Lineas de Guerra y Sangre

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Mystic, 11 Julio 2008.

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    Mystic

    Mystic Guest

    Título:
    Lineas de Guerra y Sangre
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    9
     
    Palabras:
    3131
    Lineas de Guerra y Sangre

    Bue... soy nueva en el foro y no se me ocurrio mejor presentacion que publicar una historia mia que llevo escribiendo desde hace ya, algun tiempo... pues... tecnicamente la tematica se centra en la epoca medieval (no, no la de nuestro mundo) sino en una medieval universo-alterno; con elfos, orcos, angeles, demonios y mas... no soy buena para los resumenes asi que no hablo mas porque le perderan el interes -.-, lo unico que puedo prometerles es que habra batallas (tratare de hacerlas muy reales), romance, persecuciones, llanto, traicion, sangre, y mas... *perverso*
    Y aqui les dejo con el primer capitulo...:)

    **************​

    Capitulo I: Sigue Tu Camino
    Una casa apartada en los bosques elfos, hace mucho tiempo:
    - ¡Los orcos llegan desde las montañas! ¡Debemos retirarnos al poblado! ¿Dónde está tu hermano?
    - Se fue a jugar al bosque con su espada de madera, como siempre, tendremos que esperarlo aquí...
    ---
    Academia para jóvenes guerreros, capital elfa, unos años más tarde:
    - Y así yo, el Alto Jerarca Asterios, te nombro guerrera de los elfos. Ahora podrás ayudar a la guardia en sus quehaceres y avanzar en la defensa de los elfos.
    La joven elfa se retiró, con una mirada triste pero orgullosa, con la primera espada de acero que jamás había tenido en la mano. Una de sus compañeras se le acercó:
    - Estarás contenta no? Tu familia estaría orgullosa...
    - ¡No hago esto por la muerte de mi familia! ¡No lo hago por mi hermana desaparecida! Lo hago por... venganza.
    - Ese camino no te conducirá muy lejos, ten cuidado.
    ---
    Semanas más tarde...
    La guerrera elfa estaba practicando en su claro favorito del bosque. Siempre le gustó aquel lugar, pese a estar tan lejos del poblado. Estaba exhausta de haber perseguido y diezmado a un grupo de bandidos goblin, cuando media docena de guerreros orcos salió de entre los árboles. Su profesora Zumire le había enseñado, que si el enemigo era superior en número, se valiera de su velocidad para separarlos. La elfa se giró, dispuesta a hacer valer sus largas piernas cuando vió un borrón de movimiento, y luego, oscuridad...
    ... hasta que se despertó, en lo más profundo de la oscuridad nocturna del bosque. A su lado había una Dríada, los espíritus del bosque que se encargaban de proteger el verdor.
    - ¿Estás bien? Ese orco te dio un golpe muy serio en la cabeza.
    - Yo... si. Algo aturdida, estaba practicando en el bosque y no los vi venir. Gracias por haberme salvado.
    - ¿Yo? Oh no, fue un Genesis el que te trajo aquí. Vestía los colores del ejercito de la Diosa, y llevaba una gran espada adornada de gemas y manuscritos. Fue él el que mató a los orcos.
    - Manuscritos en una espada... mi hermano... pero no puede ser...
    - Tranquila, necesitas reposo, por cierto, ¿Cual es tu nombre?
    - ¿Mi nombre? Mi nombre... vaya... no me acuerdo...
    ---
    Dos meses más tarde...:
    - Continúa tu camino, Akari, y recuerda que por grande que sea el mundo, siempre tendrás aquí un hogar.
    Y la elfa partió. No buscó a su hermano, ya que ella quería ser libre. No intentó recordar su verdadero nombre, ya que había vuelto a nacer, y portaría orgullosa el que le pusieron los espíritus del bosque.
    ---
    Visitó a sus primos oscuros, en sus desoladas tierras, y comprobó como eran más los parecidos entre ambas razas, que las diferencias que los más viejos de cada etnia se empeñaban en resaltar.

    Partió hacia tierras de los humanos, maravillándose con su variedad y riqueza. Sorprendiéndose con la amabilidad de los enanos tras su fachada de tozudez y viendo como algunos orcos vivían entre ellos, en paz.
    Encontró un grupo de elfos oscuros, que parecían inmersos en la inacabable tarea de limpiar las Ruinas de la Desesperación de influencia maligna. En ellos vió una nueva familia, y enseguida se sintió parte del grupo.
    Con ellos aprendió lo que era la amistad, lo que significaba la palabra traición, aprendió a hacer la guerra, pero aprovechando el tiempo entre batallas para amar. Y asistió, descorazonada, a la lenta e inexorable disolución de su nueva familia.
    Entonces partió, hacia las frías tierras de los enanos, buscando tranquilidad y allí permaneció por mucho, mucho tiempo...
    ...hasta que su corazó volvió a latir. En el poblado enano oyó rumores acerca de una atrevida enana llamada Driella. Había hecho fama y fortuna en las minas de Mithril, y junto con un grupo de enanos fieles y leales como la montaña, había partido a Gludio, zona de paso de los reinos humanos. Al parecer había juntado un variopinto grupo con todos aquellos que no encontraban su lugar.
    Animada por la posibilidad de hallar una nueva familia, decidió retornar de las tierras enanas, cuya frialdad era proporcional al calor de los corazones de sus habitantes, y volver a Gludio, el pueblo donde había vivido tanto tiempo.
    Allí se encontró con una grata sorpresa, algunos de sus antiguos compañeros de armas se habían refugiado en esta nueva familia, y aunque el liderazgo había pasado al temperamental, generoso y alocado Shu, el espíritu era el mismo: Lealtad y amistad.
    Con el tiempo la familia creció, Akari volvía a sentirse como en casa.
    Eran tiempos de incertidumbre y guerra, pero eso no importaba. Akari se sentía feliz, aunque el fuego de la ira seguía latiendo en su interior. Hubo ocasiones en las que ese fuego se vio alimentado por el maltrato a los que ahora eran sus hermanos, y la espada de Akari se fue tiñiendo de sangre poco a poco, paso a paso.
    Los enemigos iban y venían, las treguas acababan tan pronto empezaban, y el mapa de los territorios se redibujaba a diario. La muerte de muchos de sus compañeros pesaba sobre la guerrera elfa, que ya no era tan joven.
    Y un día, un día como otro cualquiera, en el que nada especial parecía acontecer, algo se rompió en su interior.
    Gurkham se acercó a la guerrera elfa. Akari llevaba unos cuantos días algo inquieta y hoy estaba especialmente violenta. Pasaban ya horas desde que se había levantado y desde entonces no había parado de segar la vida de los dragones del valle con su aparatosa espada. Pero lo peor no eran los gruñidos o quejidos del combate, ni tampoco el chirriante graznar de los dragones al morir. Lo peor era su canto.
    En el pasado el canto de la elfa había sido de valor, de reconciliación, de vida, de perseverancia. Ahora no, ahora su canto se había convertido en una continua letanía de muerte y desesperanza, hasta tal punto que el normalmente tranquilo Gurkham estaba con los nervios a flor de piel.
    Se acercó a ella, intentando meter ruido para que le oyera venir, ya que no quería sobresaltarla. Akari se hayaba junto al cadaver del último dragon muerto, cerrando sus heridas con magia, físicamente agotada, pero sin signos de querer parar.
    -Esto... Akari- comentó el sombrío guerrero con calma. -¿Se puede saber que pasa?
    -¿Qué que pasa?- Akari parecía fuera de sí. Miró a su alrededor, viendo las rocas y desfiladeros del final del Valle de los Dragones y el pequeño campamento que estaban utilizando como parada de emergencia.
    -Si, te veo más violenta que nunca, ni tan siquiera en guerra...- dijo Gurkham antes de que ella le cortase.
    -¡Ja! ¡Guerra!- resopló Akari en tono mordaz. -No estoy tan vieja como para que me falle la memoria, y pese a ello estoy comenzando a olvidar lo que eso significa- clavó la enorme espada que solía usar en el suelo y se apartó el cabello de la cara, haciendo una pausa...
    -Tu eres elfo también, tus vista es lo suficientemente buena como para ver la entrada al cubil de Antharas desde aquí- continuó Akari.
    -Veamos... si- dijo Gurkham al acercarse a la posición de Akari. -Hay gente moviéndose cerca de la entrada.
    -¿Y no distingues sus colores desde aquí?- preguntó la elfa, levantándose del suelo, apoyada en la espada.
    -Ah, no, pero entiendo a lo que te refieres...- comentó el elfo con voz distraída, mientras una daga de colores rojizos como la sangre aparecía en sus manos.
    -No, ahora no- dijo la elfa con voz cansada. -Recuerda la tregua, no seré yo quien la rompa, mas ganas no me faltan.
    -Yo fui entrenado para matar, y ahora mismo me siento cómodo con la tregua- comentó Gurkham. -Tu fuiste adiestrada para apoyar a...
    -¡Yo fui adiestrada para la paz, si!- exclamó Akari. -Pero tambien fui adiestrada en la senda de la espada, y los años me han enseñado el arte de la guerra- continuó con aire melancólico. -Ahora vivo para la guerra, y sin guerra... ¿Por qué vivir?
    Gurkham hizo desaparecer la daga tan facilmente como había aparecido en sus manos, y agarró a Akari por los hombros.
    -Escúchate a ti misma, y asimila lo que acabas de decir. ¡Esta no es la elfa que yo conocí! ¡Lo que dices no tiene sentido! El proyecto en el que estamos está por encima de guerras y rencillas, tu misma dijiste eso hace tiempo, ¿Qué es lo que ha cambiado?
    -Muchas cosas han cambiado- dijo Akari mientras apartaba a su compañero de clan de un manotazo. -Y han cambiado para volver a ser como al principio- continuó en voz baja, casi como si estuviera sola. -Esto no es un juego, y no volverán a cogerme con la guardia baja- murmuraba, mientras arrastraba la espada de vuelta al campamento. -No, no volverán a cogerme, otra vez no... no como en el cementerio, no como los orcos en Gludin, no como en las guerras del pasado, ¿verdad Magnus?- terminó de decir mientras la vista se le nublaba y caía al suelo.
    -Mierda, está tan agotada que delira- pensó el elfo oscuro. -Sex debería estar a punto de volver al campamento tras la caza de la mañana, espero que vuelva con Foxer y pueda comprobar la salud de Akari- comentaba para si mismo, mientras la recostaba en la colina donde había caído, mientras se ataba la enorme espada a la espalda. -Lo que no se es porqué ha mencionado a Magnus, se conocen desde hace tiempo, pero no se, guerras del pasado...- siguió cavilando mientras llevaba a la elfa en brazos...
    La espada reposaba contra un árbol de hojas doradas del bosque elfo. A su lado, una aparatosa pero liviana armadura azul descansaba desmontada. En ambas cosas podían apreciarse signos de uso reciente, arañazos y manchas de sangre. Caminando descalza hacia el lago, iba la guerrera elfa, firme en sus andares, sin las molestias de la armadura, aunque herida y manchada de sangre como ella.
    Con la mirada triste se acercó al altar cercano al lago, no hacía tanto tiempo que había tenido que sacrificar la vida de un unicornio aquí, mas, ¿Acaso el tiempo tenía sentido? Agarró un mechón de su pelo, teñido de rojo por la sangre reseca, tanto ajena como propia, y tras cortarlo con lo que parecía ser una punta de lanza lo ató y lo depositó en el altar.
    Cantando una melodía triste y pesada como el plúmbeo cielo, con leves aunque lejanos destellos de esperanza, se acercó al lago, a borrar las huellas de las heridas, las sufridas y las infligidas. Ya libre de los estigmas, se cubrió con una túnica blanca y cogiendo un cuenco del altar volvió al lago.
    Al dirigirse hacia sus pertrechos le pareció atisbar movimiento en el bosque, y el familiar sonido de las ramas moverse. No era un movimiento pesado, por lo cual, ya sabía de que habitantes de la fronda elfa se trataba. El viento comenzó a soplar desde el mar de las esporas, un augurio poco afortunado, pero con un estremecimiento, la guerrera elfa continuó hacia sus baqueteadas posesiones.
    El viento en el bosque se intensificó, mezclándose con una especie de cántico, que recordaba al zumbido de las abejas en verano. La guerrera acompañó con letras en idioma elfo, poesía que recordaba tiempos mejores, tiempos de paz. Vertió el contenido del cuenco de madera, cristalina agua del lago sobre su armadura y espada, lentamente, ceremonialmente.
    Y entonces el gris cielo se abrió, el viento apartó las nubes, y pese a que traía el aroma dulzón y húmedo del mar de las esporas, fue bienvenido por descubrir el sol, iluminando con sus rayos la foresta. El armamento de la guerrera había pasado a estar como ella, libres de mácula, y tras devolver el cuenco y la túnica al altar comenzó a recoger sus cosas.
    En ese momento una lanza cayó cerca de ella. Era una lanza casi de juguete, sin punta, como aquellas con la que los niños juegan llegada la primavera. El astil estaba hecho de ligero corcho blanco, poco apropiado para una lanza cuyo objetivo fuera hacer brotar la sangre, pero tenía algo escrito en los compactos y gráciles caracteres elfos.

    “Si tienes que ir a la guerra, hazlo, pero lucha siempre con honor, para que con la muerte de tu enemigo no venga la muerte de tu alma. Suerte hermanita.”

