One-shot Llamada [Natsu Gotho/Gakkou]

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por Insane, 10 Enero 2021.

  1.  
    Insane

    Insane Maestre Comentarista empedernido

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    Escritora
    Título:
    Llamada [Natsu Gotho/Gakkou]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Tragedia
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2417
    Título: Llamada.
    Fandom: Gakkou Roleplay.
    Personajes: Natsu Gotho & Violet Balaam.
    Palabras: 2.287
    N/A: Un cierre breve para el personaje que más quiero de los que he creado hasta ahora.


    Caminó por las calles luego de llevar a Violet a casa, topándose con uno de sus amigos con el cual se quedó hablando en el parque sobre el negocio de los tatuajes. Alquilar un local no sonaba nada mal, pero no contaba con el dinero para ello, quizá podía colocarse a ahorrar luego de conseguir algún trabajo de medio tiempo, ejercer el negocio de la tinta luego del instituto, además los fines de semana al no contar más con el garaje de Fushiguro al ésta avisarle que se mudaría de la ciudad dentro de poco.

    Suspiró sentado en la banca, recostando la espalda con un refresco entre manos. Eso significaba restar horas de estudio, o trasnocharse para continuar memorizando, pero el conocimiento básico sobre cuánto tiempo debe descansar el cuerpo humano para no atrofiar la memoria comenzaba a hacer que las horas del reloj flotaran en su cabeza, no es como si le costara idear un cronograma para seguirlo al pie de la letra, aunque ello significara abandonar a los chicos y dedicarse a sus metas, lo cual era su prioridad.

    —Desde hace un rato ya, está llegando algo de humo acá.

    Miró entre las pestañas el color grisáceo que se disipaba a pocos metros de ellos por el viento, pasando el hecho de lleno.

    —Como te decía, deberíamos aprovechar que es viernes para salir más tarde con Fushiguro antes de que se mude.

    Y entonces el celular vibró en su bolsillo, sacándolo para mirar quién le llamaba.

    El viejo.

    Le ignoró, tomando otro sorbo mientras escuchaba al otro contarle sobre una banda que haría una gira dentro de poco, llegando a Tokyo en un par de semanas, casi insinuando el que fuesen con el resto que no veía desde el fin de semana pasado, dejando dos planes al aire.

    El celular volvió a vibrar, y de nuevo, le ignoró de lleno.

    —Podemos comprar cervezas dentro.

    Natsu parpadeó con parsimonia, respondiendo con desinterés:

    —No me gusta el alcohol, ni las drogas, pero eso ya lo sabes.

    El celular vibró una tercera vez, casi insistente. Le sacó entonces del bolsillo, mirando de nuevo el nombre de quién le llamaba pese a no tener ápice por responder.

    Su viejo.

    De nuevo.


    Sujetó la mochila luego de encestar la lata vacía en un cesto de basura, levantándose de la banca con el maletín al hombro, escuchando al chico despedirse animadamente a lo que él solo movió la cabeza, continuando su caminar entre las cuadras, alejando de su cabeza el griterío que probablemente lo recibiría al abrir la puerta. Fue entonces que sus filosas pupilas recorrieron el color de las sirenas al alejar de sus tímpanos el sonido de las mismas, sintiendo como su estómago se contraía al deslizarse una sensación extraña por su dermis, percibiendo el frío en las palmas de sus manos y la planta de sus pies.

    El sonar de las teclas del piano le aturdieron los oídos, manteniendo la cabeza gacha sobre el asiento mientras su madre tocaba cada nota luego de tomar las pastillas de aripiprazol, como solía hacer mediante hacían efecto. Desvió la mirada casi esquivo al saber que estaba mirándolo, disminuyendo el ritmo de la sonata.

    Somnolencia.

    Su cuaderno continuaba sobre sus pequeñas piernas, deteniendo el inicio de su boceto ante la orden de únicamente, oír el piano.

    —¡No puede entrar! —le detuvo un oficial de policía al sujetarlo de los hombros con el intento de frenarlo.

