano se molestó con ese reproche de su segundo al mando temporal — Sé que es difícil de entender, Yak, pero tu mujer podrá aprender ciertas cosas sobre la marcha. En una situación como en la que estamos, debemos tomar riesgos. Y personalmente, yo no la veo nada preocupada por salir ahí fuera con nosotros.

    El soldado neoniano miró a su pareja ayudar al resto a meter las armas y los suministros al vehículo terrestre. Halisha no parecía nada asustada sino más bien decidida a ayudar en la medida de lo posible y como fuese necesario.

    Lill se acercó de nuevo a su compañero y le dio una palmada en la espalda, haciéndole entender que debía darse prisa y no pensar tanto en ello. Visiblemente contrariado, Quetaryan se aproximó al grupo para ayudar a subir todo lo necesario al todoterreno.

    Una vez todos los suministros necesarios en el maletero del vehículo, el grupo esperó a que la puerta del hangar se abriese para salir al exterior de la nave.

    Ante sus ojos se veían dunas hasta donde alcanzaba la vista, un horizonte vacío en un cielo rojizo en el que parecía estar amaneciendo y un clima árido, muy común en planetas desérticos. Lo que les guio a dirigirse a una zona en concreto fue el radar del todoterreno, que indicaba la ubicación de la cápsula de salvamento al tratarse de tecnología de la nave.

    Apenas llevaban poco más de una hora despiertos y ya se encontraban en una misión de reconocimiento y rescate. El grupo de exploración comandando por Lill, quién delegó la conducción del vehículo en Brad, atravesó las dunas más próximas a la Nolartis hasta alejarse de esta y adentrarse en territorio inhóspito. Sin embargo, pronto encontrarían una pista.

    Y es que todavía se podía apreciar en el aire una tonalidad rojiza propia de una bengala encendida, lo que rápidamente alertó al grupo.

    — ¡Brad, detén el vehículo y quédate con el motor en marcha! — Le ordenó su superior — ¡El resto, conmigo!

    — ¿M-me quedo solo? — El joven Sanders sí estaba un tanto temeroso dada la situación.

    — No nos alejaremos mucho, si ves algo raro, contáctanos por la radio del traje — Dhejam quiso tranquilizar a su compañero y amigo.

    — Ánimo, chico — Musitó Sun, justo antes de sonreír y salir del vehículo en último lugar.

    — Vaya... vale — Brad tragó saliva conforme veía al resto de sus compañeros subir una duna próxima — Mantén la calma, Brad, eres un jodido soldado de la Alianza.

    Crane, Quetaryan, Landom, Brume y Dhejam apuntaban con sus armas en todas direcciones, mientras se acercaban al lugar donde había sido encendida una bengala hacía varias horas. En dicho lugar también se encontraban los restos de un campamento de emergencia, kit que había en todas las cápsulas de salvamento de la Nolartis.

    Mientras Dhejam comprobaba la arena quemada por la bengala, Yak y Lill observaban lo que quedaba de las tiendas de campaña, arrasadas. Halisha y Sun se quedaron juntas, vigilando el alrededor.

    — Sujetas el arma de una forma un tanto extraña — La asiática llamó la atención de su compañera — Mira, así la podrás levantar más rápido en caso de que tengas que usarla.

    — Vaya, gracias — Halisha mostró una sonrisa forzada, viéndose muy nerviosa en esos momentos.

    — ¿Todo bien?

    — Sí, bueno... estoy un poco asustada, no te voy a mentir — Se sinceró la neoniana — Pero no quiero que Yak me vea así, por lo que disimulo.

    — Y lo estabas haciendo muy bien hasta ahora — La felicitó Sun, comprendiendo por lo que estaba pasando la científica — Tranquila Halisha, intenta confiar en ti misma, aunque nunca hayas hecho esto.

    La neoniana Landom asintió a su compañera, entendiendo lo que quería decirle. Por su parte, Brume comprendía lo que estaba sintiendo la científica, aunque en su interior estaba convencida de que si ocurría alguna clase de conflicto contra alguien u otra especie desconocida, probablemente sería la primera en morir. No era lo que le gustaba pensar, pero eso pensaba.

    — Llámame paranoico, pero creo que aquí hay una especie inteligente, o al menos con consciencia — Quetaryan le señaló a su comandante una de las tiendas de acampar, rasgadas con algo afilado — Podrían haberse llevado a los nuestros.

    — O algo peor — El único thuniano presente se dirigió al dúo de líderes tras analizar la zona donde se había consumido la bengala — Había sangre en el suelo, coagulada pero seca sobre la arena quemada.

    — Vamos de mal en peor... — Lill se echó la mano natural que le quedaba al rostro, pensando — Bien, ¿has encontrado algo más?

    — Un rastro de esa sangre — Indicó Dhejam, que luego matizó para no alarmar de sobremanera — Un reguero intermitente de gotas de sangre, aisladas pero constantes. Llevan hacia la dirección por la que sale el sol.

    — Si es la única pista que tenemos para seguir, la vamos a tomar, sea lo que sea — El comandante estaba decidido a no detenerse, consciente de que sus cuatro compañeros desaparecidos podían estar en serio peligro — ¡Nos volvemos al vehículo! ¡Vamos!

    [...]

    Los vítores se hacían cada vez más presentes conforme se aproximaban al final del pasillo y por ende, a la salida de este. Cuando Ashley, Eron, Fallon y Maya cruzaron la luz, todo lo que vieron a su alrededor les dejó perplejos.

    Se encontraban en lo que parecía un auténtico coliseo para gladiadores, de hasta tres pisos de altura y con miles de asientos que ya estaban ocupados por dichos seres inteligentes de procedencia desconocida. Su material parecía roca, algo básico en las primeras construcciones, lo que hacía sospechar, junto a otros curiosos detalles, que estos seres podían ser relativos a los humanos de las cavernas.

    Los tres humanos y el thuniano, junto a muchos otros seres de la misma especie que los capturó y los cuáles estaban también encerrados con ellos, observaron a los alienígenas, que parecían estar abucheando a los retenidos mientras al mismo tiempo celebraban algo. Casi como si se tratase de la época romana en la Tierra, uno de estos seres se asomó por lo que parecía ser el palco principal de aquel coliseo, alzando los brazos y provocando una gran efusividad en el público.

    El líder, o al menos eso indicaba la situación que era, comenzó a hablar con característicos gruñidos indescriptibles para ninguno de los cuatro miembros de la Nolartis. Una vez el líder terminó su breve discurso, la gente retomó ese júbilo previo a su aparición, momento en el que desde ciertas posiciones estratégicas, se lanzaron una serie de armas básicas al escenario.

    Eron, Fallon, Ash y Maya se miraron entre sí, sin entender del todo que era lo que estaba pasando, pero sí asumiendo que deberían pelear por sus vidas. La doctora Vega se veía realmente aterrada y al borde de un ataque de pánico, mientras que los soldados humanos y pareja, se miraban mutuamente, decididos a cubrirse las espaldas el uno al otro.

    El subcomandante thuniano fruncía el ceño mientras observaba el coro de gruñidos que hacia la grada, visiblemente furioso y dispuesto a salir de allí como fuese necesario.

    Tras el lanzamiento de armas blancas tales como lanzas, pequeñas dagas hechas de hueso y otros objetos punzantes, el que fuera el líder de esa agrupación de seres rústicos recibió una antorcha en llamas y con ella, prendió fuego un caldero lleno de un líquido que se expandía por toda la zona circular del coliseo, provocando que los peleadores estuviesen rodeados por una pared de fuego, impidiendo así que intentasen saltar el muro hacia el público para huir del combate.

    — ¡¿Ash, Eron?! — El héroe thuniano se volteó hacia sus compañeros humanos — Confío en que podréis cuidaros, yo protegeré a Maya.

    — ¡Entendido! — Exclamó la soldado Ripley, asintiendo a su pareja poco después — ¡Espalda con espalda, Eron!

    — ¡Así es!

    — No te alejes más de tres metros de mí — Fallon sonó extremadamente serio con esa advertencia a la médico — Y cúbreme la espalda, avísame si alguien se acerca.

    — ¡S-sí, sí! — La doctora Vega decidió tomar también una de las lanzas más próximas a su posición.

    Acto seguido, aquel líder lanzó un grito al cielo con los brazos en alto que pareció indicar el comienzo de la lucha. La gente comenzó a vitorear a los participantes, quiénes no estaban ahí por voluntad propia, ya que algunos parecían no querer tener que enfrentarse a otros mientras que unos pocos comenzaron a pelear.

    Muy pronto, los primeros cadáveres de esos alienígenas comenzaron a teñir el suelo arenoso de una sangre de color azul oscuro. Sin embargo, un grupo de seis de esos seres parecieron aliarse para quitarse de en medio a los que para ellos, sí eran los verdaderos alienígenas.

    — Ahí vienen, Ash — Musitó Tanner, con los puños en alto y dos dagas huesudas en cada mano — ¡Vamos, maldita escoria!

    Rápidamente, uno de ellos se lanzó hacia el humano con su lanza en alto, pero antes de poder accionar para clavársela, el propio Eron se agachó y hundió uno de esos huesos afilados en el abdomen del ser, para acto seguid rasgarlo de un lado a otro.

    Las tripas del tipo cayeron al suelo como si fuesen objetos viscosos, cayendo él poco después tras ver como perdía una cantidad ingente de sangre. Este suceso provocó en la grada el asombro en forma de gruñidos multitudinarios, sin embargo, la mayoría apoyaba a aquellos de su especie y así lo hicieron notar con un cántico específico.

    ¡Rynarok! ¡Rynarok! ¡Rynarok!

    El subcomandante de la expedición decidió no esperar a que sus enemigos se acercasen, sino hacerlo él mismo. Con la médico humana a escasos metros de su espalda para vigilar la retaguardia, Fallon imponía con su envergadura incluso a dichos seres, que pese a tener más tamaño que el resto de especies conocidas, se toparon de lleno con la excepción thuniana.

    El soldado y segundo al mando de la misión no llevaba, para sorpresa de todos, ninguna de las armas lanzadas a la arena, bastándose únicamente con sus puños.

    Viendo su envergadura, hasta dos de esos seres tuvieron que ir juntos a por el thuniano, que sonrió burlonamente al ser conocedor de que le tenían miedo. Fallon tomó dos montones de arena en sus manos y se la lanzó a los ojos de ambos rivales, dejándolos ciegos temporalmente para acto seguido, embestirles con ambos brazos abiertos, logrando derribarles al instante.

    Nuevamente, el asombro en la grada se hizo presente. Fallon tomó las armas blancas de ambos combatientes enemigos y se las hundió en la zona del cuello, asumiendo que sería difícil sobrevivir a una herida en dicha zona.

    — ¡¡¡Quién es el siguiente!!! ¡¡¡Vamos!!! — Gritaba el thuniano, consciente de que podría infundir el terror en el resto de rivales, mientras la sangre salpicada en su pecho y rostro le daban un aspecto de guerrero abrumador — ¡¡¡Bienvenidos a la ley del más fuerte!!! ¡¡¡Y ese soy yo!!!

    — ¡Cuidado, Fallon!

    El subcomandante no se percató que uno de los enemigos se abalanzó sobre él por un costado, por lo que la médico tuvo que acudir al rescate conforme pudo. Maya corrió hacia su compañero y superior, logrando evitar que recibiera una puñalada gracias a que atravesó al rival con su lanza, propiciando su caída a la arena mientras jadeaba con el arma clavada en el pecho.

    Fallon se volteó sorprendido y agradecido de que la doctora Vega le hubiese salvado de haber terminado herido por su momento de prepotencia.

    Ashley corrió hacia Eron y éste se agachó, dejando su espalda a modo de trampolín para que la mujer saltase sobre él y posteriormente cayese con una lanza en sus manos en dirección a la cabeza de uno de esos seres. La muerte fue instantánea y pronto los gritos en las gradas se mezclaron con los abucheos de un sector que veía como los nuevos alienígenas estaban acabando con sus homónimos, supuestamente llamados rynarok.

    Aquel 'battle royale' estaba terminándose y el cuarteto que salió eyectado de la Nolartis con la cápsula de salvamento estaba logrando imponerse a una dura situación.

    Sin embargo, cuando solo faltaban —sin contar a los cuatro miembros de la expedición— veinte combatientes en el coliseo de arena y roca, el líder rynarok lanzó un gruñido que detuvo el conflicto. Al momento de hacerlo, aquel ser señaló con una lanza a los alienígenas y gruñó varias cosas seguidas que parecieron indicar una clara orden a los de su misma especie. Pronto, estos que estaban enfrentándose entre sí, se juntaron para enfrentar a los cuatro seres externos a su mundo.

    Aquello solo podía significar que los rynarok estaban preocupados por la fuerza de los recién llegados y temían sus capacidades, por lo que la orden era matarles primero.

    — ¡Han hecho equipo! — Exclamó Eron, visiblemente tenso — ¡Van contra nosotros!

    — ¡Nosotros llevamos todo el rato haciendo lo mismo! — Contestó Fallon, confiado — ¡Podemos con ellos!

    — ¡Son demasiados! — Maya se estremecía conforme esos seres se acercaban.

    — ¡No tenemos alternativa, debemos pelear unidos! — Ashley se posicionó rápidamente, con una lanza dispuesta y ya llena de sangre.

    La propia Ripley y su pareja Tanner estaban al frente, mientras que a los costados estaban Fallon y Vega.

    Muy pronto, el cuarteto estaba rodeado por veinte rynarok equipados con armas blancas y dispuestos a obedecer la orden de su líder emperador. Sin embargo, cuando parecía que iban a ser asaltados al mismo tiempo, sucedió algo inesperado para todos.

    Repentinamente, una lanza salió disparada con gran velocidad hacia Eron, el cuál no pudo ver al estar de espaldas. Antes de que nadie pudiese darse cuenta, la lanza atravesó el torso del humano, quedándose atascada en él.

    Ashley se giró hacia su lado izquierdo lentamente, horrorizada conforme veía a su pareja, la cuál estaba en una posición de lucha, perder el equilibrio y caer al suelo de arena ante los ojos de todos los presentes. El público enmudeció unos segundos, los suficientes para que la soldado Ripley se volteara hacia la grada, viendo que había sido el propio líder de los rynarok el que había realizado semejante jugada rastrera e inesperada que había acabado con Tanner mordiendo la tierra del coliseo.

    Visiblemente furiosa conforme la ira le recorría el sistema nervioso y activaba la tensión en todos sus músculos, la soldado humana sujetó con firmeza su lanza y revelando una expresión en su rostro de estar totalmente fuera de sí, corrió unos metros para impulsarse y proyectar su lanza hacia el líder de esos seres, que no tuvo tiempo para reaccionar antes de que la lanza se le clavase en un costado del cuello, provocando un brote excesivo de sangre que terminó matándolo en cuestión de segundos.

    Aquellos soldados que estaban custodiando el palco de su líder corrieron a atenderle sin éxito, lo que propició la orden de ejecutar a los tres alienígenas restantes. El público estaba entre impactado y excitado con la gran fiesta que era para ellos semejante espectáculo, pese a que su líder acababa de morir ante sus ojos.

    Los rynarok que se encontraban en el coliseo y que se habían aliado para enfrentar al cuarteto, de pronto cesaron en sus intenciones y cubrió al grupo al ver que algunos soldados descendían a la arena para terminar el trabajo.

    — ¡¿Ahora nos protegéis?! — Fallon estaba furioso — ¡¡¡Vais a morir todos, os lo juro!!!

    Maya corrió hacia Eron, que parecía estar respirando aún pese a que la lanza le atravesaba uno de los pulmones y probablemente le había perforado el estómago, entre algunas costillas rotas y una hemorragia interna notable.

    Ashley se encontraba a su lado, tomándolo de la cabeza y con lágrimas cayéndole de los ojos. Apenas le tomó veinte segundos a la médico para hacerle ver a su compañera, mediante una negación con la cabeza, que Eron no podría ser salvado a tiempo.

    — No, no, no... — La soldado Ripley estaba siendo un auténtico mar de lágrimas mientras acariciaba el rostro de su amado — No te mereces ir así...

    — A-Ash... te... te... — El hombre luchaba todo lo que podía por decirle algo a la mujer, pero le costaba un mundo el articular palabra debido a que la boca se le llenaba de sangre y se ahogaba con ella — ...quiero...

    Ashley tuvo que ver como Eron exhalaba su último aliento en vida mientras la sangre le caía a borbotones por la boca y sus ojos se quedaban abiertos, fijos en los de su mujer. El grito desgarrador de la soldado dejó helados tanto a Fallon como a Maya, conocedores de que Eron lo significaba prácticamente todo para ella y que su pérdida, también para ellos y para la misión, era irreparable.

    Los rynarok incluso miraban la escena realmente sorprendidos, pero antes de que pudiesen actuar y terminar con su cometido, un estruendo captó la atención de todos los presentes en dicho coliseo.

    Uno de los muros se vino abajo al mismo tiempo que un vehículo lo atravesaba a toda velocidad, atropellando en el camino a varios de esos seres y derrapando hasta posicionarse a escasos metros del trío que quedaba vivo.

    El conductor, quién ahora era Sun, se quedó petrificada durante unos segundos al ver el cuerpo sin vida de Eron en el suelo, rodeado por un charco de sangre, por el rostro desencajado de la doctora Vega y el rostro de rabia y llanto que portaba Ashley.

    Le costó cinco segundos poder tomar la palabra.

    — ¡Subid, rápido! — Indicó la asiática, lista para pisar el acelerador y marcharse de ahí.

    De pronto, los rynarok se lanzaron en tromba hacia el todoterreno, pero una serie de disparos bien efectuados derribaron a varios de ellos. En lo alto del coliseo se encontraba Dhejam con un Winlock, el reconocido rifle para francotiradores de los Anixis, despejando el camino a su compañera Brume para que sacara al resto de sus compañeros de ahí.

    Por el agujero que había abierto el vehículo terrestre en el coliseo, se asomaron el comandante Crane, el soldado Sanders, el soldado Quetaryan y la científica Landom, usando sus armas para abatir a los rynarok más cercanos y evitar que interviniesen en el camino de salida.

    Maya subió corriendo al vehículo mientras Ashley intentaba cargar el cuerpo de Eron también, viéndose sorprendida por Fallon, quién tomó el cuerpo sin vida del humano y lo metió en la parte trasera del todoterreno ante la mirada desgarradora de la mujer, que aún no se creía que su pareja estuviese muerta.

    Una vez todos a bordo, Sun pisó el acelerador y salió por el boquete que había abierto en el muro del coliseo, mientras los rynarok gritaban y gruñían como protesta mientras perseguían el vehículo al exterior.

    Uno a uno, todos fueron subiendo al todoterreno, siendo último Dhejam, que tuvo que bajar como había subido, con los propulsores de su traje. Una vez todos dentro, la asiática puso rumbo lo más lejos posible de dicho lugar, mientras nadie decía ninguna palabra en el interior del vehículo.

    Todos los presentes observaban el cadáver de Eron Tanner en la parte trasera, manchando de sangre los asientos, siendo especialmente duro para sus más allegados.

    Ash y Fallon estaban desgarrados por dentro, mientras que Lill no quitaba la vista de encima al que siempre consideró un hermano, viéndolo ahora sin vida.
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    Saludos, amigo. Paso a comentar el capítulo de esta semana (y que capítulo :o ). Primero que nada, decirte que estoy muy feliz de que hayan regresado las lecturas en simultáneo por Discord. Me alegra que las hayamos recuperado, y ojalá la universidad no nos la arrebaten :'(

    Pasaré a comentar el capítulo. Y tengo que decir que empieza fuerte. Ashley, Eron, Fallon y Maya despiertan encerrados y rodeados de otros seres primitivos. Creo que no hace falta que te diga que mi reacción fue de sorpresa total al ver todo eso. Ya que no tenía ni la más mínima idea de qué era lo que ocurría. Sorprende ver que esos seres primitivos, llamados rynarok según lo que se cuenta en el capítulo, hayan puesto a los suyos a pelear en contra de alienígenas en un coliseo. Me pregunto si, en las leyes primitivas de su mundo, esos que son tirados a pelear son esclavos como aquellos que peleaban en el coliseo romano en sus días. En fin, el flashback del grupo en el campamento me pareció genial, principalmente la parte de Eron y Ashley, quienes han tenido, sin saberlo un último momento íntimo como pareja, puesto a que terminaron siendo aprisionados y posteriormente llevados a pelear al coliseo. Tengo que decir que ver una nueva batalla en una arena en escenarios como este me trae recuerdos a la parte V de LGC (perdón el spam :v ), aunque Allecreod era más civilizado que el líder de los rynarok, y a los que puso a luchar fue justamente a sus esclavos contra los aliens, de forma perversa.

    Pero bueno, se suma una nueva especie misteriosa a la historia. No son avanzados como los Anixis o los Veerham que han creado alta tecnología y llevan a cabo tácticas de guerra planetaria, pero algo avanzados están, siendo similares a los humanos de la edad antigua. Me pregunto si ellos son oriundos de ese planeta o si simplemente fueron llevados allí por alguien más con el objetivo de hacerlos evolucionar y convertirlos en guerreros :ashum:

    Pasando al grupo de la Nolartis, veo que Oda ha aprovechado su poder de procesamiento y ha podido despertar al comandante al mismo tiempo que preparaba un informe del estado actual, con grabaciones y todo. Todos son despertados por Lill y Yak, y resulta que vieron las grabaciones y se enteraron de lo que ocurrió. Me hubiera gustado ver más de la reacción de cada tripulante a la situación que ha acontecido, puesto a que 4 depredadores se les infiltraron en la nave, ocasionaron averías serias, perdieron a Oda y además, fue necesario el sacrificio de West, algo que seguro habrá afectado a Lio. Pobre :( . Ahora que tanto Dyrian, Lina y West han muerto, todos aquellos a quienes conoció en la cárcel de Ceres ya no están. Eso significa que él será el próximo y el último si su momento llega :piplup:

    Sabiendo que deben hacer reparaciones y buscar a los desaparecidos, Lill arma un equipo con soldados y la participación especial de Halisha, quien hasta el momento, no había tocado un arma o al menos no de forma crítica. No me gusta mucho las cosas que ha dicho Yak, aunque lo comprendo. Pero Lill tiene razón. Halisha no puede ni ayudar ni defender a sus compañeros en la Nolartis. Teniendola allí, sería simplemente desperdiciar recursos en ella, por más feo que suene. Pero bueno, ella ha gozado de mucha tranquilidad, ya que hasta el momento, siempre se quedó en la nave, salvo ocasiones donde ha bajado a obtener muestras, y en esas situaciones, no corría un riesgo mayor. Pero bueno, desde la parte VII (creo) vengo diciendo que creo que su rol en la historia será morir de forma en que Yak odie a quien la haya puesto en el lugar y momento equivocado. Espero que no. No quiero volver a ver a Yak reprochándole cosas a mi bebé :ewww:

    En el coliseo, el grupo comienza a defenderse mutuamente. Ashley y Eron luchan en pareja, mientras que Fallon protege a Maya. Aunque hay un momento en el que Fallon se pone en modo pro player, acaba con dos enemigos con sus propias manos y se le sube el humo a la cabeza. Básicamente, hizo dos kills al comienzo de la partida y se le fue el humo arriba. Fue épico ver como se autodenominaba el más fuerte, pero se dejó llevar por su momentum. Le faltó hacer el orange justice. Así me imagino a Fallon si la pelea no hubiera sido interrumpida y hubiera llegado al final de una pieza :v

    [​IMG]

    Por alguna razón, el emperador no se pone contento por ver a los alienígenas triunfar en su arena, y ataca a traición a Eron por la espalda. Maldito... :anicry:

    Eron agoniza y le dedica sus últimas palabras a Ashley, para dejar su último aliento y morir. Me pareció algo raro ver como los otros rynarok restantes estaban tratando de defender a los humanos y a Fallon. Fue algo raro de ver, quizá tenga que ver con una especie de código de honor. Pero bueno, en ese momento, el auto (que me recuerda mucho al Mako de Mass Effect :') ) irrumpe en el sitio como un tanque de rescate y el grupo de la Nolartis logra salvar a sus amigos, e incluso rescatar el cuerpo de Eron. Será difícil para ellos seguir adelante siendo que están en un planeta no planeado en la ruta, y más ahora que Eron ha muerto. Pero deberán hacerlo.

    Me tomo la libertad de mencionar dos cosillas que me han llamado la atención:
    1- Fue agradable ver a Sun tratando de tranquilizar a Halisha, siendo que en el pasado, ella buscaba el exilio y la muerte de los neonianos post colapso. Va muy bien. Sigue así, Sún :gorra:
    2- Imagino que, si se da la posibilidad de que Ashley haya quedado embarazada tras su último encuentro con Eron, ella regresará a casa y su vínculo con Arva se volverá más estrecho, teniendo en cuenta que se separaron pronto después de reconciliarse, y que ahora las podría unir el mismo trágico destino. Aunque eso solo si Ashley queda embarazada.

    En fin, amigo, aquí el capítulo de hoy. Ha sido un inicio super intenso y ya quiero ver más. Ya quiero que sea el sábado que viene, que necesito saber cómo siguen estas aventurillas. Será hasta la próxima semana con leída en simultáneo.

    Y para concluir, mi saludo final. Un abrazo y cuídate mucho :cynda:
     
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  3. Threadmarks: Rynah: un mundo cruel
     
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Hola a todos y bienvenidos al segundo capítulo de esta parte. Tras un inicio intenso, las cosas no van a mejorar antes de empeorar. Este capítulo es bastante relevante en lo que se refiere a misterios sin resolver... no diré nada más, pues quiero que haya algo de sorpresa. No me explayaré mucho más, pero antes de irme quiero agradecer a Reydelaperdicion su presencia en cada capítulo y las divertidas lecturas que solemos hacer en simultáneo, siempre que se puede. Las disfruto muchísimo y espero que él también. Sin más que añadir, hora de leer.







    Rynah: un mundo cruel




    Unas grandes rocas amontonadas formaban, improvisadamente, una pequeña cueva bajo una duna.

    Un espacio pequeño pero seguro para descansar y resguardarse de los fuertes vientos que comenzaban a soplar en el planeta, empujando capas de arena en distintas direcciones. Con la orden del comandante de tomarse una pausa antes de dirigirse de regreso a la Nolartis, el grupo se tomó el descanso oportuno.

    El vehículo terrestre se encontraba aparcado a escasos metros de la entrada a esa curiosa cueva, donde descansaba la mayoría del equipo, a excepción de Dhejam y Brad.

    El soldado thuniano y el soldado humano eran los encargados de hacer guardia por el momento, pues los compañeros rescatados estaban convencidos de que los rynarok estarían buscándoles con total seguridad. Por suerte para ellos, las rachas de viento empujaban toneladas de arena y cubrían parte del rastro del todoterreno.

    — ¿Crees que estarán ahí fuera, buscándonos? — La pregunta provino del joven Sanders, al que se veía inquieto — Si se mueven a pie, tardarán mucho tiempo en llegar aquí y para ese entonces ya nos habremos ido, ¿no?

    — Supongo que sí, chico — Contestó Dhejam sin mayor entusiasmo y visiblemente serio — Ahí dentro están discutiendo que hacer y créeme, no me gustaría estar presente.

    — ¿Por qué dices eso? — Brad no entendía a qué se refería su compañero.

    — ¿Acaso no has visto las caras del comandante, el subcomandante y la soldado? — El thuniano se giró hacia el humano con cara de incredulidad — En la mirada de ella se podía ver el deseo de volver a ese coliseo y matar a todos esos seres.

    — Es comprensible, han matado a su marido, o lo que fueran — El soldado formado en la academia de la Alianza mantenía la vista al frente — Yo probablemente también querría venganza.

    — Pues querrías mal, chico — Señalándole con el dedo acusador, el thuniano se mostró crítico — Esta es una misión donde las emociones deben hacerse a un lado, de lo contrario, solo hubiese venido para incordiar a toda la tripulación por la muerte de Ñjar.

    — Nadie tiene culpa de esa muerte, según lo que se cuenta que ocurrió — El joven Sanders levantó los hombros en señal de incomprensión — Es jodido salir de un planeta volcánico con vida, supongo.

    — Pues eso mismo, ya culpé a alguien externo en su momento y me di cuenta de mi error — Dhejam recordó cuando se encaró con el sabio Cyprus por haber enviado a su amigo con familia a la expedición — Estamos muy lejos de casa y las cosas malas pasan.

    — Asumirlo no será nada fácil para Ashley — Pensó Brad, consciente de que no parecía la clase de persona que se olvidaba de algo así a la ligera — Querrá hacerles pagar.

    — Entonces que vaya ella sola — Dhejam miró fijamente al humano, con una expresión firme en su rostro — Si Lill es un líder sensato, sabrá que la misión no requiere de ridículas venganzas ahora mismo.

    — Eron era un gran amigo del comandante, según sé — Indicó el soldado de la Alianza, pensativo — Quizá se uniese a Ashley para vengar su muerte. Lo entendería.

    — Humanos... — El soldado thuniano levantó la vista, asumiendo que los seres humanos eran unos seres emocionales sin remedio — Si el comandante habla de regresar, te aseguro que yo no formaré parte de eso.

    Mientras los dos soldados vigilaban la entrada y conversaban acerca de lo sucedido, dentro de la diminuta cueva se encontraban los demás.

    Debido a la obvia oscuridad en su interior, el grupo instaló unas pequeñas lámparas portables de manera provisional, ya que pretendían descansar al menos una hora completa de reloj. La asiática y la doctora Vega se encontraban abrazadas, con la segunda llorando desconsoladamente por lo que acababa de vivir.

    Halisha se encontraba con ellas, también consolando a la médico mientras los cuatro principales líderes discutían el plan a seguir.

    — Ash, no puedo ni imaginarme por lo que estarás pasando y lo siento muchísimo — Yak se mostró realmente apenado por la muerte de Eron, pero entendía que no era el momento ni el lugar para llorarle — Pero debemos seguir hacia delante, salir de este mundo y regresar a casa. Es lo que pienso, Lill.

    — No vamos a regresar a casa hasta que esta misión haya terminado — El comandante estaba muy serio — Eso sería faltar el respeto a Ñjar, Cia, Norman, Uriow, West y Eron. Y sus muertes no serán en vano.

    — Estoy contigo, comandante — Fallon asintió, apoyando a su superior, mientras se centraba en la mujer — Debemos seguir, Ash, tú lo sabes. Eron querría...

    — No sé que es lo que él querría — La soldado Ripley contestó con frialdad y con la mirada perdida en algún lugar de la cueva — Pero sí sé lo que yo quiero; volver a ese coliseo con la Nolartis y usar sus armas para reducir ese lugar a escombros.

    Comandante, subcomandante y primer líder se miraron entre sí con claros rostros de preocupación por la segunda líder.

    Era evidente que le tomaría un tiempo recomponerse, pero temían que la invadiera una actitud suicida o extremista. Lill se aproximó a su compañera, amiga y prácticamente hermana para arrodillarse ante sus ojos y tomarla de las manos, lo que provocó en la mujer un llanto desconsolado que el hombre solo pudo corresponder con un fuerte abrazo.

    — Yo también quiero a Eron como si fuese de mi familia y el dolor que siento es inmenso, lo juro — Crane intentaba hacer que Ripley entrase en razón — Hemos perdido a tantos seres queridos, amigos y compañeros, que parece que esto simplemente sea aceptarlo y seguir. No lo es, probablemente necesites mucho tiempo antes de volver a recordarle y no hundirte en tu tristeza. Pero cuando eso pase, Ash, yo estaré ahí para ti. Eres la poca familia que me queda y no quiero verte volverte una imprudente o una suicida. Te necesito para acabar con esta misión y regresar a casa, con nuestra familia, ¿me entiendes?

    La soldado Ripley, que ya no estaba en llanto sino que las lágrimas le recorrían lentamente las mejillas coloradas, comenzó a asentir sin apartar la vista de los ojos de su comandante y familia. Crane mostró una media sonrisa mientras varias lágrimas también recorrían su rostro, volviendo a fundirse en un abrazo con la mujer y ante la mirada del resto de sus compañeros, visiblemente conmovidos y apenados por lo visto, al igual que por la situación en la que se encontraban.

    — ¿Comandante? — De pronto, Dhejam se asomó al interior de la cueva, captando la atención del grupo — Tenemos un problema.

    — ¿Qué ocurre, Dhejam? — Fallon fue quién contestó a su homónimo, serio y preocupado.

    — Es el viento, está cambiando — Indicó el que hacía guardia en la entrada de la cueva — Se avecina una tormenta.

    El comandante miró a todos los presentes en el interior de esa cueva, indicando mediante un gesto, que era la hora de irse.

    Fuera ya se encontraba el joven Sanders poniendo en marcha el vehículo terrestre, en cuyo interior del maletero se encontraba el cuerpo sin vida de Eron Tanner. Uno por uno fueron subiendo al todoterreno mientras Lill confirmaba que el plan no cambiaba ni un ápice; era hora de regresar a la Nolartis. Sin embargo, esa tormenta de la que hablaba Dhejam comenzó a hacerse cada vez más presente.

    Repentinamente iniciaron una serie de oleadas de fuerte viento que estaban cerca de hacer volcar el vehículo terrestre que manejaba Brad, demostrando la fuerza que iba adquiriendo dicha tormenta de aire. Pronto empezaron a formarse lo que parecían ser claros tornados, algo que no dejó nada tranquilo a ninguno de ellos.

    Consciente de que el trayecto de vuelta a la nave era largo y que esa curiosa tormenta podía complicar mucho las cosas, el comandante Crane decidió proponer una idea.

    — Si estáis de acuerdo, sugiero que busquemos un lugar en el que resguardarnos — Dijo Lill, mientras apreciaba por el ventanal frontal del todoterreno como varios tornados peinaban el yermo desértico que se abría paso ante sus ojos — Evidentemente, un sitio más amplio que esa cueva improvisada en la que estábamos.

    — Me parece lo más sensato, comandante — El actual subcomandante de la expedición abogó por la misma idea dada por su superior — Soldado, activa el radar para que peine la zona en busca de alguna edificación o algo similar.

    — Espera, ese lugar podría estar habitado por esos seres con los que nos hemos topado — El propio Brad se volteó hacia el grupo, queriendo asegurarse de que estaban dispuestos a lo que fuese necesario — No sé si una pelea en mitad de una tormenta de viento y arena me parece lo más seguro.

    — Tú no te preocupes por eso, chaval, que yo me encargaré de que cada uno de esos cavernícolas alienígenas reciban una bala en el cráneo — Las palabras de Ashley enmudecieron por unos instantes al resto del grupo.

    — Si hay que pelear, lo haremos — Indicó Quetaryan, consciente de que estando en un mundo habitado y hostil, era una probabilidad existente — Pero si podemos evitarlo, mucho mejor.

    — Estoy con Yak — Su pareja, la científica Landom, apoyó las palabras de éste — No creo que sea conveniente meternos en más problemas, ya hemos perdido a uno de nosotros. Evitemos que haya más.

    — Sí, por favor... — Maya se encontraba aún con el shock de lo que había sucedido en aquel rudimentario coliseo.

    — Necesitamos un sitio donde resguardarnos, así que esa es la prioridad — El otro soldado thuniano que estaba presente, Dhejam, era conciso — Si está habitado por esas cosas, lo deshabitaremos.

    — Lo que ha dicho el thuniano — La asiática Brume asintió con decisión — Centrémonos en buscar un lugar en el que poder protegernos.

    Viendo que prácticamente todos habían accedido a ese riesgo, el joven Sanders activó el radar del vehículo terrestre inmediatamente, algo que no había sido hecho antes porque no fue necesario usarlo, estando parados en la cueva. El aparato electrónico comenzó a emitir unos pulsos a lo largo y ancho de su alrededor, detectando además de las formaciones de tornados, varias localizaciones que se presuponía tendrían alguna edificación o lugar donde refugiarse un rato.

    — Dirígete a la más cercana y a partir de ahí decidiremos si nos sirve o pasamos a la siguiente — Ordenó Crane con determinación.

    — A sus órdenes, comandante — Brad marcó el primer punto más cercano y puso rumbo hacia ahí.

    Con la tormenta de tornados intensificándose conforme avanzaba el tiempo, los exploradores de la Nolartis llegaron al primer lugar que el radar marcaba, tras quince minutos de reloj; una zona la cuál era un evidente asentamiento o aldea de los rynarokianos. Para sorpresa de todos ellos, dicha zona estaba vacía, algo que extrañó a todo el grupo hasta que supuso que la tempestad que se estaba dando podía ser la causante de que la población de ese lugar se hubiese refugiado en otro punto. No hubo más remedio que seguir hacia el segundo lugar indicado por el radar del todoterreno, en el que se pudo apreciar una edificación de piedra semi derruída, pero con un acceso libre de obstáculos.

    El equipo no se lo pensó dos veces y tras aparcar el vehículo terrestre a un lado —conscientes de que la tormenta podría dañarlo y confiando en que no ocurriese dicho suceso— se dispuso a entrar a dicho lugar. El sitio tenía una entrada empinada hacia abajo, lo que sugería la posibilidad de que se tratase de una especie de búnker del pueblo neolítico que habitaba ese planeta. Sin embargo, pronto empezaron a ver que dicho lugar estaba más abandonado que otra cosa. Los pensamientos de todos llegaron prácticamente a la misma conclusión y es que dicho lugar parecía una especie de pirámide o templo de esos que se podían apreciar en la extinta Tierra.

    — Linternas encendidas y armas en alto — La orden de Lill fue recatada por todos — Fallon, tú irás al frente.

    — Sin problema, comandante.

    El grupo de exploración se fue internando poco a poco en aquel misterioso lugar, dirigiéndose hacia sus entrañas mediante un pasillo escurridizo y oscuro que avanzaba hacia abajo. Las paredes y la roca con la que había sido construido ese sitio denotaban estar en un estado avanzado de deterioro, no obstante, pese a no mantenerse en pie por fuera sí lo hacía por dentro. El subcomandante de la expedición se sentía más que capacitado para estar a la cabeza del equipo y no tenía reparos en ser el primero al que podría saltarle la sorpresa, sin embargo, no hubo ninguna.

    De pronto, el grupo se vio en una amplia sala con cuatro pilares cuadrados en el centro que parecían sujetar el techo, por el cuál se filtraba el aire y la arena en suspensión al haber varios agujeros, probablemente fruto del paso del tiempo y de los agentes externos. La oscuridad total en aquel sitio se mantendría igual de no ser por las linternas que todos llevaban equipadas en sus trajes de exploración, algo que alumbraba lo suficiente como para asegurarse de que estaban solos en aquel extenso espacio.

    Todos se dispusieron a seguir hacia delante cuando la científica presente en el grupo llamó la atención del resto.

    — Esperad, mirad esto — La neoniana señaló a una pared en la que se veían dibujos, algo muy similar a las pinturas rupestres de la humanidad — ¿Será cosa de esos seres?

    — Con total seguridad — Afirmó Dhejam, convencido pese a no tener pruebas concluyentes.

    — ¿Os habéis fijado? Parece un sistema solar cartografiado — El joven Sanders interrumpió la conversación para revelar un dato interesante.

    Rápidamente, Lill se aproximó al oír aquellas palabras de Brad para corraborar que así fuese. Efectivamente, el ex cartógrafo de La Unión sonrió al reconocer que así era lo que el joven soldado había visto, algo que no se esperaba de alguien como él. El comandante felicitó al chico al mismo tiempo que Sun realizaba un nuevo descubrimiento al respecto, captando la atención de todos.

    — Ese planeta está dibujado diferente y tiene un nombre escrito, ¿veis?

    — "Rynah" — Leyó Fallon al aproximarse — ¿Será el nombre de éste mundo?

    — Podría serlo, es el único planeta de los dibujados que tiene algo escrito a su lado — Confirmó Halisha, a la cuál empezaba a fascinarle todo aquello — Creo que estamos ante una especie inteligente que está comenzando a desarrollarse desde hace poco.

    — Si fuera por mi, no pasarían de esta época — Murmuró la soldado Ripley, que no parecía que fuese a aflojar en su ira hacia los rynarokianos — ¿Podemos seguir para asegurarnos de que estamos solos o hacemos de esta sala nuestro refugio provisional?

    — Seguiremos, quién sabe la información que podemos encontrar sobre esta especie autóctona — Decidido a no pararse mucho más rato, el comandante indicó que debían proseguir hacia el interior del lugar.

    Aquel misterioso lugar, muy parecido a un templo o pirámide, se adentraba más hacia al interior de lo que en un principio parecía.

    El grupo prosiguió su andadura en la exploración improvisada que estaban llevando a cabo, ya a resguardo de la tormenta del exterior, pero queriendo asegurarse de que no se escondiese ninguna sorpresa ahí abajo. Pasados al menos diez minutos de pasillos y salas pequeñas o vacías, los miembros de la expedición de la Nolartis se toparon con lo que indicaba ser una gran y principal sala, de la cuál no parecía haber más caminos que derivasen en otras salas.

    — ¿Aquí? — Preguntó Halisha, viendo que se encontraban en algo parecido a un amplio callejón sin salida.

    — No, quedarnos aquí nos haría vulnerables ante una emboscada — El comandante Crane respondió con absoluta lógica — Regresemos hacia atrás, nos quedaremos en alguna de las otras salas.

    Visto lo visto, el equipo accedió a volver por el mismo camino por el que habían llegado a ese destino, cuando el toque de atención proveniente del subcomandante frenó en seco las intenciones del resto. Fallon se quedó parado frente a una roca que sobresalía de la pared, algo que podía parecer muy normal a priori. Sin embargo, el thuniano pareció reconocer algo que el resto no pudo. Sin decirle nada a nadie pero viéndolo todos, el subcomandante empujó dicha roca hacia el interior de la pared, colocándola en su sitio y al mismo tiempo accionando un tipo de mecanismo que abrió la pared contigua, sorprendiéndolos a todos.

    — ¿Cómo lo has...? — Brad no podía creerse que el thuniano hubiese descubierto eso por sí solo.

    — Ahora sé que es este sitio, lo recuerdo — Fallon impactó a varios con su declaración — En Thundia, había varios templos de origen Anixis, idénticos a este.

    — ¿Estás diciendo que este sitio lo hicieron los Anixis y no esa especie con la que nos hemos encontrado? — Casi sin dar crédito a ese hecho, Sun miraba sorprendida a su superior.

    — En efecto, así es. Estoy totalmente convencido — Indicó el subcomandante, dejando absorto a todo el equipo que le acompañaba — Muchos de esos templos tenían un acceso secreto, igual que este. Cuando lo he visto, se me ha hecho familiar.

    — ¿Por qué iban los Anixis a hacerles un templo a estos monstruos? — La doctora Vega sentía repugnancia de los rynarokianos.

    — Ni lo sé ni me importa — La soldado Ripley contestó con total indiferencia.

    — Podrían tener relación, los Anixis y esos seres primitivos — Quetaryan teorizó por su cuenta — ¿Deberíamos entrar ahí?

    — Indudablemente sí, Yak — Su pareja y científica estaba decidida, aunque debía esperar la orden — ¿Comandante?

    — Vamos a entrar — Lill no se lo pensó dos veces, intrigado por los últimos descubrimientos.

    — Esto se pone interesante — Musitó Dhejam, visiblemente emocionado por encontrar alguna información relevante o curiosa.

    Sin más que discutir al respecto, el subcomandante Fallon tomó la iniciativa y entró el primero a aquella habitación secreta con el arma en alto, seguido de todos los demás. Para sorpresa de los presentes, dicho lugar estaba iluminado por antorchas, algo que hacía presagiar que o bien era un lugar visitado por alguien o los Anixis habían creado un sistema rudimentario de encendido. Fuese lo que fuese, esa sala olía a cerrada desde hacía mucho tiempo y la gruesa capa de arena lo confirmaba.

    El comandante acarició una mesa cubierta por arena mientras alzaba la vista al techo, comprobando que así debió ser como toda esa arena irrumpió en la sala. Varios boquetes servían como filtraderos para que la arena en suspensión terminase entrando en aquel lugar, evidentemente por su falta de mantenimiento. Cada uno de ellos se puso a observar todo lo que había en aquella habitación, viéndose un gran contraste respecto a otras salas anteriores.

    Dicha habitación estaba amueblada con objetos más modernos de los que los rynarok pudiesen poseer. No significaba que no supieran utilizarlos, pero aquello era tecnología anixis y evidenciaba que estos tuvieron algún tipo de relación con los seres nativos de Rynah, en algún punto de sus vidas cósmicas. Brume comenzó a despejar de arena una de las mesas que había, llevándose un buen susto cuando se formó un holograma ante sus ojos.

    Del salto que dio hacia atrás, la asiática tiró al suelo varios utensilios de otra mesa, captando sin quererlo la atención de sus compañeros.

    — ¡Joder! — Exclamó Sun, visiblemente asustada — ¡No me esperaba algo así!