    Las lágrimas cayeron del rostro de la guerrera, y por primera vez desde hace algún tiempo, volvió a sonreir. Una sonrisa cálida, y con ella un nuevo canto, un canto que parecía cambiar la dirección del viento y aumentar la calidez del ambiente. Un canto que transportaba el brillo del sol al final del verano, el sabor del pan elfo recién hecho, el tacto del cabello de una doncella, el trino de los gorriones al atardecer y el aroma de las amapolas del bosque. Un canto que hablaba de sobreponerse a la injusticia. Un canto a la vida.
    -Gracias hermano- musitó al terminar el canto, sabiendo que el mensaje llegaría a su destino. Terminó de recoger sus cosas, abandono su armadura y envuelta en magia elemental desapareció, tenía prisa y había muchas cosas que hacer.
    La elfa caminaba por el Paso de la Muerte. Pese a su ominoso nombre, era una ruta que conocía debido a su reiterado tránsito, y ni tan siquiera la ocasional presencia del antaño temible Nakondas le preocupaba. No eran asuntos de simples engendros lo que le preocupaba, al fin y al cabo seres como Nakondas eran acosados a menudo por héroes jóvenes, deseosos de una reputación y parte del tesoro de un ente como tal.
    No, eran asuntos más importantes los que rondaban la cabeza de la guerrera. Recientemente las maniobras políticas eran más intensas que nunca, los heraldos cruzaban con noticias la faz de Aden sin descanso, era como si todo el continente se hallase sumido en el desconcierto de la guerra... pero no había tal guerra. Más allá de los encontronazos habituales entre enemigos jurados y algún ocasional intento de toma de algún castillo, hacía tiempo que una guerra había asolado el mundo, que las batallas habían oscurecido el cielo, hacía tiempo que la tierra no se teñía de sangre.
     
  2.  
    Mystic

    Mystic Guest

    Título:
    Lineas de Guerra y Sangre
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    9
     
    Palabras:
    2030
    Re: Lineas de Guerra y Sangre

    Capitulo II: Bajo Las Hojas Del Arbol Madre I - Impotencia
    -¿Y que hay de malo en ello?- se dijo Akari en voz alta- ¿Al fin y al cabo no era la paz por la que luchabas?
    -No habrá paz en Aden mientras no haya paz en los corazones de sus habitantes, joven elfa- dijo una voz ruda a sus espaldas.
    -¿Quién?- preguntó ella, mientras se giraba, trazando un surco en la tierra con el mandoble en gesto de defensa.
    La joven elfa saco su espada rapidamente y apunto al extraño; este permanecio neutral.
    - ¿Quién eres?-dijo Akari un tanto agresiva-
    - ¿Yo?-dijo el extraño inmóvil- Solo un caminante que pasaba por aquí y oi tu meditacion.
    Akari crizpo los labios y guardo su espada.
    - Sera mejor que siga-dijo Akari dandose media vuelta- Este no es un buen lugar en el que un “caminante” deba estar.
    La elfa siguió avanzando… y detrás de ella el extraño.
    - Joven elfa-dijo el extraño- ¿A dónde es que va siendo este un lugar tan peligroso?
    - Ese no es asunto suyo-dijo Akari acelerando el paso-
    - ¿Quiza buscando algo que hacer? ¿Una mision nueva?... ¿O una respuesta a su existencia?... Señorita Akari Hewing…
    Akari dio media vuelta, el extraño bufo por lo bajo y salio corriendo hacia dentro del bosque.
    - ¡He!-grito Akari corriendo detrás del extraño-
    Las ramas y racies hacian difícil la persecución, las piernas, cara y manos de Akari eran asotadas y rasgadas por las ramas que le daban sin vergüenza y enrojecian su piel. Mientras que el extraño parecia que solo era una sombra entre ellas, porque su capa se movia ágilmente y su velocidad no disminuía.
    Al cabo de unos minutos de persecución, y de lo agotada que estaba, Akari termino cayendo estúpidamente por la causa de un tallo saliente de la tierra. Dio vueltas sobre si misma y se estrello en un arbol. Se paro del suelo tosiendo y respirando dificultosamente, miro a su alrededor y vio el arbol con el que se habia chocado… era el Gran Arbol Madre… lugar profundamente respetado por los elfos por su antigüedad, sabiduría y poderosa magia.
    Por alguna razon se sentia calmada y ya no tan deesperada como hace unos minutos.
    Akari se quedo observando ensimismada el Gran Arbol, miro a su alrededor… todo era apacible… los pajaros revoloteaban por todos lados, una que otra timida Hada se asomaba por entre los agujeros de los arboles vecinos y unos animalitos jugueteaban…
    Por detrás de un claro de agua pudo ver una pequeña cabaña con la puerta entreabierta y unos ruidos dentro de ella.
    Akari bajo su espada a un lado por respeto al Gran Arbol y camino hacia la cabaña. Sus pies tocaron la fria agua y avanzando lentamente por entre el Claro llego a la cabaña.
    Se detuvo ante la puerta al sentir que un calor calido y agradable salia de la cabaña. Respiro profundamente y empujo la puerta.
    - Veo que no demoraste mucho-dijo un hombre sentada sobre una silla-
    Akari observo alrededor y se sorprendio al ver que lo que parecia una cabaña por fuera, por dentro era un amplio cuarto, con estatuas en honor a todos los Dioses y un poco de la esencia de cada uno de ellos.
    - ¿Qué es este lugar?-pregunto instintivamente Akari-
    - Esto mi querida niña-dijo el hombre parandose y caminando hacia Akari- Es solo el Hogar de Eva.
    - ¿Entonces que haces tu aquí?
    - Hum-el hombre sonrio y camino hacia el centro del enorme cuarto donde un rayito de sol entraba por entre los ventanales del techo- Porque yo niña… bueno no tiene importancia el porque de mi estancia aquí… el caso es… ¿Qué haces tu aquí?
    Akari vio al hombre y avanzo hacia la primera estatua que habia: la de Freya.
    - Te segui-dijo- ¿Cómo es que sabes mi nombre? ¿Nos conocemos de algun lugar? ¿Y como supiste lo que pensaba?
    - Yo lo se todo-dijo el hombre- Se que buscas un hermano aunque pretendes no pensar en ello, se que buscas tus origenes, se que buscas poder y paz a la vez… se que no sabes nada sobre ti misma.
    - ¿Qué no lo se?-dijo Akari con sorna- Se todo sobre mi… ¿Qué podrias saber tu de mi, que yo no lo sepa?
    El hombre sonrio, junto las manos y oro, en un lenguaje antiguo, mas antiguo que el lenguaje elfico… el circulo en el que estaba parado fue rodeado de cada una de las esencias de los Dioses, primero formaron una torre de luz y poco a poco empezo a tomar forma, hasta que se pudo distinguir un baculo con una gema azul inscrustada en el, hermosos manuscritos por todo el baculo y una cinta en la empuñadura.
    - Se que tienes mucho dentro de ti-dijo el hombre- Se que tu mision va mucho mas alla de matar Dragones o buscar familias perdidas… Se que eres algo cercano a un Dios…
    La joven elfa lo miro asombrada y dio media vuelta con decisión a irse.
    - ¿A dónde vas?-dijo el hombre alejandose del circulo en donde sobre unos centímetros flotaba el baculo-
    - Es absurdo-dijo Akari- Soy una Guerrera de los Elfos, no una Profetisa Elegida que mate a Grandes Demonios… busco Paz si… pero no pienso llegar a extremos de pedir ayuda a los Dioses…
    - ¿Tienes miedo?
    - ¡¡Yo no tengo miedo!!-la voz de Akari retumbo por todo el cuarto-
    - Si lo tienes-dijo el hombre- Temes tener poder… temes lastimar con el poder… ¿Asi piensas salvar a la gente y lograr paz?
    - No tengo por que escuchar las cosas que dices-dijo Akari abriendo la puerta-
    - El estara aquí…-dijo el hombre mientras su figura se desvanecia- Tu poder estara aquí cuando lo necesites… sabemos que volveras…
    Akari bufo y salio de la cabaña, paso el Claro de Agua, cogio sus cosas y salio fuera del territorio del Arbol Madre.
    “Absurdo” penso mientras caminaba “Yo hare paz y lo hare bajo mis medios, no necesito ayuda de nadie y menos de los Dioses que no hacen nada por la Guerra”
    Un punson fue la señal de que algo andaba mal… Akari por instinto salio corriendo hacia donde su corazon le llamaba… corrio… corrio aun con los golpes que sufrian sus piernas y brazos… hasta que llego a lo que pareciese un gran volcan… no… no era un volcan… ¡Una aldea!
    La joven elfa saco su espada y corrio hacia las figuras que corrian sobre caballos e inscrutaban espadas y flechas y quemaban las casas.
    Akari dio unas vueltas a su espada y apuñalo al primer hombre en el estomago, haciendole caer del caballo y tomando su lugar, corrio por todos lados matando a cada uno de los sanguinarios guerreros que no dudaban en tomar vidas cada minuto.
    - ¡Escoria!-grito Akari tajando a 3 guerreros a la vez- ¡Como os atreveis…!
    De pronto una corneta sono y un caballo blanco desendio de entre los bosques… una mujer que tenia un estandarte en una de sus manos. Akari se quedo observandole… pensando que talves siendo una humana (o al menos ese parecia su aspecto) seria uno de los Guerreros a su favor.
    Un hombre detrás de Akari aprovecho el ensimasmiento en la mujer que acababa de hacer su aparicion, que sin dudarlo tumbo a la joven elfa con una flecha que debia dar a su corazon…
    Akari cayo del caballo sobre un pobre viejo que tenia una tajada al nivel del corazon…
    Akari no podia moverse… y no era por miedo… era horror… impotencia… ahí estaba ella… y ahí estaban aquellos muriendo…
    - ¡Retirada!-grito un soldado que llevaba en su armadura a un Dragon Negro y el símbolo del Fuego.
    Todos los soldados salieron disparados hacia fuera de la Ciudad mientras esta se quedaba llena de sus habitantes muertos y casas caidas.
    - Mi Señora Haru-dijo el soldado que habia dado la orden de retirada- ¿Estubo bien hacer esto?
    La mujer con el estandarte, bajo de su caballo camino hacia el cuerpo de un sacerdote e incrusto el símbolo en su pecho, perforandolo con ambas manos hasta que este estubo rigido.
    - Asi aprenderan a no resistirse a la Orden-dijo Haru con voz fria y desgarradora-
    - M-mi Señora…-dijo el soldado- ¿Qué haremos con los sobrevivientes?
    Un grupo de guerreros aparecio por entre el humo traendo tras de si a un grupo de mujeres, hombres, niños y ancianos que, aunque con heridas, seguian vivos.
    La mujer vio al grupo con desprecio y subiendo sobre su caballo rio.
    - Hoy no hay sobrevivientes-dicho esto dio media vuelta y desaparecio por entre la penumbra- Acabad con esta escoria…
    Los soldados sacaron sus espadas y haciendo arrodillar a los campesinos les cortaron la cabeza.
    La sangre de todos aquellos infortunados baño a Akari que permanecia entre un mar de cadáveres… una muchacha no mayor de 11 años de la fila volvio su cabeza hacia el mar de cuerpos y con ojos llorozos observo a Akari…
    El sonido de una espada cortando al aire…
     
  3.  
    Mystic

    Mystic Guest

    Título:
    Lineas de Guerra y Sangre
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    9
     
