Los dados están echados

Bueno, aquí les traigo mi primer relato escrito en primera persona a modo Light Novel (O Novela Ligera, si se prefiere), lo que significa que basicamente no entrare en mucho detalle e intentare usar palabras sencillas para contarlo. Espero que les guste y lo comenten.​

PD: El nombre "Los dados están echados" es mas bien temporal y flexible a cambios xD​

Capitulo 1​

El coro estaba cantando esa noche. Mi primo y yo estabamos en primera fila disfrutandolo, sonaba tan melodioso. La practica los habia llevado a convertirse en uno de los coros más famosos de la región.​

–Entonces, ¿Cómo haremos para escaparnos?, ya me canse de fingir que no soy mas que un espectador de este lugar–Pregunto mi primo, Axel.​

–Dejame pensar.–Dije, mientras meditaba acerca de una posible solucion.​

–No tenemos tiempo para ponernos a analizar, ¡apresurate!–Exclamo rapidamente.​

Y mientras ponia mi mano derecha sobre mi barbilla realizando un gesto pensativo con mi cara, mi primo me miraba fijamente esperando una respuesta.​

La verdad, ésta era la primera vez que me pasaba algo como esto.​

Lentamente fui bajando mi mano y alze la mirada hacia la de mi primo.​

Lo mire con una cara de picardia que solo el podia haber entendido en ese momento. Los dos sabiamos lo que teniamos que hacer, y sonreimos estupidamente como dos niños que se ponen de acuerdo para hacer alguna travesura o parecido.​

Entonces, vimos que unos hombres de trajes y gafas negras ingresaban al gran teatro de la ciudad donde estabamos.​

Inmediatamente, ambos nos agachamos y nos pusimos a murmurar ocultandonos con las sillas en las que estabamos sentados e intentado fundirnos con la multitud de gente que habia alli para que no nos vieran.​

–¿Qué hacemos?, ya estan aquí.–Murmuro Axel.​

–Ya, lo tengo, ¿Qué tal si pasamos por debajo de las sillas de las demas personas y—​

–¡No!–Me interrumpio rapidamente.–¡Ni pensarlo!​

–Entonces, nos escabulliremos por… ¡Alli!–Dije, mientras señalaba un respiradero que habia en la pared que estaba junto a nosotros.​

–¿¡Estas loco!?–Se exalto, aunque en voz baja.​

Luego suspire exhalando todo el aire contenido directamente hacia mi flequillo, y un segundo después sin poder esperar mas, como una rata inquieta, me di la vuelta al instante y comenze a gatear desesperadamente hacia el respiradero.​

–¡P-P-Pero-Vuelve aquí!–Dijo mi primo.​

Él se adelanto tambien gateando detrás de mí y mientras se resbalaba me tomo de la pierna derecha, por lo cual caí de cara al suelo con los brazos abiertos como una torpe foca.​

–¡Asi llamaras la atención!–Dijó.​

En ese momento me senti regañado.​

Es cierto, tan solo tengo 16 años. Comparado con Axel, quien es 10 años mas grande que yo, solo soy un bebe.​

–Te enojas porque soy divertido, y me detienes porque, al ser tan viejo, ya no tienes tanta energia para andar de un lado para el otro como yo–Me burle.​

Esta bien, esta bien, mi respuesta fue un tanto infantil y estupida, lo admito. Pero, ¿Qué podia decir en una situación como esa?​

Todo esto engloba una larga y complicada historia la cual nos llevo hasta alli.​

–Escuchame, mocoso.–Dijo Axel agitado.–Solo haz lo que te digo si no quieres terminar muerto. Ya no podemos seguir fingiendo que somos simples espectadores de este lugar, tenemos que huir de aquí sea como sea.​

–Yo… Yo…–Tartamudeé.​

Axel se levanto y me obligo a levantarme a mi tambien tirandome del brazo, la verdad es un bruto sin limite.​

Los 4 hombres uniformados estaban buscandonos por todo el teatro, banquilla por banquilla.​

La gente comenzo a vernos extraño debido a que eramos los unicos que nos habiamos levantado de nuestros asientos.​

Axel, entonces, tomo su telefono del bolsillo de su pantalón y fingio que alguien lo estaba llamando, mientras caminaba en direccion hacia los baños y me hacia seña de que lo siguiera. Caminamos lentamente ocultando nuestros rostros de aquella gente que nos perseguia.​