    De pronto y mientras los demás miraban dicho holograma, el comandante Crane también despejó de arena la mesa en la que se encontraba, liberando ante sí mismo un holograma idéntico al que la asiática había activado. Ahora los ojos del resto se centraron en Lill y en como había revelado otro holograma. Fue entonces que Fallon buscó alguna otra mesa, encontrándola en el fondo de la habitación y haciendo lo propio para revelar un nuevo holograma, lo que hacían un total de tres.

    Ninguno de ellos tuvo la intención de decir nada, porque antes de que pudiesen siquiera hacerlo, los tres hologramas se fusionaron en uno, ubicado en el centro de la sala y en suspensión en el aire. Automáticamente todos se enfocaron en ver aquello, que comenzó a tomar una forma circular, muy similar a los drones RECO que usaron los humanizados Anixis en la guerra contra la Alianza.

    Aquello se quedó en suspensión sobre las cabezas de los exploradores de la Nolartis, hasta que finalmente interactuó con ellos.

    No sois rynarokianos — Dijo repentinamente aquel holograma, mostrándose como una IA — Detectadas varias formas de vida; humanos, neonianos y thunianos. Ausencia de sylerianos notoria.

    — ¿Quién eres? — Le preguntó Sun, con la mirada clavada en esa cosa — O debería decir, ¿qué eres?

    Soy una inteligencia artificial creada por el Dr. Yannon, ingeniero reputado del GEMA.

    — ¿Dr. Yannon? — Dhejam no entendía para qué dar ese dato si era obvio que nadie lo conocería.

    — ¿Qué significa GEMA? — El comandante quiso saber lo que había detrás de ese nombre.

    Grupo de Exploración y Monitorización Animal — Explicó la IA con exactitud — El doctor Yannon nunca creyó apropiado ese nombre para el proyecto, ya que nunca ha considerado simples animales a ninguna de vuestras especies.

    — ¿El doctor Yannon es Anixis? ¿Eres de origen Anixis? — Nuevamente, Lill tomó la palabra.

    Así es, a ambas preguntas — Contestó el holograma, asombrando a todos los presentes.

    — ¿Y qué se supone que haces aquí escondido? — El subcomandante también tenía sus preguntas — ¿Por qué no estás con los Anixis?

    No estoy escondido, permanezco a este lugar y me dedico a estudiar la evolución de los rynarok, pero perdí el contacto con el satélite de GEMA hace quinientos cuarenta y nueve años. Y nadie ha venido a realizar mi mantenimiento periódico desde entonces.

    Los exploradores de la Nolartis se miraron entre sí como quién comienza a hilar sucesos.

    Al parecer, esa IA llevaba abandonada durante más de quinientos cuarenta y nueve años, siendo que en aquel entonces los Anixis estaban en conflicto obvio contra los Veerham. Aquello podría haber sido la causa de que aquellos que realizaban el mantenimiento de dicha IA no regresasen a por ella, aunque también podía presagiar lo peor.

    No obstante, la IA siguió con el trabajo para el que fue programado.

    — ¿Cómo sabes que somos humanos, neonianos y thunianos? — Fallon quiso aprovechar aquel hito histórico para sacar toda la información posible — No te lo hemos dicho.

    Mis creadores, los Anixis, crearon una red de conocimiento a la que todas las IA estábamos conectadas — Explicó el holograma — Ellos conocen de vuestra existencia desde hace miles de años.

    — ¿Y cómo es eso posible? ¿Acaso nos visitaban en nuestros planetas? — El joven Sanders estaba muy intrigado e impactado.

    En vuestros planetas hay o había otras IA's como yo, monitorizando vuestro progreso y evolución como especie inteligente — Aquella revelación dejó en shock a muchos de los presentes — El doctor Yannon me avisó de que este momento podría llegar, así que doy por supuesto que es la primera vez que descubrís esta información.

    — Así es, pero, ¿por qué se molestaban los Anixis en vigilar a nuestras especies? — Aquella parecía ser la pregunta del millón, siendo lanzada por Yak.

    Porque sois el mayor y más ambicioso plan que el imperio Anixis jamás haya creado; sois sus subespecies — Al decir aquello, nadie se atrevió a rebatirle — Parte de vuestro código genético es Anixis, porque sois hijos de su progreso. Vuestra evolución fue adelantada, modificada y moldeada por los Anixis.

    Quién iba a decir que adentrarse en aquel lugar iba a significar tanto para la expedición, como aquel momento.

    Las constantes revelaciones que se estaban sucediendo no se podían comparar a la última que acababa de ser revelada por una IA funcional de origen Anixis, con acceso a una red de conocimientos que nadie se podría imaginar. El shock en los presentes era tal, que incluso algunos como Yak, Sun y Brad tuvieron que tomar asiento para no perder el equilibrio, ya que sentían que sus piernas les temblaban al pensar en aquello.

    — Entonces... ¿somos parte de los Anixis? — La científica Landom fue la única que pudo seguir con la conversación en ese instante.

    En efecto, eso es correcto — Confirmó la IA — Es por ello que encontrasteis la tecnología Anixis y pudisteis usarla sin mayor complicación. Ellos la dejaron ahí para vosotros, con el deseo de algún día reencontraros.

    El comandante comenzó a pensar en todo lo relacionado con alienígenas que recordaba desde que su sueño era surcar el espacio exterior.

    Los avistamientos de ovnis en la Tierra, algunas pinturas de astronautas en distintos lugares del mundo e incluso las propias pirámides de Egipto y muchas otras cosas eran pruebas —al menos eso pensaba el propio Lill en ese momento— de que los Anixis habían estado visitando la Tierra, dando pequeños avances a la especie humana y dotándola de saltos tecnológicos y espirituales para alzarla como una verdadera especie inteligente y autosuficiente.

    — ¿Hay alguna forma de que te podamos llevar con nosotros? — Aún absorto en sus pensamientos, el comandante retomó la más asombrosa de las charlas que nunca hubiese esperado — Tus conocimientos nos serían muy útiles y todo lo que nos has dicho querrán saberlo nuestros líderes. Esto lo cambia todo, ¿sabes?

    Comprendo vuestras intenciones pero eso no va a ser posible. Principalmente porque mi misión es monitorizar a los rynarok, que también es una subespecie Anixis. Además, mi sistema es local y no se puede trasladar sin el equipamiento adecuado, corriendo el riesgo de desconectarme para siempre.

    Lamentablemente, ese surtido de conocimientos de la IA Anixis no podía ser trasladado a bordo de la Nolartis, según palabras del propio holograma.

    Sin embargo, la información dada era más que suficiente como para que hubiese merecido totalmente la pena llegar hasta ese lugar y sobre todo, marcarlo en los futuros mapas para mayor exploración y reconocimiento.

    Lill estaba absolutamente convencido; Rynah, un mundo cruel, merecía totalmente el precio de morir. Ese que su hermano Eron Tanner había tenido que pagar.

    [...]

    La seriedad de la piloto Maxwell contrastaba con la felicidad evidente entre el ingeniero Herswood y la joven Hennessey.

    La pareja se encontraba realizando una serie de reparaciones en la sala del núcleo de la nave, lugar principal donde residía la base de datos de Oda, mientras que la piloto hacía lo propio en la misma sala, pero en el pasillo que daba acceso a esta. Con la infiltración a bordo de las bestias invisibles de Bildsh, el lugar parecía prácticamente una nave abandonada, pero con la dedicación, el tiempo y el esfuerzo de aquellos que se habían quedado en la Nolartis, esta iba recobrando poco a poco la vida y con ella sus sistemas básicos.

    Lynx acababa de terminar su reparación, la más difícil de hacer de no ser porque el fallecido ingeniero Finn le dejó un gran legado en forma de apuntes, algo que sin duda le había facilitado al joven informático el arreglar los principales problemas de ingeniería en la nave. Además, la ayuda de Iris a la hora de hacer ciertas cosas le permitió acabar su trabajo con mayor rapidez y precisión, por lo que ambos se miraron con satisfacción y deseo una vez la reparación había sido completada.

    Tyra tuvo que ver desde una mínima distancia como la joven pareja se fundía en un apasionado y lento beso, algo que la irritaba, no por el hecho de que fuesen ellos dos, sino porque los veía felices mientras ella había sufrido mucho en el ámbito del amor.

    En la cabeza de Maxwell aún estaba presente todo lo que había ocurrido con Norman, asesinado en Bildsh por esos monstruos nativos de la zona. Ni siquiera pudieron recuperar su cuerpo, ya probablemente en descomposición, si es que no se lo habían comido antes de llegar a ese punto. Aquello y lo que veía ahora terminaron por hacer que la chica comenzara a sollozar mientras terminaba de conectar unos cables que daban la luz al largo pasillo de la planta baja de la nave. Las lágrimas que recorrían sus mejillas no eran de rabia o de frustración, sino de pena.

    Sentía que se estaba quedando sola, con su amigo Lynx notablemente distanciado de ella y sin el apoyo que Norman siempre le brindó.

    — ¿Tyra? — Lynx se percató de su casi silencioso llanto, por lo que se aproximó a ella — ¿Qué pasa? ¿Estás bien?

    — Sí, no es nada — La piloto se limpió rápidamente las lágrimas y siguió con su trabajo — Sigue con lo tuyo.

    — Tyra... — El que ahora era el principal ingeniero de la nave se arrodilló al lado de su compañera y amiga, pasándole la mano por la espalda en un acto de cariño — Nos conocemos lo suficiente como para saber cuando nos pasa algo. Y a ti te pasa algo.

    — ¿Y qué si es así? — Tyra confrontó a su amigo — Tú tienes otras preocupaciones en mente ahora.

    — ¿Estás celosa? — Herswood contuvo una carcajada, algo que vio Maxwell, lo que la hizo mirarle seriamente — Perdona, pero es que me sorprende.

    — ¿Te sorprende?

    — Así es.

    — Lynx, te considero mi hermano. Al igual que consideraba a Norman como algo más — La mujer comenzó a explicarse — Él no me correspondió porque estaba interesado en tu novia. Ahora ya no está y yo...

    — Te sientes sola — Musitó él, dando por sentado que era eso — Oye Tyra, siento si me he alejado un poco de ti. Supongo que nunca me había enamorado hasta ahora.

    — ¿Qué tiene Iris? — La pregunta de la piloto sorprendió al chico, quién se volteó para ver a Hennessey trabajar sin ser consciente de que hablaban de ella — No me malinterpretes, no la odio ni le guardo ningún rencor. Ahora ya no. Simplemente tengo curiosidad.

    — No sé cómo explicártelo, Tyra, ella es alguien increíble para mí — Contestó Lynx, viendo ella como se le iluminaban los ojos — Es obvio que comenzó atrayéndome físicamente, pero no fue hasta quedarnos a solas y conocernos más, que esa mera atracción se convirtió en un deseo de tener algo serio con ella.

    — ¿Y crees que ella sienta lo mismo?

    — No me ha demostrado lo contrario. Pero me conoces y sabes que no hago las cosas a la ligera — Herswood se mostró realmente decidido a estar con Iris — Cuando me involucro en algo, es con todo mi corazón.

    — Lo sé, Lynx — Tyra recordó cómo de involucrado estuvo su compañero en la causa de revelar los secretos del gobierno de la Alianza — Vas con todo.

    — Exactamente, con todo — La firmeza con la que hablaba el chico sorprendió a su amiga, que veía en él un cambio de actitud considerable.

    — Tengo que admitir que esa chica te ha hecho muy bien.

    — ¿A qué te refieres?

    — Ya no eres el idiota que eras antes — Dijo Maxwell con una media sonrisa en su rostro — Te veo más centrado y eso me alegra mucho, de verdad.

    — Vaya, yo... — Lynx se rascó la cabeza mientras se sonrojaba al oír aquello — Pues no sé...

    — Anda tonto, ve con ella — Le indicó la piloto de la nave, mostrándose menos triste — Yo estoy bien, te lo prometo.

    — Está bien — Musitó Lynx, que antes de irse quiso dejar en claro algo — No dudes en venir a mí cuando necesites de alguien, Tyra; eres mi familia. Como lo fue Norman, aunque no estuviesemos en el mejor momento.

    Tyra asintió, un tanto aliviada al oír esas palabras de boca de su veterano amigo. Lo vio regresar junto a Iris y volvió al trabajo, mientras la joven Hennessey se interesaba por el qué habían hablado ambos compañeros.

    — ¿Se encuentra bien? — Preguntó la ahijada del hombre de Ceres — ¿Qué te ha dicho?

    — Está bien, simplemente añora a Norman — Contestó Lynx con normalidad, maquillando un poco la conversación mantenida previamente — Y le he hecho saber que estoy para ella, porque es de mi familia.

    — Sé que no le caigo especialmente bien, lo he notado — Murmuró Iris, sin querer decirlo muy fuerte — Pero si puedo ayudarla en algo, también puede contar conmigo.

    — Estoy seguro de que lo sabe — El joven Herswood tomó de la mano a la joven Hennessey — Eres lo más valioso que hay en esta nave.

    Mientras tres de los más jóvenes de la expedición seguían reparando en la planta baja de la Nolartis, los demás se encontraban en el puente de mando, poniéndolo a punto.

    Ya apenas había cosas que necesitasen reparación, pues los seis que se habían quedado a bordo estuvieron varias horas realizando reparaciones y mantenimiento para que la nave estuviese a punto en el regreso del comandante Crane y su grupo. De hecho, los otros tres tripulantes restantes que realizaban dichas tareas de ingeniería, acababan de reactivar el sistema de comunicaciones, algo que era vital para contactar con el equipo de exploración y conocer su situación.

    — Buen trabajo, Eniar — El que antaño fuese el subcomandante de la expedición y actualmente el que estaba al mando de la nave, agradeció el excelente trabajo de la thuniana — ¿Funcionan todas las frecuencias?

    — Todas, lo he recalibrado y reiniciado todo el sistema — La ingeniera thuniana asintió con seguridad.

    — Oye, yo también he ayudado — El syleriano Pallow se mostró molesto al no haber obtenido reconocimiento — Podrías ser agradecido con todos, no solo con quién te interesa.

    — ¿Qué mierda hablas, Caelum? — Lio, sentado en el puente de mando, se volteó — Apenas contribuiste, te has pasado la mayor parte del tiempo sacando muestras de la arena de este puto planeta.

    — La ciencia también es mi campo y también es importante — Le recriminó el ex consejero de la Alianza — Aunque comprendo que alguien como tú no piense en eso y solo se dedique a disparar armas.

    — Primero que nada, como vuelvas a hablarme así, te aseguro que te tragarás toda la arena que hay en esta roca quemada — Santos estaba harto de oírle hablar, ya que quería probar las comunicaciones — Y segundo, la prioridad eran las reparaciones, no la maldita ciencia. Ahora, si me disculpas, vete a tu jodido laboratorio para no molestarme y así contactaré con los demás.

    La expresión facial de Caelum era todo un poema y no precisamente de los bonitos. El syleriano se mostró bastante serio y reacio al comentario directo del hombre de Ceres, pero quizá conteniéndose las ganas de responderle, se fue rumbo al laboratorio. Eniar no pudo evitar mirarse con Lio, lo que hizo que ambos se riesen tímidamente antes de probar las comunicaciones.

    Frecuencia a frecuencia, Santos trató de recibir respuesta, pero al haberse calibrado todo de nuevo no sabían que frecuencia era la indicada, hasta que finalmente la hallaron.

    ¿Lio? ¿Eres tú?

    — ¿Lill? — El hombre de Ceres respiró aliviado al oírle — Gracias a las estrellas, me alegra oírte hermano.

    Y a mí escucharte. Estamos de camino a la nave.

    — Estamos casi a punto, solo faltan un par de cosas que arreglar y estaremos listos para salir de este planeta abandonado de la mano del universo.

    Perfecto, pero antes tendremos que hablar. Todos.

    — ¿Por? — Lio se extrañó al oírle decir eso — ¿Ha ocurrido algo, Lill?

    Han ocurrido muchas cosas — Contestó el comandante Crane — Cosas que lo cambian todo.
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Saludos, amigo. pAso a comentar el capítulo de esta semana tras otra jornada de leídas en simultáneo :char:

    Primero que nada, me gusta la forma en la que has hecho de Rynah un planeta único de todos los demás. Primero hemos tenido un planeta volcánico, luego un planeta con tormentas eléctricas, y también un planeta lleno de vida. Este planeta siendo en su mayoría un yermo arenoso y con tormentas de arena es un poco de aire fresco. Siento que lo único que falta es un planeta marítimo o cubierto por nieve y ya tendremos a todas las fuerzas de la naturaleza aquí.

    El grupo, contando con una Ashley muy golpeada emocionalmente y con deseos de venganza (no la culpo, en verdad, Eron ha sido su pareja por más de una década, siendo el único humano con quien tuvo que convivir 9 años sin interacción con alguien más, es como si le hubieran arrancado una parte de ella :( ) se tiene que ir a refugiar de la tormenta, y es en ese sitio en el que descubren una especie de poblado abandonado seguido por el descubrimiento de un templo/pirámide en el lugar. Ni bien entran, pueden ver que el sitio está cubierto de arena, haciendo que comiencen a sospechar que se trata de un templo de los rynarok o rynarokianos, pero luego, gracias a un descubrimiento hecho por Fallon, quien relaciona ese templo con aquellos que había en su mundo de origen, terminan descubriendo que en realidad es una estructura Anixis. Y lo que más llama la atención es cuando se encuentran con una IA de origen anixis, a quien voy a llamar GEMA porque me parece un nombre bonito para una IA :) . Ella les explica que lo que hicieron los Anixis en todos los mundos de origen suyo fue ayudarlos a evolucionar. Y la verdad es que esa es una tremenda revelación top. Siempre tuve la sospecha de que los Anixis tendrían algún posible parentesco con los humanos, desde que vi que tenían un holograma de la Tierra incluso después de que esta dejó de existir post-colapso, ya que la única manera que tenían de poder conseguir algo así era tenerlo de antemano.

    Supongo que, por los comentarios de la IA, los sylerianos, thunianos, neonianos, humanos y rynarokianos son todas las 5 subespecies a las que los Anixis han ayudado a evolucionar (incluso creo que en mi comentario pasado he mencionado la posibilidad de algo así, aunque no 100% exacta). Ahora todo tiene más sentido. Crearon el planeta artificial de Paraíso para las especies, crearon la ruta para que pudieran descubrir la verdad, y tenían instalaciones en varios otros mundos posiblemente para poder analizar su viabilidad ya sea para ayudar a contribuir con la evolución de otras especies o bien para prepararse contra los Veerham. Esto me recuerda muchísimo a Mass Effect, con los Segadores. Y de hecho, me hace tener otra teoría nueva que acontinuación te va. Quizá, los Veerham también hayan sido en el pasado una subespecie Anixis. Posiblemente, ellos los hayan ayudado a evolucionar, pero quizá llegó un punto en el que los Anixis vieron a esa raza como una amenaza y decidieron exterminarlos, de la misma forma en que los segadores suelen hacer en el universo de ME. Ahora bien, eso tendría sentido para lo que mencionó la IA, ya que si los Anixis quisieran tener credibilidad ante el resto de las especies, no mencionarían sobre un intento fallido con los Veerham. Esto me hace pensar en qué es lo que habría ocurrido con las otras subespecies si los Anixis no hubieran "desaparecido" cuando los Veerham los atacaron. ¿Habrían sido invitados a formar parte de una Sociedad Intergaláctica? ¿Los habrían "cosechado"? ¿O acaso esas 5 subespecies solamente serían sujetos de prueba para una guerra? Preguntas resueltas, pero nuevas se van formando. Eso me gusta de este capítulo.

    Algo que creo que es un hueco, y que creo que quizá se demuestre que no lo es en el futuro, es el hecho de que en la ruta de los Anixis no aparecen planetas ya descubiertos como Neonia, la Tierra o incluso Syleria. Entiendo que Thunia no saliera porque los Anixis les prepararon un arca para escapar de su muerte. También entiendo que Rynah tampoco apareciera porque parece ser la menos avanzada de esas especies. Pero Neonia, Syleria y la Tierra eran planetas que creo que debían de haber salido, ya que estaban en buen estado. Salvo que los Anixis no quisieran revelar esos mundos de origen, en cuyo caso, no sería un hueco.

    Que lástima que no pueden llevarse a la IA a la nave para tener un complemento para ODA. Habría sido de mucha utilidad, y encima si su información estuviera conectada con otras inteligencias, podrían descubrir qué es lo que les depara en otros sitios. Mala suerte para la expedición, pero se van con mucha info en el bolsillo.

    Ya en la Nolartis, vemos que Tyra se siente algo celosa de lo que ella y Lynx comparten, siendo que ella y Norman no llegaron a mucho más. Entiendo que debe ser difícil para Tyra ver como dos de sus grandes amigos, entre ellos el chico del que estaba enamorada, se alejaban de ella para centrar su atención en Iris. Pero lo cierto es que ella tuvo sus oportunidades con Norman, y no las aprovechó. Además, incluso aunque Norman no hubiera muerto en Bildsh, dudo mucho que ella y él pudieran recomponer su relación por lo pronto. Lynx le dice que ella es su hermana, y que si necesita de él, estará presente para ella. Me alegra que lleven esa relación. Y luego Iris, a pesar de que sabe que Tyra posiblemente no la tenga en una imagen positiva, quiere prestar ayuda en lo que sea. Esa chica es un sol. Me veo venir que ella y Lynx se convertirán en los Lill y Snow de la segunda generación de viajeros. Hazlo realidad, amigo :muffin:

    Luego de que Lio, Eniar y Caelum hayan podido reparar las comunicaciones (aunque Caelum no reparó casi nada, solo se pone a tomar muestras y a sentirse el pez gordo de la nave :ewww:) el syleriano a bordo saca a relucir su personalidad borde y desesperante. Primero Tyra le dio un golpe, y Lio ahora le calla la boca. Lo único que puedo decir es "más escenas de estas hasta que se muera ese maldito, por favor" :\*u*/:

    La comunicación entre el vehículo y la Nolartis se restaura, lo que quiere decir que pronto saldrán de ese mundo y seguirán su curso. Aunque aquellos que están en la nave todavía tienen que enterarse de todo lo que ha descubierto el grupo de exploración.

    En fin, amigo, ha sido un gran capítulo. Lleno de revelaciones y sin muertes, lo cual ya lo hace mejor que el primero para mí XD. Okno. Me alegra que no haya habido muertes aquí. Muero de ganas por ver qué es lo que queda en el último planeta de la ruta Anixis (que si no me equivoco es uno solo) y ver qué más ocurre cuando llegue el turno de que regresen a casa. Esta historia se ha vuelto mucho más misteriosa, y ten por seguro de que ya quiero que sea la semana que viene para seguir disfrutando.

    Con eso me despido por hoy. Hasta la próxima semana. Un abrazo y cuídate mucho :cynda:
     
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  5. Threadmarks: Hacia lo desconocido (Parte 1)
     
    Manuvalk

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    Los Viajeros IX: El imperio Anixis
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    Ya estamos en el tercer capítulo de esta novena parte y tras un inicio intenso, las cosas van a calmarse un poco al menos durante algunos capítulos (pero no va a ser una parte calmada, os lo aseguro XD). No quiero explayarme mucho en detalles, así que me limitaré a agradecer, como siempre, a mi querido amigo Reydelaperdicion por estar siempre aquí, leyendo esta gran historia, entusiasmándose con ella y provocando la misma sensación en mi. Su apoyo es imprescindible para que esto siga adelante. Sin más que decir, os dejo con la lectura.




    Hacia lo desconocido (Parte 1)







    Habían pasado aproximadamente dos horas desde que el grupo de exploración regresara a la Nolartis, lo que les tomó una hora justa y hacían un total de tres horas transcurridas.

    Una vez aparcaron el vehículo terrestre en el hangar, los exploradores salieron de este con el rostro serio y en algunos casos, entristecido. La sensación de pesadumbre invadía a todos los miembros de la expedición presentes en la nave, ya reunidos después de unas horas frenéticas en aquel inexplorado mundo en el que se encontraban y del cuál no tenían conocimiento alguno en su ruta Anixis.

    El comandante Crane y la líder Ripley fueron los últimos en bajarse del todoterreno, cargando entre los dos el cuerpo sin vida de su amigo y amante Eron Tanner.

    Ver aquella escena provocó que el clima en el hangar se tornase verdaderamente frío y triste, porque aquellos que se quedaron a bordo para hacer las reparaciones no conocían la noticia del asesinato de su compañero, mucho menos de que sus asesinos eran seres con cierto raciocinio. Todo eso y el asombroso descubrimiento de la IA Anixis en unas ruinas sería contado a toda la tripulación una vez el cuerpo de Eron descansase en la enfermería.

    Tras esto, todo el equipo se reunió en sala específica para ello, conscientes de que el comandante tenía un mensaje muy importante que dar, algo que ya conocían la mayoría, pero que desconocían el resto. Algunas caras eran de preocupación al respecto, mientras que otras se mantenían indiferentes a la espera de conocer esa noticia y tan solo unos pocos parecían extremadamente interesados, puesto que suponían que se trataba de la especie a la que le estaban siguiendo la pista.

    Lill se tomó una breve pausa antes de arrancar la reunión.

    — Me gustaría, antes de empezar con el tema que nos incumbe a todos, decir unas palabras — El comandante se encontraba cabizbajo y con las manos recogidas — Quiero que recordemos siempre a Ñjar, que se unió a nosotros a última hora para aportarnos más mano de exploración y en definitiva, para contribuir.

    Todos asintieron al recordar al soldado thuniano, especialmente sus homónimos. Fallon y Eniar no tuvieron mucho trato con él antes de la expedición, pero en ella, se hicieron amigos el poco tiempo que estuvo. Para Dhejam, que sí lo conocía de antaño al ser un gran amigo suyo, rememorarle significaba echarle de menos. Ambos forjaron un vínculo muy fuerte de amistad, y cuando supo de su pérdida, culpó al sabio Cyprus y arremetió duramente contra las intenciones de la Alianza.

    Sin embargo, estando en la expedición había descubierto un equipo lleno de personas que también tenían algo que perder y que, no obstante, estaban ahí.

    — Quiero que recordemos a Cia Jenner por su profesionalidad, empatía y servicio durante su estancia en la expedición. Una compañera ejemplar en muchos sentidos.

    Sun no pudo evitar derramar un par de lágrimas al escuchar su nombre, teniendo su muerte todavía presente y sintiéndose terriblemente mal, pues su hijo Kendall la consideraba también una madre. Lio también la recordaba con mucho aprecio por todo lo que le ayudó durante su infiltración en el ejército del Emperador Xom, e incluso Iris la recordaba con nostalgia y cariño, pues ella era tan solo una niña cuando su madre Lina y Cia eran amigas, al conocerse en las minas del cinturón de asteroides.

    — Quiero que recordemos a Norman Williams, un joven con un pasado tormentoso pero del cuál logró resarcirse, demostrando su bondad y su fortaleza en la expedición.

    La piloto Maxwell comenzó a llorar ante la vista de todos, teniendo que ser abrazada por su compañero y amigo Herswood, quién también se sentía mal por no haber recuperado nunca ese vínculo amistoso con el fallecido, tras su falsa traición a la causa que defendían. Brad negaba con la cabeza, lamentándose de no haber tenido más posibilidades de conocerlo, ya que creía que podrían haber sido buenos amigos en la expedición.

    — Quiero que recordemos a Uriow Emmon, alguien que siempre estuvo al servicio de todos, ayudando en lo que fuese necesario y demostrando esa verdadera unión que todas las especies compartimos.

    Muchos de los presentes guardaban en alta estima al soldado syleriano, pero únicamente la doctora Vega rompió en llanto, mostrándose como la más afectada.

    Maya había creado un bonito vínculo con el fallecido durante la expedición, incrementándose ese sentimiento de afecto conforme avanzaba la misión. Su pérdida era bastante dura para ella, pero no tanto para su homónimo, quién se veía apenado sin más. Caelum seguía demostrando nuevamente que era alguien egoísta y que solo velaba por sus intereses, pues ni la muerte de uno de los suyos le removía por dentro.

    — Quiero que recordemos a Westley Finn por su esfuerzo en ayudar pese a su estado, su compromiso con la expedición y su enorme sacrificio para evitar que nuestro único hogar aquí fuera se fuese al traste. Un hombre valiente como pocos.

    Lynx apretaba los dientes y negaba con la cabeza al mismo tiempo mientras rememoraba las breves pero importantísimas enseñanzas recibidas por el fallecido ingeniero, alguien a quién había llegado a apreciar. Por otro lado, el hombre de Ceres puso su mano derecha sobre la zona del corazón, mostrando respeto por alguien a quién conocía desde hacía muchos años y a quién consideraba un amigo, por encima de todo. Incluso Maya le guardaba cariño al haber compartido tantos momentos juntos, aunque fuese para tratar los efectos de su enfermedad.

    — Y finalmente, quiero que recordemos a Eron Tanner por ser un gran hombre, siempre dispuesto a ayudar a los demás y salvar cuantas vidas fuese posible — Dijo Lill ante la mirada de todos, viéndose realmente emocionado al recordarle — Tuvimos nuestras diferencias, es un hecho, pero al final del día siempre lo he considerado un hermano mío, parte de una familia que se formó hace más de diez años... solo espero que él también me recordase de esa manera.

    — Lo hacía — Ashley contestó al que consideraba era de los pocos familiares que le quedaban con vida — Estoy convencida de ello.

    Lill y Ash se fundieron en un emotivo abrazo mientras los dos lloraban su pérdida, algo que entristeció muchísimo a todos los presentes.

    Aquel discurso improvisado del comandante de la expedición, queriendo rememorar a aquellos que habían perdido la vida durante el viaje, caló hondo en la mayoría de los tripulantes de la Nolartis. Un sentimiento de pertenencia, de hermandad y de aprecio colectivo comenzó a forjarse en aquel instante, tras tantas desavenencias entre unos y otros. Después de mucho tiempo, la expedición comenzaba a sentirse una familia.

    — Comandante Crane, siento interrumpir este emotivo momento pero, ¿de qué trata eso que tenía de contarnos?

    La intromisión del ingeniero y científico Pallow no sentó nada bien a varios de sus compañeros, pero a su vez, también entendían el interés de éste en conocer que era el tema a tratar, pues todos estaban realmente interesados. Crane y Ripley se separaron tras darse ese abrazo reparador y el principal líder de la expedición se puso lo más serio posible para revelar la información que muchos conocían pero que igualmente debían tratar juntos, cuando repentinamente, un golpe seco y fuerte hizo que todos los presentes en la sala de reuniones diesen un brinco del susto.

    Rápidamente, el radar de proximidad de la Nolartis comenzó a emitir una serie de constantes pitidos que parecían revelar la posición de muchos objetos a la vez, haciendo que la piloto Maxwell se aproximase para comprobar de que se trataba y viendo que fuese lo que fuese, estaba rodeando la nave. Sin embargo, no tuvo tiempo para decirlo en alto porque un segundo golpe en el casco de la nave puso muy nerviosa a la tripulación, qué se asomó por las diminutas ventanillas que había a un lado de la sala, por donde se apreciaba el exterior.

    El silencio se formó en el interior de la nave hasta que uno de los miembros del grupo dio la voz de alarma.

    — ¡Son ellos! — Exclamó Halisha, visiblemente aterrada mientras observaba por la ventanilla circular — ¡Nos han seguido hasta aquí!

    Los nativos de Rynah se encontraban rodeando a la Nolartis en una clara emboscada planificada que demostraba que dichos seres, pese a estar tecnológicamente más atrasados, no eran menos listos que las especies de la Alianza. Los rynarok se aproximaban a la ubicación de la nave con varias catapultas y en una clara formación de soldados que desde el interior del hogar de los exploradores se veía realmente imponente.

    Toda la tripulación se estremeció conforme las rocas lanzadas por los rynarokianos impactaban sobre la Nolartis, la cuál podía resistir esos envites debido al material con el que fue construida. No obstante, alguna de esas piedras podría atravesar uno de los tantos ventanales con los que contaba la nave, lo que sí complicaría la salida del planeta al entrar el vacío del espacio exterior.

    — ¡Quiero a toda la tripulación armada y en las ventanas! — Ordenó el comandante Crane con un tono de voz muy alto — Lio, ¿está Oda operativa?

    — ¿Lynx? — El hombre de Ceres delegó ese trabajo en el que ahora era el principal ingeniero.

    — ¡Así es, solo queda reiniciar el núcleo para que despierte! — El propio informático sintió un tanto extraño el decir eso último, pero supo que le entenderían — ¡Voy a ello!

    — ¡Rápido! — Le ordenó Fallon, que se aproximó a su único superior en la expedición — Lill, sé que esto te puede sonar raro, pero evitemos matar a más de esos seres en la medida de lo posible.

    — ¿Qué mierda dices, Fallon? — Lio, presente en la conversación, no parecía muy dispuesto a contenerse — ¡Nos están atacando y vamos a defendernos!

    — ¡No digo que no nos defendamos! — El thuniano le gritó al antiguo subcomandante, para luego calmar su tono con el comandante — Lill, lo que dijo esa IA Anixis...

    — Entiendo lo que quieres decirme — Crane supo inmediatamente a qué se refería — Estos seres de Rynah, rynarokianos, evolucionarán como nosotros.

    — Exacto.

    — ¿A qué diablos os referís? ¿Cómo que IA Anixis? — Santos no entendía nada de lo que hablaban los principales líderes de la misión.

    — Lio, lo entenderás cuando salgamos de aquí y pueda contarlo a todos — Lill se decidió por ir en dirección a la armería, acompañado de Fallon — ¡Por ahora, en cuanto Oda esté activa, dile que encienda los propulsores de la nave a toda velocidad! ¡Eso levantará suficiente arena al aire como para hacernos una cortina de humo!

    — ¡Así es como nos largamos de aquí! — Comprendió el hombre de Ceres, quedándose en el puente de mando — ¡Entendido!

    Comandante y subcomandante emprendían el camino a una armería en la que se encontraban todos los miembros de la tripulación, sin excepciones.

    Caelum miraba atónito como Halisha y Maya, que junto a él eran de los pocos que no sabían manejar un arma, tomaban armamento y munición para defenderse de aquel ataque repentino. Mientras tanto, el joven Herswood corría a la planta baja de la Nolartis, concretamente a la sala del núcleo, para reactivar nuevamente a una Oda que había estado parcialmente desconectada del sistema desde la infiltración de las bestias de Bildsh.

    Sentado en uno de los sillones próximos al tablero del puente de mando, tanto la propia piloto Maxwell como el hombre de Ceres esperaban la confirmación de Lynx y a su vez la revelación de Oda para poner en marcha los comandos necesarios para la evacuación planetaria. Los rynarok se iban acercando cada vez más a la nave, al mismo tiempo que las rocas golpeaban el techo de la nave y sembraban el temor en la tripulación, que poco a poco fue colocándose en diversos puntos con ventanales, abriéndolos manualmente para apuntar a sus enemigos.

    — ¡Ahora! — Gritó Herswood tras reiniciar el núcleo de Oda.

    Me encuentro disponible — Confirmó la IA de la nave a los dos miembros presentes en el puente — Estamos bajo ataque.

    — ¡Joder, no lo sabía! — Exclamó sarcásticamente el explorador Santos, para luego dar la orden indicada — ¡Oda, orden del comandante; activa los propulsores de la nave al máximo, pero sin acelerar! ¡Tyra, monitoriza!

    — ¡Entendido!

    Entendido, Lio Santos.

    Dicho y hecho, Oda comenzó a exprimir al máximo los propulsores de la Nolartis, encargados de acelerar o aminorar la marcha en el espacio.

    Esto provocó en cuestión de segundos un levantamiento de arena alrededor de la nave que formaba algo similar a una cortina de polvo que dificultaba la visión, tanto de la tripulación hacia el exterior como de los rynarok hacia la ubicación de la Nolartis. En ese momento, la mayor parte de los miembros de la expedición comenzó a disparar sus armas desde los ventanales abiertos, lo cuál hizo que sus enemigos se aterrasen al ver como salían proyectiles de detrás de una gran cortina de arena.

    — ¡Comandante, solicito poner en marcha los controles para largarnos de la superficie de este mundo! — Tyra estaba a un solo botón de activar la evacuación planetaria.

    — ¡Todos, cerrad los ventanales ya! — Ordenó el comandante, dirigiéndose luego a su piloto — ¡Tyra, hazlo!

    — ¡Nos vamos de aquí, joder!

    Oda marcó el rumbo para salir del mundo llamado Rynah y en cuestión de veinte segundos, la nave había abandonado la superficie planetaria, dejando en ella a una misteriosa especie inteligente a la que los Anixis habían dotado de conocimiento, como hicieron con el resto de las especies de la Alianza según la IA encontrada.

    Así, la Nolartis se estableció en la órbita de dicho planeta para mantenerse en stand by tras una rápida y frenética salida de aquel mundo, para que la tripulación pudiese calmarse y sobre todo para que el comandante expresase aquello por lo que había querido reunirles a todos.

    [...]

    Muchas preguntas invadieron las mentes de todos los tripulantes de la Nolartis tras la revelación del comandante Crane, pese a que algunos de ellos ya conocían de qué se trataba previamente. Tras una hora de pausa una vez abandonado el planeta llamado Rynah y haberse establecido en su órbita, llegó el momento de que Lill, como líder principal de la expedición, dijese lo que habían descubierto en su breve pero intenso viaje por aquel mundo árido y poblado.

    El shock se adueñó pronto de aquellos que no sabían nada al respecto hasta ese mismo momento, por lo que se tomarían el resto de la jornada de una manera más calmada. Tan solo se dedicarían unos miembros de la expedición a asegurarse de que todos los sistemas y todos los problemas estaban ya solucionados, para así partir el día siguiente rumbo al último mundo de la famosa ruta Anixis. Mientras tanto, el resto dormiría la mitad del trayecto hacia la última misión.

    Fue así como los miembros de la expedición se pusieron de acuerdo en dividirse en dos grupos; el que se quedaría despierto se encargaría de estar dos meses y medio asegurándose de que no había problemas ni peligros en la nave, mientras que el segundo grupo aprovecharía ese tiempo para inducirse a la criogenia. Pasado el tiempo establecido, los parámetros irían a la inversa. Esto les pareció perfecto a todos los tripulantes de la nave, quiénes escucharon una vez más el aviso de Oda respecto a la misión en el quinto y último planeta de la ruta Anixis.

    Quinto planeta de la ruta: Anyxa. Sistema: desconocido. Rotación a su sol: 279 días de 18 horas, ubicado en la zona habitable. Condiciones climáticas: temperatura estable de 20 grados célsius, clima templado y condiciones perfectas para la formación de vida orgánica y vegetal. Es el último mundo marcado en la ruta Anixis y los archivos encontrados en Bildsh han revelado que podría mantener a lo que queda de la sociedad Anixis, en guerra interestelar con los Veerham. Se recomiendan medidas extremas de seguridad durante la proximidad al planeta y en la superficie; posibilidad de encuentro hostil con los Veerham o contacto con Anixis. Duración estimada del viaje: cinco meses. Se recomienda a la tripulación inducirse a la criogenia.

    [...]

    Grupo 1: Lill, Yak, Dhejam, Halisha, Lio, Sun y Caelum


    El comandante Crane se encontraba de brazos cruzados viendo como la otra mitad de la tripulación se inducía a la criogenia tras haberse acordado no dormir todos.

    Tras lo ocurrido con los animales salvajes del planeta Bildsh, los cuáles se infiltraron a bordo gracias a su camuflaje natural de invisibilidad, se decidió no dejar la nave solo a merced de Oda sino encargarse de su seguridad dividiéndose en la tarea para ello. No se trataba de desconfianza hacia la IA de la nave, pero era evidente que ella sola no podía hacer frente a que algo entrara en la nave.

    A su lado se hallaba uno de los líderes de equipo de la expedición, el neoniano Quetaryan. Tanto él como el humano mantenían la vista fija en las cápsulas de varios de sus compañeros, las cuáles se metían en la pared para mantenerse a resguardo. Pasarían dos meses y medio durmiendo mientras ellos dos, acompañados por otros compañeros, los pasarían despiertos. Luego se invertirían los papeles para los siguientes dos meses y medio, haciendo ese total de cinco meses que le tomarían a la Nolartis para alcanzar el último planeta de la ruta, Anyxa.

    Una vez el proceso de criogenia había terminado y todas las cápsulas se encontraban en sus correspondientes lugares, tanto Lill como Yak pusieron rumbo a la planta principal de la Nolartis, donde se encontraban la mayoría de sus compañeros en ese primer grupo de vigilancia. Había pasado tan solo un día tras los sucesos en Rynah y el dolor de la muerte de Eron seguía presente en algunos, al igual que el shock por las revelaciones de la IA Anixis en aquel templo subterráneo.

    El ambiente, ahora sin la mitad de la tripulación, se sentía más pesado y el tiempo parecía pasar mucho más lento de lo normal.

    — Has hecho bien en decirle que descanse — El neoniano inició una conversación con su compañero y máximo superior — Aunque el dolor es emocional, su cuerpo manifiesta el sufrimiento de la pérdida y le vendrá bien mantenerse un tiempo en letargo.

    — Eso mismo pensaba yo, por eso le recomendé inducirse a la criogenia — Explicó el comandante, con una expresión facial de abatimiento — De nada le iba a servir estar más de dos meses pensando en lo ocurrido.

    — Lo pensará en cuanto se despierte y vea que Eron no está a su lado — Yak suponía lo que Ashley, ahora en criogenia, podría sentir cuando se despertase — Será duro e inevitable, pero deberá afrontarlo. Y tú también.

    — Ya lo estoy haciendo — Lill miró a los ojos de Yak — Van a ser dos meses y medio muy largos.

    — Eso parece — Musitó Quetaryan, algo cabizbajo.

    Mientras el dúo de líderes proseguía su andadura por la nave, sus otros compañeros realizaban otro tipo de actividades, ya que realmente no había trabajo que hacer al suponerse que todos debían estar en criogenia. Es por eso que en estos momentos, la científica Landom se encontraba en el gimnasio de la Nolartis realizando distintos movimientos de ataque y defensa bajo la atenta mirada de Dhejam. El thuniano había sido requerido por la neoniana para que le enseñara a defenderse y viendo que Yak debería adquirir responsabilidades como segundo al mando temporal, optó por buscar ayuda de otro.

    Halisha golpeaba repetidas veces uno de los tres sacos de boxeo instalados en la sala donde meses atrás se realizó el torneo por ser el comandante de la expedición. La neoniana sentía de pronto una furia desmedida por todo lo que había acontecido a lo largo de la misión, furia la cuál terminó de explotar en su interior tras los sucesos en Rynah, aún presentes. Además, el hecho de haber descubierto inesperadamente que todas las especies de la Alianza eran, de cierto modo, hermanas e hijas de los Anixis, la hizo sentir engañada. Creía que los Anixis, sus padres biológicos, podrían haber intermediado en el conflicto con los Rhajik, el cuál duró cientos de años.

    — Halisha, más suave — Le indicó el thuniano, de brazos cruzados y con la mirada seria — Si sigues golpeando con esa fuerza desmedida, te harás tú más daño del que le harás al saco.

    — ¡¿Qué importa el maldito saco?! — Gritó la científica, ahora pateándolo — ¡Es solo peso muerto!

    — Lo es ahora, pero ahí fuera podría ser un enemigo — Dhejam quiso hacerle ver algo — Y un enemigo de verdad no se va a dejar golpear así, se defenderá. Aprovechará que la ira te ciega para imponerse a ti y morirás.

    — ¡¿Qué sabrás tú de eso?! — Landom seguía golpeando desmesuradamente al saco, sin hacer caso a las indicaciones de quién había pedido que fuera su maestro.

    — Sé lo mismo de eso que tú de ciencia — Contestó el soldado, recriminándole sutilmente esa afirmación — Si no me vas a escuchar, no me vuelvas a pedir que te ayude.

    De pronto, la neoniana cesó en sus golpes y se volteó hacia el thuniano.

    Hubo una pausa de un minuto previa a lo que sería una disculpa por parte de la científica, quién se encontraba visiblemente agotada por la descarga de energía física que acababa de hacer. Dhejam la miraba fijamente sin moverse de su posición y todavía con los brazos cruzados, en señal de disconformidad.

    — Perdóname, Dhejam — Murmuró ella, dándose cuenta de lo que estaba haciendo — Yo... no lo sé, me siento traicionada.

    — ¿En qué sentido? — Su maestro quería profundizar en ello.

    — Me alisté en la expedición para descubrir mundos y explorarlos, analizar para la ciencia y adquirir conocimientos que muy pocos han adquirido — Halisha trataba de explicarse — Y sin embargo, todo lo que hemos encontrado es hostilidad, peligros, muertes... Los malditos Anixis jugando a ser dioses...

    — Comprendo tus sentimientos — Musitó Dhejam, aproximándose a ella — Pero no debes dejar que te ofusquen. La ciencia sigue ahí fuera e incluso cuando tu ves hostilidad, peligros y muertes, la ciencia sigue ahí.

    — No lo parece — Ella estaba realmente desencantada — Esta misión se está convirtiendo en algo extraño.