    Palabras:
    2295
    Re: Lineas de Guerra y Sangre

    Capitulo III: Bajo Las Hojas Del Arbol Madre II - Una Dancer y Una Ciega
    - ¡Espera!
    El soldado detuvo su ataque ante la orden del Comandante.
    - ¿Mi Señor?-dijo el soldado observando a su superior- La Señora Haru ordeno matarles…
    - Ya lo se, ya lo se…-dijo el hombre poniendo de cuclillas y mirando a la joven- Pero sabes… creo que ella podria venir con nosotros… podriamos venderle como esclava en alguna subasta del Imperio Orco… es muy bonita… alguien podria darle buen uso…
    La muchacha observo al Comandante con ojos llorosos posiblemente creyendo que aquel habia sido su salvador…
    El Comandante cogio a la joven y le hizo ponerse de pie, la cogio por los cabellos y tumbando con una patada la puerta de una chosa la tiro dentro.
    - Esperadme aquí-dijo el hombre sonriendo perversamente-
    El hombre entro en la cabaña y cogiendo la puerta tranco la entrada. Se oyo el rasguño de una tela y un golpe seco contra la puerta. Al momento siguiente la puerta se movia y se escuchaban pequeños golpes contra esta y dos clases de gemidos: uno angustioso y otro de goze y cansancio. Al cabo de unos minutos la puerta dejo de sonar y una cruel carcajada sono; el hombre salio de la cabaña y traia a rastras a la muchacha cogida por los cabellos completamente desnuda.
    - Aun nos queda tiempo-dijo el hombre sonriendo perversamente otra vez- Dale… provadle que esta muy buena…
    La muchacha intento escapar pero los soldados fueron mas fuertes y rapidos… un acto asqueroso y repudiable fue hecho en aquel cementerio nuevo donde lo unico que atestiguaba que aun habia alguien era el sollozo de aquella niña…
    El hombre cogio a la muchacha y cubriendole con un pedazo de cuero la subio a su caballo detrás de el.
    - ¡Vamonos!-grito el hombre asotando las cuerdas-
    Todo aquel repudiable ejercito salio detrás de su Comandante. Al cabo de unos minutos un grito resono por todo el destruido pueblo.
    Akari se levanto de entre el monton de cuerpos que le rodeaban, se agacho, cogio sus cabellos con sus manos y grito como nunca antes lo habia hecho… no le importo la herida que emanaba sangre, ni el poco color que tenian sus mejillas… solo importaba lo que acababa de suceder frente a ella… y que ella no habia hecho nada por impedirlo… habia fallado… muchos habian muerto… y una niña… una niña habia sido ultrajada de la forma mas vil…
    - ¡¡¡Debiste de haber peleado!!!-grito Akari- ¡¡¡Debiste protegerle!!! ¡¡¡Maldita seas!!!
    Pasaron horas entre el llanto, remordimiento y pesades de Akari enterrando a cada uno de los habitantes de aquel infortunado pueblo.
    Ya era de noche cuando Akari terminaba de enterrar a un pequeño niño no mayor de 5 años que habia sido atravesado por una espada… y por primera vez… después de mucho tiempo… la elfa volvio a cantar… pero no de guerra ni amor… si no de paz…
    - Esta sera…-dijo Akari levantandose- la ultima vez…-cogio su espada- que dejare morir a alguien delante mio…
    La elfa salio corriendo hacia dentro del bosque… hacia el Arbool Madre… y hacia la cabaña…
    Entro en el templo y fue directo hacia el baculo que aun emanaba todo aquel poder que habia sentido Akari…
    - Si lo tocas y no eres la indicada para el, moriras cuando termines de usarlo-dijo la voz del hombre detrás suyo- ¿Es un riesgo que estas dispuesta a correr?
    - No dejare que alguien mas muera-dijo Akari- No pienso permitirlo…
    La joven elfa cogio el baculo y sintio como su cuerpo era renovado y sus heridas se curaban… se sentia liviana como el aire, peligrosa como le fuego, fuerte como la tierra y calmada como el agua.
    La elfa sonrio y corrio hacia fuera del Templo… quiza fuera su imaginación pero se sentia como una veloz sombra que no era tocada por nada….
    Llego al pueblo y vio en todas direcciones… las huellas aun estaban frescas… cogio la tierra que habia sido pisoteada y la olio… en un abrir y cerra de ojos ya habia salido disparada hacia el norte…
    Llego a un campamento con multiples tiendas y una fogata en el medio… todos los soldados celebraban su resiente”victoria” sobre un pueblo que “no habia obedecido a las Leyes de la Orden”
    A un rincón se encontraba la muchacha rodeada de 3 hombres… el mas grande y feo de los tres cogio a la niña y la puso sobre sus hombros para llevarsela a una tienda donde cerro la cortina de los curiosos…
    Una furia mas quemante que el fuego se desperto en Akari… el baculo temblo pero la elfa lo cogio fuertemnte…
    La elfa dio unas vueltas con el baculo… pero este ya no era un baculo… se habia transformado en una ballesta con flechas muy agudas…
    - Se que quieres ayudarle-dijo una voz calmada y un poco vacia- Pero no es el momento…
    Akari dio media vuelta y vio a dos mujeres detrás de ella… una era una drow joven, con el cabello blanquecino brillante bajo la luna y que caia elegantemente por sus hombros y unos mechones delante de su cara que no permitian ver sus ojos, y a diferencia de los de su raza no llevaba un traje diminuto, sino unas sandalias bajas, un corset señido solo a la parte superior del cuerpo, unos guantes, un collar en su cuello y en sus sobresalientes orejas elficas dos pendientes pegados.
    La otra mujer era posiblemente una Vampiro, por sus ojos centellantes y rojos. Pero no era oscura ni nada, era rubia y de piel bronceada, llevaba joyas por todo el cuerpo, una tiara e nivel de la frente, un corazon con alas tatuado en uno de sus bustos… y… sedas en el cuerpo… no llevaba armadura alguna o arma alguna. Parecia mas aquellas cavareteras de los bares de las Grandes Ciudad que se encargaban de dar espectáculos y servir cariñosamente a los borrachos.
    - ¿A que son muchos?-dijo la mujer rubia acercandose a Akari- ¿Pensabas cargartelos todos tu sola?
    - Basta Kyara-dijo la drow avanzando hacia ellas y mirando a todo el campamento- Son mas de 100 hombres… hay una mujer y una niña… tienen explosivos en la bodega… y un guardia custodiando esta.
    - Wow Patty-dijo Kyara asombrada- Eres la mejor…
    - ¿Es que has estado ya ahí?-dijo Akari mirando a la drow- ¿No ves lo que le hacen a esa pobre muchacha?
    Patty observo a Akari y se levanto el mecho de pelo que le cubria la cara… Akari se quedo sorprendida… era ciega…
    - Patty no necesita ver para saber si hay una lombriz en aquel lugar-dijo Kyara-
    - Lo siento…-dijo Akari un poco apenada-
    - No importa-dijo Patty sentandose en el suelo- No es algo malo… al contrario lo concidero una bendicion…
    - ¿Y Patty? ¿Qué haremos? ¿Los noqueamos? ¿Hacemos reventar los explosivos o tomamos rehenes? *-*
    - Esperaremos…-dijo Patty con calma-
    Kyara sonrio y bajo la cabeza.
    - Tranquila-dijo Patty hacia Akari- La salvaras… pero si nos entrometemos en este momento lo mas seguro es que la maten…
    Akari asintio levemente y volvio a mirar hacia el campamento, donde la tienda en la que la niña habia entrado se movia desenfrenadamente.
    El hombre gordo y feo salio de la tienda con una cara satisfecha, y se dirigo hacia la fogata donde un monton de hombres bebian y comian, mientras otro hombre entraba en la tienda de la niña.
    - Kyara-dijo Patty a la soñolienta Dancer- Apareceras tu primero… ya sabes que hacer… elfa…-Akari miro hacia Patty- Tendras que sacar a esa niña antes de que haga explotar las bombas…
    - ¡Ahora!
    Akari asintio y con sus agiles piernas se dirigio hacia el este del campamento donde estaba la tienda de la niña.
    Kyara se paro, desacomodo su pelo y se dirigio hacia el campamento dandose volteretas.
    - ¡Alto ahí!-dijo uno de los guardias- ¿Quién eres?
    Kyara corrio y se asomo cara a cara al Guardia, le guiño el ojo y se puso de espaldas frente a el.
    - Soy solo una bailarina que quisiera entretener a este ejercito bajo las ordenes de vuestra Señora… hago muchas…-se doblo en dos y cogiendo las manos del Guardia las puso una en su cabeza y otra en su cadera- … muchas cosas…
    El Guardia trago saliva y quito sus manos de cuerpo de Kyara.
    - Puede pasar…
    Kyara sonrio y volviendo a inclinarse entro haciendo piruetas al centro de la fogata.
    Vitores y aplausos sonaron por todo el campamento, mientras Kyara ponia ojos seductores y empezaba a danzar para el ejercito entero, de una forma insinuante y sensual.
    Los Guardias corrieron las voces a otros camaradas, a los pocos minutos todo estaba lleno de guardias y soldados borrachos.
    Akari vio el tumulto y el movimiento neutro de la tienda… la niña debia de estar sola…
    La elfa se asomo, saco una cuchilla de su bota y corto una entrada a la tienda. La niña estaba en un rincón temblando y llorando, las sabanas debajo de ella estaban manchadas de sangre y no habia el guerrero borracho que debia estar con ella.
    - ¡Ah!-un gritito se escapo de la boca de Akari al tiempo que dos gruesas manos le cogian y la lanzaban contra una piedra.
    Akari escupio sangre de la boca y encaro al guerrero, este cobardemente cogio a la pequeña niña y la uso como escudo.
    - Tu debes ser esa elfa de la que tanto habla…-dijo el hombre sonriendo- ¿Le conoces? No sabes lo tierna que se ve… -recogio el cabello de la niña hacia un lado y beso su cuello al tiempo que ponia una de sus repudiables manos debajo de su vientre- Amenazandonos que tu vendrias y nos matarias… lo dulce que se ve… cuando grita… Akari… ayuda… Akari…
    - ¡¡Sueltale!!-grito la elfa al tiempo que esa sensación e livianes le envolvia-
    La elfa corrio y fue mas rapida que el guerrero… cogio a la niña y la solto al suelo… y el cuerpo del guerrero caia sin cabeza…
    La respiración de la elfa era lenta y una aura rojiza le envolvia…
    La niña arrastrandose por el suelo fue hacia la elfa y abrazo sus piernas sollozando…
    El aura rojiza de Akari se disipo y la elfa miro hacia el suelo… cogio a la niña en brazos y la saco de aquel lugar al tiempo que un calor fuerte y abrazador le quemaba la espalda…
     
  4.  
    Mystic

    Mystic Guest

    Título:
    Lineas de Guerra y Sangre
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    9
     
