Lluvia [Gruvia]

Bien, encuentro bastante entretenido escribir sobre Fairy Tail, tal vez por que es, junto con Sket Dance, uno de mis mangas favoritos y me muero por que en ambos hayan actualizaciones rapido :D. Lo segundo sería porque su aire de juego y diversión me resulta facinante y mientras escribo imagino las caras y expresiones que harian los personajes y no puedo mas que reirme sola.

Como lo prometido es deuda aquí traigo otro fanfic de FairyTail.Este es un Two-shot con un prologo al principio, todavía sigo trabajando en los caítulos que les siguen.
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Lluvia​

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Prologo​

Lucy caminaba hacia el gremio como todos los días, estaba acompañada de su espíritu celestial y era saludada por muchos de los habitantes de la aldea. Llego a la nueva sede del gremio, que aunque más pequeña y menos cómoda se había vuelto bastante acogedora. Así la rubia de ojos marrones entro por la puerta del gremio para recibir uno de los pasteles de Erza sobre su rostro y la risa entre dientes de Happy, seguida de las disculpas y ruegos por perdón de Natsu y Gray a Titania.
—Toma— dijo Mirajane pasándole un pañuelo con el que empezó a limpiarse el rostro, afortunadamente no había caído en su cabello pensaba mientras veía como Erza no perdonaba aquel acto.
Tiempo después Lucy se vio acompañada de Gray camino a la pastelería.
—Dime otra vez ¿Por qué voy yo y no Natsu?— preguntó deprimida, ni siquiera se había sentado en alguna de las bancas del gremio y ya tenía que salir a comprar un pastel que ella ni siquiera había estropeado… bueno, si lo hizo pero ella se encontraba en el lugar equivocado a la hora equivocada y para su mala suerte su cara se encontró con la aparentemente deliciosa tarta de fresas de Erza.
—Porque Natsu lo arruinaría antes de llegar a la esquina— respondió haciendo que Lucy soltara una pequeña risa y comenzara a tener una charla bastante amigable con el mago de hielo. De un momento a otro Gray se mantuvo en silencio y Lucy entendiendo que quería decir algo no articulo palabra. Cuando llegaron al sitio al que Erza claramente había dicho que debían ir, Lucy entro dejando al azabache y a sus pensamientos afuera y luego salió con una pequeña caja en sus manos.
Gray que estaba apoyada en el marco de la puerta con sus brazos cruzados y con expresión seria y algo molesta, lo suficiente para preocupar a su rubia compañera. Cuando Gray vio a su compañera y su expresión aterrorizada solo sonrió levemente y se encontró, de nuevo, absorto en sus pensamientos. Lucy sin esperar que hablase pronto sugiero que regresaran al gremio y el mago de hielo la siguió.
—Digamos… que me gusta esta chica ¿Si?— dijo Gray finalmente y después de un extenso silencio. El azabache sorprendido con su declaración vio como los ojos de Lucy se volvían más grandes que su rostro; la rubia no dijo nada solo asintió con su cabeza y espero a que todo lo que saliese del joven fuera espontaneo y sin presiones, era bastante difícil y raro verlo y escucharlo hablar sobre aquellos temas —Es una chica dulce, hermosa y sobretodo fuerte, además… creo que le gusto. Lucy, ¿Qué debo hacer?—.
—Bueno,— respondió con total normalidad era algo increíble que Gray se abriese de tal manera, mientras ella jugueteaba con la caja que traía el pastel de Erza continúo,—creo que deberías decirle a Juvia lo que sientes, estoy segura que va a estar muy feliz— la reacción que recibió del azabache no fue de agradecimiento ni alegría, más bien confusión e incomodidad; y leyendo, como a un libro abierto, el rostro de Gray Lucy rió —Bien sé que es Juvia porque cumple con todo lo que has dicho es dulce, bella y bastante poderosa, además de que para todo el gremio es clara su devoción a ti—.
Gray gruño entre molesto y maravillado, para él, junto con Levy, Lucy era la persona más inteligente del gremio y le pareció fantástica su capacidad de deducción. Lucy sonrió y Gray con algo de rubor en sus mejillas devolvió aquella sonrisa, había descubierto sus intenciones en menos de un par de minutos. Siguieron caminando un poco y en silencio, luego mientras caminaban por uno de los puentes de la ciudad de Magnolia Gray dejo que Lucy avanzara un poco y luego la llamo.
—M-me…Me g-gu-gustas— dijo el azabache con un tic en su parpado izquierdo y sudando como si hubiese estado corriendo por más de tres días. Su rostro no demostraba comodidad alguna y cuando Lucy pudo hacer algo después del largo silencio no hizo más que reír por el rostro y actitud del joven.
Tomando una bocanada de aire volvió a pararse derecha y limpiando una pequeña gota de llanto que se asomaba por su ojo habló — ¿Qué diablos fue eso?— preguntó todavía evitando reír de nuevo —Con ese rostro y esos movimientos de gato asustado vas a hacer que corra espantada— sentenció la rubia recibiendo del azabache una mirada bastante atemorizante —deberías hacer algo que vaya más con tu estilo— dijo Lucy para luego recibir en la palma de su mano una de las primeras gotas de la llovizna que Magnolia jamás había visto.
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Llega hasta aquí el prologo de la historia que ideé para Gray y Juvia.Siento mucho si hay OoC en Gray, todavía no se si escribo bien reacciones fieles a su personalidad pero busque lo más acertado e intentando dar un toque de comedia.