    — Tú la estás viendo como algo extraño, pero es simplemente una misión — El thuniano demostró con esas palabras su pensar de soldado — Hacemos esto para que otros no tengan que hacerlo y para que esa Alianza que tenemos pueda estar a salvo. Ni siquiera yo lo entendí al principio, pero me ha bastado con estar en la expedición para entenderlo.

    — Creo que yo ya no quiero entender nada — Halisha miró de nuevo al saco y comenzó a golpearlo otra vez, sorprendiendo al thuniano — Solo quiero saber porqué los Anixis han hecho todo esto.

    La neoniana siguió con el exhaustivo entrenamiento que ella misma había decidido interponerse, pese a pedirle al thuniano que le enseñara a pelear cuerpo a cuerpo.

    Mientras esto sucedía en el gimnasio de la nave, en la enfermería se encontraban Lio y Sun, quiénes trataban de poner en orden el lugar ante la ausencia de la doctora Vega, la cuál yacía en letargo. Ambos ex compañeros de la Resistencia se hallaban ordenando los diversos estantes con medicinas y reabasteciendo aquellos en los que faltaban de una categoría específica, aprovechando para conversar entre ellos.

    — Me gustaría saber lo que piensas — Murmuró la asiática, haciendo referencia a lo recientemente descubierto por el grupo de exploración, del que ella formaba parte — Sé que no todos creen que sea cierto lo que esa IA nos ha contado.

    — Personalmente, yo tengo mis dudas acerca de que eso sea real, pero está difícil que nos encontremos con un Anixis al que pedirle explicaciones — Contestó el hombre de Ceres, dejando sobre la mesa una caja con medicamentos — Me gustaría, pero eso también es algo que veo improbable. Mi instinto me dice que están extintos.

    — Bueno, nos estamos dirigiendo a su mundo natal, quién sabe — Sun, que inicialmente no creía en lo que los Anixis eran capaces de hacer, comenzaba a cambiar su manera de pensar — Ahora todo lo que encontramos es de ellos.

    — Quizá fue de otros antes que de ellos.

    — ¿Te refieres a los Veerham?

    — A cualquier especie que no conozcamos.

    — ¿Crees que los Veerham son los buenos o los malos en esta historia que hemos ido desbloqueando?

    — Parecen los malos, ¿no crees?

    — Así es, pero todos somos el malo en la historia de alguien...

    — Tienes toda la razón.

    Aquel breve diálogo trajo a las mentes de ambos todo tipo de recuerdos que aún les atormentaban, pese al tiempo transcurrido y en menor medida.

    Santos jamás podría quitarse la espina de haber dejado la relación con Hillary en un punto muerto, al igual que la culpa que sentía por la muerte de Axlor. Por parte de Brume, ella sufría ahora las consecuencias de todas sus decisiones pasadas, algo que pese a estar redimiéndose con la expedición, nunca podría dejar atrás. El dolor en ambos tripulantes era más que evidente y las cicatrices que compartían eran cuantiosas, algo que sin duda había contribuido a su reconciliación amistosa.

    — Seamos subespecies de los Anixis o no, la realidad es que estamos cerca de conocer que ha pasado con ellos y porqué todo ha sido dejado como rastros que seguir hasta su planeta de origen — De pronto, el hombre retomó la palabra tras un breve silencio — Todo lo que nos ha pasado debe tener una explicación, de lo contrario, podríamos acabar volviéndonos locos.

    — Yo creo que esa IA no mentía y realmente fue fabricada por los Anixis, sabiendo muchos conocimientos sobre ellos — La mujer dio su punto de vista — Quién sabe que habría sucedido de haberse encontrado esa misma IA en la Tierra, la cuál se presupone que estaba.

    — Lo que he dicho; sin una explicación, todos nos volveríamos locos — Lio compartió su teoría — Tan solo imagina que se hubiese descubierto eso en la Tierra. Estaríamos hablando de revueltas en las calles, protestas antialienigenas, miedo... especialmente si dicha IA revelase toda esa información que ahora conocemos.

    — Cierto... Debo admitir que Lill hace bien en no contactar aún con la Alianza — Se sinceró la asiática — Quiero decir, la parada en Rynah fue más un accidente que un objetivo de la misión, y el plan principal siempre ha sido ir a Anyxa. Después de lo que encontremos ahí, se podría revelar todo lo que nos ha pasado.

    — Aunque Lill quisiese contactar con la Alianza, aún no es posible, el sistema de comunicaciones de largo alcance ha sido lo más damnificado de la nave — Reveló Santos, algo que sorprendió a su compañera, pues no conocía ese dato — No podemos enviar ni recibir mensajes y mucho menos podemos abrir una videoconferencia con la gobernadora Mason.

    — Entonces, ¿por qué el comandante no dijo eso mismo en la reunión?

    — Porque es consciente de que habría miedo en la tripulación, si se descubre que no podemos contactar con los de casa.

    — Pues sí, porque ahora mismo me siento varada en mitad de la nada...

    — Nos queda visitar Anyxa y regresar, aunque para eso necesitamos la Nolartis de una pieza. No nos puede pasar otra vez lo que nos ha pasado.

    — La verdad es que hemos tenido mucha suerte.

    — No cuentes nada de esto, porque Lill no ha querido hacerlo público.

    — No te preocupes, Lio, seré una tumba.

    — Te lo agradezco, Sun.

    Mientras el dúo seguía con sus tareas en el área médica de la nave, tras la compuerta se encontraba el último tripulante del grupo número uno que se pasaría los dos primeros meses y medio despierto. Caelum se hallaba boquiabierto al oír el final de esa conversación entre los dos humanos, pues el hecho de que la nave no pudiese contactar con los altos cargos de la Alianza era un hecho más que fatal para la misión, ya que de haber problemas, en casa jamás sabrían que ha ocurrido.

    Visiblemente sorprendido y en dirección a su camarote, el ingeniero y científico syleriano no dejaba de pensar sobre las consecuencias que podría tener la decisión del comandante de no querer contactar y sobre todo que no se pusiese énfasis en reparar dichas comunicaciones. Un sinfín de preguntas llovían en el inconsciente del ex consejero de la AIE y ex jefe del OCVD, quién una vez en su habitación, se aseguró de bloquear la puerta con el cierre de seguridad para acto seguido encender un pequeño ordenador portátil de uso personal.

    En el aparato, Pallow empezó a teclear una serie de comandos hasta que finalmente terminó por activar una transmisión en directo en la que se le veía a él. El syleriano parecía tener una clara intención de grabarse hablando sobre un tema y no era la primera vez que lo hacía desde que comenzó la misión, pues al lado de la web cam abierta se encontraba una carpeta con diversos archivos de vídeo donde se le veía transmitiendo.

    El que hubiese sido un líder temporal en Syleria durante Regresión, se encontraba nuevamente hablando ante la pantalla de su computador personal.

    — Aquí Caelum Pallow, en el día número trescientos ochenta y siete desde la partida de Paraíso hacia la ruta Anixis y durante el transcurso de esta. El vídeo que hago hoy es para dejar patente el secretismo con el que lidera nuestro comandante Lill Crane, quién solo revela los datos de gran relevancia a sus amigos y seres queridos de la expedición, obviando al resto. Además, este y los otros vídeos sirven como pruebas irrefutables de que esta expedición afronta todo tipo de problemas sin la plena sinceridad de sus tripulantes, quiénes tienen actitudes egoístas y nada prácticas para la misión en desarrollo. En definitiva, un video-diario con el que cumplo la palabra de la Elegida Hylda Admir, quién me pidió antes de marchar que dejase patente todo lo que ocurriese en la Nolartis y en sus misiones de exploración, para bien o para mal. Ahora hemos puesto rumbo hacia lo desconocido, hacia lo verdaderamente desconocido. Esto bien podría servir para que, una vez de regreso a casa, se impute y juzgue a quiénes puedan ser considerados culpables de los desastres ocurridos durante la expedición; e incluso para que queden pruebas visuales de que, si no volvemos, es porque algo grave nos ha ocurrido.
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    Saludos, amigo. Paso a comentar el capítulo de esta semana. Más breve y menos intenso que los anteriores (cosa que se agradece mucho de mi parte :) )

    Primero que nada diré: jódete Caellum. Están haciendo un memorandum para todos los caídos que de una u otra forma dieron su vida en la misión, y el tipo ese no solo no se ve conmovido sino que encima se pone a interrumpir un momento emotivo que era necesario para Ashley. Es un forro, sinceramente.

    Tras recordar a los caídos, todos se preparan para recibir las noticias de lo que se encontraron en el planeta, cuando se descubre que los rynarok siguen tras ellos. Esa especie podrá tener tecnología del siglo IV, pero miedo no les falta. Imagino que desde su punto de vista, la Nolartis es una super estructura inmensa y extraña, y aun así, se lanzaron por esta. Es allí cuando, como adelanto para lo que viene después, se revela que los Anixis son los "padres" por decirlo de algún modo, de las subespecies. Por fortuna para el grupo, tan pronto como Lynx reactiva el núcleo y Oda está operativa, Lio da una orden (luego de un comentario sarcástico espectacular XD ) y el grupo abandona el lugar de aquellos que son sus hermanos. Para estar solo tres capítulos nada más y ser bastante primitivos, tengo que decir que los rynarok han sido un concepto fresco, y que me gustaría mucho ver más de ellos en el futuro. Si sylerianos, thunianos, neonianos y humanos están avanzados, ellos serían la última especie en alcanzar dicho avance. Quién sabe, tal vez en el futuro verlos como parte de la AIE, pero para eso primero deben regresar a casa y contarlo todo.

    Después del incidente con las bestias de Bildsh, el grupo fue inteligente (una orden que le atribuyo a mi bebé Lill, el GOAT de LV) y deciden no entrar todos en la criogenia, sino que dividir al grupo por la mitad para que durante dos meses y medio estén despiertos algunos y en otros dos meses y medio el resto. Inteligente, sobre todo considerando que los animales de Bildsh se colaron gracias a su camuflaje natural. Si llega a pasar con una especie con tecnología de camuflaje, no me quiero imaginar qué pasaría.

    Vemos allí a los grupos, teniendo en primer lugar a Lill y a Yak. Me da gusto ver qué se llevan de esa manera. Sé que Yak puede ser un dolor en el culo a veces, pero si hace falta, es cooperativo. Espero que Lill y él aprovechen y empiecen a colaborar mejor como equipo. Luego de eso, pasamos a ver a Halisha entrenando con Dhejam. El thuniano decide convertirse en el entrenador de una alumna de otra especie viendo que Yak debe trabajar en otras tareas. Allí mismo vemos que Halisha tiene mucha ira acumulada contra los Anixis por no haber intervenido cuando los Rhajik estaban por acabar con los neonianos en una guerra sangrienta. Lo cual da pie a una pregunta. Ya para la guerra contra los Rhajik, los Anixis ya parecían haber desaparecido. Ahora bien, ¿habrían intervenido en favor de sus hijos? Tal vez sentirían decepción al ver como sus propias creaciones los atacaban y diezmaban y quizá podrían haber optado por decirles "nope" y dejarlos perecer sin más. Pero bueno, ya sea que hayan estado refugiándose en Anyxa, o que esa suposición mía sea verdad, Halisha no está contenta con ellos. Solo espero que no se lance a una cacería, porque va a terminar muerta, y seguro que Yak terminará odiando a mi bebé por eso, aunque no tenga motivos, porque eso siempre pasa :ewww:

    Lio y Sun ayudan a acomodar las cosas en la enfermería ante la ausencia de Maya, y es ahí cuando ambos comparten tanto sus teorías como sus sentimientos respecto a su pasado. Sinceramente, estos dos podrían terminar entablando una amistad muy importante si es que ambos llegan a sobrevivir. Ambos tienen familia, están "solos" por así decirlo, y tuvieron un pasado en un grupo criminal importante, que ya está disuelto. Además del hecho de que amigos importantes para ellos como Jacob en caso de Sun o Axlor en caso de Lio, murieron por involucrarse con ellos. Me gustaría verlos formar una especie de amistad como la que tienen Lill y Ashley. Creo que les vendría muy bien sin dudas :)

    En el final de la charla, Lio menciona que el sistema de comunicaciones está averiado y no hay cómo repararlo, y por eso no lo dijo ante nadie. La histeria podría apoderarse de la nave, y acabando de aterrizar en un planeta no planeado por una infiltración de las bestias de Bildsh, sumada la muerte de Eron y el descubrimiento sobre los Anixis, no es algo que puedan permitirse. Pero Caellum, como una vieja chismosa de telenovela, está ahí, escucha todo y como un cobarde, en vez de ir de frente y tratar de convencer a Lill de que quizá lo mejor sea decir la verdad, se va a realizar grabaciones y que encima tiene la esperanza de que sean enjuiciados aquellos que guardaron el secreto. Bitch, mi bebé pasó por mucho estrés de inicio a fin. Al menos que tenga los huevos de ir y decirle las cosas de frente. Una vez más: jódete Caellum. Será la muerte que más festejaré cuando ocurra, ten por seguro eso amigo :shark:

    Bueno, aquí el comentario de esta semana, amigo. Esta lectura en simultáneo ha sido genial, y este capítulo de una parte marca un buen comienzo para lo que se viene: el último punto de la ruta, donde podrán ver quién ha ganado la guerra: Los Anixis o los Veerham. Voy a gozar los momentos de tranquilidad, porque ya me veo venir que cuando lleguen al mundo natal de los Anixis, Anyxa, bien nombrado, todo se va a prender :shani:

    Con eso me despido por hoy, agradeciéndote una nueva y fantástica leída en simultáneo, ritual que espero la universidad no nos pueda robar. Será hasta la semana que viene. Un abrazo y cuídate mucho :cynda:
     
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  7. Threadmarks: Hacia lo desconocido (Parte 2)
     
    Manuvalk

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    Los Viajeros IX: El imperio Anixis
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    Ya estamos aquí con el capítulo número cuatro de esta penúltima parte de Los Viajeros, la continuación del anterior capítulo previo a uno próximo el cuál tratará de aquellos personajes que permanecen en el territorio conocido de la Alianza. Antes de dejaros con la lectura, quiero agradecer (como siempre XD) a mi buen amigo Reydelaperdicion por disfrutar de esta historia tanto como yo al hacerla, pero especialmente por esos fines de semana con leídas en simultáneo (y posteriores gameplays) que ya se han convertido en un ritual que forma parte de cada semana, al menos siempre que se puede. :dancecat: Dicho esto, que comience el capítulo.




    Hacia lo desconocido (Parte 2)







    Seis años antes...


    Las puertas del Observatorio Científico Vanth Dheer se abrieron por primera vez en su historia tras haber sido construido en el habitable polo sur de Vulkano durante los últimos cuatro años, una vez fue superado el periodo de los efectos del arma Regresión. La ya establecida Alianza Interestelar de Especies inauguró el espacio científico más grande del territorio conocido, tras haber rebautizado un año antes la famosa base del agujero negro Xhander, ahora llamada Horizonte Conocido y la cual serviría para los proyectos de ingeniería a gran escala.

    Puerto Arcadia ya llevaba dos años disfrutando de su formación en el polo norte del planeta volcánico, proyecto que fue financiado por el multimillonario humano de nombre Adam Brant, un hombre que logró su riqueza durante los efectos de Regresión, al dedicarse al desguace de tecnologías humanas, neonianas y sylerianas para realizar todo tipo de utensilios necesarios, tales como vigas de hierro, barrotes y otros objetos varios que ayudarían a la reconstrucción de los hogares de Ciudad Anixis.

    Curiosamente, el sistema Boor'dehm albergaba los principales puestos de la AIE, los que sustentaban su producción y progreso en la reconstrucción de todo el territorio conocido. Lo que antaño era un territorio hostil con los Rhajik liderados por el Supremo en la zona, ahora era el principal escenario de los avances tecnológicos del nuevo gobierno interplanetario entre especies. Así, la apertura oficial del OCVD vino acompañada de la visita a las instalaciones por parte de quiénes serían sus habitantes, trabajadores de varios campos que se aprovecharían de los privilegios del complejo.

    Entre toda la multitud que celebraba la apertura, el que fue en su día el aprendiz del propio Vanth y la líder Narisha de los neonianos, se sentía al margen. Ya conocía de antemano que viviría en ese lugar, trabajando como el principal jefe de seguridad del edificio. La actual líder neoniana, Erie, le insistió mucho para que fuese su segundo al mando, pero éste rechazaba la propuesta porque no quería volver a ser partícipe de las decisiones importantes de la Alianza.

    Sin embargo, tampoco parecía muy alegre de estar en el OCVD hasta que se aproximó a él una neoniana bien vestida y con una sonrisa inequívocamente preciosa.

    — Disculpa, ¿me puedo sentar contigo?

    Aquella pregunta tomó por sorpresa a Quetaryan, que tardó al menos diez segundos en contestar.

    — Claro, adelante.

    Yak le mostró el lugar donde la neoniana podía tomar asiento, lo cuál hizo. Era gratamente agradable el tener compañía, aunque el neoniano hubiese sido de permanecer en soledad tras haber perdido a su amada Reeda en la guerra de las Dos Humanidades. Un extraño silencio se instaló entre ambos homónimos, hasta que ella volvió a tomar la iniciativa.

    — ¿Vas a trabajar aquí o estás de visita?

    — Trabajaré aquí. Soy el jefe de seguridad.

    — Yo soy una científico — La neoniana se mostraba muy entusiasmada con la posibilidad de trabajar allí — Me llamo Halisha. Halisha Landom.

    — Yak Quetaryan — Contestó él, intrigado — Es un placer conocerte.

    — Lo mismo digo.

    Ambos neonianos permanecieron unos segundos en silencio hasta que uno de los camareros de la fiesta de apertura pasó por delante de ellos, acto que hizo que Halisha tomara dos de las varias copas que portaba dicho camarero syleriano en la bandeja. Yak se extrañó al ver aquello, pero no le negó la copa a la mujer neoniana.

    — Por un Observatorio Científico Vanth Dheer próspero y longevo — Dijo ella, riéndose — Así tendremos un buen trabajo durante muchos años.

    — Claro, un brindis por eso — Accedió él, mirándola a los ojos — Gracias.

    — ¿Por qué lo dices?

    — Tras lo ocurrido con Regresión, pocos neonianos quieren comunicarse conmigo, al considerarme un fracasado por no haberlo evitado.

    — Lo sé, sé quién eres — Musitó Halisha, dejando la copa a un lado — Yo soy de los pocas personas que no piensa que haya culpables. Ni tú ni Lill Crane merecéis el odio que tenéis contra vosotros.

    — Tengo mis dudas — Quetaryan sí que consideraba al humano un gran culpable — Pero igual te agradezco la empatía.

    — Creo que detrás de esa fachada se esconde una buena persona, herida por las circunstancias. Ahora es tiempo de reconstruir, tanto por ahí fuera como por dentro nuestra. Todos hemos sufrido estos últimos años y más, pero ahora es momento de renacer. Unidos.


    Actualidad


    El rostro de Yak tenía una irremediable sonrisa a medida que recordaba ese momento, el primer día que conoció a la que ahora era su pareja.

    El neoniano yacía en un lado de la cama, despertándose, mientras ella yacía dormida plácidamente a su lado. Quetaryan se aproximó suavemente y le dio un beso en el cuello, al mismo tiempo que le acariciaba la cintura e inevitablemente, la despertaba de su plácido sueño. La científica no se molestó, sino que más bien accedió a las intenciones del neoniano, dejando que éste se posicionase sobre ella mientras ambos iniciaban el acto sexual.

    Apenas habían pasado tres semanas desde que abandonaran Rynah, con rumbo al planeta natal de los Anixis.

    [...]

    — ¿Alguna vez te has preguntado qué estaremos haciendo dentro de diez años más?

    La pregunta del hombre de Ceres, quién estaba sentado frente al puente de mando de la Nolartis con unas vistas del frente verdaderamente hermosas, vino precedida por un largo momento de silencio junto a su amigo y comandante de la expedición, quién se hallaba sentado a su lado.

    Ambos compartían las mismas vistas y el rato mientras monitorizaban los principales sistemas de la nave.

    — A menudo — Respondió Lill, sin quitar la vista del frente — Sinceramente, dentro de diez años me gustaría estar retirado. Esta vez de verdad.

    — Hasta que te pidan que seas consejero en la próxima expedición... — Ambos soltaron una carcajada, Lio el primero.

    — Hablando en serio, es lo que quiero. No sé, quizá sí aceptaría ser consejero en el gobierno de la Alianza, pero no quiero seguir de cerca la acción, sino centrarme plenamente en mi familia y en mi hogar.

    — Me lo imagino, yo diría que prácticamente todos querremos dedicarnos a algo más cotidiano una vez esta expedición concluya.

    — ¿Y tú? — Lill quiso saber qué le gustaría a su amigo estar haciendo dentro de una década — ¿Qué planes tienes?

    — Me conformo con seguir en el negocio de las lanzaderas, viendo feliz a Iris — Se sinceró el ex criminal — No he tenido hijos propios, lo sabes, e Iris será ya una auténtica mujer dentro de diez años... Para mí, ella es como una hija. Y aparte de estar retirado, me gustaría asegurarme de que tenga una buena vida.

    — Eso es muy bonito, hermano — Crane asintió a su compañero, aplaudiéndole esa idea — Parece que lo daremos todo por nuestros hijos.

    — Ya lo estamos haciendo con plenas garantías — Santos fue directo — Estamos haciendo esto para que ellos no deban hacerlo el día de mañana.

    — No me gustaría que Gina y Owen se dedicasen a esto, aunque algo me dice que uno de los dos lo terminará haciendo...

    — Yo ya me he resignado a que Iris se dedique a esto, ella misma subió a bordo y está aquí. Solo espero y deseo que no sean necesarios sus servicios en expediciones como esta, porque se sienten como una ruleta rusa; nunca sabes quién será el siguiente en morir.

    — Entiendo tu preocupación porque yo me sentiría igual si alguno de mis hijos o mi mujer estuviesen a bordo, pero confío en que Iris sabe como cuidarse y ahora que tiene a Lynx, estoy convencido de que él hará lo que sea para que ella salga sana y salva de esta misión.

    El hombre de Ceres miraba detenidamente un cometa que pasaba ante sus ojos, evidentemente a una distancia más que considerable.

    Tanto él como el propio comandante de la expedición tenían mucho tiempo libre para pensar, sin estar en el letargo de la criogenia, para el cuál les quedaba un mes más de espera para cumplir su ciclo de tiempo y ser reemplazados por el segundo grupo.

    — Lo sé, Herswood es un buen chico — Lio sonrió al hablar de él — Me recuerda a Alexander, ¿sabes?

    — Por lo de chistoso, ¿verdad? — Lill se río brevemente.

    — Así es, los dos parecían unos payasos al principio pero luego demostraron ser grandes personas.

    — Me lo vas a decir a mí, que conocía a Alex desde que éramos unos críos...

    — Ojalá estuviesen aquí — Santos parecía hacer referencia a sus compañeros de las antiguas expediciones — Naylon, Kyllian, Alexander, Axlor, Juice, Hillary...

    — Estén donde estén, estoy seguro de que nos estarán dando fuerzas — Lill se sentía nostálgico y triste al mismo tiempo — Tanto ellos como los más recientes...

    El recordar a su amigo Eron, muerto en Rynah, hizo que le brotaran las lágrimas de los ojos al comandante, al ser algo reciente aún.

    Lio apoyó su mano derecha en la pierna izquierda de su amigo y superior, dándole a entender que le mostraba su apoyo. Ambos terminaron chocando los puños en señal de una gran amistad que compartían desde hacía muchos años ya, y la cuál solo hacía que crecer conforme pasaban por dificultades, juntos.

    [...]

    El día de mañana sería el día en el que el primer grupo entraría en criogenia para que poco después, el segundo grupo que ya llevaba casi dos meses y medio en letargo, despertase de su largo descanso y tomara el revelo de sus compañeros para vigilar que todo en la nave estuviese en orden, mientras se aproximaban a la ubicación de Anyxa. El comandante Crane y el líder Quetaryan se encontraban monitorizando los sistemas en el puente de mando, mientras que el hombre de Ceres y la científica Landom se encontraban con ellos.

    La ex líder de la Resistencia se hallaba en el comedor, habiéndose terminado su ración de comida, mientras observaba detenidamente una foto física de su hijo Kendall, la cuál le entregó Ender tiempo atrás. No había día en el que Sun no observase detenidamente y durante varios minutos, la imagen que poseía de su descendiente, lo que le daba fuerzas para seguir adelante y hacer todo lo posible para regresar sana y salva al territorio conocido, con él.

    — Ya queda menos para volver a verte, Kendall — Se dijo a sí misma, mientras guardaba la foto en uno de los bolsillos de su uniforme de tripulante — Necesito abrazarte y te juro que no me despegaré de tu lado nunca más. No me iré a otro lugar que no sea uno en el que estés tú.

    Por otra parte, Dhejam se encontraba en su camarote con la mirada perdida en su ventanal estrellado, teniendo la excepción de que ahora mismo la Nolartis estaba cruzando un sistema estelar muerto, con su sol convertido en una enana blanca que revelaba encontrarse en sus últimos momentos de vida útil. No había mundos que observar ni formas estelares que apreciar; solo un sol en su etapa final. Algo que hizo reflexionar al soldado.

    — Después, te convertirás en polvo y energía — Pensó para sí mismo el thuniano, recordando a su viejo amigo y compañero, Ñjar — Como todos.

    El único tripulante de los siete que formaban el primer grupo de vigilancia, era precisamente el que menos había interactuado con los demás durante esos dos meses y medio que estaban por transcurrir. El ingeniero y científico syleriano, el único de su especie a bordo tras la marcha de Om y la muerte de Uriow, apenas salía de su camarote para ir al comedor o al laboratorio, donde se hallaba en este momento.

    Caelum era alguien solitario y disfrutaba del tiempo que pasaba consigo mismo más que con los demás, aunque también sabía dar un paso al frente cuando la situación lo requería. El syleriano fue, durante todo el proceso que duró Regresión en Syleria, el líder de su pueblo. Y aquello, más allá de sus habilidades para la ciencia e ingeniería, le hizo convertirse en una figura muy importante para la Alianza, aunque hubiese preferido no haber tenido que formar parte de la expedición.


    Un año antes aprox.


    — ¿De verdad es necesario?

    El reputado syleriano se encontraba de brazos cruzados frente a una pantalla, en su despacho del OCVD como jefe del complejo.

    En el otro lado de lo que era una videollamada, se hallaba la Elegida Admir, con el rostro muy serio y decidido. Ambos estaban discutiendo la inclusión del ingeniero y científico a bordo de la Nolartis, pese a que en la conversación previa con todos los líderes y algunos reclutados, se había confirmado la presencia del propio Caelum.

    — Lo es — Confirmó Hylda — Tu presencia en la expedición me beneficia en muchos sentidos.

    — Me gustaría saber cuáles, Elegida.

    — Te necesito para que seas mis ojos ahí dentro, Caelum.

    — El propio Om, e incluso ese tal Uriow, están en la misión. ¿Por qué no pedirle a alguno de ellos que sean esos ojos que tanto quieres tener ahí dentro?

    — No le puedo pedir a mi marido que además de contribuir en la misión, a la cuál, por cierto, él quiere ir por voluntad propia, sea también mi espía dentro. Lo conozco, y no lo consideraría nada ético de mi parte.

    — ¿Y el otro syleriano?

    — Uriow era un soldado syleriano, pero decidió hace años convertirse en un siervo de la especie humana — En el tono de voz de Hylda se podía apreciar cierto tono despectivo — Trabaja para Bárbara, no para mí, así que no puedo ni pienso pedirle nada.

    — Con todo el respeto, Elegida, pero yo...

    — No te estoy pidiendo que actúes de una forma diferente, ni que influyas en el desarrollo de la misión, ni nada por el estilo — La líder syleriana, pese a encontrarse del otro lado de la pantalla, miraba fijamente al jefe del OCVD — Lo que te pido es muy simple: mantenme informada de todo lo que ocurra, personalmente. Tú y yo tendremos un canal privado por el cuál nos comunicaremos.

    — ¿Tengo alternativa? — Pallow no estaba nada entusiasmado con esa misión secundaria que tendría dentro de la misión principal.

    — Ninguna, Caelum.


    [...]

    Grupo 2: Fallon, Ashley, Tyra, Eniar, Lynx, Iris, Brad, Maya


    El subcomandante de la expedición era el primero en despertarse, cinco minutos antes que el resto de su grupo.

    En la sala de criogenia se encontró con su comandante y superior, quién sería el último en inducirse al letargo de dos meses y medio que quedaban del viaje. Ambos líderes principales de la misión tuvieron un encuentro breve con una conversación más breve aún.

    — Despertaremos un poco antes de la fecha estimada — Dijo Lill, en referencia a él y sus otros compañeros — Mantén esta nave a salvo de lo que pueda ocurrir, amigo.

    — Nos veremos en poco más de dos meses — Asintió Fallon, mostrándose cordial y amistoso — Buen descanso, Lill Crane.

    El comandante asintió con benevolencia a su segundo al mando en la expedición para meterse en su cápsula criogénica, momento en el que esta se iba cerrando mientras el propio subcomandante realizaba el procedimiento para inducirlo a dormir.

    Tras esto, el héroe thuniano vio como las cápsulas de sus compañeros, quiénes formaban el segundo grupo de vigilancia, iban saliendo de la pared mientras se abrían lentamente. Poco a poco, todos ellos fueron saliendo de sus cápsulas de criogenia, iniciando así su estancia en el periodo establecido previo a la llegada al planeta de los Anixis.

    [...]

    Apenas había pasado una semana desde que el segundo grupo de vigilancia despertara tras dos meses y medio en letargo, habiendo vivido por última vez el asalto inesperado de los rynarokianos a la Nolartis, el cuál fue repelido sin muchas dificultades debido al retraso tecnológico con el que contaban los nativos de Rynah. Con ello, todo lo sucedido previamente y más atrás en el tiempo, seguía coleteando entre los tripulantes de la nave que ahora ocupaban su tiempo en pequeños quehaceres y rutinas simples de control de los sistemas.

    En la sala de ingeniería, últimamente más vacía de lo normal ante la ausencia del sacrificado y enfermo West, se encontraba la única thuniana de a bordo. Ahora ella era la principal especialista en su campo, por lo que pasaba la mayor parte de su tiempo en tareas referentes a lo mencionado. El joven Herswood también se encontraba por allí usualmente, pero en ese preciso instante en el que el subcomandante entraba en la sala, solo se encontraba su compañera y homónima.

    Al verlo, Eniar cesó en su pequeño proyecto.

    — Fallon, ¿qué te trae por aquí? — La ingeniera se aproximó a su superior para recibirle educadamente — ¿Está todo en orden?

    — Así es, está todo bien, no hay problemas — Indicó el héroe de su especie, el cuál decidió sentarse en uno de los taburetes que rodeaban la principal mesa de trabajo — Quería venir a verte, eso es todo. Hace tiempo que no tenemos una conversación, tú y yo.

    Eniar se sorprendió un poco al escucharle decir eso, pero no lo considero nada extraño sino más bien coherente, por lo que accedió a sentarse frente a él como si de una reunión de trabajo se tratase. Fallon cruzó sus manos sobre la mesa, un gesto que parecía más humano de lo que en realidad era.

    — ¿Estás bien? — La thuniana tenía la sensación de que algo le ocurría a su superior.

    — Si te soy sincero, Eniar, la realidad es que no — Contestó él con poca emoción — Soy un soldado, he visto cosas horribles desde que tengo uso de razón, pero tengo la sensación de que estoy llegando a un límite.

    — ¿Qué quieres decir con eso?

    — No lo sé, realmente — Musitó el subcomandante, visiblemente apagado — Solo quiero que acabemos con esto y volvamos a casa.

    — Aún no sabemos cuál será nuestra casa — Dijo ella, haciendo referencia a que los thunianos habían abandonado Virm para instalarse en el resto de colonias de la Alianza — Pero te entiendo, yo también tengo ganas de regresar. Estoy cansada de ver como perdemos compañeros, aunque sean de otra especie.

    — Lo sé, creo que a todos nos está empezando a pasar factura todo esto — Fallon negaba con la cabeza, teniendo la mirada perdida en la mesa repleta de objetos para ingeniería — Especialmente a los que hemos vivido más desgracias en este poco tiempo.

    El subcomandante recordaba con impotencia y tristeza lo sucedido a bordo de la Nolartis durante la infiltración de las criaturas de Bildsh, lo cuál no tuvieron que vivir todos al haberse inducido previamente a la criogenia. Para colmo, tras ver el sacrificio del ingeniero Finn, la nave sufrió serios daños que la precipitaron a Rynah, siendo capturados por una especie desconocida que les llevó a pelear en un coliseo por sus vidas, la cual perdió Eron.

    Sucesos, uno detrás del otro, que terminaron por afectar notablemente a tripulantes como Ash y Maya, pero también al propio Fallon.

    — Es comprensible que te sientas así — La ingeniería thuniana se aproximó a su homónimo hasta sentarse a su lado, haciéndole ver su aprecio y mostrándole su apoyo — Pero eres fuerte, Fallon, contigo nuestra especie ha logrado sobrevivir al fin de su mundo. Cualquiera no consigue eso.

    — La expedición está llena de salvadores — Murmuró el segundo al mando, restándole mérito a lo suyo — Lill salvó a la humanidad, Caelum salvó a los sylerianos, Yak también luchó por los suyos... Son todos héroes. Pero no es eso lo que me preocupa, sino el hecho de que tengamos que hacerlo una vez más.

    — ¿Por qué dices eso?

    — ¿No lo recuerdas? El sabio Cyprus ya advirtió de una guerra próxima contra todas las especies y quizá esté siendo paranoico, pero siento que nos aproximamos a ese conflicto conforme nos acercamos a Anyxa.

    — Lo sé, la verdad es que asusta. Pero, ¿qué hacemos? ¿Damos marcha atrás y regresamos, habiendo llegado hasta aquí y habiendo sacrificado tanto?

    — En absoluto, la rendición o el volver no son opciones para mí.

    — Entonces afrontemos lo que venga sin pensar en lo que pueda ocurrir — Eniar tomó de las manos a Fallon, haciendo que éste la mirase a los ojos — Todas las especies estamos unidas, ya no solo por un acuerdo sino por nuestra genética. Y estoy muy segura de que, juntos, lograremos sobreponernos a lo que sea.

    — Tienes razón, como siempre — El subcomandante asentía con determinación, esa que hacía un momento parecía haber perdido — Quizá yo sea un héroe para los nuestros, pero tú eres su luz, Eniar.

    Tras esas palabras tan bonitas y ese intercambio de emociones, ambos thunianos sintieron una conexión que crecía en su interior, convirtiéndose en algo más profundo y que los unía más aún de lo que ya lo estaban. Su vínculo había dado un salto, un paso, en su evolución hacia algo más que la simple cordialidad y respeto que se tenían. Subcomandante e ingeniera se miraron fijamente, aproximándose lentamente el uno al otro, hasta que sus finos labios entablaron contacto.

    Aquello era prueba de que los Anixis habían creado a humanos, neonianos, sylerianos, thunianos y quizá rynarokianos a imagen y semejanza; pero sobre todo, aquello confirmaba que las especies no eran tan diferentes las unas de las otras. Y que solo pequeñeces las diferenciaban totalmente entre ellas. El sentimiento de amor que compartían era igual e universal.

    [...]

    Tyra golpeaba el saco de boxeo del gimnasio de la nave con la intención de liberar la rabia contenida en su interior, tras los acontecimientos ocurridos recientemente en su vida personal y en la misión. La piloto llevaba dos semanas realizando entrenamientos por su cuenta, para mejorar aún más sus condiciones físicas y porque no, poder aportar en el terreno a lo que quedaba de la misión. Ya había transcurrido un mes desde que estaba despierta, y viendo que aún le quedaba mes y medio hasta empezar la siguiente misión en Anyxa, decidió dedicarse todo el tiempo a sí misma, en prácticamente todos los ámbitos de su vida.

    Aquello no pasó desapercibido para nadie, mucho menos para un Brad que solía frecuentar en exceso el gimnasio, ya que sin contar a Dhejam, compartía pocos vínculos amistosos con los demás, siendo meramente profesionales. Sin embargo, el ver día tras día durante varias semanas a la piloto Maxwell, arremetiendo contra el saco de boxeo, le hizo terminar por aproximarse a ella uno de los días en los que se la encontró allí.

    La mujer estaba realizando su precalentamiento previo al comienzo de movimientos contra el saco, aprovechando ese instante para no interrumpirla en pleno entrenamiento intensivo.

    — Vaya, antes coincidir contigo era una odisea — Al oír al tipo, la piloto se volteó — Y mírate ahora, llevas dos semanas sin faltar ni un día.

    — ¿Algún problema con eso? — Tyra no se tomó nada bien el comentario — El gimnasio es de todos, no solo para ti.

    — Wow, vaya, relájate — Contestó el joven Sanders, viéndose atacado ante la piloto a la defensiva — No quería ofenderte, Tyra, de verdad. Solo digo que me sorprende un poco verte aquí, pero también me alegra.

    — ¿Ah, sí? ¿Y eso por qué?

    — Porque se te está haciendo un culo muy impresionante — Dijo Brad, soltando un par de carcajadas antes de ver como ella le miraba — Oye, que es broma. Quiero decir, es verdad, pero no lo digo con ánimo de ofender...

    — ¿Vienes al gym a entrenar o a ver mi puto culo? — La piloto lo confrontó, pese a que también se reía por el comentario inesperado de éste — Mira que eres tonto.

    — Vengo a las dos cosas — Sonrió él, dirigiéndose a una máquina con barra — Descuida, hasta que no lo tonifiques más, no te volveré a hablar.

    — Estúpido... — Murmuró ella, sin evitar reírse y viendo que él la estaba viendo.

    — ¡Admítelo, te hace gracia! — Exclamó el soldado, cargando el peso en la barra que usaría — ¿Sabes? Si quieres, luego podríamos ir al comedor, hacernos algo de beber y conversar un rato.

    — ¿Pero sabes mantener una conversación sin sonar como un pervertido o lo que te pido es inviable? — Aquella pregunta sarcástica hizo que Sanders se echase a reír, algo que ella también hizo.

    — Tendrás que averiguarlo luego, piloto — Contestó Brad, tumbándose para coger la barra y levantarla.

    — Me parece justo, soldado.

    Tyra sonrió levemente para, de nuevo, centrarse en el saco de boxeo, comenzando así su entrenamiento. Brad también sonreía, pero decidió centrarse en su rutina de ejercicios antes de tener una quedada con la piloto de la nave.

    Después, ambos tendrían un buen rato para conocerse más personalmente, tras haber interactuado poco durante la convivencia de ambos en la expedición.

    [...]

    La enfermería había pasado de estar prácticamente vacía por dos meses y medio, a tener siempre en ella a su principal inquilina.

    La doctora Vega había despertado con el segundo grupo de vigilancia y habiendo pasado ya cerca de un mes y medio, los días se empezaban a hacer más que largos para la médico. Ya todos los medicamentos estaban ordenados en sus estantes, todos los utensilios estaban desinfectados y las camillas, por suerte, vacías de pacientes. No obstante, un día cualquiera, Maya recibió la visita inesperada de su compañera Ashley.

    La soldado Ripley entró directamente al ver la puerta abierta, dirigiéndose al estante de las medicinas sin fijarse siquiera en la doctora. Maya permaneció impasible durante el tiempo en el que Ash decidía tomar una caja de pastillas para dormir, para después voltearse y encontrarse de cara con la médico, quién se veía realmente apática y aún afectada por lo que había vivido.

    Sintiéndose un tanto avergonzada, la mujer del fallecido Eron agachó la cabeza, mientras la médico tomaba la caja de pastillas que ésta había cogido del estante.

    — ¿Pastillas para dormir? — Maya se temió lo peor automáticamente — ¿En qué diablos piensas?

    — No es lo que parece, no quiero suicidarme — Contestó Ashley, sin apenas levantar la vista — Simplemente me cuesta dormir.

    — ¿Y cómo sé yo que dices la verdad?

    — Si quisiera morirme, habría formas mucho más sutiles de hacerlo en mitad del espacio, ¿no crees?

    La doctora Vega miró el medicamento y la miró a ella, dándoselo lentamente pero dudando de hacerlo. La soldado Ripley los tomó con suavidad, miró de vuelta a la médico y salió de la enfermería siguiendo su camino. Ambas se encontraban en un estado emocional bastante frágil tras los acontecimientos de Rynah, aunque la más afectada y con motivo era la propia Ashley, que apenas podía conciliar el sueño al no dejar de rememorar lo sucedido con Eron.

    Mientras avanzaba hacia su camarote, del cuál salía poco, la mujer revivía en su cabeza el momento más dramático de su vida.

    — ¡No tenemos alternativa, debemos pelear unidos! — Ashley se posicionó rápidamente, con una lanza dispuesta y ya llena de sangre.

    La propia Ripley y su pareja Tanner estaban al frente, mientras que a los costados estaban Fallon y Vega. Muy pronto, el cuarteto estaba rodeado por veinte rynarok equipados con armas blancas y dispuestos a obedecer la orden de su líder emperador. Sin embargo, cuando parecía que iban a ser asaltados al mismo tiempo, sucedió algo inesperado para todos. Repentinamente, una lanza salió disparada con gran velocidad hacia Eron, el cuál no pudo ver al estar de espaldas.

    Antes de que nadie pudiese darse cuenta, la lanza atravesó el torso del humano, quedándose atascada en él.

    Ashley se giró hacia su lado izquierdo lentamente, horrorizada conforme veía a su pareja, la cuál estaba en una posición de lucha, perder el equilibrio y caer al suelo de arena ante los ojos de todos los presentes. El público enmudeció unos segundos, los suficientes para que la soldado Ripley se volteara hacia la grada, viendo que había sido el propio líder de los rynarok el que había realizado semejante jugada rastrera e inesperada que había acabado con Tanner mordiendo la tierra del coliseo.

    — No, no, no... — La soldado Ripley estaba siendo un auténtico mar de lágrimas mientras acariciaba el rostro de su amado — No te mereces ir así...

    — A-Ash... te... te... — El hombre luchaba todo lo que podía por decirle algo a la mujer, pero le costaba un mundo el articular palabra debido a que la boca se le llenaba de sangre y se ahogaba con ella — ...quiero...


    Una vez había llegado a su camarote, la soldado Ripley dejó la caja de pastillas para dormir en su mesita de noche y arremetió contra el sillón más cercano, golpeándolo repetidas veces mientras gritaba, furiosa, por no dejar de revivir aquel impactante momento. La muerte de Axlor le impactó, pero la de Eron le había causado un dolor del que tardaría mucho tiempo en recuperarse. Visiblemente exhausta tanto física como emocionalmente, Ashley le pidió un favor a la inteligencia artificial de la nave, que siempre estaba disponible.

    — Oda, insonoriza la habitación, por favor. Quiero intentar dormir.

    Habitación insonorizada. Que duermas bien, Ashley.

    [...]

    Iris y Lynx estaban compartiendo un momento de lo más íntimo.

    La joven pareja se encontraba metida en la cama del camarote de él, que ahora compartían, completamente desnudos y comiéndose a besos tras haber terminado de mantener relaciones sexuales. El ingeniero y la exploradora llevaban así más de cinco minutos, demostrándose un amor que además de ser jovial y explosivo, iba en aumento. En ese momento, Herswood miró de reojo su reloj despertador en la mesita de noche, viendo que le quedaban menos de quince minutos para dirigirse a trabajar, concretamente a la sala de ingeniería.

    — ¿La jefa thuniana te va a castigar si no llegas a tiempo? — Iris buscaba provocar pícaramente a su novio con esas palabras.

    — Su castigo no sería nada en comparación a perderme estos momentos contigo — Contestó Lynx, al cuál le brillaban los ojos.

    — Vaya, que romanticón — Musitó ella, riéndose justo antes de acariciarle el rostro — Me encantas.

    — Y tú a mí, cielo — Respondió él, decidiendo dar por terminado aquel precioso momento — ¿Dónde carajo he dejado mis pantalones?

    — Como siempre, encima del sillón.

    — ¿Y la camisa? Si voy sin el uniforme completo, me llevaré una reprimenda del subcomandante.

    — Probablemente en tu lado de la cama...

    — Vaya, cielo, eres increíblemente lista — El joven Herswood comenzó a vestirse apresuradamente mientras le plantaba un beso en la frente a su novia — No quiero sonar egoísta o indiferente, pero pese a todo lo que ha sucedido últimamente, estos han sido los mejores dos meses de mi vida.

    — Exagerado... — La joven Hennessey no se lo creía del todo, mientras se levantaba totalmente desnuda para dirigirse al cuarto de baño — Bueno, para mí han sido dos meses increíbles, pero tanto como para ser los mejores de mi vida...

    — Entonces será porque tu vida fue mucho más cómoda que la mía — El hombre se sintió algo ofendido por el comentario de su amada — Yo he pasado la mayor parte de mi vida en las calles, sin saber quiénes eran mis padres, sin dinero...

