Naruto se dejó caer en las sabanas de su cama, abrazando sus rodillas contra su pecho y perdiéndose en sus pensamientos. Sasuke había regresado a la aldea hace algunos meses atrás y, tal y como lo esperaba; Sakura corrió a su encuentro ignorándolo al pasar justo a su lado y rompiendo de esa forma su corazón. Él luchó con todo para salvar a las aldeas y traer de regreso al Uchiha, ganándose un sin fin de heridas que aun sangraban. Pero la que mas sangraba era la de su corazón, al ver como sus dos ‘’amigos’’ parecían ajenos a él. Los odió, odió a Sakura y a Sasuke. Los odió por ser sus amigos. Los odió por romperle el corazón. Los odió por amarlos. Los odió por existir. Empezó a evitarlos, no dirigiéndoles la palabra o algún tipo de contacto, realizando misiones en solitario que lo alejaban por grandes temporadas de la aldea olvidándose de todos y olvidándose de sus compañeros. Pronto se volvió una sombra, un antisocial y un solitario en la oscuridad. Nadie se había acercado, nadie quiso hablar con él y no los pudo culpar. Odió a Shikamaru por perezoso. Odió a Chouji por glotón. Odió a Ino por escandalosa. Odió a Kiba por molesto. Odió a Shino por callado. Odió a Hinata por tímida. Odió a Neji por serio. Odió a Lee por entusiasta. Odió a Tenten por indiferente. Los odió a todos, y de igual forma los quería que le dolía. En unos meses Kakashi-sensei sería nombrado como Rokudaime Hokage, dejando al rubio un sentimiento de alivio y tristeza. Su precioso sueño carecía ahora de importancia, ya que nada que él lograra realizar cambiaría su vida, no a estas alturas, pues él ya no podía seguir, él quería dejar de existir. Y todo por solo una persona. Y lo odió. Odió a su padre por dejarlo con una gran carga. Odió a su madre por morir y dejarlo solo. Odió a Jiraiya por ignorarlo. Odió a Sarutobi por no cuidarlo. Odió a Tsunade por tratarlo como tonto. Odió a Kakashi por preferir al Uchiha antes que a él. Odió a Iruka por ingenuo. Pero igual los amaba. Oh, y Kyuubi era al que mas odiaba pero era al que mas amaba y agradecido estaba. Su presencia siempre lo reconfortó de una u otra forma, lo hizo sentirse seguro y querido. Le brindo, aún de forma inconsciente, alguien en que apoyarse. Y lo amó por ello, lo amó por saber que no era el único en aquel calvario, lo amó por existir. Pronto sintió el fuego rodeándole, envolviendo todo a su paso y convirtiéndolo en ceniza. Se sentó al borde de la cama, dejando que sus pies colgaran y que de esa forma las llamas acariciaran las plantas de sus pies. Dirigió su vista a la fotografía, que inocente a su destino, reposaba en la mesilla a un lado de la cama y comenzaba a quemarse desde una punta, consumiéndose poco a poco. El cristal a su espalda exploto en pedazos, cayendo al suelo y ocasionando que las llamas se intensificaran. El fuego quemaba todo a su paso, incendiaba aquel pequeño apartamento donde había pasado toda su vida, donde había llorado y sufrido en silencio. Tomó la mochila a su lado, poniéndose de pie y caminando como si el fuego no lo dañara. Después de todo, no es como que lo hiciera. Dejó caer su banda a la madera y con ello el collar que Tsunade le había otorgado, dando una última mirada al lugar antes de que un espiral de viento y fuego lo envolviera, transportándolo kilómetros lejos de la aldea. Era su adiós para siempre de esa aldea, de esa vida, de todo el dolor. Y sonrió por ello, odiándose por amarlos. Las personas se arremolinaban en las calles juntas al complejo de apartamentos, viendo con fascinación y curiosidad como el último piso era devorado por el fuego en tonos naranja y amarillo. ¿Cómo es que el hogar del chico Kyuubi desaparecía?, se consumía y dejaba atrás cenizas. Los compañeros de generación del Uzumaki pronto se encontraron en el lugar, impactados en la danza de las llamas, en la posibilidad de que Naruto no respirara. Fue Shikamaru en reaccionar, seguido por Neji y el Uchiha, internándose en la tormenta de fuego que se desataba en el interior del apartamento. Buscaron en todo el lugar, cubriéndose la boca y la nariz para evitar inhalar el humo negro, encontrándola absolutamente vacía de vida. Sólo la bandana rasgada y el collar hacían tirados sin ningún cuidado en medio de la habitación del rubio, poco a poco siendo consumidos por el calor. Al salir se encontraron con Tsunade, Shizune, Kakashi e Iruka buscando una explicación. Fue Shikamaru que negó con la cabeza, entregándole ambos objetos a la sannin de las babosas que solo los abrazó contra su pecho. Y lo comprendió. Y no lo pudo culpar…
Hola Hinata-chan (Te puedo decir así?) Me pasaba por el foro y vi tu escrito. Wuuuuuaaaa estoy triste Naruto pobrecito nadie lo tomaba ya en serio snif snif wuuuaaa pobre Naruto la verdad si pasare eso en el Shppuden me desmonoraria pero lo bueno que no: Como que odia a todos sus amigos? Wow eso si fue fuerte O_O Bueno te dejo, si haces otro escrito me invitas. Sayo... Atte: NejiTen Hyuuga Ama
¿Ves? Ya sabes que me encantó querida, no hay faltas ortográficas, no que yo las viera, ¿o estoy ciega? Me gusta tu forma de narrar, ya me lo imagino *0* ¿Sabes?, ahora que lo veo pienso que hay lugares donde no deben de ir puntos sino comas. Gomen. Saliendo, esto que le está pasando a Narutin es algo muy cruel, no quiero imaginarme eso si pasará como dice la linda de Nejiten. Pd: quería comentar.
¡Hola! Muchas gracias por comentar. La verdad es que no me molestaria que Naru-chan sintiera algun rencor por la aldea, al fin y al cabo se lo merecen, pero como muchos dicen: Naruto es muy ingenuo e inocente. Bueno, los odia por cualidades que a él le afectan. Y, ¡claro! Me encantaria invitarte a mis locuras. ¡Ja ne! ¡Hola! Muchas gracias por pasar. Y está bien, me gusto como quedo. Me has hecho sonrojar por tu palabras. Nuevamente gracias por todo. Naru-chan a pasado por una vida muy cruel, después de todo. Feliz dia. ¡Ja ne!