Me gustaria que comenten, cualquier cosa es bien recibida y si me hacen saber los errores sin dudas lo arreglare tan rapido como pueda. También me gustaria leer comentarios con el motivo de ver si sí les resulta interesante o no, para cambiar lo que haga falta...

En todo caso, comenten

Matta ne~

 

Bien, por el comentario de Niña Elric-san me dedique a sacar esta conti...
me diverti escribiendo... y si no coincido con la personalidad de Gray disculpenme hasta ahora estoy comenzando a escribir sobre él.
Si notan también algo malo en los dialogos de Juvia no dden en hacermelo saber


Capítulo #1 “Juvia y la lluvia”

“Llovió cuatro años, once meses y dos días”.​

G. García Marquez; Cien años de soledad.​

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Desde el día en que Juvia Lockser vio lo que creyó que vio Magnolia fue envuelta en el gris oscuro de las nubes que impacientes dejaban caer una tenue lluvia. Ya habían pasado días y la lluvia que caía sobre la ciudad se había vuelto una condición a la que los habitantes de la ciudad no podían acostumbrarse. En Fairy Tail, el gremio que luchaba por obtener su antigua gloria, conocían la razón del cambio en el clima de Magnolia y en tanto descubrieron aquella razón se dedicaron a solucionar aquel problema; que más que por recuperar sus soleados días de verano buscaban ayudar a la maga de cabellos y ojos azules que se le veía más infeliz que nunca.

A decir verdad Juvia desde hacía días, exactamente desde que vio lo que creyó que vio, no era la misma persona. Como primer cambio estaba el cese de sus actividades de acoso hacia el que ella llamaba “Gray-sama”, a las que el joven estaba tan acostumbrado que se sentía extraño. Poco después dejo de sonreír y acabo por terminar hablando solo con Mirajane con respecto a trabajos que podría realizar. Juvia paso de ser la dulce y sonriente maga de agua a la triste chica se sentaba en una de las esquinas del gremio evitando hablar con alguien.

Sus comportamientos claramente no pasaron desapercibidos por el gremio, desde que dejo de acosar a Gray y la lluvia se volvió permanente sabían que algo estaba mal. Primero buscaron las soluciones sencillas se apoyaron en la amistad que tenía con Lisanna, sin ningún resultado. Se apoyaron también en la dulzura de Wendy quien solo pudo sacarle una razón, tanto reveladora como impactante: Hacía varios días vio a Gray confesándole su amor a Lucy. Terminando de contarle eso a la dulcísima caza dragones del cielo la maga del agua tomó su sombrilla color durazno y como un cuerpo despojado de alma salió por las puertas del gremio para no salir nunca más de su dormitorio en Fairy Hills.