    Palabras:
    2400
    Re: Lineas de Guerra y Sangre

    Capitulo IV: Pecados Del Pasado
    *** Flash Back-Hace 5 años ***
    Una joven corria por las praderas de flores riendo y saltando… detrás suyo iva un muchacho con una sonrisa en su cara… el muchacho alcanzo a la chica y ambos cayeron al suelo riendo.
    - ¿De verdad que seras mi prometida?-dijo el muchacho acariciando la mejilla de la chica-
    - Claro que si…-respondio esta-
    - Te amo…
    - Y yo a…
    Una flecha volo por los aires y le dio directamente a la chica en el corazon… los ojos del chico se tornaron vacios y al instante siguiente su grito resono por toda la pradera siendo apagado por otra flecha y caendo al lado de su amada.
    Una horda de guerreros sanguinarios y de vestimenta negra invadio la pradera, unos a pie y otros a caballo destruian la aldea y mataban a los pobladores de esta.
    - Menuda forma de iniciar el dia, he?-dijo un neko de cabellos blancos y ojos rojizos al lado de una muchacha de postura noble y cabellos blanquecinos y ojos rojos.
    - Senshi…-dijo la mujer- ¿Con esta cuantas ya son las aldeas que destruimos?
    - Pues…-dijo Senshi mirando hacia el cielo- Son 17 aldeas… en este año… supongo que dentro de unos cuantos años mas habremos conquistado todo esto… ¿Por qué lo preguntas Mystic?
    - Nada-dijo Mystic mirando al neko-
    Mystic dio media vuelta con su caballo y se puso al lado de Senshi, le cogio por la quijada y le planto un beso, acto seguido saco su espada y fue al campo de batalla… despedazando a los guerreros que intentaban hacerles frente…
    Un grupo de campesinos yacian en un circulo, amarrados y sangrando: todos ellos mujeres, niños o ancianos.
    - Dejadlos ir-dijo Mystic andando por entre los cadáveres-
    - Mystic-dijo una mujer de cabellos rojos y mirada sedienta de sangre- No puedes ir dejando sobrevivientes en cada lugar por la lastima que tienes…
    - He dicho ya Haru-dijo Mystic bajando del caballo- Dejadles
    - ¡Eres cobarde!-grito Haru frente a las tropas de Mystic- ¡Prueba que aun mereces tener el mando!
    Mystic dio media vuelta y miro a Haru desafiante.
    - La sangre no fluye bien si esta el amor de por medio Mystic-dijo Haru con una sonrisa burlona-
    Mystic cogio la espada que Haru le ofrecia para probar que aun era una buena Guerrera… cogio la espada y miro a una mujer vieja…
    - ¡Basta Haru!-grito Senshi detrás de ella- Mystic no tienes porque hacerlo…
    - Soy la mejor Guerrera-dijo Mystic mientras cogia la espada con ambas manos y la incrustaba en la espalda de la mujer-
    *** Fin Flash Back ***
    El ambiente era putrido, oscuro y humedo. Pareciese que hace años que no habian limpiado las celdas contiguas a la suya y que los cadáveres aun seguia ahí, siendo carcomidos por las ratas.
    Si lo meditara a fondo, no encontraria ningun motivo para seguir viviendo, por lo que intentaba no pensar mucho en ello.
    En cambio, pasaba la mayor parte de su tiempo rezando. Cuando empezaba a notar un fuerte dolor en las rodillas, decidia levantarse a andar. Empezaba entonces a recorrer la estancia, tocando las paredes con la mano derecha, contando los ladrillos, comprobando que las cifras no variaban. La celda carecia de ventanas y estaba siempre casi totalmente a oscuras, pero se acostumbro a la escasez de luz a los dos dias de estar alli.
    Después de una docena de vueltas, volvia a sentarse en el mismo sitio en el que se habia sentado el dia anterior, y realizaba calculos mentales, sonriendo al ver que seguia sacando los mismos resultados que cuando empezo a hacerlo.
    Satisfecha, se tumbaba en el suelo de roca e intentaba distinguir cambios en las manchas de humedad en el techo, el movimiento de algun insecto, nuevos brotes de musgo en las esquinas…
    El ruido de la bandeja de comida que dejaba el carcelero en el suelo solia sacarla de su ensimismamiento. Los primeros dias intento hablar con el, sollozando, para que le dijera el motivo de su encierro. Dejo de hacerlo el dia que, llevada por la desesperación, saco un brazo por el ventanuco de la puerta y agarro su camisa. El golpe que recibio de la maza de este y el quedarse tres dias sin comida la disuadieron de volver a intentar sacarle palabra alguna.
    Desde entonces, esperaba pacientemente a que se fuera, tragaba la comida sin paladearla demasiado y se dirigia al rincón de la sala donde hacia sus necesidades. Cuando terminaba, volvia a tumbarse en la misma posición, mirando de nuevo al techo, intentando mantener la mente en blanco hasta quedarse dormida.
    Los sueños eran sin duda lo peor. En la mayoria, veia a una mujer con ella, en la celda,
    con los ropajes cubiertos de sangre y dos espada igual de manchadas, mirandola fijamente, pronunciando extrañas palabras, alargando la mano para tocarla, momento en el que solia despertarse con un grito.
    Pero los que le afectaban de veras eran aquellos en los que volvia a su pueblo con su hermana, donde dedicaba sus esfuerzos a ayudar a sus semejantes, siguiendo las enseñanzas de su Diosa, hasta que las lagrimas le despertaban.
    Ese dia (o noche), reflexionaba sobre eso, tumbada boca arriba, en silencio, cuando un ruido proveniente de la celda de al lado la sorprendio. La presencia de un prisionero en las celdas contiguas era siempre bien recibida por Gabrielle, ya que eran las unicas
    oportunidades que tenia de escuchar otra voz humana.
    Se escucho el golpe de un cuerpo caer dentro de la celda, un tintineo de cadenas y un golpe en el cuerpo de alguien.
    - Espero que disfrutes tu estancia aquí, perro guerrero-dijo el carcelero-
    Cerro las rejas con un candado y unas cadenas, escupio al ser que estaba en aquella carcel y salio de la estancia.
    - ¿Oiga? Señor – dijo.- O señora… ¿Puede oirme?
    Gabrielle se dirigio hacia la pared y se sento, esperando respuesta. Solo alcanzo a oir el tintineo de unas cadenas.
    - ¿Oiga? ¿Esta usted bien?
    - ¿Bien? – contesto una voz de varon. – Bueno, la cadena de mi brazo me aprieta un poco, tengo un chichón en mi cabeza que duele como un demonio y no recuerdo estar en una celda la ultima vez que desperte. Por lo demas, - concluyo el desconocido – estoy como nuevo, chiquilla.
    Gabrielle se aparto un poco de la pared, sorprendida.
    - Lo…lo siento, señor. No pretendia ofenderos.
    - No, disculpame tu a mi, tiendo a ser bastante cortante cuando me levanto encadenado en celdas oscuras. – Gabrielle supuso que el hombre trataba de incorporarse al oir de nuevo el tintineo de las cadenas.
    - Bonito sitio – continuo el hombre. – Por el olor a humedad y la falta de luz natural supongo que estaremos en los subterraneos del castillo, ¿cierto?.
    - Si, señor – contesto Gabrielle. – En el segundo sotano. ¿Por qué…?
    - Estaba inconsciente cuando me trajeron aquí – le corto el desconocido. – Segundo sotano, justo un nivel por encima de las alcantarillas, muy apropiado – rio. - ¿Cuánto hace que me trajeron?
    - Es difícil medir el tiempo aquí dentro, pero cerca de una hora. ¿Por qué le han encerrado, señor?
    - Creeme… no quieres saber quien soy y que hice... ¿Y a ti? Tu voz y modales no son los habituales en este tipo de sitios, chiquilla.
    - Mi nombre es Gabrielle – contesto ella. - Creci en un pueblo en las montañas al Este de Gludio, donde recibi educacion según las enseñanzas de la Diosa.
    - El Culto Solar. – dijo el extraño. Por debajo de su voz, el ruido de las cadenas continuaba. – El mas antiguo de esta tierra, anterior incluso a la creación del reino, según dicen.
    - Si, señor – continuo Gabrielle. - Un dia, llegaron Los Destructores de Nacion y nos vendieron como esclavos aquí… luego nos tiraron aquí, pero desconosco la razon…
    - Lo siento…
    - ¿Cómo?
    - Lamento lo de tu pueblo, se que de los que hablas eran crueles tiranos… pero creeme… ahora pagan sus pecados… fueron personas malas… diciendo que todo lo hacian por el bien… pero solo eran sanguinarios mercenarios en busca de tierras para su Diosa… la denominaron La Purga
    - Pero, ¿Por qué? – pregunto Gabrielle con voz temblorosa. - ¿Qué motivo podia haber para…?
    - Nadie lo sabe – le corto de nuevo el extraño. – Fue una epoca bastante sangrienta y confusa, y no hay demasiada gente interesada en indagar en ella. Supongo que a veces la ignorancia es el unico consuelo para…
    - ¿Cuánto hace?
    - ¿Como?
    - Esa epoca, la Purga – siguió Gabrielle, – Hablais de ella como de algo ocurrido hace tiempo. ¿Cuánto tiempo, señor? ¿Desde cuando estoy aquí?
    Gabrielle apoyaba sus manos en el muro, con la cabeza agachada, esperando ansiosa la respuesta. Ningun sonido…
    Empezo a sentir brotar las lagrimas en sus ojos.
    - Por favor, señor…
    De repente, el hombre empezo a toser violentamente. Gabrielle retrocedio, sobresaltada. El tintineo de las cadenas tambien crecio, lo que le hizo pensar que estaba sufriendo convulsiones.
    - Señor, ¿os encontrais bien? ¡Señor! – Gritaba Gabrielle, impotente. - ¡Carcelero, este hombre se esta ahogando!¡Carcelero!
    El sonido de unos pasos llego del pasillo, creciendo al acercarse a la celda del extraño y sustituyendose por el crujido de la madera al abrirse la puerta de esta. En el interior, las toses continuaban.
    - ¿Qué es este escandalo, escoria? – se oyo de la que Gabrielle supuso era la voz del carcelero. - ¿Tienes problemas para respirar? Tranquilo, te ayudare a solucionarlos…
    Un ruido sordo puso fin a las toses. Gabrielle pego la cara a la pared, escuchando con atención. Solo alcanzaba a oir el leve tintinear de las cadenas y un extraño gorgoteo. Tras unos segundos, el gorgoteo ceso, y el sonido de unos pasos y el crujido de la puerta al cerrarse fue lo ultimo que oyo.
    - ¿Señor…?
    Ningun sonido venia ya del otro lado del muro. Gabrielle se retiro de la pared y quedo sentada en el centro de la celda con la cabeza entre sus rodillas.
    “¿Cuánto tiempo?”, penso. Las lagrimas empezaron a deslizarse por sus mejillas...
    La puerta de su celda se abrio lentamente. Gabrielle tuvo que protegerse los ojos ante la luz que entraba. Al alzar un poco la vista, observo en el suelo del pasillo el cuerpo del que, por el uniforme, supuso era el carcelero. La lengua le colgaba flacida de la boca abierta, y tenia una cadena enrollada al cuello.
    En el marco de la puerta se recortaba la silueta de un hombre joven, de pelo blanco y orejas como de gato. Llevaba unos pantalones como unica vestimenta, y en su pecho y brazo derecho Gabrielle observo una extraña cicatriz.
    - Disculpa mis modales, Gabrielle. Mi nombre es Senshi– Extendio una mano hacia ella, sonriendo. – Quiza seria preferible continuar nuestra conversación en un sitio mas agradable, ¿no crees?
     
  5.  
    Mystic

    Mystic Guest

    Título:
    Lineas de Guerra y Sangre
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    9
     
    Palabras:
    2646
    Re: Lineas de Guerra y Sangre

    Capitulo V: Quiero Ser Como Tu
    - Descansemos un poco – dijo Senshi. – Estamos fuera de la vista de los guardianes de los muros, pero todavía queda un buen trecho hasta que estemos a salvo.
    Gabrielle se sento en una roca, exhausta. Llevaban un buen rato corriendo, evitando el camino de la puerta Oeste de Aden y ocultandose entre los arboles al menor ruido. Era el primer descanso que hacian desde que salieran de las celdas, y el esfuerzo se estaba cobrando su precio.
    Mientras recuperaba el aliento, Gabrielle miro a su alrededor, sonriendo. El cielo estaba totalmente despejado, un tapiz negro punteado de estrellas. La luna brillaba al Oeste, tocando casi las torres del castillo, arrancando destellos plateados al rio que rodeaba la ciudad. Escucho los ruidos nocturnos del bosque, y aspiro el aroma de la vegetación. No tenia palabras para expresar su felicidad.
    Su compañero se sento en la hierba, saco una bolsa que habia cogido del cadáver del carcelero y empezo a revisar su contenido. Gabrielle lo observaba de reojo, mientras trataba de recomponer mentalmente los acontecimientos de esa noche, intentando asimilarlos.
    Volvio al momento en que ese hombre entro a su celda, arrastrando consigo el cuerpo del carcelero y escondiendolo alli, tras lo cual le cogio de la mano y la saco fuera, guiandole pasillo abajo. Gabrielle se encontraba demasiado anonadada para resistirse y, antes de darse cuenta, habian entrado en un pequeño almacen, al final del pasillo.
    Una vez dentro, Senshi la solto y cogio una antorcha. Mientras ella se apoyaba en la pared, tratando de serenarse, el empezo a recorrer la habitación, iluminando la pared y palpando los ladrillos.
    - Vamos, vamos…- le oia decir. – Tienes que estar por aquí…
    - Señor…- dijo Gabrielle casi sin voz - ¿Qué estamos haciendo en este…?
    Quedo en silencio cuando uno de los ladrillos se desplazo y desaparecio, dejando un hueco oscuro en su lugar. Senshi la observo con aire triunfal.
    - Buscando nuestra salida de esta ratonera, niña – le respondio, burlon. – Sujetad esto mientras la agrando un poco.
    Gabrielle cogio la antorcha que le tendia, mientras Senshi quitaba ladrillos sueltos, agrandando el hueco hasta que tuvo el tamaño suficiente para permitirles el paso. Le cogio de nuevo la antorcha y la metio en el agujero, observando su interior.
    Gabrielle se acerco a mirar. La antorcha iluminaba un estrecho corredor de roca tallada, a un nivel un poco por debajo de la habitación donde estaban.
    - Este pasadizo pasa por debajo del castillo, entre las alcantarillas. Si lo seguimos en ese sentido – señalo Senshi, - nos llevara por debajo del rio hasta un pozo seco, al Oeste de la ciudad, fuera de las murallas. – Le paso la antorcha otra vez para descender a traves del agujero. Una vez alli, la ayudo a bajar y empezaron a andar por el pasillo, en silencio.
    El corredor estaba totalmente a oscuras. Se respiraba un aire cargado de humedad y el polvo se acumulaba en el suelo. En el borde de la zona iluminada por la antorcha, Gabrielle creyo ver mas de una vez fugaces movimientos de pequeños animales, seguramente ratas sorprendidas de su presencia alli.
    Mantuvieron la marcha durante varios minutos hasta que desembocaron en el pozo que Senshi mencionara. Una vez lo escalaron, salieron a una zona agreste deshabitada, en las afueras de la ciudad. Se internaron en el bosque y empezaron a atravesarlo, procurando mantenerse lo mas apartados posible del camino y de la vista de extraños hasta el pequeño claro donde se encontraban en ese momento, descansando, y donde Gabrielle miraba a su extraño compañero, reflexiva.
    - Sir – dijo al fin - ¿Qué era ese extraño tunel, y como conocíais su existencia?
    Senshi dejo de registrar la bolsa y la miro.
    - Niña, ese castillo tiene miles de años, habiendo incluso quien asegura que es la primera construccion humana de esta tierra – le contesto. – Innumerables Lords lo han habitado desde entonces, reconstruyendolo, agrandandolo, amoldandolo a sus necesidades. No existe nadie en todo Aden capaz de trazar un plano completo del mismo, y ni siquiera sus actuales dueño habitan ni conocen mas que una pequeña parte del total – Tras decir esto, Senshi cogio una daga de la bolsa y desestimo el resto de su contenido, dejandolo en el suelo.
    - Pero…
    - Y en cuanto a la segunda parte de la pregunta – prosiguió Senshi, colocando la daga en su cintura, - digamos que no es mi primera visita a esas mazmorras.
    Dando por finalizada la conversación, Senshi se levanto y empezo a mirar atentamente a su alrededor. Gabrielle bajo la cabeza, insatisfecha, y se aseguro de que sus piernas no hubieran sufrido mucho daño en la huida. Su compañero habia hecho mucho por ella devolviendole su libertad, pero no podia dejar de pensar que tanto su identidad como sus intenciones le eran extrañas, y, por tanto, le era imposible confiar en el.
    - En cuanto os encontreis con fuerzas – dijo Senshi, sin dejar de mirar a su alrededor - proseguiremos nuestra marcha. No queda mucho para que amanezca, y debemos encontrar un refugio antes de que eso ocurra. – empezo a andar hacia el borde del claro mientras hablaba. – Conozco una cueva a una hora de aquí, nos permitira descansar y eludir a nuestros perseguidores hasta que vuelva a anochecer.
    - ¿Perseguidores?
    - Somos fugitivos ahora, tened por seguro que el Rey no nos permitira marchar tan fácilmente. Por fortuna, solo debemos evitarlos durante unos pocos dias, hasta que pueda encontrarme con una amiga que nos ayudaran.
    - ¿Amiga? ¿Quién…?
    - Una persona que nos ayudara, niña – Senshi se paro y la miro, sonriendo. – Nos preocuparemos de eso en su momento. Por ahora, concentrémonos en sobrevivir hasta entonces. Si me disculpais, – concluyo - hay algo que tengo que hacer en privado.
    Tras decir esto, siguió andando hasta que desaparecio en la espesura, dejando a Gabrielle sola con sus pensamientos.
    Cada vez estaba menos segura de el, pero sus opciones en ese momento eran limitadas.
    Un ruido a su espalda le hizo levantarse, sorprendida.
    - Senshi, ¿sois…?
    Una mano en su boca le hizo callar. Gabrielle se revolvio, hasta que su atacante le puso un puñal en el cuello, quedandose totalmente quieta. Por su derecha, pudo ver como otra figura avanzaba hasta el centro del claro, y se agachaba a inspeccionar los restos de la bolsa.
    Gabrielle la observo aterrada. Media mas de dos metros, vestia un extraño atuendo blanco e iba armado con una lanza. Tenia una mandibula inmesa y su piel era de un brillante color azul. Nunca habia visto una criatura semejante.
    Tras inspeccionar los restos de la bolsa, la criatura se irguio y señalo con la lanza las huellas que se internaban en la espesura. El atacante de su espalda produjo un extraño gruñido gutural, y, en respuesta, la criatura avanzo siguiendo las huellas, hacia el borde del claro por donde habia ido Senshi.
    Al llegar, aparto un poco las ramas, momento en el cual Senshi aparecio velozmente de entre la maleza, desarmando a la criatura y derrumbandola por el impacto.
    Ambos contendientes empezaron entonces a forcejear, revolcandose por el suelo. Senshi intentaba alcanzar a su adversario con el puñal que esgrimia, mientras este le inmovilizaba el brazo del arma con su mano derecha y le asia el cuello con la izquierda.
    Gabrielle intento correr hacia ellos, pero su captor se lo impidio, por lo que solo podia mirar como la mano de la criatura se cerraba en torno al cuello de Senshi cada vez con mas fuerza, haciendo que el ataque de este fuera debilitandose, soltando finalmente su daga.
    Cuando la criatura intento cogerla, Senshi destrabo una de sus piernas y golpeo fuertemente el estomago de la criatura con ella. Esta, sorprendida, aflojo su presa, y Senshi aprovecho ese momento para revolverse rapidamente, coger de nuevo la daga y hundirla en el ojo de su rival, provocando su muerte.
    - Vaya, vaya, - dijo mientras se levantaba, – si son dos jodidos cara-caballos. Deberia haberlos olido hace millas...
    El captor de Gabrielle solto un bufido de ira e incremento la presion del cuchillo en su cuello.
    - Señor, - balbuceo Gabrielle – no creo que insultarle sea una buena idea…
    - Asi que conoces mi idioma, ¿eh, engendro? – Senshi levanto su daga – En ese caso, sera mejor que la sueltes si no quieres que raje tu garganta con esto.
    La criatura comenzo a reir, alejandose lentamente de Senshi. Gabrielle cerro sus ojos esperando su muerte, cuando la criatura empezo a gritar salvajemente y la solto. Sorprendida, se alejo rapidamente de ella y se giro para ver la causa de los gritos.
    Su asaltante era de la misma raza que la criatura que Senshi acababa de matar, y en ese momento intentaba zafarse de la espada que le habia diseccionado en dos.
    Tras esquivar varios intentos de alcanzarla con su daga, la espada salio del emdio del cuerpo, el ser cayo al suelo y miro a Senshi con ojos suplicantes, la espada que antes le habia intentado diseccionar corto de un tajo la cabeza del ser, poniendo fin a los gritos.
    Gabrielle observo paralizada como Senshi se levantaba y se acercaba a la sombra que aparecia de entre los arboles.
    - Menos mal – le dijo, mientras la mujer sacaba un pañuelo blanco y limpiaba la espada
    de sangre - Gabrielle, esta es Mystic – dijo. – Es la amiga de la que te hable, es una buena persona aunque sus ataques digan lo contrario… podes confiar en ella. Estaba buscandola cuando esas bestias os atacaron.
    La mujer miro a Gabrielle, que observo horrorizada un trozo de tendon colgando de su
    espada.
    - No…-susurro Gabrielle mirando a los ojos de Mystic- No puede ser…
    - Sera mejor dejarla aquí Senshi-dijo Mystic guardando su espada-
    Gabrielle corrio hacia Mystic y la agarro por el cuello con sus deviles manos.
    - ¡¡Maldita!!-grito Gabrielle mientras intentaba que la guerrera mostrara devilidad alguna-
    Senshi se dio cuenta del error que habian cometido al mostrarse asi y cogiendo a Gabrielle la puso en el suelo, mientras esta aun luchaba por ir donde Mystic y estrangularla.
    - ¿Estas bien?-dijo Senshi sabiendo perfectamente la respuesta-
    - Vosotros…-dijo Gabrielle sollozando- Sois… los Destructores de Naciones… ¿Verdad?... Tu eres Mystic… ¡la zorra de Kurtam! Y tu… Senshi… ¿Cómo no recorde tu nombre? Asesino… malditos…
    Gabrielle miro a ambos y cogiendo la hierva con sus dos manos grito, como nunca lo habia hecho… y recordo… cuando aquellos dos asesinos delante suyo mataron a su familia y a su pueblo… recordo como su hermano pidio piedad y solo lo apuñalaron…
    - Vamonos Senshi-dijo Mystic- Los Silenos estaran aquí en poco tiempo, los gritos de este se deben de haber escuchado por todo el lugar…
    Senshi vio a Mystic y vio a Gabrielle, cogio unas monedas del bolso que habia sido del carcelero, se agacho cogio una mano de Gabrielle y deposito las monedas en ella.
    - Sabemos que no nos perdonaras-dijo Senshi- Pero creeme… ya no matamos… buscamos reenmendarnos… cree en nosotros… corregiremos todo lo que hicimos…
    Senshi dio un beso en la frente a Gabrielle y salio tras Mystic.
    - ¿Estubo bien dejarle asi?-dijo Senshi caminando al lado de Mystic- Quiero decir… los Silenos estan por estas zonas y podrian atacarle…
    - No te preocupes-dijo Mystic- Se que estara bien… lo se…
    Mystic se detuvo y volvio hacia atrás, ahí estaba la humana; Gabrielle caminaba hacia ellos con paso decidido y los ojos un poco enrojecidos…
    - Solo hay una forma de terminar con el odio y es con amor, con el perdón-dijo Gabrielle cuando llego frente a Mystic- Nose si sea correcto pero no quiero odiar a nadie… se que tu amigo decia la verdad… pero no quiero quedarme aquí… no tengo lugar al que ir ni a quien acudir… Quiero ser como ustedes… quiero aprender de ustedes… quiero proteger… quiero salvar…
    - Si vienes con nosotros te estaras metiendo en un mundo de violencia y rencor… en el momento en el que cojas un arma te podras convertir en dos cosas: la victima o el asesino.
    - No matare-dijo Gabrielle- No quiero derramar sangre… peleare junto a ustedes pero no matare…
    Mystic miro a los ojos de Gabrielle, la hermosa humana decia la verdad, habia piedad y bondad en sus ojos, y brillaban mas que nada incluso con sus lagrimas rebozantes.
    - Como quieras-dijo Mystic siguiendo su camino-
    Senshi volvio hacia Gabrielle y le sonrio.
    - Se que no lo dice-dijo Senshi andando junto a Gabrielle- Pero a nosotros tambien nos gustaria ser como tu…
     