    — Bueno, mi vida tampoco es que haya sido un cuento de princesas, Lynx — Relataba ella desde el baño — Mi madre y mi padre, ambos criminales, me engendraron en la colonia-prisión de Ceres. Debido a ello, fui enviada desde muy pequeña a la Tierra, concretamente a una asociación que cuidaba de niños huérfanos o con padres conflictivos. De ahí, mi padre me sacó cuando se puso en marcha el proyecto de las cinco arcas, y que bien que lo hizo... Poco después, en Paraíso, coincidí milagrosamente con mi madre y pude vivir con ella hasta que la mataron. Lio me acogió.

    — Joder cielo, siento mucho oír eso — Al escuchar brevemente la historia de su pareja, el joven informático e ingeniero rebajó su molestia — Pese a todo eso, has tenido gente que se preocupaba por ti. Yo solo tenía a mis amigos de la calle, a Norman... hasta que conseguimos salir de ese mundo, ingresar en la AFE y ahí adquirir mis conocimientos, además de conocer a Tyra, que vivía en Marte. Mis otros amigos... bueno, perdí el contacto con ellos. Solo quedamos nosotros tres y viendo como la sociedad nos trató, decidimos hacer algo por la gente que no tiene voz. La Alianza se callaba esta misión y yo estaban tan obsesionado con revelar la verdad...

    — Eso te trajo hasta mí — Iris salió del baño tal cuál entró, sin ninguna ropa que le cubriese — Y solo por eso, me alegra que hicieras aquello.

    — Está claro que no puedes resistirte a un buen criminal — Lynx se aproximó a su novia, tomándola de la cintura y besándole la nuca — Aún no me he ido a trabajar y ya estoy deseando volver.

    — En ese caso, te voy a esperar tal cuál me estás viendo — La joven Hennessey se mordió el labio inferior, provocando sexualmente a su chico — Trabaja duro y no tardes, amor.

    — Puedes apostar lo que quieras a que no tardaré — Herswood se alejaba de ella sin quitarle la vista de encima — Te quiero, mi cielo.

    — Y yo, mi ángel.

    [...]

    Dos meses y medio después (cinco meses en total desde la partida de Rynah hacia Anyxa)


    La fecha clave se estaba aproximando para la tripulación de la Nolartis conforme esta se acercaba al planeta supuestamente natal de los Anixis, en lo que sería el último mundo a visitar.

    Más de un año de viajes y sucesos que les había llevado a ese punto, aunque perdiendo miembros en el camino. El segundo grupo de vigilancia ya había cumplido su tiempo y se estaba preparando para despertar al primer grupo, para así tener a toda la expedición al completo lista para la última misión.

    Cuando Oda dio el aviso de que era hora para levantarse, el joven Sanders se frotó los ojos y bostezó, volteándose hacia su lado izquierdo para encontrarse con la piloto Maxwell aún durmiendo plácidamente. El soldado no pudo evitar sonreír, además de por verla dormir, por tenerla desnuda en su cama. Durante esos dos meses y medio, ambos habían interactuado más que en todo el tiempo anterior que llevaban juntos en la nave, terminando por tener encuentros sexuales esporádicos. No era una relación amorosa, sino una amistad con beneficios.

    Con la alarma dada por parte de la IA de la Nolartis, la joven pareja de moda se encontraba ya en la ducha de su baño individual, frotándose mutuamente las esponjas y el jabón mientras se abrazaban con ternura, cariño y pasión. Tanto Lynx como Iris habían disfrutado de su tiempo juntos, dejando de lado lo sucedido, algo que no pudo hacer una Ashley que no dejaba de sollozar en silencio en su camarote mientras observaba las fotos digitales que tenía junto a su amado fallecido, Eron. Incluso la médico de la nave, Maya, sufría pesadillas recurrentes con los sucesos pasados en el planeta de los rynarok.

    Sin embargo, como se podía apreciar, había más gente enamorada en la expedición que con traumas por sanar. El subcomandante Fallon y la ingeniera jefe Eniar se dirigían, juntos y cogidos de la mano, hacia la sala de criogenia para así despertar a sus otros compañeros. Ambos thunianos se miraban con una sonrisa que daba oficialidad a una relación que apenas estaba comenzando, pero que llevaba no solo estos dos meses y medio, sino años de gestación.

    Todos ellos sabían que se estaban dirigiendo hacia lo desconocido en todos los sentidos de su vida, pero en su mayoría preferían hacerlo juntos. Otros, simplemente no podían.
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Saludos, amigo. Paso a comentar el capítulo de esta semana.

    Relajado igual que el anterior y muy bonito en verdad :)

    El capítulo arranca con un flashback de Yak donde vemos como este se va conociendo con Halisha, una científica con quien tuvo una nueva oportunidad para el amor tras haber perdido a Reeda y tras no haber concretado nada con Erie. Bien por él, todos merecen estar con alguien que les haga bien, excepto el maldito de Caelum (:

    Luego de eso, vemos que Lill y Lio charlan sobre su futuro, imaginándose a sí mismos como personas retiradas teniendo de vuelta la vida cotidiana que llevaban antes de que fueran reclutados una vez más a la expedición. Aunque ahora ellos sí que buscarían estar retirados de forma definitiva. Pese a que dentro de 10 años Iris ya tendría 30 casi, Gina tendría unos 23 y Owen el más joven tendría 19 y todos serían adultos, lo cierto es que aunque estén liberados de aquella responsabilidad con sus hijos, ellos no deberían tener el físico para misiones como estas, dado a que sus edades podrían estar rondando los 50. Espero que ahora sí el gobierno les deje en paz y puedan disfrutar su retiro.

    Sun, por su parte, está mirando una foto de su hijo, tomando la decisión de que cuando lo vuelva a ver, no se despegará de él. Eso es algo muy interesante para mí, ya que Ender y Kendall no tienen más a Cia con ellos. El plan de Ender era que pudieran pagarle a Sun un departamento hasta que encontrara trabajo, pero si Sun no acepta separarse de su hijo, quien ha perdido a su figura paterna, veremos qué tal van las cosas cuando regrese a ellos.

    Fallon y Eniar tienen una charla sobre lo que representa ser un soldado, y allí Fallon dice que las cosas que ha visto están empezando a apilarse demasiado, dado a que ha visto morir a muchos compañeros y que la experiencia vivida en el coliseo fue muy caótica. Eniar, teniendolo presente como un héroe, lo consuela y le recuerda lo grande que es, lo que hace que ambos puedan dar inicio a una buena relación. Ha elegido bien, y parece que pronto ellos dos se volverán mucho más íntimos.

    Luego vemos a Caelum teniendo un flashback, donde la propia elegida le pide que haga de espía para su pueblo, ya que no puede contar ni con Om por su código ético ni con Uriow por ser un trabajador para la humanidad. Y pues bien, la charla no me ha hecho tomarle más desprecio a Caelum, sino un poco a Hylda. De haber visto como la mujer tenía esa charla antes de su muerte, no habría sido tan triste como lo fue. Me parece un poco rastrero que una líder sospeche tanto a tal punto de mandar a alguien a espiar en el proyecto de las tres especies. Pero bueno, sus motivos tendrá para ello. Lo bueno es que no hemos visto la gran cosa del único syleriano a bordo, menos mal XD.

    El primer grupo se va a dormir y el segundo se despierta para tomar el relevo. Vemos que Dhejam es, al igual que Caelum, un alma solitaria. Me da que una relación laboral interesante podría salir de allí, pero es como juntar a un tipo que no le gusta escuchar a la gente con un tipo al que no le gusta hablar XD.

    Ashley aún está adolorida por la pérdida de Eron, y no es para menos. Ella estuvo una década junto a él, y para ese entonces, ya eran una pareja consolidada. Por años largos, él fue el único humano en su vida, y perderlo habría sido duro sin siquiera el plus de que sean pareja. Yo tengo que decir que también tuve miedo cuando Maya vio que eran pastillas para dormir. Entiendo que ella es fuerte, pero en momentos tan tensos, las cosas pueden superar demasiado a la mente. Incluso está el factor de la criogenia. Los planetas están separados por meses de distancia, pero como la tripulación entra en criogenia, es como si ellos realmente estuvieran viviendo los acontecimientos mentalmente en la misma semana. Seguro que no hay mucho tiempo de diferencia para Ashley entre la muerte de Ñjar, de Cia, de Norman, de West y de Eron, y eso lo debe estar volviendo todo peor para ella. Quizá deberían reconsiderar no criogenizarse para darse algo de tiempo a descansar la mente, pero entiendo que el viaje en el espacio podría hacerse muy pesado sin nada qué hacer.

    Tyra, dolorida por la pérdida de Norman, decide irse al gimnasio a pasar el tiempo con algo qué hacer, y entonces es cuando Brad decide que la historia llevaba tiempo sin que nadie ocupara el rol de simp en el grupo y decidió tomar el manto XD. Joder, no sé yo si lo que le diría a una chica que se la pasa yendo al gimnasio día tras día es que está obteniendo buen culo XD. Aunque bueno, quizá haya pensado que no tenía nada que perder, ya que Tyra era la única soltera de su edad en la tripulación.

    Acto seguido, pasamos a ver a Iris y a Lynx despedirse de forma apasionada tras un acto carnal desenfrenado XD :kuku: Parece ser que ambos se llevan más que bien, y que son altamente compatibles tras el tiempo que pasaron juntos. Lynx se levanta para irse a trabajar, mientras que Iris decide provocarlo diciéndole que lo estará esperando desnuda. Carajo, yo quiero ir a esa expedición también XD. Lynx realmente se sacó la lotería. Robar información del gobierno y terminar entrando a una misión de alta prioridad de la cual podrías volver como un héroe, y que encima se termina metiendo de imprevisto una chica de su edad que es atractiva y que gusta de él como él de ella XD. Salvo por el peligro de morir en el planeta, le salió todo bien XD.

    Luego de eso pasan los dos meses y el grupo 1 está empezando a despertar para la llegada al último mundo. Vemos que Brad, pese a su simpeo, logró llevarse a la minita a la cama. Solo espero que Norman, esté donde esté, no haya puesto la vista en la tripulación o le habrá tocado ver como las dos chicas que le interesaban tuvieron una noche apasionada XDn't.

    Y ahora un pensamiento que me preocupa demasiado.... Hay demasiadas parejas felices en esta expedición :osha: No es que sea malo, por que es lindo que enfrenten sus problemas con el amor que sienten entre compañeros, pero es que me da mucho miedo a lo que pueda pasar.
    Yak y Halisha. Lynx e Iris. Fallon y Eniar. Brad y Tyra. Son 4, y nos estamos acercando al planeta natal de los Anixis donde seguro veremos o bien a los Anixis o a los Veerham, y viendo lo cruel de la guerra, la especie que haya salido victoriosa será imparable. Me veo venir que pronto Ashley no será la única viuda a bordo de la Nolartis, y que más de una pareja se terminará destruyendo en este mundo :aniscream:

    Bueno, amigo. Eso será todo por esta semana. Estaré ansioso porque llegue la semana que viene y para ver qué nos depara el viaje de la expedición, aunque la realidad es que también tengo deseos por ver como van las cosas en casa. Fue una gran y divertida jornada en simultáneo por Discord como siempre, y ya espero impacientemente por la siguiente. Me despido. Un abrazo y cuídate mucho :cynda:
     
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    Manuvalk

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    Los Viajeros IX: El imperio Anixis
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    Ya vamos por el quinto capítulo de esta parte y tras los cuatro primeros centrándose en la expedición, en este capítulo volvemos a ver a aquellos personajes que están en el territorio conocido. A diferencia de en otras ocasiones, en esta no pienso alargarme en la intro, por lo que me limitaré a agradecer a mi querido amigo Reydelaperdicion por su presencia siempre aquí, leyendo y disfrutando de esta historia maravillosa. Tan solo avisaré de que eventualmente, las cosas están por ponerse mucho más tensas...




    Lazos que nos unen







    La cápsula que rodeaba la ciudad de Sovaam seguía manteniendo en su interior a más de doscientos mil sylerianos, tras tantos años transcurridos desde su creación, posterior a la famosa guerra entre los nativos del planeta y los neonianos. Ahora estaban unidos en una coalición de especies conocida como la Alianza Interestelar de Especies y con ello, además de la propia población syleriana, significaba tener residentes no autóctonos de Syleria. Al menos veinte mil habitantes eran neonianos, humanos y thunianos, sumándose a la mayoría syleriana —pero muy escasa en comparación a lo que llegaron a ser hacía más de doscientos años—.

    Desde lo alto del edificio más alto de la ciudad, el actual líder de la sociedad syleriana oteaba el horizonte, el cuál solo recordaba cubierto por la cápsula de protección.

    No tenía recuerdos suyos previos a la creación de la cápsula, pero sí recuerdos de su padre, de su abuelo y de ancestros que pudieron disfrutar de una Syleria libre de toxicidad en su atmósfera, algo que provocaron los ahora aliados neonianos. Om tampoco recordaba la fauna salvaje de su mundo, ahora extinta y solo rememorada en escritos antiguos. Cuando se dio cuenta, apenas recordaba un mundo libre de problemas, no obstante, ese era el mundo que había heredado.

    Sus pequeños ojos se humedecieron conforme el recuerdo de su mujer le venía a la memoria, siempre recurrente, pese a haber pasado un año entero desde su asesinato y cinco meses desde que logró vengarla. No fue bien visto entre los líderes de la AIE el hecho de que el líder syleriano se tomara la justicia por su mano, pero a él no le importaba y los otros representantes no tenían intención de darle un castigo, especialmente al ver que la sociedad syleriana celebraba efusivamente que su nuevo y legítimo líder había ejecutado al asesino de la Elegida.

    Pero pese a ello, la ciudad de Sovaam seguía teniendo sus problemas y sus dilemas.

    — Padre... — Paokt se giró bruscamente al oír la voz de su hijo, la única familia que le quedaba — Quería agradecerte la lección de antes.

    Horas antes del momento presente, padre e hijo tuvieron una sesión de entrenamiento que consistió en la enseñanza del arte de la lucha cuerpo a cuerpo. Omnius, viendo que su mejor amigo Jackon estaba aprendiendo todo tipo de cosas referentes a eso en la escuela de Promesa, quería no quedarse muy atrás y acudió a su padre buscando aprender sus buenos movimientos en combate, algo a lo que Om accedió, viendo lo peligroso que podía ser para su hijo el no saber defenderse.

    Una clase que duró un par de horas y tras la que el líder syleriano decidió tomarse un tiempo a solas de reflexión consigo mismo, en lo alto de su edificio.

    — No tienes que agradecerme nada, hijo — Sonrió el adulto, indicándole con un gesto que se acercara — Ven, Omnius, y observa estas vistas.

    El pequeño Paokt Admir se aproximó hacia su padre, colocándose junto a él para observar la lejanía de Sovaam, en una imagen que para nada era merecedora de un mal calificativo. La cápsula que rodeaba y protegía la ciudad daba su encanto al horizonte iluminado en la noche y siendo el lugar más alto de la zona, daba unas vistas más que privilegiadas de la ciudad syleriana. Padre e hijo se miraron con cariño, terminando por abrazarse con fuerza el uno y el otro. Solo se tenían ellos dos y la ausencia de Hylda jamás dejaría de notarse.

    Mientras Om abrazaba a Omnius, un miembro de su seguridad apareció en la azotea, interrumpiendo el momento.

    — Disculpe, Elegido Paokt — El siervo y protector de su nuevo líder se mostró algo apenado por tener que haber intervenido aquel bonito momento — Su transporte está preparado para partir.

    [...]

    El nombre de Khael Yannick yacía escrito en el mural que se encontraba próximo al famoso Árbol de los Caídos, ubicado en el centro de la colonia neoniana de Isharay.

    Cientos de mensajes se podían leer a nombre del ex comandante del ejército de la AIE, escritos por sus compañeros de la milicia y por conocidos, entre los que se encontraba la líder Tovam. Erie posaba con las manos recogidas y la cabeza gacha ante el árbol, acompañada por su actual segunda al mando, la ex piloto Tidder.

    Normalmente, la neoniana acudía a solas para venerar al fallecido Khael, todos los días durante los cinco meses pasados tras su muerte. Sin embargo, la presencia de la humana allí se debía a algo puramente laboral. Erie quería hablarle de su situación en el organigrama de liderazgo de Neonia, ahora que el planeta y sus colonias se encontraban tan faltos de líderes entre ellos.

    Tras un silencio de larga duración, Tovam tomó la palabra.

    — Voy a tener que irme unos días a la base Horizonte Conocido, ya que los líderes de la Alianza debemos tratar un tema de cierta urgencia — Erie mantenía la vista en el frente, pese a dirigirse a la humana — Necesitaré que te quedes al cargo de todas las gestiones durante ese tiempo, hasta mi regreso.

    — No será problema, líder Tovam — Asintió Arva, mirándola de reojo — Puedes irte tranquila, yo cuidaré de todo esto.

    — Estoy segura, no me cabe ninguna duda — Murmuró la neoniana, sin cambiar ni un ápice de su expresión facial — Pero hay algo más.

    — ¿De qué se trata?

    — Dejaré mi cargo de representante de los neonianos próximamente.

    Aquella respuesta de Erie pilló por sorpresa a la ex piloto de la Arcadia, que no se esperaba para nada una revelación de ese calibre. La humana se quedó unos segundos callada, sin saber que decir, hasta que la propia neoniana retomó la palabra.

    — No sé cuando lo haré oficial ni cuando me apartaré a un lado, pero será más pronto que tarde — Confirmó Tovam, ahora sí, volteándose hacia su segunda al mando — Y lastimosamente, tú no podrás acceder al puesto.

    — Lo comprendo, no soy neoniana — Tidder tampoco estaba muy entusiasmada en obtener un cargo de tanta responsabilidad — Mi función actual me basta.

    — El problema es ese, que quién me suceda, quizá tenga en mente a otra persona que le apoye, ¿entiendes?

    — Ya veo.

    — Lo siento, Arva. Pero quizá deberías ir buscándote otro trabajo.

    Erie le mostró su apoyo a la humana, posando sus manos en los hombros de ésta, para después marcharse del lugar.

    Arva se encontraba contrariada en cuanto a sus pensamientos, ya que por un lado no tenía problema en dejar su puesto como segunda al mando. Sin embargo, quedarse sin trabajo era algo que no se podía permitir si quería seguir pagando facturas y manteniendo sola a sus hijos, por lo que rápidamente comenzó a maquinar posibles lugares en los que repartir sus conocimientos, llegando a una conclusión un tanto obvia pero para la cuál requeriría de tiempo y paciencia.

    Mientras la ex piloto Tidder emprendía también su propio camino, el cuál era dirigirse a recoger en la puerta del colegio a los mellizos Vaalot Tidder, estos se encontraban saliendo de las clases una vez la jornada escolar había finalizado para ellos y sus compañeros. Los dos hermanos iban a diferentes clases pero salieron juntos, quedándose en la salida a la espera de que su madre llegase para recogerlos y regresar a su casa.

    De pronto, una niña tapó los ojos de Jackon, quién se sobresaltó e intentó soltar un codazo a quién tenía tras él, golpe que fue evitado por la niña y devuelto con un contundente puñetazo en el centro del estómago.

    — ¡Oh, joder! — Gritó Jackon, doliéndose del abdomen mientras descubría la identidad de esa niña — ¡¿En qué pensabas, Echo?!

    — ¡Te pillé con la guardia baja, Jackie! — Exclamó la jovencita mientras se reía junto a Karla — ¡Hasta a tu hermana le hizo gracia ver tu cara de dolor!

    — ¡Tienes suerte de que no pegue a chicas! — El joven Vaalot estaba un tanto molesto — Me has hecho daño...

    — Tranquilo, se te pasará con esto.

    Echo se aproximó a Jackon y le dio un beso en una mejilla, lo que provocó el sonrojo automático en el joven y una expresión de sorpresa en su hermana melliza. La niña sonrió dulcemente y se marchó, viendo que llegaban a recogerla sus padrastros, ya que ella era huérfana desde muy pequeña.

    Jackon no le quitaba la vista de encima mientras el sonrojo se le iba pasando muy poco a poco, algo que Karla notó y lo cuál le hizo mucha risa.

    — ¡Echo te gusta! — Exclamó la joven Vaalot, señalando a su hermano mientras saltaba — ¡Oh, sois novios!

    — ¡No digas tonterías! — Contestó él, sintiéndose un tanto avergonzado — ¡No sabía que ella iba a...!

    — Bueno, te ha gustado. Echo te gusta y tú le gustas a ella... — Karla comenzó a meter cizaña — ¡Sois novios! ¡Sois novios! ¡Sois novios!

    — ¿Quién es novio de quién? — Arva, que acababa de llegar al encuentro con sus hijos, escuchó las últimas palabras de su hija.

    — ¡N-nadie, mamá, nadie! — Jackon lanzó una mirada fulminante a su hermana, queriendo enterrar el tema de conversación — ¿Vamos ya a casa? T-tengo mucha hambre...

    — Claro, hijo — De pronto, la madre se fijó en algo — Jackon, ¿has tenido entrenamiento militar hoy? ¿Por qué estás tan rojo?

    — ¡Porque tiene novia! — Exclamó una Karla que no dejaba de reírse.

    — ¡Dejadme en paz, las dos! — Contestó Jackon, emprendiendo el camino de vuelta a casa por su cuenta.

    — ¡Eh, no tan rápido, muchachito!

    Karla tomó de la mano a su madre y ésta comenzó a seguir a su hijo, quién estaba molesto con la actitud de su hermana al respecto de lo sucedido con Echo. Así, la familia Vaalot Tidder emprendía el camino a casa.

    [...]

    La vacante de jefe en el Observatorio Científico Vanth Dheer comenzaba a dar quebraderos de cabeza a los principales líderes de la Alianza, especialmente a una Bárbara que tras la marcha de Caelum a la expedición, designó a Cinthia en esa posición, pero apenas estuvo unos meses antes de que fuese juzgada por haber enviado al ingeniero Westley Finn a la misión con un cáncer pulmonar muy avanzado.

    Ahora, hacía cinco meses exactos que el nuevo gestor del complejo ubicado en el polo sur de Vulkano, era el que ya había dejado de ser su segundo al mando: el ingeniero Regan.

    Sith era el nuevo encargado de gestionar todo lo que se hiciese en el OCVD, posición que tras haber sido la mano derecha de la representante humana y el líder temporal en Syleria, agradecía como lluvia tras la sequía. El reputado ingeniero esperaba y confiaba en que a la expedición le estuviesen yendo bien las cosas, especialmente tras las noticias de Ashant. Las muertes de Ñjar y Cia eran conocidas —excepto esta última para Ender— mientras que las de Norman, Uriow, West y Eron todavía no se conocían en el territorio conocido, debido a las averiadas comunicaciones cuánticas de la Nolartis.

    Desde Puerto Arcadia salía una avanzadilla de lanzaderas, en las que se encontraban la doctora Marlow y el multimillonario Brant.

    Cuando la médico fue liberada de la cárcel mediante el pago de su multa para evadirse de la condena, el comienzo de aquel misterioso proyecto en el que Adam pretendía trabajar apenas había dado comienzo. Ya habiendo pasado cinco meses, dicho proyecto secreto ya empezaba a rodar, teniendo sus inicios en la base Ío del cinturón de asteroides que rodea a Paraíso. Lo que antes era un complejo de estructuras que servía como campamento de minería, fue comprado por Adam para ser su principal base de operaciones.

    Adam, Cinthia y muchos otros trabajadores del proyecto se reunieron en Puerto Arcadia, también propiedad del magnate humano, para abordar el siguiente paso que dar respecto a los avances del proyecto. Dicho proyecto consistía en algo ya conocido para la humanidad: las cinco arcas que fabricó La Unión para transportar un gran número de civiles a otras futuras colonias. El plan del multimillonario Brant era el mismo, pero con algunos matices.

    Su idea era fundar colonias en otros lugares de la galaxia para que las poblaciones de las especies de la Alianza se expandiesen, pero siempre bajo el mando de la Corporación Brant, como era llamada su empresa privada.

    — ¿Cuándo hablarás con los líderes de la Alianza? — La pregunta fue hecha por Cinthia, quién ya era considerada como alguien muy importante para el proyecto — Sin su aprobación, no podremos avanzar mucho.

    — Lo haré cuando lo estime oportuno, por eso no te preocupes — Adam contestó con cierta soberbia, mientras acariciaba el mentón de la mujer — El desenlace de esa expedición sobre los Anixis será de especial interés para nosotros.

    — ¿Y eso por qué?

    — Porque si hay problemas, la Alianza deberá actuar de urgencia y nuestro proyecto podría ser la clave, como fue en el pasado con La Unión.

    Muchos consideraban a Adam Brant un visionario, alguien que tiene facilidad para prevenir ciertas situaciones que se pueden dar y con sus ideas, dar las soluciones a los problemas que puedan surgir. El plan de poblar otros mundos lejanos al territorio conocido no era simplemente por el afán de explorar y expandirse, sino también como una medida preventiva de supervivencia.

    De no ser por las cinco arcas que La Unión mandó crear —de las cuáles solo cuatro llegaron a salir de la Tierra—, muy probablemente la humanidad sería considerada extinta, ya que sus números estarían, a día de hoy, extremadamente reducidos como para considerarla una especie viva.

    La idea de Adam y su corporación Brant era adquirir todos los conocimientos necesarios de todos los campos posibles —de ahí que hubiese contratado a Cinthia por sus conocimientos de todas las fisionomías de las especies— y su plan avanzaba lento, pero avanzaba. Ya tenía en su poder a ingenieros y científicos de notable calidad, como por ejemplo el ex ingeniero jefe de la base Horizonte Conocido, Carl Sagan. Éste fue apartado de su puesto en detrimento de Wadrak, un ingeniero e informático militar neoniano que logró escalar hasta ese puesto tras haber ayudado en la investigación del asesinato de Hylda, evidentemente promovido por Om.

    Y el multimillonario humano tenía la esperanza de que, con el apoyo de la Alianza, su proyecto diese el empujón definitivo. Solo las mentes más brillantes podrían aupar con rapidez el proyecto del viaje interestelar, el cuál consideraba esencial para la supervivencia del propio Adam y muchos otros implicados en el plan. Cinthia empezó dubitativa, pero con el tiempo iba creyendo más en la idea del hombre rico, ya que permanecer siempre en el territorio conocido significaría ser un objetivo fácil para futuros enemigos o para el caos del cosmos.

    La doctora Marlow sonreía al pensar en el proyecto y el multimillonario Brant sonreía al pensar en cuánto poder obtendría siendo el fundador de nuevas colonias lejanas.

    [...]

    La base militar de Ciudad Anixis tenía su zona de aterrizajes y despegues completamente despejada para un único transporte: el que llevaría a la representante humana y al representante thuniano a la reunión de líderes que se daría en la famosa base llamada Horizonte Conocido, en la reconocible ubicación de Xhander, el agujero negro. Tras los acontecimientos ocurridos en Puerto Arcadia, se decidió mudar los planes de futuras reuniones a otros lugares más remotos en los que sería menos probable vivir algún atentado contra sus vidas.

    En el vehículo que les llevaría a dicha base, trayecto el cuál tomaría varios días, no solo iban Bárbara y Cyprus. Sus equipos de protección, conformados por hasta cuatro miembros de seguridad cada uno, también irían a bordo, sin contar al piloto. Un viaje necesario tras estar cinco meses sin recibir noticias de la expedición de la Nolartis, la cuál se sabía por última vez que aterrizaría en Bildsh. La ausencia de noticias era preocupante no solo para los líderes sino para la ciudadanía, conocedora de la misión y del peligro que podía conllevar.

    El joven Vraco observaba como aquel transporte para los principales líderes esperaba la llegada del sabio Cyprus, quién apareció por detrás del pequeño thuniano en su salida hacia el vehículo aéreo. El anciano thuniano acarició la cabeza de la nueva generación de su especie, consciente que pese al tiempo transcurrido, la ausencia de su padre haría mella durante toda su larga vida.

    Su madre Shajila se encontraba terminando de trabajar en la enfermería de la base militar, aprendiendo mucho sobre las fisionomías humana, neoniana y syleriana, pero especializada en tratar a los thunianos residentes de la ciudad.

    — Sabio Cyprus... — El niño thuniano llamó la atención del anciano, que se volteó tras emprender el camino a la lanzadera que debía tomar — ¿Puedo hacerle una pregunta?

    — Adelante, joven — Haciendo un esfuerzo, Cyprus se arrodilló ante Vraco para dedicarle más atención.

    — ¿Cómo sabes cuando estás teniendo visiones o simplemente un sueño?

    — Las visiones se repiten en tu subconsciente; los sueños solo quedan como eso, sueños — El sabio thuniano se extrañó de tan lúcida pregunta por parte del joven — ¿Por qué me lo preguntas?

    — He oído que usted tiene visiones de algo malo — Le explicó Vraco, quién pese a ser un niño, sabía interpretar ciertas cosas del mundo adulto — Y quería decirle, como secreto, que yo también veo cosas.

    Al oír aquello, Cyprus abrió los ojos más de la cuenta, mostrándose tan sorprendido como alegre por la noticia, pues no era algo común el tener visiones entre la población thuniana y en su cultura eso era visto como símbolo de que se le había concedido el don de guiar a la especie. El sabio se incorporó lentamente debido a las dificultades físicas que tenía, pero sonrió al pequeño haciéndole muestra de su aprecio.

    — Me gustaría que me contaras que es lo que ves en tus visiones, Vraco, pero tendrá que ser en otro momento porque debo irme — El anciano thuniano era consciente de que tenía poco tiempo, por lo que prefería dedicarle otro momento al pequeño — Pero quiero saberlo, y te prometo que en cuanto regrese, podremos hablar en secreto de nuestras visiones. ¿Qué te parece?

    Vraco asintió con cierta timidez pero con determinación, pues ni siquiera le había dicho nada a su madre al respecto, pero quería compartirlo con quién los de su especie consideraban una eminencia y su representante ante las demás especies. El niño vio marchar al anciano en el transporte que le llevaría a Horizonte Conocido, acompañado de la representante Mason, mientras Shajila aparecía justo a tiempo para ver despegar a la lanzadera, quedándose con su hijo sin saber que éste había hablado con el sabio Cyprus antes de su marcha.

    [...]

    El cielo en Ciudad Anixis estaba despejado y la temperatura era totalmente agradable, además era una hora idónea para dar una vuelta por las calles, algo que hicieron Ender y su sobrino Kendall. El policía, ahora comisario de la ciudad, aprovechaba que se encontraba en su día libre semanal para pasarlo con la compañía de su ahijado, quién acababa de salir de la escuela.

    Una vez comieron en un restaurante próximo al colegio, decidieron pasear un rato para disfrutar del buen clima que hacía. Una leve brisa se levantó, dando cierta placidez al momento. Aquello fue más que suficiente para que Ender decidiese sentarse en el banco de un parque, algo que Kendall aceptó sin problemas.

    — No te he preguntado durante la comida — Dijo de pronto el adulto, dirigiéndose al niño — ¿Qué tal ha ido todo hoy en el colegio?

    — Ah, bastante bien, la verdad — Contestó el pequeño Xom, mientras observaba a niños menores que él jugando en los columpios del parque — No se meten conmigo, ahora somos todos amigos.

    Ender recordaba cuando su sobrino y ahijado llegó a casa llorando porque le llamaban 'Emperador Xom' de manera despectiva y cruel, hacía ya un tiempo considerable. Pese a hablar con profesores y directores de la escuela, aquel suceso se repitió varias veces más, hasta que finalmente cesó.

    No obstante, el policía quería asegurarse antes de dar el tema por zanjado, por lo que al oír a Kendall afirmar que todo estaba bien, respiró aliviado.

    — Me alegra oír eso, jovencito — Sonrió el comisario de Ciudad Anixis, que se miró el muslo donde fue disparado por los sylerianos bajo el mando de Davon, hacía ya cinco meses exactos — Te agradezco que hayas accedido a que nos sentemos, porque la pierna se me cansa más rápido de lo normal, ya sabes.

    — Comprendo, tío — Ken asintió, asegurándole a su padrastro y tío que no había problema — Por cierto, ¿te puedo preguntar algo?

    — Claro, ¿de qué se trata?

    — ¿Mi padre siempre fue una mala persona?

    Escuchar aquella pregunta provocó en Ender cierto nerviosismo, aunque comprendía que el joven quisiese saber más sobre su padre biológico, especialmente al hacerse más mayor. El hombre lanzó un suspiro de resignación, consciente de que quizá había llegado el momento de contarle a su sobrino todo lo que él quisiese saber de su padre y de su familia en general.

    — No, no siempre — Respondió el policía, con la mirada en el frente — Las circunstancias le cambiaron.

    — ¿Qué pasó?

    — Sucedió lo que nos trajo hasta aquí — Explicó, visiblemente nostálgico — La destrucción del sistema solar, el hogar de toda la humanidad.

    — En la escuela nos hablan sobre ese suceso, sé que se llama Colapso — Dijo Kendall, confirmando que algo había oído al respecto — Pero nadie cuenta nada de lo que pasó después.

    — Nuestra familia llegó aquí en una gran nave, tras haberse destruido todo lo que conocíamos. Descubrimos Paraíso y la tecnología Anixis, pero en ese entonces, mi padre... tu abuelo, se empeñó en que comenzáramos de cero como una nueva humanidad. Él mandaba y todos le hicieron caso, incluido tu padre.

    — ¿Por qué tú no hiciste caso?

    — Porque la humanidad no se había extinguido, las otras naves llevaron gente a Neonia y esas personas trabajaban juntas con los neonianos, pero tu abuelo y tu padre no querían trabajar con ellos por un futuro mejor.

    — Entonces, ¿hubo una pelea?

    — Una guerra, así es — Indicó Ender, que conforme recordaba todo aquello, sentía como se le formaba un nudo en el estómago — Tanto tu abuelo Gar como tu padre Deon, murieron en esa guerra.

    — ¿Los mataron?

    — Sí.

    — ¿Quién mató a mi padre?

    Ender realmente lo sabía, pero temía revelárselo a su ahijado y que éste terminase por odiar a la que era su madre biológica y la cuál había vuelto a su vida para quedarse. Tomándose unos segundos de silencio para pensar en la respuesta, el hombre terminó por decir lo primero que se le ocurrió.

    — No lo sé, Ken — Musitó, viendo que el niño no le quitaba la vista de encima — Pero eso ya no importa, lo que importa es que tu padre, mi hermano, se convirtió en alguien malo que quería hacer daño a mucha gente.

    — Lo sé, tío Ender, es solo que siento curiosidad por...

    — Y lo entiendo, hijo, pero lo sabrás todo a su debido tiempo. Lo que debe importarte ahora es lo que debes hacer... ¿tienes deberes del colegio?

    — Sí, unos ejercicios de matemáticas.

    — Vayamos a casa y te ayudo con ello.

    — Vale.

    Automáticamente y como si de dos resortes se tratasen, el dúo Xom se incorporó del banco en el parque para dirigirse de regreso a su vivienda en la ciudad. Sin embargo, el policía notó que su sobrino se encontraba pensativo, por lo que quiso que no se quedara con las últimas palabras que le había dicho sobre su padre.

    — Ken, quiero que sepas que aunque tu padre no esté, yo te querré siempre como si lo fuera, ¿me entiendes?

    El joven Xom levantó la mirada y sonrió tímidamente, abrazando con fuerza a su tío, quién tuvo que convertirse en su figura paterna ante la obvia ausencia de este. Ender aceptó ese abrazo con gusto y con fuerza, mientras suplicaba al universo que su sobrino pudiese dejar atrás el amargo pasado que le seguía.

    Sus ojos se inundaron de lágrimas cuando el pequeño le dijo una última cosa.

    — Yo también te quiero como si fueses mi padre.

    [...]
    La ex gobernadora de la humanidad acababa de escribir una página más de su libro titulado 'Los Viajeros', el cuál contaba la historia de las expediciones I y II enviadas por La Unión a Neonia, con todo lo que ello conllevó. Una vez puesto el punto y final por el día de hoy, Snow se incorporó de su asiento y se asomó por una de las ventanas, al escuchar los gritos de sus dos hijos, quiénes corrían por el amplio jardín mientras jugaban entre ellos a una especie de pilla pilla.

    La mujer tenía tareas domésticas que hacer, por lo que no dudaría en requerir los servicios de su dúo favorito.

    — ¡Gina! ¡Owen! — La mujer llamó la atención de sus dos niños — ¡Necesitaré vuestra ayuda en el invernadero!

    — ¡Vale, mamá!

    — ¡Okay!

    Mientras los niños corrían en dirección al invernadero anexo a la casa de los Crane Carver, la mujer caminaba lentamente mientras respiraba el aire limpio de las afueras de Ciudad Anixis, viéndose rodeada de árboles y tierra que en realidad no tenían vida, ya que Paraíso era un mundo artificial y creación de los Anixis. El recordar a la especie que les había legado todo aquello, le hizo acordarse nuevamente y como cada día durante los últimos cinco meses, que la expedición no se había reportado con los líderes de la Alianza.

    Y que tras el último mensaje que Bárbara le envió sobre Lill, no había vuelto a saber nada de él ni de sus amigos en la misión.

    Owen correteaba alrededor del invernadero mientras Gina le perseguía en su afán por atraparle, momento que terminó llegando justo en el momento en el que su madre aparecía en escena. Los jóvenes Crane Carver supieron que ese era el momento para concentrarse en ayudarla, ya que deberían podar las plantas y recoger las verduras obtenidas tras la cosecha puesta por su padre hacía ya más de un año.

    Sin embargo, la mayor de los jóvenes se percató de que su madre parecía sumida en sus pensamientos, ya que no dijo nada y se limitó a comenzar su trabajo de recolecta.

    — Mamá, ¿estás bien?

    Snow volvió en sí al oír aquello, sin querer preocupar a sus dos hijos.

    — Lo estoy, Gina — Sonrió, mientras proseguía con su tarea — ¿A qué estabais jugando antes?

    — ¡Atrapar la nave! — Exclamó Owen, contestando por delante de su hermana mayor — Es un juego de la escuela, en el que todos somos naves y quién te persigue es un agujero negro.

    — Él era la nave y yo el agujero negro... — Gina lo dijo en un tono burlón.

    — ¡Pero yo soy una nave muy rápida! ¡Soy la nave de papá! — Dijo el chico con mucho entusiasmo — ¡Nadie me puede atrapar! ¡Ni siquiera papá cuando venga!

    Snow no pudo evitar reír brevemente al escuchar decir eso a su hijo, pues le hacía entender que su niño asumía por completo que Lill regresaría tarde o temprano, sin preocuparse por el tiempo que hiciese que no sabía de él. Gina se mostraba más seria en ese sentido, por lo que al oír hablar de su padre, enmudeció y prosiguió con su trabajo, algo que su madre notó inmediatamente.

    Con un gesto le indicó a Owen que fuese a la casa, aprovechando ese instante para quedarse a solas con su niña.

    — Gina, ¿en qué piensas?

    — Sabes en lo que pienso, mamá.

    — Tu padre va a volver.

    — Hasta tú misma dudas de eso por momentos.

    — ¿Y qué si lo hago? No soy de piedra.

    — Pues eso mismo podría decir yo. Puede que Owen sea un entusiasta exagerado o un optimista empedernido, pero no es mi caso.

    — Entonces, ¿también estás preocupada?

    — ¿Acaso no lo estás tú?

    — Lo estoy. Son cinco meses desde su último mensaje.

    — Quizá deberías contactar con Bárbara para preguntarle que se sabe de la expedición, ¿no?

    — Así lo haré, hija.

    — ¿Y si no se vuelve a saber nada de la Nolartis? ¿Qué haremos entonces, mamá?

    Regina no pudo evitar soltar algunas lágrimas al hacerse esas preguntas, provocando que su madre la abrazase con fuerza rápidamente.

    Los lazos que les unían los unos con los otros no tenían porqué ser familiares, pues quiénes tenían seres queridos en la expedición se encontraban en una incertidumbre constante durante los últimos cinco meses sin saber nada de ellos.

    Snow tragó saliva mientras contenía los llantos de Gina entre sus brazos, con la ausencia de un extremadamente positivo Owen que sin duda se entristecería de ver aquello.

    — Si no volvemos a saber nada de tu padre en los próximos días, te aseguro que iré a buscarlo — Murmuró Carver, tajante — Y no pararé hasta encontrarle, te lo prometo, cariño.
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Saludos, amigo.

    Paso a comentar el capítulo de esta semana-. Fue agradable ver de nuevo a los personajes que están en casa, que llevaban su tiempo sin aparecer. Y mejor, porque parece que ahora las cosas se van a tornar feas en la Expedición por el texto de antes del capítulo.

    El capítulo comienza con Om mirando el paisaje cuando su pequeño Om jr llega y le agradece por las clases. Vemos que Om y su hijito se llevan muy bien, ya que son la única familia que tienen. Los padres de Om y Hylda murieron en la guerra, mientras que Hylda fue asesinada hace poco. Eso quiere decir que ellos dos son todo lo que les queda. Alegría da ver que se llevan bien.

    Cuando cambiamos a Neonia, vemos a Erie junto con Arva rindiendo homenaje al fallecido Khael. Y es allí donde Erie suelta una bomba del capítulo: va a dejar el puesto como representante neoniana. Entiendo sus motivos para ello, y seguro que el ya no tener familia, y que no queden ni Vanth, ni Khael ni tampoco nadie con quien pudiera estrechar un vínculo cercano la estaría forzando al retiro. Lo que preocupa es lo que pasará con Arva, dado a que ella fue invitada al puesto por Erie, y los próximos líderes quizá no querrán a una humana en el puesto de segundo al mando. Quiere decir que Arva tendrá que trabajar de otra cosa para poder mantener a sus angelitos :( . Lo bueno es que ella podría llegar a convertirse en una piloto de academia y enseñar a futuras generaciones a como se vuelan las naves de la Alianza. Cuando Erie parte para irse a una base segura en Xhander, Arva va en busca de sus hijos, y es allí cuando vemos que Jackon es todo un galán como era su padre en la expedición XD. Echo, su amiga de la clase, parece estar flechada por él, y parece que él también está por ella. Bueno saberlo. Ahora esos pequeños tienen 9 años, pero en el futuro, podrían ser líderes o al menos figuras importantes de la humanidad.

    Por otro lado, el proyecto de Adam va avanzando poco a poco, pero sin detenerse. Adam ha contactado a un tal Carl que fue despedido cuando Om, en agradecimiento por sus servicios, puso a Wadrak en el cargo (Om ha desbloqueado la variante político argentino xD). Lo que no me gusta de su interacción con Cintia fueron dos cosas. Adam la ha tocado con confianza, como si fuera su dueño por haberla liberado, y Cinthia no parece estar molesta con algo así. Espero no sea el comienzo de una relación conflictiva, pero bueno, eso explica por qué su hijo salió como salió. El plan de Adam resulta ser un plan que podría ser facilmente de Elon Musk si no fuera porque la tecnología espacial todavía no llegó a su punto más alto aquí. Seguro en las redes sociales de la alianza, los jóvenes están compartiendo posteos con la foto de Adam poniendo frases de páginas estilo "mentalidad multimillonaria" :v . Me preocupa que el tipo ese quiera las colonias en futuros planetas solo para él, y no para beneficiar al resto de las especies. Alguien por favor péguele un tiro a ese loco. Que pena que Davon y los suyos no lo mataron, algo bien pudieron hacer ;(

    Cuando vemos a Cyprus preparándose junto con Bárbara para tomar un transporte a la base, este ve al pequeño Vraco, huérfano al quedar Ñjar muerto en la expedición. Allí el joven thuniano le dice algo que hay que tomar con cuidado. Él ve visiones :O ¿será que el destino ha elegido a Vraco para que sea el próximo sabio de su pueblo y la alianza? El tiempo dirá. Igualmente, Cyprus deberá juzgarlo por su cuenta. Porque si cada niño le dice que tiene visiones, el tipo se va a morir antes de entrevistarlos a todos XD.

    En Paraíso, vemos que Ender y Kendall aprovechan el día libre del policía para pasear juntos, y vemos que se llevan bien (siuuuuuuuuu) y que Kendall parece estar asimilando que su padre biológico fue un monstruo y que su tío/padrastro es su verdadera figura paterna. Creo que Ender hizo bien en decirle que no sabe quién mató a Deon. Él no estaba presente cuando ocurrió, y puede excusarse conque nadie se lo dijo. Eso queda para que sea Sun la que se lo diga cuando regrese. Luego de pasar un tiempo caminando juntos, Ender y Ken vuelven a casa porque a Ender le duele la herida en batalla (nouuuuuuuuu).

