Drabble Lluvia. [Alpha x Mimi | Pokémon Rol]

Gabi quiere escribir muchas cosas pero le vienen otras ideas y se distrae. En fin, se me ha venido esta idea así a los Random y lo he escrito~ No tiene más, espero que os guste~

Título: Lluvia
Fandom: Pokémon Rol Championship
Palabras: 400
Personajes: Alpha Xenodis & Mimiko Honda
Summary: "¿Desde cuándo la presencia tan cercana de ese idiota provocaba todo esas reacciones en ella…?"
Advertencias: Ninguna.

~Lluvia~​

—¿Hum? —La joven Honda murmuró extrañada cuando notó algo caer sobre su fina nariz.

Había sido una gota de agua.

>>Vaya… no pensaba que iba a llover —siguió hablando, extendiendo la mano para comprobar como varias gotas impactaban en la palma de ésta.

—Pero antes hemos estado con Emi y Gardevoir le ha impedido salir por la tormenta que se avecinaba —replicó Alpha llevándose las manos al cuello, caminando como si le diese igual el agua que estaba empezando a caer cada vez más intensamente.

—Pensé que estaba exagerando, como siempre hace. Es muy sobreprotectora con Emily —contestó la chica, mirando a los lados de forma rápida en un intento de encontrar una tienda dónde poder resguardarse mientras la lluvia cayese. Porque Gardevoir podía ser muy sobreprotectora, pero nunca fallaba, y la tormenta estaba a segundos de desatarse.

…

—¡Alpha! ¡Idiota! ¡Has traído un paraguas y no lo has abierto! —Empezó a gritar la rubia muchacha, golpeando a su compañero con obvia molestia una vez ya habían encontrado una lugar en el que refugiarse.

—Me gusta la lluvia. Es refrescante —respondió el nombrado encogiéndose de hombros, acostumbrado ya a los ataques de rabia de Mimi.


—¿¡Has visto mi pelo, maldito!? ¡Me vas a tener que pagar un peluquero! ¡Pero no un peluquero cualquiera! ¡Voy a llamar a mi peluquero personal de Sinnoh y tú vas a pagar el viaje! —espetó la chica, cruzándose de brazos con extremo enfado.

El castaño, sin embargo, solo se posicionó delante de ella y con una goma de pelo que empezó a llevar desde que se convirtieron en compañeros, recogió el pelo de la joven en una coleta alta, con sumo cuidado.

—Ya está, no hay necesidad de peluqueros —entonces el chico, satisfecho con su solución al problema, se adelantó hacia la calle, abriendo el paraguas—. Vamos Mimi, nos queda un largo viaje.

La muchacha, que, como era de esperarse, se encontraba sonrojada a más no poder, caminó con lentitud hacia la posición de Alpha, juntándose para que la sombrilla pudiese protegerlos por igual.

El camino fue silencioso. Ambos estaban inmersos en sus pensamientos, pero con temas muy distintos: Alpha pensaba en estrategias de combate mientras Mimi… Mimi no sabía que pensar. Notaba su corazón tan acelerado y su cuerpo tan acalorado que era incapaz de pensar con claridad. ¿Desde cuándo la presencia tan cercana de ese idiota provocaba todo esas reacciones en ella…?