  6.  
    Mystic

    Mystic Guest

    Título:
    Lineas de Guerra y Sangre
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    9
     
    Palabras:
    2527
    Re: Lineas de Guerra y Sangre

    Capitulo VI: El Camino
    Una carcajada retumbo por todo el ambiente, el aire era putrido y asqueroso, recargado del hedor de los muertos y prisioneros alrededor de aquella fosa. Un cantico agonisante sono por todos los pasillos, cada ser viviente en ahí se sintio con pesades y miedo, sin amor y sin razon para existir… una especie de mucosidad blanquecina salio de la boca de cada ser y fue absorvido por la fosa. Una risita dulce y fantasiosa sono en el ambiente… y de un momento a otro la portezuela de la fosa exploto dejando salir a algo parecido a una persona… pero llevaba los ojos rojizos… y la piel palida como la nieve… la figura elevo la vista y todo alrededor suyo exploto… los cuerpos explotaron y volviendose algo similar a un cuerpo gelatinoso se pegaron a la figura mientras esta las absorvia…
    En una pradera lejana de cualquier cosa maligna, yacia una joven mujer hechada comodamente en el pasto y alrededor suyo montones de rosas rojas… un poco mas alla un pequeño estanque de agua donde los animales y peces nadaban y bebian en paz… la mujer abrio los ojos y se incorporo… tenia una piel palida y enrojecida en las mejillas, ojos negros al igual que su cabello largo y sus uñas un poco enrojecidas, miro alrededor suyo y solo encontro a una niña durmiendo a su lado…
    *** Flash Back – Dos Dias Antes ***
    Una mujer de cabello purpura y piel palida caminaba tranquilamente por entre los pasajes de hielo de los montes de Harrogath… no sabia porque pero extrañamente sentia un llamado hacia ahí… como una suplica o algo parecido que le decia que debia estar ahí ese dia…
    Ella era Yuniku… o al menos de eso estaba segura de las pocas cosas que sabia… solo recordaba su nombre. Hacia unas cuantas semanas habia despertado en una cueva oscura a las afueras de la ciudad de Aden, cerca del pueblo subterraneo de los Drows y las Catacumbas del Templo de Shilen, habia sido encontrada por un grupo de nomades humanos que cantaban y bailaban. Le habian ofrecido comida, ropa y un lugar donde dormir en su caravana. Al dia siguiente habia seguido su camino, pues de alguna manera le irritaba la presencia de muchas personas, y no recordaba como pero deves en cuando despertaba bañada en sangre. Habia caminado por diferentes lugares, sin rumbo fijo o algo asi, hasta que un dia sintio un cosquilleo dentro suyo… una sensación de picor… ante sus ojos se habia presentado el monte en el que ahora estaba, un lugar que habia sido considerado sagrado por muchos años, ya que era; como decian, un puente entre el Inframundo y el Valhalla… era un lugar frio y con excasos habitantes, si es que se podia contar como habitantes a los demonios y montruos que roaban los cadáveres de aquellos pobres idiotas que habian osado aventurarse ahí o se habian perdido. Pero por alguna extraña razon parecia que ningun demonio sentia la presencia de Yuniku, quiza era como decian los guerreros, no ponian tiempo en algo que seria presa facil y aburrida. Pero mejor asi… ya que podia caminar tranquilamente… ella no era una persona que pudiera luchar con espadas o defenderse de aberraciones como esas…
    Siguió su camino hasta que el amanecer habia llegado, cogio la capucha de la capa y se tapo sus sensibles ojos del sol naciente, continuo su camino hasta que al fin de unas horas llego a un gran porton adornado en la entrada por dos hermosas estatuas… una llevaba una espada en la mano, una armadura corta pero pareciese muy resistente y dos enormes alas desgarradas y tiesas… la otra estatua era de una mujer que tenia 6 alas salientes de su espalda, una tiara a nivel de la frente y dos enormes espadas en cada mano.
    La mujer avanzo y entro al cuarto, se encontro en un gran cuarto de hielo lleno de pasajes hacia otros lados y tambien montruos.
    Yuniku miro hacia todos lados y como si de un instinto se tratase entro en el pasaje que llevaba mas sangre, mas hedor y mas demonios. Y al igual que los de afuera, estos la ignoraban y dejan pasar como si nada. Yuniku siguió avanzando por cada pasillo, atravesando puentes de hielo y sintiendo de veces en cuando un calor en su corazon y un cantico arrullador.
    Al final llego a un portal rojizo que era custodiado por un enano de piel azul, cabello blanco y ojos vacios.
    - ¿Pretendes entrar?-dijo el pequeño engendro mirando a la mujer-
    - ¿Qué hay ahí?-pregunto Yuniku como sin darle mucha importancia-
    - Si no lo sabes, no deberias estar aquí-dijo el bichejo burlonamente- Ahí hay peleas y sangre… dolor y angustia… amor y felicidad… horror y miedo… bien y mal… todo y nada… ahí existen los demonios mas grandes de toda la historia.
    Yuniku permanecio sin gesto alguno y avanzo hacia el portal.
    - No podras entrar-dijo el monstrito- Solo aquellos Elegidos pueden atravesar el Portal sin ser destruidos… ¿Tienes el valor suficiente para arriesgarte por algo que no conoces?
    Yuniku se quedo observando por unos minutos el Portal y sin decir mas se adentro mientras el bichejo sonreia.
    Al entrar tuvo una extraña sensación, primero frio y dolor, sintio que se habia quedado sin respiración y que toda su piel se helaba, luego sinrio un calor y perfume unicos, tenia deseos de dormir y oyo una musica celestial. Acto siguiente se vio dentro de un cuarto circular hecho de piedra oscura, habia quemaduras en distintos lugares y tambien rasguños, en diversos lugares vio huesos, algunos parecian de personas y otros de animales, en poco mas alla, se vaia dos agujeros, cada uno con dos tapas diferentes, con marcas diferentes y dibujos diferentes, uno estaba levemente destapado y desprendia un olor putrefacto y hediondo, al igual que un aliento sobrehumano y un frio escalofriante. La otra fosa aun permanecia intacta pero su tapa estaba caliente y rojiza por fuera, tenia una sombra lugubre en ella y unos símbolos rojizos.
    Yuniku estiro una mano en direccion a la tapa, dispuesta a tocarla, y por alguna razon, la sensación de frio y calor volvio a repetirse en su corazon, toco la superficie y todo desaparecio, la tapa se rompio en fragmentos y del fondo salio un aire frio.
    Yuniku vio dentro de la fosa y pudo ver algo parecido a un iceberg, mas dentro pudo ver un pequeño cuerpo dentro del hielo, Yuniku se metio en la fosa caendo pesadamente sobre el hielo y raspandose en multiples lugares, puso una mano sobre el hielo y este se derritio lentamente, hasta que formo un tubo donde pudo palpar al cuerpo dentro del iceberg. Era cabello… entonces eso era la cabeza… y el cuerpo aun estaba dentro. Yuniku puso ambas manos sobre el hielo hasta que al fin todo se derritio y llego a dar con el bulto.
    Era una niña de cabello rubio y corto, piel clara, labios carmesí y cuerpo frágil. Su cuerpo estaba caliente a comparación del frio hielo que le rodeaba y un suave perfurme se escapaba de su entreabierta boca. Yuniku paso su mano sobre el cuerpo de la niña inconscientemente y puso su mano sobre el pecho de la niña, miro su mano y vio sangre en ella. Saco a la niña lejos de su prision, se saco la capa que llevaba puesta y la envolvio con ella. Dio unos agiles saltos hacia fuera de la fosa y puso a la niña en el suelo.
    - Hey…-dijo Yuniku dandole unas palmadas en el cachete-
    La niña no respondio, su piel estaba casi morada. Yuniku casi sin saber que hacer cogio a la niña en brazos y se dispuso a ir al pueblo en las faldas de la montaña. Pero cuando dio un paso fuera del cuarto, cayo al suelo… una flecha le habia sido dada en un costado de su cuerpo, cerca de sus costillas, solto a la niña que sangraba. Su vision se veia un poco nublosa y su cabeza parecia que iva ha explotar, lo unico que fue capaz de hacer, era hacercarse a la niña, tratando de impedir que le lastimacen… la abrazo y la acurruco en su regazo, abrazandole fuertemente al tiempo que sentia el cuerpo de miles de seres demonios acercandoseles… y de pronto Yuniku cayo en un sueño que le fue difícil soportar por todo el cansancion y debilidad…
    Cuando desperto los monstruos ya no estaban… habia un mar de cuerpos en todo el pasadizo… y Yuniku estaba bañada en su sangre, a su lado la niña estaba sentada y un poco moribunda y perdida. Yuniku se levanto y aun con la cabeza mareada fue hacia la niña.
    - ¿Te encuentras bien?-dijo Yuniku con su habitual voz monótona-
    La niña asintio timidamente. Yuniku quito un pedazo de su capa y vio que la herida sangrante ya no estaba, la niña habia recuperado el color de su piel y su calor habitual. Yuniku sin saber porque desprendio una sonrisa de sus labios.
    - ¿Quién eres?-dijo Yuniku cuando ambas ya estaban bajando la montaña- ¿Y que hacias ahí?
    - Una mala persona me dejo encerrada-dijo la niña abrigandose con la capa de Yuniku- Soy Anakim… novena hija de Einhasad… y Pacifista de Pueblos.
    Yuniku se quedo extrañada ante la confesion de la niñita.
    - Porfavor no se lo digas a nadie-dijo la niña elevando la cabeza y mirandole con ojos sollozantes- No quiero que me lleven.
    - Tranquila-dijo Yuniku- No se quien es Anakim, ni eso de Einhasad… decime ¿Einhasad es una Reyna o algo asi?
    La niña miro con ojos interrogantes a Yuniku, vio que no mentia.
    - ¿No sabes nada?-dijo Anakim-
    - Pues ha decir verdad no-dijo Yuniku sin darle mucha importancia- Se que desperte un dia en una cueva y de ahí no recuerdo mas…
    - ¿Y como llegaste aquí?-dijo Anakim-
    - Es raro…-dijo Yuniku- Pero senti algo llamandome… una fuerza… o algo por el estilo… por alguna razon sabia que debia ir ahí…
    - Me refiero a como entraste-dijo Anakim- Los montruos… el Portal…
    - Pues hasta antes que entrara al cuarto en el que estabas ninguna de esas me ataco-dijo Yuniku ayudando a Anakim a bajar de una roca elevada- Cuando Sali contigo en brazos recien pareciese que se percataron de mi presencia… es raro… Y sobre el Portal no santi nada cuando lo pase… salvo extrañas sensación… pero nada dañino… al menos no mucho…
    Anakim bajo la cabeza y siguió el camino al lado de Yuniku. Aquella muchacha tenia algo especial y raro… no cualquier ser podria haber atravesado ese lugar… no al menos que fuera…
    - ¿Cuál es tu nombre?-dijo Anakim-
    - Pues eso si lo se… soy Yuniku… y según lo que me dijeron por los pueblos que pase, soy una Succubus… aunque no tengo idea de que significa eso
    Anakim esbozo una sonrisita y continuaron su camino hasta llegar al pueblo de Harrogath.
    Harrogath era un pueblo minero, pero muy religioso. Su maximo Dios, a nivel suyo era Paagrio, el Dios del Fuego. Habian levantado una estatua suya de gran tamaño en ambas entradas y su símbolo en la gran puerta. EnEntraron a Harrogath sin muchos problemas, ya que últimamente se habia llenado de inmigrantes o algunos sobrevivientes lejanos de las montañas.
    - ¿Para que vinimos aquí?-dijo Anakim asomandose a Yuniku y tomandole de la mano-
    - Pues…-dijo Yuniku- Cuando subia hacia la montaña vi este pueblo… y ahora que bajamos pense que seria un buen lugar para que te quedases…
    - ¿Quedarme?-dijo Anakim- Yo no puedo quedarme… tu me has salvado… y ademas no me gustan las personas…
    Yuniku puso una mano sobre la cabeza de Anakim y le sonrio.
    - No puedes venir-dijo Yuniku con un poco de calides en su voz- Debes quedarte aquí… yo no tengo nada que podria darte y no tengo rumbo fijo…
    - Quiero estar contigo-dijo Anakim con voz decidida- No me quedare…
    *** Fin Flash Back ***
    - ¿Anakim?-dijo la mujer poniendo una mano sobre la espalda de la niña- Venga… tenemos que seguir…
    La pequeña niña se levanto y se desesperezo con un gran bostexo.
    - Ahhhhhhhhhh…-dijo mientras estiraba los brazos- Buenos dias…
    Yuniku esbozo una sonrisita y se levanto.
    - ¿A donde es que iremos?-dijo Anakim levantandose del suelo-
    - A donde los pies nos lleven… no tenemos prisa…
     