    En la última escena del capítulo está la mejor familia de todas. La familia Crane Carver. Vemos que Owen y Gina están felices ayudando a su madre, mientras ella prepara un libro titulado los Viajeros en honor a sus compañeros caídos :anicry:
    Cuando Gina y Snow hablan, vemos que la adolescente está fingiendo que está molesta con su padre para ocultar su miedo porque no vuelva, y Snow le promete algo que me da miedo. Ella dice que si no tiene noticias pronto de Lill, lo va a ir a buscar. ¡No, Snow, no vayas! Lill no tardará en volver :(

    Espero que las cosas sigan estando bien y calmadas en casa. Que no haya más atentados ni nada similar, porque me da miedo que la Expedición no vendrá de Anyxa sin enemigos nuevos. En casa merecen paz.

    Bueno, amigo. Eso será todo por esta semana. Una nueva jornada de leídas en simultáneo que espero repetir pronto. Será hasta la siguiente ocasión. Un abrazo y cuídate mucho :cynda:
     
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  11. Threadmarks: Al borde del precipicio
     
    Manuvalk

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    Los Viajeros IX: El imperio Anixis
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    Sexto capítulo de la parte y seguimos con los personajes que están en el territorio conocido; el siguiente a este, regresaremos con la expedición. Como siempre, agradecer a Reydelaperdicion por no perderse ningún capítulo y por disfrutar de lo que hago, sin contar con las divertidísimas leídas en simultáneo.:kuku:
    Sin mucho más que decir, os dejaré a todos los que os hayáis pasado por aquí, con la lectura. Espero sea de vuestro agrado.




    Al borde del precipicio







    La base de nombre Horizonte Conocido albergaba no solo a científicos e ingenieros, sino a cartógrafos e incluso soldados que se encargaban de la seguridad del lugar.

    Hacía más de un año que la Nolartis había salido de allí, donde fue construida y provista de todos los suministros necesarios para la expedición, la cuál era precisamente el motivo de la reunión que los líderes de la Alianza tendrían en aquel remoto complejo, apartado de las principales colonias del territorio conocido.

    Cinco meses atrás, la persona al mando de la base era un ingeniero humano llamado Carl Sagan, pero en estos momentos lo era Wadrak, un neoniano experto en informática del ejército de la AIE que fue puesto a cargo de Horizonte Conocido con el consenso de todos los líderes, pero con la inestimable ayuda de Om para que aquello fuese una realidad. Wadrak no dudó en tomar el puesto, principalmente porque tenía un acuerdo verbal y secreto con el actual líder syleriano, pero también porque ya comenzaba a aborrecer el estar en el ejército.

    La llegada de los representantes de las especies que conformaban la Alianza sucedió tras tres días de trayecto desde sus distintas ubicaciones, habiendo pasado dos semanas desde que se hablara sobre la ausencia de noticias de la expedición y se propusiera una reunión para tomar una decisión. La consigna era simple: evaluar lo que significaba la falta de información de la expedición al no reportarse y el envío de una segunda expedición, con sus consecuencias.

    La ciudadanía de las diversas colonias ya clamaba soluciones ante la preocupación evidente de que la expedición de la Nolartis se hubiese encontrado con algún peligro que enfrentar.

    — Bienvenido a Horizonte Conocido, Elegido Paokt — Pese a conocerle más personalmente que al resto de líderes, Wadrak le recibió con cortesía — El resto de los representantes aguardan su llegada en la sala de reuniones, que ya está provista para ello.

    — Te lo agradezco, Wadrak — Om se mostró complacido — ¿Hace mucho rato que llevan esperando?

    — Tan solo dos horas, Elegido — Musitó el neoniano, indicándole al syleriano que accediera al recinto — Uno de los guías le mostrará el camino.

    — Perfecto.

    Mientras el syleriano se dirigía al encuentro con el resto de principales líderes de la AIE, los demás ya se hallaban juntos en la sala de reuniones de la base.

    El espacio con el que contarían era amplio, siendo una sala con una alargada mesa cuadrada y repleta de sillas, dos dispensadores de agua, una gran pantalla para cuando hubiese que mostrar algo y un ventanal con vistas al famoso agujero negro llamado Xhander, el cuál te podía llevar al cúmulo Syler o en su defecto, si la base realizaba otro comando, a un mundo desértico sin nada que ofrecer.

    La ausencia de los segundos al mando, de las manos derecha de cada líder principal no eran mera casualidad. La representante Mason ya no contaba con el ingeniero Regan, ahora a cargo del OCVD, mientras que el sabio Cyprus mandó a su protector Dhejam a la expedición y el resto de sabios preferían quedarse en un segundo plano, siendo él el principal representante thuniano. La Elegida Admir contaba con su marido y protector Om como su segundo al mando, pero la muerte de ésta propició que él tomase el cargo sin tener alguien en quién apoyarse.

    Por parte de la líder Tovam, su segundo al mando Khael también era comandante del ejército de la Alianza, pero al mandarlo a su expedición y su posterior muerte en la investigación del asesinato de Hylda, pasó a manos de la ex piloto Tidder. No fue mal visto que su mano derecha fuese humana, pero tampoco parecía acorde a las normas que establecía la Alianza respecto a líderes, y ahora, el hecho de que la neoniana pretendía dejar el cargo eventualmente, terminaba por dejar a Arva sin esa posición.

    Por ello, únicamente cuatro líderes iban a mantener esa importante reunión.

    — Disculpad la tardanza — Se excusó el syleriano una vez llegado a la sala de reuniones, mientras el guía cerraba la puerta tras él — ¿Estabais discutiendo el tema o aún no habéis comenzado?

    — Estábamos esperándote, Om — Contestó Erie con cierta seriedad, de pie y con los brazos cruzados frente al ventanal.

    — Toma asiento y comenzaremos — Bárbara, ya sentada en una de las sillas junto al líder thuniano, le invitó a hacer lo propio — Antes de comenzar, Cyprus quiere que tratemos un tema el cuál considera también de vital importancia.

    — Así es, representante humana — El sabio captó la atención del recién llegado y de la neoniana — De hecho, lo que quiero hablar enlaza directamente con el tema que nos compete a todos en estos momentos.

    Los tres líderes ya suponían que era lo que el thuniano quería hablar, pero decidieron ser educados y tratar con paciencia el tema, sin entrar en discusiones acaloradas o comentarios molestos. El sabio Cyprus se incorporó con los brazos detrás de la espalda y se aproximó al ventanal con vistas a Xhander, lugar donde también estaba la líder Tovam, quién se quedó mirándole detenidamente.

    — Sé que todos vosotros consideráis ridículas mis visiones, sin ser motivo de alarma suficiente como para preparar el territorio conocido ante la posibilidad de un ataque enemigo inminente — Cyprus no apartó la vista del agujero negro, el cuál resultaba ser incluso hipnótico dada su belleza artificial, pues era una creación más de los Anixis — Pero compañeros, dejadme deciros que la ausencia de noticias por parte de la expedición, siendo cinco meses de silencio en las comunicaciones, no es un augurio precisamente trivial. Algo les ha ocurrido.

    — Y tú crees que lo que les ha pasado es, sin duda, obra de un potencial enemigo que pretende destruirnos, ¿verdad? — La líder de Neonia se mostró muy tosca al momento de contestar — Cuantas veces hemos escuchado esa historia durante los últimos once años...

    — Erie, comprendo tu discrepancia, pero conforme avanza el tiempo, las visiones del sabio Cyprus se hacen más y más certeras — Bárbara era la líder de los cuatro que más creía en las visiones del thuniano, por detrás del propio sabio — No podemos negar la evidencia: la expedición no responde a nuestros mensajes desde hace cinco meses, y la misión se basa en encontrar las respuestas a qué le ocurrió a los Anixis. ¿Y si lo que les ocurrió a ellos les ha ocurrido a los nuestros?

    — Es una posibilidad, no cabe duda — Om, que hasta el momento apenas había participado, intervino en la conversación a tres bandas — No digo que las visiones de Cyprus sean totalmente ciertas, respecto a una guerra próxima en el territorio conocido, pero es una obviedad que la misión entrañaba la posibilidad del contacto con los Anixis, y este podría ser hostil o cordial. Quizá ha sido lo primero.

    — Entonces, ¿damos por muertos a los miembros de la expedición? — La líder Tovam era la más crítica y radical de los cuatro representantes — ¿Así, sin más? ¿Dando por sentado que se avecina una guerra contra un enemigo al que no hemos visto?

    — No exactamente, pero la posibilidad de enviar un segundo grupo, en una nave más reducida y menos llamativa, podría darnos prueb...

    — ¡Deja de decir tonterías, Bárbara! ¡Maldita sea! — Exclamó la neoniana, que tras la muerte de Khael, explotaba con mucha más facilidad — ¡Enviamos a la expedición por tu estúpida insistencia, cuando Hylda y los demás preferíamos tener cautela y esperar más tiempo! ¡¿Y ahora pretendes que accedamos a enviar a más gente?! ¡¿A qué?! ¡¿A qué desaparezcan como los que han ido en tu primer grupo?!

    — Erie, no hay necesidad de ponerse así, relájate — Paokt se incorporó de su silla, tomando agua del dispensador para darle un vaso a la neoniana — Deberías sentarte y respirar hondo.

    — ¡Y tú deberías respetar el deseo de tu mujer! ¡Ella nunca quiso enviar una expedición hasta más adelante!

    Aquellas palabras de Erie bastaron para dinamitar toda la calma con la que Om estaba tratando a sus compañeros de profesión. El syleriano apretó el vaso de agua, rompiendo el cristal como si nada y con el líquido desparramándose sobre la mesa, mezclándose con la sangre que los cristales clavados en la mano de Om provocaban. Bárbara se quedó totalmente impactada viendo aquello, mientras que Cyprus mantenía su compostura como siempre hacía en situaciones de ese calibre.

    El thuniano se incorporó de su asiento y apoyó sus manos en los hombros del syleriano, el cuál miraba desafiante a la neoniana, también absorta ante lo ocurrido. El silencio que se formó en la sala de reuniones de la base fue tal, que hasta uno de los guardias que custodiaban la salida de dicha habitación, abrió la puerta al no escuchar nada. Ni siquiera el alboroto del cristal rolo le llamó la atención, pero sí lo hizo el silencio sepulcral acontecido después.

    — ¿Todo bien? — Preguntó el sorprendido guardia, viendo la escena al abrir la puerta.

    — ¿Te importaría traer suministros médicos básicos para atender la herida del Elegido Paokt? — Cyprus se dirigió al guardia en un tono sosegado — Te lo agradecería, hijo.

    — Claro, descuide, sabio Cyprus.

    El vigilante, que era humano, cerró la puerta tras de sí para irse a buscar ese botiquín básico. Om observaba la sangre en sus manos, vislumbrando los cristales diminutos incrustados en su piel, mientras la sangre goteaba y manchaba el tapiz del suelo. La representante Mason lanzó una mirada de claro enfado a la representante Tovam, quién estaba sorprendida con el inesperado ataque de ira del syleriano.

    Viendo que sus palabras le habían herido y que la conversación se le había ido de las manos, Erie rompió el incómodo silencio.

    — Perdóname, Om — Musitó, mirándole fijamente — No pretendía ofenderte, siento mucho haber dicho lo que he dicho...

    — Estamos todos muy nerviosos estos días, cada uno con sus problemas personales — Bar abogó por quitarle hierro al asunto, más por retomar la conversación principal que por disculpar a Erie — Deberíamos dedicarnos al tema que nos acontece, ni más ni menos. Debemos tomar una decisión sobre si enviar una segunda expedición, mantenernos a la espera o ir organizando una defensa del territorio conocido ante la ausencia de noticias.

    En ese momento, la puerta se volvió a abrir nuevamente, con el guardia humano trayendo el botiquín reclamado por el sabio thuniano, quién agradeció el gesto con una sonrisa. El guardia se marchó cerrando la puerta tras de sí mientras Cyprus quitaba los cristales incrustados en la mano de Om y le echaba desinfectante en las heridas, además de limpiarle la sangre y colocarle un vendaje.

    — Gracias — Murmuró Paokt en voz baja, dirigiéndose al thuniano por su ayuda.

    — Es un placer servir a otros si con ello hago que sus vidas sean mejor — Contestó el sabio, tratando de darle una lección al syleriano y a todos — Yo voto por prepararnos para lo que pueda suceder aquí, en nuestros hogares. Enviar una segunda expedición no nos garantiza nada e intentar mantener el contacto nos da una mínima esperanza. Debemos preocuparnos por la gente que aún está aquí.

    — No comparto la idea de prepararnos para un ataque que quizá nunca suceda, pero está bien, me abstengo de esto — Se sinceró la líder neoniana, siendo la primera en incorporarse para salir de la sala de reuniones — Necesito salir de aquí.

    — En ese caso, deberíamos decirles a aquellos que tienen familia en la expedición, que empiecen a temerse lo peor... — Mason no parecía muy por la labor, pero entendía que si tomaban esa decisión, era prácticamente dejar a la expedición a su suerte — Decirles que miren hacia delante sin esperar ningún regreso.

    — Deberías empezar por hablar con Ender y contarle que su mujer está muerta desde hace más de medio año, ¿no crees? — Paokt, que conoció esa noticia poco después de tomar el cargo de líder syleriano, no quería esconderle eso a quién consideraba un amigo y el cuál le escondía el secreto de los planos de una bomba de energía que Davon planeaba construir en el OCVD — Si no lo haces tú, lo haré yo. Pero en ese caso te odiará mucho más por no haber dado la cara.

    Bárbara asintió, carcomida por el remordimiento. Erie acababa de abandonar la sala de reuniones y Cyprus asintió al plan, confirmando que se haría eso. La Alianza Interestelar de Especies se prepararía para un posible ataque a gran escala en el territorio conocido, más por suposiciones y visiones del sabio thuniano que por pruebas concluyentes. La expedición de la Nolartis estaba oficialmente abandonada a su suerte, con la esperanza de que, si estaban vivos, pudiesen retomar las comunicaciones eventualmente.

    Una situación paradójica, ya que la Alianza y la base Horizonte Conocido se encontraban al borde del precipicio.

    [...]

    La llegada a Neonia para la líder Tovam, previo a un trayecto de tres días tras permanecer uno entero en la base Horizonte Conocido, era como un salvavidas en un principio, hasta que sus obligaciones como representante de su especie volvieron a ella. Con una parte de Promesa reconvertida en lo que ya era conocido como el Barrio Thuniano, las responsabilidades recaían ahora en la búsqueda de un nuevo comandante del ejército de la AIE —motivo que no se discutió al no ser considerado tan importante, pero sí necesario al largo plazo— y sobre todo, para la propia Erie, en la búsqueda de un sustituto para su cargo.

    Cansada de ser la líder de Neonia por más de diez años, tras la negativa de Yak Quetaryan a ocupar el lugar para el que fue educado por Vanth Dheer y Narisha Taaliv, lo ocurrido en la base Horizonte Conocido con su compañero de liderazgo Om y con la situación estresante que vivía tras la muerte de Khael Yannick, terminaron por declinar la balanza de la indecisión a favor de dimitir en su cargo. Sin embargo, no podría hacerse posible hasta que se encontrara un sucesor digno para el cargo, ya que no era una posición para cualquiera.

    — Eres mi única opción — Pensaba para sí misma la aún líder de los neonianos — Y haré todo lo posible para que aceptes el puesto.

    [...]

    La ciudad de Sovaam se detuvo durante un buen rato cuando la megafonía de la cúpula comenzó a emitir que pronto se daría un mensaje del Elegido.

    Recién llegado desde Horizonte Conocido, el líder Paokt decidió ser transparente con su población y relatarles lo que iba a ocurrir de ahora en adelante. Toda la ciudadanía cesó en sus trabajos, parándose la ciudad durante el tiempo que esperaban el llamado de su nuevo líder, el cuál no tardó mucho tiempo en darse. El silencio en la única colonia syleriana que quedaba funcional en el planeta se vio truncado por las primeras palabras de Om.

    — Saludos, sociedad syleriana — Comenzó diciendo el líder forzado por las circunstancias — Hace apenas una hora que he llegado de un viaje de tres días desde la base Horizonte Conocido, en la que me he reunido con los principales líderes de la Alianza para sopesar una difícil decisión que hemos debido de tomar.

    El pueblo, en su mayoría sylerianos pero con un buen número también de humanos, neonianos e incluso algunos thunianos recién llegados, escuchaba atentamente a su flamante líder. Prácticamente todos conocían la existencia de la expedición de la Nolartis en la búsqueda de respuestas sobre los Anixis, de lo poco que no era un secreto a voces. Sin embargo, nadie se iba a esperar una noticia como la que estaban por recibir.

    — La expedición enviada para hallar las respuestas sobre los Anixis... lleva cinco meses sin reportarse. Y eso no son buenos augurios — Om hablaba desde la comodidad de su despacho en su vivienda, pero su voz sonaba por todos los rincones de Sovaam — Por ello, los líderes de la AIE hemos decidido no enviar una segunda expedición en su búsqueda, sino centrarnos en fortificar las defensas del territorio conocido.

    Rápidamente se formaron los primeros abucheos y murmullos entre las multitudes congregadas en algunas calles de la ciudad, algunos en desacuerdo con abandonar a su suerte a los miembros de la Nolartis, mientras otros entendían la razón de esa decisión y pese a no compartirla, la aceptaban. No obstante, todos pensaban en lo mismo: ¿por qué fortificar las defensas del territorio conocido? Algo que Paokt estaba por responder.

    — El motivo no es otro que el hecho de que con la expedición ausente sin explicación alguna, los líderes hayamos supuesto que han tenido un encuentro hostil con seres desconocidos — El líder syleriano no quería guardarse nada para sí mismo — Además, el don de las visiones que posee el sabio Cyprus y representante thuniano nos alerta de un futuro e inminente contacto enemigo en nuestras fronteras, motivo que al principio el resto de líderes hemos desoído, pero el cuál ahora gana fuerza viendo lo sucedido con la expedición.

    La reacción automática en la población fue la de sumirse en la incertidumbre y el temor al oír esas palabras de su líder. Los más escépticos se reían y quejaban de que se tomaran en cuenta unas visiones de un ser anciano, sin embargo, los pocos thunianos presentes en la colonia hicieron ahínco en que ese don era raro, pero existía entre la población de su especie y durante cientos de años les había servido para prevenir desastres. Algo supuestamente probado por ellos mismos, pero aún desconocido entre el resto de especies de la Alianza.

    — Sé que puede ser difícil de comprender y asimilar, pero el tiempo suele dar la razón a aquellos que se preparan para lo peor y los errores cometidos en el pasado deberán servirnos ahora para mantenernos firmes y más unidos que nunca — Paokt se volteó al ver como su hijo Omnius entraba en su despacho, quedándose viéndolo — Pensad en esto como una medida de prevención y protección para nuestros seres queridos. Un plan de cierre de fronteras para el territorio conocido. Hagámoslo por aquellos a los que queremos. Vuestro humilde servidor, Om Paokt, fin del mensaje.

    En algunos puntos de la ciudad se formaron las primeras protestas por ese cierre de fronteras, que claramente implicaba una mayor dificultad para los ciudadanos a la hora de viajar entre colonias, pero en su mayoría, la población aclamó a su actual líder por una transparencia que pocas veces se había visto no solo en Syleria, sino en cualquier otra parte.

    Om se acercó a su hijo y ambos se abrazaron tal y como hicieron antes de su partida a la reunión de líderes, hacía ya una semana. Ambos se sostenían con fuerza el uno al otro mientras el que antaño fuera el protector de la Elegida, se observaba la mano malherida tras el suceso con Erie. Todo aquello mientras oía el clamor de sus ciudadanos.

    ¡Elegido! ¡Elegido! ¡Elegido!

    [...]

    Para ninguno de los policías en la comisaría de Ciudad Anixis pasó desapercibida la presencia de la representante Mason.

    Su llegada fue tan inesperada como sorprendente para el cuerpo de policía, que suponían que algo serio debía ocurrir para que la mismísima líder de la humanidad se pasease por allí buscando al actual comisario. Ender salió de su despacho a recibirla con normalidad, invitándola a pasar dentro para tener toda la privacidad posible, ya que el propio hombre suponía que tener a Bárbara allí no traía buenas noticias, pero para nada se esperaba él mismo recibir una mala y personal noticia.

    — Cuéntame Bar, ¿qué te trae por aquí?

    La líder de la humanidad se mostraba un tanto contenida y dubitativa, algo que extrañaba al comisario. El silencio posterior a la pregunta se postergó varios segundos que comenzaron a elevar la incertidumbre y la tensión en Ender, quién no comprendía esa reacción en la mujer.

    — Bárbara, ¿me puedes decir de una jodida vez que está pasando? — La paciencia de Xom tenía límites — Me preocupa la expresión de tu rostro.

    — Me imagino que sabes lo de la expedición — Dijo ella de pronto — Que llevan cinco meses sin reportarse.

    — Hoy en día lo saben todos, diría yo — Afirmó el hombre, mostrándose serio — Pero me resulta extraño que hayas venido aquí a hablarme de eso, porque desde mi posición, poco puedo hacer.

    — Ya, lo sé, pero lo que tengo que decirte tiene algo que ver con la expedición.

    Automáticamente, la cara de Ender pasó de la seriedad comedida a la seriedad más absoluta. El policía supo inmediatamente que algo debía pasar con Cia, su mujer a bordo de la Nolartis, para que la propia Bárbara decidiera presentarse ante él en persona. Fue un pálpito, la sensación de que no se equivocaba al suponer que le había ocurrido algo a su amada.

    — Es sobre Cia, ¿verdad?

    — Así es.

    — ¿Ha... muerto?

    — Siento decirte que sí, Ender. Lo siento muchísimo.

    El comisario de Ciudad Anixis se levantó abruptamente de su silla, con las manos apoyadas en su cadera y negando con la cabeza mientras las lágrimas comenzaban a brotarle de los ojos, sin nada que pudiese hacer. Viendo la situación provocó en Bárbara un río de lágrimas también, pues además de querer a la fallecida Cia como una amiga, quería a Ender como si fuese familia.

    Sin embargo, era consciente de que una vez le dijese lo que debía decirle verdaderamente, ese vínculo podría cambiar.

    — ¿Cómo sabes que ha muerto si hace cinco meses que no contactan con vosotros? — Ender era policía y no era tonto, por lo que rápidamente ataba cabos.

    — Fue en una de las últimas conexiones con Lill, previa a la misión que tenían en el cuarto planeta de la ruta — Explicaba la representante humana, cabizbaja y sin valor de mirar al hombre a los ojos — En la anterior misión, en un planeta llamado Ashant... Cia perdió la vida en un accidente. Se precipitó al vacío desde una gran arca Anixis varada en mitad de un océano y en plena tormenta.

    — ¿Cuánto tiempo hace de eso? — Ender tenía las manos en su rostro, cubriéndoselo — Dímelo, Bárbara.

    — Hace casi nueve meses, aproximadamente — Reveló la mujer, consciente de que Ender no se lo tomaría nada bien — Me lo callé porque...

    — Me necesitabas concentrado para la investigación sobre Hylda, claro — Xom tenía los ojos rojos y humedecidos, pero incluso así, la mirada que le lanzó a Mason fue de todo menos agradable — Después de todo lo que he hecho por ti desde siempre y tú...

    — Ender, por favor, perdóname — Suplicaba Bárbara, al borde del llanto y con las manos juntas en señal de súplica — Sé que lo que he hecho es algo horrible y me dolió en el alma hacerlo, pero...

    — ¡Pero te importa antes una investigación de mierda que los sentimientos de un amigo! — Exclamó Ender, captando la atención del resto de la comisaria pese a estar encerrados en su despacho — ¡¿Cómo diablos te atreves a pedirme que te perdone?! ¡Maldita zorra!

    — ¡Ender, de verdad que yo no...!

    — Llevo nueve meses pensando en mi mujer y deseando que todo le esté yendo bien... ¡cuando en realidad lleva todo ese tiempo muerta en el puto fondo de un océano alienígena!

    Mason apenas podía articular ninguna palabra, pues tampoco hacía falta. El policía tenía la razón en ese caso. El silencio se convirtió en algo tan incómodo, que el propio Xom se dirigió hacia la puerta, abriéndola bruscamente y señalándole la salida a su superior. Bárbara se volteó con los ojos desbordados por las lágrimas, pero consciente de que debía irse.

    — Lárgate de aquí, Bárbara, ya me has hecho sentirme bastante iluso — Dijo el hombre muy seriamente, sin remordimientos — Al final no eres tan diferente de Deon.

    La mujer sintió ese último comentario como una punzada en el estómago, pero no pudo evitar salir del despacho del comisario con el rostro en llanto, ante la mirada de todos los demás policías y trabajadores del lugar. El papeleo y las gestiones se enmudecieron en la comisaría, conforme la representante Mason emprendía el camino de salida.

    Ender la vio marchar con lágrimas en los ojos, pero no sintiéndose mal por ella, sino porque su duelo había empezado nueve meses tarde. Y debía contárselo a Ken.

    [...]

    Dos días después


    Todos aquellos que tenían seres queridos en la expedición de la Nolartis, recibieron un mail directo en el que se les exponían los motivos del porqué la Alianza se desligaba de lo que pudiese haberle ocurrido a la expedición durante esos cinco meses de ausencia de noticias. Además, el anuncio de Om voló como la pólvora por el territorio conocido y se convirtió en el líder mejor valorado por la ciudadanía general de todas las colonias, echándoles en cara al resto de líderes su ausencia de transparencia a la hora de revelar la verdad —aunque Cyprus si informó a los thunianos, que se valieron de boca a boca para expandir la noticia entre su especie—.

    Al final de dicho mail, se percibía la cantidad de Alianzas que aquellos que estaban en la expedición cobrarían en su hipotético regreso, siendo ahora para sus familiares, dando por supuesto que estos habían fallecido. Cuando Snow terminó de leer su mail no se vino abajo ni pensó ni un instante siquiera que Lill estaba muerto. La ex gobernadora de la humanidad tomó su ordenador portátil y escribió un mensaje en el grupo que tenía con sus viejas amigas, Cinthia y Arva. Pero no solo les escribió a ellas, sino a más personas con las que tenía buena relación. El mensaje para todos era el mismo, pero conciso y directo.

    Reunión urgente en Puerto Arcadia dentro de cinco días. Si los líderes no dan soluciones, las daremos nosotros, como siempre hemos hecho.

    [...]

    Como todos los días una vez terminada su jornada escolar, Vraco esperaba en la base militar de Ciudad Anixis a que su madre Shajila terminase su turno como doctora en las instalaciones médicas del lugar. Sin embargo, la diferencia ese día era que se encontró de nuevo con el sabio Cyprus, tras haber pasado dos días desde su regreso de Horizonte Conocido. El anciano thuniano aprovechó ese momento para llevarse consigo al joven, concretamente a la intimidad de su vivienda en la propia base militar.

    Mientras Vraco tomaba asiento en un cómodo sillón, Cyprus se preparaba una especie de té muy conocido entre la población thuniana. El sabio esperó pacientemente a que su té estuviese caliente para después sentarse frente al niño, en otro sillón cómodo. Solo una pequeña mesa redonda les separaba a ambos de encontrarse más cerca. El líder de los suyos dio un sorbo a su té y lo dejó sobre la mesa para acto seguido dirigirse al joven thuniano.

    — Sabes a qué hemos venido, ¿verdad, Vraco?

    — Así es, sabio.

    — Eres un niño muy listo — Sonrió Cyprus, invitándole a beber de dicho té — Dale un sorbo, esto te ayudará a liberar tus visiones para que yo pueda verlas.

    — ¿En serio? — Vraco estaba asombrado con ese dato.

    — En efecto. Dale un sorbo y juntemos las cabezas.

    El joven thuniano no se lo pensó dos veces, accediendo a probar dicho té para después juntar su frente con la del sabio.

    El silencio en la vivienda solo era roto por el ruido lejano y cotidiano del exterior, el cuál no molestaba en exceso. Ambos thunianos esperaron pacientemente sin moverse y con las cabezas chocadas, cuando de pronto, una extraña sensación comenzó a recorrerles el cuerpo.

    Pronto, esa sensación se manifestó en una serie de imágenes fugaces pero muy claras, además de diálogos y todo tipo de sonidos desconcertantes.

    — Ellos hablan por mí; yo, solo a través de ellos.

    Restos de naves espaciales flotando sin rumbo en las proximidades de Neonia.

    — Sois la involución y nosotros la evolución.

    El cinturón de asteroides de Paraíso fracturándose en meteoritos de menor tamaño.

    — Esto podría inclinar la balanza a nuestro favor.

    La ciudad de Sovaam con la cúpula destruida mientras decenas de naves desconocidas descienden en el tóxico mundo de Syleria.

    — Volveremos a empezar.

    Puerto Arcadia sirviendo como hogar para los refugiados. El OCVD como esperanza de cara al futuro.

    — La historia se repite.
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Saludos, amigo. Paso a comentar el capítulo de esta semana.

    Ha sido calmado, pero no por eso carente de intensidad a su manera. Empecemos desde el principio con la reunión de líderes para ver qué es lo que hay que hacer con la desaparición de la Expedición. Mientras que Cyprus está a favor de armarse para una posible guerra, Barbara quiere enviar una segunda expedición a buscar a la primera (tal y como pasó cuando la Expedición I de los Viajeros han desaparecido) pero Erie no desea hacerlo. Cuando todo parece estar tenso y a punto de explotar, los cuatro líderes se ponen de acuerdo en que enviar una nueva expedición no es algo que puedan permitirse, y que deberían prepararse para defenderse de un posible ataque a futuro a raíz de la desaparición de la expedición. No me gusta que no planeen siquiera una sola forma de investigar, como por ejemplo, mandar una nave pequeña no tripulada en busca de los suyos, pero entiendo que no se lo pueden permitir.

    Om tiene que dar la verdad a su gente, y lo hace sin pelos en la lengua y sin miedo a qué se enojen o se rían de él. Confiesa la verdad de lo ocurrido en la Expedición, y anuncia un cierre de fronteras para proteger a su gente de lo que pueda venir. Gesto que su pequeño observa y que los demás aplauden. Me pregunto cómo se llevarán Om jr y su padre a raíz de esto, ya que, si no recuerdo mal, el pequeño syleriano no desea ser un Protector.

    Cuando pasamos a Neonia, vemos que Erie está decidida a dejar el mando por el estrés que supone ser líder. Pero bueno, ella ha tenido una experiencia difícil en 10 años. Contando el despertar creyendo que la guerra con los Rhajik seguía en pie solo para saber que los Rhajik que asesinaron a su padre ahora estaban de su lado, además de que había un conflicto con los Anixis, ver morir al líder y tomar ella el puesto. Sufrir Regresión y ver que Yak y Khael, pese a las intenciones de ella, tienen otros planes... creo que el asesinato de Hylda y la desaparición de la Expedición son las gotas que derramaron el vaso. No se siente a gusto, ni feliz, ni segura en su puesto. Así que supongo que le toca retirarse. Me pregunto si ella convocará elecciones o tendrá en mente a un nuevo neoniano para el puesto. Asumo que Wadrak podría ser algún candidato, pero ya veremos qué resulta.

    En Paraíso, Bárbara llega a Ender y le confiesa toda la verdad. Estuve en contra siempre de que ella ocultara la información una vez que Davon y su grupo estuvieran encarcelados. Incluso ella podría haber esperado unas semanas más e inventarse que Cia acababa de morir. Ender lo hubiera aceptado y quizá su relación no habría quedado tan rota como en ese momento. Pero lo cierto es que Ender fue engañado por una gran amiga. Y lo peor de todo es que él, pese a que la Expedición estaba sin decir nada hace 5 meses, siempre podía mantener la esperanza. Terminó descubriendo tarde que esa esperanza nunca fue real, y encima debe decirlo al pobrecito Kendall :anicry: Padre e hijo deberán estar más unidos que nunca en este momento. El comentario que Ender le da a Barbara diciendole que es como Deon, debe ser mucho más que un insulto para ella, considerando que en el pasado ella fue una víctima de él. Imagino que escuchar eso debe ser demoledor para Bárbara. Pero bueno, se lo merece por zorra y mentirosa. Ender fue muy gentil con ella, porque pudo haberse puesto más violento.

    A los amigos y familiares de la Expedición les llega el correo informándoles que la Expedición depende de sí misma para regresar, y que se les dará el dinero que estaba destinado a ellos. Snow, incapaz de aceptar que dejen a su esposo perdido en el espacio sin más, decide mandar correos a sus amigos y conocidos para planear algo. Ahora me da curiosidad saber qué podría ser :.O.:

    Y el capítulo cierra con una gran bomba. Cyprus y Vraco llevan a cabo un ritual donde bebiendo té, pueden compartir las visiones del niño. Eso hace que Cyprus pueda ver lo que el chico ya pudo vislumbrar: Caos, muerte, invasión, guerra, y un par de frases épicas. Joder, quiero ese poder para saber qué destino le esperaría a mi país después de las elecciones, porque la verdad me vendría bien saber si la moneda aquí va a pegar un salto gigantesco XD. Fuera de bromas, las visiones de Vraco parecen ser muy nítidas, ya que incluso ha visto lugares del Territorio Conocido cayendo bajo la invasión. Me pregunto si esos que están atacando serán los Anixis, los Veerham, los dos, o ninguno. Puedes apostar a que ahora estoy intrigado, y me parece genial que el capítulo acabase allí :aniscream:

    Pero bueno, mi única queja es que hubiera querido ver más de los angelitos en este capítulo, pero sé que ya habrá tiempo para eso. Seguro que cuando se revele el plan de Snow veremos a esos bebés de nuevo junto a Snow, Arva y Ender. Así que será cuestión de ser paciente.

    Hasta aquí mi comentario, amigo. Con eso me voy a despedir. Asumo que tras estos dos capítulos de descanso, llega la próxima semana el regreso de la expedición. Muero por saber qué aventuras depararán en el futuro. Ha sido una jornada por Discord fantástica, y ojalá podamos seguirla repitiendo, porque esta me da ganas de más. Así que, hasta la semana que viene. Un abrazo y cuídate mucho :cynda:
     
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Los Viajeros IX: El imperio Anixis
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    Séptimo capítulo de esta parte y volvemos a ver a la expedición. Creedme, a partir de aquí, las cosas se van a poner intensas de manera progresiva, salvo algún capítulo pausado. Así que prepárense para la adrenalina XD. Gracias a mi querido amigo Reydelaperdicion por estar siempre aquí y por comprometerse a que hagamos las leídas en simultáneo, cosa que es súper divertida y entretenida. Dicho esto, os dejo con el capítulo.




    Fuera del límite







    Aquí el comandante Lill Crane de la expedición Anixis a bordo de la Nolartis; seguimos aquí.

    Toda la tripulación se preparaba en sus distintos campos para el descenso a Anyxa, el planeta natal de los misteriosos Anixis.

    Algunos apenas llevaban seis horas despiertos mientras que otros lo estaban desde hacía más de dos meses. Y hacía mucho menos tiempo que las comunicaciones externas habían sido testeadas para comprobar su funcionamiento, el cuál seguía dando quebraderos de cabeza a los principales ingenieros de la expedición. Lynx y Eniar incitaron a Lill a que enviara un mensaje a los líderes de la Alianza, aunque la probabilidad de que lo recibiesen era mínima.

    La misión en Bildsh no salió según lo planeado. Sí, logramos obtener una información reveladora, pero perdimos a varios compañeros a manos de una especie de animal salvaje con la capacidad de hacerse invisibles... algo que nunca me habría imaginado. Perdimos a Norman, Uriow... y posteriormente West. Aunque no fue el cáncer, sino su sacrificio para impedir que esos seres destruyesen la nave por dentro, algo que casi sucede.

    El subcomandante Fallon ya se encontraba provisto de los suministros y el armamento necesarios para la salida, mientras observaba como el resto de exploradores se equipaban para la que sería, con suerte, la última misión previa al regreso a casa. La piloto Maxwell se encargaba de monitorizar todas las señales planetarias al tiempo que el sensor y el radar de la nave trabajaban en recopilar toda la cantidad de datos posibles.

    Sin embargo, Tyra se percató al leer el informe de Anyxa que el propio mundo no tenía las condiciones para albergar vida.

    La Nolartis sufrió serios daños y unos pocos tuvieron que evacuar en una cápsula de salvamento, mientras el resto tuvimos la fortuna de no haber vivido esos angustiosos instantes con esas bestias aquí dentro. Sin embargo, todos acabamos en el mismo planeta: Rynah. Lo sé, ese mundo no formaba parte de la ruta Anixis pero es probablemente el planeta en el que más información hemos logrado recopilar sobre ellos. Tanta, que preferiría hablarlo en persona, una vez regresemos.

    La piloto de la nave llamó la atención de Yak, quién se encontraba también en el puente de mando, ya equipado para la salida al mundo alienígena.

    El neoniano se acercó a las pantallas, concretamente a las que la humana le señalaba, haciéndole ver que algo no encajaba en las lecturas de Anyxa respecto a las que se obtuvo hacía varios años desde los telescopios del territorio conocido. Ahora, los datos que tenían de antaño no eran comparables a los datos recopilados en la actualidad. Yak y Tyra se miraron con cierta preocupación, ya que descender en ese mundo se acababa de complicar dada su inhabitabilidad.

    En Rynah hay una especie inteligente, aunque demostraba estar tecnológicamente y mentalmente atrasados. Son comparables a los humanos de la época romana en la Tierra. Capturaron a algunos de los nuestros y les hicieron pelear a muerte en una especie de anfiteatro, en el cuál murió Eron. Por suerte, logramos rescatar al resto y solucionar los principales problemas de la Nolartis en tiempo récord, para así abandonar ese maldito mundo de una vez por todas.

    Ashley se encontraba con la mirada seria y fija en el planeta Anyxa, el cuál se hallaba justo delante de la nave, apreciándose a través del amplio ventanal que el puente de mando poseía en su cabezal delantero. De brazos cruzados, la soldado había despertado de la criogenia pareciendo otra persona, tras haber sufrido la pérdida de su amor durante dos meses y medio de travesía en los que estuvo despierta. Al ver los rostros de la piloto y del otro líder, la soldado se aproximó a los monitores para descubrir por su cuenta lo que a ambos les tenía tan preocupados.

    Rápidamente, la mujer dio media vuelta y se fue a buscar al comandante Crane.

    Hemos pasado los últimos cinco meses intentando reparar las comunicaciones externas, sin éxito. Ahora parece que podrían estar solventadas, según mis ingenieros, pero ya he sido advertido de que la probabilidad de que recibáis mi mensaje es mínima. Solo me queda deciros que estamos en Anyxa, el mundo que vio nacer a los Anixis. En breve aterrizaremos, descubriremos si siguen ahí o si no, y regresaremos directamente. Me he cansado de seguir arriesgando a mi tripulación y estoy seguro de que por allí, muchos estaréis preocupados ante la ausencia de comunicación. Necesito volver; todos lo necesitamos. Quiero abrazar a mi mujer y a mis hijos para no separarme nunca más de ellos. Por favor, si escucháis este mensaje en algún lugar del territorio conocido, decidle a mi familia que estoy vivo. Y que volveré a casa, tarde un año o tarde veinte. Comandante Lill Crane, corto y cierro.

    El líder de la expedición cortó la transmisión con la esperanza de que esta llegase a los satélites receptores de la Alianza, volteándose para ver en la entrada de la sala de comunicaciones a su compañera y amiga Ashley. La mujer, apoyada en un costado de la pared, se aproximó a su superior y lo abrazó con fuerza, gesto que fue correspondido por el hombre. Ambos se consideraban familia cercana y la pérdida de Eron, pese haber pasado ya cinco meses, seguía estando reciente.

    No fue hasta pasado un minuto entero que los dos líderes se separaron del abrazo que se acababan de dar, volviendo a sus responsabilidades.

    — Lill, tenemos un problema — Indicó Ashley, con el gesto torcido — Anyxa no es habitable.

    El comandante tenía un semblante serio y le pidió a la soldado que fuera delante, dirigiéndose ambos al puente de mando.

    Por el pasillo, el dúo humano se cruzó con los científicos Halisha y Caelum, quiénes saludaron cordialmente a sus superiores mientras ponían rumbo al laboratorio para preparar un kit de muestras, ya que ambos iban a formar parte de la expedición en tierra firme. No obstante, eso estaba por verse, pues la confirmación de que el mundo que tenían ante sus ojos era inhabitable solo complicaba más aún la misión de reconocimiento.

    Lill se personó en el puente de mando, encontrándose allí con Tyra, Yak y Fallon, las principales voces autoritarias en ese lugar de la nave. El comandante observó con sus propios ojos los resultados del informe proporcionado por el sensor y el radar de la Nolartis, con la consiguiente anotación de Oda que indicaba el peligro que entrañaba descender al mundo de origen Anixis. Las principales cabezas visibles de la expedición debían decidir cuál era el siguiente paso a dar en esos momentos, con todos preparados para un descenso que estaba, metafóricamente, en el aire.

    — Algo ha debido de ocurrir durante este último año, quizá durante los últimos tres — Lill comenzaba a teorizar, en vano, sobre el porqué las condiciones de Anyxa eran diferentes a las que se vieron desde el territorio conocido con sus potentes telescopios — Ya nos pasó antes con otros planetas que hemos visitado. Eran una cosa que después no tenía nada que ver.

    — Sí, pero esto es diferente, Lill — El único neoniano presente se veía preocupado — Verilia se transformó en un mundo volcánico, Ashant vio un incremento en sus tormentas, Bildsh es un planeta vivo literalmente; pero Anyxa se siente como un engaño.

    — ¿A qué te refieres? — Intrigada, la piloto preguntó a Yak por sus palabras — ¿Insinúas que es una trampa?

    — No lo sé, pero pensadlo — Quetaryan se dispuso a explicar los motivos por los que creía que había algo raro en Anyxa — ¿Por qué enviarnos hasta aquí? ¿Por qué marcar unas coordenadas erróneas?

    — La posibilidad de que Anyxa haya sufrido un cambio es real, haya ocurrido algo de por medio o no — Dijo Ashley, de brazos cruzados y pensativa — Esto solo puede probar que alguien ha dejado inhabitable ese mundo hace poco, aunque es solo una suposición.

    — ¿Los Veerham? — Fallon abogó por esa teoría — Tendría sentido que ellos hubiesen intoxicado el planeta de los Anixis.

    — ¿Y si no lo han intoxicado? ¿Y si simplemente esto es una medida de protección? — La teoría del neoniano cobraba fuerza conforme la comentaba — Quizá han hecho que parezca que es un mundo inhabitable para que los Veerham no ataquen, pero ellos estén ahí escondidos.

    — Podría ser cierto, podría ser algo así — Pensó el comandante — Syleria también está intoxicado por la guerra contra los neonianos y Sovaam se protege con una cápsula.

    — ¿Qué hacemos entonces? — Tyra esperaba órdenes.

    — Oda, mantén la monitorización sobre Anyxa, por si cambia algo — Le indicó el comandante Crane a la IA de la nave — El resto nos vemos en cinco minutos en la sala de reuniones, con toda la tripulación. Necesitamos un plan para bajar ahí sin confiar en meras suposiciones o teorías.

    Entendido, comandante Crane.

    [...]

    Toda la tripulación se hallaba en la sala de reuniones tras la orden del comandante, pues el motivo no era otro que decidir qué hacer respecto a la situación planetaria en la que se encontraba Anyxa. Los exploradores de la expedición se encontraban ya con sus trajes, armados y provistos de todo lo necesario, tan solo a la espera del descenso. Sin embargo, la reunión de emergencia les hizo preocuparse a algunos de ellos, mientras que a otros tan solo la curiosidad los mantenía distantes.

    Crane esperó a que todos estuviesen presentes para comenzar a hablar sobre las posibilidades de la misión.

    — Como algunos de vosotros ya conocéis, el descenso al planeta está comprometido por sus adversidades climáticas y atmosféricas — Lill hablaba con las manos apoyadas en la mesa redonda de la sala, desde la cual se proyectaba un holograma de Anyxa con los datos recabados por los sistemas de la Nolartis — En otras circunstancias, no bajaríamos. Pero se trata del mundo natal de los Anixis y merece que le dediquemos una reflexión sobre qué hacer. Yo soy el comandante a todos los efectos y es mi decisión la que cuenta, pero opino que todos deberíamos decidir que rumbo tomar a partir de ahora. Hemos llegado hasta aquí, hemos perdido compañeros y debemos sopesar todas las opciones. Quiero oír vuestras opiniones y vuestra decisión.

    Los miembros de la expedición se miraron entre sí, como sin saber quién de todos tomaría la palabra inicial. Comandante y subcomandante se miraron también, al encontrarse al otro lado de la sala como las cabezas visibles de la misión y como aquellos que tendrían la última palabra en el transcurso de esta.

    — Yo ya he expresado mi teoría con claridad, mi decisión es la de descender — Comenzó diciendo un Quetaryan que ya había dicho lo que pensaba — Creo que los Anixis están ahí y el tema de la inhabitabilidad es un sistema de defensa.

    — Yak, no podemos basarnos en teorías concretas — La soldado y líder Ripley no compartía la idea de su compañero — Si es obra de los Anixis, o bien podría ser un sistema de defensa o bien una trampa. Y si no es obra de ellos, tampoco podemos asumir siquiera que hayan sido los Veerham. Yo voto por encontrar una manera de asegurarnos de que si bajamos ahí, estemos bien.