Ya habían pasado dos días desde que Wendy revelo la razón por la que el estado de ánimo de la cabellos azules se encontraba por debajo del suelo. Los causantes de aquella conmoción habían evitado ir al gremio todo ese tiempo tratando de evitar las preguntas incomodas, la verdad era que todo había sido un GRAN malentendido. Desde el primer segundo que Wendy terminó de hacer su declaración todo tipo de preguntas fueron hechas, desde el por qué hasta hasta donde habían llegado como pareja. Arrebatados de su espacio personal y con un sonrojo sobre sus mejillas, ambos salieron del gremio acordando que debían verse pronto pero hasta el momento no había sucedido nada.

Lucy se encontraba mirando al cielo desde su ventana, eran las doce de la noche y por fin Natsu había dejado de insistir en que le hablase. A pesar de todo Lucy se aseguraba de que no fuera vista por nadie, miraba las estrellas, algo deprimida, pero siempre asegurándose de que nadie la viese. Allí fue cuando Gray entró por su ventana, casi matándola por el susto que recibió.

—¿Lucy, qué vamos a hacer?—preguntó el azabache casi sin poder ocultar su preocupación.

Ella respirando varias veces y con profundidad, con una mano sobre su pecho acelerado solo logro arrojar un —Es tu culpa—.

¡Si que era su culpa!

— ¿Cómo iba a saber que nos estaba viendo?— preguntó.

—No lo sé. Solo sé que es tu culpa—, dijo sin mirarlo y fingiendo orgullo —, y ahora Levy cree que no confió en ella y Natsu parece estar enojado; ni hablar de las miradas de Mirajane— dijo ahora haciendo pucheros. — ¿¡Por qué diablos hiciste eso?! ¡Tienes que arreglar esto Gray!— gritó ahora enfadada la joven Heartifilia dejando a Gray tanto sorprendido como preocupado por su inestabilidad emocional.

—Sí, lo sé. Pero la inteligente aquí eres tu Lucy, así que ayúdame— dijo rascando su nuca y mirando hacia el piso, tal vez, incomodo por tener que pedirle ayuda a la rubia.

Lucy pensó un buen rato y de repente su rostro se ilumino, Gray conocía esa mirada, siempre aparecía esa expresión sobre ella cada vez que los enredos en su cabeza eran desatados; como cuando descubrió en donde se encontraba la tumba de Mavis. Entonces lo único que el azabache hizo fue esperar a que ella hablase y así comenzarían su plan…


La primera etapa era hacer que Mirajane colaborara, así fue como la hermosa maga de clase S se entero de el gran malentendido y ofreció su ayuda. Si Mirajane conocía esto sin duda dentro de poco todo el gremio conocería de la situación y Lucy sería liberada de una gran cantidad de presión, sobre todo de la que había con su mejor amiga y compañero de equipo. Así fue como el día siguiente todo el gremio acordó ayudar a Gray a solucionar el problema que afectaba a toda Magnolia. Todos ayudaban, pero no era por consideración con el mago de hielo, pues todavía había bastantes dudas entre los miembros del gremio a quienes no se les había contado toda la historia; a excepción de Mirajane, nadie sabía que en realidad Gray si había “declarado su amor a Lucy” pero ensayando que le diría a Juvia.

Así ambos lograron llegar a la segunda etapa: convencer a Juvia de realizar un trabajo junto a un compañero que todavía no había sido determinado. Se ampararon en Mirajane, la única persona a la que Juvia hablaba. De esta manera el jueves de la segunda semana con lluvia y nubes sobre la ciudad de Magnolia Mirajane se dirigió hacia Fairy Hills. Con una mezcla de solicitud y amenaza logró finalmente que Juvia accediera a realizar ese trabajo, del cual ni siquiera solicitó detalles.

Estando la segunda etapa completa seguiría la tercera: Convertir a Gray en su compañero. La situación fue fácilmente resuelta. El día en que Juvia entró al gremio con su sombrilla color durazno y de corazones color rosa todos la siguieron con la mirada. Llego hacia Mirajane preguntando por su compañero y lo único que la hermosa tendera del gremio dijo fue que este compañero misterioso la alcanzaría más adelante. Sin realizar más preguntas la joven de cabello azul y ojos del mismo color se marcho por la puerta que entró. Así se dirigió hacia la salida más cercana de Magnolia y por primera vez en dos semanas los habitantes de la ciudad volvían a ver el sol, un sol abrasador que los hizo extrañar, de alguna manera la lluvia que producía la maga del corazón roto. Tiempo después de que Juvia saliese de la ciudad Gray, a regañadientes, salió tras ella.