    La sensación de desesperación lo abatió como agua hirviendo sobre su cuerpo.

    Le había estado llamando.

    —¡Es mi casa! —gruñó quitándolo del medio al empujarlo y lanzarlo al suelo, pasando bajo la cinta que acordonaba el área pese al griterío de los bomberos, casi como si no fuese consciente de la preparación de las mangueras que comenzarían a chorrear la potente presión de agua hacia el segundo piso, dejando caer la mochila al poner el primer pie dentro de la vivienda y no poder visualizar absolutamente nada.

    Se cubrió la nariz con el cuello de la chaqueta de cuero, comenzando a subir las escaleras como un maniaco sin orden y mente, entornando los ojos al arderle las retinas por completo. Sacó el móvil del bolsillo y marcó en automático al último número del cual había recibido llamada, escuchando el sonar del celular ajeno a lo largo del pasillo. Siguió el ruido comenzando a sentir que los pulmones se iban quedando sin oxigeno.

    Le había estado llamando...

    Y no había contestado.
    Tal cual, como él lo hizo.

    —¿Qué mierda pasa contigo Natsu? Un tatuaje... ¡no vas a progresar nunca rayándote el cuerpo!

    Gotho se colocó la camiseta luego de que casi se la arrancaran para ver los trazos de tinta sobre su pecho y espalda, teniendo la siguiente cita para los antebrazos y nudillos en solo un par de horas.

    —Los tiempos están cambiando —siseó sin interés en la conversación—. Tus prejuicios no son los mismos que los míos.

    El hombre mayor pasó la palma de su mano por su propio rostro, casi desesperado por no saber el cómo manejar aquella situación que sentía, y se le escapaba de las manos, como su hermana, como su sobrino, como su su vida.

    —Crees que voy a ser igual a él —los orbes negros se encontraron con los ámbar.

    —¿A quién?

    —A mi padre —respondió guardándose la billetera en el bolsillo trasero del jean—. Crees que terminaré en prisión al igual que él, por eso me recriminas cualquier cosa que hago —sintió el cómo la mirada ajena se desviaba, provocando que frunciera aún más el ceño, fastidiado.

    Su nariz comenzó a gotear a causa de las partículas de humo que se colaban por la necesidad de respirar bajo la gruesa tela, llegando hasta en donde yacía el móvil rodado sobre la alfombra, comenzando a toser al entrar a la habitación, sintiendo que la piel se le quemaba ante la poca distancia con las llamas.

    Mierda.

    ¿Por qué?

    ¿Por qué no contestaste el celular?


    La voz no le salía de la garganta al tener la cabeza recriminándose ante la sensación corrosiva en la laringe, comenzando a tornarse borroso todo ante sus ojos, denotando el cuerpo del hombre mayor tirado en el suelo, como si hubiese caído de la cama al tratar de levantarse.

    —¿Por qué no abortó? ¡Ella fue abusada! —alegó colérico hacia su tío, quien comenzaba a firmar los documentos de su custodia, pasando a ser su padre ante la ley luego de que el psiquiatra determinara que debían alejar a la mujer del niño—. Yo ni siquiera... tendría que estar respirando.

    El hombre guardó los papeles dentro de un maletín para luego extender la mano ante los cabellos azabaches, sintiendo como el niño de un manotazo apartaba su tacto.

    —Mi hermana fue la que lo decidió, Natsu —comunicó con la mirada cristalizada—. Cuando se le dio la noticia luego de los exámenes médicos ella decidió dar a luz —tragó grueso al verlo ahí de pie, con el brazo derecho enyesado—. Después de eso...

    El pecho del infante comenzó a subir y bajar ante la respiración frenética, con las pupilas enrojecidas ante la resistencia al llanto.

    —Después trató de deshacerse de mí. ¡Mil veces! —articuló como un objeto de vidrio siendo quebrado en mil pedazos.