    — No hay nada que nos pueda asegurar la supervivencia ahí abajo — Le recriminó Eniar a la humana — Como mucho podríamos mandar una sonda para que recopilara datos visuales, aunque me tomará horas hacerla.

    — Es una idea bastante práctica, nos pondríamos ya manos a la obra — Indicó Lynx, consciente de que tendrían trabajo por delante.

    — Entonces hacedlo, ya mismo — El subcomandante Fallon, previo a una mirada de confirmación con su superior, les dio una orden a los ingenieros — Caelum, tú también eres ingeniero. Ayúdales.

    — Yo iba a decir que mi voto es regresar a casa — El único syleriano de a bordo se mostraba cabezota y redundante con su decisión, la cual también era lógica — Pero viendo que soy el único con sensatez, me callaré.

    — Sí, cállate mejor — Contestó Sun, quién aborrecía la actitud de su compañero — Yo opto por enviar esa sonda.

    — Me parece buena idea, yo seguiré monitorizando el planeta — La piloto Maxwell abandonó la sala inmediatamente tras sus palabras.

    — Estoy de acuerdo — La científica Landom abogó por la idea de la sonda.

    — Vale, hagamos eso — Musitó Brad, a quién realmente le era indiferente la decisión que se tomase — Estoy a tu disposición, comandante Crane.

    — ¿Y los demás que hacemos? — Iris, que ya estaba preparada para el descenso, no quería quedarse de brazos cruzados.

    — Me ayudarás a asegurarme de que las lanzaderas están en buen estado — Lio se encargó de darle un trabajo a su ahijada — Después de lo que pasó en Bildsh y Rynah, necesitan un chequeo.

    — Comandante y subcomandante, creo que hablo en nombre de la mayoría cuando digo que estamos de acuerdo con el plan de la sonda — El thuniano restante, Dhejam, no tenía problemas en esperar — Una vez esta nos reporte información visual de la superficie planetaria, opino que de ser favorable deberíamos bajar.

    — Yo preferiría que volviésemos al territorio conocido — La doctora Vega había quedado muy marcada por lo que había vivido en la nave con las bestias de Bildsh y con los rynarokianos en Rynah — Esto no es para mí. No quiero tener que volver a salir de la nave.

    — Tranquila Maya, no estás obligada a participar en las misiones, ya tienes una importante función aquí — Lill quiso calmar a la médico, la cuál aún sufría las secuelas de haber vivido impactantes sucesos en primera persona — Mientras los ingenieros trabajan en la sonda, los demás no os desequipéis. Debemos permanecer preparados y alerta; es una orden.

    Tras las palabras del comandante, el resto de la tripulación abandonó la sala de reuniones una vez hecho el intercambio de opiniones, dejando a solas a los principales líderes de la expedición: el comandante Crane, el subcomandante Fallon, el líder de equipo Yak y la líder de equipo Ashley. Los cuatro se quedaron en la sala, pensativos, cada uno a un lado de esta. El ambiente en la Nolartis estaba un tanto enrarecido con los datos que se extrajeron de Anyxa a cierta distancia, ya que se trataba de una última misión y la gran mayoría tenía prisa por completarla para regresar a sus hogares en el territorio conocido de la Alianza.

    — Una sonda que nos dé imagen visual de la superficie planetaria nos podría ayudar a preparar el descenso — Con los brazos cruzados y una expresión de seriedad en su rostro, Lill se dirigió a sus compañeros — En los anteriores mundos que hemos visitado, se podía apreciar cierta viabilidad para aterrizar, pero que con Anyxa no se pueda... me preocupa.

    — Es muy extraño, aunque todo sobre los Anixis lo ha sido — Ashley compartía la preocupación de su superior y amigo — Pero es la última misión; el último esfuerzo por hacer. Prefiero pensar que estoy un paso más cerca de retornar al hogar de todos nosotros.

    — Viviremos en mejores condiciones que las que nos ofrecía Virm, aunque siempre estaré agradecido a los Anixis por legarnos ese lugar y muchas otras cosas — El subcomandante de la expedición, Fallon, entendía que el misterio de los Anixis se enrareciese cada vez más, aunque valoraba lo que estos dejaron atrás para el resto de especies — Si termina resultando cierto que somos subespecies de ellos, eso explicaría muchas cosas.

    — Eso solo lo sabremos si bajamos a ese mundo e investigamos lo que pueda haber — Yak era de los pocos que estaba convencido que era seguro descender a Anyxa, pese a los datos recabados — Sigo creyendo que los índices de inhabitabilidad son un engaño.

    — Quizá tengas razón, pero arriesgarnos sin tener alguna certeza de eso, sería contraproducente — El comandante Crane contestó a su compañero neoniano — No quiero exponeros a más peligros si podemos evitarlo.

    — Lill, cada uno aquí hace lo mejor que puede y lo que nos ocurra ahí fuera será culpa del destino, de nadie más — Las palabras del líder thuniano sembraron la semilla del aprecio en el hombre — Personalmente, creo que todos estáis haciendo una gran labor. Hemos sufrido mucho durante este largo viaje, pero como ha dicho Ashley antes, debemos pensar que estamos un paso más cerca de volver a nuestro hogar.

    Tanto la soldado Ripley como el propio Quetaryan respondieron a las palabras de su subcomandante con un breve aplauso mientras asentían con la cabeza.

    Crane mostró su sonrisa al ver que los que eran los principales líderes de la expedición compartían el pensamiento de que cada uno de ellos estaba trabajando bastante bien, además del deseo conjunto de regresar a casa más pronto que tarde.

    Un viaje que les tomaría la friolera de un año aproximadamente, tras estar yendo de planeta en planeta durante tramos de meses en los que la tripulación se hallaba en el letargo absoluto.

    [...]

    La científica Landom se encontraba terminando de preparar el kit de suministros necesarios para el descenso al mundo de origen Anixis, en el que sin duda tenía pensado recabar muestras de vida vegetal, microbiana y quizá animal, al margen de otras muestras típicas. Por otra parte, el soldado Dhejam avanzaba por los pasillos de la nave, yendo de un lugar a otro. El thuniano sabía que la construcción de la sonda se demoraría un par de horas, por lo que decidió pasear por los angostos pasillos de la Nolartis en un intento por esclarecer su mente y conversar consigo mismo, sumido en sus pensamientos.

    La doctora Vega estaba en la enfermería, viendo las cuatro camillas vacías que había en la sala y recordando que por ellas pasaron West y Uriow, dos de las personas a las cuáles guardaba un gran cariño por todo lo vivido y compartido juntos. Aquello sumado al recuerdo vívido y constante del asesinato de Eron por parte del líder rynarokiano en el coliseo rústico de estos seres, terminaba por desestructurar los esquemas mentales de la mujer, que ya no sabía qué hacer ni que pensar respecto a todo lo que estaba pasando.

    Esa sensación solo provocaba en ella unos sollozos incontrolables que no pasaron inadvertidos para Sun, quién justo cruzaba por el pasillo anexo a la puerta de acceso a la sala médica. La asiática se giró para observar el interior de la enfermería al escuchar llorar a alguien, percatándose inmediatamente de que se trataba de Maya. Al ver aquella escena, la ex líder de la Resistencia se acercó a la médico para consolarla, acariciándole la parte alta de la espalda para hacerle saber que estaba allí con ella.

    A Maya le tomó dos minutos recomponerse antes de hablarle a su compañera.

    — Te lo agradezco — Indicó la doctora de la expedición, volteándose hacia la asiática — Últimamente me siento más fuera que dentro de mí.

    — ¿A qué te refieres con eso? — Brume no lograba comprenderlo.

    — Como si no fuese yo la que tiene el control de mi vida y simplemente estuviese viviendo en automático — Explicó Maya, intentando esclarecer sus emociones — Si me detengo y pienso, me derrumbo. Si estoy ocupada, solo vivo para trabajar.

    — Maya, has pasado por un infierno en Rynah, es normal que te sientas así — Sun no era psicóloga, pero comprendía que la médico podía estar pasando por estrés postraumático — Tú nunca has sufrido en primera persona un conflicto de gran magnitud o una situación límite para tu vida y la de los demás.

    — Vi de cerca la guerra en Paraíso durante el efecto de Regresión — Recordó Vega, lo cuál fue algo que la impactó — Aunque lo que hemos vivido aquí, en la expedición, lo supera por mucho.

    — Lo sé, pero al no estar acostumbrada a ese tipo de vivencias y haber visto morir a gente, tu mente interpreta que todo va a ir a peor — Sun trataba de cuidar sus palabras para consolar a su compañera — Es un pensamiento que yo diría que todos los que estamos aquí, hemos tenido. No creo que nadie se salve de haber visto morir a un ser querido o a alguien ajeno a lo largo de los últimos quince o veinte años.

    — Ya, tienes razón — Musitó Maya, logrando tranquilizarse a sí misma mientras se secaba las lágrimas — Pocos pueden presumir de haber vivido una gran etapa, con todo lo que nos ha ocurrido.

    — Exactamente, pero piénsalo: el ser humano ha sobrevivido a muchos traumas y se ha sobrepuesto a todos ellos — La asiática rememoraba muchas adversidades vividas como especie, tales como la guerra Rhajik, el Colapso, el pulso de Regresión y demás — Quizá seamos una especie frágil en cuanto a físico, pero mentalmente somos los más fuertes de la Alianza.

    La doctora Vega no dudó en asentir ante las palabras de Brume, quién había logrado hacer recapacitar a la médico sobre su estado mental y emocional, el cuál ahora era complicado, pero que eventualmente mejoraría hasta sanar. Las dos mujeres se conocían desde hacía diez años, especialmente tras el parto de Kendall, cosa que atendió la propia Maya. Eso y los intercambios de pensamientos que habían compartido a lo largo del viaje de la expedición las habían convertido en amigas.

    Un vínculo que el joven Sanders no tenía nada claro con la piloto Maxwell tras los últimos dos meses.

    — Tyra, ¿qué somos? — Brad aprovechaba el tiempo libre para quedarse en el puente de mando junto a la chica, quién se encargaba de la monitorización de Anyxa junto a Oda — Llevamos más de dos meses acostándonos, nos reímos, disfrutamos...

    — Eso es lo que hacen los amigos, Brad — Contestó la piloto, mostrando una media sonrisa irónica.

    — No, Tyra, los amigos no mantienen relaciones sexuales — Contraatacó el chico, queriendo esclarecer el lazo que le unía con ella — Y nosotros las tenemos casi a diario. Cosa que por cierto, disfruto mucho.

    — Entonces, si de verdad lo disfrutas, cállate y sigamos así — Le indicó Tyra, mostrándose reticente — No estropeemos esta bonita amistad por el sexo.

    — Pues yo no sé si quiero ser tu amigo con derecho a secas...

    — ¿Y qué se supone que quieres, Brad?

    — Creo que nos conocemos lo suficiente como para plantearnos ser algo más, ¿no crees?

    — En poco más de dos meses no se conoce a una persona — Expresó Maxwell mientras tecleaba un comando en una de las pantallas — Además, apenas hemos hablado un par de veces. Solo nos vemos para follar.

    — Pues ya no quiero solo eso — Sanders se cruzó de brazos — Quiero algo más.

    — No vamos a ser novios, si es lo que pretendes — Tyra no se sentía preparada para ello y mucho menos quería comprometerse a tener una relación afectiva, tras lo sucedido con Norman y su muerte — Lo siento, Brad, pero no me parece ni el momento ni el lugar.

    — ¿Y cuándo lo será? ¿Cuándo uno de los dos se muera en esta puta misión?

    El joven Sanders se levantó de su silla conjunta a la de la piloto y se dispuso a irse del puente de mando, ante la mirada sorprendida de Maxwell, quién no se esperaba una reacción así de parte del soldado.

    — ¡¿En serio, Brad?!

    — Sí, en serio — El hombre negaba con la cabeza mientras la miraba fijamente — Te has confundido de persona si te crees que yo soy de los que se conforma con las migas de otros.

    — ¡¿Qué mierda insinúas con eso?!

    Tyra no obtuvo respuesta. Brad se marchó de la sala decidido, sin siquiera voltearse una última vez y con la decisión más que tomada.

    El soldado no quería seguir manteniendo ese tipo de vínculo con la piloto, sino expandirlo hacia algo más emocional que sexual. Su última frase hacía alusión a sentirse un plan B para la mujer, pues sin Norman en la expedición y Lynx estando con Iris, solo le quedaba Brad como alguien de su edad con el que mantener relaciones íntimas. Algo que por parte del soldado parecía haberse acabado.

    Habían pasado dos horas desde la última reunión entre todos los tripulantes de la Nolartis, por lo que los ingenieros que se habían puesto manos a la obra desde el principio ya estaban por terminar la sonda improvisada en la que estaban trabajando. Sin embargo, hasta que no diesen la confirmación de que ya estaba lista, no habría movimiento en la nave. Otros que también estaban realizando tareas de ingeniería, básicamente, eran Iris y Lio, estando en el hangar de la nave todo este tiempo para poner a punto los vehículos.

    Padrastro e hijastra ya se habían visto en esa tesitura hacía poco más de un año.

    — Pásame esa llave inglesa y así enroscaré esto más rápidamente.

    — Claro, toma.

    La joven Hennessey le cedió a su padrastro la herramienta demandada por éste, ya que se encontraba poniendo a punto una de las lanzaderas, la cual había sufrido pequeños desperfectos durante el asalto de las bestias de Bildsh en la zona de aterrizaje en el planeta. Mientras Lio realizaba las reparaciones pertinentes y rutinarias a las que ya estaba acostumbrado —habiéndolas realizado durante el tiempo que tuvo abierto su negocio de reparación de lanzaderas—, Iris le observaba con orgullo y amor. Era una imagen que siempre había visto de él, desde pequeña, por lo que volver a verla aunque fuese en un contexto diferente la hizo sentir como si estuviese en casa.

    — Vale, parece que ya está — Indicó el hombre de Ceres, incorporándose tras haber estado tumbado bajo la lanzadera — La pata trasera debería abrirse correctamente durante el aterrizaje.

    — Seguro que sí, papá — Sonrió la chica, dándole un abrazo al hombre que la adoptó.

    Santos no dijo nada, aceptando aquel abrazo inesperado como un verdadero regalo que no debes desaprovechar. Ambos compartieron casi sin quererlo un nuevo momento especial que quedaría grabado a fuego en sus recuerdos, especialmente en la situación en la que se encontraban. El miedo a perder a quién quieres siempre está presente y en ese instante no era menos, pues ya se encontraban en la última misión, pero con todas las muertes habidas, el temor a nuevas era casi automático.

    Iris y Lio se miraron a los ojos tras aquel abrazo, siendo interrumpidos por un comunicado por megafonía del comandante Crane.

    Lynx, Caelum y Eniar han terminado la sonda. Reportaos todos en el puente de mando.

    [...]

    Por orden de Lill y sin la ausencia de nadie, se encontraban todos los miembros de la expedición en el puente de mando, donde a través de sus pantallas se podría observar lo que la sonda captase, ya enviada a la superficie de Anyxa. El silencio en el lugar era total conforme la imagen en directo se ponía ante los ojos de todos, con la IA de la nave dirigiendo el aparato remotamente. El dron —al menos en tamaño era considerado como tal— se movía por una espesa niebla verdosa una vez superada la entrada en la atmósfera del planeta, lográndose vislumbrar poco a poco la imagen de una gran ciudad.

    Edificios altos rodeados por vegetación frondosa pero no tan invasiva como la de Bildsh dejaban una imagen que cualquiera podría calificar como la de una ciudad de sus respectivos mundos de origen. Podía encajar perfectamente como una ciudad de la Tierra, como la ciudad de Sovaam sin la cúpula e incluso como Ciudad Anixis; aunque en tamaño superaba a esta última. Nadie presente en el puente de mando quitaba la vista de las imágenes de las pantallas conforme la sonda se aproximaba para ver más de cerca la arquitectura, aunque eso no era lo que más llamaba la atención, sino la ausencia de movimiento de cualquier tipo.

    — Parece abandonado — Se escuchó decir por entre los tripulantes de la Nolartis — No se mueve nada.

    — Se sigue apreciando esa neblina verde en el ambiente, aunque en menor medida — La voz de Halisha resonó entre los murmullos de la tripulación — ¿Podría ser eso la toxicidad de la que hablaban los datos del sensor?

    — Es muy probable, doctora Landom.

    — Oda, intenta entrar por alguna de las ventanas de esos edificios — El comandante le animó a infiltrarse — Quizá haya Anixis escondidos en el interior.

    Dicho y hecho por parte de la inteligencia artificial, el dron construido por los principales ingenieros de la expedición se metió por una de las ventanas de uno de los edificios más grandes y altos de la ciudad. Ventana la cual estaba rota, lo que no presagiaba nada bueno. Todos mantenían su atención en las imágenes que proveía la sonda en tiempo real, en las que se veía que el interior del edificio solo contenía muebles mal distribuidos y un claro aspecto de abandono total. Una decepción que cada vez iba creciendo más entre los miembros de la expedición.

    — No entiendo nada, esto no tiene ningún tipo de sentido — Quetaryan estaba descubriendo que su teoría se estaba cayendo — El mundo con una capa de toxicidad de origen desconocido, las ciudades abandonadas, ningún tipo de evidencia de seres con vida ahí... ¿qué maldición les ha caído a los Anixis?

    — Sea lo que sea que les haya ocurrido, no me gusta ni un pelo — El hombre de Ceres no se imaginaba nada bueno — Entonces, ¿vamos a bajar ahí?

    — Debemos hacerlo — Indicó Fallon, que deseaba llegar hasta el fondo del asunto — Hemos llegado hasta aquí, no podemos irnos sin nada.

    — Poder sí podemos y deberíamos — Nuevamente, el ingeniero y científico Pallow demostraba su deseo de regresar al territorio conocido — ¡Mirad eso, no hay nadie ahí! ¡Maldita sea!

    — Creo que el syleriano malhumorado tiene razón — Dijo Dhejam, al cuál la curiosidad le había caído en picado.

    — Es cierto, parece que perseguimos fantasmas — Añadió Ashley, mostrándose un tanto cabizbaja.

    — Bueno, comprendo que estemos todos un poco decepcionados con lo que hemos visto ahora, pero la misión es aterrizar ahí y encontrar información, que de seguro la debe haber — Lill tomó la iniciativa para alentar a su tripulación, que estaba algo desmoralizada — Equipad lo necesario en las lanzaderas, vamos a bajar ahí y averiguaremos que demonios ha ocurrido con...

    — ¡Esperad! ¡Echad un vistazo a eso!

    La advertencia del joven Herswood hizo que todos centrasen de nuevo la vista en las pantallas, donde se veía algo realmente misterioso.

    Tras la panorámica horizontal de la ciudad, se apreciaba una extraña infraestructura que a algunos les era extremadamente familiar. Los ojos de aquellos que se sentían más intrigados y familiarizados con esa construcción se abrieron como platos cuando la vieron con más detalle, al haber hecho zoom la propia Oda. Rápidamente, el terror invadió a algunos de ellos, conscientes de lo que era, pero sobre todo cuando tras esa infraestructura se comenzó a abrir una especie de agujero o portal que parecía engullir y distorsionar la imagen a su alrededor.

    — ¡Es idéntica a la base flotante que el Supremo utilizaba cerca de Xhander! — Exclamó la soldado Ripley, señalando la pantalla.

    — No puede ser... — Murmuraba el comandante Crane, con el rostro desencajado — ¿Acaso ellos...?

    — ¡¿Qué mierda es eso que ha salido detrás?! ¡¿Qué es eso! — Gritaba Santos, prácticamente fuera de sí.

    Es un agujero negro de creación artificial — Confirmó Oda, sembrando el pánico en la mayoría — Comandante, solicito tomar el control de la Nolartis para alejarnos del radio de expansión del agujero.

    — ¡¿Desde aquí puede engullirnos?! — La pregunta provino de Caelum, visiblemente aterrado.

    Afirmativo, doctor Pallow. Puede hacerlo y parece que va a hacerlo — Contestó la IA de la nave, mientras la sonda era arrastrada por dicho agujero, perdiéndose la conexión — Comandante, el radio de ese agujero es inmenso y engullirá la ciudad que acabamos de ver. En cuestión de segundos, lo hará con nosotros.

    — ¡¿Segundos?! — Tyra se echó las manos a la cabeza.

    — ¡¡¡Sácanos de aquí, Oda!!! ¡¡¡YA!!!

    Gritó la orden el comandante mientras todos se echaban atrás en el puente de mando, vislumbrando con terror como el agujero parecía engullir el propio planeta y todo lo que le rodeaba. El recuerdo de cuando Xhander engulló la Arcadia les sobrevino inmediatamente a Lill, Ashley y Lio, los únicos viajeros de la expedición de la Nolartis que habían vivido aquel suceso. Con el terror invadiéndoles por completo y sin poder hacer nada más que confiar en que Oda solventaría la situación, todos observaban con terror como la nave giraba para propulsarse hacia el basto y oscuro espacio exterior.

    Sin embargo, escapar de la fuerza gravitatoria de un agujero negro, aunque fuese artificial, era prácticamente imposible. Los propulsores de la Nolartis estaban al límite y a su máxima velocidad, la nave no podía competir con la siempre asombrosa tecnología punta Anixis. De pronto, las luces de emergencia se encendieron por toda la nave mientras esta se zarandeaba al mismo tiempo que los bordes del agujero negro parecían engullirla, una vez superado el famoso horizonte de sucesos. El ruido era ensordecedor, la penumbra dificultaba la visión y los temblores provocaron que todos cayesen al suelo del puente de mando, algunos incluso perdiendo el conocimiento tras una violenta caída.

    No obstante, tras haber sido engullidos por ese agujero negro artificial y haber vivido unos segundos que parecían minutos, todo regresó a la normalidad. Las luces regresaron, los temblores cesaron y el ruido se convirtió en el silencio más absoluto. A través del ventanal frontal de la Nolartis, aquellos que no habían quedado inconscientes al salir disparados por toda la sala, podían disfrutar de una preciosa vista. Un mundo de aspecto joven, virgen y con toda probabilidad habitable se abría ante los ojos de unos pocos.

    Un momento que contrastaba con lo que había ocurrido hacía muy poco.

    — Pero, ¿qué diablos...? — El hombre de Ceres se echaba las manos a la cabeza, adolorido.

    — ¡Eh, Brad no se levanta! ¡Creo que está inconsciente! — Indicó Lynx, encontrándose al lado de su compañero tirado en el suelo.

    — ¡Dhejam tampoco! — Señaló Eniar, viéndolo tirado a escasos metros de ella.

    — ¿Sun? — Maya trató de levantar a su amiga, sin éxito — ¡Ella también está inconsciente, pero tiene pulso!

    — ¡¿Por qué nos han hecho eso los Anixis?! — Exclamó furioso el único syleriano presente — ¡Hay otras formas de guiarnos a su auténtico mundo!

    — Entonces, ¿esto es Anyxa? — Se preguntaban todos, pero lo hizo en voz alta Iris.

    Lo desconozco — Contestó Oda, tras no haber podido sacar a la Nolartis del rango gravitacional del agujero — Sin embargo, nos encontramos fuera del límite conocido.

    — ¿Qué significa eso? — Yak, abrazado a Halisha, no entendía exactamente a qué se refería la IA.

    Los telescopios del territorio conocido solo detectaron hasta el planeta anterior, pero más allá, es territorio inexplorado en su plenitud — Las palabras de Oda dejaron a los presentes y conscientes muy asombrados — Ahora mismo, ni el sensor ni el radar pueden marcar nuestra posición, porque no tenemos una ruta ni un mapa que nos sepa localizar. Estamos fuera de radar.

    — Comandante, ¿cuál es nuestro siguiente movimiento? — Preguntó el subcomandante, decidido a ponerse en marcha — Tenemos la nave varada aquí, probablemente algunos sistemas afectados...

    — Deberíamos salir todos y movernos, porque aquí podríamos ser un objetivo fácil — Murmuró Lill, consciente de la situación — No sé porqué los Anixis nos han hecho esto, si es una respuesta automática de seguridad, pero... pero... ¿qué es... qué...?

    Atención: intrus... no aut... — La inteligencia artificial de la nave quería decir algo, pero una serie de misteriosas interferencias se lo impedían — At... no autorizados en la...

    — ¡Lill! — Ashley corrió hacia su amigo y líder al verlo caer al suelo — ¡¿Qué te ocurre?! ¡¿Qué...?!

    — ¡Hay humo dentro de la nave! — Declaró Tyra, viendo como una neblina espesa invadía la sala.

    — No... ¡No...! ¡Es... son ellos! — Luchaba por decir Quetaryan, antes de caer inconsciente por lo que resultaba ser la famosa niebla somnífera de las conocidas cápsulas Anixis.

    El neoniano y otros más fueron de los pocos que pudieron ver algo que jamás esperaban ver.

    Conforme sus ojos se entrecerraban debido a los efectos de la neblina somnolienta en el ambiente, veían la entrada en el puente de mando de un grupo de seres desconocidos para ellos. Su aspecto era una incógnita porque parecían vestir con algo de tonalidad negra, pero antes de poder apreciar los detalles de su rostro y todo lo demás, los ojos de Yak y del resto se cerraron definitivamente, sumidos en un profundo sueño.

    [...]

    Unas horas después...


    La sala de comunicaciones de la Nolartis solía emitir una serie de pitidos a modo de advertencia cuando llegaba una llamada entrante desde el territorio de la Alianza.

    Estos avisos comenzaron a sucederse sin que nadie pudiese ponerse a la llamada, por lo que tras unos minutos sin respuesta, dicha llamada se cortó. Sin embargo, se quedó un mensaje disponible para ser oído en cuando alguien lo estimase oportuno al realizar el respectivo comando en la tableta correspondiente.

    Aquí la representante Mason. He recibido tu mensaje, comandante Crane, y no puedo expresar la felicidad que nos hace sentir saber que estáis vivos tras estos cinco meses de ausencia de noticias. Por favor, ponte en contacto lo más rápido posible para una evaluación de la misión de exploración que estáis llevando a cabo. Doy por sentado que estáis en Anyxa, por lo que espero impacientemente nuevas noticias sobre los Anixis y la correspondiente confirmación de vuestro regreso a casa. Os esperamos. Bárbara, corto y cierro.
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Saludos, amigo. Paso a comentar el capítulo de esta semana.

    Empezaré diciendo holy shit XD. Vaya final de capítulo, pero bueno, para llegar al final, hay que ir paso por paso. Así que empezamos.

    Retomamos el POV de la tripulación y vemos que ya están todos preparándose para llegar hasta el mundo de los Anixis. El miedo invade a todos, aunque posiblemente con algo más de esperanza al saber que las comunicaciones tienen chances de poder alcanzar a sus amigos allá en casa. Cuando se da el acercamiento al planeta, se descubre que Anyxa está inhabitable, y todo resulta tornarse gris para la tripulación. Lill, como buen comandante, decide poner a todos al corriente mientras que ODA vigila la situación. Es entonces cuando el grupo toma una sabia decisión de mandar una sonda para hacer un reconocimiento del planeta, ya que eso les puede ahorrar disgustos e imprevistos.

    Mientras la sonda está siendo fabricada, podemos ver un par de escenas de la tripulación conviviendo. Punto y a parte para Caelum, que siempre está allí para soltar su mierda. ¿Por qué se tuvo que morir Uriow y no ese bastardo? No lo aguanto más XD. Me dio mucha risa cuando Sun lo calló, porque, como hemos hablado, hacía un par de partes atrás, Caelum caía mejor que Sun. Con todo lo que ha pasado, ahora es Sun la que cae mejor (y por mucho) que el científico. Algo que nunca creí que vería XD. Incluso Sun se ha mostrado como una buena compañera para Halisha y también Maya, con quien posiblemente haya formado una gran amistad.

    La construcción de la sonda avanza, y vemos un par de momentos tiernos como cuando Lio e Iris reparan lanzaderas tal y como lo solían hacer estando en casa. Fue muy emotivo ver eso, y el abrazo que se dieron me está haciendo pensar que Lio no la va a contar y que Iris va a quedarse huérfana otra vez. Por dios, espero que no le suceda eso, porque es de mis favoritos :anicry:

    Por el contraste de esa escena, también vemos como Brad va a confrontar a Tyra sobre su "relación". Mientras Brad estaba haciéndose la ilusión de que está llegando a avanzar con ella, y que podría llegar a volver a casa con una novia, Tyra le dice que para ella, ambos son solamente amigos, más allá del sexo que tienen con frecuencia, algo diario según lo que menciona Brad. Joder, ¿donde se consiguen esas amigas? XD Okno. Pero bueno, al joven y más novato recluta de la Expedición no le ha caído nada bien que Tyra lo vea como un simple amigo con beneficios, y piensa que ella recurrió a él porque Norman ya no está y que Lynx no está disponible. Aunque entiendo que Brad tenga derecho a enojarse con ella, lo cierto es que Tyra tiene más credibilidad aquí. Estando a punto de aterrizar en el mundo más peligroso por la presencia de Anixis y Veerham por allí, no creo que sea el mejor momento del mundo para comenzar una relación. Pero bueno, parece que no va a empezar nada, ya que Brad ha dado el portazo y se ha ido.

    Cuando la sonda está lista, el grupo la envía al planeta y allí ven algo que da mucho miedo, incluso se ha sentido un pequeño aire de mal rollo. El planeta Anyxa cuenta nada más que con ciudades abandonadas, y hay una niebla tóxica que cubre todo el sitio. No hay una sola alma en sus ciudades, y solo hay niebla tóxica. Te digo que yo veo eso y pego la vuelta de regreso a casa, ya que me gustaría estar con mis seres queridos antes de tener que ponerme a pensar en si tengo o no que correr el riesgo de respirar esa niebla.

    Todos están debatiéndose sobre si es prudente irse, aterrizar y echar un vistazo o dejar que sea la sonda la que haga todo el trabajo cuando se activa un agujero negro como pasó con Xhander. Poco a poco, el agujero negro va aumentando su tamaño y empieza a engullir la ciudad, el planeta y también la nave. Punto y aparte para aclarar algo. Creo que Ashley no vivió el momento en que la Arcadia fue engullida, ya que, si no me equivoco, ella estaba en rehabilitación en la Tierra tras la muerte de su hermano. Creo que solo Lio y Lill lo vivieron en persona.

    Es aterrador pensar que los Anixis (o los Veerham) tenían planeado algo así desde hace mucho. Poner una ruta, guiar a la gente a sus mundos y luego de eso, cuando se encuentren con Anyxa, activar o no el mecanismo del agujero negro para dejar entrar o no a los visitantes. Si los Veerham llegaron a su mundo (suponiendo que sean reales, porque ahora mismo dudo de todo) ellos no habrán encontrado nada más que un mundo abandonado y quizá hayan marchado. Posiblemente, ver una nave como la Nolartis como tecnología Anixis haya hecho que, quien esté del otro lado, decidiera abrir el portal y dejarlos pasar. Por los movimientos tan abruptos, varios en la tripulación quedan inconscientes, y luego las cosas se ponen peor cuando aparece la clásica neblina que usaron los humanizados Anixis para dormir a la población. Dos referencias en un solo capítulo :cref:

    Poco a poco, los tripulantes van cayendo, puesto a que la neblina fue soltada desde el interior de la nave por alguien que logró infiltrarse. Eso sí me da miedo, XD. Fue muy rápido, acababan de entrar al agujero negro y ya se les colaron. Eso me hace pensar que son Anixis, ya que creería que ellos conocerían su tecnología para poder infiltrarse así.

    La nave queda desertica, y por eso, nadie puede contestar el mensaje de Bárbara, quien recibió el comunicado de Lill Crane y les pide que la mantengan al tanto. Mas te vale que prepares una tripulación para ir a buscarlos, maldita :ewww:

    Bueno, amigo, hasta aquí el comentario. Qué final. Ya quiero que sea el sábado siguiente para que podamos seguir leyendo sobre las aventuras de nuestra Tripulación. Ojalá se vayan de allí a casa a salvo y se dejen a Caelum allí XD.

    Fue una jornada espectacular por Discord. Y espero que el próximo finde podamos retomar y seguir pasándola bien. Me ha encantado el final, y ya quiero ver qué tal sigue avanzando todo. Hasta la próxima. Un abrazo y cuídate mucho :cynda:
     
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  15. Threadmarks: Anyxa: el origen de todo
     
    Manuvalk

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    Los Viajeros IX: El imperio Anixis
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    Llegamos al capítulo número ocho de esta parte y creedme cuando os digo que las cosas van a empezar a subir de intensidad. Esta parte es una auténtica montaña rusa y pronto lo descubriréis XD. Antes de dejaros con la lectura (la cuál espero que disfrutéis) quiero agradecer a mi querido amigo Reydelaperdicion por estar siempre aquí. Nuestras leídas y charlas por Discord son top. Sin más, hora de leer.




    Anyxa: el origen de todo







    — Comandante, ¿cuál es nuestro siguiente movimiento? — Preguntó el subcomandante, decidido a ponerse en marcha — Tenemos la nave varada aquí, probablemente algunos sistemas afectados...

    — Deberíamos salir todos y movernos, porque aquí podríamos ser un objetivo fácil — Murmuró Lill, consciente de la situación — No sé porqué los Anixis nos han hecho esto, si es una respuesta automática de seguridad, pero... pero... ¿qué es... qué...?

    Atención: intrus... no aut... — La inteligencia artificial de la nave quería decir algo, pero una serie de misteriosas interferencias se lo impedían — At... no autorizados en la...

    — ¡Lill! — Ashley corrió hacia su amigo y líder al verlo caer al suelo — ¡¿Qué te ocurre?! ¡¿Qué...?!

    — ¡Hay humo dentro de la nave! — Declaró Tyra, viendo como una neblina espesa invadía la sala.

    — No... ¡No...! ¡Es... son ellos! — Luchaba por decir Quetaryan, antes de caer inconsciente por lo que resultaba ser la famosa niebla somnífera de las conocidas cápsulas Anixis.

    [...]

    — ...y hace un día estupendo en la ciudad de Toronto cuando tan solo son las diez de la mañana. En los deportes...

    La radio estaba encendida y relatando las principales noticias del nuevo día.

    El ruido de una vieja cafetera chirriando fue detenido de pronto por un hombre de unos cuarenta y cinco años, con una barba negra y el pelo largo engominado hacia atrás. Vestía con una camiseta de botones blanca a rayas azules y un pantalón vaquero de tonalidad negra, portando también unas buenas botas impermeables. Volcó el líquido de la cafetera en una pequeña taza y le dio un sorbo, mientras bajaba por las escaleras en dirección al salón un niño de poco más de doce años de edad.

    — ¡Ya estoy listo, papá! ¡Ya estoy listo!

    — ¿No te habrás olvidado de los cebos, verdad?

    Una mujer de aspecto jovial, probablemente de treinta y cinco años, se aproximó al niño que acababa de bajar de la segunda planta de la casa con una pequeña caja cerrada, la cuál contenía los cebos. El joven chico la tomó en sus manos y abrazó a la mujer con ternura, mientras ella sonreía y acariciaba el cabello del niño.

    — Gracias, mamá.

    — Ni lo menciones — Contestó la madre, dándole un beso en una mejilla — Anda, ve con tu padre y disfruta.

    — ¡Te traeré un pez así de grande! — Exclamó el chico, abriendo los brazos para hacer referencia a la grandaria del pez que pretendía pescar — ¡Te lo prometo!

    — No prometas cosas que no sabes si podrás cumplir, hijo.

    El padre se acercó al muchacho tras decirle esa frase mientras lo tomaba de la mano suavemente, momento en el que le daba un beso a la mujer y ambos se despedían de ella. La madre se encargó de cerrar la puerta de la vivienda tras ellos, viéndolos marchar. Padre e hijo caminaban por el pequeño porche externo de su casa, el cual estaba con una capa de fina nieve por encima pues pese a ser verano en Canadá, las temperaturas no eran precisamente altas.

    El viento soplaba a ratos mientras el hombre y el niño avanzaban ya por la acera de la calle, cuando de pronto un coche con las lunas tintadas frenó en seco ante ellos.

    Del vehículo salieron varios hombres vestidos de negro, excepto uno de ellos, un hombre de aspecto imponente que vestía como lo haría alguien que trabajara en La Unión, el conglomerado que había logrado hacía unos pocos años la unificación de los países y su unanimidad a la hora de tomar decisiones que trascendieran sus primitivas fronteras. El distintivo de dicho gobierno incrustado en el lado izquierdo de su americana confirmaba la procedencia del sujeto.

    Éste se aproximó al padre, acompañado de lo que parecían ser cuatro miembros de su seguridad u otros importantes empleados del gobierno mundial.

    — ¿Xavier Crane? — La pregunta fue dirigida al padre que sujetaba la mano del hijo.

    — Soy yo. ¿Ocurre algo?

    — Nada que deba preocuparle — El tipo que hablaba era el mismo que se diferenciaba de los otros cuatro — Mi nombre es Jefferson Stagger, el comandante de la primera misión espacial fuera de nuestro cinturón de asteroides, nuestra primera frontera espacial.

    El pequeño sujetaba con fuerza la mano de su padre, al no saber el porqué de todo aquel inesperado despliegue de hombres y palabras.

    Xavier, su padre, miraba detenidamente a aquel que se hacía llamar Jefferson, quién se mostraba un tanto serio pero a su vez conciliador y amigable. Solo lo conocía de haber oído hablar de él por la tele, pero nunca lo había visto en persona.

    — Los datos que enviaste a la sede de La Unión sobre la ubicación de un planeta potencialmente habitable son sin duda impresionantes, señor Crane — Dijo Stagger, mostrándose realmente sorprendido — ¿Cómo descubriste ese planeta a treinta años luz? ¿Qué telescopio has usado para realizar los cálculos?

    — Disculpe, señor Stagger...

    — Por favor, llámeme Jefferson.

    — Bien, Jefferson — Xavier tragó saliva, pese a mostrarse también impasible — La verdad es que yo no mandé nada a la sede de La Unión. Ha debido haber un error.

    — ¿Esta es la calle Tilliham Avenue 93?

    — En efecto, así es, señor Stagger — Le confirmó uno de sus acompañantes.

    — Entonces no ha habido ningún error, señor Crane. Además, tenemos sus datos personales, ¿de qué otro modo le conoceríamos tan bien?

    — Hoy en día hay muchas formas de saber quién es una persona.

    — Bueno, señor Crane — Sonrió Jefferson, consciente de que el tipo desconfiaba — Estos datos son maravillosos, un descubrimiento asombroso que ni siquiera nuestros científicos o cartógrafos han podido hallar. Pero usted sí.

    — De verdad, Jefferson, se está usted equivocando, yo no he enviado nada a ninguna sede de La Unión...

    — Entonces, ¿quién ha sido? Porque alguien ha usado sus datos para enviar un estudio detallado de cartografía, el cuál indica con una precisión matemática envidiable, la posición del que probablemente sea el planeta más apto para albergar nuevas generaciones humanas en toda la historia de nuestra exploración espacial.

    Xavier no sabía que decir ni hacia donde mirar, sin embargo, rápidamente agachó la mirada y se centró en su hijo. Éste le miró de vuelta con una expresión que evidenciaba la culpabilidad absoluta. Al ver aquella imagen, el hombre tomó de los dos brazos al chico y comenzó a zarandearlo con fuerza mientras las lágrimas le recorrían el rostro.

    — ¡¿Qué has hecho, hijo?! ¡¿Qué diablos has hecho?!

    En otras circunstancias, lo que estaba haciendo aquel hombre con su hijo era algo bastante desagradable, pero el contexto lo cambiaba todo.

    Xavier sabía que su hijo había sido el que había recabado esos datos que luego le envió a La Unión por internet, falsificando todo lo demás ya que un menor de edad no puede contactar con el mayor gobierno mundial de todos. Y aquello solo podía significar que el joven era extremadamente inteligente, por lo que la ley daba potestad a las instituciones gubernamentales para reclutar jóvenes talentos sin la autorización de sus padres, aunque se prefería que no hubiese trabas de por medio.

    — ¿Cuál es tu nombre, muchacho? — Stagger se arrodilló ante el chico, mientras Xavier miraba la escena con lágrimas de tristeza en los ojos.

    — Me llamo Lill Crane, señor — Contestó el niño, sintiéndose un tanto observado.

    — ¿Tú has hecho esto? — El representante de La Unión allí presente le cedió unos papeles a Lill, con los datos explicados en ellos — ¿Y luego lo enviaste?

    — Así es, señor.

    Jefferson asintió muy sorprendido por esa afirmación, para después ponerse de pie y mirar fijamente a Xavier, quién ya suponía lo que estaba por ocurrir.

    — Me aseguraré personalmente de que reciban una vivienda y unos trabajos acordes a lo que estaban haciendo aquí — Dijo el que fuera el primer comandante humano en el espacio — No se preocupe ni por su futuro ni por el de su hijo. En Oslo, como en el espacio exterior, solo van los mejores.


    [...]

    El comandante Crane despertó abruptamente con los ojos sumergidos en una capa de lágrimas.

    Aquel recuerdo de cuando fue reclutado por La Unión a la edad de doce años le había sobrevenido fruto de los efectos de la neblina somnífera de las cápsulas Anixis, las cuáles te hacían susceptible a revivir o imaginar ciertos momentos. Cuando se percató de la situación en la que estaba, observó su alrededor, apreciando que la mayor parte de sus compañeros de expedición estaban allí con él.

    Sin embargo, supo que debían estar encerrados cuando solo vio cuatro paredes metálicas de color grisáceo y una compuerta que se veía muy bien cerrada.

    Junto a Lill, se encontraban únicamente sus compañeros de viaje humanos. La ausencia de Yak, Halisha, Caelum, Fallon, Eniar y Dhejam hacía presagiar que los seres que les habían capturado, fuesen Anixis o no, los habían encerrado y clasificado como si fuesen ratas de laboratorio de distinta proveniencia. El actual líder de la misión se incorporó lentamente, siendo ayudado rápidamente por su principal apoyo allí, la soldado Ripley.

    Ashley se encargó de cuidar de él mientras seguía en estado durmiente, habiendo sido el último en despertar. Los demás le miraron con claros rostros apenados.

    — ¿Cuánto llevo...?

    — Unas tres horas — Contestó Ashley, viéndose realmente afectada emocionalmente — L-lo siento, yo... es que esto me recuerda a cuando Eron...

    — Ash, tranquila — Lio apareció en escena, aproximándose a sus dos grandes amigos y abrazando a la mujer para reconfortarla — ¿Te sientes bien, Lill?

    — Un tanto debilitado, aunque es el mismo efecto que se tiene cuando sales de la criogenia — Explicó el comandante a la pregunta de su compañero — ¿Alguna novedad?

    — Cuando todos hemos despertado, ya estábamos aquí — Dijo el hombre de Ceres, mostrándose muy serio — Y esto no me gusta nada, Lill, pero nada. No hemos podido ver a donde nos han llevado, nos han separado de nuestros compañeros alienígenas y para colmo llevamos varias horas sin ningún tipo de respuesta.

    — ¿Habéis intentado comunicaros con ellos?

    — Oh, claro que sí, aunque no de la forma más amigable — Santos se señaló la mano derecha, en la cuál se apreciaban los nudillos amoratados por darle golpes a la puerta metálica — Quizá no haya causado una primera gran impresión.

    — Eso es lo menos, nos han encerrado aquí y no sabemos si esto es algo bueno o algo malo — Ya recompuesta, Ashley expresó lo que pensaba — Ni siquiera sabemos si estamos en Anyxa, o Anyxa era el planeta que vimos antes de que el agujero nos engullera...

    — Están vivos y nosotros también, porque estamos respirando sin la necesidad de llevar los trajes — Teorizó con cierta lógica el propio comandante — Yo diría que estamos en Anyxa. El otro planeta debe ser un farol.

    — Honestamente, me importa una mierda — Lio se veía realmente tenso — Debemos encontrar una manera de salir de aquí, volver a la puta Nolartis y regresar a casa.

    A tan solo unos metros del trío más veterano de los humanos en la expedición, se encontraban los cuatro jóvenes del equipo.

    Lynx abrazaba a Iris con fuerza mientras que Brad se encontraba sentado de rodillas y Tyra tenía la mirada perdida en las luces artificiales de la sala. El silencio en la sala apenas era roto por las respiraciones de todos ellos y la conversación en voz baja que mantenían dos de los principales líderes de la misión junto al hombre de Ceres.

    No obstante, la joven Hennessey pronto lanzaría una afirmación verídica respecto a su estado actual.

    — Tengo muchísimo miedo.

    — Lo sé, cielo, lo sé — Contestó un Lynx que para nada estaba menos asustado — Creo que todos lo estamos.

    — ¿Qué mierda se supone que van a hacernos? — Sanders llevaba ya rato pensando que pretendían esos seres — ¿Quieren hacernos daño o qué?