El azabache rápidamente alcanzo a la joven que a paso lento y sin esfuerzo caminaba hacia un pequeño pueblo que tenía problemas con unos criminales y ella impresionada se sonrojo. A pesar de estar acompañada por Gray y que en aquel momento solo recibía atenciones de él, su estado de ánimo no mejoro ni un poco, y la lluvia que caía sobre la cabeza de Gray tampoco.

Rápido y sin notarlo de inmediato Juvia puso la sombrilla de suaves colores sobre ambos evitando así que Gray se mojara mucho más. Él sorprendido la miró intentando entender sus acciones y luego se fijo en el tenue sonrojo que llevaba en sus mejillas, a pesar de todo su semblante continuaba siendo melancólico. Algo que hizo que la sonrisa de Gray, que apenas se estaba formando, cambiara a un gesto de dolor. Se sentía verdaderamente mal. Estaba seguro que si cualquier otra persona causara ese mismo gesto en el rostro de Juvia él mismo se encargaría de acabar a golpes a ese alguien… el problema es que era él quien causaba tal tristeza en la adorable maga de agua y no sabía muy bien que debía hacer; podía crear una gran muralla ó hasta una gran espada de hielo pero en este tipo de temas era un inútil.

—Juvia siente mucho molestar a Gray-sama, Juvia sabe que para él este clima es melancólico— dijo tan suavemente que Gray tuvo que esforzarse por escucharla.

La verdad, no le molestaba tanto, antes que la molestia se encontraba su preocupación por los sentimientos de la bella mujer de cabellos azules con la que compartía aquella sombrilla. Ella sólo continuaba viendo el camino con una mirada vacía.

—Juvia, — la llamo, ella giro hacía él para escucharlo con atención —Lucy y yo no esta…

—No es necesario Gray –sama, después de todo Gray-sama y Juvia no son nada más que nakama— dijo la maga de agua y solo por un momento pareció que la lluvia se hizo más fuerte.

Caminaron un rato más hasta llegar finalmente a una pequeña aldea que se ensombreció con las nubes oscuras que persistentes seguían a la joven de cabellos azules. Juvia sacó un papel en donde se encontraba una dirección que no se demoro mucho en encontrar. El lugar al que debían llegar era una hermosa casa de color rosa y varias flores adornando su fachada, sin prestarles mucha atención Juvia toco la puerta del lugar y rápidamente la puerta fue abierta por una hermosa niña de cabellos castaños.

—¿Son los magos de Fairy Tail?—preguntó la pequeña niña a lo que juvia respondió positivamente con una sonrisa, la niña le devolvió una sonrisa más amplia y cálida y dejo pasar a los magos. Al entrar fueron recibidos por una joven mujer, aparentemente la madre de la niña. Ella, de cabellos castaños como los de su hija, sonrió y alegre de encontrarse en frente de los magos de Fairy Tail explico la situación y finalizo con su solicitud. Gary y Juvia solo debían atrapar a un grupo de ladrones que habían estado atacando a las personas del lugar y encontrar, particular mente un relicario de plata con un fuerte valor sentimental.

Ambos decidieron terminar con la solicitud de inmediato, así existiría la posibilidad de volver a Magnolia ese mismo día. Caminando por las calles de la aldea llegaron al lugar en donde se suponía era la guarida de estos ladrones que querían derrotar, el lugar era una casa abandonada; carente de puertas y con las ventanas sucias, varios huecos en las paredes, ocasionados por las termitas y toda clase de hierbas y plantas creciendo descontroladas en el jardín de en frente. Sin querer hacerse esperar pasaron por aquel jardín y entraron en la casa que se veía mucho más sombría que el día que Juvia estaba ocasionando.

No se demoraron en aparecer uno, dos, cinco hasta siete hombres con aspecto amenazador.

—Somos de Fairy Tail, buscamos el relicario de Darian-san y venimos a detenerlos— dijo Gray de manera amenazadora y fulminando con la mirada a todos aquellos hombres.

