One-shot de Naruto - Lirio Blanco [Sasuke & Hinata]

— Pareja: SasuHina —

Disclaimer:
Naruto © Masashi Kishimoto.
Lirio Blanco © Hitomi-chan
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Aviso: Este FanFic lo publique en el 2009 , así que ya tiene sus años... Es un SasuHina, aunque la mayor parte del fic se enfoque en Hiashi.

Lirio Blanco

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El olor a desinfectante combinado con el de la medicina hacían de ese lugar algo casi insoportable de resistir para Hyuuga Hiashi, eso sin contar el ruido de los teléfonos que al parecer nadie se dignaba a contestar, el constante paso de la gente frente a él, los murmullos a su alrededor, el odioso color blanco por todas partes, todo lo estaba volviendo loco.

Camino en círculos para tratar de despejar su mente un poco, pero parecía inútil, solo lograba desesperarse un poco más. Para un hombre como él, perder el control de algo resultaba imperdonable, pero ahora no podía hacer nada por controlarse.

Se dirigió a servirse un poco de agua mientras observaba todo a su alrededor. Estar en la sala de espera de un hospital era algo que no le agradaba en lo más mínimo, desde la muerte de su esposa no había vuelto a poner un pie en un lugar como ese.

Todo parecía desquiciarlo más a cada momento, tomó de un solo trago el agua en su vaso y volvió a sentarse en una de las tantas sillas del lugar. De pronto sintió como alguien se sentaba junto a él, no le dio importancia, ya que de seguro sería una de esas tantas personas que siempre andan por allí.

— Hola — la persona a su lado se decidió por saludarlo.

Cuando Hiashi volteo a mirarlo, se topó con un hombre más o menos de su edad, rubio y con el cabello largo sujeto en una coleta, dejaba cubierto uno de sus ojos, por lo que solo miro uno el cual era de color azul, tenía unas cuantas arrugas en su rostro, pero por lo demás parecía un tipo agradable.

— Hola — le contesto secamente mientras volvía a tomar la posición de antes.

— Me llamo Inoichi Yamanaka — le extendió la mano y clavó sus ojos azules en los blancos del Hyuuga.

— Hyuuga Hiashi — tomó la mano que le ofrecía y lo saludo, mientras que volvía a su trabajo de observar a su alrededor.

Después de eso ninguno de los dos volvió a hablar, solo se dedicaron a estar sentados, uno al lado del otro, mirando cada detalle de las personas que pasaban frente a ellos. Hiashi comenzó a mover su pie mientras que hacia un ruido que a los oídos del rubio a su lado, era un poco insoportable.

— Deje de hacer eso — tronó los nudillos de sus manos y miró hacia el frente. —Es… desesperante —

— Estoy nervioso, enojado, ansioso, no se que mas hacer— Hiashi no era un hombre de muchas palabras, pero al parecer ahora estaba tan nervioso que las palabras salían de su boca sin que él se lo propusiera.

— ¿Quiere hablar? — se acomodó en su lugar y se dispuso a escuchar al Hyuuga a su lado. —Creo que eso le ayudaría a tranquilizarse, señor Hyuuga— Además de todo, no había muchas cosas que se pudieran hacer.

— Mi hija — Él también se acomodó en su lugar, y se dispuso a hablar. —Mi primogénita deshonró mi apellido, me deshonró a mi… su padre — Era raro que el hablara de esas cosas con un extraño, pero quizás nunca lo volvería a ver, y hablar con alguien tal vez le ayudaría.

—¿Qué fue lo que ella hizo? — Preguntó curioso el rubio.

— Se embarazó de un mal nacido Uchiha— apretó con fuerza sus puños mientras que en sus ojos aparecía la furia contenida hasta esos momentos. —Tendrá un bastardo de ese maldito. Mi nieto… mi primer nieto será un bastardo por culpa de ella — levanto su vista para mirar la cara de la persona delante de él, y lo encontró con una media sonrisa dibujada en el rostro.

— ¿Eso es todo? — Respondio el rubia, ante el "gran" problema que el hombre frente a él le comentaba.

