Los Caballeros

Aquí hago una historia que me llegó de repente a la mente, espero que les guste.

Chapter 1. - ¡La llegada a un nuevo mundo!

Erase una vez una tierra dominada por la oscuridad y el temor, creado por un cruel y tirano emperador. Esta historia es una historia sobre un mundo de Fantasía apartado del “mundo real”, este mundo se encuentra muy pero muy lejos de la ciudad de Tokio Japón, la entrada a este lugar es difícil y arriesgada. Ese mundo tenía el nombre del “Mundo de Palagia” Palagia era un antiguo y poderoso guerrero que construyó esas tierras lejos de la sociedad, para poder crear vida “En paz”, sin embargo su hermano Phalanx, o mejor dicho el Emperador Phalanx, destruyó toda esa paz y armonía que ocurría en ese lugar matando a su propio hermano, acabó con las cosechas, con el mar, con todos los materiales que se necesitaba para tener “Vida”. Supuestamente el mundo Palagia estaría completamente deshabitado y en ruinas, sin embargo había un enorme reino, el cual era el refugio de todos los habitantes y toda vida que había antes en Palagia, este reino se conformaba con grandes muros encerrándola, posiblemente fuese tan grande como un Estado. Tenía 1500 torres centinelas las cuales protegían a este sitio de él ejército del emperador o cualquier otro invitante no deseado.
Este reino se llama “Reino Refugio” apodado “RR”, el Reino y todo lo que había era tipo `Edad Media´, sus habitantes eran muy diferentes a la gente de ahora, ya que no habían delincuentes ni nada de ello, solo amigos y gente amable, aunque había algunas excepciones, pero la guardia real o los caballeros reales resolvían los asuntos no deseados para el reino. Los Caballeros Reales son la fuerza protectora de RR, y la protegen de todo peligro. Además de que no aceptaban habitantes del “Planeta Tierra” o “Mundo Terrestre” ya que creían que eran todos malos, y las reglas son extremadamente estrictas. Contaban con 10 caballeros reales, mientras que la demás guardia era un ejército azul. Parecía un reino sin preocupaciones sin embargo… Esa paz llegaba casi a su fin, porque el “ejército rojo” del emperador atacaban de vez en cuando, pero repelido por los Caballeros reales y el ejército “Azul” que eran las fuerzas de ese reino.

Un día atacaron, perdieron, pero se llevaron algo con ellos. Una de las Joyas más valiosas de RR, esa Joya era una de 10, se creía que al ajuntar las 10 Joyas se podía pedir un deseo libre de Reglas. El Reino R, tenía una, mientras que el Emperador tenía 2, con esa serían 3. El Rey de RR, cuyo nombre era Vlady, que según el diminutivo de Vladimir, exigió una nueva orden, acabar cuanto antes con la vida de Phalanx, pero este eran tan poderoso que ni los caballeros reales se atrevían a matarlo. La hija del Rey Vlady, se llamaba Yui, una chica de pelo castaño con un mechón rosado, de 15 años y pelo corto pero con una cola de caballo larga la cual le llegaba a la cintura. Ella pidió o mejor dicho rogó a su padre para que pidiera ayuda al mundo tierra, pero este se negó, ya que creía que la gente “Real” era una chusma y debiluchos que no valían nada, pero ella no se rindió y ella pidió la ayuda, por si misma. Esta le pidió ayuda al hechicero del reino, a quien le decían el Gato, este hechicero le dio a la joven muchacha Yui una carta mágica, la cual se transportaba a cualquier lugar del universo que ella quisiera, ella escribió su mensaje de ayuda en la carta la cual se desvaneció de inmediato.

Mientras en el “Mundo Real” era él 3 de abril del 2130, en una ciudad de Japón, se encontraba un chico de 16 años, pelo plateado, algo largo el cual le llegaba por los hombros, este le tapaba el ojo derecho, ojos amarillos, color de piel blanca y algo serio. Su nombre era Alex, de estatura 1.70, y su hermano gemelo, de pelo blanco y con tres mechones colgando de este, ojos azules, al igual que su hermano piel blanca y estatura 1.75, más alto que su gemelo. Este chico se llamaba Alejandro, más cómico que su hermano y extremadamente torpe. Vivian una vida despreocupada de toda cosa, sin embargo querían acción ya que su vida era aburrida, pero no sabían que todo eso iba a cambiar pronto.

