One-shot de Inuyasha - Los dos cumplimos nuestras promesas...

Tema en 'Inuyasha, Ranma y Rinne' iniciado por Fire Flies, 28 Enero 2010.

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  1.  
    Fire Flies

    Fire Flies Guest

    Título:
    Los dos cumplimos nuestras promesas...
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Horror
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    3324
    Los dos cumplimos nuestras promesas...

    ¡Hola! :D bueno, este es mi primer fic en el foro :| y espero que les guste :3 fue algo que salio de mi cabeza a las 0:03am del día Viernes 29 de Enero :D ajaja ^^
    ojala les guste (: sería muy feliz de recibir una pequeña respuesta xDD

    **

    Lo triste es que…siempre terminaba siendo algo completamente surrealista.
    Desde que murió en mis brazos y prometió que me cuidaría siempre donde quiera que estuviera, no e podido dejar de sentirme solo.
    Sí, Murió y sufrió como nunca solo para salvarla a ella. Y la salvo única y exclusivamente para que yo no sufriera…
    Tengo cada segundo de lo ocurrido grabado en mi mente con fuego y sangre, pues fue el peor acontecimiento que me a tocado vivir en toda mi maldita y asquerosa vida…

    -Flash back –

    Ambos grupos de batalla estaban repartidos por todo el claro y ni uno de los dos daba tregua. Aquel asqueroso ser con tentáculos se protegía, como siempre, bajo el brillo opaco de su campo de protección. Lo odiaba. Pero aún así hacía el gran esfuerzo de esquivar, como podía, sus maltitos tentáculos para atacar directamente al campo para destruirlo con un fiel espada.
    Todos paliábamos. Miroku peleaba contra la demonio de los vientos, Kagura. Sango y su gran boomerang se enfrentaban fuertemente con Hakudoshi. Y tú… tú te encontrabas junto con ella, las dos bien dispuestas a disparar flechas a todo lo que le daban sus brazos para exterminar la gran cantidad de demonios y avispas venenosas que comenzaban a salir del espejo de la niña albina y de su respectivo panal.
    No estábamos ganando, pero tampoco nos dejaríamos perder tan fácilmente, las cosas estaban demasiado parejas para rendirnos. En cualquier momento uno de los dos bandos tendría que ceder, y no seríamos nosotros.
    Escuché a lo lejos, donde estabas tú, que a tu compañera se le habían acabado las flechas y tú no dudaste en cubrirla; la estabas protegiendo, aun cuando todas esas flechas sagradas comenzaran a quitarte toda la energía que te quedaba. Estabas decidida a seguir luchando costara lo que costara.
    Me sentía tan orgulloso de ti, pero me preocupabas; Desde donde yo estaba podía escuchar claramente el sonido de tu fuerte respiración al encontrarte tan cansada.
    Al estar pensando en ti, no me percaté que uno de los tentáculos de Naraku se acercaba rápidamente a ella. En ese momento…odie tanto tenerte en mi mente. Por no estar atento a la batalla, estaban a punto de matar a una de las personas más importantes de mi vida. Ella era importante...Era…
    Grité su nombre y sentí una punzada en mi pecho. Era lo que siempre ocurría cuando te hacía daño a ti. Todo lo que tú sentías, lo sentía yo. Todo el daño que yo te provocaba, se me devolvía de la misma forma.
    Corría a todo lo que me daban las piernas. Debía detener ese maldito tentáculo, pero de lo alterado que me encontraba para salvarla, no pensé en el hecho que de mi mano colgaba mi colmillo de acero; de haber sido más atento, abría desdorazo esa extensión de su cuerpo con un simple movimiento.
    Faltaba poco. No había nada que hacer. La veía a ella que tenía una cara de terror y comenzó a gritar…pero tropecé…

    -¡NOOOOO! – Chillé.

    Cerré los ojos antes de que pasara nada. El nudo en mi garganta me decía que no tendría un final feliz.

    -¡Aarg…!