— ¿Qué acaso quería más señor Yamanaka? —se lo dijo en tono de burla. Acababa de decir por lo que estaba pasando y ese sujeto se reía de él. —Pero claro, usted que va a saber de esas cosas. Siempre me tocan a mi los peores problemas del mundo, usted no sabe nada— se levantó de su lugar y le dio la espalda.

—¿Eso cree?— lo siguió con la mirada, y se levanto igual de su lugar para estar a su altura. — ¿Qué sabe de mi señor Hyuuga?, cree que estoy en un hospital por gusto— tocó el hombro del ojiblanco, mientras que lo hacía girar para que quedaran frente a frente.

—No, no lo conozco señor Yamanaka. Pero igual no creo que tenga un problema como el mío.— le retiró bruscamente la mano de su hombro, mientras que se volvía a sentar en su lugar. —Que ¿su primogénita también lo humilló como a mi? , ¿Han pisoteado su apellido? , ¿Alguna de sus hijas se enredó con un desgraciado que usted odie?, no lo creo—

El rubio dio un suspiro para no perder el control ante el tipo con el que hablaba, era increíble como alguien puede hacerte enojar de una manera que creerías sería imposible. Lo dejo un momento mientras él iba por un vaso con agua, tomo uno para él y otro para el Hyuuga. Al llegar se sentó de nuevo junto a él y le ofreció el vaso con agua.

—También tengo una hija, y también es mi primogénita, de hecho es mi única hija— tomó un poco del agua para aclarar un poco su garganta. —Se llama Ino, es muy parecida a mi, bueno solo que más linda— sonrió un poco por su comentario. —Su madre murió hace tres años, y solo quedamos ella y yo. Ahora tiene 20 años, y para mi es la chica más linda de todas— Con tan solo hablar de su hija, la mirada de Inoichi se iluminaba.

—Yo tengo dos hijas. Hinata, también de 20 años— al pronunciar su nombre cerró los puños de nuevo ante la rabia. —La que pisoteó a la familia— respiro para tranquilizase un poco y seguir hablando. —Y Hanabi, la menor de 17 años, ella es la más parecida a mi, Hinata es idéntica a su madre, aunque ella murió hace 10 años. Solo quedamos nosotros tres—

Los dos se quedaron mirando, sin querer se estaban haciendo amigos. El rubio sonrió de nuevo y antes de tomar de nuevo un poco de agua le dijo algo al Hyuuga que lo desconcertó mucho.

—Ella está muriendo ahora— Inoichi dejo que el agua que acaba de tomar se deslizara despacio por su garganta.

—¿Qué?— Le alzó un poco la voz ante lo que acaba de escuchar. —¿Y está aquí como si nada? , ¿No le importa su hija? , Se queda platicando conmigo, y… sonriendo en vez de estar con ella.— El ojiblanco no entendía cómo ese hombre podía estar tan "tranquilo" si su única hija estaba muriendo.

—Nada puedo hacer— colocó su vaso en un de las sillas a su lado, y no dejó que su sonrisa desapareciera. —Ahora están sus mejores amigos con ella, yo estuve con ella desde que nació, fui el primero en cargarla, en acariciar su carita, en ver su ojos. Creo que ahora la dejare unos momentos con los chicos que estuvieron con ella en su infancia, los que la hicieron reír, enojar, y hasta enamorarse. Ahora es el turno de ellos, yo no soporto verla así.— su voz poco a poco se iba apagando, al parecer no quería que su sonrisa desapareciera, pero a cada palabra le era más difícil mantenerla.

—¿Qué tiene?— al Hyuuga se le hizo un nudo en la garganta al ver como ese tipo hablaba de su hija, él nunca había hablado así de Hinata, y mucho menos ante alguna persona.

—Metástasis cerebral— trago un poco de saliva ante lo que acababa de decir. Cuando lo escucho por primera vez no sabía lo que era, pero después de cuatro años, esa palabra le hería un poco el corazón cada vez que la pronunciaba. —Se extendió por todos sus órganos internos y su piel—

—¿Esta en tratamiento?— cada vez más sentía que el sujeto frente a él estaba con un problema mayor que el que él tenía.