    Se apresuró a halarlo de la muñeca pese a que pesara el doble que su cuerpo, montándoselo en la espalda con el entrecejo fruncido al sentir que los pulmones en cualquier momento dejarían de funcionar, pero tenía que sacarlo de ahí, era el viejo.

    Su viejo.

    Se maldijo al sentir el líquido salino deslizarse por sus mejillas al llegar a la mitad del pasillo, escuchando el cómo una de las columnas se comenzaban a resquebrajar, cayendo piezas fundamentales de la estructura de la casa a sus espaldas, comenzando a bajar los escalones mientras rechinaba los dientes.

    —Esa chica.

    —¿Cuál?

    —Violet —le miró casi como si supiese algo más—. Deberías hacerla tu novia.

    Gotho lo escudriñó con la mirada.

    Sentía que no iba a ser capaz de llegar al primer piso, escuchando el sonar del celular como si lo tuviese en los oídos, el incesante pitido aturdiendo pese a no existir dicho ruido en aquel espacio.

    La llamada.

    Debiste contestarla.

    Natsu.






    Detuvo la manzana en el aire, mirándola extrañado al ver al hombre en el marco de la puerta con las notas excelentes del último trimestre escolar.

    —Natsu, sé que no te lo digo muy seguido —le enseñó la caja de dientes—, pero te quiero muchacho.

    La sensación de mareo le punzó la cabeza al abrir suavemente los párpados, denotando el blanco del techo, la cantidad de cables conectados a su pecho, el suero intravenoso en la vena de su brazo izquierdo, las vendas en distintas partes de su cuerpo ante quemaduras que habían sido tratadas. Se removió con el ceño fruncido al llegarle los recuerdos de golpe, a lo que las enfermeras ingresaron tratando de calmarlo al comenzar a arrancar cualquier cosa ajena a él.

    Se quitó la máscara de oxigeno.

    —¿Mi papá? —siseó aturdido, a lo que la mujer frente a él de uniforme blanco desvió la mirada, entrando el médico con una carpeta entre manos luego de todo el alboroto que se escuchaba.

    Las pupilas negras del médico se situaron en las ambarinas adolescentes.

    —Natsu Gotho, lamento comunicar... que su tío ha fallecido por asfixia —se tomó una pequeña pausa al verlo incrédulo—. Respectivo a la historia clínica de su madre, se informa que continúa internada en el hospital psiquiátrico, por ello, su custodia al ser aún menor de edad la llevará un juez y el proceso se hará de...

    El próximo mes.

    Cuando cumpliera la mayoría de edad.

    Emanciparse.

    O, suicidarse.





    Violet le abrazó de lleno, deslizando la yema de sus dedos por su nuca hasta los azabaches cabellos, sintiendo que su llanto la comenzaba a quebrar desde adentro, gritándole a Suiren que se mantuviese fuera de la habitación al sentir el cómo Natsu se aferraba a ella, con las manos temblando alrededor de su cintura, sentado en la camilla a medida que humedecía su blusa por las lágrimas silenciosas, sin importarle que desconectarse de distintas máquinas.

    No podía verlo, pero podía sentirlo.

    Y estaba roto.

    Completamente roto.

    Y ella, no podía hacer nada para ayudarlo.


    Balaam se mordió el labio inferior al sentir que la venda que cubría sus ojos se empapaba, limitándose a acariciarle el cabello sin importarle el tiempo que se mantuvo ahí de pie, al borde de la camilla. Suiren se quedó sentado en una de las sillas fuera de la habitación, con el malestar creciente en el pecho, el cuerpo encorvado y las manos entrelazadas para disipar algo de ansiedad.





    —¿Recuerdas el día en que empecé a perder la vista? —murmuró casi como si temiera que se alejara de ella, pero se mantuvo, quieto con la mejilla sobre su pecho, los orbes entornados y sus dedos alrededor de su cuerpo.

    Como si fuese su único polo a tierra.