—¡Alex pero que aburrido estoy! ¡No puedo creer que nuestra vida sea tan aburrida y estúpida! —Exclamaba Alejandro mientras se sentaba a jugar con su Xplay Z500, una nueva consola que era la nueva sucesora de la PlayStation 5 y la Xboxz500, estas dos empresas se unieron y formaron una súper consola.

—Pues vete a hacer algo productivo, y deja de jugar tanto, te hace más idiota de lo que ya estás. —Pronunciaba Alex mientras este leía un libro de aquellos del 2006.

—¡Es que no hay nada más que hacer! Digo ¡nuestra vida es una vida aburrida! —Seguía exclamando el chico ojiazul.

—Tal vez porque no somos adinerados o algo de esas cosas. Sin embargo tenemos algo que nadie más tiene. La genética. —Decía el chico peli plateado mientras cerraba su libro.

—¡Es verdad! ¡Podemos quemar o destruir cosas! ¡Jajaja! —Reía el chico ojiazul mientras apagaba su video juego.

—¡No imbécil! Me refiero a que podemos ser tipo “Héroes” o algo así.

—No te entiendo. ¿A qué te refieres?

—Grrr… Te lo diré en una manera en que me entiendas ¿De acuerdo? Bien. P-o-d-e-m-o-s –s-e-r t-i-p-o “Héroe” ¿Entiendes ya?

—Ah ya te entiendo. ¡Ósea que seremos como Superman o Batman!

—No exactamente, no andaré por nada del mundo con una capa. Y mucho menos con mi ropa interior por fuera. Esos tipos están locos.

—Me gustaría ir con mi ropa interior por fuera, o sin ella… ¡jejeje! ¿¡Oye que eso!? —El chico le apunta al libro de su hermano, el cual este se pone de color rojo y explota.

—¿¡Pero qué!? ¿Una carta? —El chico peli plateado agarra la carta que apareció después de que el libro explotó.

—¿Qué dice? De seguro es una carta de alienígenas y contiene una bomba ¡No leas!

—¡Ya cállate! Ya todos sabemos la existencia de los alienígenas, ¿En qué siglo crees que estamos en el siglo 21 eh? Además ellos no harían eso. Ahora veamos que dice. —El Chico sigue leyendo el contenido de la carta.

—¿Y bien? ¿Qué dice?

—Dice que si sigues interrumpiendo te quemare los calzones… Tome, léela tu, no sé exactamente el lenguaje terrestre. Por ahora solo acerté algunas cosas. —El chico le da a su hermano la carta, ya que Alejandro sabe un poco sobre el lenguaje de la edad media, a pesar de que es estúpido estudio sobre lenguaje antiguo y sabe, a diferencia de su gemelo, que es inteligente y serio, pero no conoce la literatura humana de antes, por ello prefiere leer antes que divertirse. Ya que los libros antiguos son como diccionarios para él, el coeficiente de Alex es de 210, mientras el de Alejandro es de 101.

—Bien, veamos que dice… Aja, aja, dice que un mundo lleno de oscuridad está bajo el poder de un loco maniaco y blah blah, necesitan ayuda porque robaron una cosa y esa cosa pide un deseo y blah blah… ¿Deseo? ¡Deseo! ¡Podremos ir para allá y salvarlos! Así podre pedir un deseo.

—Genial, así pides no ser tan estúpido, pero no creo que sea buena idea, ya que no sabemos exactamente de donde viene la carta y qué tipo de ayuda quieren.

—¡Que importa! ¡Aceptamos ir! —De repente la carta comienza a brillar y se abre un tipo de portal el cual se come a los dos gemelos.
El Portal los escupe hacia unas tierras con muchas plantas y cosechas. Alex es el primero en hablar.

—¡Muy bien hecho Aleja! ¡Mira a donde nos enviaste!

—¿¡Aleja!? ¡No soy mujer para que me llames así! Además no fue mi culpa, fue culpa de estar carta.

—Bueno, al menos estamos lejos de casa, y lo mejor es que estamos en la nada. ¿Qué puede ser mejor que esto?

De repente unos soldados rodean a Alex y a Alejandro. Y los amenazan con espadas afiladas y lanzas.

—Bueno, creo que esto contesta tu pregunta Alex.

—Estaba siendo sarcástico cabeza de tronco.

Continuara...

Bueno lo hago algo corto para que entiendan de que se trata, después las iré alargando mas.

 

Chapter 2.- ¡Una misión!