—Estaba, no dio los resultados deseados.— ahora él apretaba sus puños con fuerza, pero a comparación del Hyuuga, él lo hacía por impotencia, no por enojo. —está aquí… solo para morir— Limpio unas lágrimas que se escaparon de sus ojos —Cuando salga de aquí, lo haré sin mi hija. Ella ya habrá muerto— Una lagrima escapo de único ojo al descubierto del hombre rubio, pero esta la limpio al instante.

—Lo siento— el Hyuuga bajo la cabeza y tomó un poco del agua en su vaso. —No creí que estuviera pasando por algo así— de nuevo lo miro y trato de consolarlo. —¿puedo ayudarle en algo?, lo que sea.— no era un hombre que ayudará a las personas, pero ese tipo parecía necesitarlo mucho.

—De hecho puede hacer algo— Inoichi clavó su mirada en el Hyuuga

—¿Qué?—

—Perdone a su hija, y quiera a su nieto— tomo sus hombros y lo miro. —Usted saldrá de aquí con su hija y un nieto, usted tendrá a un pequeñito que lleva su sangre, no importa quién sea el padre — de nuevo volvió a sonreír y lo soltó para levantarse de su lugar. —Haga eso por mi. Saber que alguien sale de aquí con una gran alegría, me hará olvidar un poco que yo salgo de aquí con una gran tristeza—.

El Hyuuga no se movió de su lugar, y solo lo observo, ¿como un tipo puede sonreír mientras su hija está muriendo?

—Debo irme, mi hija debe de estar preguntando por mi— miro el vaso con agua que momentos antes había puesto en la silla a su lado, y lo tomó de nuevo entre sus manos. —No conozco a su hija, pero se que debe de ser una chica hermosa, dele mis felicidades por su hijo— tomó las manos del Hyuuga y le colocó el vaso en ellas. —No se ahogue en un vaso de agua Hyuuga— miro la cara del ojiblanco y una sonrisa aún más grandes que las anteriores apareció, además de una carcajada —Tal vez por eso tiene esas arrugas en la frente— se dio la media vuelta y se alejó del lugar.

Hiashi miro los dos vasos en sus manos, el de él, estaba prácticamente vacío, mientras que el otro estaba casi lleno. No podía creer que ese tipo le ayudará a ver que no era el fin del mundo que tu hija tenga un bebé fuera del matrimonio, aunque el padre sea el tipo que menos hubieras esperado.

No sabía exactamente cuánto tiempo había pasado desde que habló con el tipo rubio, ni mucho menos cuánto tiempo había estado observando los vasos frente a él, pero de pronto sintió como alguien se dirigía hacia él, levantó la vista y se encontró con el malnacido, como él le llamaba, que embarazó a su hija.

— Hyuuga— su voz sonaba algo rara, a los oídos del mayor. —Ya nació, y fue un niño— el chico estaba frente a Hiashi, y no parecía intimidado por él. —Hinata preguntó por usted, quiere verlo— se dio la vuelta para retirarse, pero la voz del mayor lo detuvo.

—Espera Sasuke— se levantó y encaró al chico. Era alto ,de piel blanca, cabello negro, al igual que sus ojos, y por algunos comentarios de chicas, el más apuesto de todos. —Te casaras con mi hija— no era una pregunta, era una afirmación.

—No tiene por qué decírmelo, igual pensaba hacerlo— no permitiría que "su suegro" lo intimidara, mucho había soportado ya cuando Hinata le dio la noticia de que estaba embarazada.

—Tal vez con tus genes y los de ella, mi nieto sea el mejor de los Hyuuga— dio un suspiro y camino directo a un bote de basura. —¿Cómo se llamará?— Miró de reojo al joven.

Sasuke no creía lo que estaba escuchando. El gran Hyuuga Hiashi, acababa de darle un halago, claro a su modo pero lo hacía. Quién hubiera imaginado que ese tipo estaba al borde del infarto por ser abuelo, y más porque gracias a un Uchiha lo sería.