—¿Sí? Y qué es lo que opina la preciosa chica detrás de ti— preguntó uno de los hombres que sin esperarlo recibió un fuerte empujón por parte de la pierna hecha látigo de agua, así comenzó la batalla. Rápidamente descubrieron que aquellos ladrones también eran magos, quizás pertenecían a un gremio oscuro, sin embargo eran fácilmente vencidos uno a uno tanto por Gray como por Juvia.

De la oscuridad aparecieron dos nuevos magos que parecían ser los líderes de aquellos hombres que no tuvieron dudas en comenzar a atacar a los poderosos magos de Fairy Tail. El primero un mago de fuego se lanzo a atacar a Juvia que desprevenida atacaba a otro de los criminales, poco tardo en notar el peligro pero ya no tenía el tiempo de escapar al ataque. Dispuesta a recibir el ataque que fácilmente dañaría su cuerpo de agua cruzó sus brazos en frente suyo y se limito a esperar el golpe que nunca llegó. Abrió tímidamente sus ojos para horrorizarse con lo que vio, no era el estado de congelamiento del mago que la iba a atacar si no como Gray se encontraba inconsciente en las manos de un hombre que lo tenía contra la pared.
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¿Qué tal?
Lo romantico seguira en el proximo capítulo :D
espero que le haya gustado
Matta ne~

 

Konbanwa~
Hoy traigo conti porqe saque algo de tiempo...
Awwnnn~ amo la inocencia que le di a Juvia...
No sé si Gray este en OoC, cosa que no creo porque creo firmemente que el sería de esa manera (*¬*) ustedes decidanlo
Sin más el ultimo capítulo de Lluvia.


Capítulo #2 “Cielo color Mar”
Ni Darian-san ni su hija habían visto jamás tormenta más grande en su pequeña aldea. Para la pequeña niña, que abrazaba a su madre como si no hubiese un mañana era sin duda lo más aterrador que jamás había visto. La lluvia caía de manera tan intensa que parecía que toda el agua del planeta estuviera cayendo sobre su casa, ni hablar de los rayos y truenos que caían estremeciendo a todo el pueblo con sus fuertes rugidos. A la niña nunca se le ocurrió asociar ese peculiar fenómeno con la maga de azules cabellos que sentada en uno de los sillones de su casa se mantenía callada sin decir palabra.

La joven maga cubría sus manos haciendo imposible descifrar su estado que para cualquiera que la conociera y viese el inhóspito clima fuera de la casa sabría, en ella había ira. Era imposible saber con quién o a razón de que, ira tal vez contra sus atacantes, contra Gray o quizás contra sí misma ó… era porque para ella era su culpa el estado en el que se encontraba su compañero, porque Gray no despertaba o porque sin duda estaba arruinando a toda la aldea con la incesante lluvia, que a pesar de sus deseos no quería alejarse.

La pequeña niña abandono los brazos de su madre para despedirse de la joven maga que forzando una sonrisa se despidió de la niña que rápidamente subió a su habitación. Su madre se mantuvo en el piso de abajo acompañando a la joven de cabellos azules. Le ofreció una taza de té que Juvia aceptó, quizás una taza de té caliente podría calmarla, aunque fuera solo un poco. Entonces tomando de la pequeña taza de té verde pudo calmarse un poco y dejar que la fuerte lluvia fuera de la casa cayera más tranquila, como lo estaba ahora su cabeza.

—¡Ah!—esbozó la maga de cabello azul,— Juvia acaba de recordarlo, Juvia recupero el relicario de Darian-san. Juvia siente mucho no haberlo recuperado antes de que…— dijo mientras entregaba el relicario a su dueña y ella con tristeza revisaba el pequeño objeto.

—Lo más importante es tenerlo de vuelta— respondió con una cálida sonrisa— Gracias por traerlo de vuelta Juvia-chan—.
Juvia sonrió cálidamente.

—Esta lluvia, — dijo la mujer mientras se ponía en pie y se dirigía hacia la ventana —jamás había visto una lluvia como esta cae, tan seguido como las lagrimas de una mujer con el corazón roto ¿No crees Juvia? No hace mucho yo también me enamoré, de alguien que no tenía la más mínima idea de cómo es el corazón de una mujer. Juvia, te mentiría si te dijera que por su torpeza no sufrí y no me llene de melancolía como la que trae esta lluvia con cada gota. Te mentiría al decir que muchas veces todo era causado por malentendidos que con mucho esfuerzo él trataba de aclarar, claro que siempre necesitaba algo de ayuda… así que antes de cualquier cosa deberías escucharlo…— terminó mientras en sus manos tomaba el pequeño relicario que ahora colgaba en su cuello y sonreía, al parecer recordando.