  7.  
    Mystic

    Mystic Guest

    Título:
    Lineas de Guerra y Sangre
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    9
     
    Palabras:
    2255
    Re: Lineas de Guerra y Sangre

    Capitulo VII: la Armonica
    El aura rojiza de Akari se disipo y la elfa miro hacia el suelo… cogio a la niña en brazos y la saco de aquel lugar al tiempo que un calor fuerte y abrazador le quemaba la espalda…
    La explosion fue tan grande que impulso el cuerpo de Akari hasta adelante, tumbandola duramente contra el suelo y raspandose contra unas piedras. Aun asi Akari cogio el cuerpo de la niña y se puso sobre el, sirviendole como escudo del duro fuego…
    La cabaña estaba un poco oscura, y la poca luz que entraba en ella era la del atardecer por una de las ventanas… la elfa estaba tumbada en el suelo, tenia unas vendas en la parte superior del cuerpo, en las rodillas y en los brazos. Aun asi permanecia atenta o a los movimientos de la niña que estaba sobre la cama. En un rincón estaban la drow y la vampiro de la noche anterior.
    - ¿Tus heridas ya sanaron?-dijo Patty sentada en una silla-
    Akari asintio sin dejar de observar a la niña.
    - Bien-Patty se levanto y haciendo unas señas a Kyara se dirigieron a la puerta- Nosotras debemos seguir-metio su mano dentro de un bolso que llevaba al nivel de su cintura y saco algo parecido a una armonica- Es un regalo e una amiga elfa… me lo dio hace muchos años y me dijo que era magico… quisiera que lo tengas tu… si alguna vez necesitas ayuda… ya sabes que cancion entonar…-sonrio y la tiro en direccion a Akari que la atrapo con una mano- Ademas me conto que tenia un poder secreto… es capaz de atraer lo que mas quieres… algo asi como un pedazo de tu alma…
    - No puedo…-dijo Akari mirando a Patty- No seria correcto…
    - Tranquila-dijo Patty abriendo la puerta- Esta muerta…
    - Mas razon…
    - Akari. El recuerdo de ella vive en mi corazon. No hay problema.
    Patty salio de la habitación y cerro la puerta cuidadosamente, para no despertar a la niña.
    Akari observo la armonica. Era de plata y muy liviana, tenia unos escritos elfos en su superficie que decian:
    “Conquistar a otros es ejercer poder, conquistarse a uno mismo es encontrar el camino”
    Akari se quedo observando la frase por unos minutos, y por un momento se acordo de ella misma. Bufo por lo bajo y dio vuelta a la armonica, en letras elficas y refinadas decia:
    Hermanas De Sangre: Patty y Mezuya
    Akari quedo en silencio observando las ultimas palabras, la llevo hacia su boca y entono una suave melodía, que inundaba el ambiente de paz y armonia.
    Hasta que algo se movio…
    - Veo que despertaste-dijo Akari mirando a la niña que le observaba sentada desde la cama cautivada por la musica-
    La pequeña asintio.
    - Tranquila-dijo Akari levantandose del suelo- Bien, yo me debo ir…
    Akari se limpio la falda y se puso la armadura. Empaco sus cosas, dio media vuelta hacia la puerta y salio de la habitación. En absoluto silencio la niña tambien se vistio con sus ropajes sucios y salio dispuesta a seguir a Akari.
    La niña miro a ambos lados y no vio a la elfa, salio de la posada corriendo y bajo las escaleras hacia las calles. Todo era multitud y grandeza. De seguro estaban en una gran Ciudad. Vio a ambos lados de la calle y vio a lo lejos una melena rubia. Siguió desde lejos a la muchacha hasta que llego al centro de la plaza.
    - ¿Qué es lo que quieres?-dijo Akari dandose media vuelta y mirando a la niña, sabiendo perfectamente que le seguia-
    La niña bajo levemente la cabeza y corrio hacia Akari dispuesta a abrazarle. Akari le dio una patada tumbandole al suelo y mirandola con insignificancia. La niña volvio a intentarlo, pero tubo el mismo resultado.
    - Si lo haces una vez mas, no respondere-dijo Akari- Se que talvez creas que soy tu salvadora, pero no me malinterpretes, solo mate a los bandidos por lo que eran y lo que habian hecho.
    La niña se sento en el suelo por unos segundos y volvio hacia Akari. La elfa ya arta cogio a la niña por el cuello y la lanzo lejos de ella. Dio media vuelta y se alejo de la niña.
    Salio de la Ciudad con paso decidido y con el baculo en su mano, dispuesta a devolverlo al Templo de Eva. Paso unos cuantos arboles y dio una vuelta en U, dio un vistazo y vio que la niña aun le seguia, la ignoro, pensando que no llegaria hasta mucho, se dirigio a un acantilado y valiendose de sus piernas elfas dio saltos sobre las rocas hasta llegar abajo.
    - Moriras si lo intentas-dijo Akari viendo a la niña muy encima suyo-
    La joven miro a ambos lados del acantilado, quizas esperando encontrar algo que le ayudase a bajar, como una escalera o algo asi. Al no encontrarlo salto hacia el vacio, se golpeo contra una rama saliente, rama que detuvo su caida solo por un segundo para caer después ambos pesadamente. Akari dio media vuelta y siguió su camino…
    - Si te dejo aquí, moriras-dijo la elfa volviendo- Y no se nos permite matar humanos…
    Cogio a la niña en brazos y se dirigio hacia una fosa cercana. La tiro dentro mientras esta se sentaba sobre una piedra.
    La niña reacciono de inmediato al entrar en contacto con el agua, volvio y miro a Akari.
    - Bañate-dijo la elfa secamente- Tienes un olor a sudor desagradable.
    La niña asintio timidamente, se sambullo en el agua y se saco el vestido maltratado que traida puesto, lo froto una y otra vez hasta que el olor se desprendio.
    - Venga, come-dijo Akari mientras la niña colgaba su vestido en la rama de un arbol- Estas muy devil.
    La niña cogio la fruta que le ofrecia la elfa y la comio desesperadamente.
    - Vaya…-dijo Akari- No hace falta-la niña le habia alcanzado la fruta- No como mucho.
    La niña volvio a asentir y siguió comiendo. Akari la observaba, era muy bonita, tenia el pelo rubio-blanquecino y los ojos azules, su piel era clara como la leche y sus mejillas un poco rojizas, y ademas, tenia rasguños por todo el cuerpo.
    - Adivinare-dijo Akari- El pueblo que atacaron no era tuyo, ¿verdad? ¿Eras una esclava?
    La niña asintio mientras bajaba sus manos y su mirada se entristecia.
    - Tranquila-dijo Akari nuevamente- A proposito puedo hacerte unas preguntas?
    La niña volvio ha asentir.
    - ¿Sabes hablar?-dijo Akari levantando las cejas-
    La niña trago fuerte y balbuceo lentamente.
    - S-s-i-si-dijo-
    De pronto de la nada un humano con la piel quemada salio y ataco a Akari.
    La elfa, que habia sido cogida desprevenida, no tubo tiempo de coger su espada y solo golpeo al hombre en la cara. Pero este continuo su ataque, tumbandose sobre la elfa e inmovilizandola.
    La niña miro aterrada, mientras su cuerpo se quedaba helado e inmóvil.
    La elfa lucho por safarse pero el hombre era mas grande y pesado.
    De la nada, una piedra le cayo en la cabeza, el hombre volvio la vista y miro a la niña, que aun permanecia en el suelo, temblando pero con otra piedra en la mano. El hombre se levanto y pateando a la elfa en las costillas se dirigio a la niña. La cogio por el cuello y la abofeteo duramente.
    - Dejala-dijo Akari detrás de el-
    - ¿O que haras, Amarillita?-dijo el hombre con voz ronca- Tengo por entendido que los de tu Alianza no pueden matar humanos… y menos heridos…
    Akari se mordio los labios por impotencia, mientras aquella seguia siendo golpeada.
    - ¡¡Basta!!-dijo Akari cogiendo su espada al tiempo que el hombre despojaba a la niña de la ropa humeda que tenia puesta-
    - No puedes herirme-dijo el hombre desafiante-
    - Te dare por entendido esto…-dijo Akari acercandose al hombre y haciendole una herida en el hombro- El hecho de matar o no, es solo una regla... si yo decido obedecerla o no… es mi decisión…
    El hombre dejo a la niña caer al suelo y salio corriendo despavorido.
    Akari guardo la espada y se dirigio a la niña que tenia la respiración dificultada y sus mejillas rojas.
    - Te lo merecias-dijo Akari secamente- Una niña como tu no deberia meterse e asuntos de mayores.
    - E-e-s s-ol-o-lo-balbuceo la pequeña- Q-ue… y-o…
    - Tranquila-dijo Akari-
    La elfa recogio a la niña y la tapo con su capa, le limpio la cara y la acurruco en sus piernas.
    - De todos modos…-dijo Akari mirando hacia el cielo- Gracias… ¿Puedo preguntarte algo mas?
    - Si-dijo la niña claramente-
    - ¿Cómo sabias mi nombre?-dijo la elfa recordando la noche en la que el guardia el habia comentado que ella gritaba su nombre-
    La niña se levanto y se sento de rodillas frente a Akari.
    - Yo… t-e vi-dijo la niña- T-e vi en mi-s su-e-ños… lle-g-ab-as a mi y m-e pro-teg-ias… v-eni-as a m-i co-mo una sa-lva-do-ra… y me que-ri-as…
    - ¿Y porque insistias tanto en abrazarme?
    - Po-rque me re-cor-das-te a mi-dijo la niña timidamente- Vi do-lor e-n ti… pe-na… mi-e-do… y to-do lo que yo sen-tia… vi que tu co-r-azon era pri-sio-ne-ro de al-go…
    Akari se quedo pasmada ante las palabras de la niña… y sin saber poque exactamente la abrazo tiernamente y lloro…
    “Lo hiciste…” recordo el abrazo en el campamento “Porque era…” recordo el golpe que le dio “Lo que hubieras querido…” recordo el golpe con la piedra al humano quemado “Que alguien hiciese contigo…”
    Akari se mordio los labios hasta que sintio un liquido caliente de estos… y por primera vez… después de mucho tiempo… sonrio mientras lloraba…
     