Entonces una anciana se quejo:​

–¡Niño, me estas estorbando!–Dijo.​

–Disculpeme… Lo siento… Lo lamento–Respondia mi primo mientras pasaba a traves de la hilera de asientos llenos de gente.​

Nos apresuramos y conseguimos llegar al baño de hombres.​

Axel se acerco a los lavabos y apoyo sus manos bruscamente sobre los mismos. Me miro pensativamente y cerro los ojos mientras suspiraba.​

–Muy bien, no queria hacerlo pero no tengo otra alternativa.–Dijo.​

¿De que estaba hablando?, ¿Qué se supone que debiamos hacer?​

Axel se enderezo y se cruzo de brazos.​

–¿Estas listo?–Me pregunto.​

¿Listo?, ¿para que?​

–Supongo que luego de esto deberias saber toda la verdad sobre mi.–Comentó.​

Claro, en realidad no estabamos allí por la simple razon de que el coro nos gustase, si no que se trataba de algo mas, algo que aún no conocia, de cualquier manera la situación ya me parecia muy sospechosa.​

La cosa es que esos hombres de negro habian estado persiguiendonos sin motivo alguno desde que nos colamos en la entrada del teatro.​

Aunque yo diria que, por el apuro de mi primo para ir de un lugar a otro hasta haber terminado aquí, la persecución venia de mucho antes y no me habia dado cuenta.​

–¿Por qué es tan grave que no hayamos pagado la entrada?, no puede ser un delito que merezca una pena tan grande, ¿verdad?, ¿no te parece que es asi?–Cuestione nervioso.​

–Ellos no son policias, Oliver.–Me dijo remarcando mi nombre fuertemente.–Si no huimos, terminaremos seriamente muertos.​

No estaba bromeando. Y si era una broma, la verdad que era de muy mal gusto. La tension comenzo a subir y senti escalosfrios en mi espalda. Parecia como si la temperatura hubiese aumentado de repente. Me sorprendi, y asuste al oir la palabra “muerte” usada sobre nosotros.​

–Muy bien.–Asintió.​

Entonces, rapidamente coloco dos de los dedos de su mano derecha tensionadamente sobre su pecho, justo delante de su corazon. Cerro los ojos y estiro su brazo izquierdo hacia arriba.​

–Alea…–Resitó.​

¿Qué estaba haciendo?, esto se estaba tornando cada vez mas raro, por lo que movi, sin girar mi cuerpo, mi pierna izquierda hacia atrás, preparandome para dar un paso.​

Sentí que, alli mismo en aquel baño cerrado y sin ninguna ventana que diera al exterior, el viento comenzó a recorrer el lugar agitando las puertas de cada uno de los WC.​

–Jacta…–Continuó Axel muy concentrado.​

Al parecer, en ese momento, las lamparas que estaban ubicadas sobre los espejos cercanos a los lavabos entraron en corto circuito y acabaron apagandose.​

El ruido que aquella ventisca generaba ya se estaba volviendo insoportable.​

–¿Q-Q-Que estas diciendo?–Tartamudeé.​

No hubo respuesta.​

–¡Alea jacta est!–Exclamo mi primo mientras bajaba su brazo izquierdo y lo estiraba hacia donde estaba yo para luego apoyar encima de su hombro los dedos que tenia sobre su pecho.​

Pude ver, entonces, dos niñas que antes no habia visto detrás de mi primo. Ambas de vestimenta rara, llevaban un vestido rojo con un moño negro atado a las mangas de cada uno de sus brazos. Su pelo lacio caia sobre su cara por lo que no pude distinguir bien sus facciones.​

De la nada, esas niñas comenzaron a bailar alrededor de mi primo.​

Pensé que estaba alucinando, ya que comenzé a ver otras imágenes: Un rey que caminaba a traves de una alfombra roja donde a cada lado de ésta cientos de personas le realizaban alabanzas, luego cañones disparandose, militantes en una guerra, indios que huian de algo o alguien, y cientos y cientos de rostros de personas que jamas en mi vida conoci recorrian mi mente.​

Finalmente, mi primo dío un giro sobre si mismo y flexiono sus piernas casi agachandose para luego estirar su brazo derecho y lanzar unos… ¿Dados?​

Parecia como una pesadilla que no iba a acabar mas. Ya nada mas podia sorpenderme.​