    Fue un repugnante sonido de la carne al desgarrarse y un delicado susurro, pero no era la voz que esperaba escuchar. Abrí los ojos atónitos mirando el piso. Seguía acostado y sentía que algo se había roto en mi interior. Lo que estaba pasando no podía ser verdad.
    Los gritos desesperados de Sango y los lloriqueos de Shippou me hicieron entrar en razón. Ni uno dejó de luchar, pero los golpeaban muy fácilmente al encontrarse atónitos o desamparados ante lo que veían.
    Levanté el rostro por fin. Y no pude contener mis malditas lágrimas. Eras tú. La persona que se estaba llenando de veneno eras tú. La persona que se sacrifico y dejó que la hirieran de muerte eras tú.
    Tú cara estaba completamente desfigurada por el dolor. Seguías en pie con el tentáculo hurgando en tus tripas, pero luego vi que tus brazos se aferraban con fuerza al tentáculo, enterrando tus cuidadas uñas en la carne de este. Tus ojos despedían odio intenso y de tu boca salían delicados hilillos de sangre. Estabas muriendo lentamente, pero no querías dejar de luchar.
    Una extraña luz comenzó a salir de la palma de tus manos, Naraku te miraba con miedo, y tu a el también lo estabas mirando, pero te veías cansada. Tus labios ensangrentados comenzaron a tomar un extraño color azulado, mientras que la luz de tus manos se volvía cada vez mas intensa. Naraku intentó zafarse del agarre, pero parecía que sus fuerzas se estaban agotando lentamente. Toda la lucha, alrededor de aquella imagen, se detuvo. Sango lloraba al percatarse de tu final. Miroku observaba aterrado la imagen y Shippou, al igual que Sango, lloraba desconsolado cubriendo su rostro en las grandes patas de la leona en la que se había transformado, hace varias horas atrás, Kirara.
    El campo de Naraku había desaparecido lentamente, pero no me estaba percatando de lo que le pasaba a él. Me encontraba en estado de shock con mi miraba pegada en ti.
    Me miraste con furia de repente y gritaste:

    -¡Atácalo Inuyasha, por el amor de Dios! – escupiste con lagrimas en los ojos y con tus mejillas ya sin ese color rosa dulce que tanto me gustaba.

    Reaccioné por fin. Tomé mi espada y me levanté. Me sentía extraño, como si un agujero hubiera comenzado a crecer en mi pecho, devorándose todo lo que encontraba a su alcance; ente ellos, mi corazón. Me dirigí hacia Naraku dispuesto a atacar; tomé impulso y di un gran salto. Naraku maldecía a todo lo que le daba sus ya débiles pulmones. Sus criaturas intentaron detenerme, peor mis amigos me cubrieron la espalda, aun con lagrimas en su ojos, para que yo lograra mi objetivo…y todo terminó así: después de horas y horas luchando, por fin habíamos logrado derrotan a nuestro enemigo. Naraku al fin había muerto, y, junto con eso, el agujero negro que Miroku poseía en la palma de su mano, no volvería a aparecer jamás.

    -No…no puedo creerlo…- susurre. Una oleada de felicidad inundó mi mente. Todo había acabado
    -Inu…yash…yasha. – logre percibir un delicado susurro. Me estremecí.

    Miré hacía donde se encontraba mi grupo reunido alrededor de ti, la única que se encontraba aún tirada en el piso a causa del empujón que le habías dado era Kikyo, que aún no podía entender el por que de tu actuar. La habías salvado.
    Guardé mi espada y corrí lo más rápido que pude hacia donde estaban todos reunidos, y al llegar no pude evitarlo, pero empuje a todos los que te estaban observando. Me quebré frente a tu delicada imagen deteriorada. Te costaba respirar y la sangre seguía saliendo abundantemente de tu boca y pecho. Ya no eran aquellos pequeños hilillos que torturaban con manchar tus labios.
    Te tomé entre mis brazos intentando divisarte entre lo borroso de mis lagrimas en mis ojos mientras me mordía, con odio hacia mi mismo, el labio. Te abracé. Te estaba perdiendo a cada segundo que transcurría y yo no estaba haciendo nada.
    El calor de tu cuerpo se estaba alejando del mío. Por un intento desesperado te abracé con más fuerza para que volviera ese calor, pero me martirice mucho más al ver, en una imagen mental, como la calidad de tu pequeña figura me decía adiós.

    -Inuyasha…

    Sentí tu aliento en mi oreja. Busqué tu mirada, pero se encontraba opaca y perdida en el nada. Tomaste mi rostro con tu fría mano y yo incline un poco mi cabeza para que el leve rose se volviera una caricia más profunda. Ya no pude contener más las lágrimas por ti…se habían vuelto incontrolables cascadas de angustia que comenzaron a caer en tus ropas al resbalar por mi mandíbula.