  8.  
    Mystic

    Mystic Guest

    Título:
    Lineas de Guerra y Sangre
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    9
     
    Palabras:
    2942
    Re: Lineas de Guerra y Sangre

    Capitulo VIII: La Mediadora
    Que hermoso dia! El sol iluminaba en todo su esplendor y el aire era fresco y puro. Los mercaderes ofrecian sus novedades en ropas, los artesanos mostraban sus nuevos amuletos y anillos y los herreros forjaban a bocaos las espadas y armaduras. Los niños jugaban cerca de algun estanque o de las casas de Pixxies.
    Los guardias se sentian calmados y sin presion alguno. Un vigia tenia una pajita en la boca que mascaba mientras observaba el horizonte. Un poco a lo lejos de la vista del vigia, un grupo de tres personas se asomaban montando a caballo. El vigia dio la señal y dos guardias les dieron la bienvenida. Sin mas que decir el caballero del medio alcanzo un pergamino enrollado, el guardia lo leo, abrio los ojos de par en par y dio a prisas la señal para que abriesen el porton. Las tres figuras entraron y, pasando desapercibidas, se dirigieron al Palacio.
    Los Guardias del Palacio abrieron los portones y dejaron a los 3 jinetes entrar.
    El Palacio era hermoso, mas por dentro que fuera. Al lugar en el que entraron los jinetes, era el Jardin Principal, con estanques y fénix adornandole, estatuas de los Dioses y una pequeña Angel jugueteando con las hadas.
    - ¡¡Onii-chan!!-grito la pequeña mirando a las figuras que acababan de entrar y corriendo hacia ellas-
    El jinete mas pequeño se desmonto, y sacandose la capucha dejo ver el rostro de una hermosa muchacha de cabellos rubios y ojos azules. La muchacha se quito toda la capa y se dejo ver finalmente.
    - ¡Pandora!-grito la joven efusiva abrazando a su hermanita- Oh… Tanto tiempo sin verte… te extrañe tanto…
    - ¿Volveras a irte?-dijo la niña mirando a su hermana- Hace mucho que no jugamos… ¿te quedaras verdad?
    La muchacha torcio los labios y sonrio.
    - Tratare… tratare…-dijo mientras ponia una mano sobre la cabeza de la niña y alborotaba sus cabellos- ¿Listos?
    Los otros jinetes ya habian bajado y al igual que la muchacha, se habian quitado las capas. Eran dos varones, no mayores de 20 años.
    Uno tenia el cabello largo y negrusco, los ojos azules marinos y un rostro amable y confiable. El otro era un muchacho de cabello corto y ojos negros, y tenia dos orejas salientes de su cabellera.
    - Bueno Pandora-dijo volviendose a la niña- ¿A dónde estan papa y mama?
    - Adentro-dijo Pandora- Han venido esos hombres de la Guardia General.
    La muchacha sonrio y haciendole unas señas a los dos chicos se adentraron al palacio.
    - Jo… Leuke…-dijo el muchacho de cabellos largos- ¿No seria bueno tomarnos un escanso?
    - No-dijo Leuke- Quiero saber porque han estado ocurriendo esos ataques… se suponia que estabamos en tregua… ademas… no se debe ver bien que el gran Lord Kae se quede tan pancho cuando hay problemas ¿he? ¿Qué dirian tus admiradoras?
    - Callate…-dijo Kae
    - Eres la primera Princesa a la que veo tan inmiscuida en la Guerra-dijo el neko mientras caminaba cruzado de brazos-
    - Correccion Test…-dijo Leuke sonriendo- Soy la Primera Princesa… no puedo creer que nunca haya existido mujeres… Dioses…
    - Y ahora eres la primera…-dijo Kae- Sabes… cualquiera que te viese pensaria que deberias estar tejiendo o algo asi… no con una armadura, una espada y un vocabulario tan…
    - Conste que todo lo aprendi de ti-dijo Leuke abrazando a Kae por el cuello y casi asfixiandolo-
    - Ya basta niños-dijo Test- Por fin Leuke… deberias esperar a tus padres… ahora mismo deben estar atendiendo…-Leuke entro a la sala abriendo las puertas de par en par- asuntos… ¡¿Es que estoy pintado?!
    - En realidad creo que eres invisible…
    - Se vas ya… eso seria bueno en momentos de grescas… bien… adentro antes de que la loca se saque a toda la Armada…
    Test y Kae entraron tras Leuke, quien ya estaba sentada en la mesa de juntas, al lado de sus Padres y frente a cinco personajes nuevos.
    - Vaya Señorita Leuke-dijo un enano con voz un poco gruñona- Me sorprende…
    - ¿Qué este aquí?
    - No… que estes temprano aquí… normalmente te apareces en plena guerrilla y golpeando a los Guardias…
    - Jo…-dijo Leuke con una sonrisita y apoyandose sobre la mesa con ambas manos- Es que ya me han dicho que no queda bien estar noqueando a la seguridad…
    El enano alzo una ceja, bufo por lo bajo y con cierta dificultad se puso sobre la silla, aclarando su garganta y llamando la atención de todos.
    - Señores… y Señoritas…-dijo el enano con voz fuerte y clara- Como estabamos hablando… hasta antes de… la interrupcion… nos hemos reunido hoy para ver los Problemas mas recientes… primeramente lo que es los nuevos ataques que han estado sucediendo en diferentes aldeas y por misterios guerreros. Creo que estamos de acuerdo al decir, que el ataque no llega a ser interno, ya que todos los pueblos han sido atacados…
    - Jo… ¿Y lor Orcos?
    - Leuke…-dijo el Rey por lo bajo- Limitate porfavor…
    - Como estaba diciendo-el enano volvio a aclararse la garganta- El ataque no ha sido interno y no podemos sospechar de alguna desmoronacion del estado. Creo que debemos, y realmente no quisiera que fuera asi, mandar un ejercito-saco un mapa de su bolsillo y lo extendio por toda la mesa- En las conecciones principales de los pueblos y ciudades… rodear las laderas y rios…y tambien la ciudad Orca… solo por precausion…
    Un elfo que habia permanecido atento se paro y miro al enano sonriente.
    - Pero Deeki, ¿no crees que es un poco arriesgado?-dijo el elfo con voz calmada- No tenemos la certeza si son los Orcos que estan cometiendo estos atentados… y el acorralarles de la noche a la mañana los pondría tensos… y ya sabes lo que son capaces de hacer cuando se ven presionados…
    - Pero tampoco tenemos certeza de que no sean ellos Joker-dijo una Succubus de pelos claros- Si nos quedamos sentados aquí, sin darnos cuenta ellos avanzaran por debajo de nuestras narices y ¡paz! Nos daran paz en el cuello, paz en los brazos, paz en las piernas y paz, paz, paz…
    - Venga Keeper-dijo un neko- Estoy de acuerdo con que no tenemos certezas… pero no por eso mandaremos medio ejercito de toda la colonia por inseguridades… lo mejor seria observarlos… mandar comisarios… cancilleres… mensajeros… ¿Tu que opinas Nikko?
    El mas adulto del grupo, un Genesis de pelos rojos y ojos iguales de sangrientos miro al grupo sin expresión alguna.
    - Esperar-dijo Nikko- Estaremos alertas pero no haremos ningun movimiento peligroso… si ellos hacen la primera jugada, responderemos.
    - Per…-Kae corrio hacia Leuke y le tapo la boca-
    Todos miraron a la pareja.
    - Esta totalmente de acuerdo…
    - Bueno…-dijo el Rey levantandose y mirando a la mesa- Lo mejor sera, hasta el momento de la verdad, agrandar nuestro ejercito… porque si los Orcos hacen amigos… mirad que desde ya son muy fuertes… sera una tarea difícil ganarles si traen mas de ellos… por el momento intentaremos mantener la paz en nuestros Reynos y porfavor… encargaos de mandar pequeñas expediciones de guerreros a proteger los pueblos…
    - Eso es todo-dijo la Reyna levantandose y inclinandose levemente- Leuke porfavor… sigueme…
    - En la que te has metido…-dijo Kae al oido de la Angel antes de que esta se fuese tras sus padres-
    Todos los presentes se fueron retirando, hasta que el salon se quedo vacio.
    Los Reyes y Leuke estaban en un cuarto al lado del mismo, muy comodo, con pinturas de mujeres, una chimenea y una mesa redonda en medio de la sala.
    - Vaya…-dijo Leuke mirando como la pintura de un caballero peleaba con la de un Dragon al lado suyo-
    Un ruido detrás de Leuke la hizo despertar de su ensoñacion. Los Reyes ya se habian sentado en la mesa, uno al lado del otro y miraban fijamente a su hija. Leuke trago saliva lo mas silenciosamente posible que pudo y se sento en la mesa.
    Sobre la mesa habia una pequeña cajita de oro, con ornamentos por todos lados y un brillo especial.
    - Leuke-dijo el Rey con voz serena- Desde que tengo memoria has sido una gran hija y princesa… no eres lo que esperabamos… pero aun asi eras grandiosa…-se paro de su silla y camino por el cuarto a paso lento mientras hablaba- Hace años… en el momento que la Diosa Einhasad habia decidido acabar con los gigantes y todas las razas por nuestros errores y sublevaciones… salio una mujer de parte de su propio reyno… era una Angel hermosa de nombre Ciel… bondadosa y amable con todos… pero aun asi muy fiel a su Diosa… como te iva diciendo… Ciel amaba este mundo, y tambien amaba a sus habitantes… ella en un sacrificado momento, intento sacrificarse… se ofrecio ella a cambio de los habitantes de este mundo… muchos creimos en ese momento que moriria a manos de la Diosa… pues su ira sobrepasaba todo y a todos… peor por mas increíble que fuese la Diosa no la ataco… pero si la aparto con fuerza y dureza… tu te preguntaras por que no la mato… Ciel era su hija predilecta… según Einhasad habia sido la mejor Angel que habia creado… mejor aun que los Arcángeles… ella desprendia dulzura, amor, ternura y cariño. Por eso Einhasad no la ataco… como te hiba diciendo… la Diosa aparto a Ciel del camino que habia tomado… y cuando iva ha matar a una pequeña niña… Ciel se atraveso en el camino del ataque… mas alla de causar furia de parte de la Diosa, causo conmocion, remordimiento y confusion. Einhasad habia cometido un error tremendo… habia matado a su hija… hija suya… de su reyno… tal fue la desesperación de Einhasad que suplico a Hades que le devolviera a su amada niña… Hades no se nego, pero le dijo a la Diosa que era imposible… a menos que cada ser en el mundo llorase su muerte no lo haria… entonces… ahí es donde entra la recuperacion de los continentes…
    - ¿Quieres decir…?-
    - Asi es… después de la sequia de hubo hace unos años… asi fue como todo volvio a la normalidad-continuo el Rey- Cada ser sobre el mundo lloro la perdida de Ciel… excepto uno… Abbadon se nego a llorar la muerte de Ciel… Einhasad desesperada fue con Hades y en llanto le suplico por el alma de Ciel… este un poco mas cuerdo y compadecido decidio devolverle a su niña… pero no en ese cuerpo… Hades embarazo a Einhasad con el alma de la Angel… mi querida Leuke… tu eres esa Angel hija de Einhasad…
    - ¿Eing?-dijo Leuke con voz chillona y casi caendo de la silla en la que estaba balanceandose- Co… ¿Cómo?
    - Tu eres Leuke… hija de Einhasad y reencarnación de Ciel-dijo el Rey volviendo a sentarse- Eres la hija de la Luz… la salvacion de las razas… eres…
    - Espera…-dijo Leuke como si pensando que todo era una broma- ¿Soy una Diosa?
    - Asi es-dijo la Reyna- Técnicamente asi es.
    - ¿Ustedes no son mis padres?
    - No-dijo la Reyna- Solo somos ciervos bajo las ordenes de tu madre… se nos encargo cuidarte desde tu nacimiento…
    - ¿Por qué?-dijo Leuke tosudamente- Digo… bueno… soy una Diosa… mi madre deberia haberme cuidado… ¡era mi madre! ¿Por qué me dejo aquí?
    - Por tu seguridad-dijo el Rey mirandole- Eres lo que mas ama… eres su niña predilecta… como veras… ya tienes 17 años… hace 20 años que comenzo este problema con los Orcos… y veras… si ellos se llegasen a enterar que tu existes… no sabes lo devastador que seria para tu Madre o toda la nacion… serias el punto para muchos atacantes… pero aquí… nadie sabe quien eres… piensan que eres hija nuestra…
    - ¿Por qué me lo decis ahora?-dijo Leuke-
    - Porque es ahora que comienza tu mision...
    El Rey suspiro y abriendo la cajita saco una tiara y un medallón de esta. Se los entrego a su esposa y esta los cogio cuidadosamente, acto seguido se paro y se coloco tras Leuke.
    - Esta tiara-dijo la Reyna con voz amable y cariñosa- La uso tu madre en dos ocaciones… cuando peleo contra el ejercito de la Diosa Oscura y cuando fue nombrada Diosa Reyna… ahora es tuya… y este medallón-coloco la cadena alrededor del cuello de Leuke- Fue de Ciel… tiene todos sus poderes… poderes que van mas alla que los de un Genesis o un Dios…
    - ¿Y cual es mi tan famosa mision?-dijo Leuke observando el amuleto-
    - Partiras hoy-dijo el rey calmadamente- Eres la Mediadora Leuke… la pacifista de Naciones… tu sabras que hace para que esta guerra no acabe con todos…
    - ¿Yo sabre?-dijo Leuke extrañada- Dioses… yo no… puede que sea… pero no…
    - Lo sabras-dijo el Rey- La Profecia ha de cumplirse pronto… y tu debes de detenerla… debes buscar a los Elegidos Leuke… salvar las naciones… evitar los problemas… salvar a todos…
    - Mi querida niña-dijo la Reyna abrazando a Leuke por el cuello y besando sus cabellos- Porfavor… regresa a salvo…
    - Debes de irte-el Rey se levanto y abrio la puerta del cuarto- Los problemas no tardaran en llegar… y a ti te queda mucho camino por recorrer.
    Leuke se paro y abrazo a su madre, acto seguido se dirigio a su padre he hizo lo mismo.
    - Los amo-dijo Leuke entre sollozos- De verdad que los amo…
    Leuke salio del cuarto y se dirigio hacia el salon donde sus compañeros estaban.
    - ¿Problemas con el sake?-dijo Test en tono burlon- Menuda Princesa…
    - Calla gatito-dijo Leuke- Venga, debemos de irnos… se los comentare en el camino…
    Los tres guerreros salieron a las caballerias, tomaron sus corseles y ha paso veloz salieron de la Ciudad de Einhasad; hacia los bastos territorios que le rodeaban.
     