    — No quiero ni saberlo — Contestó la piloto de la nave, estremeciéndose — Alguien que quiere conocer a otras especies no te hace pasar por todo esto.

    — Entonces, ¿crees que pretenden hacernos daño?

    — Para mí es evidente, Brad.

    — Tyra, no lo pienses demasiado. Ni tú ni los demás — El joven Herswood abogó por mantener la calma — Estoy seguro de que pronto conoceremos sus intenciones.

    Las dos personas más al margen del grupo eran Sun y Maya, quiénes se encontraban en una de las esquinas de aquella habitación insonorizada y vacía. Ninguna de las dos había articulado palabras alguna tras haberse despertado, conscientes de que estaban en una situación más que tensa e impredecible de la cuál podría no salir nadie. La incertidumbre las mataba por dentro, pero no se podía hacer mucho más que esperar acontecimientos. Sin embargo, las dos mujeres se incorporaron bruscamente cuando vieron que la compuerta se abría, dando paso a tres misteriosos y desconocidos seres.

    Tenían la forma ovalada de la cabeza, sin pelo. En lugar de orejas, había dos agujeros circulares a ambos lados del rostro que formaban una espiral hasta cerrarse en el interior. Dos ojos de gran tamaño y de color oscuro, aunque uno de ellos tenía la tonalidad más coloreada. También dos pequeños orificios nasales sin prominencia; una boca fina, diminuta y sin labios, con pequeños dientes. Un físico imponente, pese a que no superaban los dos metros de altura, pero se veían anchos e incluso alguno se veía muy fuerte. Dos brazos y dos piernas, sin dedos en los pies sino una especie de aletas cubiertas por botas, con tres dedos largos y robustos en sus manos. Vestían con uniformes muy sencillos, exceptuando a uno de ellos, el cuál llevaba una armadura muy similar a las que usaban los exploradores de la Nolartis.

    — ¡¿Qué queréis de nosotros?! — La asiática lanzó la primera pregunta al aire.

    — ¡¿Dónde están nuestros compañeros?! — Fue lo que dijo la doctora Vega, confrontando a esos alienígenas más por temor que por valentía — ¡Queremos respuestas!

    Estos seres, que pese a suponer que eran los Anixis no se podía confirmar que lo fuesen por el momento, no se inmutaron ante las palabras de las dos humanas. Sin embargo, uno de ellos sí que gesticuló al señalar con uno de sus tres dedos de la mano derecha a la médico de la expedición, sorprendiendo al resto. El ser que portaba la armadura se aproximó a Maya y la tomó del brazo con fuerza, provocando que ésta intentase zafarse sin éxito. Decidida a no dejarles salirse con la suya, Sun se abalanzó sobre aquel ser, pero antes de poder hacer nada, recibió una descarga eléctrica del mismo, quién sujetaba con una de sus manos a Maya y con la otra una barra que desprendía electricidad.

    — ¡Sun! — Gritó Santos al ver a su compañera caer desplomada al frío suelo metálico de la sala, dirigiéndose acto seguido al supuesto Anixis — ¡Serás hijo de puta!

    Los alienígenas no expresaron emoción ni gesto alguno con sus rostros, ni siquiera se voltearon a ver al hombre de Ceres por su respuesta emocional; simplemente salieron de la sala con Maya, a quién se la oía gritar y suplicar que por favor la dejaran marchar. Nadie más que Sun hizo nada por intentar evitar que se la llevaran, pero aunque lo hubiesen hecho, poco habrían podido hacer. Lio ayudó a la ex líder de la Resistencia a tomar asiento a un lado de la habitación, mientras aún adolorida, le decía algo.

    — Nos... ¿nos van a matar, Lio? — En la voz de Brume se podía apreciar el terror más puro.

    Santos no supo que responder a eso, limitándose a quedarse junto a la mujer, a quién la descarga eléctrica la había dejado aturdida, dolorida y aterrada.

    [...]
    — Tus movimientos siguen siendo predecibles, Yak — Comentaba Vanth a su discípulo — Debes dejar de pensar cada movimiento y liberar tu cuerpo.

    — Lo... lo intentaré — Musitó el joven neoniano, cabizbajo.

    — Pero no te desanimes por ello — Vanth lo tomó de los hombros y le miró a los ojos — Veo en ti mucho potencial. Y te aseguro que me encargaré de desbloquearlo.

    — Muchas gracias por todo lo que hace, Vanth — Yak Quetaryan asintió con más ánimo — ¿Mañana a la misma hora?

    Yak se dispuso a darle la mano a su maestro y la respueste de éste fue darle un fuerte abrazo. El joven neoniano no esperaba dicho gesto de Vanth por lo que se quedó gratamente sorprendido.

    — Mañana a la misma hora, hijo.

    — S-sí, c-claro... — Yak no dejaba de asentir con la cabeza — Hasta mañana.

    Yak se marchó del lugar dejando a Vanth con una sensación agradable y una sonrisa que Narisha no tardó en verle. La anciana neoniana estaba contenta de que su segundo al mando, Vanth Dheer, hubiese encontrado a alguien con quién compartir su experiencia y sabiduría.

    — Es un buen chico, ¿verdad? — La representante Taaliv sonreía dulcemente mientras veía marcharse al joven Quetaryan.

    — Lo es — Respondió Vanth, diciéndolo de corazón — Impulsivo, bondadoso e inteligente. Sin lugar a dudas lo veo como nuestro futuro líder.


    [...]

    Axlor observaba con detenimiento los pasillos y habitaciones de aquella base incrustada en el esqueleto de una montaña. Sin duda alguna, se trataba de ingeniería avanzada y de una arquitectura casi perfecta.

    Los neonianos lograron construir una base dentro de una montaña sin evitar que ésta pudiera derrumbarse o deteriorarse debido a la construcción. Se trataba de algo asombroso para el joven Vaalot.

    Los pasillos tenían una tenue luz que poco los iluminaba, con cajas llenas de todo tipo de aparatos electrónicos y cables pelados. Los cuartos parecían estar llenos de más cajas excepto uno que tenía una simple mesa. En aquella habitación fue donde Vanth interrogó a Naylon en su primer encuentro.

    El grupo se llevo la gran sorpresa cuando, tras avanzar por pasillos laberínticos, llegaron a una gran sala donde una treintena aproximadamente de neonianos hacían su vida. Al ver a los humanos, todos cesaron sus actividades y tareas y se quedaron perplejos.

    — Tranquilos, hermanos — Dijo Vanth a los suyos, con los brazos extendidos — Son amigos de Neonia, son humanos, provenientes de otro cúmulo de la galaxia.

    De entre la pequeña multitud de neonianos, el joven Vaalot pudo apreciar lo que parecía ser una niña de dicha especie, escondiéndose detrás de su madre. Axlor sonrió dulcemente, provocando en la adolescente neoniana una sonrisa de vuelta.

    Mientras Vanth se llevaba consigo a los alienígenas, la madre se volteó hacia su hija, viéndola muy intrigada con la llegada de esos seres misteriosos.

    — Permanece cerca de mí en todo momento, ¿entendido, Halisha?

    — Lo haré, madre.


    [...]

    El frío en aquella sala era considerable, pero soportable.

    Pese al espacio vacío que contenía, este solo era ocupado por unas extrañas cajas bien cerradas y la presencia de los dos neonianos de la expedición. El soldado Quetaryan y la científica Landom yacían juntos en una esquina de la habitación, con la mirada fija en la compuerta que daba acceso a ella. El neoniano ya había intentado abrir alguna de las cajas en busca de algo que pudiese servir como un arma, en caso de que esos misteriosos seres entrasen con intenciones hostiles. Sin embargo, no pudo forzar ninguna de las cajas y para colmo, llevaban horas incomunicados con sus compañeros, a los cuáles suponían que habían llevado a otra de las habitaciones contiguas.

    Yak sabía que había más habitaciones y que el resto de miembros de la expedición debían estar ahí porque se despertó justamente cuando estaba siendo arrastrado hacia la sala en la que se hallaba en estos momentos. Su pareja tardó media hora más en cobrar el sentido tras la somnolencia causada por la neblina Anixis. Que hubiesen usado dicho artilugio le parecía prueba más que suficiente a la neoniana para confirmar que esos alienígenas eran los propios Anixis, aunque estos no habían hablado en ningún momento y mucho menos habían interactuado con nadie de la tripulación de la Nolartis. Sintiéndose contrariada y atemorizada, Halisha rompió el silencio de la sala justo cuando la compuerta de esta comenzó a hacer un extraño ruido, que alertaba de la llegada de alguien.

    — No sueltes mi mano, Yak — Le suplicó la neoniana a su pareja, quién apretó la mano con fuerza.

    — No lo haré.

    Ambos se sujetaban de las manos con firmeza mientras veían entrar en la sala a tres supuestos Anixis, quiénes fijaron su mirada en ambos neonianos. Exceptuando a uno de ellos, que tenía un aspecto y vestimenta algo diferente, los otros dos parecían idénticos. Nuevamente, uno de esos dos señaló hacia la pareja, indicándole al Anixis diferente que cogiese a uno de los retenidos. Cuando el ser se aproximó a ambos, pudieron apreciar sus ojos oscuros y la profundidad e inmensidad de estos, justo antes de que tomara de un brazo a Halisha para arrastrarla consigo. Yak la estaba sujetando también, por lo que dicho ser al percatarse de eso, sacó su barra eléctrica y golpeó al neoniano en el brazo, logrando quitarlo del agarre de la mano de su novia.

    — ¡No! ¡Yak! ¡No me dejes! — Gritaba Landom en un claro estado de pánico — ¡Por favor, dejadnos! ¡Dejadme!

    — ¡¡¡Halisha!!! — Exclamó aterrado Quetaryan, viendo como se llevaban a su pareja fuera de la sala — ¡¡¡No!!!

    Yak se levantó conforme pudo, dolorido por la descarga eléctrica impuesta en uno de sus brazos, y corrió hacia la compuerta de salida, viendo como esta se cerraba tras los visitantes que se llevaban cautiva a Halisha. El neoniano cayó de rodillas frente a la salida y comenzó a llorar, echándose las manos a la cara mientras el sollozo se intensificaba conforme su mente se temía lo peor.

    [...]

    La ciudad de Sovaam estaba en completo silencio, mientras el aire tóxico de Syleria penetraba en las calles que antes habían sido protegidas por la esencial cápsula que rodeaba la única colonia syleriana del planeta. La tecnología, prácticamente en su totalidad, no funcionaba. Algo repentino ocurrió de un día para otro; días en los que solo se hablaba del conflicto que acarrearía Paraíso entre el ejército de la recientemente formada Alianza Interestelar de Especies y los autoproclamados humanizados Anixis. Cuando la cápsula cayó, la ciudadanía corrió hacia su madriguera, la ciudad subterránea de Sovaam.

    Los gritos al ver como el aire tóxico caía sobre todos se prolongaron durante horas, viendo como algunos agonizaban en las calles o en sus propias casas, sin haber podido llegar a tiempo bajo tierra o sin siquiera haberse percatado de lo que sucedía. No se pudo enviar un mensaje a tiempo para la sociedad syleriana, pero por suerte, se logró salvar a la mayoría. Y una vez bajo la superficie de lo que un día fue su ciudad, los sylerianos comenzaron de nuevo. Ejercieron sus profesiones conforme podían, e incluso otros debían adaptarse a otras tareas imprescindibles para la autosostenibilidad de la especie. Entre ellos, un peculiar ingeniero y científico.

    Caelum logró hacerse pronto con el liderazgo de los suyos, ante la ausencia de los principales líderes Om y Hylda. La ciudad subterránea de Sovaam contaba con todo lo necesario para sobrevivir —para ello fue diseñada— pero requería de alguien que la controlara. Pallow fue el encargado de hacerlo, guiando a los ingenieros que tenía para hacer más sostenibles los invernaderos, para reparar posibles brechas de aire y para poner a punto alguna gran nave de las que se tenía allí, en caso de que tuviesen que abandonar, eventualmente, su mundo de origen.

    También aplicó sus conocimientos sobre la ciencia en crear las medicinas que faltaban, perdidas en la superficie ya tóxica de la ciudad. Poco a poco y en el tiempo de tan solo un mes, Caelum se hizo respetar y todos comenzaron a asumirlo como un nuevo líder a quién seguir, algo que él aceptó sin problemas dado que su principal trabajo había sido la política y las funciones sociales. Así, pasaron cerca de siete meses hasta la llegada inesperada pero agradecida de algunos de los miembros de la Alianza, quiénes hallaron una arca en Paraíso que logró sobrevivir a lo que luego se conoció como el pulso electromagnético de Regresión. Una etapa difícil para muchos, pero para otros como Pallow, de las mejores.


    [...]

    El ingeniero y científico syleriano de la expedición estaba asustado, especialmente por encontrarse él solo en una amplia sala y retenido contra su voluntad.

    Una situación nada agradable para nadie, pero con la cuál debía lidiar en esos momentos. Caelum no era idiota y sabía perfectamente que los Anixis —supuestamente lo eran, aunque no se habían dado a conocer oficialmente— estaban separando a la tripulación de la Nolartis en función de su especie, por lo que él era el único syleriano de a bordo.

    Eso solo lo convertía en el principal candidato de los suyos —ya que era el único— para cualquier ocurrencia que dichos seres tuviesen con él.

    — Seguro que queréis experimentar con nosotros — Se decía Pallow, manteniendo una conversación consigo mismo — De lo contrario, no nos clasificaríais como animales de laboratorio.

    El syleriano apenas comenzaba a sumirse en sus pensamientos cuando la compuerta de su sala de abrió, con tres de los Anixis ante él. Su aspecto imponía, especialmente el de uno de ellos, pero aquello no impidió que Caelum les lanzase una pregunta descarada.

    — ¿Sois siempre así con vuestras subespecies?

    Los tres seres misteriosos se miraron, realizando un movimiento que aún no se había visto en ellos, aunque el propio Pallow nunca había visto gestos de ellos. Los dos que vestían idénticamente se aproximaron a él, tocándole por todas las partes del cuerpo en lo que parecía ser una exploración banal de anatomía. Tras esto, uno de esos dos le indicó al que vestía diferente que se aproximara, por lo que éste hizo lo propio. Cuando el Anixis se dispuso a tomar del brazo al syleriano, se quedó quieto al ver que el propio Caelum se incorporaba por su cuenta.

    — No es necesario — Les dijo, con las manos en alto — Guiadme hacia donde queréis que vaya.

    Los tres supuestos Anixis se volvieron a mirar entre sí, pero esta vez, parecían sorprendidos con la actitud pasiva y conciliadora que mostraba el syleriano, actitud muy propia de los de su especie. El pacifismo, entendía Caelum, era la mejor opción para afrontar dicha situación y evitar tener posibles problemas con sus captores. Estos lo entendieron así también, por lo que salieron de la sala dejándole completamente suelto, sabiendo que él les seguiría hacia donde iban.

    [...]

    Una joven thuniana correteaba por un pasillo, haciendo resonar sus pisadas en el suelo metálico.

    La niña reía mientras corría en todas direcciones, cruzándose con otros miembros de su especie por el camino, hasta llegar a la puerta de una habitación. Esta estaba abierta, por lo que la niña thuniana solo tuvo que entrar, captando la atención de una mujer thuniana en edad madura. Al verla, dejó de hacer las cosas que estaba haciendo y se aproximó a la pequeña con el gesto torcido.

    — Conozco esa sonrisa — Dijo la mujer, mostrándose algo contrariada — ¿Otra vez le has quitado el despertador al sabio Cyprus?

    La pequeña thuniana comenzó a reír tímidamente, momento en el que enseñó el despertador que poseía en sus manos. La mujer, que se trataba de su madre, negaba con la cabeza mientras una media sonrisa se le formaba en el rostro, sin poderlo evitar. La niña se echó la mano a la boca en señal de silencio cuando escuchó una serie de pasos apresurados por el pasillo, algo que la intimidó. Su madre decidió asomarse por la puerta y la niña se quedó tras ella, viendo ambas como un grupo de soldados thunianos pasaba de largo por aquel pasillo, armados y trajeados con el uniforme específico de soldado.

    — ¿Pasa algo, mamá? — Preguntó la pequeña, algo preocupada siempre que veía soldados — ¿Me buscan a mí?

    — No, amor, no te buscan a ti — Respondió la mujer thuniana, tratando de calmar a su hija — Recuerda que los soldados están para protegernos, no para hacernos daño.

    — ¿Y dónde van con tanta prisa?

    — No lo sé, Eniar. Seguramente vayan a realizar una salida de exploración a algún planeta potencialmente apto para todos nosotros.

    Mientras hablaban, un niño thuniano y su madre entraban a la habitación.

    Eniar y su madre compartían el camarote con otra familia más, de tantas que vivían desde hacía años en el arca nómada de origen Anixis que encontraron en su propio planeta natal. Hacía siete años que habían abandonado Thundia tras haber perdido el mundo la viabilidad de sostener vida, debido a la muerte prematura de su sol. No obstante, el hallazgo sorprendente que hicieron las generaciones pasadas de tecnología Anixis, de sus ruinas y posteriormente de la gran arca, sirvió para que la especie thuniana no se extinguiese.

    Mientras surcaban la inmensidad del espacio, exploraban posibles mundos aptos para la vida, aunque las coordenadas ya marcadas en el arca de un planeta inhóspito y alejado les estaba llevando a vagar por ahí durante todos estos años. Un mundo al que poco después conocerían como Virm, siendo una prueba más de que los Anixis tenían una red de conexiones entre colonias suyas que se expandía más allá de territorios conocidos.

    Eniar tuvo que aprender el oficio de la ingeniería, como muchos otros niños, ya que la supervivencia de los thunianos dependía del buen funcionamiento del arca, hasta encontrar un planeta definitivo en el que asentarse.


    [...]

    La ingeniera thuniana abrió los ojos tras haber permanecido dormida varias horas desde que la niebla somnífera invadiera el puente de mando de la Nolartis, pudiendo haber soñado y sobre todo rememorado viejos recuerdos enterrados en su subconsciente. Inicialmente se despertó con nerviosismo, pero al ver que tenía a su lado a quién era su actual pareja, sus nervios menguaron. Fallon se percató de que su novia estaba despierta y la rodeó con uno de sus brazos, reconfortándola y haciéndola ver que estaba con ella.

    Al otro lado de la habitación, de pie con los brazos cruzados y el gesto serio, se encontraba el otro thuniano del equipo.

    No hay ningún conducto ni pasadizo por el que podamos salir — Murmuró Dhejam mediante la telepatía, sintiéndose muy impotente — Nos tienen encerrados en una caja hermética.

    Paciencia, compañero — Contestó Fallon, mostrándose relajado pese a la situación en la que estaban — Llevas dos horas dando vueltas por la sala en busca de una salida... yo en cuanto desperté y miré a mi alrededor, supe que no había.

    ¿Llevamos mucho tiempo aquí dentro? — Preguntó Eniar, que tampoco entendía algo — ¿Y por qué nos comunicamos mentalmente?

    Es lo más seguro, por si nos están escuchando — El subcomandante no pasaba nada por alto — Y seguro que lo están haciendo.

    Llevamos cerca de seis horas aproximadamente, si mis cálculos no me fallan — Indicó Dhejam, caminando de un lado a otro de la habitación — Fui el primero en despertar, aunque según tengo entendido, me golpee la cabeza antes de que aparecieran esos seres.

    ¿Y los demás? ¿Sabéis que ha sido del resto? — Eniar tenía muchos interrogantes en su cabeza.

    Es solo una suposición, pero parece que nos han encerrado en función de cada especie — El héroe thuniano teorizó acertadamente al respecto — Probablemente quieran investigarnos en todos los sentidos.

    A mi no me van a investigar nada — Respondió el soldado thuniano con cierta rebeldía — No pienso dejar que me... ¡ahi vienen!

    Dhejam escuchó como la cerradura electrónica de la compuerta de la sala estaba siendo manipulada, confirmando sus sospechas cuando esta se abrió deliberadamente, dando acceso a tres de esos supuestos Anixis. Dos de ellos vestían con un uniforme que los hacía parecer científicos, mientras que el restante vestía y se comportaba como un guardia de seguridad o soldado.

    Al ver a un thuniano de pie y a los otros dos sentados, los dos Anixis de ciencias se centraron en la pareja, para terminar señalándolo a Fallon. El soldado Anixis se acercó al soldado thuniano y al ver su imponente físico, le enseñó en una mano su barra eléctrica y en la otra su mano vacía, algo que el subcomandante de la expedición interpretó muy coherentemente.

    — No voy a resistirme, no queremos problemas — Habló el héroe de los thunianos, incorporándose — ¿A dónde me lleváis?

    Los Anixis no dijeron nada, quizá porque lo tenían prohibido o quizá porque directamente no querían entablar ningún tipo de comunicación. Sin embargo, sí que gesticularon hacia el thuniano, haciéndole ver que les siguiese. Fallon les miró, se volteó hacia sus compañeros y emprendió el camino junto a esos desconocidos seres que bien podrían ser Anixis o Veerham, ya que no se sabía como eran ninguna de las dos especies. Anyxa parecía ser el origen de todo lo que conocían pero las respuestas seguían sin encontrarse.

    Eniar quiso evitar que su pareja fuese llevada, pero Fallon le dijo algo que solo ella pudo escuchar.

    Quédate tranquila, no dejaré que me separen de ti.
     
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  16.  
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Saludos, amigo, paso a comentar el capítulo de esta semana.

    De duración como solemos acostumbrar y muy bien estructurado, el capítulo es intrigante mientras que el misterio sobre los Anixis se mantiene. Por el título asumo que es el mundo de origen de los Anixis, pero queda ver si son ellos, si son los Veerham o si no es ninguno de los dos.

    La historia arranca con un flashback de Lill chiquito (nunca lo había visto antes, así que agradezco el detalle :kuku:) preparándose para irse de pesca con su padre Xavier. Es entonces cuando son interrumpidos por Jefferson Stagger y se nos revela algo que no habíamos visto antes: que Lill era un super dotado. El joven Lill tomó datos de un planeta que encontró y los envió a la Unión en nombre de su padre, y por eso fue que le dieron una vacante para irse a Noruega a formarse para convertirse en el cartógrafo, comandante militar y todopoderoso chad que es al día de hoy. Quién diría que a los doce años pudo sentenciar así su futuro. Yo a los 12 años me apuraba al salir de la escuela para poder mirar Dragon Ball Z y luego me ponía a mis tareas XD.

    Una vez acabado el flashback de Lill, este vuelve en sí donde descubrimos algo que me esperaba. Los captores los agruparon por especie (o sub especie, si resulta que son los anixis). El grupo se preocupa por lo que está ocurriendo, cuando la puerta se abre y los captores se llevan a Maya sin dar explicación. Pese a que Sun intentó defenderla, recibió una descarga eléctrica y se terminan llevando a una que puede ser su única amiga.

    Pronto cambiamos a un flashback de Vanth entrenando con Yak. Me pregunto si llegaremos a ver a Yak con un potencial de guerrero con ultra instinto de Dragon Ball desbloqueado XD. Creo que hice ese chiste la primera vez que vi el flashback. El siguiente flashback es cuando Axlor y la Expedición I (mi bebé, que bueno verte una vez más :anicry:) se encuentran con los neonianos por primera vez. Es allí donde Axlor saluda tiernamente a una joven Halisha. Y bueno, no quiero ser cruel, pero siendo que tuvimos flashback de ambos neonianos, y que Axlor no la contó en la historia, creo que Halisha está maldita y no pasará de esta parte.

    Al despertar, la pareja de neonianos están juntos, hasta que los supuestos Anixis se intentan llevar a Halisha. Yak intenta resistirse y finalmente, no consigue hacer mucho más.

    El siguiente flashback es de Caelum, donde vemos cómo se las tuvo que arreglar como político para salvar a su gente cuando ocurrió lo de Regresión. Maldito viejo, podrías haber aprovechado los meses sin tecnología para convertirte en un buen tipo y practicar habilidades sociales. Curioso que Caelum sea un experto en ciencias sociales y luego resulta que no socializa con casi nadie XD. Siendo el único de los suyos, está totalmente apartado del resto, y eso quizá lo lleva a que no se resista cuando los intrusos entran en la habitación. Que mal, si alguien se merecía una descarga eléctrica era él :ewww:

    Y el último flashback corresponde a Eniar joven tras haber cometido una travesura. Resalto lo que dijo de que los soldados están para proteger a los demás. Ahora mismo, el grupo está a la deriva en un planeta tras un nuevo agujero negro, y los soldados tendrán que hacer todo lo posible para sacar a los suyos de ahí. Eso creo, por lo menos. Cuando Eniar despierta, Dhejam y Fallon están con ella. El trio de thunianos se comunica con telepatía, habilidad super genial, aunque miedo me dará si resulta que los Anixis los pueden escuchar mientras hablan XD. Se repite el patrón de antes y más guardias captores entran en la habitación. Uno de ellos elige a Fallon, y viendo su tamaño, le dan a elegir la opción pacífica o violenta (que no mientan, que yo sé que le tienen miedo XD). Fallon se comunica telepáticamente con los suyos, e imagino que podrá pasarles información por lo menos hasta que caiga inconsciente o lo dejen neutralizado.

    Pero bueno, tocará esperar para ver qué sigue ahora. Sí que tengo preguntas. ¿Quienes son estos seres? ¿Qué quieren con la tripulación? ¿Por qué eligieron solo a uno de cada especie? (en el caso de Caelum fue obligatorio XD, pero con los humanos podían haber tomado a más) ¿Eligieron al azar, predeterminadamente o simplemente ya los tenían estudiados de cuando los capturaron? ¿Cuál fue el motivo para dejarlos juntos si luego se iban a llevar a uno de ellos? Y eso me causa intriga. ¿Será que querían verlos conscientes para ver si alguno presentaba daños tras la niebla o el salto en el agujero negro? Porque fácilmente pudieron tomar a los 4 sujetos que se llevaron de forma directa. La pregunta que creo más simple es de las que más intriga en todo esto, y eso es un gran indicador que esta es una historia de calidad :D

    Bueno, amigo, eso será todo por ahora. Otra jornada más de lecturas en simultáneo que me encantó, y que espero los profesores no me arrebaten la próxima semana con sus trabajos. Tengo muchas ganas de que podamos juntarnos a leer y ver qué depara ahora para la Expedición ya que están capturados como animales de laboratorio y qué harán con los que se han llevado. Pero bueno, resistiré hasta la semana próxima. Tengo qué :mudv:

    Será hasta la siguiente oportunidad. Por más semanas disfrutables en Discord. Un abrazo y cuídate mucho :cynda:
     
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  17. Threadmarks: El daño está hecho
     
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Título:
    Los Viajeros IX: El imperio Anixis
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
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    Ciencia Ficción
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    Palabras:
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    Saludos y bienvenidos al que será el capítulo más corto de esta novena parte del universo Los Viajeros. Volvemos a ver a los personajes del territorio conocido y sus preocupaciones respecto a la expedición, en lo que será un capítulo previo al acelerón que está por coger esta parte, porque sí, las cosas van a acelerarse un poco... Antes de dejaros con la lectura, quiero agradecer a Reydelaperdicion por no perderse ni un capítulo y por hacer el esfuerzo (sé que no es fácil con el trabajo y los estudios) por reunirse en Discord conmigo y disfrutar de una tarde entretenida leyendo nuestras historias y jugando videojuegos. Sin duda, algo que siempre disfruto muchísimo. Dicho esto, ¡hora de leer!




    El daño está hecho







    — No lo entiendo — Musitó la actual representante de la humanidad, en videollamada con el resto de líderes — Envíe el mensaje el mismo día que recibimos el del comandante Crane, pero han pasado tres días y no responden.

    ¿Pueden estar en una zona de interferencias? — Teorizó el Elegido Paokt, de brazos cruzados.

    Técnicamente sí, encontrándose cerca de un agujero negro masivo, de una estrella con mucha energía... — El ingeniero Regan había sido invitado a la llamada, aunque su nueva función era la de gobernar el OCVD — O quizá algo artificial provoca esas interferencias. Saberlo es imposible hasta que alguien en la Nolartis se vuelva a comunicar con nosotros.

    Genial, de vuelta al punto de partida — Dijo la líder Tovam, lanzando un suspiro de resignación — Al margen de la expedición de la Nolartis, ¿cómo van los preparativos para la defensa del territorio conocido?

    — Planeo reunirme con el señor Brant una vez finalice esta conferencia — Se sinceró Bárbara — Tras haberse puesto en contacto conmigo, creemos que podemos ayudarnos mutuamente.

    Debo admitir que la idea de construir una gran arca que lleve a miembros de todas las especies en ella, es una buena manera de asegurar nuestra supervivencia — Cyprus, que ya no vivía en la base militar de Ciudad Anixis sino en Puerto Arcadia, aprobaba el proyecto — No sabemos lo que puede ocurrir en un futuro próximo y aunque preparemos nuestras colonias para repeler algún ataque, cubrirse las espaldas nunca está de más.

    Es la misma idea que tuvo el gobierno de La Unión en aquellos días — Sith recordaba esa etapa como la que le salvó de morir por el suceso de Colapso — De no haber enviado arcas fuera del sistema solar, a día de hoy la humanidad estaría literalmente extinta.

    Razón de más para que ese proyecto del señor Brant tenga nuestro beneplácito y ayuda — Reiteró Om, que también tenía sus intereses — No obstante, tal y como sucedió con la expedición, los suministros que aporten los sylerianos no serán regalados.

    — Es comprensible, nadie quiere formar parte del proyecto sin unas condiciones — La representante Mason asintió al comprender lo dicho por el syleriano — Hablaré con Adam sobre todos vuestros intereses para formar parte del proyecto.

    Excelente, Bárbara — Indicó Erie sin demasiado entusiasmo — Corto y cierro.

    Buena suerte, representante Mason — Añadió Cyprus, antes de que el resto de líderes cerrase la trasmisión.

    La comunicación con los principales líderes de la Alianza Interestelar de Especies había sido breve, concisa y simple.

    No obstante, ese tipo de reuniones comenzaban a ser rutinarias ante la ausencia de noticias de la expedición y las visiones de un Cyprus que ya intimidaban a varios de los representantes. La humana se apoyó sobre el tablero de comandos próximo a las pantallas en las que hacía escasos segundos había tenido los rostros de Cyprus, Erie, Om y Sith como invitado. La respiración acelerada que tenía fruto de todo el estrés de su cargo la hizo tener que parar un momento para recomponerse.

    Bárbara llevaba diez años al mando de la humanidad, tras haber ganado las elecciones fraudulentas de Deon y el abandono del puesto por parte de Snow.

    Sin embargo, la presión de liderar a toda una especie y la situación en general comenzaban a hacer mella en la salud de la mujer, que llevaba meses tomando unas pastillas para tranquilizarse en ciertos momentos. Fue por eso que al oír varios golpes en la puerta de su vivienda, la mujer se tragó dos pastillas seguidas de un vaso de agua, antes de dirigirse a abrir la puerta.

    Tras ella estaba el siempre trajeado Adam Brant, acompañado de cuatro guardaespaldas y de la doctora Marlow.

    — Representante Mason — Dijo el multimillonario humano con una sonrisa de oreja a oreja — Estoy muy feliz de estar finalmente aquí.

    — Adelante, pero solo tú — Indicó la líder de la humanidad, sorprendiendo a Cinthia — Tus guardaespaldas y tu novia no tienen derecho a formar parte de esta reunión.

    — Ellos no, lo entiendo, pero la doctora Marlow sí — Adam se volteó a mirarla — Es mi asesora y mano derecha en el proyecto de la gran arca del que vamos a discutir ahora, entre otras cosas.

    Mason accedió a regañadientes mientras Marlow sonreía burlonamente, consciente de que tras haberla encerrado en la prisión de una de las bases del cinturón, su relación se había deteriorado bastante a lo largo de los meses transcurridos. Su pronta liberación previa al pago de una cuantiosa fianza sentó en la líder humana como una patada en el estómago, entendiendo que era uno de esos casos en los que la justicia mostraba su lado sucio.

    Los seguratas de Brant se quedaron tras la puerta, dejando a solas a los tres principales artífices del proyecto.

    — ¿Te importa? — Adam señaló uno de los sillones, indicando que pretendía sentarse.

    — Claro, sentaos — Bárbara observaba fijamente a Cinthia, quién tampoco le apartaba la vista de encima — ¿Y bien? ¿Donarás parte de tu fortuna a la causa?

    — Verás Bárbara, me parece un acto realmente bondadoso el contribuir a fortificar nuestro precioso territorio conocido de amenazas externas como lo son las visiones de un viejo thuniano — El multimillonario Brant aprovechaba su poder de influencia para conocer muchas cosas que pocos ciudadanos conocían — Donaré una buena suma de alianzas para engrosar el presupuesto de defensa general, pero ya sabes que a cambio, quiero la implicación absoluta de nuestro adorable gobierno.

    — Y la tienes, el resto de líderes apuestan por tu proyecto de la gran arca — Contestó la mujer con honestidad — Pero como bien sabes, hay condicionantes.

    — ¿Y de qué se trata?

    — Bueno, primero que nada, exigen que el gobierno en esa arca esté formado por un representante de cada especie, formando así un consejo que gobernaría la gran nave y la futura colonia que se instalase — Mientras expresaba los deseos del resto de líderes y de ella, la representante Mason se inclinaba hacia delante, mostrando indirectamente cierto interés en el tema — Y en segundo lugar, no quieren excederse en la cantidad de suministros que necesites. Están dispuestos a poner a todos los ingenieros y científicos en el proyecto, pero antes, los necesitamos para fortalecer el territorio conocido. Por ello, te piden que el proyecto espere.

    — No me gusta esperar, Bárbara, soy un hombre que consigue todo lo que quiere inmediatamente — Adam parecía haberse molestado con esa demanda — Pero soy razonable y entiendo que nuestros afables líderes tienen otras prioridades.

    — Adam, nos viene bien tomarnos esto con calma — Por primera vez en toda la conversación, intervino Cinthia — No hay motivos para precipitarse, no hay una amenaza real de la que tener que huir. Las visiones del líder thuniano no significan nada.

    — Eso no lo sabe nadie — Mason confrontó a la médico — Pero sí, no hay confirmación oficial de ninguna amenaza, así que la construcción y creación de todo lo referente a la gran arca deberá esperar.

    — ¿De cuánto tiempo estamos hablando, Bárbara? — El señor Brant arqueó una ceja en señal de interés en la respuesta.

    — Un año, aproximadamente.

    — ¡¿Un puto año?! — El único hombre en la sala se incorporó repentinamente al escuchar aquello — ¡Acudo a la Alianza para acelerar el proceso, no para ralentizarlo!

    — ¡Tú mismo lo has dicho, tenemos otras prioridades! — La líder humana también se incorporó — ¡Tu proyecto exige que se dediquen todos los recursos durante un periodo prolongado de tiempo! ¡Costaría diez veces más de lo que costó la expedición de la Nolartis!

    — ¡El dinero no es el jodido problema, representante Mason! — Le reprochó Adam, queriendo dar por finalizada la conversación — Y como prueba de ello, haré en breve la trasferencia que necesitáis para mejorar el territorio conocido. Tan solo espero que no sea el único rico al que le pedís el dinero.

    — Adam, tú eres el más adinerado y ni siquiera das una suma anual a la Alianza como sí hacen los otros millonarios que solo albergan un cincuenta por ciento de tu puta fortuna — Bárbara le soltó el dato — Así deja de quejarte y cumple con el pacto. Tú contribuyes económicamente al desarrollo de las defensas interplanetarias y la Alianza te ayudará posteriormente en tu proyecto de la gran arca, poniéndote solo dos condiciones. En ambos casos, todo marcha como deseas.

    — En absoluto marcha como deseo, pero vale, yo también tengo una condición.

    — ¿Cuál es esa condición?

    — Si aporto mi dinero a la Alianza, quiero formar parte de la toma de decisiones. De lo contrario, no hay trato.

    — Adam, ¿qué dices? — Cinthia se sorprendió al oírle decir eso.

    — Lo que habéis oído. Es más, se me ocurre algo mejor — El multimillonario humano se aproximó a la representante Mason con la mano tendida — En cuanto acabe todo esto de la defensa del territorio conocido, dimitirás de tu cargo y me nombrarás a mí como representante de la humanidad.

    — No puedo hacer eso, Adam. Debe haber unas elecciones.

    — ¡Pues las convocarás, joder!

    Brant tenía dos lados: el risueño y el ambicioso. Y en ese instante la actual líder humana pudo ver ese segundo lado.

    Adam mostraba una ambición insaciable, comenzando por construir una gran arca que llevase a una minoría de todas las especies a colonizar otro lugar de la galaxia y al mismo tiempo querer tener el poder de liderazgo de su propia especie. Bárbara pensaba que cómo no había visto antes las intenciones del humano ricachón, pero tras estar tantos años en el cargo y encontrarse en el estado en el que se encontraba, convocar unas elecciones a las cuales no se presentaría, dando por finalizada su estancia como líder de la humanidad, le sonaba perfecto.

    — Tenemos un trato, entonces — Sentenció la mujer, apretando la mano del multimillonario y certificando de palabra el acuerdo al que acababan de llegar — En unos meses se convocarán elecciones para elegir a un nuevo representante de la humanidad.

    [...]

    En la calle más concurrida de Ciudad Anixis se encontraban todo tipo de establecimientos, desde tiendas hasta restaurantes, habiendo incluso una sala de cine que proyectaba películas de todas las especies que conformaban la Alianza, las cuáles sobrevivieron a los catastróficos acontecimientos que les llevaron a todos, indistintamente, a formalizar una unión para la supervivencia. Sentada en la terraza de una cafetería de dicha calle, se encontraba Snow. La ex gobernadora de la humanidad había quedado con un amigo suyo, quién estaba por llegar a su encuentro, mientras disfrutaba de la comodidad y el ambiente de la zona.

    Tanto Gina como Owen estaban en la escuela, por lo que la mujer tenía la libertad de aprovechar su tiempo libre como quisiese, decantándose por ir a la ciudad y reunirse con un viejo amigo. El amigo en cuestión no se demoró en exceso de la hora prevista para el encuentro, apareciendo por entre la multitud con una grata sonrisa y una mano en alto, saludando a la señorita Carver desde lejos. La mujer se incorporó de su asiento para recibirle mientras ambos se fundían en un abrazo amistoso, para que acto seguido los dos tomasen asiento a la espera de que viniese el camarero a tomarles nota.

    — Te agradezco el hecho de que hayas venido, Ender — Snow se veía realmente contenta de coincidir de nuevo con quién consideraba un amigo — Desde el incidente de Puerto Arcadia y la visita al hospital, no he vuelto a saber de ti.

    — Ser comisario en vez de un policía que va por libre tiene mucho más trabajo del que me esperaba — El hombre levantó los hombros en señal de resignación, mientras proyectaba su sonrisa — Pero bueno, estoy contento con el hecho de mantenerme ocupado, ahora más que nunca.

    — Me imagino... No he tenido ocasión de decírtelo y por teléfono me parecía inapropiado — La ex gobernadora humana se mostró apenada — Siento muchísimo la pérdida de Cia. Sé lo que es perder a alguien cercano; un padre, una madre, amigos... pero debe ser igual de duro perder a tu pareja.

    — Lo es, indiferentemente de lo que signifique, si alguien que te importa a ese nivel muere, sientes que algo se te ha sido arrebatado — Xom intentaba expresar con palabras lo que había estado sintiendo tras haber descubierto de boca de Bárbara que su mujer había fallecido en la expedición — Habérselo dicho a Kendall ha sido lo más duro.

    — ¿Cómo se lo ha tomado?

    — Lleva unos días comportándose de manera muy distante — El policía asentía con la cabeza — Quiero decir, él siempre ha sido alguien distante, pero ahora incluso más.

    — Pobre niño...

    — Temo que esto le afecte a muy largo plazo.

    — Bueno, al igual que tú, ambos estáis pasando por el proceso del duelo — Snow comprendía lo que debía sentir su amigo — Es una cuestión de tiempo, como casi todo.

    — Cierto.

    La conversación entre Snow y Ender fue sutilmente interrumpida por la llegada de un camarero de la cafetería, quién se aproximó para saber que deseaban tomar. Ambos miraron la carta digital durante unos segundos hasta que tomaron la decisión, sorprendiendo al propio trabajador por la rapidez en decidirse.

    — Entonces, ¿un café con leche para el señor y una tila para la señora?

    — Eso es — Musitó él, agradecido.

    — Sí — Contestó ella, sonriente.

    — En breve se lo traigo, muchas gracias.

    — A ti — Dijeron ambos al unísono.

    El camarero del café se marchó de nuevo al interior del local, mientras otros de sus compañeros atendían al resto de mesas fuera y preparaban las bebidas y postres en el interior. Tanto la ex gobernadora de la humanidad como el comisario de la ciudad retomaron la conversación.

    — Entiendo que no estés contento con cómo ha actuado Bárbara al respecto — Murmuró ella, teniendo cierta curiosidad por el tema.

    — En absoluto, la he mandado a la mierda — Contestó Xom con total seriedad y enfado — ¿Cómo puede alguien que te aprecia esconderte algo así simplemente para que te enfoques en un trabajo? Ahí me demostró que le interesaban más mis habilidades que mis sentimientos.

    — Es bastante rastrero, desde luego — Añadió Snow, negando con la cabeza — A mi apenas me escribía mails para decirme como se encontraba Lill en la expedición tras cada comunicación que tenían, pero no me han dejado hablar con él nunca. Ni a mí ni a nadie.

    El camarero que anteriormente les atendió se acercó con las bebidas ya listas, dejándolas sobre la mesa y provocando unos segundos de silencio antes de que se retomara la charla.

    — El secretismo de los líderes y el hermetismo en el que está la misión... todavía repetimos los mismos errores — Ender recordaba que la humanidad era de tropezar varias veces con la misma piedra, pero ahora parecía propio de todas las especies conocidas — ¿Y sabes algo nuevo de tu marido o todavía no hay noticias?

    — El último mail que recibí de Bárbara decía que los líderes habían acordado no enviar una segunda expedición, adjuntado con un cheque digital con la cantidad de alianzas que le correspondería cobrar a Lill... como si lo diesen por muerto.

    — A mi ya me han enviado lo de Cia... y ese dinero se queda para Kendall. No pienso tocar un centavo.

    — Yo tampoco. Ese dinero será para Gina y Owen; estoy seguro de que Lill, vivo o muerto, lo querría así.

    — Mientras nadie te diga lo contrario, Lill no está muerto — El hombre trató de animar a su amiga.

    — Estoy dispuesta a ir y averiguarlo por mi cuenta.

    — ¿Cómo? ¿A qué te refieres, Snow?

    — Revisaste mi mensaje, ¿verdad?

    — Sí, ese en el que me convocabas en Puerto Arcadia pero que posteriormente borraste. ¿Por qué lo hiciste?

    — Te lo mandé a ti, a Arva y a Cinthia, pero la primera no puede comprometerse a nada así porque sus hijos solo la tienen a ella y ella misma no quiere dejarles. Y la otra... — Snow habló algo despectivamente de la doctora Marlow — Estaba en la cárcel, pero ese engreído multimillonario que es dueño de Puerto Arcadia ha pagado su fianza y la tiene atada como una perrita.

    — ¿Te ha dicho que no se reuniría? — El comisario de Ciudad Anixis no daba crédito a esa posibilidad.

    — Efectivamente, dice que tiene asuntos más importantes que unirse a una cruzada como la que pretendo — Snow hizo el gesto de las comillas mientras lo decía — Por parte de Arva comprendo que no quiera comprometerse a esto, pero Cinthia no tiene a nadie... hasta tus amigos te demuestran a veces que no lo son tanto.

    — Entonces, ¿para esto me has llamado? — Ender ya entendía el propósito de la quedada — ¿Quieres que intentemos seguirle la pista a la Nolartis?

    — Sé que es muy precipitado, quizá incluso un suicidio... pero no dejaré que den a mi marido por muerto — Carver sonaba tan convincente que el policía la miraba fijamente a los ojos — Si está ahí fuera, le encontraré.

    — ¿Y qué hay de tus hijos? ¿De Kendall? — El comisario se cruzó de brazos — No podríamos simplemente dejarlos aquí.

    — Arva se encargaría de ellos, ya no trabaja para Erie y tiene total libertad — La ex gobernadora humana parecía haberlo pensado todo, aunque el plan se cogiese con pinzas — ¿Qué me dices, Ender?

    — Dios, Snow... — El hombre lanzó un suspiro de tensión, consciente de que estaba bajo presión por parte de su amiga — Solo somos dos personas, ¿cómo llevaríamos siquiera una nave? ¿Cómo la conseguiríamos?

    — Tengo dinero, y no hablo del que me han dado por Lill — Snow se terminó de un sorbo lo que le quedaba de la tila — Compraría una nave, tripulación, suministros...

    — ¡Te endeudarías, Snow! — Exclamó Ender, tratando de hacerla entrar en razón — Incluso sumando tu dinero más el de Lill, pagar algo así te costaría una fortuna. ¿De verdad crees que tu marido querría esto?