    -Resiste, por favor…Te llevaremos a la aldea para que Kaede te cure…todo estará bien. – mi voz se quebró al pronunciar esas palabras. Mentí.
    -No nos sigamos lastimando más, Inuyasha…-susurraste mientras tu labio lentamente se torcía para formar una sonrisa.
    -Yo…prometí que te protegería…- susurre tan bajo que fue algo casi inaudible. Solo tú lograste percibirlo.
    -Y yo prometí que…protegería a Kikyo en el momento que no tenía más flechas…y los d…los dos cumplimos nuestras…promesas – suspiraste al final con dolor. Seguías mirándome con cariño, ternura y amor. Amor que jamás me merecí. – acércate un poco, por favor.

    Se me hizo difícil escucharte decir eso, aun cuando mis orejas llegaras a escuchar sonidos muy ínfimos.
    Hice caso a lo que me pedía y me acerqué. Apoye mi frente a la de esa y ella rió al sentir nuestras narices rosar. Se encontraba débil, pero no pudo evitar mover de un lado para el otro su rostro para que nuestras narices jugaran. Sonreí triste ante ese gesto que propinó con ternura.

    -Logre soportarlo hasta el final – empezó – y no me rendí…Quizás muchas veces solo fui una maldita carga, pero hice bien mi trabajo de radar de fragmentos. – Sentí el sacrificio que significaba para ella decir esas palabras con una sonrisa en el rostro. Se me hacía tan imposible que siguiera viva luego de esa herida…Pero más de dolieron sus palabras.
    -No fuiste una carga. – no podía parar de llorar. Quería creer que si dejaba de llorar la calmaría, pero por lo que se veía, ella estaba mucho más calmada que todos los que nos encontrábamos en ese claro.
    -Shht – colocaste tu pulgar en mis labios y los acaríciate con desden. Esperaste un momento antes de seguir hablando. – Protégelos a todos…por favor.

    Te estabas despidiendo de mí. Te miré aterrado; no podías irte de mi lado, pues me lo habías prometido.
    Me sentía exasperado intentando fuertemente que las lagrimas dejaran de nublarme la vista. Quería verla bien, sin brillos molestosos que me lo impidieran.

    -Cuida de Shippou como yo lo hubiera hecho… - me sonreíste empezando a llorar de nuevo. Los surcos secos de sal comenzaron a ser ocupados nuevamente por lágrimas.
    -Kagome… - cerré mis ojos. Dolía, de verdad.
    -Y a ti…te cuidare donde quiera que estés… Jamás te sentirás solo... no si yo puedo evitarlo. – Un silencio colérico inundó el claro. Tú habías comenzado a acariciar mi mejilla y yo solo podía observarte al despedirte… pero la pregunta que vino luego, me dolió: - ¿bésame? – y supe a la vez…que no solo a mí me dolió que me lo preguntaras. Tu corazón también se rompía lentamente, por que sabía que tú pensabas que yo no te amaba a ti, que solo te había utilizado y había jugado contigo…pero puedo jurar que jamás había amado a alguien más que… a ti, Kagome. Lo malo es que me había demorado demasiado tiempo en darme cuenta, y ese maldito dicho que dice: “nunca te das cuenta de lo que tienes hasta que lo vez perdido” estaba empezando a pasarme. Te estaba perdiendo, y de apoco había empezado a darme cuenta que sin ti mi maldita vida no era nada.

    No me resistí a su pregunta. Yo también deseaba besarte con toda mi alma. Acorté la distancia que había entre nosotros, esa poca, casi nula, distancia que nos separaba, y te besé…
    Recordé de la nada cuando me besaste por ves primera. Tu sabías el peligro al cual te estabas enfrentarme, pero no me dejaste solo…Te quedaste a ayudarme.
    El beso fue dulce, como lo espere durante tanto tiempo. Fu algo que no paso a más, por que no queríamos desperdician la delicadeza de nuestro roce, pero bastó para que me demostrara tantas cosas…
    Al separarnos, nuestras miradas se volvieron a buscar. Tú me sonreías con cara de cansancio decidida a partir definitivamente. Yo me aferraba a tu cuerpo y a cada uno de tus miles de recuerdos. Suspiraste…por última vez.