Juvia no supo que decir y se mantuvo en silencio, descifrando cada palabra y su significado, así, sin darse cuenta se encontró sola en la pequeña sala de aquella casa pensando hasta el cansancio en aquellas palabras.



— ¡Juvia!—gritó levantándose de la cama con bastante preocupación. El azabache se encontraba sudando y su respiración estaba muy agitada.

—Aquí esta Juvia Gray-sama— respondió la joven que se encontraba sentada en una pequeña silla al lado de la cama en donde se encontraba. Ella sonreía pero el sonido de la lluvia sobre el techo de aquella habitación le dejaba bastante claro que ella se encontraba igual.

— ¿Qué… qué paso?— se preguntó el joven llevando una de sus manos a su cabeza, le dolía bastante.

—Cuando Gray-sama salvo a Juvia el otro delincuente lo atacó golpeándolo contra una pared. La cabeza de Gray-sama sufrió un golpe bastante fuerte, tanto que tuvimos que llamar al doctor de la aldea porque…— la voz de Juvia tembló—Gray-sama estaba sangrando mucho, Juvia estaba bastante preocupada. Pero todo salió bien, Gray-sama se encuentra ahora bien y el trabajo termino bastante bien—dijo para bajar su mirada e intentar retener las lágrimas que amenazaban por salir.

Gray tomó una de las manos de Juvia haciendo que ella lo mirara con sus hermosos ojos azules llenos de agua que parecía no poder ser retenida. De repente su rostro se puso bastante serio y tomo a la joven mujer de sus hombros para mirarla frente a frente…

—M-más que mi cabeza, o el trabajo que teníamos me preocupas tú—dijo sorprendiendo a Juvia ante tal declaración —Las últimas semanas tu alma ha estado llorando, no puedo verte llorar en frente mío, no me lo perdonaría— dijo mirándola directo a los ojos. Ella todavía sin creer tales palabras se sonrojo bastante y pareció que la lluvia dejo de ser tan fuerte como antes.

—Ano~, — esbozó la pequeña niña que traía sus cabellos en dos coletas altas que hacían ver bastante claro su rostro —Juvia-chan, Mamá manda a decir que si quieres algo de comer— dijo con su suave voz todavía tomando el pomo de la puerta y asomándose ligeramente por la puerta.

—Dile que si, gracias y que Gray-sama ya despertó— dijo sonriéndole a la pequeña niña.

— ¡Oh~!— hizo viendo al azabache recién levantado — ¿No es fantástico que la lluvia allá bajado su intensidad un poco Gray-san?— preguntó la niña dulcemente.

—Sí, — respondió sonriendo con alegría —es fantástico.

Juvia se sonrojo levemente, la niña sonriendo cerró la puerta y se escucho como sus pequeñas pisadas se alejaban de la habitación dando pequeños brincos. Juvia, todavía con un sonrojo en la mitad de su rostro se puso en pie y se dirigió a la pequeña cómoda que había en la habitación y tomo entre sus manos vendajes limpios.

—Sí… sí a Gray-sama le parece bien Juvia quiere cambiar sus vendajes— dijo la muchacha a lo que él solo asintió mirando hacia otro lado, dando a entender que no le era de mayor importancia, o al menos haciéndole entender eso a la maga de los cabellos azules.

Ella comenzó a cambiar los vendajes, empezó por sentarse bastante cerca del azabache que se sonrojo con la cercanía de la joven; luego continuó desenrollando los vendajes alrededor de su cabeza. Con cuidado limpio la herida de su cabeza nuevamente y comenzó a vendarlo de nuevo, perdida en su rostro. Para Gray aquello fue una magnifica tortura, hizo que el calor de su cuerpo llegara a una temperatura infernal y que su corazón latiese como nunca antes y que en su estomago sintiese remolinos que le dieron ganas de vomitar; pero que cada vez que ella acortaba un poco la distancia entre ambos para vendar la parte de atrás de su cabeza un dulce olor a lavanda invadía su nariz llevándolo a un estado hipnótico del que no quería despertar. Y cada vez que se acercaba a él sentía el fuerte deseo de besar sus rosados labios que se acercaban de vez en cuando, el no poder hacerlo lo llevaba a la locura.

