"Eres aburrido" Lo sé. "Eres mala persona" Lo sé. "Eres un monstruo" Lo sé. "Eres agradable" ¿Lo... Sé...?
Este nanorrelato refleja perfectamente cuánto nos cuesta recibir halagos y lo fácil que nos resulta encajar faltas de respeto o insultos, porque muchas veces creemos que merecemos más lo malo que lo bueno. Ojalá en algún punto todos entendamos que si funciona así, ahí no es.