Axel se acerco corriendo hacia mi y los dados calleron a nuestro alrededor.​

Por mi parte, no pude hacer otra cosa que mantenerme boquiabierto como un idiota. Estaba estupefacto.​

–6… 2…–Dijo mi primo.–Muy bien, que el juego comienze de nuevo. Veamos, seis mas dos por dos… dieciséis. Excelente numero.​

Estaba calculando algo, pero ni siquiera pude deducir que.​

De repente, mi cuerpo empezo a sentirse mas liviano, parecia como si estuviese mas relajado y tuviera mas energia.​

Aunque insolito, sentí hambre, y me daba la sensación de que no habia almorzado aquel día.​

Luego me senti, sin contradecir nada de lo anterior, algo somnoliento. Como si recien me hubiese despertado después de una larga noche de sueño.​

Todo se calmo, y las luces se encienderon de nuevo.​

–¿Qué ha pasado?–Volvi en sí.–¿Qué ha sido eso?, me duele mucho la cabeza.–Me queje.​

–Eso es porque no estas acostumbrado. A mi tambien me pasaba las primeras veces.–Me respondió mi primo.​

–¿De que estas hablando?...–Dije en voz baja.​

Luego, reflexioné y continué:​

–Ah, ya… Esto ha de ser una broma para televisión, ¿verdad?, si que me las jugado este vez, ¿no, Axel?–Acoté mientras me reia.​

–¿Una… Una broma para televisión?, no, la verdad es—​

–¿Y cuanto te han pagado por esto?,–Lo interrumpi–Vamos, no puedes haber caido tan bajo, ¡jajajaja!, ¿donde estan las camaras, eh?–Dije en tono burlon.​

Entonces me giré sobre mi mismo y camine unos pasos hasta llegar hacia la salida del baño. Abri la puerta y salí riendome a carcajadas.​

Me lleve, desde luego, la sorpresa mas grande de mi vida. Mi sonrisa se desdibujo y mi carcajada quedo sola resonando en eco.​

¡El lugar estaba vacio completamente!​

¡La gente, el coro, el decorado del escenario, e incluso los cientos y cientos de butacas habian desaparecido en menos de 1 minuto, todo justo en el momento en que estuvimos dentro del baño!​

Pero, ¡no podia ser verdad!, ¡era imposible!​

–Jeje…–Reí en voz baja.​

Inconscientemente, aquella locura me causo gracia, pero en realidad estaba confundido.​

Camine un poco y pude ver, a traves de la cupula alzando la cabeza, que estaba amaneciendo.​

¡Un momento!, ¿amaneciendo?, ¿pero cuanto tiempo habia pasado?, ¡si hasta hacia un momento no eras mas de las 9 de la noche!​

Esuche a Axel acercarse a mis espaldas.​

–Esto… No es una broma, ¿verdad?–Le pregunté sin siquiera voltearme para mirarlo.​

–Y hasta que te has dado cuenta.–Me respondió mientras, detrás mio, apoyaba su mano en mi hombro derecho.​

–¿Cuánto tiempo ha pasado?–Cuestioné.​

–Se que puede ser difícil para ti entender esto, asi que por favor descubrelo tu mismo. Lo sabras si miras tu reloj, Oliver.–Sugirió.​

Alze mi mano izquierda justo hasta la altura de mi pecho y corri la manga de mi camisa hacia atrás para poder observarlo.​

…​

–Cinco… De la madrugada… De ayer.–Dije, según mi reloj indicaba.​

–Así es.–Me respondio Axel.–El tiempo no ha pasado, sino que ha retrocedido.​

–¿Cómo es… Posible?​

–Bueno, en realidad no es que hayamos vuelto al pasado. La verdad es que el tiempo sigue transcurriendo justo donde lo dejamos anteriormente, solo que nos hemos movido a otra realidad mas atrasada que la de nuestro anterior presente. Puede sonar complicado, pero es mas sencillo de lo que crees, le llaman “la teoria de las cuerdas”.–Explicó Axel.​

¿La teoria de las cuerdas?, ¿Cómo que en realidad el tiempo sigue transcurriendo justo desde donde lo dejamos?, tantas preguntas, tantas dudas.​

La confusion se apodero de mi cuerpo y solo quise saber una unica cosa. No importaba nada mas.​

–Axel.–Convoqué.–… ¿Quién eres?​