Los dos hermanos gemelos se encontraban rodeados por unos soldados, los cuales los amenazaban con lanzas, espadas entre otras armas blancas. Los dos se colocaron de pie con las manos hacia arriba, uno de los soldados los cuales todos vestían iguales, con armaduras, lanzas y escudos como en la edad medieval, los ataron de pie y mano y les taparon la boca para que no hablaran, los soldados se llevaron a los hermanos para el Reino, lo cual se lo entregarían al Rey y más tarde a un juicio por venir de otras tierras.
Mientras iban por un camino ya llegando a las puertas del reino, los dos hermanos estaban atados con cadenas en el medio, rodeado por los doce soldados. El chico de pelo plateado se quitó la banda que le tapaba la boca “quemándola”.

—¿Y bien que quieren hacer con nosotros? —Preguntó con indiferencia alex.

El soldado de mayor cargo o el líder de ellos, le responde al ver que este se quita la banda.

—¿Cómo te quitaste la banda muchacho?

—Como me la allá quitado no creo que sea de su interés…

—¡Que insolente! Por esta razón no se admiten seres humanos, todos son unos insolentes inadaptados.

—Que bueno, menos mal que yo no soy un humano… Pero dígame ¿Se está diciendo insolente inadaptado así mismo?

—Claro que no, nosotros somos una raza humanoide, tenemos genética humana por nuestro anterior emperador, pero somos más alienígenas que humanos.

—¡Oigan! ¿¡Me quieren quitar esta venda de la boca!? —Decía Alejandro mientras se movía tratando de quitarse las cadenas.

—Ya te la quitaste genio… —Respondía su hermano mirándolo con indiferencia.

—¡Bueno basta ya! ¡Hablan de nuevo e irán directamente al calabozo! Llegamos, veamos lo que el Rey decide con ustedes. —Reía el soldado mientras ordenaba que abrieran las puertas.

Los soldados y los hermanos entran al Reino lo cual los habitantes los veían sorprendido. Los Soldados los llevaron al palacio real donde se encontraba el Rey. Este vestía un atuendo real, con una capa roja, unos pantalones tipo vaquero de color rojo y una gran corona. Este era de color pálido alto y con una gran barba blanca. El sentado en su trono al verlos se baja de él y camina hacia los soldados y les pregunta mientras camina alrededor de ellos.

—¿Qué son estas dos cosas?

—¡Su alteza! Son dos humanos que cayeron del cielo antes nosotros de la nada. —Respondía un soldado.

—¿¡Humanos!? ¡No se permite la entrada a Humanos aquí! ¡Serán sentenciados a juicio esta noche!

—¡Espere vejete! ¿A juicio? ¿¡A juicio por algo que no hemos hecho!? Ósea relájese Santa Claus… —Exclamaba el chico ojiazul mientras miraba al rey como si fuera poca cosa.

—¿¡Como te atreves a insultarme!? ¡Por esa acción serán condenados a muerte! —Gritaba fuertemente el Rey mientras una extraña voz exclamaba desde lejos de ellos.

—¡Papá! ¡No son humanos son dos extranjeros que viven fuera del reino! —Decía la hija castaña del Rey mientras corría hacia él.

—¿Extranjeros? ¿Hay vida después de los muros del Reino? ¡Imposible!

—Si son extranjeros, los llamé porque son mis amigos. ¿No es verdad amigos? —Preguntaba la chica mientras les guiñaba el ojo.
Alejandro confundido iba a responder pero fue interrumpido por Alex.

—Así es señor, no le haga caso a lo que le decía mi hermano, lamentablemente el fue golpeado gravemente en la cabeza cuando nació, por eso es que es tan estúpido.

—¡Oh! Disculpe, no sabía que era un chico especial… ¿Y como se llaman? —Preguntó el Rey.
Alex iba a responder de nuevo, pero fue interrumpido por la hija del Rey.

—¡Se llaman Axel y Blaze!

Los dos se quedan confundidos y responden al mismo tiempo. —¡Si así es! Somos Axel y Blaze!

—¡Excelente! La verdad es que creí que eran humanos, por favor discúlpennos.

—Ellos te disculpan papá, ahora tengo que llevármelos para conocernos mejor nos vemos padre!

La chica se lleva a los dos gemelos fuera del castillo, la chica les quita las cadenas y se sienta en una roca que había al lado de ellos. Alejandro o ya llamado allí Blaze le pregunta.

—¿Nos conocemos o qué? ¿Por qué inventaste esos nombres?