—nN-no sabemos— por la impresión tartamudeo un poco, pero de inmediato recuperó la compostura. —Hinata quiere pensarlo bien—

—Vamos a verla— después de tirar los vasos, camino hasta el pelinegro y le hizo una señal, para que lo condujera hasta su hija y nieto.

Cuando comenzaron a caminar en uno de los pasillos se toparon con el señor Yamanaka, el cual caminaba junto a otros dos chicos, y dos hombres mayores, tal vez de la misma edad. Todos parecían estar tristes, con la mirada baja, y reteniendo las lágrimas en sus ojos para que no salieran.

Cuando estuvieron frente a frente, Hiashi noto como la sonrisa que antes tenía el rubio, se esfumó por completo, sus ojos estaban llorosos, y su cara con una sombra que hacía parecer que ese fuera un hombre totalmente diferente al que había conocido antes.

Tanto Hiashi como Sasuke se quedaron en su lugar, mientras ellos pasaban a su lado, todos lo hicieron, excepto Inoichi, él se quedó un poco más atrás. De su pantalón sacó una pequeña flor seca que llevo hasta su nariz para olerla, de pronto una traicionera lagrima escapo de sus ojos, para caer directamente sobre la pequeña flor. Levantó la mirada y siguió a sus amigos, no sin antes detenerse a un lado del Hyuuga.

—Mi hija ya….— las palabras se atoraron en su garganta, no podía decir que había perdido a su tesoro a "su flor" como él acostumbraba llamarle, trato de volver a hablar, pero una mano en su hombro hizo que ya no lo hiciera.

Hiashi no le dijo una sola palabra, solo lo miro, para después abrazarlo. Sasuke estaba más que sorprendido por el cambio de actitud del Hyuuga, nunca lo había visto abrazar a nadie, y mucho menos comportarse tan comprensivo con ninguna persona que no fuera el mismo, o Hanabi.

Cuando se separaron, Inoichi, le extendió la flor que llevaba con él.

—Dásela a tu nieto— una pequeña sonrisa se volvió a dibujar en sus labios. —Fue la primera que mi hija me obsequio— y así como la sonrisa llegó se fue, de nuevo las lágrimas luchaban por salir de sus ojos azules, y el luchaba por contenerlas.

—No creo que se buena…— el Yamanaka de inmediato tomó las manos el Hyuuga y lo obligó a tomarla, mientras que él negaba con la cabeza.

—Cuando ella me la dio, fui feliz— lo miro y dio un hondo suspiro. —Igual que tú lo serás cuando veas a tu nieto—

Lo soltó y caminó de nuevo al lado de sus amigos. A los pocos segundos ya habían desaparecido por uno de los tantos pasillos de ese hospital. Sasuke miro todo desde su lugar, sin decir una sola palabra, comenzó a caminar y se paró frente a una de las puertas cercanas a ese lugar.

—Hiashi— le hablo para llamar su atención. —Aquí es— le señalo la puerta frente a él, para después tocar un par de veces. Al recibir un "pasen" por parte del otro lado, abrió la puerta y entró.

En la habitación estaban Hanabi, Kiba, Naruto, Shino y Kurenai. Todos alrededor de la pobre de Hinata que sostenía entre sus brazos a un pequeño bultito con una cobijita azul. Todos le hacían mil preguntas a la nueva madre, a la vez que halagaban al bebé que había tenido.

Cuando vieron a Sasuke entrar, lo primero que pensaron era que el amargado y estricto de Hiashi Hyuuga no había aceptado ir a ver a su hija y a su nieto.

—¿Y papá?— Hinata lo miró y apretó un poco más al pequeño entre sus brazos.

—Aquí estoy — entró detrás de Sasuke y caminó hasta la cama donde estaba su primogénita. Se dedicó a observar, en definitiva era idéntica a su madre, se le vinieron mil imágenes de cuando el entro y vio a Hinata en brazos de su adorada esposa, una imagen que nunca podrá olvidar. Sin proponérselo se inclinó un poco para besar la frente de su hija.

Todos los presentes se quedaron congelados ante la acción del patriarca Hyuuga, pero nadie abrió la boca para decir nada, Naruto estuvo a punto de hacerlo, pero fue callado por Shino en el momento en que lo intento.

