Crepúsculo Lobo de Peluche

Título: Lobo de peluche
Género: Drama
Clasificación: K+
Advertencias: Ninguna, quizás un poco de Ooc o algún dedazo.
Tipo de historia: Drabble.
Número de palabras: 449 contando título.
Datos extras: Esta historia está situada en Luna Nueva, cuando Alice y Bella se van a Italia porque Edward va a suicidarse. Justo cuando Jacob mete su mano en el carro para evitar que este arranque, y así poder hablar con Bella, le pide que se quede…. Y ella se va.

Dedicatoria:Es para KaI Sakka, mi linda infielA. Porque dijiste que te gustó hermosa, y me impulsaste a publicarlo. Todo tuyo.

Lobo de peluche

Apretó los dientes con fuerza, mientras veía el carro partir. Cerró los ojos, intentando controlar los sentimientos de ira y dolor que le golpeaban con intensidad. Odió la sensación de ser tan voluble; se sintió débil, con su cuerpo a total merced de sus descontrolados sentimientos.

Respiró profundo, procurando que el inhalar y el exhalar del aire de sus pulmones le calmara un poco. Debía tranquilizar su instinto, sus emociones, su alma… Todo él estaba a punto de salirse de sus cabales, y seguir a su instinto animal en un mundo lleno de humanos –cuyo deber era proteger- podría hacer que lastimara a alguno. No quería hacerlo; no eran ellos los culpables.

―Estúpido chupasangre ―vociferó de repente con rabia. Se sintió patético, dominado por el dolor; haciendo un fallido y tonto intento por controlarse.

Detestó el hecho de saber que la culpa de su pena tampoco era de Edward; ni siquiera de Bella. Odió el saber que él mismo se había buscado eso, porque ellos eran los causantes de su dolor, sí, pero el que aquello le doliera era resultado de sus estúpidos sentimientos. Suyos.

Suspiró una vez sus músculos estuvieron relajados y sus emociones bajo control. Cuando la furia finalmente menguó, el dolor reemplazó al sentimiento de ira con la misma intensidad. La resignación se hizo presente en el aire; ya se había ido.

Se dio vuelta para regresar a la casa. No tenía sentido quedarse allí parado.

Se sintió decepcionado y estúpido. Sus ilusiones se habían hecho pedazos, y ahora –destrozadas y arrinconadas en algún sitio oscuro de su adolorido corazón- le atormentaban una y otra vez recordándole lo tonto que había sido.

Debió haberse dado cuenta de que tan sólo era un reemplazo, una especie de pastilla para anestesiar el dolor. Se sintió usado, ridículamente usado. Pero, mala suya, él se había dejado usar. Y debía admitirlo: Lo disfrutó el tiempo que duró, al menos cuanto pudo.

Eso se ganaba por iluso. Por creer, por soñar, que ella se olvidaría de él, cuando en cada suspiro podía sentir su nostalgia, cuando con sólo mencionar a Edward Cullen ella se echaba a morir.

Bufó, sí que era masoquista. Le encantaba sufrir, el peligro. ¿Sería acaso la adrenalina? No, con él la tendría de rutina. ¿El dinero, tal vez?... Desterró ese pensamiento dándose una bofetada mental; Bella no era así.

Suspiró. Haría el intento de alejarse de ella, pero algo le decía que no lo lograría. Lo peor era saber que si ella se decidía por él finalmente, correría como loco a sus brazos, a pesar de todo. Como un perrito.

Resopló con obstinación. El amor lo tenía idiota; manipulable.

Era una especie de juguete, y Bella era la inconsciente niñita que jugaba con él a su gusto.

―Lobo de peluche ―pensó con ironía y se carcajeó amargamente ante la idea.

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Porque tenía este foro abandonado. Para KaI Sakka, porque me ama y me impulsó a publicarlo$: Jojo...