    -Te amo, Inuyasha – ¿Por que mierda ese maldito dolor volvía? ¿Porque sentía de nuevo en mi garganta ese asqueroso nudo tan doloroso que a duras penas me dejaba respirar? – Jamás nadie podrá amarte como yo te amé…

    Tu voz se había comenzado a apagar de apoco. Cerré mis ojos con fuerza mientras sentía como tu mano volvía a pasar por mi mejilla completamente salada por las lágrimas, sin importarte que te quedara mojada al contacto con mi rostro.
    Chirríe los dientes; tú habías podido decir tantas veces esa frase y yo como un idiota esperando que mi alma hablara, por si sola, sin necesidad de pasar por mi boca.

    -Kagome, yo…- Me arme de valor. Necesitaba decírtelo, necesitaba que lo supieras. – Kagome, yo te… - abrí mis ojos lo más rápido que pude al sentir que tu mano dejaba de acariciarme muy rotundamente…temí lo peor.

    Tenías tus ojos cerrados y ya no podía oírte respirar ¿Qué te pasa? ¿Por qué no me hablas?… Comienzo a moverte delicadamente esperando alguna reacción tuya…Nada.

    -¿Kagome? – sentí atrás mío que sango comenzaba a llorar con más fuerza y sus gritos me estremecieron. -¡Kagome, por la mierda! ¡RESPONDEME! – me altere. Mis movimientos delicados para intentar despertarte se volvieron en zamarreos bruscos y salvajes. Sentía como tu cuello ya no estaba rígido y bailaba siendo presa de mis movimientos poco calculados y desesperados.

    Miroku al ver mi reacción, soltó a sango e intentó tranquilizarme, pero no recuerdo que me estaba diciendo; estaba más preocupado en ti y en verte abrir tus ojos. Estaba gritando enrabiado conmigo mismo por que no reaccionabas. Me estaba volviendo loco.
    Sango también empezó a alejarme de ti, y cuando la fin lo lograron Miroku me arrastro lo más lejos que pudo de tu cuerpo. Desesperado comencé a patear o a lazar golpes a cualquier parte, y cuando vi que Sango abrazaba tu sangrante cuerpo, enterré mis garras en la viva carne del brazo de Miroku, lo oí quejarse.

    -Murió, Shippou…- Le susurró Sango al pequeño Kitsune que se había acercado con la miraba baja, con el rostro bañado en lagrimas y susurrando “no” a cada instante al ver muerta a su madre.
    -¡NO!- grité luego de escucharla decir eso. - ¡KAGOME NO MURIÓ! … no puede haber muerto, Sango…. ¡No se puede morir sin antes saber que la amo!, ¿ENTENDISTE? ¡NO PUEDE! – comencé a tirarme los cabellos y a rasguñarme el rostro de pura impotencia.

    Mi dolor y el de todos se agrandó al ver lo que ocurrió luego; unas extrañas luces de forma circular empezaron a salir lentamente de tu cuerpo. Me aterré. Me solté de Miroku como pude, empujé a sango y abracé tu cuerpo para que las almas no salieran de tu cuerpo, pero fue algo imposible; las esferas de color rosa atravesaban mi cuerpo y de apoco empezaron a salir más rápidamente que nunca y se dirigieron al cielo.
    Me sentía completamente desolado y lastimado. Kikyo hace rato ya que había abandonado el claro y solo estábamos nosotros alrededor de tu cuerpo inerte. Shippou no paraba de gritar, clamando por su madre; por Kagome.

    -Fin Flash Back –

    Jamás creí que lo perdería todo…Jamás creí que sería tan imbesil para decir que la había odiado por ocupar mi mente en el momento que Naraku lanzó su tentáculo dispuesto a atacar a Kikyo.
    Tú…Tú querías verme feliz…
    Sí… siempre terminaba siendo algo completamente surrealista. Te sentía siempre a mi lado, te veía. Me besabas…pero al momento se cerrar mis ojos e intentar tocarte, desaparecías. Seguías a mi lado, pero mi cabeza seguía jugando con mi corazón para hacerlo sufrir…Per no más.
    Comprendí finalmente que me querías hacer feliz.
    Ya no veo a Kikyo desde que diste tu vida por ella y aún tengo bien guardada la perla se Shikon. No e podido tampoco sacarme el collar del conjuro; es una de las pocas cosas que me quedaron, junto con los recuerdos, de ti. Te extraño.
    Sango, Miroku, Shippou, la anciana Kaede y yo aún seguimos a la espera de lo que pueda pasar el día de mañana…
    Le conté a tu madre todo lo que había pasado y su reacción fue muy lastimera. Se lanzo a mis brazos sin dudarlo un segundo y lloramos juntos. Sota y tu abuelo se desparramaron en sollozos y palabras de agonía.
    Pero luego tu madre dijo algo que me dejó noqueado.