—P-padre— en cambio Hinata cerró los ojos y se dejó llevar por la sensación tan agradable de sentir un tierno beso de su padre, cosa que desde niña no recordaba sentir.

—¿Como esta mi nieto?— bajo la mirada para poder ver al pequeño ser que su hija sostenía entre sus brazos. Lo miro bostezar, a la vez que clavaba sus blancos ojos en él. —Se parece a ti— acercó uno de sus dedos para acariciar dulcemente su carita, acto que hizo que el pequeño soltara una pequeña risa a la vez que quería tomar el dedo de su abuelo.

—L-le agrada padre— cuando su hija le habló, al nuevo abuelo no le quedó de otra que ver a su hija. —Serás un buen abuelo— una sonrisa se dibujó en los labios de Hinata, mientras miraba a su padre.

Hanabi al ver que el ambiente no estaba tan tenso como ella creyó, se acercó hasta su familia, y tomó de la cintura a su padre mientras tenían su mirada en el pequeño Hyuuga.

—Solo los ojos son iguales a los nuestros— levantó la mirada a su padre y rió un poco antes de decirle lo que sabía. —Su pelo es negro, y por lo que vi… es todo un Uchiha— un pequeño sonrojo apareció en el rostro de Hanabi, mientras veía como a su padre se le deformaba un poco el rostro por la rabia.

—¡H-hanabi!— le gritó Hinata mientras tenía la cara completamente sonrojada. —C-como le d-dices e-eso a p-papá. Además t-tu q-que s-sabes—

—Hay hermanita— se sentó a un lado de la cama y comenzó a jugar con su sobrino. —Yo lo dijo por el carácter que tiene, se ve que es muy…especial— dirigió su mirada al Uchiha en la habitación y le sonrió. —Acaso crees que Sasuke es una perita en dulce, es un ultra amargado, antisocial, pokerface, cubito de hielo y más que yo conozco— todos a excepción de Hinata y Sasuke se rieron del comentario. —Espero que con el tiempo eso se te quite pequeñito— de nuevo comenzó a jugar con su sobrino, pero este parecía no querer volver a jugar con ella, y puso una cara de puchero que le pareció graciosa —Lo ves— miro a Hinata y le señalo lo que hacía su hijo.

—¿Y como le pondrás Hinata?— de nuevo todos sus amigos se acercaron hasta ella, y el más sensato a la hora de hablar, siempre era Shino. —¿Ya tienes un nombre en especial?—

—Ponle ramen Hinata chan dattebayo— Naruto corrió hasta el pequeño y lo tomó entre sus brazos. —¿Verdad que quieres llamarte rameen?— le hablaba con voz infantil, mientras le hacia caras graciosas al pequeño, pero este parecía en otro mundo, otro mundo donde no existía Naruto, ya que ni siquiera hizo una pequeña seña ante el rubio.

—Mi hijo no se llamara ramen dobe— Sasuke le arrebató al pequeño y le dedicó una de sus frías miradas.

—En verdad son padre e hijo— Naruto se lo dijo en voz baja a Kiba, para que los involucrados no escucharan, pero lo hicieron. Incluso Naruto podría jurar que vio la misma mirada de Sasuke en el pequeño, no cabía duda, era un Uchiha.

—S-se llamará Hiashi, igual que su abuelo— Hinata tomo la mano de su padre, mientras le dedicaba una de sus mejores sonrisas.

Hiashi trago saliva fuertemente mientras miraba a su hija, después miró a su nieto en brazos de Sasuke y fue por él. Sasuke no opuso resistencia y le entregó al pequeño, el Hyuuga lo tomó en sus brazos como si se tratase del más fino y delicado cristal, que puede ser roto con tan solo una leve brisa.

Mientras lo observaba, recordó la flor que el Yamanaka le había obsequiado para él, se la mostró al pequeño, y este volvió a sonreír al verla.

—Es para ti pequeño Hiashi— sonrió al llamarlo por primera vez por su nombre, sonaba bien después de todo.