—El Hechicero de este lugar me informó sobre dos hermanos gemelos que recibirían mi mensaje, y aceptaron no podría estar más feliz. También me dijo que los llamara con esos nombres, ya que no son humanos, y si mi padre descubriera que son terrícolas los dos, los colgarían a muerte. —Decía la chica mientras los veía y sonreía.

Los dos jóvenes se quedaron viéndose por un rato, hasta que Alex decidió hablar.

—No creo en la magia y menos en hechiceros, sin embargo debo aceptar que te debemos una por salvarnos de ese Señor. Ahora bien, nos tenemos que ir a casa.

La chica al oírlo se levantó rápidamente de la piedra para ponerse al frente de él.

—¡Oye oye! ¿¡Como que te vas!? ¡Tienen que ayudarnos!

Alejandro se acerca a ella y con una gran sonrisa pregunta.

—¿Ayudarlos? ¿Nosotros ayudarlos? ¿Y con qué?

—Verán, este es otro mundo, no están en la tierra, y está apoderado por un emperador loco, que quiere matar toda cosa viva. El mató a mi madre.

—Esto último hizo que la chica pusiera un rostro triste. —¡Así que por favor!

—Esos problemas no me incumben en lo más mínimo, sus problemas no son de mi importancia, así que regreso a mi casa ahora mismo. ¡Alejandro

Vámonos! —Exclamaba el chico plateado.

La chica castaña derramó una lágrima para decir. —Creí que ustedes serian unos héroes de verdad…
Alejandro al oír eso detuvo a Alex por el brazo, para mostrar una cara emotiva. —¡Espera Alex! Esta puede ser nuestra oportunidad para ser héroes y tener una vida emocionante ¡Puede ser lo que buscamos!

—Lo que tú buscas, yo estoy muy bien así, no quiero meterme en problemas ajenos…

—¡Pero vamos hermano! ¡No seas frio, podemos ser alguien aquí! —Insistía el chico mientras lo seguía jalando del brazo.

—¡Ya deja de molestarme! Nada de lo que digas podrá hacer que me quede aquí. ¿Entiendes? —El chico se empezaba a enojar. Ya que aparentemente tiene poco temperamento.

Mientras Alejandro seguía molestando a Alex, dos de los diez caballeros reales llegan ante ellos saliendo del castillo. La joven los ve y les dice a los dos que se calmen para no delatarlos. Uno de los caballeros se acerca y mira de reojo a los dos hermanos gemelos. Los caballeros tenían armadura color dorado, y un casco del mismo color, y una gran pluma color rojo saliendo de este. Aparte tenían también una capa la cual era del mismo color de la pluma y era muy grande.

—¿Quiénes son ustedes dos? —Pregunta uno de los dos caballeros con una voz grave y profunda.
La chica castaña responde por los dos. —¡Son mis amigos! Y están de visita aquí.

El otro caballero se acerca y pregunta, con una voz afeminada. —¿Ah sí? ¿Y de donde son?

Alejandro responde fuertemente. —¿Qué te importa mujer?

—¿¡Mujer!? ¡No soy mujer! ¡No se permiten mujeres en el ejército y mucho menos en la caballería! ¡Si tratas de insultarme lo pagaras caro!

—¡Ah! ¿Entonces eres hombre? Al oír esa voz creí que era de una amiga del cole…

El Caballero se enoja mucho por el comentario de Alejandro/Blaze, y este saca su espada en amenaza. Este se la apunta en la nariz del chico, pero

Alex se la quita y se queda mirándolo a la cara.

—No amenaces a mi hermano ¿De acuerdo?

—Amenazare a cualquiera que… —El Caballero no termina de decirlo mientras el otro lo interrumpe.

—Vaya que tienen agallas como para enfrentarse a nosotros. ¿Pero que les parecería una apuesta? Así nos demostraran lo valientes que son muchachos.

—¿Qué tipo de apuesta se refiere?

—Que cumplan la misión en la que el Rey nos ordenó. Si la cumplen nos mostraran lo valientes que son, si fallan… No querrán fallar. ¿Aceptan o son cobardes?

—Yo acepto. —Dijo el chico plateado mientras lo miraba con enojo.