  9.  
    Mystic

    Mystic Guest

    Título:
    Lineas de Guerra y Sangre
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    9
     
    Palabras:
    1667
    Re: Lineas de Guerra y Sangre

    Capitulo IX: El Portador Del Pecado
    En una derrumbada pradera, donde todo era cenizas y olor putrefacto, probablemente de algunos cadáveres que ya estaban descomponiendose, tres figuras caminaban en esta sin preocupación y a paso lento.
    - ¿A dónde es que iremos?-dijo Senshi al lado de Gabrielle- Bueno… no es el momento mas propicio para aparecerse en los pueblos de esta zona…
    - No tienes que decirmelo-gruño Mystic- Lo primero sera ver las causas de estos ataques-Mystic se agacho y toco el suelo- Esta fresco… probablemente pasaron por aquí hace 1 hora…-cogio un poco y olio la tierra- Tienen cañones… polvora, aceite… esto parece un ataque a gran escala…
    - ¿Pero no que estaban en tregua momentanea?-dijo Senshi observando la tierra-
    - No parece que fuese un movimiento de alguno de los grupos. Es raro… venga sigamos…
    Mystic se levanto del suelo, se limpio las rodillas y continuo el camino… Senshi tras de si… y Gabrielle…
    - ¿Estas bien?-dijo Mystic volviendose hacia la humana-
    - Si…-supongo…-dijo Gabrielle apartando la vista de una colina que estaba un poco mas alla-
    - ¿Quieres ir ahí?-dijo Mystic acercandosele-
    - Pues…-Gabrielle volvio la vista a la Colina- Se que Senshi ya me dijo que todo esto lo destruyeron… pero tengo una esperanza… un ultimo recurso…
    Mystic alzo una ceja, miro a Senshi, este asintio y la Genesis puso una mano sobre el hombro de Gabrielle.
    - Iremos-dijo- Pero no nos quedaremos mucho tiempo ¿De acuerdo?
    Gabrielle asintio y esbozo una sonrisa a ambos. Sin pensarlo dos veces corrio hacia la colina. Los dos guerreros le siguieron a paso lento.
    - Fue un error…-susurro Senshi cuando habian llegado a la cima y podian ver puras cenizas, casas derrumbadas y a la humana escarabando con sus rasgadas y maltratadas manos llenas de tierra, una casa hecha trizas.
    - No… no…-decia Gabrielle mientras escarbaba mas y mas- ¡¡¡¡No!!!!
    Senshi bajo de la colina y se dirigio a Gabrielle, se arrodillo a un lado suyo y la abrazo por la espalda.
    - Basta Gabrielle-dijo Senshi intentando contener sus desesperados movimientos por librarse y cotinuar su búsqueda- No encontraras nada… esto fue hecho hace mucho tiempo…
    - No…-Gabrielle gamia entre sollozos- Porfavor…
    De la nada salio un gran armatoste de metal que arremetio contra nuestros guerreros. Mystic lo esquivo fácilmente, pero Senshi y Gabrielle no tuvieron la misma suerte, lograron esquivarlo pero quedaron cubiertos de los techos y muy cerca del armatoste.
    - ¡Senshi!-grito Mystic al tiempo que sacaba sus enormes espadas- ¡Salid de aquí! ¡¡Ahora!!
    Mystic, con ambas espadas en mano, salio corriendo hacia la mole. Dos enormes alas destellaron de su espalda y elevandose en el aire ataco al ser por multiples lugares, mas sin obtener ningun resultado. Por fin el monstruo se descubrio de la tierra y se dejo ver. Era algo parecido a un escorpion, pero era de metal y sus ojos tenian un brillo rojo.
    - Jo…-dijo Mystic alegrandose un poquito- ¿A que venis a por Honey?
    El monstruo ataco al oir el nombre, elevo su cola y arremetio rapidamente contra la Genesis que revoloteaba por los aires. Mystic esquivo el ataque y observo nuevamente el cuerpo del escorpion.
    - ¡Mystic!-grito Senshi desde otra colina, unos metros mas alla- ¡Su coraza! ¡Por debajo de tierra! ¡Es solo carne!
    Mystic observo al monstruo, era cierto, el metal solo cubria la parte superior del demonio, mas no su pecho. Mystic con unos rapidos movimientos, esquivo los ataques con el aguijón y llego a la barriga del monstruo, junto ambas espadas y la rasgo, igualmente salio volando al tiempo que el ser explotaba y estallaba en pedazos.
    Mystic bajo al suelo, junto con sus compañeros.
    - Sera mejor seguir-dijo Mystic- Gabrielle… lo siento tanto…
    - Esta bien…-Gabrielle dio un suspiro- Algo dentro de mi sabia que encontraria esto… pero tuve un poco de esperanza… de encontrar a alguien… a quien sea…
    - Talvez no esten aquí…-dijo Senshi- Talvez si hay algun sobreviviente pero se escondio por ahí… ya sabes… este lugar no esta en sus mejores condiciones…
    - Venga-dijo Mystic un poco entusiasta- Te ayudaremos Gabrielle… veras que encontraremos a algu...
    - ¡¡¡¡CUIDADO!!!!-la voz de un joven sono por detrás de la espalda de Mystic-
    Mystic empujo a Gabrielle y Senshi hacia tras, haciendoles rodar colina abajo, se dio vuelta y solo vio a un joven atravesado por la cola del monstruo.
    - ¡¡¡NO!!!-grito Mystic alzando una mano en direccion al cuerpo-
    Como era de esperarse, el metal ya estaba oxidado, y Mystic lo pudo atravesar fácilmente con ambas espadas estanpandolo contra el suelo.
    El cuerpo del joven muchacho cayo al suelo, ensangrentado y muerto.
    Mystic sollozo al tiempo que recogia su cuerpo y lo miraba, esperando que no fuera cierto lo que pensaba.
    - Porfavor…-susurro Mystic- No… porfavor…
    Mystic abrazo al muchacho y grito con todas sus fuerzas.
    Unos minutos pasaron hasta que Senshi y Gabrielle habian llegado junto a ella.
    - Mystic…-susurro Senshi-
    - No debi permitirlo…-susurro Mystic- Lo prometi… nadie mas… nadie después de el… falle… no… porfavor… no quiero…
    - Koen…-susurro Gabrielle cuando vio el cuerpo del muchacho en los brazos de Mystic- Oh Dioses… no…
    Mystic vio el rostro de Gabrielle y ocultando sus ojos entre el flequillo le pregunto…
    - ¿Lo conocias?
    - Era amigo mio…-susurro Gabrielle mientras las lagrimas caian por su piel-
    - ¿Lo quieres de vuelta?
    - Mystic ¿De que hablas?
    - Callate Senshi-le corto la Genesis- Dime Gabrielle… ¿Lo quieres de vuelta?
    - Mas que nada-un aire de esperanza cubrio su tez- ¿Podrias?
    - Yo no-dijo Mystic al tiempo que sacaba un amuleto con signos de su armadura- Pero esto si…
    - ¡Mystic no puedes!-grito Senshi-
    - Lo quiero hacer-dijo Mystic poniendo el amuleto en el corazon del joven- Murio porque no mate al monstruo… murio por salvarme… y ahora debo devolver el favor Senshi…
    Senshi miro a la Génesis sin poder asimilar lo que decia, se dio media vuelta y se alejo del trio.
    Mystic dijo unas palabras inentendibles, al tiempo que el amuleto se iluminaba y se introducia en el cuerpo-
    Las heridas se sanaron y su piel se cerro. El joven exhalo aire y sus pulmones se llenaron. Abrio los ojos y se incorporo viendo a ambos lados y aun mas sorprendido, que estaba vivo.
    - ¿Qué paso?-dijo Koen observando su pecho- Yo estaba muerto… yo te empuje… y esa cosa me atravezo… ¡¿Qué paso?!
    - ¡Koen!-grito Gabrielle caendo de rodillas y abrazandolo- ¡Gracias a los Dioses!
    Mystic sonrio levemente y se paro.
    - Los dejare solos… Gabrielle, estaremos al otro lado de la colina…
    - De acuerdo-dijo Gabrielle mientras volvia a ver a su amigo-
    Mystic se alejo de la pareja, guardo sus espadas y tras unos cuantos pasos vio a Senshi sentado y mirando hacia el cielo.
    - Estupida-dijo Senshi cuando Mystic se sento a su lado- Se que lo prometiste… pero no era necesario… ¿No sabes lo que acabas de hacer?
    - Si lo se-dijo Mystic dejando salir una risita- No te preocupes… todo saldra bien…
    - No saldra nada bien-dijo Senshi mirando a su compañera- Ahora Honey tiene portador y… Haru… Haru saldra a la luz… igual que todos los Pecados…
    - No podia dejarlo ahí-dijo Mystic mientras bajada la cabeza- Sabes… ¿Sabes lo que hice no? ¿Aun lo recuerdas verdad? Tenia que recompensarcelo… de alguna forma… no queria verle triste…
    - Ya se que tienes remordimientos-Senshi habia bajado un poco el tono de su voz- Pero ahora estamos en ello Mystic… todo estaba bien… no debias…
    - Ya basta-Mystic levanto la cabeza y volvio hacia Senshi- Todo ira bien ¿de acuerdo? Lo prometo…
    - A veces tus promesas me dan miedo…
    - Jo…-Mystic de hecho hacia atrás observando el cielo-
    - ¿Cres que Honey estara de acuerdo?
    - Lo entendera…-Mystic dio un ondo respiro-
    *** Flash Back – Hace 1 año ***
    En las ruinas de algun pueblo medio muerto, dos figuras delgadas paseaban sin darle importancia al ambiente.
    - ¿Qué tan segura estas de que este aquí?
    - Es una corazonada…
    - Tus corazonadas terminan con demonios o alguna maldición…
    - Ya dejame-dijo la Genesis dandole un coscorrón en la cabeza al neko-
    Mystic y Senshi llegaron hasta una cueva parcialmente destruida, tenia la entrada cellada por dos rejas y estas rejas amarradas por una cadena.
    - Se fue-dijo Mystic observando la cadena que tenia un corte fino-
    - Demonios…-Senshi saco su espada y miro al interior de la cueva- ¿Debemos entrar? ¿Y si sigue aun ahí?
    - No lo esta-dijo Mystic con insignificancia-
    Ambos guerreros entraron a la cueva, de la nada unos demonios carcomidos fueron a su encuentro, mientras Senshi luchaba con cada uno de ellos, Mystic fue hacia un cuarto
    Oscuro en donde, por media de una rendija que permitia la entrada del sol, descubrio un altar con un colgante de extraña forma. Tomo el colgante en sus manos y apunto su espada hacia atrás.
    Una dama elfa habia aparecido y levantando una mano disupuesta a atacar a Mystic.
    - Que estupida eres-dijo Mystic observando el medallón y a la dama elfa- De todas las personas en este mundo… nunca crei que serias tu…
    - Mystic…-dijo la dama- ¿Qué haces aquí?
    - Pues he venido a rescatarte-dijo Mystic volviendose y regalandole una sonrisa a su amiga- Honey…
    El cuerpo de la Dama Elfa se habia evaporado y en una ráfaga de viento se habia vuelto hacia el colgante.
    *** Fin Flash Back ***
    - Solo espero que puedan convivir en paz-susurro Senshi hechandose hacia atrás y usando sus brazos como almohadas-
    - ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡YO LA MATO!!!!!!!!!!!!!!!!!-grito una voz femenina desde el otro lado de la colina- ¡¡¡¡MYSTIC YO TE MATO!!!!
     
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