Una enfermera entró a la habitación y les aviso que era la hora de que el pequeño volviera a los cuneros, para que la madre pudiera descansar. El nuevo y orgulloso abuelo pidió ser él quien llevara a su nieto, cosa que le permitieron. Antes de salir llevo al pequeño hasta Hinata para que le diera un último beso antes de que se lo llevara por completo, miró a su hija y le dio un último beso en la frente, para después salir de la habitación, seguido por todos los demás, solo Sasuke se quedo al lado de Hinata.

—Tu padre está raro— se acodó al lado de Hinata en la cama y la abrazo por la cintura. —Creí que estaría a punto de matarte por darle un nieto —

—Me agrada así— acarició los negros cabellos de Sasuke mientras se dedicaba a sonreír y mirarlo a los ojos. —Hace años que no lo veía de esa forma—

—Si se puso así con un nieto, imagínate cuando tengamos más— El joven dejó caer su cabeza sobre el pecho de la joven.

—¿M-más?— un intenso color rojo apareció en las mejillas de Hinata mientras tragaba un poco de saliva por lo que había escuchado.

—Si— Sasuke alzo su vista y se acercó a Hinata para besarla en los labios. —Quiero mínimo cinco hijos más—

—¿C-cinco?— Hinata se alejó un poco para poder mirarlo. —N-no crees q-que son d-demasiados— haber pasado por esa labor de parto había sido toda un reto para ella, eso sin contar los malestares del embarazo y las contracciones previas antes de dar a luz. Pasar por eso cinco veces más, le parecía demasiado.

—Para nada— Sasuke se levantó de su lado y la miró fijamente, —Pero antes— miró a su alrededor y tomó la flor que Hiashi le había obsequiado a su hijo. Se arrodillo a un lado de la cama y se la entregó a Hinata. —Aunque esta flor sea de nuestro hijo, quiero pedirte con ella que te cases conmigo— Los negros ojos de Sasuke, miraban directamente a los ojos de la mujer frente a él.

—S-sasuke— Hinata tomo la flor y se la llevó al pecho, mientras unas lágrimas corrían por su rostro. —Claro que seré tu esposa— se inclinó hasta él y beso sus labios. —Lirio blanco… pureza de alma. Igual de puro que mi amor por ti— de nuevo volvieron a besarse, olvidándose de todo a su alrededor, y solo dejándose llevar por sus sentimientos.

—¿Qué te parece si empezamos a hacer el hermanito para Hiashi?— sasuke se acomodó de nuevo en la cama junto a Hinata, y comenzó a besarle el cuello.

—E-estamos en el hospital Sasuke, d-detente— más roja era imposible que pudiera estar, tenía miedo que en cualquier momento alguien entrara por la puerta y los viera.

—Eso lo hace mas emocionante, ¿no lo crees?— clavó sus ojos negros en los blancos de Hinata y acercó las sábanas para cubrir a ambos. Sabía que ella tardaría algún tiempo para poder tener intimidad de nuevo, pero verla sonrojada y con miedo a ser descubierta por alguien en esa situación lo divertía bastante.

—P-pero quiero una niña— una sonrisa, al igual que un sonrojo se asomaron por los labios de Hinata. No podía negar que amaba a Sasuke, y darle más hijos aunque era una tarea complicada, no le desagradaba del todo.

Sasuke sonrió ante el comentario echo por Hinata y antes de cubrirse por completo le volvió a hablar.

—Veré que puedo hacer— tapó a ambos con las sábanas, mientras algunas risas por parte de Hinata se escapaban de debajo de ellas.

Después de todo esa flor, traía alegría a quien la tenía. Me alegra mucho habérsela obsequiado primero a mi padre. Y que el se la diera a ese pequeño. La vida es un ciclo que algún día acabará, y aunque es un profundo dolor perderla, también es de inmensa alegría recibirla.

Atte: Ino Yamanaka

Fin….
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Ok, después de que Pire e Insane me preguntaran por qué no subir un Fic aquí, y luego de revisar y no encontrar este por aquí, es que me decidí por subirlo.

La verdad a mi me encanta escribir y leer FanFics SasuHina, y no se cuantos fans de esta parejita crack existan aquí, pero bueno igual dejo mi contribución al foro :quis:.

Saludos...