Los dos caballeros y los dos hermanos se miraban con enojo compartiendo sus indiferencias, un segundo más y se peleaban pero los interrumpe el Rey. Este llega con tres soldados detrás de él, como todo rey. Este los mira y les pregunta. —¿Qué hacen caballeros?
Los dos caballeros se incorporan y se arrodillan ante de él y responden. —Es que estamos probando las agallas de estos dos chicos… Su alteza.
El Rey los mira sorprendido y le pregunta. —¿Y se puede saber como lo están haciendo? —El rey pregunta mientras su hija se acerca a él y le dice.

—Papá esos dos caballeros están tratando de que mis amigos hagan su misión que según ellos tu les ordenaste. —El Rey se ríe mientras los dos chicos se le quedan mirando confundidos. —¡Excelente idea chicos! ¡Hija tus dos amigos probaran si son dignos de quedarse aquí! ¡Ustedes dos irán hacía la misión que les eh ordenado a mis dos caballeros! Si la cumplen les obsequiare algo maravilloso, si no la cumplen… Bueno digamos que morirán, pero no se preocupen por eso. Jajaja…

Los dos se quedan sorprendidos por lo que dijo, y Alejandro pregunta. —¿Y cómo cual misión vendría siendo esa?

—Una muy simple, traerme la Gema verde. Esa gema te indica a donde se encuentran las Joyas, nos ayudara mucho pero…

—¿Pero…? —Preguntaron los dos hermanos.

—Pero está custodiada por un guardián, no se preocupen es inofensivo y es pequeño. Jajaja. ¿Aceptan o son gallinas?

—¡Aceptamos! —Dicen los dos, pero Alex pregunta. —¿Pero nos podrían al menos darnos un par de armas?

—Claro, pasen por el Hechicero, él les dará un par de armas.

La hija del Rey los condujo hacia la casa del hechicero. Ella les decía sobre la misión pero ellos no creían nada de magia.
Al llegar a una casa tipo sombrero de bruja, con estrellas por todos lados y una gran puerta, ellos ven a un viejo sentado con las piernas cruzadas al frente una olla con espuma color verde. El hechicero tenía una gran barba blanca tipo “Merlín” un sombrero puntiagudo de mago y una toga color morado al igual que el sombrero.

—Veo que llegaron con bien jóvenes guerreros, pero una misión peligrosa les a impuesto el rey… Y por armas poderosas han venido.

—¿Cómo sabe todo eso? —Pregunta el chico peliblanco.

—No por nada soy un hechicero… Pero nada de pláticas, por ahora lo importante es, cumplir la misión para estar en paz por unos días.

—Excelente. Pero ¿Podría darnos ya unas armas para acabar con este reto de una buena vez? —Pregunta el chico peliplateado algo enojado.

—Paciencia hay que tener, si quieren acabar con esta difícil misión, primero lo primero, antes que nada esta misión no será muy bonita, para encontrar la gema sigan por el sendero norte, allí encontraran un gran acantilado, en el medio del acantilado se encuentra la gema que tanto quiere el rey, sin embargo tendrán que enfrentarse a su guardián… Para ganarle no tienen que usar las armas blancas, si no sus habilidades sobrehumanas.

—No usaremos nuestros poderes, nunca lo hemos hecho.

—Pues tendrán que utilizarlos si quieren salir victorioso… Pero basta ya que el tiempo termina, tengan. —El hechicero le entrega una espada a Alex/Axel y un par de anillos a Alejandro/Blaze. —A partir de ahora serán conocidos como Axel y Blaze, ya no llamarse Alex ni Alejandro, desde aquí esos nombres no existen… ¡Ahora vayan! —El hechicero lanza un polvo blanco que hace desaparecer a los dos hermanos.

Estos aparecen en un una montaña no muy lejos del acantilado.

—El hechicero ese nos trajo al lugar que se encuentra la gema esa, ¡ahora mostremos lo que podemos hacer! Jeje Axel. —Exclamaba “Blaze”

—Mientras más rápido terminemos esto, mejor. ¡Vamos!
Los dos chicos bajan de la montaña hacia el acantilado, y siguen hacia una roca donde se encuentra una gema grande de color esmeralda.
Este acantilado es enorme y amplio, mas grande que diez campos de fútbol, los chicos al llegar al centro del acantilado se asustan por lo ocurrido. Un gran terremoto los azota al suelo y de este sale una gran mano color morado, la tierra se abre y sale un gran y enorme monstruo titán de color morado, su parecido es como la de un esqueleto con patas puntiagudas y unas espigas saliendo de su espalda, su cara era como la de un esqueleto de un tigre diente de sable, y de un tamaño descomunal, prácticamente de unos 30 a 40 metros de alto.

Continuara...