    -Puede que duela mucho la partida de mi hija…- sonrió con el rostro demacrado – pero era lo que ella quería. Luchar por lo que creía mejor…y morir a tu lado. – Me miró. Me miraste a través de sus ojos. Esa era la mirada y esos ojos que yo veneraba. Ahora comprendía de quien habías heredado tu ternura incondicional.

    Me jure solemnemente que no te olvidaría desde ese momento y sé que ahora sería imposible olvidarte.
    Siento tu risa tan musical acercándose lentamente y yo no puedo evitar sonreír y sentirme la persona más afortunada del mundo…

    -¿Que haces aquí solo, Inuyasha? – me miraste incrédula

    La historia que contaba ayer, no es mi misma de hoy. Si ayer había tristeza y dolor, hoy le doy paso libre a la felicidad y a la verdad que emana de mi corazón.
    Tu olor a llegado a mis narices. Eres de verdad…

    -Nada, pequeña. – me acerqué a ti y coloque en su lugar unos cuantos mechones de cabello escurridizos que salían de la coleta que llevabas puesta. – Solo estaba recordando – sonreí.

    Me devolviste la sonrisa con tu mirada tan linda, y desde ese momento agradecí por milésima ves que en algún momento hubiera existido una perla tan poderosa de hacerte volver, y que las guerras causadas por ese objeto ya no volverían a surcar los parajes de nuestro Sengoku.

    Usaré la perla de Shikon…

    Te tomé de la mano recordando la frase que salio de mis labios en ese momento. Luego de esa frase, volví a ser feliz. Las guerras acabaron. Tú volviste a mí…

    - Te amo Kagome...

    Por fin pude volver a besar esos aterciopelados labios de princesa.

    Fin.
     
  2.  
    ahomexInu

    ahomexInu Entusiasta

    Piscis
    Miembro desde:
    13 Octubre 2009
    Mensajes:
    152
    Pluma de
    Escritora
    Re: Los dos cumplimos nuestras promesas...

    Que bello fic, se puede sentir el dolor y la desesperación de inu, fue muy intenso, me gusto mucho, tuviste buena narración y por lo que comprendí Inu revivió a Kag con la perla cuando lo lei pensaba ¿porque te despides se te olvida la perla? pero sirvió para que se diera cuenta de lo mucho que ama a Kag. Bueno te felicito has escrito un fic hermoso, espero escribas mas :)
    Cuidate!
     
  3.  
    duruse

    duruse Iniciado

    Piscis
    Miembro desde:
    30 Junio 2008
    Mensajes:
    13
    Pluma de
    Escritor
    Re: Los dos cumplimos nuestras promesas...

    wow!
    de verdad que es bellisimoo!!
    se siente hasta las minima pizca de dolor y odio hacia naraku k siente inuyasha...
    de verdad.. me habia olvidado de la perla.. XDD..
    pero de verdad te feliciiiitoo!! exelente narracion! <3
     
  4.  
    Fire Flies

    Fire Flies Guest

    Re: Los dos cumplimos nuestras promesas...

    wiii gracias por darce el tiempo de leer mi fic! :3 ajaj me alegraron la nochesita xDD (día malo malo malo ¬¬, te golpearé ;@) ajajaj :3
    que bueno que les gustó *-* es el primer fic que publico en miv ida! SII ^^ ajaja xddd
    bueno, sí espero volver a escribir algun otro fic :3 y disculpen los enredos ortograficos n.ñU como que mi word se taldeo y cambio algunas palabras, por lo que veo |: y sí lo relei mil vecez TT-TT bueno..le tirare las orejas :3
    ajaja
    Pudin! ^^
     
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  1. Artemisa
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