    No respondió a su pregunta, lo que la incitó a continuar hablando:

    —Recuerdo que en muchas ocasiones discutiste con el médico, casi como si estuvieses somatizando la angustia que yo decidía guardar para no ver a mi madre llorar —descansó su mentón en la coronilla ajena—. Luego de eso, empezaste a obligarme a memorizar la casa de mi padre, luego las calles cercanas... y por último, tu casa. Me llevaste de aquí para allá, me hiciste romper un par de reglas como el visitar el parque acuático en la noche, el montarme en la motocicleta a horas de la madrugada, ver las luciérnagas en las colinas a las afueras de la ciudad —apartó con suavidad su tacto para desatar el nudo atrás de su cabeza, acunando no mucho después sus mejillas, guiándolo a levantar la vista.

    El color grisáceo chocó con el apagado ámbar.

    —Me dijiste que podía continuar viviendo pese a no ver más que el color negro, que podía continuar sola así mi familia se perdiera en la inmensidad de la nada, que podía sustentarme sola con una discapacidad como mil personas más —parpadeó al sentir los lagrimales acumulados—. Yo creo —juntó su frente con la de él—. Que tú puedes continuar viviendo, aunque estés solo en el mundo —se relamió los labios al sentir que la voz se le quebraba, para luego enseñarle una sonrisa cálida.

    Respiró profundo al sentir que comenzaría a jadear por detener el llanto, escuchando a su hermano detener a una de las enfermeras que probablemente estaba por tocar la puerta de la habitación, sin embargo, continuó al tomar aire.

    >>Creo... que eres el hombre más fuerte que conozco, y que pese a lo que suceda de ahora en adelante, lograrás tu meta Natsu, y serás un magnífico doctor, del cual tu padre que en paz descanse —acentuó al saber toda su historia de vida, considerando al tío de éste como el único por el que Gotho daría su vida sin dudar para traerlo de vuelta—, estará inmensamente orgulloso.





    Balaam se ajustó la venda al ser llamada por su madre detrás de la puerta. En cuanto se giró y alejó su tacto de Natsu éste estiró la mano, entrelazando sus dedos alrededor de su muñeca.

    —Puedo quedarme más tiempo y... —se apresuró a decir ella rápidamente, con el nudo en la garganta.

    Gotho le irrumpió, al sentir que los párpados le pesaban por el sedante que habían puesto en su intravenosa al haberse desconectado de todo nuevamente, siseando apenas:

    —Llámame —lo escuchó pedir con la voz ronca por el efecto de las partículas tóxicas que aún ardían en su garganta—. Llámame, prometo... contestar cada llamada.

    FIN
     
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    Kaisa Morinachi

    Kaisa Morinachi Crazy goat

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    Eso mismo pensaba Ichirou en pleno 14-17. Ya después de eso estaba tan agotado de llevarle la contraria a sus padres, que se volvió el fantasmita que es ;w;
    ¡DIOOOOS! Y esto es Mao de S.S en toda su relación tensa con Kenzaburo, tipo: Ella lo defiende a muerte, a sabiendas de que es un "desgraciado" y seguro a echo mil y una cosas por las que ella podría hasta matarlo; pero al mismo tiempo, fue quien la salvó de los Taira y básicamente no dejó que muriera o algo, ya sea enfermándose o simplemente matándose ;w;
    Así que sí: Soltaría eso sin importar qué, que su relación con su figura paterna no significa que ella haga las mismas cosas o cometa los mismos errores.

    JOOOO, y aquí entra la mamá del propio Ichirou. En su caso cometió infidelidad y quedó embarazada de Kazuki; Ikki a esas alturas ya sabía que se acostaba con otros, pero eso fue como la gota que revalso el vaso y simplemente, tras seis años, dijo que se divorciaran de una vez. Humiya no rechistó y lo hicieron. Y a pesar de todo, la madre de Nagi y todos estos pobres niños nunca se arrepintió ni se arrepentiría de tenerlos ;w; Hasta es consciente de que Ichirou esta mejor lejos de ella, con su padre con el que siempre se entendió mejor.

