Holas, espero que les guste esta Pequeña historia es la primera Tragedia Romántica que escribo así que espero que lo disfruten y dejen sus sugerencias............ ^_^ La lluvia comienza a caer por la ventana sus gotas aparecen en ella, cayendo, desplazándose. El paisaje húmedo me parece melancólico y a la vez agradable, este paisaje que se ve a lo lejos es lindo llena mi ser con su melancolía y eso no me molesta. Por eso me quedo horas y horas en la ventana admirándolo y envidiando a la lluvia que cae sin cesar en el, pero gracias a ella lo puedo ver. Sus gotas que se aferran a mi ventana parecen querer llevarme con ellas, se aferran tan fuerte como yo a la vida, solo que ellas se desplazan por esta. Mi contemplación pronto se interrumpe, siempre es así, siempre que me pierdo por unas horas llegas hasta mi cuarto favorito a interrumpir mi dulce melancolía, llegas y no me molesta para nada; en realidad te espero, pero es tu culpa ya me acostumbraste a esto, es tu culpa. Llegas y me preguntas si ya es hora de bajar, yo siempre respondo “aun no”, y tu amablemente te ofreces a acompañarme te quedas a mi lado observando mi melancolía, observando la lluvia, el paisaje y es ahí entonces cuando mi melancolía se hace más cálida porque hay alguien que la puede abrazar y ya no es más solo una gota, es lluvia, pura y frágil lluvia a tu lado. Después de varias horas de silencio bajamos, en paz, tranquilos, no hay nada de que preocuparse. La cena estará lista en cuanto lleguemos, todo siempre ha sido así y no me molesta en absoluto tenerte a mi lado hace las cosas diferentes. Siempre me quejo de que esta casa es tan grande pero tú me dices que es mi culpa, debido a que no había otro lugar en donde cayéramos mejor ya que nuestra familia es muy grande y lo seguirá siendo. Siempre me he quejado de esta casa tan grande, escaleras parecidas a las de un palacio, nuestros vestidos, nuestras ropas siempre son tan elegantes, tanto solo para nosotros me molesta. Siento que no logro disfrutarlo habiendo tanto alrededor, pero ahí estas tú, otra vez diciéndome que no hay más cosas que encajen con nosotros, todo esto nos pertenece porque esta hecho para nosotros por eso solo debemos disfrutarlo. Tú siempre encuentras la forma de animarme aunque sea solo con tu simple mirada, tú siempre has estado conmigo a pesar de todo, a pesar de que yo estaba destinada a morir antes que tú. Aun recuerdo el día en que me desmaye y cuando me encontraste te diste cuenta de que había estado cuidando aquellos rosales que tanto te gustaban, mis fuerzas no fueron capaz ese día se agotaron tan luego, me sentí tan débil y al verte tan mal no supe que decirte solamente me sentía muy apenada por no haber logrado lo que quería, por haber tenido tan poca fuerza. Y tu, tu solo me dijiste que la única flor que necesitabas era yo. Eso me hizo tan feliz, a pesar que después te avergonzaste y me preguntaste si no había sonado muy cursi, yo solo reí, acerque mi cara a la tuya, me acerque hasta sentir tu respiración, hasta tocar tus labios con los míos, hasta besarte. Sin embargo aquella noche la fiebre se apodero de mí y mis fuerzas aun no deseaban regresar, parecía como si mi enfermedad me llevara, me dijera que ya era hora de descansar. Tu estabas a mi lado y cuando intente decirte que tenia sueño, mucho sueño, que deseaba descansar; me dijiste que durmiera si así lo deseaba, pero que por favor volviera a despertar, que volviera a abrir los ojos. Tomaste mi mano, la apoyaste en tu rostro y entonces sentí caer agua en ella, lluvia cálida proveniente de ti. Esa noche me dormí pero desperté como me habías dicho, tu aun seguías a mi lado y te alegraste tanto al verme mejor que tu sonrisa me alivio aun mas rápido. Hasta que llego aquel día en donde salimos como de costumbre a dar nuestro paseo bajo el atardecer que se veía tan hermoso, pero más melancólico que de costumbre. Salimos como siempre, de la mano, juntos, conversamos felices bajo el atardecer. Pero cuando volvíamos aquel hombre, aquel hombre que apareció tras la oscuridad, aquel hombre que no vimos, aquel hombre que me tomo del cuello y que te amenazo para que te fueras, aquel hombre me dio tanto miedo. No recuerdo muy bien como fue que me salvaste de él, fue algo muy rápido; sin embargo él tenia un cuchillo el cual clavo en ti, caíste al suelo, yo también, no podía entenderlo no podía creerlo, sangrabas demasiado. Sin embargo a aquel hombre no le importo e intento tomarme, intento separarme de ti agarrando mi brazo para levantarme a la fuerza. Yo al verte en ese estado solo saque el cuchillo de ti y con un movimiento corte la garganta de aquel hombre que tanto daño te hizo. Deseaba llevarte al hospital pero tú tomaste mi mano intentaste secar mis lágrimas y me dijiste que me quedara a dormir contigo en ese lugar que era mas lindo que el hospital ya que el cielo se veía más grande y las estrellas más brillantes. Dijiste que querías dormirte a mi lado para siempre, entonces me quede contigo abrazándote, al lado tuyo por siempre. Esa noche te dormiste pero jamás volviste a despertar, jamás, pero al menos esa noche estabas feliz. Aun sigo subiendo a ver la lluvia caer, las gotas pegarse a la ventana, y espero, y espero, pero ya no vienes a buscarme después de que me acostumbraste a tal cosa ahora no vienes, dime ¿porque te dormiste antes que yo?, porqué si yo estaba destinada a irme antes que tú, ¿porque no me esperaste? Dime, ahora me esperaras para despertar juntos con las estrellas, ¿me esperaras?, porque yo te buscare. FIN