Finalmente terminó, trayéndole por fin calma al mago de hielo que desesperado no sabía qué hacer. Sin embargo Juvia no se separó se mantuvo sentada junto a él, pues ella también se veía hipnotizada con los ojos y labios del azabache. Ambos sin darse cuenta comenzaron a acercarse, más y más, a los labios del otro. El deseo era inaguantable ella solo quería sentir los fríos labios del mago de hielo sobre los suyos y él solo quería tocarla, poner todos sus sentimientos en el beso que tanto deseaba darle. Gray llevó una de sus manos al rostro de la joven y la acerco hacia él con más velocidad y decidido se lanzo a encontrarse con los cálidos labios de la única mujer dentro de esa habitación.

—Mamá dice que debes cortar la manzana de Gray-san— dijo la niña entrando sin darse cuenta de la muy inoportuna interrupción y acercándose a la cómoda de la habitación—Mamá dice que es importante que cuides bien de él pues no se encuentra totalmente curado, dijo que deberías darle de comer en la boca mientras sonreía raro ¿Por qué mamá sonreía así?— se preguntaba la pequeña que terminaba de poner las dos manzanas y un cuchillo sobre la cómoda. Miró a ambos adolecentes, que se encontraban, ahora, bastante separados y miró a Juvia— ¿Por qué crees que mamá dijo eso Juvia-chan?... En todo caso, mamá está preparando la cena y tengo que ir a ayudarla— dijo cerrando la puerta de nuevo dejando tras ella bastante tención.

Juvia se puso en pie y tomó el plato que contenía las manzanas y el cuchillo en su interior y en silencio comenzó a pelarlas, Gray por otro lado se mantuvo en silencio y mirando hacia la ventana. Por segunda vez en esta corta misión le pareció que la lluvia le parecía más fuerte y por segunda vez se preocupo por la maga de cabellos azules. El silencio se hizo más y más incomodo.

—Juvia, — la llamó y ella se detuvo —Lucy y yo no estamos saliendo— dijo el joven mirando hacia algún lugar de la pared que se encontraba en frente suyo. Ella escuchando lo que el joven dijo no dijo palabra, lo único que sucedió fue que la lluvia, a la que Gray ponía tanta atención volvió a tener más calma.

—Gray-sama, Juvia vio la confesión su a Lucy. Juvia entiende la situación—.

—No es por eso.

— ¿Entonces por qué…?—.

La joven de cabellos azules se preguntó bastante confundida.

—P-practicaba—dijo avergonzado —pero esa no es la manera en que quiero decirle mis sentimientos a la persona que me gusta— terminó por diciendo el azabache con sus pómulos rojos.

—Juvia no entiende, Si no es Lucy ¿Quién? Y si no es diciéndoselo ¿Cómo?— le preguntó al azabache, el sonrió indignado parecía que ella no tenía ni la más mínima idea, ni se le pasaba por la cabeza.

—Bien, es muy hermosa y bastante fuerte, — le dijo a lo que ella deprimida asentía, no esperaba que él se lo dijera, y más que rabia ó rencor sintió una infinita tristeza — Es un miembro de Fairy Tail y tiene cabello azul, pero sobre todo tiene unos preciosos ojos azul mar — terminó esperando que la joven hubiese entendido de quien se trataba y por el brillo en sus ojos y el leve y adorable sonrojo que había en sus mejillas parecía que ese había sido el caso.

—Pero Gray-sama, ¿Cómo le va a decir a ella sus sentimientos?— preguntó intrigada por la respuesta.

—Así— dijo para tomar su mano, la que sostenía el cuchillo, y acercarla con bastante velocidad hacia él y plantar en sus labios un largo y profundo beso que comenzó dulcemente y con el tiempo se convirtió en uno lleno de pasión y deseo. Mientras tanto, sin preocuparles demasiado, el cielo en la aldea de Darian recupero su color azul mar como el brillo de los ojos de Juvia.
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Fin.
Espero que lo hallan disfrutado yo lo hice :D