    Y bueno, ahí la principal diferencia con Humiya ;w; Pero es importante tener en cuenta de que Humiya no fue violada, claro.

    Nada, y aquí es cuando Natsu empieza a parecerse a Margarita. Ella, como te he dicho, es huerfana; y quienes la adoptaron ya rondaban los 56 años, por lo que eran ya viejos para lidiar con demasiados problemas, o eso pensaba Margarita desde muy pequeña. "No tengo que ser una carga para ellos, mientras me den cobijo estoy bien, no necesito nada más" Y en sus días en el internado, no importaba por cuanta basura pasara, siempre se lo aguantaba hasta que llegara el fin de semana, volviera a su hogar, y tuviera la tranquilidad, amor y paz que tanto atesora y anhela ;w;

    Y aquí, entran tanto Mao como Margarita; lo han pensado más de una vez, y son conscientes de que esa es la única manera verdadera de acabar con el dolor, así que no importa cuanto tiempo más duren sus tragedias; están dispuestas a seguir viviendo, sin miedo a morir.

    Vale, y esa capacidad y facilidad a la disociación es lo que le conecta tanto con Margarita, como con Ichirou; tan solo siento que Margarita es más erratica con esto, y Ichirou es una que se queda "paralizado" en el peor de los casos, así que de todas formas son muy distintos en ese aspecto.

    Vale, esa también es una actitud de Nagi, pero en vez de verse ""calmada"" o algo así como me imagino que se quedaría Violet, ella pone su fachada y se apoya en su mal humor para hacer frente a la tristeza, mostrando así su similitud con Ichirou.

    Dios, Violet es todo lo que niños rotos como Natsu, Ichirou y Margarita necesitan; por eso creo que es imposible que la vean como una pareja, es "la madre" o "el padre" que no los protegió como correspondía de pequeños, o les envió mensajes e ideas contradictorias a medida que crecían.

    Bueno, y eso creo que sería lo que todos los 4 o wings 4 poseen en común; la fuerza de seguir adelante, no importa que tan solo o destruidos puedan llegar a sentirse. Y bueno, que tanto Margarita como Ichirou quieren sentirse orgullosos a través del orgullo ajeno hacia ellos; en el caso de Ichirou, como su relación con sus padres se cortó por completo, por lo que ya ni "papá" ni "mamá" son, pues buscaría ese orgullo volviéndose médico cirujano, básicamente.

    AAAAAAAAAA
    ;----------------------;

    Chale, chale, chale, chale. Pero bueno, ya me imaginaba algo así, porque mi Mar comparte demasiadas cosas con él y tal, pero no deja de ser triste verlos en otros contextos y formas de afrontar las cosas.


    Nada, una lectura demasiado bueno, así que no mucho que agregar por ahí, ya que de por sí está muy bien hecho :3 Me gusta que los diálogos de Natsu estuvieran del otro lado, es como que abarca más su pensamiento y tal.
    Y bueno, con esto está más que explicado toda su actitud por fin. Y no sé que más agregar, tengo el cerebro medio frito XD
    Solo decir que, sí se va a devolver a Tokyo, pues Ichirou sigue viviendo ahí uwu
    Y no sé, sí no da para shipp, sinceramente que es una relación de amigos demasiado ideal. Hasta me los imagino siendo compañeros de piso y todo XD Ichirou tiene 19 y cumple 10 en mayo, según la fecha de Gakkuo, así que se llevan por relativamente poco :3

    Y nada, más que claro me ha quedado la personalidad de Natsu ahora, que me siento aún más capaz de sacarle algún fic en primera persona; pero sí meto a Ichirou, supongo que iré alternando y tal de narradores, porque con lo poco comunicativo o demasiado asertivos, la mitad de pensamientos se quedan fuera de sus palabras XD (Cualidad que también está en la versión más calmada y centrada de Margarita)

    Eso~ uwu
     
    • Adorable Adorable x 1

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