    — No, no lo querría. Él preferiría que no hiciese nada y es justo por eso por lo que lo haré — La mujer parecía muy decidida — Merece la pena el intento, por Lill. Y si me ayudas, te estaré eternamente agradecida.

    — Ese es el problema, Snow — Contestó Ender con cierta apatía, viendo que a su café le quedaba algo — Cia ya no está en esa expedición. El intento no merece la pena para mi.

    — Está Sun, que es la madre biológica de Kendall.

    — No tengo ningún tipo de relación afectiva con Sun. La respeto porque es la madre de mi sobrino, pero si no regresase, no la lloraría. Ni siquiera Kendall.

    — Entiendo.

    — Lo siento, Snow — El comisario de la ciudad se terminó su café y se levantó, entendiendo que era buen momento para irse — Si quieres un consejo, te recomiendo que contactes con ese multimillonario de Puerto Arcadia, quizá él te aporte una nave y tripulación.

    — Adam Brant es un baboso, no quiero pedirle una mierda a ese tipo.

    — Tiene a Cinthia con él, quizá ella no acceda a tu plan, pero sí te ayude a que él lo haga.

    — Me lo pensaré.

    — Está bien — Xom pagó con su dinero la bebida de ambos — Estamos en contacto. Cuídate mucho, Snow.

    — Lo mismo te digo, Ender.

    La mujer veía como su viejo conocido y amigo se marchaba por la concurrida avenida en la que se encontraba, tras haber mantenido una conversación durante un rato.

    Pese a parecerlo, Snow no le guardaba rencor a Ender, pues comprendía su situación y también la de sus amigas. Sin embargo, se sentía bastante sola en esos momentos en los que más necesitaba del apoyo de sus seres queridos, o en su defecto, de sus amigos. La ex gobernadora de la humanidad se incorporó de su mesa con una expresión de lástima en su rostro para dirigirse a la parada de lanzaderas taxi más próxima, cuando de pronto, su teléfono móvil emitió el sonido de una notificación.

    Snow, soy la representante Mason. Tu marido ha contestado al mensaje que envié a la expedición, pero han pasado varios días y sigue sin comunicarse, de nuevo. Pensé que deberías saberlo. Te informaré de cualquier cosa respecto a Lill. Un saludo.

    [...]

    En algún lugar del supuesto planeta Anyxa...


    El grupo de humanos encerrados era el más numeroso de las cuatro especies que tenían miembros en la expedición de la Nolartis.

    El comandante Crane, la líder Ripley, el hombre de Ceres, la piloto Maxwell, el ingeniero Herswood, el soldado Sanders, la exploradora Hennessey y la ex líder de la Resistencia compartían un espacio reducido como lo era la habitación en la que estaban. La ausencia de la doctora Vega, quién fue llevada a la fuerza por los supuestos Anixis que tenían capturado al grupo, había puesto en tensión a varios de ellos.

    Sun aún se recuperaba de la descarga eléctrica recibida por el aparato que portaba uno de esos seres, acompañada por su compañero Santos. Ambos, viejos amigos, tenían en el rostro una expresión de máxima preocupación al ver como pasaba el tiempo allí dentro sin que nada ocurriese y sin poder hacer algo al respecto. No obstante, el ingeniero e informático Herswood se levantó bruscamente tras haberse quedado viendo durante un rato la compuerta que los mantenía encerrados allí.

    Con la curiosidad e intriga característica de alguien muy atento, Lynx descubrió algo que ninguno de sus compañeros de misión vio antes.

    — La compuerta está abierta — Dijo el joven, sin miramientos — Los engranajes internos no cierran bien.

    — ¿Qué? — Tyra no daba crédito a lo que oía — ¿Cómo lo has sabido?

    — Si estos alienígenas resultan ser Anixis, cosa que parecen, su tecnología es similar a la nuestra... a la suya, que ahora es nuestra — El joven Herswood quiso aclararse a sí mismo y explicarlo bien — Con esto quiero decir que la puerta funciona igual que las nuestras.

    — ¿Con cierre de seguridad? — Supuso Ashley, quién no comprendía a donde quería llegar su compañero.

    — Por fuera, sí, pero para que la puerta se cierre deben encajar los engranajes — El tipo señaló un hueco por el que se apreciaban los engranajes, los cuáles no estaban sujetos — Y por algún motivo, no están sujetos.

    — ¿Qué quieres decir con eso? — Fue la pregunta que lanzó Iris a su novio.

    — Que esta puerta podría estar averiada y hemos sido muy afortunados de que así sea — Lynx se dispuso a revelar los dos principales pensamientos que le vinieron a la mente — O que los Anixis la han dejado así a propósito, para ver si somos capaces de jugarnos el cuello ahí fuera.

    — Estamos mal acostumbrados a pensar que los Anixis son siempre tan retorcidos... — La asiática soltó su comentario sin intención de aportar mucho más.

    — Yo ya me creo cualquier opción con estos seres — Brad estaba abierto a todas las posibilidades — Pero ya que está abierta, aprovechemos y salgamos, ¿no?

    — ¿Y a dónde iríamos? No seas absurdo, Sanders — Le recriminó Lio, mostrándose serio — Podría ser una trampa o no, pero salir todos sería una locura. Rescatar a los demás sin saber donde están es un suicidio e irse sin ellos no es una opción.

    — Tienes razón, amigo mío, todos no vamos a salir de aquí — Lill se incorporó a la vista de todos — Pero dos de nosotros podríamos.

    — ¿Qué sugieres, Lill? — Preguntó la soldado Ripley, intrigada.

    — Que tú y yo salgamos — Contestó el comandante, decidido — Realizaremos una exploración del complejo en el que estamos, trataremos de conocer el paradero de los demás y estableceremos un plan de escape.

    — ¿Solo vosotros dos? — El hombre de Ceres no lo veía del todo claro — Va a ser peligroso.

    — Lo sé, pero te necesito aquí para que los lideres y os preparéis — Explicó el hombre al mando de la expedición — Será más fácil escabullirnos dos que tres.

    — Tú decides — Musitó Brume, sentada en una esquina mientras se iba sintiendo mejor — Cuando regreséis, nos iremos todos, ¿no?

    — Ese es el plan — Indicó Ashley, sin querer darle más rodeos — ¿Vamos, Lill?

    — ¿Y qué pasa si resulta que sus acciones no pretendían ser hostiles? — La pregunta de Iris sorprendió a todos los presentes — ¿Y si solo se están asegurando de que no somos una amenaza para ellos?

    — Hay muchas formas de hacer un buen primer contacto y ellos nos han capturado sin darnos opción a otra cosa — El tono de voz de Crane sonaba muy contundente al respecto — El daño está hecho, aunque eso no significa que nosotros vayamos a hacérselo. La prioridad es volver a la Nolartis, esté donde esté, y volver a casa. Es lo único que me importa ahora mismo.
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Saludos, amigo. Paso a comentar el capítulo de esta semana.

    Breve, eso sí, pero me alegra saber que será el más corto de la parte. Quiere decir que todo lo que venga de aquí al final será más largo, y eso me gusta.

    Pero bueno, me pongo a comentar. Todo comienza con una reunión entre Bárbara y los líderes de las demás especies para tratar con el tema de Brant y su proyecto de arcas para escapar. Es un plan de reserva que le hace de mucho sentido a todos, puesto a que es una forma de asegurar un futuro sin extinguirse ante la posible llegada de una amenaza, aunque no por eso van a regalar recursos y su autoridad, cosa que veo bien. Pronto ella corta y llega el propio Adam acompañado de Cinthia, quien parece estar allí para joder a Barbara por haberla mandado a la cárcel (bitch, fuiste a la cárcel por tus propios crímenes, no te las des de soberbia). Vemos que Adam quiere contribuir a la defensa planetaria, a cambio de que el gobierno le preste ayuda en la construcción de sus arcas, pero el muy egoísta quiere tener el mando para él. Incluso llega a proponerle a Barbara que él sea el líder de la humanidad, a lo que finalmente se queda en paz cuando le dan la posibilidad de que él se presente a las elecciones. Me veo venir que el tipo este será como otro millonario argentino que también fue presidente hace poco (cómo no :v ). Si Brant se convierte en el representante de la humanidad, sus proyectos van a ser prósperos mientras que todos los demás se van a morir de hambre. Me la veo venir, en serio. Ojalá alguien invada pronto a las especies y evite que ese loco sea presidente, porque va a poner en la ruina todo.

    La próxima escena es una charla entre Snow y Ender, quienes llevaban tiempo sin hablarse. Tras juntarse a charlar sobre lo acontecido en la misión, sus niños a cargo y sus parejas en la misión, Snow le revela a Ender que planea algo para poder irse en busca de Lill, teniendo en cuenta que Ender se infiltró para la alianza en la nave de Deon y Sun en la guerra. Ender, pese a comprenderla, ya que sabe lo que es tener a alguien importante, no se compromete a la misión, ya que Cia ya está muerta y Sun no le importa, y no vale la pena el riesgo para buscar a alguien que, al fin y al cabo, no va a cuidar de su hijo si a él le pasa algo. Snow acepta a regañadientes la propuesta, y Ender le pide que contacte con el baboso de Adam, algo que a Snow no le gusta, pero la convence diciendole que tal vez Cinthia pueda prestarle una mano. Y aquí hago un punto y a parte para decir que Cinthia tiene una última oportunidad para mantenerse en rectitud ante mis ojos. Como la tipa esa no le de aunque sea un poco de apoyo a Snow, empezaré a odiarla y quizá nunca cambie mi opinión sobre ella. Vamos, Cinthia, tú te aprovechaste y le coqueteaste a Lill cuando Snow no estaba y nunca te disculpaste. Es tu única, UNICA, oportunidad para redimirte por eso. Ojalá lo hagas o te ganarás un hater, zorra. :ewww:

    Cambiamos a ver a los demás en el planeta Anyxa, aunque solo a los humanos por ahora. El grupo está debatiéndose qué hacer cuando Lynx les señala, gracias a sus conocimientos en la tecnología anixis que le han servido mucho en esos años, que la puerta del cuarto donde están no está cerrada, ya sea que esté rota o que sea parte de una prueba. Bien hecho, Lynx, te estás ganando cada vez más puntos para convertirte en el relevo de Lill cuando este se retire, sigue así bebé :nice:

    Dispuestos a hacer un poco de reconocimiento, Lill decide llevarse a Ashley para ver qué es lo que pueden encontrar, tratar de saber dónde los tienen cautivos, ver si pueden llegar a salvar a los suyos y de paso escapar a la Nolartis. El capítulo queda ahí, y tendremos qué esperar a ver qué pasa, cosa que me hypea. Algo, fuera de esto, que me preocupa es el hecho de que Ashley y Lill están volviéndose cada vez más cercanos, mientras que Snow está volviéndose algo más imprudente. Tengo miedo de que a Snow le pase algo por estar tan al pendiente de que Lill vuelva. Reunirse un ejército y partir fuera del territorio conocido en el rescate de Lill de seguro podría ser una sentencia de muerte para ella, quien dejó de ejercer como soldado prácticamente desde la guerra en Neonia contra la Resistencia en la parte III. Fuera bromas, desde allí en adelante quedó relegada de la acción y siempre se quedó atrás para proteger a su pequeña Gina. No sé si alguien que ha estado en tanta inactividad como ella tendría chances de salir con vida de un planeta como Verilia o Ashant, ni se diga Bildsh o Rynah :aniscream:. Y temo que este acercamiento entre Lill y Ashley sea una especie de construcción para cuando Lill quede viudo. No me hagas eso, amigo :anicry:

    Bueno, basta de teorías. Quedo pendiente de saber quienes son los captores de la Expedición, y ver qué tal se desenvuelven Lill y Ashley en el reconocimiento, conocer más el planeta en el que están y ver qué demonios han hecho con los 4 a los que se llevaron (ojalá Caelum esté muerto jeje). Espero el próximo capítulo venga con ganas de dar respuestas, porque yo estoy hiper cargado de preguntas.

    En fin, amigo, eso será todo por hoy. La he pasado genial leyendo por discord, como siempre. Una maravillosa jornada para recordar, que espero la universidad no nos arrebate cuando llegue la época de exámenes dentro de 2 semanas. La he pasado genial leyendo, y disfrutando de como se mueven los personajes en este universo tan diverso :) Será hasta la semana próxima, espero. Un abrazo y cuídate mucho :cynda:
     
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    Manuvalk

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    Los Viajeros IX: El imperio Anixis
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    Hola a todos. Aprovecho para publicar ahora el siguiente capítulo y para decir que próximamente editaré la guía de personajes y lo demás, a excepción de la cronología, que la edito al final de cada parte con los acontecimientos ocurridos en ella. Antes de irme, agradecer a mi amigo Reydelaperdicion por su entusiasmo en esta historia y en especial en esta parte, la cuál lo tiene muy intrigado. Pronto habrá respuestas a las preguntas que él y los que leáis tenéis, así que paciencia. Sin más, os dejo con la lectura.




    Mátame







    Halisha estaba siendo llevada a la fuerza por un ser de procedencia desconocida, pero el cuál se presuponía que era Anixis.

    Junto a ambos, iban dos seres más de la misma especie, aunque estos vestían un uniforme idéntico. La neoniana miraba a su alrededor con mucha preocupación y tensión, pues desconocía a donde estaba siendo llevada y qué pretendían hacerle, sin embargo, esa pregunta se le fue respondida pronto. Tras haber avanzado por varios pasillos en lo que parecía ser una especie de complejo, la científica Landom se encontró en una especie de laboratorio.

    Había mesas con todo tipo de utensilios, asientos con sujeciones, una gran pantalla en la pared y una cápsula somnífera en una esquina de la sala. Halisha miró a sus captores mientras se estremecía de miedo, momento en el que aquel que la custodiaba la hacía tomar asiento forzadamente en una de las tantas sillas que había, con la excepción de que estas sillas tenían agarres para mantener a alguien maniatado. La científica de la expedición se vio rápidamente sorprendida por dos sujeciones metálicas que se anclaron a ambos lados del asiento, fijándose alrededor de sus brazos para evitar cualquier intento de escape.

    Al momento, Landom pudo ver como a dicha sala llegaban, uno a uno y con poco margen de tiempo entre apariciones, algunos de sus compañeros de misión.

    Maya, Caelum y Fallon fueron sentados en otras de esas sillas tal y como se había hecho con la propia Halisha. Los cuatro se miraron durante unos instantes, apreciándose el terror en el rostro de la doctora Vega, la indiferencia en el rostro del ingeniero Pallow, la preocupación en el rostro de la científica Landom y la seriedad en el rostro del subcomandante Fallon. Allí en dicha sala se encontraban varios de esos seres, supuestos Anixis.

    — ¿Qué nos vais a hacer? — Preguntaba la médico de la expedición, hiperventilando y con un claro ataque de pánico — ¡¿Qué diablos nos vais a hacer?!

    Los Anixis presentes no le dieron ninguna respuesta verbal. En su lugar, estos seres se colocaron una especie de máscaras —similares a las de gas de origen humano— para que acto seguido la cápsula somnífera hiciese su trabajo. Poco a poco, la neblina que ya los había dormido cuando fueron interceptados en la Nolartis hacía poco menos de ocho horas, se iba instalando en el ambiente de dicha habitación.

    Antes de que pudiesen siquiera gritar o decirles algo a sus captores, los ojos de los cuatro miembros de la expedición se fueron cerrando indolora y lentamente, calmando sus nervios y sumiéndolos en un profundo estado durmiente.

    [...]

    Halisha Landom


    Un campo de flores se abría ante los ojos de la neoniana, quién mostraba una sonrisa radiante mientras corría por aquel extenso jardín en Neonia.

    Su compañero y amante, Yak, la miraba desde la distancia con los brazos cruzados y una sonrisa que denotaba la felicidad más absoluta. Cuando ella se percató, a su lado correteaba un pequeño neoniano que la miraba detenidamente, como quién observa lo más preciado que puede tener. Halisha le devolvió la tierna mirada, momento en el que éste se acercó a ella para abrazarla.

    — Todo saldrá bien, mamá — Musitó el pequeño neoniano, mientras la abrazaba — No tengas miedo.

    Landom observó a la criatura un tanto extrañada, pues no entendía a qué venían esas palabras de parte de quién parecía ser su hijo. Sin embargo, la figura del pequeño se fue difuminando conforme una sombra oscura cubría por completo el precioso y extenso jardín de flores por el que estaba corriendo hacía escasos segundos. La neoniana levantó la vista y vio una nave inmensa, de un tamaño inconmensurable, que parecía querer descender sobre su posición.

    El miedo la invadió por completo y la científica comenzó a correr, desesperada, viendo a Yak haciéndole señas para que le siguiera.

    — ¡Rápido, amor mío, por aquí!

    — ¡Espérame, Yak!

    Halisha corría todo lo que podía, pero por alguna extraña razón, la figura de su pareja parecía cada vez más y más lejana.

    La sombra de esa enorme nave se aproximaba cada vez, estando sobre sus cabezas, momento en el que la neoniana se cayó al suelo. De pronto y al incorporarse, lo que antes era un paisaje de flores era ahora un yermo sin vida, árido y seco, sin un ápice de vida. Landom miraba la escena con horror mientras comenzaba a sollozar desconsoladamente, hasta que una mano misteriosa se posó sobre uno de sus hombros.

    La neoniana levantó la cabeza, pero no vio a nadie con ella. No obstante, sí escuchaba a alguien.

    — ¿Quieres la vida que has visto antes?

    — ¡Sí! — Exclamó ella, mirando a su alrededor en busca de aquel que hablaba — ¡Es mi sueño!

    — Para tu desgracia, este no es tu sueño.

    — ¡¿Quién eres?!

    La voz misteriosa se tomó un breve silencio que incomodó más aún a la neoniana, quién estaba a la espera de una respuesta.

    — Esa no es la pregunta correcta, Halisha.

    — ¡¿Qué quieres de mí?!

    — Que obedezcas.

    Halisha agachó la cabeza tras estar un buen rato dando vueltas sobre sí, en busca de alguna pista que revelara el paradero de ese ser misterioso que le estaba hablando.

    — ¿Obedecerte? ¿En qué?

    — En todo lo que te pida de ahora en adelante — Esa voz tosca sonaba lejana pero al mismo tiempo sonaba en el oído de la neoniana — Si quieres la vida que anhelas, tendrás que servirme en mi propósito.

    — ¿Y cuál es ese propósito? — Antes de siquiera meditar el acceder a esa petición, la científica quería saber a qué se refería esa cosa.

    De pronto, un fuerte dolor en la zona del abdomen comenzó a hacer que Halisha se echase al suelo y se retorciese de dolor, mientras gritaba desesperadamente y suplicaba que parara. Aquella misteriosa voz comenzó a reírse a carcajadas, como si disfrutase con el sufrimiento de la vulnerable neoniana.

    Repentinamente ese fuerte dolor abdominal cesó, pero con ello, vino una respuesta.

    — El propósito es la extinción, arrancar de la raíz del universo a vuestras especies, todas corrompidas por objetivos egoístas. Fuisteis creados por error y seréis reparados como lo que sois, errores. Y me suplicareis para que os mate a todos.

    Nuevamente y como había ocurrido hacia poco tiempo, el fuerte dolor abdominal regresó a Halisha. La neoniana comenzó a retorcerse de nuevo mientras gritaba desconsolada y pidiendo que frenase, pero ya no había respuesta de esa voz extraña y el dolor no cesaba, solo aumentaba, hasta un punto que era casi insoportable incluso en una pesadilla como esa.

    — ¡Mátame, por favor! — Gritaba Landom, fuera de sí — ¡Mátame!


    [...]

    Maya Vega


    Una playa preciosa era el escenario en el que Maya se encontraba al abrir los ojos.

    Como si hubiese sido teletransportada allí mismo, la médico de la expedición se sentía en el lugar más tranquilo del universo. Las olas bañaban la arena de la orilla al mismo tiempo que las palmeras mecían sus hojas, siguiendo la dirección de la brisa fresca, que se sentía en el rostro como una caricia. Los ojos de la humana apenas se acababan de abrir, pero ahora ella misma los cerraba para disfrutar del placer que se le estaba siendo otorgado. Pero de pronto, al abrir los ojos, la playa se había convertido en algo muy diferente.

    Miles de cadáveres hasta donde la vista de la doctora Vega podía alcanzar, yacían en la arena. El clima soleado se había convertido en un día nublado, oscuro y triste. La brisa marina era ahora un fuerte viento que zarandeaba con violencia no solo las ramas de la palmera sino el propio tronco en sí. El pelo de la médico se mecía fuera de control, cambiando drásticamente la sensación que acababa de experimentar previamente. Cuando pudo echar la vista al frente, vio en el suelo el cuerpo sin vida de Uriow. Verlo de nuevo, muerto, la hizo sollozar de tristeza mientras se arrodillaba ante él.

    No obstante, no era el único cadáver conocido. También pudo apreciar que estaba el de Norman, a pocos metros y rodeado por los cuerpos sin vida de personas desconocidas para Maya. Ver toda esa playa llena de gente muerta, algunos de ellos siendo conocidos, la derrumbó por dentro. La médico no paraba de llorar, contrastando con la paz que había experimentado hacía apenas unos minutos. Sin embargo, cuando vio el cuerpo de Eron próximo a su posición, su mente volvió inmediatamente a ese suceso.

    De pronto, la doctora Vega se encontró en aquel coliseo, pero esta vez, estaba sola.

    — ¡Tú! — Escuchó de pronto, alzando la vista y viendo a aquel líder rynarok con una lanza que la señalaba — ¿Quieres correr el mismo destino que tus amigos muertos?

    — ¡N-no! ¡Por favor, no! — Exclamó Vega, sintiéndose verdaderamente atemorizada — ¡No sé cómo he llegado aquí, pero no quiero problemas, quiero irme!

    — Lo siento, humana, pero no vas a poder irte hasta que yo así lo quiera.

    Repentinamente, la voz de aquel rynarok se tornó más tosca, como si una oscuridad la hubiese transformado en algo aún peor de lo que ya era. Una amenaza que ahora sonaba como una aterradora amenaza. La médico de la Nolartis tragó saliva y se estremeció al oírle, notando ese cambio en su forma de hablarle.

    — ¿Q-quién eres...?

    — La peor pesadilla que te puedas imaginar.

    Maya estaba verdaderamente aterrada y emocionalmente hundida. De pronto, los muertos Uriow, Norman y Eron aparecieron frente a ella, estando ahora vivos y con lanzas, dispuestos a enfrentarla. Pero lo más sorprendente era que aquel líder rynarok era ahora West, señalándola con una expresión de rabia en su rostro.

    — ¡No hiciste nada para salvarme, ni a mí ni a ellos! — Gritó el ingeniero Finn, muy furioso — ¡Matadla!

    — ¡No, esperad!

    Eron, Uriow y Norman comenzaron a rodear a Maya lentamente, mientras ésta se veía desarmada y en una clara desventaja numérica que la ponía en serias complicaciones.

    Tan pronto como encontró una lanza tirada a su lado, Norman se le lanzó al ataque. La doctora Vega logró esquivar su embestida, usando su lanza para atravesar a un lento Williams, que una vez herido, se difuminó como polvo en el aire. Eron aprovechó para atacar, pero recibió una nueva estocada de parte de la médico, logrando el mismo resultado que con el anterior oponente conocido. Sin embargo, cuando el syleriano se abalanzó sobre ella, no tuvo tiempo para apartarse.

    Los ojos de Uriow se entrecruzaron con los de Maya, momento en el que ésta bajó la vista y vio como la lanza del syleriano estaba clavada justo en el centro de su abdomen, lugar donde comenzó a sentir un dolor insoportable. Los gritos de la mujer se sucedían mientras Uriow sonreía y se reía, retorciendo la lanza en el interior del estómago de la médico, quién comenzó a gritar.

    — ¡Mátame! ¡Mátame! ¡Mátame!

    De pronto, el dolor cesó. Maya abrió nuevamente los ojos, apareciendo de nuevo en esa apacible playa que había visto al principio de aquella extraña pesadilla. Se miró el abdomen para buscar una herida por apuñalamiento que no estaba, sintiéndose cada vez más rara consigo misma y con la situación. Aquella voz oscura regresó.

    — ¿Quieres una vida tranquila?

    — S-sí... sí que la quiero — Murmuró Maya, absorta en el hermoso paisaje que tenía justo al frente.

    — Entonces me obedecerás, o de lo contrario, vas a sufrir incluso más que antes — La amenazó esa misteriosa y tosca voz — Los fantasmas de tus amigos muertos volverán porque así lo ordenaré yo.

    — No, no, no... por favor, no... — Al oír hablar de ellos, la mujer comenzó a sollozar — Te lo suplico, no quiero recordarlos así...

    — Seres emocionales... un error más de tantos — Dijo ese ser, pareciendo dirigirse a sí mismo — Di que me obedecerás y cuando acabes tu verdadera misión, esa que yo te daré, tendrás la vida que ves ante tus ojos.

    La médico mantenía la mirada fija en el horizonte, estando completamente inerte y absorta en sí misma. Sus labios pronto deletrearon el 'sí', pero no salía de su boca hasta pasados unos segundos de incertidumbre y silencio.

    — Sí...


    [...]

    Caelum Pallow


    Cuando el ingeniero y científico syleriano despertó, se encontró con una escena totalmente inesperada.

    Se hallaba sentado en el escritorio de su camarote en la Nolartis, como si se hubiese quedado dormido mientras escribía los sucesos ocurridos en las misiones previas, como un auténtico historiador. Para su sorpresa, alguien entró por la puerta, pero no era ningún miembro de la expedición. Una syleriana de aspecto verdaderamente sensual hizo acto de presencia ante los ojos de Caelum, que la miraba detenidamente, atrapado por su absoluta belleza.

    — Buenos días, consejero de la Alianza — Dijo ella, aproximándose en lencería transparente hacia su homónimo — Por sus servicios prestados, le corresponden servicios de atención personal.

    — ¿Qué... qué tipo de servicios? — Pallow estaba atónito y excitado.

    — Seguro que te lo puedes imaginar, eres alguien muy listo...

    La lujuriosa syleriana comenzó acariciar suavemente los hombros de Caelum, que no podía estar más a gusto que en ese momento.

    Sin esperárselo, la desconocida y sensual visitante se posó encima suya, comenzando a besarle de manera apasionada mientras él posicionaba sus manos sobre los senos de ella. Una situación que solo podía ir a más, debido a la tensión sexual que iba creciendo en la habitación. Sin embargo, cuando Pallow terminó de besarla y abrió nuevamente los ojos para apreciar sus hermosas facciones, se encontró con que en realidad no había nadie allí, siendo fruto de su imaginación.

    — ¿Te ha gustado eso?

    — ¿Qué? ¿Quién eres?

    La misteriosa voz que ya había atormentado a Halisha y Maya, estaba ahora con el syleriano. Caelum le escuchó, pero no supo identificar su procedencia, ya que el camarote se veía totalmente vacío.

    — Sé que eres alguien muy colaborativo, Caelum — Comenzó diciendo esa voz en off — Y quiero proponerte que colabores conmigo para la extinción de tu especie y de las del resto de la Alianza.

    — ¡¿Cómo piensas que voy siquiera a traicionar a mi gente?! — Caelum se levantó bruscamente de su asiento, sintiéndose ninguneado — Escúchame, patético Anixis, porque sé que es alguno de vosotros... acepto que me hagáis pruebas, análisis y escaneos para conocer a mi especie y al resto más a fondo... pero ni te plantees siquiera la posibilidad de que me deje usar por vosotros.

    Tras esa contundente respuesta, se hizo el silencio. El ingeniero y científico de la expedición se quedó a la espera de alguna consecuencia a sus palabras, pero sinceramente, poco le importaba lo que pudiesen hacerle. Estaba solo, no tenía a nadie dependiendo de él, ningún ser querido que le esperase en casa... le era indiferente lo que le pasase llegados a ese punto.

    — Tus compañeros tienen algo que perder, pero tú no, lo entiendo... — Esa voz parecía estar pensando otra manera de quebrar al syleriano — Pero sé que echas en falta el tacto de una fémina, el amor de una pareja, el sentirse querido... podrías tener eso, ¿sabes?

    — ¿Y tú me lo vas a proporcionar? ¿Es eso?

    — Podría, sí. Pero tú deberás trabajar para mí.

    — No trabajo para nadie que no sea syleriano.

    Repentinamente, a su lado, una figura comenzó a formarse. Caelum miraba realmente asombrado como aparecía la Elegida Admir ante sus ojos, la cuál sabía que estaba muerta, pero no esperaba volver a verla. Hylda se aproximó a su homónimo con una expresión de tristeza y los ojos vidriosos.

    — Caelum, accede a lo que te digan — Le dijo la syleriana — Ellos tienen el control... van a hacer un reinicio. Borrarán todo lo que conocemos, pero quedaréis unos pocos para refundar esa sociedad que tenemos.

    — ¿Borrar? ¿Refundar? — Caelum sentía que esas palabras eran más profundas de lo que sonaban — ¿Qué maldición pretendéis echar sobre nosotros?

    — Piénsalo como un nuevo comienzo. Son nuestros padres, nuestros creadores, los Anixis. Lo que hacen es por nuestro bien.

    — Lo siento, Hylda. Pero tú no me dirías esa basura nunca. Así que olvídate de alterar mi percepción mental en este sueño patético y...

    Casi como si alguien lo estuviese tomando del cuello, Caelum sintió justamente eso.

    El syleriano comenzó a jadear y a intentar quitarse unas manos que apretaban su cuello y que eran invisibles a su propio ojo. Aterrado al ver que podía morir, aunque supiese que era un absurdo sueño, Pallow tomó un objeto afilado que estaba sobre la mesa de su escritorio, amenazando con clavárselo a él mismo para despertar de esa pesadilla.

    — Eres inteligente, por eso me serás más que útil.

    — No si puedo evitarlo.

    — Desgraciadamente para ti, Caelum, no puedes — Esa misteriosa voz Anixis se río antes de terminar la frase — Tu fuerza de voluntad no tiene porqué ser quebrada, me basta con hacerla mía.

    [...]

    Fallon


    Unos árboles alargados y con la copa en forma circular, cubrían una estepa que parecía estar, sorprendentemente, floreciendo.

    Un territorio curioso de no ser porque el thuniano lo reconoció enseguida. El subcomandante de la expedición de la Nolartis se percató inmediatamente de que estaba en casa; estaba en Thundia. Su mundo de origen era imposible de no reconocer para alguien que había vivido allí su infancia y sus primeros años como soldado de la paz. Una escena que hizo a Fallon emocionarse conforme caminaba sobre la tierra que un día le vio nacer.

    Una pequeña casa le esperaba a poco más de cien metros, rodeada por mucha vegetación y protegida del sol por las altas copas de los árboles próximos. El aire mecía las hojas con suavidad, como si estas danzasen al son de la naturaleza. El planeta natal de los thunianos siempre había sido un auténtico paraíso; con estepas florecientes, ríos de agua cristalina e incluso zonas ligeramente nevadas.

    Fallon se dirigió a dicha casa hasta estar frente a la puerta de entrada, en la cuál se oía el tararear de alguien, una melodía que el thuniano reconoció.

    — ¿Madre...?

    El subcomandante de la expedición abrió la puerta, encontrándose con su madre, tarareando una canción al mismo tiempo que parecía coser algo de ropa. Fallon apreció que aquello que su madre sostenía en sus manos era su primer uniforme civil, lo que para los thunianos era una vestimenta con la que te convertías en adulto de manera oficial. Estaba hecha de manera rudimentaria, de simples telas, pero era una señal muy preciada entre su gente. El soldado se aproximó a su madre, quién parecía no haberle oído, hasta sentarse a su lado.

    Fallon observó los ojos de su madre, pero ella parecía no verlo. De pronto, una voz potente y tosca sonó tras él.

    — ¿La recuerdas así de feliz?

    Fallon se volteó bruscamente, descubriendo algo que le dejó helado. La forma de uno de esos seres que los capturó a todos sus compañeros, él incluido, estaba presente ante sus ojos. Un Anixis que le miraba seriamente con una pregunta que le tomó una pausa contestar, al quedarse absorto durante unos segundos.

    — Claro que sí — Musitó él, incorporándose en una clara posición defensiva — ¿Quién eres y qué haces en mi maldita casa?

    — He decidido traerte a este momento, Fallon, porque es la última vez que tu madre fue feliz — Le dijo ese ser, dando vueltas por la casa como si fuese suya — Esto es minutos antes de que el sol de tu sistema explotase, destruyendo Thundia y con ello a miles de los tuyos que no fueron elegidos para subir a la arca que hallasteis.

    — Pero... mi madre subió a bordo — Fallon se extrañó con ese dato — Ella murió en la protesta que se hizo con todos dentro. Alguien provocó un incendio y...

    — Eso es lo que te dijo tu padre, ¿verdad?

    — Así es. ¿Cómo...?

    — Pues te mintió, Fallon. Tu madre nunca fue considerada apta para escapar de aquí.

    — ¡¿Cómo mierda te atreves a difamar sobre la palabra de mi honorable padre?!

    — Estoy abriéndote los ojos, aunque tú no quieras verlo.

    — Lo que si que voy a ver es como te despedazo, maldito Anixis malnacido.

    Fallon se aproximó a aquel ser decidido a hacerle daño, pero cuando estaba a escasos metros de él, algo lo detuvo.

    Por más que lo intentase, el thuniano no lograba avanzar más desde su posición, como si algo lo frenase. El supuesto Anixis sonrió con una expresión que parecía ser burlesca al mismo tiempo que posicionó una mano en el torso del subcomandante de la Nolartis.

    — Estás hiperventilando, tu único pulmón se balancea a un ritmo vertiginoso — Dijo aquel ser — He logrado herir tu sensibilidad detrás de esa coraza de soldado que llevas, y sobre todo, sé cómo pararte en seco.

    — ¡¿Qué estás dic...?! ¡Argh!

    Repentinamente, Fallon sintió que su pulmón se quedó quieto, dificultándole seriamente el respirar. El soldado y héroe thuniano cayó de rodillas al suelo mientras se tomaba el pecho y jadeaba en un intento fisiológico por sobreponerse a ese inesperado suceso. El Anixis se acercó a él y se arrodilló justo delante, mirándolo fijamente y sin inmutarse hasta pasado un minuto completo.

    — Los thunianos solo podéis aguantar sin respirar tres minutos... y ya llevas uno. Sé que eres fuerte Fallon, pero vas a morir, a menos que me contestes afirmativamente a esto que te voy a preguntar... ¿harás lo que yo te pida?

    El subcomandante miraba detenidamente a los ojos del sometedor Anixis con una expresión de rabia y sufrimiento más que evidente, pero sin signos de darle esa afirmación. Aquel ser negó con la cabeza y apuntó con su mano a la madre de Fallon, que seguía cosiendo en una silla como si no se enterase de nada. Sin siquiera mirarla, el Anixis con la mano apuntándola hizo algo que el thuniano no se esperaba. La madre de Fallon salió disparada contra la pared, chocando su cabeza con esta y provocando la expansión de un chorro de sangre.

    — ¡...N-no...! — El subcomandante de la expedición veía la escena con horror.

    — Eso mismo se lo puedo hacer a Eniar, aunque no sería lo peor que le podría pasar. Una muerte rápida es un regalo — Dijo el Anixis, ahora muy serio — Dos minutos... te queda uno. Si quieres volver a respirar y ver después a tu amada, a tus compañeros... deberás obedecerme.

    El héroe thuniano no estaba por la labor, pero viendo la situación en la que se encontraba y la amenaza que acababa de recibir, no veía otra salida. En su mente, la mentira era la mejor estrategia, pero esta debía parecer verdad. Fallon asintió con la cabeza, confirmando que obedecería a ese ser en lo que fuese que ordenara.

    — No era tan difícil, ¿ves? — El Anixis se incorporó, desapareciendo en el interior de la casa — Incluso si me has engañado, obedecerás, Fallon. Ya estoy en tu cabeza.

    [...]

    Lill Crane y Ashley Ripley


    Tras haber salido de la habitación en la que estaban encerrados con sus compañeros humanos, el viejo dúo avanzó sigilosamente por el pasillo en el que se encontraban.

    Ambos observaron un cruce que llevaba en dos direcciones, sin saber cuál era la opción correcta a tomar. El plan era hallar la Nolartis, armarse y regresar lo más rápido posible a por sus compañeros, aunque era un plan cogido con pinzas, pero no había posibilidad de detenerse a elaborar uno más complejo. Comandante y líder de equipo se miraron, asintieron y avanzaron nuevamente por el pasillo que les llevaba a la derecha.

    No se oía nada en ninguna de las salas contiguas ni se veía ningún Anixis en las inmediaciones. Como si el azar hubiese querido guiarles inconscientemente, la salida estaba justo al frente tras abrir una puerta simple. De pronto, la luz natural del planeta golpeó sus ojos como un destello cegador al que les tomó varios segundos acostumbrarse, momento en el que pudieron observar mejor su alrededor. La frondosidad del planeta era más que evidente, siendo más sutil que en Bildsh pero dotando el lugar de una belleza sin igual.

    No parecía haber dudas de que Anyxa era ese mundo, y no aquel que se encontraron antes de ser absorbidos por un agujero negro artificial, el cual los arrastró hasta ahí.

    El dúo continuó su camino en el más absoluto silencio, viendo como la Nolartis estaba posada en un hangar próximo a la zona del complejo en la que estaban. Allí, sin embargo, si se apreciaba actividad. Los Anixis parecían estar escaneando la nave y esta se veía con el hangar abierto, por lo que ambos humanos supusieron que estos también estaban explorando el interior. El miedo a ser descubiertos una vez se aproximaron a la zona de aterrizaje les hizo camuflarse entre la maleza del bosque próximo al área.

    Desde allí, tanto el hombre como la mujer podían observar más de cerca las operaciones de esos seres.

    — Deben estar estudiando la nave tanto por fuera como por dentro — Supuso el comandante Crane, oteando el frente.

    — Así es, pero no solo eso, sino que también deben estar estudiando a Maya — Teorizó la soldado Ripley — Y probablemente también pretendan lo mismo con todos.

    — Puede ser — Musitó Lill, serio — ¿Pero por qué hacer esto? ¿Por qué no tener un primer contacto cordial?

    — Ojalá poder preguntarles eso, pero parece que ni hablan entre ellos — Ashley se percató del silencio que había, solo roto por el movimiento de suministros de hacían los Anixis — Mucho menos parece que vayan a querer comunicarse con nosotros.

    — Esto es demasiado extraño — El hombre no dejaba de pensarlo — Después de todo lo que hemos pasado, las pistas que ellos mismos han dejado detrás...

    — No lo sé, Lill, ahora mismo solo podemos teorizar al respecto — Ella miró un momento para atrás por si alguien los seguía — Lo que podemos hacer es ayudar a los demás, tomar la Nolartis y regresar con las respuestas que ya tenemos.

    — ¿Y qué respuestas son esas, Ash? — El comandante sentía que al margen de la IA reveladora hallada en Rynah, no había respuestas muy claras sobre el porqué los Anixis se escondían en su mundo de origen.

    — Que los Anixis actúan de forma extraña, que nos capturaron y que salvo cambio drástico de la situación, son seres hostiles — Definió la mujer, con convicción en sus palabras — Esa es mi manera de verlo ahora mismo.
     
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    Saludos, amigo. Paso a comentar el capítulo de esta semana.

    Debo decir que esperaba más respuestas, pero lo que se vio en ese no estuvo nada mal. Empezamos el capítulo viendo como los captores someten a los 4 miembros seleccionados a un sueño profundo con la niebla que fue arma de Deon y los falsos Anixis en el pasado.

    Estos deben de ser los anixis reales, ya que me imagino que tendrán mayores habilidades para manipular los efectos de niebla que los utilizados por los falsos anixis en el pasado. Ni bien comienza el sueño, cada personaje está en donde quiere estar, pero luego, las cosas se tornan raras y de miedo. Una voz se hace presente, y busca conversar con cada uno de ellos. Y no solo tiene el poder para saber sus nombres, sino que puede buscar a través de su subconsciente para obtener información valiosa de cada uno, y luego ocasionarles un grave dolor mental a todos ellos.

    Halisha comienza su sueño estando junto a Yak y a un bebé neoniano. Muy bonito, solo que me gustaría que el primer angelito neoniano no fuera de Yak, ya me entiendes angrysnake . Pronto, el niño desaparece, y Yak escapa en el momento en que la voz habla con ella sobre un reinicio que pretende corregir el universo, al tiempo que a Halisha le provocan un intenso dolor que le cuesta soportar.

    La próxima en el sueño es Maya, quien disfruta de estar en una playa tropical hasta que los cuerpos de sus amigos están a la vista. De pronto, el sitio se transforma en un escenario devastador, ya que vuelve al coliseo en el planeta Rynah y acaba por tener que enfrentarse a los caídos Eron, Norman y también a Uriow, con quien más cercanía emocional tenía. Cuando Uriow la hiere, esta es transportada una vez más hacia la playa, y el ser le dice que si no desea volver a sufrir eso, debería estar a sus órdenes, a lo que ella acepta que lo hará.

    El siguiente, y el más concreto de todos es el de Caelum. Y aquí pongo mi protesta. A todos los torturaron físicamente (sé que eran sueños, pero seguro ellos lo sintieron como real) y psicológicamente. Pero a Caelum nada más lo engañaron. No te voy a negar que me hizo un poco de gracia ver como Caelum soñaba que estaba trabajando y le llegaba una sensual syleriana para estar con ella, y luego que viera como le era arrebatada del frente. Pero vamos, ese tipo debía sufrir mucho más. La voz oscura fue un hijo de puta con todos menos con él, a quien nada más le dio una pequeña sensación de ahorcarlo. ¿Dónde está el dolor físico y la angustia? ¿Tal vez recibió trato especial por ser el único syleriano? Ni idea, pero aun así, me parece que a Caelum le faltó castigo :ewww: Pero como mencioné, este es el más concreto, y cuando Caelum ve a Hylda frente a ella, esta explica que las intenciones de los Anixis son la de borrar a las especies e iniciar de nuevo con solo unos pocos ejemplares. Entiendo que no debería fiarme de seres que literalmente manipulan sus mentes, pero por el momento lo tomaré como la verdad absoluta. Solo quiero pedirles a los Anixis que, si de verdad quieren hacer un reinicio, que se lleven a Adam y a su hijo a la tumba, por favor :shani:

    El último sueño es el de Fallon, quien tiene un recuerdo de su infancia feliz, al menos para él, ya que la voz oscura le insinúa que es el último momento donde su madre fue feliz. Una vez más, no me fío de lo que una voz oscura en la cabeza, de la cual todavía no conozco el nombre, pueda decir. Pero habremos de tener cuidado con lo que se menciona, tomando todo con pinzas hasta que llegue el día y la hora de la revelación de verdad. La voz tortura a Fallon y le dice que está obligado a cooperar con él si no quiere que Eniar tenga un destino tan trágico como el que su madre tuvo en el sueño (qué fuerte el ver a los Anixis manipular así la realidad onírica de los personajes, espero no le pongan la mano encima a mis bebés).

    Fallon recurre al engaño, y le dice que obedecerá, terminando allí su sueño y definiendo que a cada una de las cuatro especies le tocó una postura diferente.
    Halisa: querer morir
    Maya: obedecer
    Caelum: negarse a obedecer
    Fallon: fingir obedecer

    Eso ha hecho que los sueños, por más que tuvieran un factor común, le dieran más personalidad a los personajes, y me gustó mucho. Un aplauso para la decisión creativa, amigo :dancecat:

    El capítulo acaba con Lill y Ashley observando el aspecto real del planeta Anyxa y viendo como los trabajadores están inspeccionando la nave por fuera, sospechando que también lo hacen por dentro, algo inteligente. Se dan cuenta de que los Anixis no se hablan como tal, ¿será que tal vez, igual que los thunianos, puedan comunicarse por telepatía? Tendría sentido, ya que los thunianos pueden hacerlo siendo una subespecie de ellos, ¿por qué los creadores no podrían? Pero bueno, eso solo hará que me de más miedo si es así. Y si tan fácil pueden meterse a las mentes de los personajes, reitero mis deseos de que no toquen a mis bebés :aniscream:

    En fin, amigo, hasta aquí mi comentario de la semana. Otra gran jornada de leídas en simultáneo por Discord, que voy a extrañar la semana que viene al tener que estudiar para mis exámenes. Pero anhelo que dentro de dos semanas retomemos esta maravillosa rutina y la pasamos fenomenal leyendo (es un decir, ahora que sé de qué son capaces los Anixis, puedes estar seguro de que no me la voy a pasar bien leyendo... okno, es broma, pero sí voy a leer con miedo, no lo voy a negar).

    Ya muero por tener más respuestas, y para ver si esta "voz oscura" que se ofreció para charlar con los personajes, tiene un nombre para poder referirme a él como tal. Esperaré ansioso por el regreso de estos findes. Será hasta la próxima. Un abrazo y cuídate mudno :cynda:
     
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